Interjección, de controvertida etimología, más vocativo (con expresivo sufijo que denota la procedencia asturiana del emisor), con que nos amonestaba el P. Enrique, seguida a veces (¿las más de las veces?) de coscorrón punitivo.
Anécdota ilustrativa (breve escena con rima final, matizada por colofón en otra versión):
Tiempo: Un día cualquiera de allá por 1965 o 1966
Espacio: La balonera, aquel rincón habilitado para tal menester en un aula de la Escuela Mayor
Dramatis personae:
-P. Enrique Álvarez
-Leonardo del Olmo* (A la sazón, balonero: ¿os acordáis de los cargos que duraban un curso, a no ser que uno fuera destituido)?
-Compañeros del anterior (de cuyo nombre lamento no acordarme)
Se abre el telón (de la memoria, claro).
Ambiente de juego, risas, algún ruido de choque de objetos (tal vez balones utilizados como arma arrojadiza)… El jolgorio y los gritos se expanden pasillo allá. Y en estas, a saber cómo, Leonardo acaba de cabeza en uno de los cajones en que se guardaban los balones. De pronto, la intrépida irrupción en el aula del Padre Enrique acalla las risas y, con el silencio impuesto, se aprecian con claridad las voces de socorro de mi buen compañero Leonardo.
Airado y entre aspavientos, se acerca a ver quién pide socorro:
-P. Enrique: ¡Ooochi, chavalín! (Comprueba de quién se trata) ¡Del Olmo: esto es el colmo!
Como la memoria, una vez accionada y expresada luego como relato, es siempre selectiva, la anterior evocación tiene un final (que yo no recuerdo) literariamente más ingenioso y simpático (no sé yo si también apócrifo, pero tampoco importa demasiado para lo que aquí nos ocupa), que sí ha permanecido en la memoria de Pedro López quien remata la anterior escena con el siguiente colofón:
-P. Enrique: ¡Ooochi, chavalín! ¡Esto es el colmo!
-Voz de uno de los alumnos: No, Padre: el colmo, no; es del Olmo.
Coletilla: Leonardo del Olmo no fue destituido y desempeñó con eficacia y probidad su cargo el resto del curso.
*Petición: Leonardo, ¿te acuerdas de la anécdota? Si tienes acceso a este blog, podrías enviarnos tu versión.
(Marcelino Iglesias, 11-4-07)
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9 comentarios
Marcelino Requejo -
Marcelino Requejo -
Cierto día en que jugábamos un partido el P. Enrique que vivía los partidos como si en ello le fuese la Fe, arengaba por las bandas cual Luis aragonés contra Islandia, yo de medio estorbo hacia gala de la fama que me precedía y en una jugada casi consigo un gol,pero claro en propia puerta,aunque no llego a entrar que conste, entonces sucedió El P. Enrique no se pudo aguantar y comenzó a gritar desde la otra punta del campo ¡¡¡¡¡¡¡¡ooochi pero que malo, pero que malo!!!!!!!!!!!
Yo azorado pues ciertamente siempre fui muy malo, pero de lengua quizás demasiado rápida no me pude contener y le solté:
Hablo la baca y dijo muuuuuuuu.
Que saltos pegaba el P. Enrique en segundos lo tenia donde yo estaba ¡¡oochiiiiii muchacho que soy cura!!
Lo que no se si sufrió mi oreja o quizás mi testa pero no debió ser muy grabe pues no lo recuerdo.
En fin lo cuento como me acuerdo una simpática anécdota.
José García Gómez -
Las bromas sobre localismos ya pasaron a mejor vida, aunque, bien llevadas y mejor tomadas, tenían su gracejo y fueron sello de grandes amistades... y de alguna que otra "caricia", hace décadas.
Hoy, ya son muytos los que se xuncieron inter-concejos y los abuelos,padres, hijos y nietos confraternizan en paz y armonía, como no puede ser de otra forma.
Por razones profesionales, en estos últimos veintitantos años, he tenido una estrecha relación con tu concejo y puedo decirte que tengo un montón de extraordinarios amigos.
Cambiando de tercio,voy a tratar de comunicarme con Manolo Fdez.Morales que, como probablemente sepas, formó familia en Noruega; igualmente trataré de localizar a Francisco Martínez que sigue por Cangas, ambos eran de mi curso, es decir, uno inferior al tuyo, pero creo los recordarás por ser vecinos ¿Verdad?.
Espero llamarte cualquier dia de estos. Un abrazo.Pepe.
Oscar Fern'andez Hidalgo -
¿Qué tendrá que ver esto con el P. Enrique? Me aventuro a pensar que, a pesar de la vida monacal y de las escasas salidas de entonces, el P. Enrique conoció Tineo y Cangas, para él Cangas de Narcea, cuando estuvo en Corias; oyó hablar de las rencillas entre sus habitantes y quizás le pesaron los inviernos faltos de luz en el fondo del valle, mientras los de Tineo tocabais las nubes con las manos.
Mucho tiempo ha pasado desde la última vez que nos vimos en la Mallorquina de Oviedo a principios de los setenta. Como no podré ir a la fiesta del Carmen ni ver la descarga, te espero en Octubre, Dios mediante.
Un abrazo anticipado
José García Gómez -
(1)Ya sabéis que Cangas del Narcea, hasta hace unas décadas era Cangas de Tineo ¿Verdad Óscar? y les dímos la independencia porque no daban más que lata ......
Bromas a parte, sabéis que allí estuvo el colegio apostólico de la mayoría de nuestros profesores, Corias, monasterio que merece una visita y que , salvando el claustro y la preciosa iglesia, están convirtiendo en parador nacional, a la vez que alberga en sus sótanos una bodega vinícola.
Buen dia a todos.
santiago rodriguez -
No hay ninguna contradiccón en tus palabras, sino aclaración; conocí a ambos y siempre pensé que eran primos.
Por otra parte, en mi afán por contactar con Mons. Estrada he localizado e indicado la pagina a un antiguo alumno del colegio que procedia de Villava, continúa como dominico.
Su dirección es Casa Parroquial de San Miguel Chia (baja Veracruz) Guatemala. Tef. (502) 7940-2338; e-mail.-carlosnuch@amigo.net.gt.
es el P. Carlos Brganza Menoyo
un abrazo.
José Mª Cortés Aranaz -
Un abrazo.
santiago rodriguez -
En cuanto a Ricardo Alvarez Lobo mis conocimientos me llevan a que eran primos y José Antonio Lobo sobrino tambien del P. Enrique
Oscar Fernandez Hidalgo -
La ficción se mezcla con la realidad y sin saber cuánto hay de uno y otro lo transmitimos.
Por entonces corría de boca en boca un saludo atribuido al P Enrique.
P. Enrique a Tejo: ¡Qué hay, largo de Händel!
Tejo al P. Enrique: ¡Hola, incompleta de Schubert!
¿Tenía el P. Enrique un hermano en las misiones del Perú?