Blogia
Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

ESTRADA PRESENTA animales en el corazón

ESTRADA PRESENTA animales en el corazón

Nos dice Marianito Estrada (¡suerte, Maestro!):

Podéis venir a ver a Manolo, jaja. La verdad es que le he pillado para la causa. Cuando presenté Gotas de hielo me dijo: “Si yo hubiera estados esos días ahí, hubiera salido a la palestra y hubiera dicho unas palabras que no hubieran desmerecido”. Este año no he hecho otra cosa que recordárselo, pero no va a salir de espontáneo, que es lo que él decía, sino de matador.

Presentación del libro Animales en el corazón

Día: 16 de febrero, sábado.
Lugar: Centro social Llar del Pensionista, Villajoyosa
Hora: 7 de la tarde.

Intervienen:

Marta Llinares Zaragoza abrirá el acto a su aire, que es el de las ondas de una emisora de radio, donde trabaja. Cada vez que publico un libro me hace  una entrevista. Ahora va un poco más lejos y disparará sobre mí.

Juan Manuel Díaz Álvarez hablará de lo que crea conveniente, se crió con animales y a mí me conoce desde niño. Más tarde estudió filosofía y ha dedicado su vida a la enseñanza, proclamándose vocacionalmente maestro.

Joan Piera Olives trascenderá las fronteras del libro y llenará la sala de todos los animales del mundo, entre los que  incluirá a las mariposas y es probable que incluya al autor. Su vida es la enseñanza, la investigación  y las orquídeas.

Miguel Escrig Negrete leerá los textos que le vayan bien a su voz, aunque a su voz le van bien todos los textos. Nos conocimos en el fútbol y nos reconocimos en el concurso de cuentos Ciudad de Villajoyosa, donde ejerció de secretario.

Leer más…

http://www.mestrada.net/?p=620&option=com_wordpress&Itemid=191

21 comentarios

Mariano Estrada -

Julito, Julito...
Contigo tengo cuentas pendientes y creo que vamos a saldarlas en marzo...El cabrón estuvo presente en la sala, el original, el macho de la cabra valenciana que localizamos en La Ruta del Morer, junto a los lamas del Papachí, o sea, los budistas que parecen Yul Brinner.
El otro cabrón está retozando en Bilbao. Aproximadamente.
Un abrazo

Mariano Estrada -

Hola, Andrés: me alegra saber de ti. He intentado localizarte y no he podido. Creo que Manolo también te ha estado llamando sin éxito...
No te preocupes, Rosa es mucho más joven que tu suegra (55 años) y tampoco pudo asistir: se quedó en casa con 38, antes de irme yo. 39. Yo también estaba pachucho, pero finalmente pude asistir...
Sí asistió Martina, mi nieta de 5 meses, y sus padres, a quienes conoces y su tío Dani, a quien conoces también.
Asistió otra Martina, que no es Martina sino Marta. También la conoces. Y sus padres, claro. Y un hermano de Manolo con su mujer. Y Pelayo con su pareja...
Todos los presentadores estuvieron a gran altura. Y puedes estar tranquilo, Manolo hizo una presentación de enmarcar... No sé cómo, pero creo que él mismo se va a encargar de divulgarla...Habló de los animales, de robles, de Muelas, de literatura, de poesía, de Lorca, de Unamuno, de la generación del 98, de la España profunda, de la intrahistoria de la España de los años 60...
En fin, que estoy como un flan de huevo de colibrí. Y como hablaba un poco en nombre de todos los antiguos compañeros, podéis daros con un canto en los dientes. Pero no os los rompáis, que los dentistas son caros y el horno está para muy poquitos bollos.
Un abrazo, Andrés, es como si hubieras asistido.
Que se mejore tu suegra. Y un beso a Tere, su hija.

andres cortés aranaz -

Buenas tardes Mariano:
Te felicito por ese nuevo libro que has puesto en circulación y que auguro que sea un éxito.
Mi intención era haberte dado la sorpresa apareciendo en el salón de la presentación sin avisar, incluso con la reserva hecha en el Eurotenis, pero tuvimos que quedarnosya que está pasando los meses de invierno mi suegra (90 años) con nosotros y desde el viernes no se encontraba nada bien. Lo sentí, pero yo también estuve contigo. Lo sabes.
Un abrazo.

