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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

AQUEL CEMENTERIO

AQUEL CEMENTERIO

El artículo de hoy lleva la firma, auténtico lujo, de mi amigo-hermano Enrique Muñiz-Alique Iglesias, Quique. Recuerdos, tristezas, trabajos, lluvia, picos y palas, amigos, padres de colegio, nuestra infancia, música...etc. se me ocurre que están allí.

Disculpadme una maldad: la vida es una enfermedad de transmisión sexual con el cien por cien de mortandad.

El resto de fotografías que Quique y Pedro hicieron del Cementerio os las dejo en Ver Fotos/Documentos álbum COLEGIO.

Feliz domingo.

5 de abril de 2008

Apenas son las 10 de la mañana. Hoy es sol frío. Y dulce. Como un recuerdo. Pedro camina a mi lado, a veces los dos en silencio, por el camino que rodea la finca. Lo miramos todo como si fuera ésta la primera vez. O la última. El teatro, cerrado desde hace demasiados años, y abandonado a nuestros sueños, ya queda atrás. Descendemos en paralelo a la recreación de los mayores, junto a la bolera que fue, un poco más allá de las porterías del campo de fútbol. Dejamos atrás la granja, también callada, y, sobre la hierba descuidada se asoma la cruz del cementerio diminuto de casi nuestro primer adios.

A través de los hierros oxidados de la puerta enmudecemos ya totalmente y apoyamos nuestra mirada hacia donde descansa el Padre Uría desde nuestra niñez: la que tanto nos resistimos a perder, recostándonos casi cada día en este abrazadísimo cuaderno amarillo. A su lado hay muchos otros silencios: El Padre Lanz, tan quieto y recto como entonces, ya no me recuerda; y siento que el Padre Iparraguirre parece que aún mira hacia su teatro abandonado. Pero no: tiene los ojos cerrados imaginando que vive… Muy cerca duerme también muy dulce el Padre Fernando Mª, el viejo, el bueno, que aún se aparece entre los cerezos en flor, junto a la recreación.

Y tantos otros testigos de nuestros primeros pasos………Cabal, Blázquez, Segismundo, Marcelino...

Una recién estrenada autovía aturde con proximidad insultante nuestra soleada melancolía. Son motores y no los armónicos acordes de órgano que nos esforzamos en imaginar.


Volvemos despacio; subiendo lentos por la cuesta del tomillar; protegidos del silencio de nuestros muertos y con el sol rebotando en el mosaico enorme de la Virgen que aún une las dos escuelas (¿secuelas?) de nuestra memoria.

21 comentarios

federico -

Aquí reposan cuerpos,despojos,atrapados por la gravedad universal de la materia.Los espíritus estan libres del espacio y del tiempo:ETERNIDAD.El amor,única moneda autentica, fue su pasaporte a la eternidad.Sólo el amor nutre nuestros recuerdos hacia e.DESCANSEN EN PAZ. No, no,viven, sin tiempo,su auténtico SER en el paraíso de la luz perenne.

Luis T Barbería -

Luis, de verdad que me abrumas con tus elogios exagerados. La vida es la que nos va enseñando, que ya vamos teniendo edad para que nos vayan pasando algunas cosas.

Vibot, amigo fiel y sensible, apunto tu consejo y hoy mismo trataré de oirlo. Viniendo de tí ya sé que será maravilloso, que tienes un alma de cristal y en tus catedrales íntimas sólo se oirá una música divina.

Un fuerte abrazo y gracias por vuestra ayuda.

Vibot -

Teódulo querido, cuando puedas, escucha la variación 25 de las Goldberg. Sería un fondo perfecto para tu última elegía.

Y anota este nombre: Diego Ares Groba, un muchacho de 24 años que ha tocado esta tarde, en el viejo cuartel del Conde Duque, las Variaciones Goldberg de Juan Sebastián Bach, al clavecín.

Se paró el tiempo desde el primer compás, y durante poco más de una hora nos echizó en hipnótico silencio desgranando profundos laberintos y belleza. Belleza inagotable...

Algún día este muchacho grabará esta obra y todos lloraremos agradecidos. Te avisaré el primero.

Ojalá hubieras estado aquí.

La variación 25 te enamorará el alma.

Besos.

Luis Heredia -

Mi queridísimo Luis T Barbería, maestro del saber vivir y morir. Leo todas tus lecciones y me parece que van a ser la únicas asignaturas en la que voy a sacar sobresaliente por seguir tus enseñanazas de manera discilplinada todos los días, y ¡qué coño, porque me presta cómo das las clases y me encanta seguirte¡

Te quiero.

