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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

ANDRÉS TRAPIELLO recibe el Castilla y León de las LETRAS

ANDRÉS TRAPIELLO recibe el Castilla y León de las LETRAS

Información que publica la prensa nacional sobre el premio de Las Letras a nuestro compañero Andrés Trapiello, quien asegura que lo recibe con naturalidad y gratitud. Prosigue: "no sé si será el frío, la nieve, el septentrión o una primavera tan corta, buenas para un creador solitario".

Este jueves pasado colgó en Internet su propia, personal y original página web:

www.andrestrapiello.com

Andrés, si llegas a leernos, ¡que sea enhorabuena!

 


 

El escritor leonés Andrés Trapiello ha obtenido el Premio Castilla y León de las Letras en su edición correspondiente a 2010 como autor de una obra "en la que confluyen todos los géneros literarios y, especialmente, por la armonización entre el rescate de escritores olvidados y la admiración y cultivo de las tendencias literarias más modernas".

Según se recoge en el fallo del jurado, reunido este viernes en Valladolid, todo ello está avalado "por una larga serie de premios y reconocimientos nacionales e internacionales, así como por la traducción de su obra a múltiples lenguas". Nacido en Manzaneda de Torío (León) en 1953, es un escritor de obra "amplia y contrastada" cuyos títulos abarcan prácticamente todos los géneros --poesía, ensayo, novela y diarios-- y como poeta figura en las antologías de referencia y ha sido galardonado con el Premio Nacional de la Crítica por ’Acaso una verdad’ (1993).

En 1991 reunió sus primeros poemarios en la antología ’Las tradiciones’; sus libros más recientes son ’Rama desnuda (1993-2001)’, de 2001 y ’Un sueño en otro’ (2004) y es un ensayista "singular y polémico", género en el hay que destacar algunas "obras decisivas y reveladoras de su tono discursivo" como ’Clásicos de traje gris’ (1990), ’Las vidas de Miguel de Cervantes’ (1993), ’Viajeros y estables’ (1993), ’Las armas y las letras: literatura y Guerra Civil 1936-1939’, ’Los nietos del Cid: la nueva edad de oro de la literatura española 1898-1914’ (1997) y ’El arca de las palabras’ (2006). En 1990 inició la publicación con carácter anual del diario ’Salón de pasos perdidos.

Una novela en marcha’, del que han ido apareciendo, entre otros, los volúmenes ’El gato encerrado’, ’Locuras sin fundamento’, ’El tejado de vidrio’, ’Los hemisferios de Magdeburgo’, ’Do fuir’, ’El fanal hialino’, ’Siete Moderno’, ’La cosa en sí’ y ’La manía’, entre otros A su primera novela, ’La tinta simpática’ (1988), siguieron ’El buque fantasma’ (1992), ’La malandanza’ (1996), ’Días y noches’ (2000), ’Los amigos del crimen perfecto’ (2003), ’Al morir Don Quijote’ (2004) y ’Los Confines’ (2009). Como editor dirigió Trieste y actualmente la colección La Veleta, de Granada, y ha preparado ediciones de Manuel Machado, Unamuno, Bergamín, Sánchez Mazas, Ramón Gaya, Gutiérrez Solana o Leopoldo Panero. La serie compilatoria de lecturas bautizadas como ’Los desvanes’ alcanza trece volúmenes, desde ’Mil de mil’ (1995) hasta ’Los baluartes’ (2009). Traducido a 14 idiomas, ha recibido premios como el Internacional de novela Plaza & Janés (’El buque fantasma’), Nacional de la Crítica (’Acaso una verdad’), don Juan de Borbón de ensayo (’Las armas y las letras: literatura y Guerra Civil 1936-1939’), de las Letras de la Comunidad de Madrid (al conjunto de su obra), Nadal (’Los amigos del crimen perfecto’), Fundación Juan Manuel Lara a la Mejor Novela del Año y Prix Europen Madeleine Zepter a la Mejor Novela Extranjera (’Al morir Don Quijote’), Mejor novela extranjera en China (’Los amigos del crimen perfecto’), Miguel Delibes, Julio Camba y Unicaja (Periodismo), informa Ep.

