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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

SOY PAPÓN DE JESÚS

SOY PAPÓN DE JESÚS

Soy papón (palabra leonesa, cofrade) de Jesús, de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno de León. Como lo son también Martín, mi hermano Froilán, Andrés M.Trapiello, Pedro "Perico", Pachi San José, nuestros hijos, nuestros sobrinos, nuestros nietos… 

Un poquitín de cultura: nuestra Cofradía nace el 9 de Julio de 1610, momento en que inicia los trámites con el entonces Prior del Real Convento de Santo Domingo de León, el P. Fray Bernardo de Guevara, redactando unas condiciones para la fundación de la capilla de Jesús Nazareno en el cuerpo de la Iglesia del citado convento de Dominicos.

No sería hasta el 21 de Abril de 1615 cuando concluye la adquisición definitiva de la Capilla por parte de la Cofradía con el beneplácito del entonces vicario general de los Dominicos, Fray Pedro de Paladinas quien dará la licencia necesaria a los frailes del Convento de Santo Domingo de León para realizar la “venta” de la Capilla. 

Habitualmente se considera fecha de constitución de la Cofradía de Jesús Nazareno de León, el día 4 de Febrero de 1611, momento que se corresponde a la probable aprobación de su regla, por la que se guiará la hermandad con la autorización del obispo D. Francisco Terrones. 

Del Convento de los Dominicos en León solo queda el recuerdo y el nombre de la plaza más importante de León, el centro de la ciudad, y que todos conocéis: La Plaza de santo Domingo. 

Somos braceros de San Juanín y mañana, Viernes Santo, desde las 7 de la madrugada en Santa Nonia “pujaremos” en la procesión de Los Pasos el trono diseñado y realizado por uno de nuestros ilustres compañeros, querido artista MELCHOR GUTIERREZ SAN MARTIN. Mi reconocimiento a tu labor de muchos años en la Cofradía de Jesús, donde fuiste realmente su alma, diseñador, repujador, escultor, bordador, orfebre, y las flores…qué lujo de adornos florales en todos y cada unos de los trece pasos.

El martes estuvimos cenando todos los papones de nuestro GL y hablamos de ti con la rabia de que ya no estés en la Cofradía. Son las cosas del –paletismo- que todavía existe en una ciudad de provincias como la nuestra, el no saber apreciar la miel de un artista como tú, amigo y compañero.  

"Pujaremos" nuestros trece Pasos por San Francisco, Escurial, Plaza de santa María del Camino, Cuesta de los Castañones, Santa Cruz, Plaza Mayor, Juan de Arfe, San Martín, Plegarias, Convento, Vizconde, Serranos, Puerta Castillo, Santo Martino, Cid, Ancha, Teatro, Rúa, Plaza de las Concepciones... así hasta la Capila de Santa Nonia. ¡qué nombres más bellos del viejo León!

Y cuando nos pregunten qué sentimos debajo de nuestro paso y ocultos con el “capillo”, diremos “orgullo”.  

En la fotografía, Melchor en su taller de Venta de Baños. Un abrazo, artista, genio, sobre todo compañero.

El Furriel que te admira.

27 comentarios

Andrés Martínez Trapiello -

Querido Isidro:
No te llamo cabrón, porque, aparte de que soy educado, ese título ya está adjudicado.
¿Te quieres ir de rositas hinchado un Globo a Pedro Sánchez, que se lo merece?
Quiá.
¿Y el de Jaime R. Lebrato?
¡Ponte de una vez delante de la pantalla, y escribe!
Ya sabes, Isidro, que el objetivo con que se creó el blog era hacer a UNA persona feliz. Como cuando te leo, yo lo soy, ¡pues eso!

quique muñiz -

Isidro: Yo ya te lo he dicho, casi sin pedírtelo: anoche mismo; y en el día de enero que JoseMari tituló un portillo "Los atrapé" agrupando en un racimo irrepetible las emociones que nos regalas.
Y te añado que yo ya no sabría entender otra forma, ni otro nombre que no fueran "tus globos".
Gracias, de nuevo: Pedro te está esperando.

José Mª Cortés Aranaz -

Amigo Isidro,
si dejas de inflar globos, presento mi dimisión "irrevocable" por segunda vez.

Tú mismo,
El Furriel dimituri.

andres cortes aranaz -

Ni que decir tiene, que hago causa común con lo que dice mi hermano Froy. Hay cosas que no se pueden permitir, y una de ellas es que nos prives de más globos. Necesitamos la limpieza de tus relatos, todos con ese sabor agridulce de recuerdos del pasado, pero de NUESTRO PASADO, porque el futuro ya se encargarán otros de escribirlo.
Es decir; que no se crea que nuestro veterano Pedro Sánchez Menéndez, va a ser el último portador de estas pequeñas maravillas con las que el BUENO de Isidro nos obsequia. No, no y no. Quedan muchos globos por insuflar ese aire fresco que tan bien nos viene a todos.
Amigo Isidro: yo he estado estos días de Semana Santa en León, con mis hermanos-hermanos y mis otros hermanos-hermanos.
He sido la persona más feliz del mundo cuando he estado con ellos, y creo que además se me notaba. Hacía tiempo que no me reía tanto, ya que todas las "orgías" que el GL monta, las disfruto desde mi exilio, leyendo comentarios y viendo fotos. No es lo mismo.
Bueno; me he extendido más de lo que estoy habituado a hacer, pero esta nota era simplemente para reivindicar que esos benditos GLOBOS, nos sigan haciendo disfrutar a todos, y a tí, querido Isidro, te cuesta tan poco hacernos felices......

