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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

LA PUERTA DEL CIELO DEL P.IRIBERTEGUI

LA PUERTA DEL CIELO DEL P.IRIBERTEGUI

Nuestro siempre muy querido compañero Carlos Tejo, en el correo que me envía y que a continuación os trascribo, nos recomienda leer la página que publica La Nueva España de Oviedo sobre el fallecido P.Iribertegui. Además de también trascribírosla, os dejo la dirección de la página Web. 

Gracias, amigo Carlos, tus colaboraciones dan categoría a este querido blog (con vulgar y ágrafo Furriel).

http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2008111700_31_697158__Oviedo-puerta-bronce-Catedral-ovetense


Correo de CARLOS TEJO :

El padre Miguel Iribertegui dejó plasmado para siempre su alma de artista en la "Puerta de la Perdonanza", en la Catedral de Oviedo.

Mi hermano José Ramón hacía de la visita a esta puerta-obra de arte y su correspondiente explicación algo inolvidable. Cada vez que voy a Oviedo me paro unos minutos a descifrarla.

El diario La Nueva España tampoco se olvidó del artista y del ser humano que fue Miguel Iribertegui.

Un recuerdo para esos dos amigos que nos contemplan, ya juntos, desde el cielo.

 


La Nueva España, lunes 17 de Noviembre de 2008

La puerta de bronce de la Catedral ovetense

Un Tributo póstumo a Miguel Iribertegui Eraso, el dominico y profesor de Bellas Artes autor del cierre del pasaje de los peregrinos

(MARIANO TORRES ARRABAL). Un artista del bronce ha dejado como «sigillum», es decir, como sello en la cera, el emblema de su transitar por esta vida: una de las puertas de entrada a la Catedral ovetense. A través de ella Vetusta puede entrar por la broncínea puerta de la modernidad al interior del templo cristiano regido por la episcopalidad católica. De sus bajorrelieves emergen tímidamente siluetas de supervivientes sojuzgados por el denuedo de mantener la fe. En sus trazos esquemáticos todavía se aprecian rasgos físico-culturales de personas fácilmente identificables, en su dura porfía por atenuar el riesgo existencial de la increencia.

Para nuestro gran pesar, su autor y artista, que respondía al nombre de Miguel Iribertegui Eraso, falleció el 8 de noviembre de este año que tan empeñado está en mermar la esperanza del humano progreso. Y lo hizo sin apenas rebasar la cifra de corte vital de los 70 recién cumplidos. Salió de este mundo prevenido y animado, como quien parte para una gran aventura: el encuentro de la puerta que únicamente abren las llaves de Pedro. Este dominico, escritor y escultor, nació en un pueblecito de Navarra, en las cercanías de Huarte, entre los arrullos de una familia muy unida y numerosa.

La Asturias catedralicia ha de recordar a un hombre que empeñó todo su ingenio en dotar de una nueva puerta a un templo milenario cada vez más envejecido, no se sabe bien si por el paso del tiempo o por la edad de sus dirigentes.

Navarro de origen pero afincado en Castilla y León desde hace años, quedó bien pronto prendado por el candor de los belenes. Si alguna vez tienen la oportunidad de admirar los suyos, comprobarán la destreza del hombre que selecciona el noble y nobiliario bronce para plasmar la paz del Niño durmiendo, la quietud de una Virgen parturienta o la seguridad varada de un padre putativo. En su derredor, como una algarabía de comparsas celebrando la buena nueva, escenas de lucha castellano-leonesa, estampas costumbristas o formas robadas a las sombras de lo que fue la pequeña gran familia de una guerra.

La muerte y su inoportuna embajadora, la enfermedad, conspiró para segar su afán plástico, y por imperativo mortal dejó sin aliento sus proyectadas realizaciones. Lección de una vida que, bajo estructuras de bronce, se aferró mental y metálicamente al clavo ardiendo de la creencia firme, creativa, religiosa. Oviedo conserva una reliquia de carácter afable y didáctico de un ser cuyas revoluciones giraban en torno al sagrado arte de transfundir la realidad presente en realidad futura. Miguel Iribertegui tuvo a bien hacerlo en el «introito» lateral de nuestra pulcra y espigada Catedral. Los animo a que recen en la lápida vertical de su memoria artística y pidan ante esa clausurada puerta que deje paso lateral a los aires capaces de renovar el crucero del olor a cepillo y a gentes permanentemente genuflectas.

Transmito con cariño este pequeño borbotón de información sentida a quien desde hace muchos años vela noche y día por dejar la piel en los surcos escritos de la tierra asturiana: LA NUEVA ESPAÑA.

3 comentarios

TUÑÓN -

Con el tiempo libre que me permite el haberme incorporado a las clases pasivas,suelo hacer frecuentes paseos por el Oviedo antiguo y siempre hago una parada en la catedral sobre todo ahora en el invierno que no suele haber turistas y me paso un rato contemplándola en el silencio de la mañana.
Pero torpe de mi,nunca me fijé en la puerta de la perdonanza,cosa que prometo hacer un día de estos y ver la obra de nuestro artista.

José Luis Alcalde Revilla -

Acabo de leer tu artículo, Mariano el arandino, y, tras darte las gracias por tan merecido homenaje, esto me remueve y me sugiere decir...no sé lo que saldrá...: Años transitando por Uvieu, cómo párracu en ejercicio, si bien yera coadjutorín de ná, solín o acompañau con alunos, como profe en Colexiu, calle OSCURA pa enrriba (La calle les putes, dicíase...si yo vos contara que hasta a alguna casé y bauticé fíos delles...mira si las traté, en buen plan ¿eh?)hasta darte de güeyos artísticos con la famosa puertina, porque piquiñina, corriente y moliente entonces...Cuando, con los años, Miguel plantó la Puerta,como traída, por su arte de magia, del cielo a la tierra, como dicimos pa acuchá...'quedé plasmau', de su expresividad. Ye que -bueno dejo mi mal bable, saliome asín y teneis que aguatalu, fíos- cuando convives con alguien, quizás eres quien menos cae en la cuenta, pero aquella puerta...es por sí misma, apabullante de original...Si pa encima sabes quien yé el autor...yé, nunca mejor dicho, "La de Dios"¡Gracias Miguel por esa huella imperecedera tuya, de Dios, entre cuyo Arte Eterno andas ahora...Ya no será posible pasar de largo por ese rinconín...no sé si decirte que, si acompañas a alguien por la ciudad, hasta hagas aun desvío pá pasar a posta y mostrársela. En nuestro Despacho Parroquial de Vallecas estás también, y ante esa imagen dominicana tuya, en una peanina, estamos ahora, desde aquí, rindiéndote homenaje también. A su sombra, echa horas y horas currando parroquialmente el PaPedro, que decís, y, de paso, ratinos o ratones, pasamos todos. Atiende y presta oído a nuestras preocupaciones humanas, llamadas pastorales, y se conductor fraterno de la Fuerza y Bendición de Dios pá caminar bien, y cuando nuestra ruta sea "calle Oscura", sé foco de luz para nosotros, todos, comunidad cristiana y de vecinos, en las que estamos insertos de lleno los domis, hasta que lleguemos a esa puerta, que simbolizas en la Catedral de Uveiu, pá se mos abra y entremos adrentu pa siempre. Gracies, Miguelín!
Un beso (no podía faltar) cariñoso pá tos. JOSE, El Besucón.

CARLOS TEJO -

No me xodas, jose Mari, con lo de "vulgar y ágrafo".
Qué sería de nos sin vos?