El Jurado del Premio Castilla y León de las Letras ha estado presidido por César Hernández Alonso, catedrático de Lengua de la Universidad de Valladolid, y compuesto por José Luis Alonso de Santos, dramaturgo y Premio Castilla y León de las Letras 2009; Nicolás Miñambres Sánchez, crítico literario; el escritor Ernesto Escapa Gutiérrez; Luis Jaramillo Guerreira, director regional de Cadena COPE Castilla y León; Vidal Arranz, director de El Mundo Castilla y León, y Luis Benéitez González como secretario del Jurado.

22 comentarios

Luis Teódulo -

"Contigo todas mis melancolías
son ramas escarchadas en anís"

Bellas palabras para ser susurradas al oído de quien comparte nuestra azarosa vida. Y hermoso soneto que demuestra que la excepción confirma la regla, Santines. Que el poeta se refugia en los versos en los momentos azarosos y suele olvidarlos cuando la dicha de lo alcanzado lo sorprende.

Sí, creo que el dolor ha inspirado más que la felicidad, a pesar de lo que diga Andrés en ese bello poema. Abrazos

Mariángeles -

Ya no es mágico el mundo,Te han dejado,yá no compartirás la clara luna ni los lentos jardines.Yá no hay una Luna que no sea espejo del pasado,cristal de soledad,sol de agonias.Adiós las mutuas manos y las sienes que acercaba el amor.Hoy sólo tienes la fiel memoria y los desirtos días.Nadie pierde(repites vanamente)sino lo que tiene y no ha tenido nunca,pero no basta ser valiente para aprender el arte del olvido.Un símbolo,una rosa,te desgarra y te puede matar una guitarra....

Vibot -

Teódulo Barbería, cuántos meses sin leerte por aquí!!!
Ya ves que no sólo yo te echaba de menos. Gracias por esos decantados y cariñosos piropos que siempre me dedicas.
Te preguntabas: "¿Por qué Andrés lo consiguió y otros nos quedamos rezagados en el camino?". Si entras en www.andrestrapiello.com y echas una ojeada al curriculum, especialmente a la lista de obras y la pluralidad de sus temas, percibirás el apasionado trabajo diario de décadas, la constancia y la fuerza de una vocación literaria que probablemente la mayoría de nosotros no ha tenido. O no ha sabido sostener a través del tiempo, como ha hecho Andrés, que me caía mal en el colegio por algo que tal vez entendí mal entonces y que aún me duele -y que si un día lo hablamos se me curará, seguro- pero que me ha ganado el corazón de ahora con su escritura, sobre todo la del Salón de pasos perdidos -y especialmente la de este último de título rubeniano, Apenas sensitivo, que os recomiendo. Y no sólo el corazón me ha ganado, sino también la mente, que me ha abierto a comprender tantos temas confusos de la guerra civil y de estas otras guerras literarias de entonces y de ahora.
Y el gusto tipográfico exquisito, y los intensos o sosegantes libros que siempre me descubre entre sus páginas.
Tiene además un poesía honda y sensitiva de la que -como mi querido Javidelvigo- quisiera citar algo, este soneto en endecasílabos de "Acaso una verdad":

EL ARBOL DE LA CIENCIA

Dicen, mi amor, que es imposible hacer
versos de amor feliz, de enamorado,
que sólo lo perdido o no alcanzado
se canta en la poesía, el padecer

olvido o el sufrimiento de volver
al recuerdo de todo lo pasado.
Una veces la sed de lo vedado;
otras, el vino del amargo ayer.

No hagas caso, mi amor, habladurías.
Contigo todas mis melancolías
son ramas escarchadas en anís

donde se posa un pájaro de nieve.
Escúchale cantar tan hondo y breve.
Que no te engañe su plumaje gris.

Me encanta este poema.
Y, en cuanto a su gusto de editor, si alguna vez me decido a una edición de autor -por hacerla completamente a mi gusto- de mi poesía, le pediré consejo. Tiene en su casa -y ha prometido enseñármela- una colección asombrosa de joyas bibliográficas.

Y un poema más, el que cierra "Las tradiciones":

LOS PÁRAMOS

Pasó la juventud
y la tormenta se perdió en el campo,
igual que en un paisaje
lleno de infinitud.
Hay un cáliz de luz
que se olvidó la tarde en la veleta.
Oro y carmín, rebosa su brebaje.
La inmensidad azul de la meseta
huele a tierra mojada y a aire puro.
Pasó la juventud.
Nos queda por vivir todo ese tiempo
que llaman plenitud.
Disponte a ser feliz. Va a ser muy duro.


Gracias, Andrés.