Un abrazo

Froilán Cortés -

A ISIDRO CICERO.

Ni se te ocurra. Tu último globo? De eso nada. Necesitamos más globos tuyos. Más relatos como los que solo tú sabes hacer. Más ternura escrita. Y más recuerdos de tu niñez, que tambien fué la nuestra.
En nuestra comida reciente en Santander, expusiste una teoría, supongo que profundamente meditada. "SOMOS UNOS PRIVILEGIADOS". Y nos dabas uno y mil razonamientos para demostrarnos el porqué de tal aseveración.
Yo, Isidro, sin tanto pensar, ni tanto meditar, SE que eres un privilegiado, al menos por dos razones (que serán muchas más)
La primera, por tener la memoria que tienes, llena de recuerdos muy pasados, pero muy presentes en tu mente. MEMORION!
La segunda, por tener la capacidad que tienes para contárnoslos. Es una auténtica delicia leer y releer tus globos.
No puedes dejarnos sin el privilegio de disfrutar tu privilegiada manera de contar los recuerdos de tu privilegiada memoria.
No sé si me he enredado entre tanto privilegio, pero, se me ha entendido, no?
En mi opinión, tus globos, deberían de ser como las copas. La última, siempre ha de ser la penúltima. Por eso, debes de inflar el globo de Pedro Sánchez,con el que seguro que desde su infinita sencillez se pondrá colorado. Luego, recupérate. Coge aire, para poder seguir inflando.........
Un abrazo muy fuerte, y muy sentido, Isidro.
Froilán.

Vibot -

Desde el lunes santo hsta el lunes de pascua he estado desconectado. ¡Y cuántas emociones me he perdido, por lo que voy leyendo! No quiero citar nombres por no olvidar a nadie y que los silencios -como dice Teódulo- puedan hacer de menos y aún doler.

Aunque no me resisto a abrazar especialmente a dos chavales de mi curso que me han emocionado un poco más por cercanía de filas: mi Heredia y mi Bañugues(no vuelvas a decir que escribes mal, porque sientes muy bien con la palabras, Carlinos).

Vuelvo a sentirme en casa con Cicero -Cícero para Trapi- y su entrañable globo matizado de fablas. Y con toda la música de Teódulo sobrevolando Eisenach en sus mágicas alas googleearth, descendiendo a los hielos del Titanic...

Pero todos, sí Todos, me hacéis sentir en casa nuevamente.

Como esas manos que se ciñen tan dulces a las nuestras. Y ese aroma querido en el que adormecemos felices y olvidados la fatiga.

Gracias, chicos de entonces, dulces amigos de ahora, por seguir siempre ahí.

Andrés Martínez Trapiello -

¡Ostras!
Que llego a casa; a Martín le tengo que abrir "el fijo", yo me pongo en "el portatil" y... Luis Teódulo que me llama -sin permiso de Javerdelvigopalencia- CABRÓN. Y escriben Pedro Sánchez, José Luis Alcalde, Luisin Heredia...
Esperadme, que yo también tengo que decir algo.

Luis Heredia -

Sidrín, mérito tiene que escribas como lo haces, pero que lleguemos a conocer a tu madre, es impagable.

Ya no disocio entre globos o flotar en el mundo real.

Luis Teódulo -

Cabrón de Andrés, es que tú nunca duermes?

Recuerdo un día - no diré nombres para no herir susceptibilidades - en que un nuevo bloguero, llegado de tierras levantinas, osó aventurarse y colgar un comentario. Todos -yo, el primero - pasamos olímpicamente de él. Y era el pobre un naúfrago en medio del ancho mar. La única mano piadosa que se acercó a salvarlo fue la tuya, cabronazo.

Lo mío ha sido una pataleta de niño mal críado. Pero yo os oigo - jí, jí, já, já - y ya sabes que no ando estos días para muchas risas y os he querido joder la fiesta, por eso de que el que no llora no mama.

Un inmenso abrazo, Andrés, que lo necesitaba.

JOSÉ LUIS ALCALDE -

Como soy palabreador excesivo, puedo jorobarlo tó. Por eso, sencillamente, palabras para contextualizar, en la paz y sosiego de un Sábado Santo en cá los domis de Vallecas, Pedro y yo solos,después de leerte emocionados...

¡¡GRACIAS POR ESTE SIGNO PASCUAL TUYO DE VIDA Y RESURRECCIÓN!!

Ahora seguirían palabras infinitas,¡ojalá tuvieran esa dimensión!peor, inacabables, es decir insoportables...Sólo vale el resumen del tema, para aprobar el examen:

¡G R A C I A S,S I D R Í N !

Andrés Martínez Trapiello -

¡No me jodas, Luis Teódulo!

¿Tengo que coger ahora el C.C.Smith, G.A.Davies y H.B.Hall y hacer una "traslation"?

¡Happy day!

Luis Teódulo -

En este blog, amigos, como en las partituras musicales, hay silencios muy elocuentes.

En realidad, estoy convencido de que los silencios pueden herir más que las palabras. Con las palabras uno siempre tiene la posibilidad de defenderse, pero los silencios, tan sibilinos ellos, te cortan hasta el habla.