Luis T Barberia -

Cuando el silencio se adueña de la casa
y la noche se acuesta en nuestro cuarto,
coges mi mano en la cama
y con voz quebrada me vas contando tus temores.
En esa hora del silencio,
cuando todos duermen su fatiga,
despiertan en tu cuerpo
las señales antes acalladas por el ruido.
Dejo mi mano al alcance de la tuya,
intento subir a la alta torre
de tus sueños y allí contemplo contigo
el asolado campo de tus miedos.
Quiero ser firme y asentarme
en el suelo de las razones ciertas,
mas a veces yo también tiemblo
y flaqueo en esa hora de los suspiros
abatido por el aire de tus presentimientos.
A veces, vuelvo mi cabeza
y a escondidas de ti
también lloro y rezo por ti plegarias.
Luego acaricio suave tu cabeza
y tiento leve con mi mano tu mejilla
para aliviar la lluvia de tus ojos
y así ya podemos dormir
el uno junto al otro.

Luis T. Barbería -

Gracias, Santos, por tan cariñoso soneto. Tienes una facilidad excepcional para el asunto, que ya me gustaría tener yo. Nunca creí ser merecedor de tan ilustre distinción.

Y gracias, Quique, por tus palabras tan sentidas y cercanas. Tienes una alma muy sensible y llena de matices de delicada transparencia. En este blog siempre he recibido mucho más de lo poco que he podido dar con mis humildes aportaciones.

No sé si verías el otro día un excepcional documental en TV 2, en el programa Versión Española, que se titulaba “Las alas de la vida”. Narraba la vida y meditaciones de un enfermo sin remedio, de 47 años de edad, Carlos Cristos, que se enfrentaba a la muerte con elegancia y extraordinaria lucidez. Sus reflexiones y pensamientos, que comunicaba a la cámara, emocionaban por su sinceridad y coraje.

Me recordaba y mucho, mi experiencia reciente con Encarna, mi mujer. He tenido el privilegio de acompañarla en todos estos años y compartir con ella presentimientos que luego se han cumplido. Un camino cercano a esa frontera de la muerte que todos, más tarde o más temprano, tenemos que recorrer. Y nos convendría encarar ese momento inapelable con la mayor serenidad posible. Sabedores de que la muerte es un acto natural, como el nacer. Cada día nos estamos muriendo un poquito más y acercándonos a esa frontera que la sociedad actual quiere ocultar con miedos y temores. Aprender a morirse podría ser una asignatura muy provechosa.

Un fuerte abrazos, amigos.

Francisco Muñiz (Chisco) -

Anoche recibí una carta, manuscrita, franqueada desde la eternidad, y remitida por el Padre Lanz.
Me pidió que la hiciese llegar a todos, pues ya sabemos que no era muy partidario de las tecnologías modernas. Y decía así:
“Mi querido Enrique pequeño (que así me llamaba en ocasiones). Ha llegado hasta mí una carta que parecía una respuesta a algo que tú escribiste. Venía de tu hermano y decidí quedármela, porque ¡¡hacía tanto que no lloraba y me hacía tanta falta…!!
Decidí que se publicase la segunda, tierna, sincera y reveladora.
Dile de mi parte que aun guardo todos y cada uno de sus trabajos, que le recuerdo cada día, que rezo por él y por todos vosotros. Dile también que los milagros no son exclusividad divina, que con el Encuentro habéis logrado el milagro más hermoso: abrazaros todas las generaciones juntas.
Desde aquí, desde el Campo Santo, entre el ruido infernal de la autovía y el olor a tomillo…os recuerdo a todos.”

santos s. santamarta -

A Luis T. Barbería

Perdona el símil, Luis. No sé si debo
decir que eres mi pita ponedora
y yo el niño que acude cada hora
al “nial” de este blog por otro huevo

Por otro rico don redondo, nuevo
que gusta, y enternece, y enamora:
un mágico manjar que nos mejora
y que, probado ya, deviene cebo.