Luis Teódulo -

"Aquellos niños indefensos, a vuelta con sus sueños..." Con sus sueños y con sus miedos, debí decir. Porque haberlos había. Miedos al pecado, inseguridades, pensamientos impuros... ¿Qué era aquéllo de los pensamientos impuros o de las poluciones nocturas? A ver, Javiví, ayúdame, por favor, ¿tú sabes ahora aquello de las poluciones nocturnas?

A ver, Mariano, tú que que todavías juegas al futbol y dices que metes goles imposibles, ¿son goles metafísicos o reales, sabemos aún lo que son los pensamientos impuros o las poluciones nocturnas?

Luces y sombras en los sueños de aquellos niños inocentes e indefensos. A veces, aún siento miedo en atravesar esa puerta de los recuerdos y dudo al pasar ese umbral y comprendo muy bien que otros también vacilen. Sentimientos encontrados, amigos, luces y sombras.

Wiki me coge de la mano, insiste sobre el de Villajoyosa y sigue recitando apasionadamente sus poemas

Pastores los que fuerdes
allá por las majadas al otero,
si por ventura vierdes
aquel que yo más quiero
decidle que adolezco, peno y muero.

¿No tienes corazón, Mariano?
Abrazos.

Luis Teódulo -

Bueno, amigos, que nos dispersamos con los prietos picudos y los cariñenas, volvamos al tema.

Un antiguo compañero de experiencias vitales, de larga trayectoria literaria, que consigue el reconocimiento y el respeto del mundo de las letras. Enhorabuena, Andrés. En definitiva, el camino que muchos de nosotros quisimos algún día emprender y no lo conseguimos por unos u otros motivos. No conozco mucho los escritos de Andrés, me pondré a ello ahora, pero estoy seguro de que habrá huellas reconocibles.

Uno no va diciendo por ahí, todos los días, que se formó en este o en tal colegio, sobre todo al principio, cuando uno intenta despegarse de la impronta y de los hábitos externos e internos tan intensamente interiorizados. Aquellas risitas con que nuestos nuevos compañeros de externado nos obsequiaban y la curiosidad con que nos miraban, preguntándose de dónde habría salido aquel especimen tan extraño. Y uno se sinceraba o no, según interesase.

Al final, nos costase más o menos, todos terminamos por integrarnos en ese nuevo mundo, aunque perdurasen ciertos signos o actitudes que sólo nosotros reconocíamos, quizás, a nuestro pesar. Ahora, que ya vamos para viejos, le damos menos importancia al asunto y a mí, al menos, no me importa confesar, según en qué ambientes, mi pasado. Creo que era Borges el que decía que los sitios por donde pasamos los llevamos con nosotros, están en nosotros mismos.

Si esto ocurría al común de los mortales, no quiero decir nada si, por cualquier circunstancia, uno salía del anonimato. Recuerdo los casos de Buñuel, Lorca y Dalí en la Residencia de Estudiantes. A pesar de la divergencia de caminos emprendidos por cada uno, siempre perduró ese nexo entre ellos.

Gracias, Javier, por presentarnos con tu elegancia innata, este poema de Trapiello que nos ha trasladado por unos momentos a las camarillas de la paramera y a esas otras más íntimas de nuestros recuerdos, donde dormían aquellos niños indefensos, a vueltas con sus sueños. Un abrazo.

Javier del Vigo -

¡¡Luisito!!

¡Me alegra saberte bien y leerto guapo!

Anda, tómate un cariñena a mi salud y déjate seducir por tanto piropo como te echan ahí arriba estos amigos zumbaos y zumbones.

Un abrazo y ¡dale!

ManuelCenteno -

Gracias, amigo Luis T. por acordarte y dedicarnos esas letras tan bien hilvanadas, no como el Trapi que sólo las junta. Atrás vamos dejando a la Wikinson y otros SanFermines pero no importa, fíjate que hasta el Julito ya le echa tónica a la ginebra. Y ahora con pito-silbato no te digo nada...
Me alegra verte por aquí. Un abrazo.

Luis Teódulo -

Gracias, Froilán. Gracias, Julito. Un fuerte abrazo. Y a tí también, Santines Vibot, alma de delicada hechura, un fuerte abrazo.

Gracias por vuestra preocupación. Me encuentro bien, mucho mejor. Y gracias, especialmente, al del prieto picudo, de corazón tan generoso, y a Centeno y a toda esa cuadrilla tan jaranera, con quienes comparto en la distancia los cariñenas que trasiego en estas tierras. Un fuerte abrazo a tdos.