Cada uno es muy libre de buscar sus propias afinidades y de elegir los interlocutores deseados. Pero deberíamos ser todos - yo también me incluyo - muy cuidadosos en cómo administramos nuestros silencios. Los silencios pueden cerrar la puerta a alguien que necesitaba de nuestra atención, aunque fuera mínima. El silencio es, en ocasiones, un portazo en las narices

“Sí, oye, te he escuchado”, sería suficiente.

Pero el silencio puede ser, a veces, muy hiriente, casi despectivo. Como el que pasa a tu lado por la calle y no se digna saludarte. Se puede llorar por los silencios, os lo aseguro.

Yo no tengo la memoria privilegiada de Cicero, así es que no hay manera de acordarme de la canción que los violinistas, con el Titanic prácticamente hundido, interpretan en medio de la desesperación de la gente, corriendo alocadamente en busca de su salvación.


Lunes, 15 de Abril de 1912
A las 2:00 am el agua esta a sólo 10 pies de la cubierta de paseo, y es cuando Wallace Hartley escoge la pieza final de la banda “Nearer, my God, to thee”. Con más de 1,500 personas aún a bordo, y sólo 47 lugares disponibles en el barco “D”, Lightoller da instrucciones a la tripulación de tomarse de las manos y formar un circulo alrededor del bote, permitiendo sólo a mujeres y niños pasar a través del circulo, a las 2:05 am el bote “D” comienza su descenso con 44 personas. El mar comienza a inundar la cubierta “A”, y la inclinación del Titanic es mayor, en estos momentos es cuando Smith entra al cuarto de radio y ordena a Phillips y Bride dejar sus puestos, en su camino al puente Smith dice a los miembros de su tripulación “Sálvese cada hombre por sí mismo”, sus últimos pensamientos han de haber sido para su esposa Eleanor y su pequeña hija Helen, como Walter Lord describe la escena en “A Night to Remember”, con todos los botes soltados, una curiosa calma llego al Titanic.

La excitación y la confusión reinaban en los cientos de personas que quedaron en el Titanic, la popa comenzó a levantarse claramente del agua, y los pasajeros continuaban moviéndose hacia popa; alrededor de las 2:17 am la proa se hundía mientras cientos de pasajeros de segunda y tercera clase escuchaban oraciones del padre Thomas Byles reunidos en lo último de la cubierta posterior. Un rugido enorme es escuchado a las 2:18 am ya que todos los objetos movibles dentro del Titanic chocan hacia la parte sumergida de la proa, las luces parpadean una vez y después se apagan, dejando al Titanic como una silueta negra contra un cielo estrellado, muchos están convencidos de que el casco se rompió entre la tercer y cuarta chimenea. El barco adopta una posición completamente perpendicular y se mantiene así por algunos minutos, a las 2:20 am los restos comienzan a deslizarse hacia el fondo del Atlántico a unos 13,000 pies de profundidad. Al mismo tiempo los gritos y llantos de los sobrevivientes crecían en numero y angustia, el ruido espantoso continuó por algún tiempo, piadosamente muchos se congelarían en vez de ahogarse, los llantos afectarían y nunca serían olvidados por Lightoller que se localizaba arriba de un bote volteado…

Nearer, my God, to thee, nearer to thee!
E'en though it be a cross that raiseth me;
still all my song shall be, nearer my God to thee,
nearer my God to thee, nearer to thee!
2. Though like the wanderer, the sun gone down,
darkness be over me, my rest a stone;
yet in my dreams I'll be nearer my God to thee,
nearer my God to thee, nearer to thee.
3. There let the way appear steps unto heav'n;
all that thou sendest me in mercy giv'n;
angels to beckon to me nearer my God to thee,
nearer my God to thee, nearer to thee

Me abstengo de traducir el “Cerca de ti, Señor…” que tantas veces cantamos en el Colegio y que todos recordaréis perfectamente. Y por qué me vienen a mí estos recuerdos, precisamente ahora.? No estoy en el Titanic, ni me amenazan aguas turbulentas. O sí.

Como dice nuestro amigo fraile Pablo, pronto estamos en tiempo de Resurrección, que lo disfrutéis.

Luis Teódulo -

Sidrín no se ha vestido hoy de caperuzón o de papón, o sí, vete a saber, que quizás el relato lo tenía ya preparado, lo ha pegado y anda ya entre antorchas y cruces. Es igual, cada uno se apaña esta Semana Santa como puede y yo sigo con Johan Sebastian, que, a estas alturas, ya nos vamos conociendo un poco. Y aunque no domino el alemán, lo intentaré en latín macarrónico, que sé que en aquellos tiempos, en las escuelas luteranas, lo estudiaban con interés.

Tengo curiosidad por recorrer el camino de su madre, aunque sólo sea virtualmente, y por google earth lo intentaré después. No creo que ahora queden osos, ni siquiera lobos, no lo sé.

El paponín del chupete, como el mismo Sidrín, ya habrá crecido lo suyo y ése sí, seguro, es hoy un maduro papón de Jesús que procesiona orgulloso y respetuoso por las calles de León, junto con nuestros amigos.

Gracias por tu relato, Sidrín, fue una delicia leerlo y compartirlo en este Viernes Santo.

clemente sanchez pelaez -

Isidro: me ha emocionado y enternecido tu relato de hoy, viernes santo.
Gracias por regalarnos tus emociones y recuerdos.

