Blogia
Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

¡FELICES PASCUAS, AMIGOS!

¡FELICES PASCUAS,  AMIGOS!

Y Llegaba la Vigilia Pascual. Os descubro alguno de mis recuerdos, seguro que compartidos,  de las madrugadas del día de Pascua de Resurrección. Cruzábamos el tunel camino del Santuario, bueno del Coro, con otro cara; habíamos ensayado el Aleluya y se nos salía por la boca de ganas de cantarlo.

Serían las 12 de la madrugada en el Santuario, bueno en el coro, ¿recuerdo penumbra?.... de repente como por arte de magia brillaban todas las luces del Santuario hasta parecer de día y "arrancaban" los velos morados que ocultaban las Cruces, encendían el cirio Pascual que a mí me parecía que nunca se consumía, y girábamos nuestras cabezas de niños para ver que todos los Frailes se quitaban las capas negras, en ese momento me parecían mas jóvenes, excepto el Padre Felipe Lanz que siempre era "mayor", y de mejor humor, salvo el Padre José Luis que nunca se la quitaba y que su seriedad le hacía parecer estar siempre "torcido". Al Padre Enrique, se le despeinaba el "quiquín".

Recuerdo como un aperitivo del gran festín el cantar  durante la misa de Pascua el Regina Coeli, laetare Aleluya (ni a los de Ciencias hace falta traducírselo).

Y llegaba el gran momento, nos repartían las partituras con la inconfundible caligrafía del Padre Torrellas, y el Aleluya se me antojaba moderno, diferente a la música "seria" de los días de Pasión (Sepulto Domine, O vos omnes...etc.). Y en aquella bendita y luminosa noche sonaba como nunca habrá vuelto a sonar en sitio alguno del universo y... recuerdo volver dichoso al Colegio, a mi Camarilla (por cierto, tendré que fregar el suelo) seguro de que al día siguiente nos iba a buscar mi padre para bajarnos en el autobús de Fernández a los tres Cortés, andrés-josemari-froilán, a comer a casa y éso, amigos, era el dichoso día de Pascua florida. No recuerdo entonces entristecerme por quienes no teníais casa para bajar a comer, ni visitas que os "enmorriñasen"; hoy lamento y sí me entristece el no haber sabido ser solidario pero ¡qué vamos a hacer!. ¡Tantas cosas podían haber sido diferentes!.

Y tantos otros recuerdos y matices que "se me escapan" y que seguro que entre todos váis a completar con vuestros comentarios.

Un abrazo, mis amigos del alma, y FELICES PASCUAS. (Está cayendo una buena nevada en León).

17 comentarios

ROBERTO TUÑON -

Amigo Isidro:Tenemos que marcar mas de cerca al P.PEDRO que se nos escapa.
Primero le damos doe OSCAR,y no contento con eso ahora quiere tu último globo.
Lo que te digo,estos de Gijón le damos la mano y el se queda con la mano el brazo y lo que es peor nos roba el corazón.
TUÑON

Pablo Huarte -

Cuando va declinando el segundo día de Pascua -fiesta en la Comunidad Foral-
y sin poder acceder a lo largo de toda la jornada a este blog por culpa de no sé qué problemas, acabo de leer los comentarios de Isidro Cicero, Javier del Vigo, Mariano Estrada, Luis Heredia, Martín, Carlos Bañugues, Luis Barbería que cita a su "hermano gemelo" Luis Teódulo muy estremecido tras despedir a Encarna, y no puedo menos de decir en voz alta, lo que he pensado cuando os he leído: ¡Qué gozo el saber que pasasteis por La Virgen del Camino, y que sepáis expresaros con la fuerza y belleza con que os habéis expresado con motivo de la Semana Santa y del Domingo Pascua! Un auténtico lujo.

Mi mejor reconocimiento.

Pablo Huarte

Luis Heredia -

Perdón por el lapsus geográfico, pero me váis a excomulgar con más razón si os confieso que hasta hace poco pensaba que Los Picos de Europa estaban solamente en Asturias.

No soy sabio pero rectifico.

Poe eso necesito salir de Despeñaperros lo más rápidamente posible y empezar a ver otro mundo desconocido para mi.

Pero necesitaré un Cicerone para que me ubique.