Julio Correas -

Pues yo echo de menos algún "cabrón"!¿O es que no había cabras de las que siempre tiran al monte?
Un abrazote Mariano.

Mariano Estrada -

Muchísimas gracias, Pedro Sánchez. Tú siempre sabes mucho más de lo que dices, no en vano fuiste nuestro maestro y todos aprendimos algo de ti. Y sí, vesrificáis está bien dicho. ¿Cómo se hace? Trapillo dice que solo hay que ir poniendo una palabra detrás de otra...
Estoy completamente seguro de que Manolo nos va a dejar a todos a gran altura.
Un fuerte abrazo

Pedro Sánchez Menéndez -

Mariano, enhorabuena por tu nuevo trabajo. Tengo que reconocer que lo que más me maravilla es la facilidad con que tú y algunos otros versificáis (¿está bien dicho?) y hacéis un relato con una poesía deliciosa. Yo no sé si llegaría a hacer un pareado. Tenéis un don especial. Gracias. Espero que sea verdad que Manolo nos representará bien. Un abrazo. Pedro

Mariano Estrada -

Muchas gracias, Enrique:

Estoy de acuerdo contigo. Los que hemos nacido en una determinada época, tenemos aproximadamente las mismas vivencias, o por lo menos muy similares.
Al hacer este libro he querido destacar la importancia que han tenido los animales en nuestra vida.
Tendrás un puesto entre los que van a estar en espíritu.
Un abrazo

Mariano Estrada -

Gracias, Isidro: entre las copas que se levanten, la tuya resplandecerá con un brillo especial.
Y, por supuesto, aplaudiremos mucho a Manolo, que ha dicho que quiere que su actuación os represente.
Un fuerte abrazo

Enrique Frade -

Enhorabuena Mariano por alumbrar un nuevo ser de papel donde cada cual que lo lea verá una pequeña o gran parte de sus vivencias en su niñez,volvran a ser niños mientras leen la conversacion con los animales.
Ahora mientras escribia estas letras ,recordé aquellas fiestas Navideñas en el colegio en que haciamos concursos de muchas cosas y una de ellas ,la hacia Mi compañero de fatigas ,de mesa ,camareta,fila y jardineria,Faustino Castañon Alvarez,PINON,y primo de Miguel Angel ,el OTRU PINON, este ,Faustino mientras el P Pedro ponia la música de La Consagracion de La Primavera Imitaba a todos los animales,tenia,o tiene ,una gran facilidad para ello,y siempre se llevaba el premio.
Hoy despues de jubilarse Vive en Fano Gijon donde tiene una huerta,quizas algun animal,pero ha vuelto a los origenes,aunque fuera de Su Moreda natal.
Saludos a todos quique frade.

Isidro Cicero -

Un brindis hoy por Mariano Estrada, un aplauso para Manolo, larga vida para Animales en el corazón.

Mariano Estrada -

Saint-Saëns
Se ve que, además de agripado, estoy un poco nervioso por la presentación.. Y es que va a venir una novia antigua de cuyo nombre me acuerdo muy bien: la Finojosa...

Mariano Estrada -

Se ha cortado el nombre del músico francés aludido. Creo que se entiende que me refiero a Camille Saint-Saënz, el de la Danza Macabra...
Ataúdes garantizados para muertos nerviosos.

Mariano Estrada -

Hola, José Ignacio:

Veo que tienes a los animales en el mismo sitio que yo. En aquel tiempo era casi lo normal, porque nacíamos y crecíamos entre ellos.

Mañana, en Villajoyosa, los perros ladrarán, los gatos maullarán, las gallinas cacarearán, los burros no harán nada porque seré yo el que rebuzne por ellos, Manolón se compromete a hacer mugir a las vacas y Joan Piera, que es un biólogo con especialidad en zoología, hará que las mariposas se posen sobre las orquídeas y tal vez hasta logre exponer a los concurrentes las peripecias de algún polinizador inexperto.

