Blogia
Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

POR FIN, ¡¡CASO RESUELTO!!

POR  FIN, ¡¡CASO  RESUELTO!!

Realmente, el acierto de este blog no está en la dedicación de su insuperable Furriel, sino en la cpacidad y calidad de sus colaboradores. La noticia de hoy demuestra lo que digo: me apunto el éxito por haber enviado a nuestro corresponsal Justino Tribulete a Jollivud. Os aconsejo que no dejéis de leer con atención su crónica.

Estimado Josemari:

                           No sabes lo que te agradezco que me hayas enviado a Jollivud a cubrir el reportaje del estreno, de la que sin lugar a dudas será el éxito cinematográfico del año y una mas que posible candidata a nuestro 'Oscarín' particular.
           POR FIN EL CASO ESTA RESUELTO
 
De nuestro enviado especial en Jollivud, Justino:
 
La flor y nata de la sociedad jollivudense se dió cita anoche para asistir al estreno del film 'El Robobo del Chorizo 2', desmintiendo asi el dicho de que segundas partes nunca fueron buenas.

El P. Cura bordó una actuación magistral, dejando para el séptimo arte momentos estelares dificiles de olvidar, y mas concretamente en la escena en la cual descubre que su bocata (aquí lo dicen sandwich),está completamente vacío.

Dignas de destacar son también las actuaciones de Luis Heredia y Claudio Peláez, ambos metidos plenamente en la trama y cuyos nombres empiezan a sonar cada día con mas fuerza en el blog, (digo en esta Meca dorada que es Jollivud).

El film ,es pués, un Thriller de acción trepidante. Carreras maratonianas, duchas con agua fria, ejercicios de supervivencia que ni el mismo Stallone superaría, son solamente algunas de las escenas a las que el director del film ha sabido dar el realismo deseado.
 
SINOPSIS DEL FILM
El rodaje, llevado a cabo en Europa, y mas concretamente en una región del norte de España se ubicó en torno a un bello lago conocido por Enol.

Personajes de lo mas variopinto se mezclan en esta historia, que cuenta como un grupo de colegiales al frente de los cuales figuran sus profesores se ven immersos en el robo de un grasiento chorizo mientras practican técnicas de supervivencia en torno al lago.

No muy lejos de éllos, dos extraños personajes se dedican a la caza de bellas mariposas, amapolas opiáceas y otros quehaceres similares, ajenos a todo lo que les rodea. Hasta que...........
SUENA UN FUERTE PITIDO DE SILBATO que llama su atención. Un importante robo ha tenido lugar en el campamento base de los colegiales a la hora del almuerzo.

Los extraños personajes se acercan al grupo y en un perfecto castellano, aunque con ligero acento se dirijen hacia el actor principal, P. Cura.  El mas alto y de porte distinguido exclama: 'Mi nombre es Holmes, Sherlock Holmes, y este es mi ayudante y amigo el Dr. Watson.  Hechas las presentaciones de rigor y puestos al corriente del desagradable incidente, el Sr. Holmes repara en unos pequeños cuadernillos que yacían sobre una mesa.   What is this, Padre Cura?   A lo que éste contesta que se trata de una recopilación de partituras de canciones folk leonesas.
Ah! ah! muy interesant.   'Le gustaría descubrir al ladrón que robó su chorizo de Vd.?'
Como nooooooooo! exclamó el P. Cura. !   Entonces diga pués a sus chicos que tomen papeles
cantar en sus manos y canten una canción.  Interpretada una bella canción por los colegiales,y siguiendo las instrucciones del Sr. Holmes, el P. Cura ordenó a sus estudiantes que uno a uno fueran entregandole el pequeño cuadernillo. Holmes no quitaba ojo a aquellos cuadernos que
parecían poseer algo mas que  blancas y redondas, fusas y confusas notas musicales.
De pronto, al llegar el quinto colegial.....  Es suficiente exclamó Holmes. 'Este es el autor del robo de su chorizo, Padre Cura.' El joven estudiante, completamente ruborizado, confesó su crimen ante los ojos incrédulos de sus compañeros y profesores.   Watson preguntó: 'Sherlock, una vez mas me dejas acojonado, cómo lo has sabido?' A lo cual Holmes contestó: 'Elemental,
mi querido Watson.  ¿ O acaso no te has fijado en esas manchas grasientas de chorizamen en las partituras de este joven?'  Observa como el resto de sus compañeros, a pesar de haber comido igualmente chorizo, no tienen manchas en sus partituras. El, en cambio ,SI tocó con sus manos el chorizo del Padre Cura,extrayéndolo limpiamente de entre el pan, de aquí esas grasientas manchas.
Holmes restó importancia a su brillante actuación a pesar de las loas de su ferviente admirador Watson.

Afortunadamente, dijo el primero, el chorizo no es tóxico. 

Recuerdo un caso ocurrido en una abadía benedictina llena de libros prohibidos en el medioevo que ...
 
No muy lejos de allí, y mientras todos dormían, el joven número 5 en la entrega de partituras daba vueltas y vueltas al recinto del campamento.
 
                                                         FIN 
 
 
P.D.- Holmes y Watson se encontraban en el lago Enol, pués Sherlock creía haber descubierto una importante conexión con el Lago Ness y .... BUENO, esa historia para otro día blogeros.
 