Acude a este corral, Luis Barbería,
donde te espera siempre un gallinero
algo “tocado” de melancolía

Ven asiduo si puedes, ven primero
y no dejes a tu infantil huevero
sin su ovoide ilusión de cada día.

quique muñiz -

Luis A. Heredia:
Cuando te diriges a mí, siempre percibo la sensación, pintada de seguridad, de que ya sé dónde cobijarme si un día me rompo.
Este bendito diario/compartido de páginas amarillas -al que ninguno sabremos ya renunciar- nos escupe con tenue tristeza y cada día, la pérdida de cuarenta años sin estos momentos cálidos que nos dedicamos, y que nos hubiera gustado acercar mucho antes.
Luis... "besinos"

quique muñiz -

Luis T. Barbería:
Siento más y mejor, desde que te leo.Y desde tus palabras me ha parecido adivinar como una bodega en tu alma: y un vino muy especial al que también me considero invitado.
Un abrazo grande, grande.

quique muñiz -

Paco (“Chisco”) querido hermano que queriéndome me desalmas...
Creo que en alguna estrella se perdió mi inicial respuesta, a vuelapluma escrita, la misma noche en que te leí, inmediatamente antes de este largo viaje.
Tal vez llegó a la estrella LANZ, que tanto aplaudía mis cuentos de niño, con los que a tí te exigía. Y quizás se la quedó, como incorregible, para que no te defraudara.
O, tal vez, se ocultó en IPARRA, la estrella del conocimiento sensible que me pedía insistentemente mi entrega y práctica a la pluma.
O, mejor aún, se adormeció en FERNANDO, la estrella de descanso entre sellos acariciados y flores bondadosas.
- En cualquier caso, mi querido hermano, no me adviertas más de que consigo encoger algún corazón con mis sentimientos; porque, como bien conoces, me asusto enseguida. Y porque yo sólo he soñado corazones: y, al cogerlos, y abrazarlos, se desmenuzan siempre y escapan entre mis dedos como las arenas... hasta perderse.
- Tampoco insistas en que sea siempre este niño grande, porque no me resulta difícil. Sigo mis pasos leves por este “camino” casi como al principio: “queriendo” mucho, “haciendo” poco y “teniendo” casi nada. Continúo comenzando a aprender.

Y tú, sin dejar de quererme, no me sigas empujando a la terraza con tu abrazo feliz, porque, como todos conocen, en La Virgen del Camino no se puede salir al balcón hasta bien entrado Julio; y por las tardes, cuando comienza a declinar el sol, por mi ventana escogida: la que mira la cruz de las campanas (y de los globos de octubre).

Pero no me quieres más que yo a tí.

Besos

Luis Heredia -

Hola Luisín, el amor nunca muere y a poco que te esfuerces, seguro que seguirás viendo sus ojos.

Puede que sea una de mis estúpidas reflexiones heredianas, pero yo sigo viendo todos los días los ojos de mis padres y mi hermana. Sin necesidad de mirar una foto.

Luis T Barberia -

No es morirse lo que asusta
ni dejar de ser el cuerpo que sostiene
en su vertical edificio,
el pensamiento que languidece
en una anochecida serena.
Son tus ojos que ya no veré
ni el amor que los sustenta
en llama perdurable.
El amor con que tú me miras y me ves
y me vuelve bueno y valiente,
generoso y libre,
yo, tan cotidiano.
Así es como tú me ves,
así es como yo me veo
en el espejo de tus ojos.

Luis T Barberia -

Devuélvase por el conducto de su recibo, dejando nota. Sirviendo este proveído como oficio remisorio a todos los efectos.

En Marbella, a tal de tal de tal.
Suyo afectísimo
Fulano de tal

Luis Heredia -

Querido Luis Teódulo/Barbería

He pecado tantas veces por omisión, que en el infierno ya tengo un "reservado" a mi nombre.

De pensamiento, palabra y obra, espero que el jurado sea magnánimo.

Por todo éllo, SUPLICO, tengan a bien Mariano y Javivi darse por aludidos, y OTRO SI DIGO, que aquellos a los que no haya aludido, se sientan por mencionados, todo ello, de conformidad con el cuerpo de este escrito.

Y Dios te guarde muchos años, Luis, para deleite de todos nosotros.

Te quiero, permítaseme esta licencia.



Luis T Barbería -

Perdona, Luis, que con las prisas he dejado algo en el tintero.

El Dios guarde a S, Sª", a mi humilde entender, tiene cierta prestancia.

El que yo quería escribirte era éste otro: "Devuélvase por el conducto de su recibo, dejando nota. Sirviendo el presente como oficio remisorio a todos los efectos". Ahí queda eso. Para volverse locos.
Un abrazo

jose ignacio serrano mallada -

Erial de amapolas y tomillo enamorado, nunca te olvidamos.