Y como es evidente que no vas a estar en la presentación, te dejo aquí el prólogo del libro con la idea, no sé si feliz, de que se produzca un encuentro entre mis animales y los tuyos. Y si hay algún compañero más que se sume al experimento, es posible que de algún modo reproduzcamos el fantástico Carnaval de los animales del músico francés, Camille Saint, que tanto juego dio en el colegio.
Gracias y un fuerte abrazo
Mariano
Animales en el corazón

Una mirada a las fuentes. A manera de prólogo

Para situar adecuadamente a los lectores, quiero decir un par de cosas. Primera: en el tiempo y lugar en que yo fui niño, la vida de las personas era inseparable de la vida de los animales. Segunda: la casa de mis padres era tan grande que los habitantes de la ciudad casi no pueden ni imaginarla.

-¿Y por qué necesitaban tus padres una casa tan grande, si se puede saber?
-Claro que se puede saber: porque vivíamos muchos en ella.
-¿Muchos? ¿Cuántos son muchos?
-Pues, mira, para empezar, éramos dos padres y cinco hermanos.
-¿Y a eso llamas tú muchos? Para lo que entonces se llevaba, ésa era una familia más bien reducida.
-Cierto, pero vivían con nosotros un abuelo y un tío.
-De todas formas, nueve no eran demasiados.
-Ni demasiado pocos. Además estaban los gatos, que eran tres, por lo menos, ya que había numerosos ratones.
-¿Gatos y ratones? Ésos no cuentan.
-Y también estaban los perros, uno para la caza y tres o cuatro para el ganado. Lo que quiere decir que había ovejas y cabras. Doscientas, entre unas y otras.
-Pero ésas estarían en un corral.
-Claro, un corral enorme y descubierto, pero rodeado completamente de edificaciones, algunas de ellas con cobertizos para preservar a los animales de los inviernos, que eran largos y fríos.
-Y tantas edificaciones, ¿para qué?
-Para encerrar a las vacas, que eran tres, como mínimo, con independencia de los terneros que pudieran traer al mundo, que los traían. Además, había una yegua, a la que a veces le daba por parir, como es lógico. Y también había una burra con las mismas necesidades e inclinaciones que la yegua y las vacas. Todos estos “bichos” tenían allí sus cuadras, naturalmente. El resto de las edificaciones eran las siguientes: dos pajares, una panera, un gallinero, un leñero, un cubil, el portalón del carro y una cocina con horno en la que, además de amasar el pan, se solían curar los derivados de la matanza. Finalmente, estaba el edificio principal, que tenía dos plantas y era propiamente la vivienda.
-Vaya, estás empezando a convencerme.
-Y no te he hablado aún de los cerdos, que solían ser hasta tres, a veces hasta cuatro. Y las hembras, cuya esperanza de vida abarca un solo año, aportaban a la casa unas buenas camadas de gorrinos.
-¿Había algún animal que no tuvieran tus padres?
-Hombre, sí, elefantes no tenían, ni avestruces tampoco. Pero sí tenían gallinas, unas veinte o treinta, a las que a veces venía a visitar una zorra. También había un gallo con espolones y, de vez en cuando, el corral se llenaba de polluelos.
-¿Habrá más animales en el mundo?
-Sí, los conejos, que a decir que mi madre eran muy socorridos.
-Y ya está, supongo.
-Supones bien, si prescindimos de las moscas, que eran tan numerosas como molestas. Por otro lado, mi padre traía de vez en cuando alguna liebre, algún conejo o alguna perdiz, aunque éstos entraban muertos en casa.
-¿Y tus padres no tenían una jaula con pájaros, por casualidad?
-No, los pájaros acudían libremente al corral, a birlarles el pienso de las gallinas, pero no exigían grandes espacios, ni siquiera los que anidaban en los árboles de la huerta, en los agujeros de las paredes o en los aleros de los tejados. Los pájaros eran auténticos regalos para el espíritu, ya que ellos nos daban cada mañana la música de la que nosotros carecíamos…
-Y con los pájaros se agota la enumeración, quiero entender.
-Sí, solo quedan ya las minucias, que, sin embargo, tenían una importancia esencial. Te recuerdo que, ocasionalmente, los niños teníamos lombrices, que nos martirizaban hasta que hacía efecto el ricino. Y también había piojos, pulgas y liendres, que nuestros padres trataban de exterminar y nunca exterminaban del todo. Luego estaba el ganado, que solía dar cobijo a determinados parásitos incómodos y peligrosos, como las gusaneras y las garrapatas, que había que eliminar con zotal, un desinfectante de olores pestilentes. Toda esta caterva de bichos, y otros que quedan sin nombrar, no es exactamente cuantificable, pero tampoco ocupaban mucho espacio que dijéramos…
-Ahora sí, ahora me has convencido totalmente: más juntos no se puede vivir…
-Ni más revueltos tampoco.
-Tampoco, tampoco. Puedes decirlo bien alto.
-En tal caso, permíteme que insista: en el tiempo de mi niñez, del que los niños de ahora no saben demasiado, el mundo de las personas era indisociable del mundo de los animales. Pero ¿podía ser de otro modo? Creo que no. Más aún, creo que esa convivencia era propiamente la vida. A los que en un momento dado tuvimos que romper con ella, nos ha quedado dentro una marca que no es posible borrar, por más que pueda permanecer agazapada y silenciosa. En mi caso ha encontrado un cauce de liberación o desahogo a través de las palabras plasmadas en este libro que, si bien están racionalmente ordenadas, en realidad son borbotones atropellados nacidos a impulsos del corazón. Porque es ahí, en el corazón, donde, en armoniosa convivencia con las personas, he llevado siempre a los animales.

