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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

UN PAR (Por Luis Carrizo)

UN PAR (Por Luis Carrizo)

UN PAR

 

Los periodistas, en general, y muy particularmente los que se dedican a la crónica parlamentaria, vienen lamentando cada vez con más énfasis el bajo nivel dialéctico de que adolecen los debates y controversias de nuestros políticos. Es comprensible: el periodismo, que vive del titular y de la frase mordaz, tiene mucha razón en añorar aquella época en que un parlamentario, conminado a retractarse por haber afirmado que la mitad de los componentes de la Cámara eran estúpidos, se corrigiese ingeniosamente proclamando, ipso facto, que la mitad de los componentes de la Cámara no eran estúpidos. Ahora ha entrado en el Parlamento el lenguaje transgresor y alternativo (lo que venía llamándose macarra) del “me la suda”, “me la pela” y “me la trae floja”, y a los adversarios políticos se les tacha de machirulos y de fumaos, sin necesidad de recurrir a la réplica imaginativa y sutil.

Empeño que, por otra parte, resultaría metafísicamente imposible, si es que continúa siendo verdad —que me corrijan Pitu o Baldo— aquello de que nadie da lo que no tiene. ¡Qué lejos queda la edad dorada de los Churchill o de los Castelar! Imagino la fruición con que el Times y sus lectores compartirían, entre otras, la famosa enganchada de Lady Astor con el del puro: “Si yo fuese su esposa, le pondría veneno en el café”; y la urticante e inmediata respuesta de Churchill: “Señora, si yo fuese su marido, me lo tomaría”.

 

El  actual  teleciudadano (que constituye la mutación, a peor, del ser Humano Productor Consumidor de que tanto nos habla el filósofo Chavarribaldo últimamente en el blog), ahormado por la retórica de los programas que triunfan nowadays en el prime time de las cajas tontas, prefieren de lejos la sal gruesa de contenido mitinero a la fina elocuencia demostina. En España, para estropearlo más, tenemos una rara fijación por lo que se encuentra de cintura para abajo y, en cuanto nos vemos faltos de argumentos, recurrimos enseguida a la minga, al coño y a los cojones. Sobre todo a los cojones: ven aquí, o sal a la calle, si tienes cojones; esto lo hago, o digo, porque me sale de los cojones (última e inapelable ratio); lo que tú hagas o dejes de hacer, Lady Astor, me importa tres cojones… y por ahí. El beso en España —nos dejó archicantado Manolo Escobar— lo lleva la hembra muy dentro del alma. Es correcto. Pero qué superventas se perdió para la historia de la música, y de la sociología, por no haberse decidido Manolo a componer la secuela dedicada al macho hispano. Una verdadera lástima, porque el estribillo hubiera causado furor: “¿Qué lleva en la mente el español continuamente?” Lo ilustro con un último ejemplo.

 

En el transcurso de una de esas comidas multitudinarias a las que todos de vez en cuando tenemos que asistir, a mi mujer le tocó como vecino de mesa, justo en frente, un comensal que a los dos nos cayó mal desde el principio. Esto sucedía en Sevilla. El citado personaje, a pesar de habernos explicado que era profesor de no sé qué en un Instituto, se mostraba como un verdadero botarate por las estupideces que decía, a las que nosotros respondíamos con observaciones anodinas o con alguna que otra sonrisa de compromiso.

En un momento dado, tras comentarnos que había nacido en la ciudad de Burgos y señalarle mi mujer, por buscar algún tema de conversación, que yo era leonés, el susodicho, como si acabase de encontrar la ansiada ocasión de saldar una deuda pendiente, se dirigió a mí interpelándome en los siguientes términos:

—¿Tú, eres de León?

—Sí —le contesté.

—Yo he visto vuestra catedral —me respondió. Y, a renglón seguido, torciendo el gesto en una mueca que traslucía una mezcla de decepción y desagrado, muy similar posiblemente a la que compondría para comunicar a uno de sus alumnos que estaba suspendido, añadió:

—Las torres no son iguales.

 

Yo me quedé cortado (Cela hubiera añadido: como la leche en las cálidas noches de verano). E igual que el boxeador que ha recibido un golpe inesperado en el plexo solar busca el aliento desesperadamente, de esa misma forma daba yo vueltas en mi cabeza por hallar una respuesta adecuada a la par que refinada, porque, a pesar de que en la mili no pasé de la clase de tropa, tengo mis lecturas. Pero fue en vano. Me pudo la telúrica llamada de la raza. A pesar de todos mis esfuerzos, oh decepción, mi febril búsqueda acabó yendo a morir a los sólitos, trillados castizos lugares comunes:

—Estos desparejamientos son muy habituales en las obras de arte —acabé por contestar—. Tú, además de la catedral de León, ¿has visto alguna vez el David de Miguel Ángel?