Cuerpos santos que reposais en arcilla destripada con tristeza por jovenes brazos quinceañeros que ya empezaron a tutear a la muerte en edad indebida, no os olvidamos.

Hoy es el día del Buen Pastor.

Ellos fueron nuestros pastores.Nosotros conocemos su voz,ellos conocen la nuestra.

Qué podemos hacer?
Un recuerdo amoroso siempre.

Luis T Barbería -

Querido Luis Heredia:

Antes que nada permíteme que salude y felicite a José Laguna. El pobre ha debido tropezar con sus hábitos y ha caído trastabillado en este portal luminoso del campo santo de Quique, cuando él lo que quería de verdad era aterrizar en el portal de al lado. Misericordiosamente y antes de que se nos asuste por la solemnidad del recinto, lo he reconducido, que debe ser nuevo y todavía se pierde en este laberinto.

Como escribiría el maestro Cícero, dices unas desmesuras de mi persona que me ruborizan. A Cícero, últimamente, le voy robando palabras porque siempre se saca de su sombrero mágico unas expresiones muy hermosas, que no sé si las trae de su Liébana natal o él también las ha pirateado en vete tú a saber qué recóndito lugar. Pero el otro día él hablaba de niales y pitas y ya sabes que esas cosas tan hermosas ya no se oyen en televisión ni en la radio, que al final el idioma se uniforma tanto que todos acabamos usando las mismas y aburridas expresiones por tan trilladas, Y ya no hay filandones (¿) que decía el otro día nuestro amigo Trapi ni conversaciones o cuentos de viejos al amparo del hogar de fuego.

Y no te cuento nada, que tú en esto debes ser un experto, si nos metemos en el terreno jurídico o en lenguaje administrativo y empezamos a decir cosas como Dios guarde a S. Sª ó para que conste y surta los efectos oportunos, expido la presente… y maravillas parecidas. O el lenguaje de nuestros próceres diputados, salvo raras excepciones, todos parecen que han ido a la misma escuela de Lengua.

En cuanto a lo demás, el otro día, mientras estaba yo en el cementerio, rezando o hablando con Encarna, se acercó un señor ya mayor, agricultor, que había sufrido la misma experiencia y me saludó con esta expresión: “Esto ya no tiene remedio, maño. No te des de tozolones contra la pared que no vas a sacar nada” De momento no le di mayor importancia, pero luego comprendí que tenía razón y que no hay que darse de tozolones contra los muros. Y luego está la escritura y este blog que utilizo como cauce de mis escapadas, aunque últimamente diga muchas tonterías, sé que me ampara vuestra comprensión

Antes de despedirme, Luis, quiero ayudarte en unas omisiones que ya sé que habrán sido involuntarias. Es lo malo de dar nombres: Nuestros admirados Mariano y Javier del Vigo, Santamarta y… pongamos puntos suspensivos porque seguro de que todavía nos olvidamos de algunos.

Por cierto, Mariano y Cícero eran del mismo curso? Pues qué cosecha más maravillosa.

Gracias, Luis, y un fuerte abrazo. Siempre has sido muy generoso conmigo


Luis Heredia -

Quique, cuando te llamé este mediodía para decirte que mi hermana había encontrado a un re-encontrado, no sabía nada de este delicioso comentario.

Tu hermano y Luis Barbería se me han adelantado dando en la diana.

Chisco es de esos admiradores fraternales que tuvieron la fortuna de tener un Norte con un hermano mayor.

Yo, de los 14 hermanos, fuí el cuarto y primero de los varones.

De mis hermanas he aprendido muchas cosas, incluso a andar en bicicleta de muyerina, sin barra.

Desde luego, Chisco no te das cuenta que Quique es quien desearía reemplazarte en tus palabras y haber tenido el hermano mayor que los hermanos mayores siempre deseamos haber tenido como espejo en el que mirarnos.

¡Tantas cosas os diríamos los acomplejados hermanos mayores si os habláramos de los problemas que tuvimos pensando que no cumplimos con tal misión¡

Chisco, tu hermano Quique es el hermano mayor que todos hubiéramos querido tener como referente. Le pasa lo mismo que a mi y a mi hijo mayor. No sé por qué, los hermanos mayores siempre quisimos haber tenido un hermano mayor que nos hubiera servido de guía y con el que hubiéramos podido hablar de lo divino y de lo humano.

O sea, un referente.