Mariano Estrada, 25-09-2012


Mi corazón

Mi corazón está atado
al aldabón de la puerta;
paciente como una mula,
callado como una piedra

¿A quién espera?

A nadie.
Tan sólo sueña.

Los fríos no lo entumecen,
los vientos no lo cimbrean.
Está montado en sus años
y no le duelen las piernas.

¿De qué se nutre?

Del aire.
De la más pura inclemencia.
De los templados calores
de la inocencia.

Mi corazón es el sueño
de una verdad de las buenas:
la juventud sin dinero,
la cuna, la adolescencia,
el hombre con la palabra
y no tan sólo la lengua.

Por eso tengo amarrado
mi corazón a la puerta.
Aquí viví con los hombres
una verdad sin caretas.

¿Y qué hay más cierto que el sueño
de una verdad que es eterna?

Del libro “Trozos de cazuela compartida” (1991)

jose ignacio -

Ay, Marianín,

Desde el Tarzán, que ya mencioné en una ocasión, hasta la Zeta, que ya está muy viejina, hay muchos perros, gatos, palomas, conejos (todos con nombre propio) etc. etc, que van a leer tu libro y seguro que les gustará. Me dirán que te felicite y así te lo transmito, porque son de corazón y de ahí ya no salen en la vida.

Me acuerdo que cuando era niño mi madre tenía un par de conejos permanentemente para vender sus crías en el mercado y así ayudar algo en la escasez de la casa. Todos los conejos se vendían salvo un ejemplar que se comía ( o se pretendía comer) el día de la fiesta, 15 de agosto y otro en Navidades.

Estos dos ejemplares indultados provisionalmente tenían nombre: Diana, Canela, Pinto, etc. Lo cierto que comer carne era un lujo, aunque fuera dos veces al año.

Cuando mi madre nos decía en dichas fiestas, ante nuestra insistencia y pertinaz desconfianza, que era carne de conejo, y nosotros identificábamos que era carne de Diana o de Canela o de quien fuese, los hermanos nos poníamos a llorar pensando en nuestros compañeros de pasatiempos y coloquios, rechazábamos el manjar y prorrogábamos el hambre. Eran animales de corazón, como todos los que llegaron, llegan o llegarán a nuestras vidas.

Por todo ello un abrazo de parte de esos compañeros sobre los que has escrito un libro hermoso, como todos los tuyos.