Abrazos mil

-

josemari:
yo era de los que se tiraban once meses seguidos sin salir y casi sin visitas, agradezco tus disculpas, duerme tranquilo, ¿habría forma de resolverlo en aquellos años? creo que no. hoy lo puedes hacer y creo que eres solidario.
en lo que a mí respecta, lo veía con envidia pero no era, ni mucho menos, lo peor, dentro del colegio no había lugar para aburrirse, además participabamos de alguna manera de vuestra fortuna.

luis, no pudiste hacer cosa peor ¡olvidarte de león! podías haber dicho que eran de león y no hubiera pasado nada, ahora seguro que tendrás ya más de una excomunión

saludos,
njam

enrique valdeón -

felices pascuas para todos.
Lo de san Juanín me ha emocionado, tantos años viendolo pasar en la esquina de Herreros, a las 8,30..
recuerdos...
mañana salgo de viaje a Baeza, otro dia me enrrolaré un poco mas
sed buenos.....
enrique

Luis Barbería -

Caro Cicero:
Traslado a Teódulo tu abrazo y cercanía. Yo creo que lo que le está pasando ahora es de libro. A la fase del dolor primero y hasta de una sosegada ternura, le ha llegado el tiempo de la cólera o de la rebeldía. Contra Dios, contra el mundo, contra todos… Y se ha vuelto un poco deslenguado.

Me dice que, si hace falta, está dispuesto a lanzarse en plancha al suelo –¿cómo se llamaba aquello?-, ya sabes, como cuando en capítulo se confesaban las faltas y se pedía perdón a los hermanos. Yo le digo que no. Que ya no lleva hábitos y a los sesenta no se pueden hacer tonterías, no se nos vaya a descalabrar alguna pierna.

Tengo un amigo del pueblo, Genaro, que muchas veces me comenta que va llevar vino de su bodega de Cariñena a alguien de Potes, no sé quién, supongo que tendrá un bar, una tienda o algo parecido. Me acordaré de ti y de Lina, si algún día voy por Liébana, y si coincidimos juntos mucho mejor. Gracias por tu generoso ofrecimiento.

Leí ayer un artículo muy curioso sobre el desayuno de los escritores. Decía el articulista que se desayunaban “egos revueltos”. Vamos, en conclusión, que todos lo tenían muy subido, el ego digo. No es que sea nuestro caso, lo de escritores a dedicación plena. Pero quizás a Teódulo le pase también algo de eso, bueno a Teódulo y a todos los demás y que unos absurdos celos le hayan gastado una mala pasada. Y tú, que has escrito mucho y bien, ya me entiendes.

Creo que le vendrá bien guardar ahora algunos silencios, de esos que él tan amargamente se quejaba, hasta que se serene un poco más. Seguirá escribiendo porque es un vicio para él, como el fumar y como cuando escribía los diarios en el estudio del colegio y así desahogaba sus sentimientos.

Esta tarde he observado que anda leyendo a Machado. Cuando se casó en Soria con Leonor en 1909. El tenía 34 años y su mujer sólo 15. Al poco tiempo, ya sabes, se le murió Leonor, en agosto de 1912 y escribió estos versos:

“Señor, ya me arrancaste lo que más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.”

Un fuerte abrazo. No demores tu globo, que a Pedro lo tienes en ascuas.


Carlos-Bañugues -

Sí,FELICES PASCUAS A TODOS.Cada vez que cruzo la mirada por las narraciones blogeras,se me inunda el alma de sensaciones.MARIANO de mis entretelas,¿Qué mano acaricia tu verbo y tu pluma que cada día me lo adornas de sentimientos?...Cicero y sus globos,que abren el corazón a la ternura y la admiración a cualquier sensibilidad(el relato último del camino recorrido por madre tan amorosa y decidida),una delicia de lectura y recuerdo de situaciones en algo recordadas que a uno tambien le tocaron vivir...Y Tú, J.Mª¿Cómo reprocharte tu creída insolidaridad por tener la suerte de vivir en León y poder ver a tu familia los domingos?...Sois, compañeros, modelos de tántas cosas que jamás habrá un sentimiento negativo hacia vuestras personitas de niños.Hoy,como nos indica de forma tan directa como delicada el P.Huarte,es el día más importante del calendario, el día de todos los días,el Amor de los amores...no puedo pasar por este día sin deciros que,para mí,La Semana Santa vivida en aquel Santuario de tantos recuerdos,supuso cada año una aproximación gigantesca al enriquecimiento personal y espiritual,a la inundación paulatina del pantano interior,donde todo el Amor cabe, y sentía que en algún momento desbordaría.Día de Esperanza,de que la vida tiene,por fín, trascendencia...y eso es de tal embergadura que uno se queda atónito al pensar que,siendo tan poca cosa,se nos halla regalado tamaño Sacrificio.Sin merecerlo y sin pedirlo...(Con música)Qué beneficio tan grande Dios al mundo quiso hacer...Nacimiento,Muerte y Resurrección... Casi nada,amigos y tambien hermanos.

