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PEDRO REY NOS FELICITA LA NAVIDAD

PEDRO REY NOS FELICITA LA NAVIDAD

No podía faltar en este blog la felicitación que cada año nos envía el muy querido compañero Pedro Rey desde el otro lado del mundo.

 


 

NAVIDAD

El tiempo pasa,  la vida pasa… todo tiene su fin. Pero hay algo  que siempre está presente, y como dice la canción, hasta lo podemos tocar. Hay algo ahí que  nos sobrecoge, que nos fascina. Y por más que nos olvidemos siempre  está ahí. Es algo humano, pero envuelto en perfume divino.

Una señora matsiguenka de Tayakome me preguntaba dónde iba a pasar la Navidad este año. Le contesté que aún no sabía. “Ven a mi comunidad”,  me dijo. Le pregunté qué entiende ella por Navidad. A su modo me expresó que en Navidad se siente más grande…. Y es que, cuando contemplamos lo divino, nuestra humanidad se hace más grande, porque todo lo vemos y sentimos  desde la grandeza de Dios.

Pienso que la esperanza es el sustento de la vida, de lo contrario este mundo ya habría muerto. Nos resistimos a morir, no tanto porque queramos vivir más,  sino porque la  esperanza nos mantiene en algo mejor, que a pesar de todo, aún es posible la realización de esa ilusión. La esperanza nos  dice que hay algo en nosotros tan vivo que aún lo  podemos realizar. En el desierto más desierto  siempre puede nacer una  planta… si se pone un poco de amor.

Qué grande es Dios, que mantiene siempre encendida en nosotros la luz de la esperanza. ¿Será esto un capricho de Dios? ¿Será una demostración de su poder? No. Aunque somos de barro y muy frágiles somos divinos, dioses. Y la esperanza (que nunca defrauda) nos revela que lo divino se manifestará plenamente en nosotros.

Navidad es nacimiento, siempre nacimiento, siempre esperanza de que lo divino que hay en nosotros ilumine el mundo como el sol lo ilumina todos los días.

Volveremos a Belén a adorar al Niño Dios con los mismos sentimientos de siempre. En esa mirada a Jesús nos sentiremos más humanos y al mismo tiempo más metidos en la profundidad de lo divino, en la profundidad de nuestra propia humanidad divinizada. Ver  a Jesús en su forma más frágil y tierna es ver la grandeza de Dios y la humanidad divinizada dentro de su misterio.

Navidad: siempre  nacimiento; siempre esperanza; siempre futuro; siempre llamada a la eternidad.

Miremos a Jesús y descubramos nuestra propia inmensidad.

FELIZ NAVIDAD

Con cariño, Pedro Rey

13 comentarios

Javier Cirauqui -

Gracias Pedro, por tu felicitación y te deseo a ti y a los tuyos feliz navidad desde la esperanza y el amor.
Un fuerte abrazo.

Javier Cirauqui -

Gracias Pedro, por tu filicitación y te deseo a ti y a los tuyos feliz navidad desde la esperanza y el amor.
Un fuerte abrazo.

Luis Carrizo -

Navidad.

Luis Carrizo -

Gracias, Pedro, por tu hermosa felicitación, por esas sencillas y profundas palabras.
El Adviento y la Navidad, poseen, en efecto, la magia de la esperanza, que tú tan bien describes.
Un fraternal abrazo y Feliz .

Pedro Sánchez Menéndez -

Feliz Navidad, querido Pedro. Cada vez que apareces en el blog me llenas de alegría. Con la foto y con tus palabras de felicitación nos espabilas a todos en esta hora del mundo tan falto de fraternidad y solidaridad a pesar de las maravillosas excepciones que todos, sin duda, conocemos. Me gustaría darte ánimo en medio de la crisis que estáis atravesando por la falta de vocaciones solidarias con el proyecto que os traéis entre manos en ese rincón del mundo. A pesar de todo, quiero darte ánimos para seguir adelante en el proyecto de Jesús. Abrazos. Pedro

Ramón Hernández Martín -

Ya metidos en harina y puesto que la única vivencia que tengo de este inconmensurable, servicial y sacrificado "Rey" fue la honrosa participación en el homenaje que se le tributó en Vegaquemada, séame permitida una entrada más para apostillar o subrayar la "heterodoxia" de Baldo diciendo que aquel día fue todo él una auténtica "Cena del Señor", desde la llegada a la partida de todos los participantes, y cuyo momento cumbre fue, sin duda alguna, la comida-homenaje. Guardo un grato recuerdo de aquel día, de su protagonista y de cuantos tan generosamente tributaron allí a Pedro Rey su afecto. Por cierto, el oficiante mayor de todo aquel ritual me pareció que era la personita más querida de todos, el jovencísimo Fernando (si recuerdo bien su nombre y que, en cualquier caso, todos identificáis fácilmente). Como para los afectos no hay distancias, valga también mi felicitación navideña a Pedro Rey y a cuantos se mueven en torno suyo. Y ¡qué casualidad!, esta mañana he estado en el banco haciendo un pequeño ingreso a Selvas Amazónicas (también eso, amigo Baldo, es "partir y compartir").

JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS -

Pedro, me veo obligado a entrar de nuevo, así aprovecho para refelicitarte, sino para advertirte que el Sr. Baldo ha sido nombrado enladrillador mayor de este blog. Lo que dice lo dice muy bien pero, coño, perdón que hablo con fraile, lo dice muy largo haciéndonos sudar la gota gorda para acabarle y para entenderle. Él bien sabe lo que dice. Aunque estudió a Ockham, de Vegaquemada no de Villaquejida, no se le pegó nada del principio aqyel que dice: " Non multiplicanda entia sine necsitate". Él es de lo que prefiere que sobre que no que falte. Me la edtoy jugando pero tenía que avisarte.
Abrazos

Baldo -

Pedro, amigo y hermano querido. Te felicito con el espíritu de primera la navidad, que, según cuentan Mateo y Lucas, tuvo un cariz de rebeldía: el reino de Dios debía sustituir al reino de Roma; el Hijo de Dios, el Salvador, el Pacificador de toda la tierra no era el emperador, sino Jesús de Nazaret, cuyo natalicio fue anunciado en primer lugar a los pastores, la clase más pobre entre los pobres, y que pretendía traer la paz por medio de la justicia no por medio de la victoria, como lo hacía el emperador. Vosotros son los continuadores de la rebeldía de Jesús contra nuestro mundo de injusticia dedicándoos, en el olvido de todos, como dice José Luis, a vivir el reino de Dios con esos angelitos que aparecen en tu celebración.
A Iráizoz, el Paticas, Gastazarra, al más queríamos los del curso, no le voy a dar el consejo que quiero ofrecerte a ti, porque, con lo picatroncos que es, no tiene la mollera para entender estas cosas. Veo que en la foto que nos mandas hay mucho de misa y poco de la celebración del la cena del Señor. Veo un cáliz y no una copa típica de Shintuya. Tampoco veo las viandas para repartir entre los comensales, como sucedió en la cena del Señor. Vosotros, que estáis lejos del control de los clérigos vaticanos, romped con todo y volved a esa cena del Señor, donde el compartir es donde se hace presente el Señor. Un lugar donde vi la auténtica cena del Señor fue el albergue San Martín de Porres de Madrid en los años 72–73. Andrés y Ramiro, que desde entonces llevan sobre sus espaldas un albergue en Madrid, san Martín de Porres, dan gratuitamente comida y cobijo a los sin techo, a la gente sin medios ni familia; a los pobres, en general. También regentan una parroquia –santa Rosa de Lima–, cuya iglesia –un barracón entonces– forma parte del propio albergue. En los años de los que hablo, esta capilla parroquial era al mismo tiempo el comedor del albergue. Después de terminar las liturgias del domingo, se corría una mampara de tablones para aislar el altar "sagrado" del resto del recinto, que volvía a ser el comedor de los albergados durante el resto de la semana. Pero durante la propia liturgia, los feligreses oían y olían el cocer de los garbanzos en la cocina, situada en la parte de atrás de la capilla–comedor. Pienso que para ser perfecta cena del Señor, hubiera sido mejor que no hubiera existido la mampara separadora, para que la eucaristía y el ágape fraternal a los pobres estuvieran mutuamente implicados en el mismo y único espacio. No había en aquella capilla–comedor una simple yuxtaposición de la eucaristía y el ágape, en el sentido de que la eucaristía era una comida sacramental en la cual se conmemora la muerte de Jesús, y el ágape, una comida comunitaria caritativa sin carácter sacramental. Allí, los dos aspectos formaban un todo inseparable. San Pablo, antes de pactar con los ricos de Corinto, hubiera alabado a estos dominicos, que entonces celebraban conjuntamente la eucaristía y la comida a los sin–techo como había sucedido, sin duda, en la cena del Señor. La «caridad» que ejercen con los pobres del albergue no se deriva de y se orienta a la eucaristía –como suelen afirmar muchos teólogos–, sino que forma parte y es un ingrediente esencial de la auténtica celebración de la cena del Señor. Vosotros, admirado y querido Pedrín, podéis hacer algo similar, ya que tenéis el privilegio de estar un poco a resguardo de los inspectores romanos. El Señor no se hace presente en el pan, sino en el pan partido y repartido a todos por igual. Una abrazo como desde aquí a Lima.

Fernando Alonso Diez -

Tu siempre esperada felicitación de Navidad nos recuerda cada año que vivimos en un mundo difícil de entender y de aceptar, pero en el que siempre se puede hacer algo para que sea más humano y eso nos lo trasmites con el testimonio de tu compromiso y con tus palabras de esperanza. Gracias Pedro y un abrazo para tí y para tus matsigenkas.

José Luis Suárez Sánchez -

¡Gracias, Pedro! Los misioneros sois geniales. ¡Qué poco se habla de vosotros! Y sin embargo,

Son ellos,
sembradores del amor y el Evangelio,
los que quedan abrazados al dolor
cuando todos emprenden
el camino de la huida
allí donde la muerte
es sorpresa a cada paso.

Son ellos
los que dejan la vida en el sendero
soportando el vacío de los otros,
sufriendo el hielo del olvido
de aquellos que abandonan
el rebaño y el arado
y llenan las iglesias con sus rezos.
DIOS NACE ALLÍ DONDE SE PARTE Y SE COMPARTE. ¡FELIZ PARTIR Y COMPARTIR!

Luis Heredia -

Queridísimo Pedro, con mi más profunda y sincera admiración por lo que haces, gracias por tu cariñosa felicitación y que tú también tengas una Feliz Navidad. Los que sí la van a tener, seguro, son los que te acompañan pro el solo hecho de tenerte a su lado.

Muchos besos

JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS -

Gracias Pedro por tu profunda felicitación. Se nota que estás convencido de lo que dices y haces, enhorabuena. Muchas felicidades para tí. Cuidado con los machiguengas que son muy suyos.
Abrazos

Joaquín Urbano: -

Mi querido compañero Pedro: lo mejor ya lo haces tú. Grande es mi admiración por ti. El mayor del curso y el único que logró el objetivo. Sólo te deseo salud para que continúes largamente haciendo esa impagable labor que reconforta y te reconforta. Feliz Navidad, amigo mio y el mayor de los abrazos. Urbano.