También para ti javierdelvigopalencia: es un placer leeros.

¡felices pascuas a todos, amigos y compañeros!

CLIM

Isidro Cicero -

La vendedora de globos 19. UN CHUPETE.

Una vez, por Semana Santa, ocurrió esto que os voy a contar.

El Viernes Santo los jóvenes padres estuvieron haciendo las últimas cronometradas, dejándose aconsejar por los veteranos de la aldea y por los más expertos en atravesar el Puerto de Piedrasluengas, que no es cualquier cosa. No es que el padre necesitara ni esos consejos ni esas opiniones; para el padre pasar el puerto tenía pocos secretos, él lo había hecho muchas veces, con nieve o sin ella, a pie, a caballo, con carros, en coche y en camión. Pero esta vez era distinto. No iba a ir él, sino Lina. Su joven esposa, poco más de treinta años. Y Lina nunca había salido de casa. Y tenía que ir sola, porque la madre de un compañero mío que había quedado en hacer con ella el recorrido, avisó en el último momento de que no se le arreglaba.

Pero esta primavera, Lina se había empañado en pasar con su hijo mayor, que estaba internado en León, unas horas del Domingo de Pascua. Todas las que fuera posible, que no serían muchas. Lo peor era lo a desmano que estaba León. Lejos, coño, lejos. Pero sobre todo, a desmano. Para estar allí el domingo cuando ya le dejaran ver al chiquillu, después de la misa de once, ¿o sería la de las doce?, Lina tenía que estar a las ocho de la mañana del sábado santo en Camasobres, a la parte de allá del puerto, coger allí el coche de línea del amigo Duque, pasar la mañana en Cervera, esperar en Vado al tren de la Robla que pasaba a las cuatro de la tarde, llegar a León ya al oscurecer, buscar pensión en aquella ciudad que no conocía (ahí tienes la dirección de la fonda en la que me quedé yo cuando fui a llevar a Sidrín la primera vez que se fue) y, al día siguiente, domingo, te levantas y preguntas de dónde sale el autobús que va al colegio. Tiene que haber allí más gente para lo mismo porque hay muchísmos críos como el nuestru Sidrín. Preguntas. Y vete tranquila, mujer, que pérdida no tienes.

No estaba presente, pero parece que estoy oyendo a Lina: “¿Te crees que soy tonta o qué?” Lo peor era estar a las ocho de la mañana del sábado santo en Camasobres, de nuestro pueblo a unos dieciséis o dieciocho kilómetros, que bien mirado no es tanto. Once cuesta arriba y el resto, para abajo. Serán sobre tres horas y media o cuatro horas. Este año, por suerte, el puerto está terreño, no se ha oído que anden por ahí los lobos y el oso sigue encuevado. No hay que tener ningún miedo. Zorros sí, zorros y corzos te puedes encontrar, pero por esos no te asustes. De cualquier manera, yo voy contigo hasta que se haga de día. Cuando amanezca me vuelvo y tú sigues andando sola, pero con la luz que no es lo mismo ni tales acuerdos. Lo peor es andar de noche, ya digo, pero mientras dure la noche ya te acompaño yo.

La gente de mi pueblo estaba acostumbrada a pasar al otro lado del puerto, siempre andando, con nieve o sin ella, para asistir al entierro de algún pariente en Pernía, para ir a la feria de San Bernardo en San Salvador de Cantamuda o en Los Redondos, para acudir al Brezo o a los mercados de ganado de Cervera de Pisuerga, para llevar al otro lado duelas, yugos, cebillas, rastrillos, apeas del tren, maderos de construcción; para volver con los carros cargados de sacos de harina o de trigo y de carrales de vino, compradas a los Ruices de Aguilar, a Secundino en la Venta Orbajena, o a Amérito (así se decía) el de Cervera. Eso lo sabía bien Lina, y, pensaba, si otros y otras lo han hecho, no hay razón para que yo no pueda.

Iban los dos por la desierta y gélida carretera arriba en busca del amanecer, habían salido de casa sigilosos para no despertar a los hermanines que se habían quedado durmiendo, los besos para Sidrín ya los habían encargado el viernes santo por la noche, antes de acostarse y dile que le queremos mucho y nos acordamos mucho de él, cuando de repente a la vuelta de una de las ochocientas curvas, un runfido, unos focos: un camión subía en la misma dirección, procedente de la cabecera de nuestra comarca y camino también, qué maravilla, de Cervera de Pisuerga.

Paró, coño Selmo, a dónde vais. Se le explicó la cosa y el hombre se ofreció –faltaría más- a llevar a Lina hasta Cervera, menudo favor. De modo que de las cuatro horas de caminata, le ahorró tres, y en vez de estar en Camasobres para coger el autobús a las ocho, ya estaba en Cervera a las seis, inaugurando así, no hay dicha perfecta, una interminable mañana glacial en la villa del Pisuerga, helada por aquellas calles vacías, no atreviéndose a meterse en ningún sitio ni siquiera a llamar a las puertas de los parientes.

En el tren, repleto de gente desconocida, oyó de repente a unas chicas guapas y simpáticas pronunciar tres palabras que le parecieron mágicas: Virgen del Camino. Y no era una jaculatoria. ¿Vosotras vais, por casualidad, a la Virgen del Camino? Sí, sí. Es que tenemos allí a un hermano. Pues yo tengo a un hijo. Anda qué casualidad. Y de dónde sois vosotras. Nosotras somos vascas. De un pueblo de Vizcaya, y tú ¿eres de Palencia o qué? No, no, yo soy de la provincia de Santander, de Liébana, que llaman.