Pero bueno, espero que los hermanos que somos mayores os hayamos dejado algo.

Luis Barbería, me tienes atónito, anonadado, desde que irrumpiste en el blog.

Tu personalidad, tu espíritu de superación después de todo lo que pasaste, tu ánimo de vivir, me infunden una infinita dosis de moral vital.

Eres realmente un ejemplo de compañerismo, de amistad, de lealtad y de generosidad.

Yo fuí uno de los que inauguramos, hecho a mano, la casas de resposo del amigo y ser querido. La experiencia vivida con el Santo P. Uría, me cambió y comprendí muchas cosas.

Si nuestra experiencia la relatase Vibot, Quique Muñiz, J.A. Iturruaga Madariaga, Chema Sarmiento, Trapi, Santos Suárez Sánchez, Sidrín, tú mismo, o cualquier otro compañero de fácil verbo pero más aún de inigualable palabra, nos dirían que nosotros no cavamos unas tumbas, sino que construimos unas celdas para los frailes que dejaban paso a los demás.

Quique y Luis, sois mayores que yo en edad, dignidad y gobierno pero iguales en los recuerdos que guardo en mi memoria sobre el P. Uría, P. Felipe Lanz, P. Iprraguirre, P. Fernando....

Guardo también la firma, como muchos otros, del P. Iparraguirre en mis notas, con Bic rojo, y su inconfundible firma en negro. Posiblemente el rojo de las notas para resaltar. 5, Mes Ag, año 1.968, fecha en la que decidí no ir a tomar los hábitos a Caleruega, lo que me costó Dios y ayuda pero que creo que acerté con la ayuda de todos.

Más de una vez lo hemos hablado en el blog

Luis Barbería -

Es enternecedor tu relato, Quique. Los muertos nos amparan con su cariñoso recuerdo.

Una de las personas que más me impactaron en mi corta estancia en la Virgen fue el P. Uría. Podías hacerle cualquier diablura que él siempre respondía con una sonrisa y eso nos desarmaba hasta desistir de nuestros maliciosos intentos. Sonreía siempre el P. Uría y si algún santo he conocido en esta tierra tuvo que ser él.

Del P. Felipe Lanz recuerdo su aseado aspecto y el pelo de cepillo que adornaba su inmensa figura. Nosotros, lo mirábamos desde nuestra insignificancia y nos parecía un gigante y aquella capa negra siempre enrollada en su espalda.

Del P. Iparrraguirre , más exactamente Rvdo. P. Fr. Juan José Iparraguirre Rodríguez, O.P. , como reza mi antiquísimo y ya derruído Certificado de Estudios, que firma como director Eulalio no sé qué más, recuerdo sus dedos manchados de delatores amarillos y sus ensayos con los muchachos del teatro y sus clases de griego.

Al P. Uría lo quería yo mucho, sin quizás motivos personales. Sólo lo recuerdo oficiando en su órgano del Santuario, totalmente entregado en sus orquestaciones musicales, cerraba los ojos y se nos iba, como Vibot, se echaba a volar, el bueno y santo del P. Uría. Se habrán encontrado ya el P. Uría y Vibot por aquellos cielos de Bach?

Francisco Muñiz-Alique (Chisco) -

Tengo el inmenso honor de ser el primero que deja en estas líneas el primer comentario a esta emotiva epístola de Enrique, mi meta en unos casos, mi guía en otros, mi ejemplo en muchos y mi hermano…siempre.
He podido comprobar que en algunos aspectos de la vida has sido un gran egoísta. Y lo digo desde el mayor de los cariños: te llevaste la sensibilidad de todos, te quedaste con la expresión, con el sentimiento, y con la palabra.
Sabes mejor que nadie encogernos el corazón, hacernos brotar las lágrimas escondidas, y hacer nudos marineros en nuestras cansadas gargantas.
El Padre Lanz te recuerda...y no sabes de qué manera. Él también lee tus recuerdos y estoy seguro que esta noche me volverá a decir al oído, como lo hacía tantas veces cuando me calificaba con un notable mis redacciones, que los sobresalientes los gastó contigo.
Nunca pierdas tu niñez: será el espejo en el que sigamos mirándonos, nuestro almacén de abrazos, nuestro rincón preferido y solitario.
Quiero desde estas humildes letras consolidarme delante de todos como tu primer admirador, no solo de tus palabras, sino de tu persona.
Te quiero hermano, aunque nunca te lo diga.