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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

DELANTE DE SAN ISIDORO

DELANTE DE SAN ISIDORO

Otra nueva fotografía de la colección de Santines Vibot.

 

El grupo de los mayores del colegio, con el Padre Fernando Vela entre ellos, delante de San Isidoro.
Aquí estáis casi todos los tenores y bajos. Yo soy el tercero por la izquierda de la segunda fila.
Santos Vibot

6 comentarios

Vibot -

Sí, Eduardo Vidal.
Yo me fui a vivir a Madrid al curso siguiente y me desconecté bastante, deslumbrado por la efervescencia de aquel nuevo período tan intenso.
Pero juraría que era el subdirector. ¿Es que ninguno de los chicos ha dado señales de vida o sigue en algún convento donde preguntarle?

lalo -

Eduardo Vidal estuvo en el Colegio en el curso 75/76. Y solamente estuvo en ese curso.
¿Será ese?
¿Y si es él quién dices, es el subdirector con total seguridad?
Es que tengo tantas versiones para el cuadro como mensajes de informantes he recibido.
Salud

Vibot -

¡Acabarás completando el cuadro, Laliño!

Me parece que era otro de su curso, un gallego al que llamábamos, en Caldas y Salamanca, Chirri. Aparece en una foto de mi escolanía, precisamente en La Coruña, cuando fuimos a dar aquel concierto, con un grupo de chicos posando en la calle al sol. No me viene ahora su nombre, pero podría se Eduardo. Aparecía también en unas fotos carnavalescas de Las Caldas vestido de india americana con unas trenzas largas con Jesusito Herrero, Joseignacio Méndez-Laurita Portezuela y otros alipendios...
Es posible que si localizas esa foto allí esté su nombre.

lalo -

Vibot,
¿quién era el subdirector con Fernando Vela?
Me dicen que Onofre Veroz, pero el pOnofre estuvo en el Colegio desde el curso 70/71 al 73/74, según los datos que tengo.

Vibot -

Eugenio, aunque ahora se nos vea chuscos, nosotros nos creíamos los más modernos.
Este era un grupo especialmente simpático y lleno de vida. Cuando aparezcan por aquí lo notaréis. Puedo poner nombre en la primera fila al tercero por la izquierda: es el hermano pequeño del conocido escritor también salido de nuestra cantera Jesús Torbado, con su novela "Las corrupciones". Era una auténtico rrrabo de lagartija -muchos en este grupo lo eran-. A su derecha, Oscar Guillermo Castellanos, a quien vi en Madrid al curso siguiente en una inesperada y alegre visita que me hicieron un grupo de ellos. Entre los dos y detrás, sobre el escalón, el pFernando Vela, que era el director de los mayores aquel curso. A la derecha de Oscar, podéis observar una pose y una sonrisa totalmente Tony Manero, años antes de la película de la fiebre del sábado noche. Y el chico que le sigue, con jersey negro, subido en el escalón y apoyado en el hombro de su compañero, era un auténtico forofo de Uriah Heep, aquella banda británica de hard rock con tintes progresivos, formada en Londres en 1969, la cual era considerada como uno de los grupos más populares de principios de los 70... todo esto me lo contaba él entusiasmado, fanático. Y de Pink Floyd y otros grupos de entonces que ahora ya no recuerdo.
De los de las filas de atrás pongo nombre a Tomás, el más alto de todos en el extremo derecho, con sus característicos rizos afro y su cara de bondad.
Y, por detrás de la cabeza de Fernando Vela, a la izquiera según se lo mira, asoma borroso -otro rrrabo de lagartija- Valbuena. De él recuerdo una escena de risas en el refectorio de los pequeños. Estábamos comiendo Baldo, Vicente Suárez y yo, después de irse ya los chicos y Valbuena -y creo que Balboa y algún otro- habían venido a darnos palique mientras, cosa que hacían con cierta frecuencia y que todos disfrutábamos. Estábamos en la última mesa, junto a las cocinas. En un momento dado vimos en el otro extremo, a través de los cristales de la puerta, que pasaba por allí un grupo de monjitas jóvenes que estában visitando el colegio, o iban a la casa de ejercicios... más bien debían ser "postulantas" alocadas pues lucían mucho más flequillo fuera de la toca que el reglamentario y enseñaban más pierna bajo el hábito corto que ninguna. Pudimos comprobarlo entre risas al verlas pasar hacia la lavandería. El caso es que se quedaban pegadas al cristal de las puertas del comedor haciendo visera con las dos manos para evitar los reflejos y mirarnos mejor. Y entonces Valbuena, que estaba de espaldas, se dió la vuelta y les gritó: "Estamos buenos, ¿eh?, ¡jodéos!". Podéis imaginar cómo se quedarón, echaron a correr y nosotros rompimos en carcajadas...
A Eugenio le llaman la atención nuestro estilismo, pantalones de campana, aquellos "cuellos de cisne"... yo mismo tenía uno amarillo canario y a veces me lo ponía con aquel traje que bailaba solo -travolta avant la lettre- del hermano de Cacho.
Era el curso 75-76. En Noviembre había muerto Franco, todos -casi- queríamos cambiar. No es extraño que a las postulantas se les salieran el flequillo y las piernas de los hábitos y nosotros vistiéramos ajustadísimos vaqueros fardapaquete, además de dejarnos las melenas de beatles y garfunkeles.
En este curso de muchos chicos listos, había un cantautor que tocaba guitarra y hacía dúo con otro vocalista y ponían unas letras muchísimo más críticas de las que nunca soñamos en Pantalla. Recuerdo parte de este estribillo: "Nunca olvidaremos al clautro de profesores, ¡qué ramo de matadores!..."
Empezaba la transición y no sólo los cuerpos, sobre todo las almas, querían salir volando, respirar.

Eugenio González Núñez -

Chuscas fotos del pasado,
con nuevos aconteceres.

¡Campanudos pantalones!,
pelo largo, sin tirabuzones,
cuello de cisne, sin corbata,
tacos altos, negros gabanes,
¡mamita, qué promociones!

Tenores, bajos, batuta,
posan en San Isidoro,
ignorantes todos ellos
que el santo grial está a
buen recaudo allí dentro.

¡Hay que ver qué cosas pasan,
Santo Cristo del Cebreiro!
Por siglos, santos varones
buscaron por cielo y tierra
la copa en que Jesús brindó
cercanos los días de Pascua.

Conclusión:¡Más turistas a León!