Vibot -

¡Y felicidades por este último premio de Castilla y León,que aquí se encabeza con esa foto tuya en la que estás radiante, no te quejarás!

Vibot -

Me encuentro muchos domingos con Andrés Trapiello en ese Rastro de entre las ocho y las nueve de la mañana. A veces cambiamos unas pocas palabras. Otras veces nos vemos sin vernos, abstraídos en esa metempsícosis que flota entre gitanos e hipnóticos objetos de derribo.
Hace dos domingos, al filo de salir publicado su último cuaderno del Salón de pasos perdidos -"Apenas sensitivo"- me dijo que en él hablaba también del colegio. Y que os lo contara en este blog. No os puedo decir en qué páginas, pues voy por la 116 y tiene 378.
Los martes voy a clase de órgano en el conservatorio -me he empeñado en tocar también con los pies, a la vejez viruelas- y el trayecto de metro es largo. Siempre voy leyendo. Pero el martes pasado, además fuí llorando a lagrimones mientras leía a Andrés en su diario, como contándomelo al oído, la muerte y entierro de su mastina Mora. Y cómo su hijo R. la acariciaba amorosamente en ese tránsito a lo desconocido que sin duda deben sentir también los perros cuando llega su hora.
Andrés, gracias por hacerme llorar -no es la primera vez ya te lo escribí un día- y reir en otras páginas, y pensar y vivir más contigo.
Nos vemos en El Rastro.

Julio Correas -

Alegría... Luis Teódulo IS BACK!
Te echábamos de menos y de menos estábamos!
Cuéntanos cómo estás!!!!!!!!

Napias-amigo Trapi... ya sé por qué te quiero, juntaletras!

Sólamente informar al Furri, que no sólo el Trapi tiene premios: la S.J. me ha dado un premio por mi jubilación: un pito-silbato... que no funciona!
Hurrra! Me he librado de que me ragalaran una patada en el culo!

Daniel Orden Santamarta. -

Javier: Con emoción, gracias. Isidro: no se puede decir mejor lo que este invento del furri ha sido y es.

Froilan Cortes -

Bendito y bienaparecido LUIS-TEODULO!!!
Me estaba temiendo lo peor. Pensaba que te estabas dedicando en exclusiva a la cata de nuevas garnachas y que te habías olvidados de "nosotros". Pero ya veo que no es así. De todas formas, y de cuando en cuando, Andrés, no el que escribe como los ángeles (los de mi curso tienen algo especial, no?), sino el que junta palabras para deleitarnos, osease, EL TRAPI, me tiene al tanto de vuestros sms cruzados.
Bienvenido de nuevo, luis, y un abrazo "asín" de fuerte.

Luis Teódulo -

"Y en el cristal la escarcha"...
Todos fuimos aquel niño acurrucado bajo las mantas, rezábamos avemarías con una fe inocente y confíada. Escribir es eso: rememorar la infancia o lo que un día fuimos, claro que Andrés lo expresa en palabras blancas y con el oficio aprendido de quien cuenta sus sueños en la penumbra de su inconsciencia.

Muchos de los que allí estuvimos nos salvamos por las palabras y hubiéramos querido encontrar nuestro camino en la escritura. Quizás nos faltó constancia, empeño, vocación... Digo vocación y todos sabéis lo que quiero decir. U oficio, escribir es también un oficio repetido en ejercicios acumulativos.

¿Por qué Andrés lo consiguió y otros nos quedamos rezagados en el camino? Podría haber sido al revés y entonces Andrés estaría ahora comentando, como cada quisque, este pórtico. Y ese bello poema lo podría haber escrito Javivi, Isidro, Santines, Mariano, Lalo, José Mari, Chema, Quique, Argüeso, Centeno, el otro Andrés... o yo mismo.

Os cuento que ayer ví a la Wikinsson, retirada del mundanal ruído, en su abadía, me preguntó por el de Villajoyosa, sonrió y al marcharse le oí murmurar unos versos que me parecieron de San Juan de la Cruz. Los recitaba en murmullo pero con una sentida emoción. Ya sabéis, bellísimos, sublimes...

¿A dónde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemidos?
Como el ciervo huiste,
dejándome herido;
sali tras ti clamando y eras ido.

Yo entendí que el que era ido era el de Villajoyosa, pero vete tú a saber. Nada que ver ésta con aquélla Wikinsson qu yo conocí hace tiempo y que bebía la ginebra con una naturalidad emocionante.