—Sí —me respondió—, lo vi una vez.

—Y, ¿te fijaste bien?

—.Hombre, no sé… Me fijé lo normal. —En este punto, su expresión ya transmitía la inquietud del examinando, cuando el examinador, tras su respuesta, le vuelve a preguntar: ¿estás seguro? Yo aproveché su desconcierto para entrar a matar:

—Pues si te hubieras fijado bien, te habrías dado cuenta de que a sus huevos les pasa lo mismo que a las torres de la catedral de León.

—Y, ¿qué les pasa a los huevos del David? —me replicó.

—¡Joder!, ¿pues qué les va a pasar?, —concluí—. Lo mismo que a los tuyos: que uno le cuelga más que el otro.

 

Luis Carrizo

(¡Viva León y su catedral!, ¡me cago en tal!)

 

14 comentarios

Javier Cirauqui -

He dedicado la mayoría de mi vida a trabajar con problemática social. Niños, jóvenes y adultos. Aunque hice magisterio mi último trabajo y durante l5 años ha sido de Educador Social atendiendo a los sin hogar en el Albergue Municipal del Ayuntamiento de Pamplona, amen de otras historias parecidas.

Luis Carrizo -

Pues sí, querido Javier, eso de hablar sin saber (muy bien lo de ne-scio) nos alcanza un poco a todos en distintos grados. Lo de los tontolabas de las JONS, como muy divertidamente los calificaba tu padre, es ya un problema de mayor calado, y lo malo es que la cosa va a más. La ardilla que alguien dijo que en la Edad Media podría atravesar España saltando de árbol en árbol desde tu pueblo hasta Huelva, podría hoy hacer la misma travesía saltando de tontolaba en tontolaba. Y a la vuelta, si le apeteciese variar, podría cambiar los tontolabas por modelos. Tampoco iba a necesitar tocar el suelo.
Por cierto, ¿en qué trabajabas?, si no es indiscrección.

Javier Cirauqui -

Luis Carrizo, he leído tu artículo "UN PAR" y la verdad es que me ha gustado mucho, como bien dice algún otro compañero bien podía ser el artículo de fondo y de mucho fondo de un periódico nacional.
Yo creo que el bajo nivel dialéctico de los debates parlamentarios y en general de nuestros políticos es obvio y lamentable.
Cierto que ahora ha entrado el lenguaje transgresor y alternativo (o macarra), pero es que casi siempre nos ha podido el lenguaje opresor, dominante y de mayoría absoluta.
Según la gente, yo he estado trabajando siempre con "UN PAR", pues siempre me han dicho que para trabajar donde he trabajado hace falta tener muchos huevos o cojones, (los tengo del montón, ni grandes ni pequeños, apañados).
De todas formas siempre les he dicho que me quieren muy mal, puesto que si lo hubiera hecho todo con los atributos masculinos, no hubiera funcionado la cosa, y que más bien trabajaba con la cabeza y el corazón.
Desde luego la anécdota de las torres de la catedral de León y los huevos del David de Miguel Ángel es genial. En este mundo hay muchos "tocapelotas", o como diría mi padre "Tontolabas y de las JONS.
No hay cosa que más me fastidie, que aquellos "estúpidos" "Stultus" o "necios" o "ne scio" como nos decía el Padre Felipe, que hablan sin saber de qué y sin conocer nada de lo que hablan y como volvía a decir mi padre, cuando alguien colocaba el acento donde le daba la gana: "Eso, eso, con acento en los cojones".
A veces en la variedad está el gusto y a veces en la igualdad la justicia y los necios, necios siempre son.
De todas formas, Luis, grito contigo: (Viva León y su catedral, ¡me cago en tal!).
Un fuerte abrazo. Javier.

Luis Carrizo -

No puedo estar más de acuerdo contigo, Jesús. Tus apreciaciones sobre la igualdad y la desigualdad están llenas de sentido común. Pero, desde luego, esa afirmación "la variedad es enriquecedora" debía ser grabada en bronces o, en su defecto, en mármoles, aunque no proviniesen de la cantera donde Miguel Ángel fue a buscar el bloque del que sacó a su David.

