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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

CAÍDA LIBRE (1ª parte)

CAÍDA LIBRE (1ª parte)

Esta es una primera parte del relato de una caída. Os dejo el documento que nos envía nuestro compañero Antonio Úbeda con los siguientes comentarios.

El documento de Calificaciones, Curso IV, tiene fecha de 27 de Diciembre de 1968.

¡Felices Pascuas!

Su hijo no está tomando en serio este curso cuarto, que es precisamente el de mayor trascendencia.

Con estas notas no se puede ir a ninguna parte y de no mejorarlas, tendremos un disgusto muy serio, pues vagos no se quieren en ningún sitio.

Deseando que este aviso sirva para hacerle estudiar (pues puede mucho más), les saluda,

fr. Jesús M., o.p.

Esto, por supuesto,  no quedó aquí. Os seguiré informando. Permaneced atentos.

 


 

 Querido y admirado "Sr. Furriel"

 Ahora que he tenido un poco de tiempo he trasteado en mis papeles y he encontrado documentos de mi paso (y salida) por La Virgen. 

También he visto las fotos de documentos que conservas y veo que por aquellos entonces teníais buenas notas. Eso, o que nadie se atreve a poner las malas.

Un abrazo.

Antonio Úbeda Párraga.

2 comentarios

Antonio Úbeda -

Buenas noches hayan.
Tampoco debió ser cómodo, Julio, eso de jugar al agáchate y vuélvete a agachar.
Yo no sé que hubiera ocurrido si el resultado final de esta primera nota de conducta hubiera sido solo suspenso. Tal vez en algún momento se hubiera podido llegar a aprobarla.
¡Pero una conducta de vago...! En fin.
La cosa fue como fue (ya os enteraréis) y nada puede ya cambiarlo. Tampoco sé que hubiera sido mejor.

Un abrazo

Julio S -

Antonio, no sé si será mejor eso a que te levanten en público y lean, como primera y única nota, la de "conducta": "suspenso, siéntese".

No te digo a quién, pero me es muy cercano y sé que tenía un gran sentido del ridículo; por lo que, durante días, no salía del cascaron.

El problema posterior no era justificar en casa la nota en "conducta" (había cuestiones que perfectamente se comprendían en una familia cuya primera premisa era soltar, al educador/a de turno, una socorrida frase: “Vd. dele, dele, que es muy rebelde”; sin entender, entonces no se estilaba tal calificación, que sólo era hiperactivo), sino el explicar que, aunque no te puntuasen en las asignaturas, en realidad las tenías aprobadas (¡¡¡Aviso ultimatum!!!).

Quizás recibieses el favor que, con tiempo, algunos llegaron a añorar.

Un abrazo.