Martín -

¡Coño Luis que los Picos de Europa también están en una gran parte en León!, (es que hacen hablar hasta a un muerto), yo que todavía estaba descansando de la paliza del Viernes Santo, día Santo disfrutando de papón durante todo del día desde las 6,30 de la mañana hasta las 1,30 del Sábado Santo, ¡menos mal que con la disculpa de mi reciente operación no pujé!, pero es igual el polizón procesional los disfruté a tope.
Quiero recordar a todos los papones de este León Semanasantero, me consta que somos muchos ex-alumnos de la Virgen los que participamos, (aparte de los componentes del GL, que no solo participamos casi todos, si no que también están nuestros hijos/as , sobrinos/as, y demás familia), así en estas lides, me encontré con el hermano Marcelo y conocí a Miguel Ángel Cordero, (gracias hermano por presentarte y poder conocerte), me gustaría poder conoceros a todos.
Pues a lo que iba, yo que estaba descansando y leyendo todas esas plumas ilustres que engrandecen nuestro pequeño blog y va Luis y me salta con lo de los Picos de Europa, es que a uno le hierve la sangre y no tiene uno más remedio que echar un borrón.
Un beso Luisín, que ¡bien que te echamos de menos!
Y seguir escribiendo que ¡da gloria leeros!

Isidro Cicero -

Si te ha conmovido el relato del Viernes y el Sábado Santos, amigo Clemente, espera a que lo termine otro día con lo que pasó el Domingo por la mañana.

Luis Heredia, saludos: La lengua, la palabra no son méritos propios, nos vienen dados, los heredamos. La madre - impagable, sí- es la mayor fortuna. El compañero Daniel nos propuso en noviembre a un grupo de condiscípulos que comíamos juntos ir a ver a esta superviviente y a pedirle que relate ella misma estas cosas que guarda en su corazón como las guardaban las de los demás. Lo haremos, pero habrá que esperar a que mejore el tiempo. “Le he puesto rostro a tu madre y he visto a la mía”, me han dicho por teléfono. Gracias, gracias.

Y lo de la visita a Santander ( y a Cantabria, no me olvides a Cantabria), te digo lo mismo que a Teódulo, sólo tienes que avisar y te acompaño a donde quieras.

Luis Heredia -

Sidrín, el P.Pedro se merece una colección de globos y mucho más. Pero, por el P.Pedro, no dejes de escribir o de hinchar hasta que tus pulmones no den para más.

Me une una especie de nostalgia desmedida con Santander a quien la debo más de una visita obligada: Mi padre nació en Santander y a los dos meses "le trajeron para Gijón";mi mini luna de miel la pasé en Santander para no separarme de mi padre porque estaba "en las últimas"; he conocido en persona las Cuevas de Altamira durante mi Luna de Miel en el 75; he realizado mi sueño de conocer el nacimiento del Ebro durante mi Luna de miel-impresionante y algo indescriptible; he conocido durante mi Luna Miel Santillana del Mar y en mi corta vida aún no he visitado lugar tan lleno de vida pasada.
Las corbatas de Unquera me quedan y sientan mejor que las de Armani o Hermés.

Y no sé distinguir si Lo Picos de Europa están en Santander o en Asturias, Patria Querida.

Solamente me queda por realizar un sueño que alguno de nosotros ya lo ha vivido: VOLVER A SANTADER Y DISFRUTAR DE TU COMPAÑÍA.

Un abrazo muy fuerte Sidrín.


Isidro Cicero -

José Luis Alcalde Revilla era un hombre que siempre llevaba a Shökel como vademécum y nos enseñó la estructura, el sentido y el significado de aquella colección de poemas milenarios que cantábamos a coro. Nos enseñó a penetrarlos. Y esas enseñanzas nos sirvieron de herramienta luego para operar por nuestra cuenta y riesgo los mismos poemas u otros diferentes. Yo le estoy muy agradecido retrospectivamente y ahora que me llama Sidrín como en casa le estoy más agradecido todavía. Era y es todo corazón. Le mando un abrazo.

