UN DÍA DE CAMPO
Andrés el "Trapi", gracias genio, nos pone hoy el pie a esta fotografía de la colección de Ximo López Ros quien la ha titulado así: Rescalvo, Luis, Pablo, yo, Javier, Andrés, Seque, Jose Luis y Jose comiendo el bollu preñao.
Otra foto, y no estás en ella; pero es parte tuya, es tiempo vivido y, ahora, revivido.
No hay nostalgia, añoranza; produce alegría que se haya producido la instantánea y que aún lo cuentas.
Estaba nervioso.
Me costaba centrarme con la traducción de Tito Livio, porque miraba de reojo por los grandes ventanales de la clase intentando adivinar la carga de unos nubarrones negros que llegaban del Oeste, desde Quintana Raneros o desde Fresno del Camino, y que presagiaban para mañana, Día de Campo, un tiempo desapacible.
Pero mañana, cuando bajara corriendo de la camarilla a la capilla y mirara de soslayo a través de la puerta de la piscina y volviera a observar la niebla apretada en otro amanecer frío que casi a diario me deprimía, esa madrugada, ese amanecer gris tendría para mí un color primaveral.
Y, aunque el disco-despertador nos levantara con un adagio o un moderato interpretado por algún violonchelo, en mi interior sonaría un “Alma llanera” que me trasladaba a mañanas relucientes y primaverales.
Y volvería a abrigarme con aquel jersey que había tejido mi madre al lado de la cocina económica, mientras algún guiso había impregnado de olor casero las madejas de lana.
Y calzaría las zapatillas que, con un hábil movimiento del pie, arrojaría al camino las pequeñas piedras que se habían introducido por el agujero de la suela que cada tarde de “Ligas” iba en aumento.
Y…
Andrés M. Trapiello
1 comentario
Froilán Cortés -
Hay que volver a lo de siempre. Prieto picudo que te crió, y a escribir. Entendido?.
Un beso, cabrito.