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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

PEPE COLINAS, el Portero

PEPE  COLINAS, el Portero

Fotografía y texto que nos envía nuestro muy querido compañero del alma Luis A. Heredia (Abogado ya contratado para defender causas "imposibles" de algún impresentable que aparece por aquí) recordando al querido e inolvidable Pepe Colinas: el Portero.  Un abrazo, amigo Luis y hasta pronto.  ¡¡Vivan los paquetes!!.

Esta fotografía te la envío porque quiero dejar un recuerdo como homenaje a un “tipo” excelente que se comportó como un Angel Custodio no solamente guardando la PUERTA DEL COLEGIO, sino guardando también muchos “secretos”  de muchos de nosotros. 

Gracias a él, conocimos lo que era una “escapada encubierta”  al mundo exterior y su voz fue el anuncio de lo  más deseada para nosotros: LOS PAQUETES.

PEPE COLINAS merece, por tanto, un lugar aparte por haber sido partícipe de nuestras vidas y un miembro más de la Comunidad.

Luis   

3 comentarios

Luis Heredia -

Queridísimo P. Huarte.

Mejor no podrías haber descrito a la gran persona que fué también para todos los alumnos. Es curioso que no solamente vosotros os acercábais a la Portería para desahogaros. También lo hacíamos nosotros como alumnos. Señal de que le considerábamos parte también del Colegio, como un Fraile más. Al menos, yo.

Pablo Huarte, O.P. -

A PEPE COLINAS

¡Qué buena idea has tenido, Luis Heredia, al darnos ocasión con esa foto, de hacer nuestro homenaje especial, a alguien que fue, durante tantos años en mi caso, algo más que un portero-recepcionista en el colegio Virgen del Camino!

Y aprovecho, Luis, antes de contar algunas cosas de Pepe, para manifestarte que has sido para mí un auténtico descubrimiento muy grato, por cierto, tras seguir tus numerosísimos comentarios que has publicado en este blog de nuestros amores. Sospecho que esa persona femenina que se encuentra en la foto contigo y con Pepe, será o bien tu esposa o bien tu hija. Siempre, por supuesto, muy joven y muy guapa.

Pero antes de empezar a decir algo sobre Pepe, he de pedir disculpas, por volver a aparecer, en este bendito blog. Quería ya callarme hasta el día 13, pero ¡nada!, va el Furriel y nos despierta con este portal, tan sugestivo para mí. Y no puedo resistirme a decir algo de Pepe, pues, de no hacerlo, podría recibir un buen tirón de orejas.

A Pepe Colinas, siempre lo quise, lo admiré y hasta me pareció que era un muy buen amigo para mí. Y con los buenos amigos, siempre existen complicidades que hacen que la amistad se asiente y fortalezca.

Desde mi gratitud personal hacia él, voy a tratar de contar algunas cosillas -complicidades, en realidad-, que teníamos entre los dos. Conocedor de que era una persona de total confianza, en más de una ocasión "colaboró" conmigo para tapar alguna situación comprometida que pudiera prsentarse. Por ejemplo: llegaba el P. Prior, P. Eulalio, y le preguntada: "Por casualidad; ¿sabes dónde puede estar el P. Huarte?" "Por aquí ha pasado hace un rato, pero ya sabe lo que son estos jóvenes: van, vienen; suben, bajan; salen vuelven y ¡vaya usted a saber!" Jamás te haría una faena para dejarte al descubierto. Noble y leal, por encima de todo.

Yo me daba cuenta de que -siempre hablo de mi experiencia personal-, mis problemas, mis penas, mis alegrías, mis angustias, eran como si fueran las suyas. Con motivo del viaje a Viena con la escolanía, él conoció como nadie los apuros que yo pasé, hasta coseguir alcanzar los fondos necesarios. Escribí varias cartas a personas de la Orden que podrían ayudarnos, y cuando llegó la respuesta tan generosa del P. Provincial, Cándido Aniz, me llamó inmediatamente que bajara a la portería, pues acababa de llegar un giro muy importante. Bajé, cual ciervo no herido, y me dio el gran abrazo. El giro ascendía 100.000 pts. (Hablamos del año 1978) El camino hacia Viena, comenzaba a vislumbrarse ya con total optimismo. Mi enorme alegría, fue su enorme alegría. Y él, no fue a Viena. Y ya nada se puede hacer para que vaya...

Otro detalle que se me grabó fuertemente de Pepe. Yo estaba en Palencia con los prenovicios. Pepe y su esposa, en la estación de León, con el fin de ir a Santander. Estando en la habitación, el portero de Palencia me llama y me dice: "Padre Huarte, aquí ha llegado dos personas que dicen ser muy amigos de usted". Bajo y...me encuentro con Pepe y su Señora que, al intentar montarse en el tren que iba a Santander, lo hicieron en el que venían a Palencia. Gran abrazo y... "me gustaría que esto os pasase muchas veces, para que así podamos vernos y charlar un buen rato, hasta el próximo tren.

Buen amigo. Leal, hasta lo indecible. ¡Cuántas veces nos acercábamos a la portería para desahogarnos con él! Lo hacía yo, y creo que otros muchos.

Allá donde se encuentre, desde la atalaya de mejor visibilidad, que dirija su mirada a León, los días 12 y 13, y nos pueda recordar y reconocer a todos...

Yo quiero querer creer, que sí sé dónde se encuentra. Pero no ha amanecido todavía. Porque es de noche.
Que María, la del Camino, le tienda la mano y lo lleve hacia la luz, porque seguro que para él, ya ha comenzado a amanecer.

Pablo Huarte, O.P.

Luis Heredia -

Rebuscando, rebuscando, me encontraron esta foto en casa.

Muchos de vosotros tendréis una similar.

No recuerdo nunca haber oido a Pepe Colinas que pidiese hacerse una foto con la familia. Eran las familias quienes buscaban desesperadamente hacerse la foto con el protagonista principal, sabedoras de la complicidad que supone llevarse a bien con la Portería de un Colegio.

Un personaje especial, cariñoso, bonachón, cómplice del pecador de turno e insustituible.

Solamente conocí en mi vida a dos porteros que serían los únicos merecedores de hacerse cargo de las llaves de San Pedro: Fray Jaime, en el Colegio Sto. Domingo de Oviedo y Pepe Colinas en La Virgen del Camino.

No le recuerdo una mala cara ni un mal gesto, al menos yo.

Hasta el punto que mis hermanas le recuerdan hoy en día más que al Sauce Llorón.