Isidro Cicero -

En el primer libro, oh caro Teódulo, traté yo de los desplazados hacia los escondrijos del monte por las asfixias de la vida y de cómo sobrevivieron mientras hubo esperanza. Treinta y un años después, Javier del Vigo Palencia ha tenido otro rasgo más de afectuosa cercanía, como siempre, y lo ha recordado aquí, al ver cómo millones de personas se echaban al coche en busca de lo que todos buscamos por estas fechas, aunque nos volvemos sin encontrarlo la mayor parte de las veces, por no decir todas. Los montes eran los de Liébana, que lo sepas.

Sé, porque nos lo has dicho, que en tu vida ha quedado sin poderse cumplir el sueño de recorrer con Encarna esta extraña tierra mía sobre la que soy un experto. Así que, cuando quieras me lo dices, nos ponemos de acuerdo y te invito a recorrerla a fondo, yo como guía. Te faltará lo principal, no será lo mismo, pero a lo mejor iniciamos tú y yo una amistad de esas que nos hacen tanta falta.

Mariano Estrada -

Un regalo para Pedro Sánchez y Pablo Huarte, de los que me siento deudor y en los que de algún modo se compendia el Colegio.

DEL OTOÑO A LA PRIMAVERA

Del cuento “Otoño en la fragua”

Situación:

“Jacinto y Tiburcio pasaron la adolescencia y gran parte de la juventud encerrados en un seminario, donde estudiaron latín y adquirieron muchos conocimientos, dado que eran tremendamente estudiosos. No se hicieron curas porque, llegado el momento, se percataron de que realmente no tenían vocación sacerdotal, aunque estuvieron a punto. Muy a punto. Así que regresaron al pueblo, donde sólo había casas y campo: pocas casas y mucho campo... En una de esas casas, de planta baja, su padre había puesto una fragua que luego abandonó por enfermedad. Ellos la heredaron y la convirtieron en una forma de vida. No es que fuera muy buena, pero el trabajo tampoco les mataba. Además, estaban siempre juntos y tenían mucho tiempo para filosofar, porque, eso sí, los dos se consideraban filósofos. Y puede ser que lo fueran porque en el pueblo nadie les acababa de entender”.

Fragmento:

En “la Cortina de los gatos” hay unos chopos esbeltos cuyas hojas, a una hora incierta de la mañana, el aire estremecía levemente y el sol mandaba en reflejos a los ojos. La Iglesia asomaba por detrás, con su torre-campanario de granito gris, gama “Puente nuevo”, y sus anchos tejados de pizarra, cromatismo azul, tono “Llojadal cantera”. Todo oscurecido por líquenes y musgos y acaso matizado de erosión por los rigores climatológicos y el persistente fluir de las centurias.
-Las almas de los muertos, Jacinto, se sienten arropadas por la proximidad corpórea de los vivos, pero también por las piedras que conocieron en vida.
-Ya lo creo, Tiburcio, y sobre todo en el invierno.
-En el invierno y en el verano, Jacinto. Despojadas de la carne, que es peso y costumbre, las almas no resisten la soledad, por eso se hacen gregarias y asociativas. Procesiones, enjambres, estantiguas, columnas, coros, batallones... Son formas o estructuras que adoptan las almas penitentes, ya sin espacio ni tiempo.
-¿Quieres decir, Tiburcio, que en el día señalado de los difuntos, cuando el cementerio contradice abiertamente al otoño y se viste de primavera -bien que sea fugaz y funeraria-, estamos rodeados de abejas incorpóreas, cínifes metafísicos, mariposas ingrávidas, hormigas invisibles y algún que otro fantasma vagaroso de la hueste humana pasada a mejor vida?
-Eso es, Jacinto, has volado tan alto tan alto que le has dado alcance a la caza.
-Es decir, que yo no estoy con mis muertos, como era mi intención y mi creencia, pongamos por caso, sino con un coro de espíritus amontonados que acompaña inseparablemente a mis muertos.
-No, tú estás realmente con tus muertos, porque eso es cosa de fe y la fe depende de ti, pero ellos ya están entregados a otra causa más alta y más sublime, constituyendo una unidad de destino universal.
-Ángela María, la ingente congregación de los espíritus, llamada Santa Compaña, se ha equipado de combatividad y patrioterismo. Franco ha ampliado sus tronos y dominaciones. Los cementerios deben abrirse por defunción. La guerra ha llegado a sus comienzos.