Mariano Estrada -

Queridos Justino, Luís Heredia, Manolo Díaz, Joaquín Urbano, José Manuel Valdés, Jesús Herrero y Fernando Muñoz. Queridos todos:

Quiero daros las gracias por vuestros buenos deseos. Me alegra mucho ese aire festivo que derrocháis a cántaros y que me recuerda los tiempos en los que yo solía desparramarme alegremente en este bendito blog, cuyo nacimiento ya va quedando lejano. Inevitable recordar a Jorge Manrique, sobre todo para aquellos que, como a Manolo y a mí, solo nos renuevan el carnet de conducir de cinco en cinco años.

El libro que se presentó hace año y medio tuvo una nutrida representación de compañeros de La Virgen y del Camino: Andrés Cortés, Luís Carrizo, Javier del Vigo, Julio Correas, algunos de ellos con sus respectivas contrarias. El que se presenta ahora, salvo alguna agradable sorpresa, va a tener una sola, pero tiene el valor añadido de la implicación directa en el acto. Manolo va a lidiar unes vaques cornudes y levantisques en la misma orilla del mar, donde la yerba del prau verde de Asturies se va a convertir en la arena seca de les playes de La Vila Joiosa. Además, él mismo acaba de decir que se expresará con sentimiento comunitario y mucho me temo que ecuménico.

“Animales en el corazón” no es un libro importante, pero sí muy entrañable, ya que recoge las pequeñas historias, cuentos, relatos y poemas que, a lo largo de los años, he ido escribiendo de los animales de una forma casi inconsciente. Solo ahora, cuando me he puesto a hacer trabajos de recopilación, me he dado cuenta de que todos esos trabajos podían formar un libro, si bien no muy extenso (unas 100 páginas). Decidí hacer una separata porque quise dejar constancia de mi natural convivencia con los animales en el decisivo período de la niñez, algo que, a mi modo de ver, nos beneficia en nuestro desarrollo como personas.

Quiero agradecerle a Manolo, y también a Xuan, su buena disposición a participar en la causa y el entusiasmo con que ha aceptado el ofrecimiento. Y quiero agradeceros a vosotros vuestro apoyo y deciros que, durante su intervención –que no dudo de que será magistral-, de alguna forma estaréis todos sobrevolando la sala.

Por último, quiero deciros que, aunque haya estado ausente del blog en los últimos tiempos, os sigo llevando a todos en el corazón. Ahora bien, en atención a Valdés, he puesto una Malla –que no es la de Joaquín López-, no tanto para separaros de los animales, sino para evitar que haya confusiones a la hora de ir a la cama.

Un fuerte abrazo
Mariano

fernando muñoz box -

Un abrazo muy fuerte a Manolón y a tí, Mariano.

Jesús Herrero Marcos -

Marianín, te deseo una presentación como la que te desea el Valdés, para mí el Pitu, alma pater de la magna villa de Casorvida. Todos tenemos una parte de animal aunque algunos la llevamos a un lado y con correa y por lo tanto todos estaremos contigo aunque solo sea con la mente. Yo en particular no iré, al igual que muchos, no por razones de lejanía geográfica, sino para evitarte los gastos inherentes al piscolabis que vas a dar a los asistentes. Sé muy bien que estamos en crisis aunque sé que a ti eso no te importa ya que se trata de los amigos. Te lo agradecemos igualmente, pero eso sí, yo al menos no te perdono un ejemplar (previo pago de su importe sea el que sea). Que alguien organice el trasiego de libros y billetes o, en su defecto, que alguien dé información precisa de donde se puede comprar un ejemplar…

JOSE MANUEL GARCÍA VALDES -

Mariano, felicidades por el alumbramiento; sé que no es el primero y te deseo que no sea el último. Que todo os "vaiga" bien.
Manolo, (pa mi siempre Juan el de Conchita, lo siento), no sé porqué hablando o teniendo que hablar de animales me citas a mí. Ya sabes que yo, como Camilo, me crié en ambiente limpio de bichos; lo mío fue la carreña de tres teclados y un caidón y los conciertos de las cataratas que producían los aguatochos que pasaban por delante de casa. He conocido muchos animales, eso sí, por los libros, y , con el tiempo, me he ido dando cuenta de que los que la tradición llamaba racionales tienen menos NOUS que los de cuatro patas. Los que iban xuníos al forqueu eran brutos pero no malos, eran peludos pero no de mala catadura como alguos señoritos llamados homini. Juan, estoy seguro que el fondo de armario que llevas de aquellos años dedicados a esmucir la cahorra te haran desempeñar un papel más digno que digno en la magna presentación. No olvides hacer referencia a los cachiparros que yos salen al pie del caldar y de la enrabonaura de los canes. Si lo cuentas en lenguaje Sanfeliceño triunfo seguro.
Queremos libro y copia de la presentación. Se adjunta como archivo al correo y ya ta.
Enhorasbuenas y abrazos.