Se dijeron dónde pensaban hospedarse aquella noche. Cuando Lina, mi madre, dijo dónde se iba a quedar ella, un hombre que iba cargado de cuadros, un pintor paisajista, le dijo: Ahí me hospedo yo también. Ya te indico. Por cierto, que cuando llegaron a León y echaron a andar hacia la fonda, ella detrás del pintor, a Lina se le estaba haciendo el camino interminable. La desconfianza. El miedo. A punto estuvo de darse la vuelta. Y, si no llega a aparecer en ese momento, el letrero con el nombre de la pensión que le había dicho su marido, ahí deja al pintor desconocido y se pone a desandar el camino para ir no sé dónde la verdad.

Pero bueno, a lo que iba. Aquella noche las dos chicas vascas, qué majas, de quien serían hermanas, vinieron a buscarla para que las acompañara a ver la procesión del Sábado Santo de León. Mi madre nunca había visto ninguna procesión de Semana Santa y yo tampoco. Seis años estuve en León y no vi ninguna, bien que lo siento. Pasaron los capuchones, los papones, dicen los cazurros, pasaron los hachones y los cirios, desfilaron delante de ellas los santos que tuvieran que desfilar, imagino que Jesús y la Virgen dolorosa. Lina, mi madre, no perdía detalle.

Pero cuando lo cuenta, siempre cuenta lo mismo con las mismas palabras. De repente, de las filas de papones, como hoy acabo de aprender que se llaman, salió de repente un paponín, un niño muy salado, se levantó el capuchón corrió hacia la gente, cerca de donde estaba mi madre y las dos vascas, y se acercó a su madre. Ësta sacó un chupete y el paponuco le pegó unas cuantas chupadas que le supieron a gloria. Luego regresó a la fila de enlutados, se puso el capuchón muy serio y siguió en el desfile con la responsabilidad de una persona mayor.

Lo cuenta siempre. A mi este detalle, cono razón o sin ella, me recuerda un poema de Machado, el del tronco seco, al que, con las lluvias de abril y el sol de mayo le salen unas hojas frescas. Una gracia. Otro milagro de la primavera. Mientras el niño leonés chupeteaba el chupete, en la Virgen del Camino, santuario, hacíamos el rito de la resurrección del Señor, cantando el alleluya de Haendel, viendo a los hombres de blanco quitarse otra vez las negruras de capas y capuchas y despeinándose al hacerlo mientras algunos de nuestros compañeros más admirables iniciaba aquello de Regina Coeli laetare, aleluya. Y nevando de luz eléctrica, blancuras triunfales y alegrías metafísicas, el coro.

Cuando al día siguiente, día de Pascua, pasaban nuestras filas camino del santuario para ir a misa, allí en una esquina estaba la madre mirándome con embeleso, y haciéndose notar humildemente con la mano. La fila pasó y yo desde el medio de ella, le correspondí con la mirada y la sonrisa, pero sin romper la fila, eso no. El beso y el abrazo tuvieron que esperar hasta el ite missa est, aleluya aleluya, el regreso al colegio y, esto es muy importante, la ritual palmada del hombre de blanco, indicativa de que la fila ya se podía romper. Lo primero, el rito hasta el final, que le vamos a hacer. Me pregunto si merui portari, tu ya me comprendes.

El globo de hoy es para ella. Con el permiso de todos.


jose ignacio serrano mallada -

Aquella cruz que recuerdo...

divino madero de sangre,
que me enseñaron de niño
algunos que yo llamo Padre
a mirar siempre con hambre
insaciable de cariño.

divino madero de sangre
vas a secarme de pena,
deja al menos a mi alcance
que te coja , que te lleve
hasta el momento que muera.

Aquella cruz.

Pablo Huarte -

A JAVIER DEL VIGO PALENCIA

No pensaba en este día de Viernes Santo entrar en el blog para hacer comentario alguno. Pero después de leer el largo correo con que nos has regalado, Javier, no me puedo resistir a dedicarte un párrafo, aunque sea brevemente.

No trato de comentar -bien que se lo merece, por otra parte- todo cuanto has escrito bellamente y con una fuerza que se sale de lo normal.

En esta ocasión, voy a intentar resaltar la gran delicadeza con la que siempre envuelves tus comentarios. Por lo menos, cuantas veces me has honrado cuando te has dirigido a mí, he percibido mucho respeto, mucho agradecimiento y unas formas que te definen como persona noble y llena de caballerosidad. Aunque algunos, en ocasiones, parecen apuntar hacia otra cosa, es porque les infundes mucha confianza y saben de sobra que jamás te vas a molestar.

Todo esto te lo digo en este día tan especial. Jesús, en quien ojalá creamos todos y lo esperemos todo de él, aparentó ser abandonado del propio Dios. Así nos lo has recordado, Javier.

A pesar de todo, me parece que me estoy "pasando". No quisiera, en absoluto, deciros nada que os pudiera crear fatiga...

Todos los libros litúrgicos del Viernes Santo, escriben así la frase que has citado sobre ese "abandono" de Jesús: "Elí, Elí, lamá sabaktaní" "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?".

Pero a mí me gusta pasar con mucha rapidez, del Viernes al Domingo de Resurrección.
¡FELICES PASCUAS!

Pablo Huarte

Javier del Vigo -

Julio Correas, desde los fríos profundos que se sienten “al norte, más al norte”, -el geográfico de Canadá, donde habitas a 15 grados bajo 0; el que pintó Quique Muñiz, para guardar nuestros muertos particulares, pero colectivos, con el calor que te caracteriza, Enrique- Julio, digo, nos felicita: “ Y para los que no son padres ni josés ni abuelos, ni valencianos ni santos... un abrazo muy fuerte, porque sí.”
Recibo, Julio tu abrazo, que es multidireccional. Universal. Casi me ha recordado el “urbi et orbe” navideño de las 200 lenguas papales desde aquella ventana vaticana.
Qué curioso! Este año, estos días de Semana Santa, se han juntado el nacimiento de la primavera, una luna llena en noches frías con estrellas lejanas, San José, padre y fallero en Valencia... “La tramoya de la farsa está servida!” Y es bella.
La vida y la muerte, binomio eterno, aderezadas con tracas valencianas. Lo dice el viejo refrán: “El muerto al hoyo y el vivo al bollo”. Navidad, Carnavales, Semana Santa, Fallas, Sevilla, feria de abril... Ayer Bilbao estaba vacío. Quedé con una muy vieja amiga -a la que abracé tras muchos años de silencios- para tomar un café y sabernos de nuevo... Sin apenas gentes, con inmensos espacios para aparcar coches. Bilbao, sus gentes, se habían echado –literalmente- al coche, al tren o al avión, para buscar sol, fiesta, ¿“piedras” de cultura, también?... Cicero hizo -hace ya una enormidad de tiempo- uno de sus primeros libros: “Los que se echaron al monte”. Fueron otros tiempos aquellos; muy otros! La Semana Santa cerraba –literalmente, también- al país. El franquismo sólo dejaba abiertas las iglesias, que calentaban el frío habitual con millones de velas encendidas...
Ayer, en la noche bilbaína, por su Plaza Elíptica -centro geográfico de la nueva megápolis que ya no se articula sobre el “hierro vizcaíno” sino en el entorno del “titanio guggenheimiano”-, legión de encapuchados portaban “pasos”, velas, pendones, andas... recuerdos de otras épocas!. Poco antes había recibido un mensaje amigo al que no respondí, para no dejar con la palabra en la boca a Paloma, la amiga: “Acabamos de matar un judío. Salud y forza!”. Ay! Esos prietos picudos, ricos, que calientan el frío de una noche procesional...! Por León, origen del email, los “papones” –nuestros amigos del GL, que son piedra angular de la cultura leonesa de hoy día- estaban haciendo su paso procesional, como viene sucediendo desde principios del siglo XVII. Con ritos similares. Recordé la alegría pantagruélica -cuando abandoné protocolos y creencias- del grupo de amigos que, en lo alto del monte Amboto, abríamos latas de fabada –asturiana, of course!- y freíamos carne a espuertas, allá en la lejana Semana Santa de 1971... Oh!, juventud y libertad. Nos dimos “bula” y avanzamos en el convencimiento de que lo esencial y los formalismos no tienen siempre igual valor.

Amanece el Viernes Santo. Del “día del amor universal” llegamos al más cruel del Calvario. En mis recuerdos de niño y adolescente, los frailes blancos se colocaban sus capas negras, como símbolo añadido de “duelo”; por doquier de aquel impresionante santuario-sepulcro estatuas, tabernáculo, cirios...se cubrían con paños negros. Se apagaban las luces, hasta las del alma. Era el culto a la muerte. Al dolor. Nos cubríamos, niños maduros, de un rictus triste el rostro y meditábamos sobre la tragedia eterna. Algunos usaban “cilicios” penitenciales, por ofrecerse como nuevos nazarenos, al Padre... Hoy, es emblemática la “Procesión de los picados”, en la riojana San Vicente de la Sonsierra. Estos son bastante más brutos, quizá algo más folklóricos que aquellos pudibundos y privados cilicios... En su origen, quizá, estuvo el mismo deseo de penitencia...
A mi, el otro día, me salió del recuerdo la frase: Elí, Elí, lamá sabajtaní. Sigo acentuando los finales, no sé bien si por el recuerdo de las músicas del pasado o porque lo aprendí así. Hoy he buscado en la red, vete a saber por qué oscuro azar. La frase me ha rebotado, sin acentos siempre. De todas la entradas que Google –ese dios de la respuesta inmediata y virtual moderno- me ha ofrecido, he recogido –y os regalo- este párrafo de Jean Meyer Barth, emérito doctor en historia por la Universidad de París, que escribe en “¿Muerte, dónde está tu victoria?”: “La muerte cristiana es realista. Cuando Jesús pide que abran el sepulcro donde está su amigo Lázaro, le contestan que el hedor va a ser terrible porque lleva varios días sepultado. Realista también la Pasión y muerte de Cristo, con ese episodio muy alejado de la serenidad de Sócrates (claro, la cicuta ingerida por el filósofo no causa los terribles dolores de la flagelación, del Vía Crucis, de la crucifixión). Tan es así que Tertuliano y sus discípulos habían suprimido del Evangelio el relato de la agonía de Cristo, para que no pareciera inferior a héroes griegos y romanos. Muchos cristianos censuran el Evangelio y se brincan lo que estorba. Así no pueden admitir que Jesús, que Dios haya dudado de Dios ("Eli, Eli, lama sabajtani", Dios, Dios, ¿por qué me abandonaste?). Prefiero Chesterton: "Nuestra religión es la buena porque es la única en la cual Dios, un instante, ha sido ateo".
Y recuerdo algunas frases de Pablo Huarte, cuando nos relataba el momento en que Eulalio Calzón o Antonio Uría estaban a punto de “irse al norte”. ¿Recordáis? ¿Recuerdas, Pablo, aquellos hermosos párrafos con los que fuimos re-conociéndonos, antes del encuentro en octubre? Salud, Pablo!. Recibí tu felicitación “para todos” por josé-padre. Y tu deseo creyente de felicidad en la Pascua de la Resurrección, que también recibo, por venir de ti.
No sé si tiene Chesterton razón o el Cristo de los cristianos tuvo un momento sublime de debilidad. Sobre todo, de duda. ¿Puede haber un Dios ateo? “Elí, Elí, lamá sabajtaní!”
En fin; a otras cosas.
Dijo Mariano, cuando empezaba a lanzarse -en el portillo vecino- por el mundo de las palabras urdidas con la belleza con la que él sabe tejer sueños: “Sujétame, Andrés, que los arrollo…” Hablaría de cuando mete goles, seguro, pero me recordó aquella otra frase tópica: “A mí, la legión!”. ¿Los legionarios son esos soldados que “desfilan con andar bravo” llevando en el centro un Gran Macho Cabrío...? Jo!, tendré que fijarme más en sus andares, -por emularle- en sus fauces –por si me veo reflejado-, en sus cuernos –que me darán sana envidia-...
Item más, Mariano: Cada día descubrirás un matiz ignorado hasta de Rosa, que te habita desde hace ya una eternidad. A la que deseo lo siga haciendo otra eternidad mayor... Verás, chiquitín, mi guapo: Javierdelvigopalencia se llama Pepe pero no es abuelo. Eso aún no. Aunque dame tiempo y verás...