El cura lucía una casulla de un dorado tenue que, dadas las inevitables genuflexiones durante la celebración de la misa, dejaba ver un sagrario que entonaba muy bien con el otoño, igual que los retablos y la patena:
-Copón, pero ahí hay trampa –protestó Tiburcio- El color de lo sagrado no depende del tiempo. El cáliz es dorado por los quilates, no por el otoño.
-Pero el cura no se aviene a razones, Tiburcio, porque el cura es pimiento colorado, azul y verde... O sea que tan pronto es aleluya como salmodia, después será domingo o Navidad, Crucifixión, Adviento, Epifanía... Y aún nos ahorramos la sotana.
-Desde un punto de vista litúrgico, Jacinto, la sotana es el vestido de la inactividad, que es reposo momentáneo, no del requiem, que es descanso eterno. Claro está que la sotana es negra, como el luto, pero también como el pecado. Y el pecado es hijo del ocio y el ocio no distingue color...

“El color de las casullas” -pontificaba el sacristán cuando le daban ocasión- “se corresponde con la intencionalidad del oficio que se celebra: no es igual una boda que un entierro”. Otro tanto ocurría con las músicas, ciertamente variadas, del repertorio sacramental: Palestrina, Bach, Haendel, Mozart... Graves, tristes, alegres, circunspectas... Liturgia pura. Ninguna implicación o connivencia con las estaciones, sean temporales, musicales, pictóricas o ferroviarias.
-Con las estaciones, Jacinto, solamente se han implicado los profanos, como Stravinsky, al sucumbir a los efluvios primaverales, que, dicho de otro modo, son explosiones de vida. O Vivaldi, que, en un rapto de fiebre pasional, tan divergente como aglutinadora, no musicó una estación, sino las 4.
-Podía haber musicado las14 y, en lugar del almanaque, hubiera compendiado el Viacrucis.
-No había caído yo en esas cuentas Jacinto, pero dime: ¿qué tienen que ver con el otoño?
-La evocación, Tiburcio, a través de los oros de las casullas, nada bastos, por cierto, y de las copas de la celebración, que brillan como filos de espadas.
-El oro, aunque sea como evocación, siempre es sospechoso de codicias, hermano, especialmente si las pasiones se desatan con cargamentos de juego y borrachera.

Los nogales del frente de la Iglesia son mucho más grandes que los olivos del huerto de Getsemaní, y más viejos que Jesucristo cuando fue besado por Judas Iscariote, por otro nombre “El traidor”. La verdad es que son unos nogales espléndidos no sólo en la estatura y en la antigüedad, sino también en las nueces, en las hojas y en los pájaros. Nueces que ignoran el instrumento de su ruina, que Tchaikovsky hizo arte, pájaros que desconocen a Dios, por más que sean píos, píos, papíos, y hojas que derraman en el árbol sus esplendores de otoño.
-¿Tú qué dices, Tiburcio?
-Yo digo que mayo pajarayo. La primavera es la vida, el otoño es anticipo de la soledad y de la muerte.
-¿La muerte de quién, Tiburcio? ¿Acaso te has muerto alguna vez y a mí me tienes en babia? ¿O es que te cuelgas de los techos para invernar, como los murciélagos y las estalactitas? ¿Dónde tienes los ojos, mamón, en el cogote? ¿No te conmueve el colorido?
-Me conmueve, sí, pero más me conmueven otras cosas, hermano; por ejemplo, las crías de las aves en sus pequeños nidos: las bocas que esperan la lombriz: ansiosas, instintivas, casi desesperadas; los alones desnudos e inservibles, que transmiten sentimientos de piedad, ternura, compasión, misericordia... Me conmueven los corzos cuando acaban de nacer: los cuerpecillos menudos, las patas estilizadas e impotentes, la suavidad de la piel, la inocencia de los ojos... Pero hay más: despuntes, brotes, rompimientos, yemas... Vida a borbotones, Jacinto, germinación incesante ¿Qué queda, en cambio, tras la caída de las hojas?
-La sementera, Tiburcio, que no es poco.
-No, no es poco; de hecho, casi es un milagro: la tierra recibe unas semillas apagadas, punto menos que muertas, de las que surge nuevamente la vida. Pero tiene que pasar sobre ellas el invierno: tardes tristes y mustias, árboles desnudos... frío, nieve, soledad, brasas de silencio y de melancolía.