1 comentario

Mariano Estrada -

Queridos amigos de La Virgen (y míos):

Enterado de que a nuestro querido Félix Martínez del Cura le han birlado un chorizo en las aguas del Enol y de que el hombre ha de exhibir para los restos, aunque sea en un Filme de Jollivud, un trozo de pan desangelado como una flor marchita, escribo estas notas para solidarizarme con él, puesto que yo también fui agredido por los cacos en la nocturnidad de mis carnes literarias y en los sueños de mi mujer que, como Rosa, es hipersensible a la barbarie que suele acompañar al robobo.

Dejo aquí el relato de los hechos, narrados cuando el hurto era reciente y aún destilaba gotas de frescura.

Con mi solidaridad y mi apoyo, mi abrazo.

EL ROBOBO DE LA CACASA.

Noche del viernes día 10 de septiembre. Eran las dos y pico de la mañana en el silencio del Montiboli, que es realmente rotundo. Rosa, mi mujer, se había dormido en el sofá de la salita, con la tele encendida. Yo estaba absorto en un artículo del que fui sacado con brusquedad por unos ruidos sorprendentes y resquebrajados “¡Eh, eh! ¿Qué pasa?” Rosa estaba temblando “¿Qué pasa?” “No sé”. Salí al jardín. Vi una sombra “¿Un hombre o una sombra?” Una sombra. Una sombra fugaz corriendo sobre el muro medianero, justo por detrás de la piscina. Sonaba una alarma ¿La mía? No, la del vecino. Me dirijo al porche “¿Qué es eso?” Me dice Rosa desde el temblor de la salita. “Un cepillo” “No, no, eso”. Eran trozos de plástico. Con el cepillo de la piscina, habían roto la caja de la alarma, donde Prosegur tiene metida la sirena. Para que cante, como los pájaros.

Entro en casa, voy hacia el teléfono (mi casa, teléfono... ¿recuerdan?), llamo a la policía. “Bien, vamos p,allá”. Cinco minutos después llegaba un coche de la Guardia Civil, deteniéndose en la casa de mi vecino que, alarmantemente, tenía la puerta abierta. “¿Han entrado?” La alarma no paraba de sonar. Me acerco, me preguntan, me dicen, les digo. Uno de los guardias salta la valla intrépidamente, tanto que se rompe el pantalón. “No importa”.Abre la cancela. Suben. Llegan a la puerta principal. “Guardia Civil, ¿hay alguien?”. Penetran en la casa, el que va detrás lo hace como en las películas, cubriéndole al otro las espaldas, la pistola a dos manos, las rodillas dobladas, mirando alternativamente a los lados. El otro es el que pone la voz “¿Hay alguien?” No hay nadie. Lleva una linterna en la mano. Salen. Llegan más agentes ¿Más agentes o más números? “Vosotros id por detrás” dice uno de ellos. Y dirigiéndose a mí: “Vamos a pegar una batida. Usted váyase, Sr. Estrada, llame a su vecino”. El hombre estaba empapado de sudor... De pronto, las parcelas colindantes se llenaron de linternas que cruzaban en la noche unas nerviosas luces, como los rayos láser de las discotecas. “¿Algo por ahí?”. Nada se movía en el entorno, sino la imperceptible brisa de la noche. Eso, y algún que otro vecino, que se asomó a la calle en pijama... “¿Qué ha pasado”?, preguntó desperezándose un bostezo (Un bostezo desperezándose es lo más parecido a un vecino en pijama).

Vuelvo a casa. Recibo una llamada de Prosegur, me explica, les explico, nos explicamos. A Pere, mi vecino, finalmente lo localizaron. Había salido a cenar con su mujer y unos amigos. Llega, escucha, mira, encuentra una parte del botín, envuelta en una sábana ¿Un convoluto? No, un envoltorio. Algunos objetos por el suelo, una impresora, un ordenador. Le llaman. Acaba de llegar. No sabe. Su mujer no quiere venir, él está tranquilo. Aún hay en la casa dos agentes de la Guardia Civil, jóvenes, dispuestos, serviciales. “¿De dónde es usted?” Pregunto “De Coruña ¿Por qué?” “No, por el acento”. Nada pueden hacer, sino coger un aparato donde, a buena vista, parece que hay huellas dactilares. “Mañana presenten la denuncia”. Mañana es hoy, y hoy, en el borde de mi piscina había un teléfono móvil y, reposando en su fondo, un ordenador portátil que, al sacarlo, chorreaba toda su agua de indiferencia... Eran los restos de un botín que los cacos habían soltado en la fuga. “Corre, corre, conejo”...

Rosa se acostó, yo me quedé en el ordenador, con el artículo, pero ya no hubo forma de terminarlo. Eran las cuatro y pico cuando me dejé caer en la cama, donde Rosa dormía a pierna suelta. Había vuelto a la seguridad. Yo me dormí pensando que, tal como andan las cosas, es importante tenerla resuelta. La seguridad, digo. Precaución, impedimentos, alarma, policía... Los agentes no pillaron a los cacos, pero se presentaron a tiempo en el lugar de los hechos, hicieron su trabajo como debían y nos dieron la sensación de que querían ser eficaces. Escribo esto hoy, sábado 11 de septiembre, después de haber presentado la correspondiente denuncia.

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios