AGRADABLE SORPRESA

Federico, penultimo mohicano reencontrado, me escribe para compartir su sorpresa en la firma de "30 días" tras "50 años": 

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Dicen que si pudiéramos no pasar los momentos tristes o las desgracias, nuestra vida se relacionaría prácticamente a un abrir y cerrar de ojos. Pero existen momentos que superan con creces las dificultades de algunos momentos.

Quién me iba a decir, que después de cincuenta largos años, la primera persona que me encuentraría el día de la firma de " 30 días" eral el. El P. Pedro con su acostumbrada delgadez, quizás envidiada por muchos modelos de Armani, su cara alargada, su mandíbula angulosa y barbilla prominente, su cabeza adornada por la blanca factura de los años, digna del mejor cincel, y sin que el tiempo le borrara esa amabilidad, esa suavidad de carácter sereno y amacible, esa inclinación natural hacia el bien y esa calidad de buena persona que siempre con el recuerdo del P. Uría han formado ese binomio de mis recuerdos, aunque en la actualidad no comulge mucho con esa idiología de antaño.

A uno como presente y a otro con el recuerdo, mis mayores afectos y mi gratitud por todo.

Un abrazo y gracias por venir.
Federido Esteban Monasterio

4 comentarios

[Andrés Martínez Trapiello - 13 de noviembre de 2010 - 20:10]

Luisin, pero, aunque no lo digas como Vibot, lo dices... y me haces recordar también aquellos olores.

[Luis Heredia - 09 de noviembre de 2010 - 10:56]

¡Vaya si mereció la pena el reencuentro y el blog¡ "El uno" sin "el otro" no tendrían razón de su existencia.

PaPedro, salió al encuentro de Federico como si de un pastor se tratara para reunir de nuevo a sus ovejas y aparece, como una aparación que no es redundancia, Amador Robles, perdido en el infinito de la participación leida pero hallado en el de la escrita. Amador, te necesitamos para que des en la tecla de la espalda de los de tu yeguada y se animen a participar.

Es curioso que a todos nos hayan entrado los olores hasta el corb/vejón.

El olor del Colegio era muy diferente al resto; el del comedor, parecido, pero tenía su idiosincrasia; ¿y el del Santuario? Para mi, todas las Iglesias huelen lo mismo. No he entrado en ninguna otra Iglesia que oliera como el Santuario. Aparte de los olores que respiramos gracias a las esencias de Vibot, a mi me sigue oliendo a paz y a luz, entre otras más cosas, pero no lo sé decir tan bien como Vibot.

[amador robles - 09 de noviembre de 2010 - 00:09]

b noches a todos y tb a todAs, que algunas intervienen en estge foro....muy bien oKupado por la yeguada del 59???. mi yeguada fue de diez años más tarde....y aunque os leo un montón y todavía me emociono al descubrir algunas fotos y algunas cosas...sobre todo aquellas que tienen al padre torrellas como protagonista... una pregunta para el recién descubierto Federico Esteban,,,,al hilo de tu comentario de que hoy en día ya no colulgas tanto con aquellas ideas....es fácil deducirlo, pero por dónde andas??? por león?? por asturias??? bueno, un abrazo a todos porque de cuando en vez me llegan buenos pretextos para seguir vinculado a este foro que relata parte una muy importante parte, de aquellos retazos de vida que dejamos en mi caso, en la virgen del camino, a donde sigo yendo de cuando en vez. me gusta ir solo y a solas, me adentro por el colegio por aquellos espacios que las puertas me permiten y cómo no!!! el santuario y sobre todo el coro son visitas obligadas, mucho más (yo diría que casi solo...) por la parte más noble y laica de una historia preñada de religiosidad histórica. los olores, los colores, la luz....todo me retrotrae a a quella etapa que a pesar de algunos sinsabores.....debo admitir que para a o para z tanto me influyeron y tanto provocaron la madurez de aquella manera. un fuerte abrazo!!

[santiago rodriguez - 08 de noviembre de 2010 - 23:42]

El P. Pedro creo que no era una persona seria, tenía una sonrisa casi imperceptible que te llegaba hasta dentro, no fue en su época de director de la escuela mayor, que fué cuando yo lo conocí, de un caracter extrovertido como era su antecesor el p. Arias en Leon y el P. Marino en Villava ; pero dentro de ese caracter más suyo repito que aque imperceptible sonrisa te hacía entender muchas veces sin palabras.
P. Pedro si me piden una definición sobre ti, lo haria muy sencilla: una persona buena y bondadosa