Yo entiendo que debe ser muy trabajoso, entonces, escribirme como me describís por acá; con un antetítulo: PEPEJavierdelvigopalencia. Si así lo hicierais, llenaríais casi tantos párrafos como yo, cuando me entra el furor. Y eso, no. Por favor!
Mariano prosiguió:
“-¿Y por qué le felicitas, entonces?
-Porque es un bomboncito de chocolate y un cabrón de pitiminí.”
¿Pitiminí? ¿Cabrón de pitiminí?.
A buscar –me dije- eso de “pitiminí”! ¿Será que Mariano me piensa dulce como los bomboncitos? ¿Será “palabro” aplicable a seres insignes, casi únicos? Con lo que me quiere Mariano, creo que me está diciendo un piropo de amor, una de sus joyas literarias más preciosas... Porque ya hemos dejado constancia pública de nuestros cariños, cuando nos dejan ellas, ¿verdad, Mariano...?
Pues bien, compañeros; queridas mías, ved qué dice la RAE de “pitiminí”: “(Del fr. petit, pequeño, y menu, menudo). adj. De poca importancia.”
Así que –leído lo que antecede- negaré el saludo a Mariano. ¿Yo, cabronzuelo sólo? ¿Pequeño cabroncín? Este almuédano villajodido! Veré que se me pasen los despechos –dos y ricos!- para volver a dirigirte la palabra, rayo certero de la idem! Mariano, soy “grande”; el Gran!; único, como “La representación de la pasión” de Castro Urdiales.
Chavalería, en este día triste de Viernes Santo, os deseo paz y bien! Cuidaros!

Luis Heredia -

Queridísimo tocayo,

Cuando me preguntan qué me llevaría a una isla desierta,siempre respondo: a Pilarina y a Bach.
Ahora más fácil todavía con los i-pod porque un pick-up precisaría las instrucciones de Javier Muñiz para enchufarlo sin electricidad; Javier haría milagros.

Mariano y yo te ofrecemos nuestras casas y playas. Siempre las tendrás abiertas y te aseguro que te sentirás transportado por momentos al mundo que no habías deseado nunca perder y la compañía de Encarna la sentirás muy cercana.

Carlinos, eres el más grande. Eres pura amistad y sigues conservando en estado puro tus vínculos.

Yo necesito leerte para sentirte tan cerca como entonces.

Un beso muy fuerte a Mª Jesús y a Bárbara.





Carlos-Bañugues -

Queridísimo Luis:hace ya un tiempo en que participo humildemente con el regalo de Navidad de BÁRBARA.Dado que partir de cero es engorroso y que no tengo a mano un "Furrielín" que gratis me asesore(por aquello de estar ya en el grupo de convalecientes jubilados)no ha sido fácil y,por ello,por los exámenes y otros aderezos coyunturales,no he podido entrar siempre que he querido.Yo tambien te diré que aunque no haya dado explicaciones de lo sucedido en la "refriega de Bañugues"queda pendiente porque hay muchas cosas que algún día deberán escuchar el GL.Que uno les quiere mucho pero complejo de no creerse lo que dicen es harto fácil de demostrar...y no esperaba menos de tí,de Urbano o de Rufino y el "mercenario" Martín.De todas maneras nada digo que no sienta y lo que siento no es nada que merezca vuestros elógios.Siempre te dije que los que escogimos los senderos variados de la tecnología,perdimos mucho de lo andado en el colegio,sobre todo en lo que se refiere al léxico y la redacción.Deseo,sé,que no se me tendrá mucho en cuenta y como quiera que aquí se descubre cada día un amejoramiento en redacción en la que uno se fija,poco a poco se me entenderá mejor.Un abrazo enorme a Pili y a su Señoria(que lo serás)y,como es muy grande,extiendelo a tus hijos que están de "pasada"en tu cortijo.