Jesús Herrero Marcos -

Querido y admirado Luis, me gustó tu relato, sobre todo por el tema de la igualdad que normalmente suele confundirse sobre todo con cosas que tienen en su esencia la desigualdad. Hay cosas que pierden su valor con la igualdad, por ejemplo los libros, las flores, la inteligencia, el sexo, las catedrales, los jamones, la belleza y otras muchas cosas. Hay cosas que ganan con la desigualdad y no sólo las mencionadas. La variedad es siempre enriquecedora, por ejemplo el blog en el que todos estamos con nuestra infinita forma de ver las cosas. Hay cosas que están mal siendo desiguales, por ejemplo el sueldo injusto entre hombres y mujeres para el mismo trabajo, la justicia que trata de forma distinta a unos y a otros, la distribución o reconocimiento de derechos sociales según seas de un lado o de otro...
Lo que pasa es que hay gente de escasa capacidad intelectiva que trata de igualar lo imposible, por ejemplo eso, la inteligencia, la altura física, el aspecto exterior, e inician peleas imposibles y absurdas, por ejemplo con el diccionario/diccionaria (faltaría más), y pueden incluso caer, por falta de conocimiento, en errores serios como confundir el pelo con la pela, que son cosas distintas, las churras con las merinas, los jamones con las jamonas, la velocidad con el tocino. Y no hablemos ya del peliagudo asunto de hombres y mujeres que casi nadie se acuerda de que ambos (¿ambas?) son personas, que son las que detentan los derechos.
Después de medir minuciosamente los panidoplótidos del David de Miguel Ángel, sito en la Academia de Florencia, he comprobado que, efectivamente, el izquierdo es levemente mayor que el derecho. Casi no se nota pero cuelga un poco más. Tienes buena vista (para esto y para muchas cosas más). Ya me gustaría a mi tener tu vista y también lo del David.

Luis Carrizo -

Gracias a todos por vuestros comentarios. Y algunos otros más particularizados:
Baldo y Federico Esteban, habéis sacado a colación un asunto curioso, ese de testar el "género" de los misacantanos y papables, susceptible de muy anchas y largas acotaciones. Me encantan esos latines y sobre todo el objeto por el que se acuñaron y las circunstancias y ceremonias que describen. Decididamente, la temática de andar sobajando las partes de la generación veo que se remonta a unos cuantos siglos atrás. Y eso sin tener en cuenta la mucha más antigua afición a cortar prepucios,que viene a ser una variación sobre el mismo tema, establecida por los judíos. ¡Qué fijación!¡por Yhavé!
Tocayo Heredia: Para tu información he de decirte que el profesor de marras estaba ya muy escogollao, no pienses que era un becario. Del asunto de los grafitis habría para escribir dos libros. Te creo todo lo que me digas. Yo no lo he podido fotografiar porque lo veo cuando paso conduciendo por la autovía Alicante-Madrid, pero me gustaría: hay una tapia muy cerca ya de Albacete en que puede leerse este mensaje: "je t'aime". Fíjate: a la entrada de Albacete, y así, sin más. Para que veas que no todo el monte es orgasmo, que donde menos piensas salta la liebre y que aún hay motivo para la esperanza.
Cicero, Santos: salen mañana sendos jamones por la vía habitual. Vuestros halagos merecen dos "bellotas", como vengo haciendo habitualmente, pero esta vez tendrán que ser de recebo porque ando solo regular de líquido circulante.
Muchas gracias, amigos.

Santos Suárez Santamarta -

Y me pregunto yo: ¿no habría entre los lectores de este blog algún director de periódico que pudiera contratar, para escribir una columna semanal al menos, a este hombre?. Cuántos columnistas de renombre deberían ir a tu escuela, Luis. Hay muchas personas que suelen comprar el periódico exclusivamente para leer la columna o el artículo de opinión de algún notable periodista. Yo sería uno de ellos sabiendo que aparecía allí tu firma. Y ahí me quedo.

Daniel Orden -

!Chapeau! Luis.

Isidro Cicero -

Muy bien contestado, Luis Carrizo. Ahora que vuelva a por otra el de Burgos, hombre. Me ha encantado tu relato y esa mordacidad con la que miras las cosas y a la gente desde lo oblicuo. Lo has hecho así desde joven. Lo que más me gusta, sin embargo, es el regusto con que paladeas y haces paladear los materiales.
Que tienes lecturas es más que evidente. Y que tienes más proclividad por la finura demostina que por la sal gruesa, sin despreciar ésta en su justa dosificación, también está claro. A pesar de lo de la mili. Te leo, te doy la razón, me gustas. Un abrazo

Luis Heredia -

Fabuloso, Luisín Carrizo.
Desconozco la edad de tu opositor de mesa. Desde luego sí conozco que no bebió de las mismas fuentes del saber de las que tú y tantos de la Paramera pertenecientes al sindicato de la tiza bebísteis sin llegar a empacharos de la capacidad que aún tenèis.
Me temo que el preclaro profesor, puede que docente pero que no enseñante, pertenece a esa saga que, espero no abunde, va dejando en el camino restos de serrín con los que rellenar las cabezas.
Hace días enviè una foto tomada del paredón del IES que tengo frente a mi casa con un grafiti que dice literalmente: t hecho d menos.
Digo "dice" porque después de seis meses aún sigue ahí para mi escarnio, que no para los alumnos ni profesores del centro.
De verdad, de haber firmado el grafitero o grafitera y conociendo su identidad, no hubiera dudado yo en contactarle para pedirle no que lo borrara sino que lo corrigiera para que cuando llegase a ser profesor o profesora, docente o docenta, diputado o diputada, se expresara solamente con un poco más de propiedad que muchos, muchos de los actuales miembros y miembras del Congreso porque pedirle que lo hiciera con la sutileza de los antiguos parlamentarios será metafísicamente imposible.