Abrazos miles, amigos.

Luis Heredia -

Enhorabuena a Andrés por este premio, por los anteriores y por los que te rondaré morena. Se lo merece. Y el poema me emocionó, como todo lo vuestro cuando escribís así de bien.

Javier Cirauqui -

A Trapello, le oí hace poco en televisión y hablo de un Colegio de frailes, en el que él había pasado varios. He leido algo de sus útimos dietarios y me gusta. No conocía esa poesía y me ha recordado mi paso por el colegio. Está muy bien. Me imagino que el galardón será merecido, no hay más que ver la trayectoria y la cantidad de premios que acumula. Un saludo. Javier

federico esteban monasterio -

Me siento orgulloso de ser compañero y haberte dignado en leer mi ópera prima.
Gracias y saludos.

Mariángeles -

Mi felicitación señor Trapiello,que lo disfrute,mi enhorabuena.....

Isidro Cicero -

A mi, la trayectoria literaria de Andrés Trapiello me tiene deslumbrado desde que descubrí su nombre en un escaparate de esta ciudad. Fue hace mucho tiempo: José Mari Cortés ni siquiera se había prejubilado. Javier del Vigo, que con tanto tino escribe aquí arriba, era solo un cendal de bruma elevándose levemente sobre el pantano de la desmemoria y la Virgen del Camino todavía era la Virgen del Camino a secas, nadie la había llamado aún La Paramera. Aún no existía Blogia.

Por eso, si en aquellos tiempos tan remotos, te surgía la curiosidad por saber si el Trapiello del escaparate era este Andrés premiado hoy con el Castilla León, o era Pedro, o Luis, o su tocayo el Andrés de la plaza de San Isidoro, no tenías más recursos que acudir al espasa, me refiero a Daniel Orden Santamarta, puntilloso memorista de cuando entonces.

En esto como en todo hubo un antes y un después. El macro quicio del antes de Cristo/después de Cristo de la era común, para los de la Paramera tiene otra bisagra que es antes del Blog/después del blog. Antes del Blog estas cosas de ponerle cuerpo a los recuerdos, se hacían a mano.

Hoy ya no. El Blog ha puesto cada cosa en su sitio, y una gran mayoría de los que fuimos ya tenemos casado el personaje que representábamos en la memoria colectiva, con el nombre y los apellidos que todavía conservamos.

Es como en el teatro leído: Tenemos el nombre del personaje que fuimos escrito debajo y lo que hace el Blog es encendernos el flexo para que nos expliquemos.

Andrés Trapiello todavía era un niño muy niño, al que aún le faltaban años para ir al colegio, cuando yo estaba en segundo. De él conservo un único recuerdo, eso sí, bastante vivo. Fue un día de navidad, o quizá un domingo cercano a esa fecha comiendo en su casa.

Admiro y envidio a Andrés Trapiello por su brillante ejecutoria, por su dedicación, por su perseverancia y por sus aciertos literarios. Y le felicito.

Jesús Herrero -

Querido Andrés, me descubro a pesar de no tener nada que enseñar bajo la boina. Evidentemente es un premio merecido y tengo por seguro que no va a ser el último.
Javivi, maestro, a ti gracias por el poema de Trapiello. Es un poema para ser sentido además de para ser leído.

Antonio Úbeda -

Admirado quedo. Preciosa, muy bonita.

Si todo lo que escribe es así no me extraña el premio.

Enhorabuena

Javier del Vigo -

Hacedme un favor: Quitad ese arrogante pelo que parece aún de un quinceañero al muchacho de la foto; quitadle esas gafitas sin moldura que escudan una sonrisa algo picarona y ponedle otras con moldura gruesa, negra en aquellos tiempos, de colorines en la actualidad.

Fijaos preferentemente en la sonrisa. Item más: Fijaos sólo en la sonrisa... ¿A quien se la habrá robado este exléndido Andrés Trapiello, sin M.? ¿De qué ADN estará hecho este acaparador de premios en letras y tan mudo, tan lejano, de aquel ayer que se tragó la trampa... ¡o no!

Una pena que haya aún un buen puñado de compañeros de filas y silencios que no tienen tiempo o ganas de iluminar nuestros caminos con sus experiencias vitales, acumuladas a partir de su decisión soberana por la que se apartaron de aquel Camino Paramero para iniciar otros rumbos vitales en los que hoy son maestros y señores.