Joaquín Urbano -

Mariano, enhorabuena por el enorme mérito que tiene alumbrar en Papel tantos sentimientos. Me gustaría mucho adquirir un ejemplar. Dime como puedo conseguirlo. Que la presentación sea el disfrute de un trabajo bien hecho y rodeado de las personas que quieres y, más importante, que te quieren.
Juan Manuel ( Para mi siempre Manolon), prestome mucho leerte, seguro que harás una presentación deliciosa y, sin duda, proyectarás en ella la originalidad de los nombres de los animales que rodearon tu infancia, con ingeniosas referencias.
Un abrazo muy fuerte, queridos y recordados amigos.

Manolo Díaz -

Hoy, a primera hora, me llamó el Pitu (para mí siempre Valdés) y me exigió contundentemente que explicara dónde y cuándo me crié con animales, porque si me refería a mis años en la paramera, él, personalmente, lo percibía como un insulto.
Desde aquí le envío una maniega llena de disculpas y le aclaro el equívoco.
Los animales con los que yo compartí mi infancia tenían nombres pero no apellidos: El Picio, El Poleinu, La Cachorra, La Cordera, El Luli, El Tenor y un larguísimo etc. Y convivieron conmigo o yo con ellos en aquel paradigma de la ruralidad que para Mariano significa la cuadratura del círculo, porque confirma la evidencia de que nadie puede nacer o vivir en un paradigma.
El Picio y todos los amimales con los que compartí hilemórficamente (permitidme la jiripollez) mi infancia, estarán siempre en un lugar reservado de mi corazón.
Pero en lo más íntimo, en ese lugar al que se refiere Teresa de Cepeda en las Moradas, estáis vosotros, todos y cada uno, con nombres y apellidos, en una singular fraternidad, fraguada en un tiempo y en espacio también únicos.
Acepté como un honor inmerecido presentar el libro de Estrada.
Creedme: Cuando redacté los folios que me servirán de chuleta, lo hice con mentalidad colectiva. Y cuando pronuncie la prestación, allí estaréis conmigo homenajeando a uno de los nuestros.
He dormido poco. Ayer y hoy, por esos privilegios incomprensibles que se conceden los miembros del sindicato de la tiza (quousque tandem?), ejerzo el oficio de canguro con mis nietas. Entre ellas y el temporal que se desató en Santander, estoy como Giulietta Masina en las noches de Cabiria (no te rías, Javivi, que yo no cobro). Por este motivo, la falta de sueño digo, no sé si el Pitu (para mi siempre Valdés) me llamó realmente o todo fue una fantasía onírica.
Haiga salú.
Manolo

Luis Heredia -

Que pena no estar yo presente para protegerte de los disparos –según del tipo que sean-, para contestar yo lo que crea conveniente sobre la convivencia con animales –con algunos de renombre y de reconocido prestigio a estas alturas y no antes-, para que con mi presencia supieran los presentes lo que es realmente un animal y para hacer de suplente en el caso de una repentina afonía del lector.

Ay¡, si Noé levantara la cabeza. Lo que se perdió por haber nacido hace tropecientos años. Hubiera sido el punto de sal a la reunión, aunque algunos de los que te van a acompañar no le quedan a la zaga.

Marianín, que sea un éxito la presentación te desea este animal que te quiere como un burro.

Besos a ti, a Rosa, a Conchi, a Martina a Manolo y a todos los presentes, que espero llenen la sala y a lo que nos/les tienes ya acostumbrados. Y ya nos contarás las burradas que dirá Manolo


Luis, el animal