Luis Teódulo -

Desde Swäwisch Gmund a Eisenach hay 243 kms, por Google. Swäwisch es la ciudad donde se encontraba la fábrica donde trabajé, hace ya más 30 años, durante el verano, con mi viejo amigo José Antonio, tipo duro donde los haya, del sindicato de la tiza, ya felizmente jubilado. Nos trajimos más de 50.000 pts de la época, cantidad nada desdeñable entonces para unos pobres estudiantes como nosotros. Eisenach es el pueblo natal de Johann Sebastián Bach.


Hago un viaje figurado, como un pájaro, ya sabéis, por Google. Atravieso un tablero de tierras rojas y verdes, a veces las sombras de un bosque espeso, un río caudaloso y me presento en la casa natal del compositor, una casa de piedra y madera en Luthergasse 5.


De fondo oigo gemir el violín de una mujer ya madura interpretando el aria nº 39 de la Pasión “Erbamme dich, mein Gott” (Apiádate de mí, Dios mío)
Inicia el canto la contralto con voz desesperada
Um meiner Zären willen; - advierte mi llanto
Schaue hier, - mira mi corazón
Herz und Auge Weint vor dir – y mis ojos que lloran
bitterlich. – amargamente ante Ti.
Erbamme dich! - ¡Ten piedad de mí!


Oigo el aria tres, cinco veces… y es como un imán del que no puedo desprenderme. Y no sé qué es lo que más me conmueve. Si el violín en su diamantino vuelo o la voz cálida que suplica clemencia con desamparada insistencia.


Hace frío aquí, en esta tarde de marzo. Supongo que en Eisenach también hará frío. Y en alguna iglesia luterana un violinista acometerá el aria 39. Y alguien llorará también conmigo ante tanta maravilla.


Mira, Mariano, si yo viviera en Villajoyosa, o como Heredia en Marbella, y paseara descalzo por la playa, de la mano con Encarna, sobre el rumor de las olas, oiría, seguro, volar estos violines, como si fueran gaviotas.

Abrazos a todos.

Luis Heredia -

Queridísimos hermanos.

Solamente para deciros sin el más mínimo rubor que viví intensamente las Semanas Santas en el Colegio y el Domingo de Resurreción. Puede parecer una chuminada pero aprendí muchas cosas.

En todos los sentidos.

No sé deciros más ni cómo expresarlo.

Luis Heredia -

¡Así se dice Carlinos¡

¿Cómo te hiciste tanto de rogar para deleitarnos como lo haces?

¿Acaso ya cogiste el rumbo, Patrón, y tienes las coordenadas fijadas para el futuro?

Carlos-Bañugues -

Largo historial el de vuestra Cofradía.Nunca imaginé que toda la familia respirase el aliento del Jesús vapuleado,ultrajado,triunfante en la entrada de Jerusalén,crucificado ante su Madre...es,quiero imaginar,un privilegio el veros a todos participando con devoción y dedicación en esos Pasos que conmueven a tantos y que a mí en particular,a veces,no pueda evitar que el folclore me aparte de estos ritos.Me pasa como a Heredia pero sabed que desde hoy mismo,en cada Procesión,intentaré veros a todos y seguro que me ayudará a entender que sois muchos los participantes que estais en el origen profundo de mostrar vuestra Fe.Gracias por la lección.

Andrés Martínez Trapiello -

... y si "matamos un judío" (*), yo también me acordaré de Pilarina, que no solo vamos a tener presente a Luisin Heredia.

Y al Furriel, ya le precisaré algunos datos.

(*) En la jerga popular de León -en mis años infantiles y juveniles, o sea: ayer- “matar judíos” era acercarse al Barrio Húmedo a tomar unos “chatos de limonada”. Un rito más en la Semana Santa de León.

José Mª Cortés Aranaz -

Luisito, no dudes que te recordaremos.

Te esperamos el próximo año.

Un beso y gracias por tu mensaje que me emocionó.

Luis Heredia Alvarez. -

Mis queridos cofrades,

Durante mis 24 últimos años viviendo en Andalucía, he visto solamente "Un Paso" en Málaga capital y tres en Marbella.

No es que me falte Fe. Es que tuve la impresión desde el principio que estas celebraciones tenían más de lúdico y jolgorio que de religión.

Con el paso de los años reconozco que estoy confundido, ya que la esencia y el alma de los Pasos se compone de cada unos de los costaleros, y cada uno de vosotros es un mundo de recogimiento y Fé.

Espero que mañana deis lo mejor de vosotros, el peso se convierta en alivio espiritual y os acordéis de pedir también por los que estamos lejos.

Me hubiera encantado estar con vosotros estos días pero los hijos están de "Paso" con nosotros durante la Semana Santa.

Y qué orgullo tener un artista como Melchor entre nosotros. ¿Cómo es posible que el Colegio haya dado tanto al arte?