¡Una pena!

Pero no desespero ni de ver crecer ese 213 que indica los Cuadernos de la Memoria que puede editar Lalo, ni de que nuevs recuerdos afloren en este bosque inmenso, ni de que nuevos compañeros se dejen ver; incluso que aparezca Vieites, a quien Oscarín y yo seguimos buscando...

Mientras la utopía se cumpla, dejadme que coloque aquí un poema del maestro en letras, Andrés Trapiello, en cuya saga me hice experto, que robó la risa a este amigo, mi hermano Andrés M. Trapiello, común amigo vuestro, amigo de la Anselma, del burro del tío Tiburcio, del Mudo, de la era y el trilolo en aquellos pueblos que se perdieron con el desarrollo económico, como se perdió La Paramera, aunque perdure en nuestros sueños y nuestros recuerdos de niños...

Incluso quienes son llevados bajo palio por la fama tienen sus momentos débiles y en ellos salen a relucir los fríos, las inseguridades infantiles, los recuerdos de aquel sistema en el que fuimos crecidos...

¡Leed, compañeros, leed y admirad!
* * * *

Poema Virgen del Camino, de Andrés Trapiello

Estas noches de invierno hace frío en la casa,
los techos son muy altos y las paredes viejas,
cierran mal los balcones y la ventisca entra
hasta la misma cama donde espero
a que me venza el sueño y a que el sueño
me arrebate de golpe el libro de las manos,
y así, sobresaltado, me despierto
en medio de las sombras.

Y es entonces cuando comienzo un rito,
un viejo rito íntimo, igual todas las noches:
rezo un avemaría mentalmente.
Durante muchos años esto me avergonzaba.
¿Qué buscas?, me decía, en oración tan simple.
Eres un hombre ya, no crees mucho
que el destino del hombre obedezca a unas leyes
divinas ni que el orbe, engastado de estrellas
en las ruedas del sol y de la luna
sea maquinaria de un reloj,
al que un ser bondadoso
da cuerda cada noche en su vasto castillo,
esa vieja mansión que Nietzsche llamó Nada
y Bergson llamó Tiempo.

Es tarde para ti, me digo. Déjale
esa oración a otros, a tus hijos tal vez,
ignorantes aún de lo que sean
las palabras antiguas del arcángel
que anunciaron el Verbo y su silencio
en misterioso griego, según cuenta San Lucas.
No pienses otra cosa. Estás cansado.
Ya es bastante de un día
conocer su final y conocerlo en paz.

Deja, pues, de rezar. Ese viático
no puedes usurparlo, porque, di,
¿de qué te serviría? De qué sirve una llave
de la que no sabemos a dónde pertenece?.
Son razones que habré dicho mil veces,
pero al llegar la noche,
me acuerdo de otras noches
y el frío de mis pies entre las sábanas
es un frío de infancia, de internado,
cuando oía a mi lado el dulce respirar
en otras camas, y en el cristal la escarcha.

Y al recordar aquellas ya lejanas
noches de la meseta, tan largas,
oscuras y sin fondo,
recuerdo las palabras de los frailes:
La Virgen del Camino
guiará vuestros pasos donde quiera que estéis:
No dejéis de rezarle y el camino
no será tan difícil. Será para vosotros
linterna en alta mar o una noche de luna.

Y recuerdo que yo, para dormirme,
imaginaba, acurrucado,
debajo de las mantas que pesaban
pero que calentaban poco,
sin moverme siquiera de la parte más tibia
que había caldeado con esfuerzo,
incluso con mi aliento, imaginaba, digo,
qué sería de mí, y qué lejanos mares
habría de cruzar, qué extrañas tierras.

Otras veces pensaba si la muerte
habría de llegarme
como a aquél que labrando
un buen día su viña, ni siquiera
de recoger su manto tuvo tiempo,
o en medio de una fiesta, o en el sueño

Al llegar a este punto
recuerdo que temblaba y pensaba en mi Virgen,
de modo que mis labios desgranaban
aquel Ave María, gratia plena
con el que yo me hacía
un lecho de hojas secas,
y luego me dormía para llegar
muchos años después,
a noches como ésta,
noches frías de invierno
donde a solas conmigo voy pensando
y dejando en mi boca, una a una,
las palabras antiguas
de la Salutación, como si fueran
el óbolo que habrá de franquearme
los portales del manto hospitalario
que unos llamaron Tiempo
y otros llamaron Nada.