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
Blog http://paisajes.blogcindario.com
Poemas recreados: http://groups.google.com/group/paisajes-literarios


Isidro Cicero -

Pedro Sánchez: Habrá globo para ti, no lo dudes. Será el último, el que dé el cerrojazo a esta serie, ya suficientemente larga. Habría estado bien haberte dedicado el primero, cronológicamente habría sido más coherente, pero por entonces no tenía yo claro en qué derivarían todos estos recuerdos que vamos desgranando aquí. Nadie pensaba entonces que iba a salirme un manojo de veinte globos flotando por el ciberespacio con tanta libertad. Pedro será el último Papa, lo sabemos por Malaquías. Pedro será también el último globo, lo prometo.

Pablo Huarte -

En el día más grande desde el punto de vista cristiano, también os deseo una Feliz Pascua de Resurrección.

Recordaréis, que en esta fecha
solíamos repetir: Solemnitas Solemnitatum. La Fiesta, entre todas las demás fiestas.

Y también decíamos con la liturgia: "Feliz culpa que nos ha merecido tal Redentor"
Que la esperanza más fuerte anide en nuestros corazones.

Pablo Huarte

Javier del Vigo -

Soy irónico, muchas veces, por enmascarar mi sentimentalismo. No cuento nada que no supierais, supongo. Es que la vida es tan puta...! Uno sigue ocultando aquel ser tímido que fui; pero aquel ser persiste en mis adentros. (¿Qué fue de aquellos niños que compartieron adolescencia en León? ¿Qué queda de nuestro arqueológico ayer en este hoy fugaz que nos sujeta a la madurez? Las preguntas -estas- han aparecido intermitentes, como el monstruo del lago Ness, sin que sea fácil darles respuesta reposada...)

No quiero hablar de mi; ni filosofar sobre temas obtusos y eternos, no. Debo hacer confesión, hoy, día de la Pascua de Resurreción para los cristianos: el artículo con que ha abierto Jose Mari este portillo ha revuelto mis sensiblerías y me ha sacado carcajada sonora. Ambas cosas a la vez.

Ha sido una delicia leerte, una vez más, compañero-hermano y amigo. Tu relato de aquellos “intangibles” ha sido precioso. De la oscuridad a la luz; del morado –que no negro, como escribí- al blanco litúrgico. De las tristes melodías de muerte y dolor –“O vos, omnes”, por ejemplo- al exultante tono mayor del “Regina coeli, laetare” y al amalgamante “Aleluya” que volvisteis/volvimos a cantar, allá en octubre, cuando el re-encuentro... Aquellos frailes medio desnudándose en público, para apartar el negro de muerte y lucir sólo blancos, como resucitados... Ya digo: me has sacado a la luz viejos intangibles. Deliciosos recuerdos de un tiempo en que las liturgias católicas marcaban mis alegrías, mis tristezas, mis creencias, mis cánticos...

Después, mis estados de ánimo fueron más complejos; más a ras de suelo. El después llega hasta el presente. Pero es saludable contemplar en el cuadro de cada uno la totalidad de los “yoes” que vamos siendo. Luces y sombras, claroscuros, sfumattos...

Jose Mari, si París bien valió una misa, esta frase tuya vale no sólo una misa, sino todo París, que coloco a tus pies, como regalo: “Al padre Enrique se le despeinaba el "quiquín"...” Qué ocurrencia tan simpática. Ya digo: carcajada limpia la que me has robado, bribón! La figura del padre Enrique era simpática. Su cara redonda, tanto o más. Pero aquel tupé ensortijado que le remoloneaba por el centro de la frente, era único en su pequeño cuerpo.

Recordar que el día de Resurrección se desmelenaba nuestro querido y no muy crecido Padre Enrique me ha parecido, Jose Mari, delicioso; como la espuma blanca de las olas del mar. Inigualable!

Que la nieve no os impida disfrutar del domingo de Resurrección, bloggeros de todo tupé y condición!

josé luis alcalde -

Son las dos de la madru...Vengo de nuestra Vigilia Pascual, de otro tono que aquellas de La Virgen de feliz recordación, animado...digamos revivido...y te encuentro. Me temo que me introduje el primer para recibir tu felicitación y compartir la mís contigo y con todos.
¡¡VIVA LA VIDA!! Os quiero por vosotros mismos y por lo que me dais. Un beso a tí y a cada uno.