QUINIENTOS AÑOS DE LOS DOMINICOS EN OVIEDO
CONVENTO SANTO DOMINGO DE GUZMÁN DOMINICOS - OVIEDOOviedo, a 1 de junio de 2018
El 23 de junio de 1518 el Obispo de Oviedo D. Diego de Muros otorga escritura de donación de la casa y ermita de san Pedro de Mestallón a Fray Pablo de León y sus compañeros dominicos, que podrán levantar así en Oviedo su Convento de Predicación.
Hace ahora QUINIENTOS AÑOS de la llegada oficial a la ciudad de Oviedo de la Orden de Predicadores.
Se funda el Convento de Nuestra Señora del Rosario en Oviedo para la predicación y enseñanza de la Santa Doctrina a los fieles del Principado.
Y esas precisamente fueron durante los quinientos años las tareas y la aportación que los Dominicos han hecho:
- La predicación del Evangelio a lo largo de todas las parroquias de Asturias (son cientos las cofradías del Rosario, iglesias, ermitas, imágenes de santo Domingo, en nuestra tierra).
- La enseñanza, la educación, la cultura como ámbitos privilegiados para hacer crecer los valores importantes en el pueblo (presencia fundamental en la Universidad de Oviedo, miles de alumnos del colegio Santo Domingo en Oviedo; también más adelante en el
colegio Santo Tomás de La Felguera y en el Instituto Laboral de Corias).
Quinientos años después queremos invitar a toda la sociedad ovetense y asturiana, y a quienes se sienten cercanos a los Dominicos de modo especial, a celebrar con nosotros esta fecha, para orar juntos por nuestra tarea, y compartir la alegría y la Acción de Gracias por tanta vida transmitida desde este Convento.
El próximo sábado, día 23 de junio como entonces, a las TRECE horas, nos reuniremos en nuestra Iglesia Conventual de Santo Domingo de Oviedo, para dar gracias a Dios en una Eucaristía de Familia, presidida por nuestro Arzobispo Fray Jesús Sanz, a la que os invitamos con alegría y con verdad.
Después queremos renovar la presencia de los Dominicos en Oviedo, con las firmas de hoy sobre una copia del Documento original de hace quinientos años, para sellar así nuestro futuro con renovada ilusión.
Concluiremos la mañana saludándonos fraternalmente en torno a un bollín de chorizo y un culín de sidra.
Ya por la tarde, a las OCHO, tenemos la alegría y el orgullo de contar con el Coro de la Fundación Princesa de Asturias, que ofrecerá un concierto sacro en nuestra iglesia, al que estamos también todos invitados.
Nos gustaría mucho poder contar con vosotros ese día. Un abrazo adelantado y agradecido.
Comunidad de Frailes Dominicos de Oviedo
2 comentarios
Luis Heredia -
Allí me crié durante dos años en la enseñanza, la educación, la cultura, el deporte, la música, el teatro, el respeto, la ética, la moral como ámbitos privilegiados para hacer crecer los valores importantes que me acompañaron a lo largo de la vida. O al menos eso traté.
Conocí la auténtica amistad fuera de las cuatro paredes de mi casa. Acepté de buen grado la disciplina y la exigencia (excepto los macarrones y el pimiento), bastante obediencia, sin pasarme.
Conocí y traté a magníficos frailes y legos que se desvivieron para enseñarme y lo consiguieron. De todos ellos guardo un magnífico recuerdo y cada vez que alguno de ellos se va, lo siento como si fuera alguien de mi familia y hubieran pertenecido a la Comunidad de La Virgen del Camino. Siento cierta tristeza porque sé que no me los voy a cruzar por el claustro de piedra.
Yo pertenezco a la yeguada del 62 y dejé grandes amigos a los que con el paso del tiempo les fuí perdiendo la pista. Coincidí más tarde con alguno haciendo la mili (creo que era Morán) y hace un par de años recibí la llamada sorpresa de Aquilino García Nuño.
El me ayudó a recuperar la memoria histórica de dos años también importantísimos de mi vida. No creo que Aquilino me lea, pero desde aquí quiero darle las gracias públicamente por mantener viva mi memoria ¡GRACIAS, AQUILINO¡
Esta vez creo que no va a haber impedimento alguno en que yo esté el día 23 de Junio tomando el bollín y el culín después de orar juntos por la tarea de los Dominicos en Asturias, y compartir la alegría y la Acción de Gracias por tanta vida transmitida desde este Convento, ver caras, y saludarnos fraternalmente.
Ramón Hernández Martín -
Además de la emoción de algún que otro sepelio, los impactos más grandes que yo he recibido allí ocurrieron cuando fray Tresguerres eliminó de la cabeza de mi hijo pequeño, de unos 14 años, toda afición a convertirse en un arqueólogo, y la charla que, antes de celebrar una eucaristía a la entrada, en una salita a la izquierda, para el numeroso grupo de asturianos dominicos-ex de entonces, devenido el grupo menguado actual de la Casa del Dago, nos dio allí fray Eladio Chávarri, a quien no había vuelto a ver desde Las Caldas y que tanto ha significado después para mí a lo largo de estos últimos cinco o seis años.
Salvo imprevistos, allí estaré el día 23, plenamente consciente de ese largo pasado denso, pero más centrado en lo que pueda depararnos el inmediato futuro, porque seguro que no llegamos a la celebración del milenio, que será como quien dice pasado mañana. Lo de menos serán el obispo, el "bollín" y el "culín".