Anselma -

Pos una vez me contó la Carmen que es de capital que la llevaron a un sitio pallá que se llama Grecia y que aquello era un desastre porque solo había piedras rotas tiradas por todos los lados.

federico esteban monasterio -

Con un par...
Cuenta la historia que una mujer de nombre Juana, llegó a ser Papa; y una vez descubierto el engaño, la Iglesia obligó a proceder a una verificación ritual de la virilidad de los papas electos con el fin de evitar que les dieran gato por liebre y así evitar que alguna mujer alcanzara el trono de San Pedro; y un eclesiástico era el responsable de sentarle en la "sella stercoraria" y el encargado de examinar manualmente los atributos sexuales del nuevo Pontífide a través del asiento perforado, y una vez terminada la inspección ocular y si todo estaba correcto, debería exclamar "Duos habet et bene pendentes"
Abrazos a todos.

Baldo -

Amigo y querido Luisín Carrizo, maestro de la retranca gallega de Ribadavia, mezcla de sarcasmo, inteligencia e ironía por igual medida. Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no escribo como tú, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo tu ingenio, nada soy. Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, nada me aprovecha, porque me quemaría y ya no podría escribir. Y yo quiero llegar a escribir como tú, ¡caray!

De momento me contento con balbucear, como el profeta Jeremías, para decirte que muy bien le contestarte al burgalés: que la riqueza está en la diferencia y no en la uniformidad. Y, si no está de acuerdo porque es duro de mollera, le das con un ladrillo de Chávarri sobre el particular, y ya verás cómo entra en razones y no vuelve a sentir tentaciones de simetría.

Y para simetría de torres catedralicias, ninguna iguala a la de Oviedo, que tiene una única torre, pero tiene la propiedad de ser idéntica a sí misma. ¿Qué más simetría hay que la que se da en la relación de identidad, en la que los dos extremos de la relación son el mismo ser, como sucede en el caso de que A = A? Algún escolástico, más bien del gremio de los canonista, dirá que la primera "A" es sujeto, mientras que la segunda "A" es predicado, y que entre ambas funciones hay al menos distinción de razón, ya sea de primera intención, si "A" es una variable que se refiere a un sujeto rico, ya sea de segunda, si dicha variable es de un desahuciado.

Con respecto a la desigualdad del tamaño y peso los testículos, tanto en Miguel Ángel como en su David, te diré que no en todos los mortales sucede lo mismo. En mí, sí. Me operaron de una hernia inguinal y al día siguiente me salió un hidrocele que lo andaba arrastrando por el suelo de la casa. Recurrí al urólogo y me aseguró que eso se iría reabsorbiendo ello sólo. Menguó, eso sí, pero como vi que no volvía ni de lejos a su ser, lo até con una tanza de pescar y lo llevo sujeto al cinturón. No sabes del peso que me libré.

Sin embargo, se dan otros casos en los que no es así. Te voy a contar brevemente lo que sucedía hasta hace bien poco en las ordenaciones menores de los candidatos al sacerdocio entre los católicos. El avisperino (u obisperino) iba leyendo uno por uno el nombre de los aspirantes. Mientras tanto, en un rincón –generalmente detrás del retablo– el ayudante y maestro de ceremonias episcopal palpaba los testículos de los postulantes. Si contestaba en alta voz "habet duos" (tiene dos), el obisperino pasaba a nombrar al siguiente, sobre el que se repetía la misma operación de palpo y la consiguiente datación pública del número. Pero se dieron algunos casos en los que el aspirante tenía sólo un testículo. "Unum tamtum habet" (sólo tiene uno), delataba el palpador. Y el avisperino ni se inmutaba. Como si estuviera escrito en el libro ritual, contestaba con aplomo y contundencia: "Supplet ecclesia" (la iglesia lo suple).

Así que, amigo Luisín, ya lo sabes, por si te encuentras con alguno de Burgos que te vuelve a tocar los "duos" con las torres de la catedral de nuestra capital.

Alfonso Losada Vicente -

La respuesta a Carrizo,
" El grande " No se la daré yo, puesto que no estoy preparado, para asesorar. Pero Don Pedro Trapiello, SÍ.
Por algo ha sido nominado para "HOMBRE DEL AÑO" en León.
Enhorabuena, Pedro.
¡¡Vaya con la saga Trapiello!!
¡¡A ver quién os tose..!!
Un abrazo.
Losada.