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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

CRONICA DEL 1-05-2010, DESDE COMPLUTUM

CRONICA DEL 1-05-2010, DESDE COMPLUTUM

Desde Cumplutum (Alcalá de Henares para los de Ciencias) nos envía esta deliciosa crónica de nuestra pasada reunión en León. No menos deliciosa es la fotografía que la encabeza; Frays Julito y Dacio en Caleruega.

Os contaré que Dacio tenía encomendado el digno oficio de campanero, siempre corriendo, veloz como un conejo, con aquel flequillo que le tapaba los ojos, el escapulario por encima del hombro, el cinturón casi por debajo de las rodillas y el rosario al cinto que más ruido metía en el silencio de aquellos claustros por los que yo andaba como abeja desorientada saltando de celda en celda, que si a ver a Ochoa, que si a Jesusito Fresno, que si a Julito, que si a San José, y siempre acabando en la de Fray Oscarín que me reconvenía y recomendaba que regresase a la mía a meditar, lo que hacía como el cazador que regresa sin lograr trofeo tras una incursión cinegética fallida.

Gracias amigo Dacio, hermano.


Mi querido Cortés:

            Respuesto de la resaca morriñosa que me dejó la visita a La Virgen del Camino, me he sentado esta tarde a escribir una pequeña crónica del evento. Me ha salido un poco grande, pero me apetecía.

            Un fuerte abrazo de tu amigo y hermano

 

            Dacio


 

           Las previsiones meteorológicas eran preocupantes, pero el día amaneció razonablemente bien. Llevaba unos 200 metros recorridos cuando recibí la llamada de Alonso. Al parecer, un servidor había interpretado erróneamente la hora de concentración y llevaba más de media hora de retraso con lo convenido. El estaba ya de plantón en un semáforo junto a la M-30, y Barrio montaba guardia junto a su maleta, marca Magistrado, en la Avda. De América. Tras apagar el móvil, reinicié la marcha, abandonado raudo y veloz la histórica Complutum para plantarme en unos minutos en la capital de España, donde fui recibido con leves reconvenciones por mis compañeros de viaje.

         

Por cierto que pocos he tenido tan agradables y distendidos como éste, pese a tener que soportar algún comentario mordaz de Su Señoría sobre las costumbres eróticas en las colmenas, de abejas, por supuesto. Y no lo contaré aquí –comprometí mi palabra-, pero casi al final del viaje asistí a una de las más hilarantes escenas que he vivido. Total que, casi sin darnos cuenta, estábamos ante la bodega de Cembranos.

         

Y a los pocos minutos se produciría el posiblemente –éste sí- acontecimiento planetario del año. Poco a poco iba llegando de León lo más granado de la yeguada 61-67. No es que considere menos granados a quienes no pudieron asistir –en realidad era además mi primera comparecencia, así que no puedo levantar la voz-. Por el contrario, eché mucho de menos a mi entrañable Fueyo, a Tomás Montenegro –tenía una pregunta para él sobre una antigua anécdota que espero logre sonsacarle y descifrarme su hermano, José Antonio-, y a Ochoa, aquel nervioso y simpático chavalín que según las lenguas es hoy un tipo grande y fornido.

         

Y ya todo fueron abrazos y sentimientos reencontrados. No tan mal debieron hacerlo los frailes para que sea tan buena gente la que constituye este gran grupo humano.

       

Me gustaría reflejar aquí uno por uno a todos los asistentes, pero dispuesto a no extenderme demasiado, me limitaré a sólo a dos o tres de ellos, para no pasarme de cuatro o cinco líneas. No voy a citar a Pepito, Cascajares, Arango, Alfayate, Alonso ni Barrio, que los tengo ya muy vistos. Aunque sí a sus esposas –decir que son encantadoras es poco- pues en cada encuentro se prodigan en cariño hacia Ascensión y hacia mí. Tampoco a Pedro, Alcalde, Sarmiento, Javier Muñiz, Correas, Barrigón o Fresno, a los que ya había tenido ocasión de achuchar en fiestas gastronómicas no lejanas.

         

Pero no puedo por menos que traer aquí los abrazos que recibí de la saga Cortés –qué familia tienes mi querido y próximo José Mari-, o al mañico del clan, Pachi –ni te imaginas la humanidad que me transmitiste en los deliciosos minutos que compartimos, mi buenazo San José-. ¿Y Llorente? El muy cabrón, además de ejercer como infiltrado –Ximo al menos aportaba un punto de seriedad con sus fotos, y Trapiello daba prestancia al grupo-, me confundió con Cascajares, cosa que es un halago para mí, pero también merecedor de la oportuna sanción, toma nota Cortés. A Quique, el otro Muñiz, en el que se le fue la mano a la naturaleza, ¿acaso sigues en edad de crecimiento con 60 tacos?, le  perdono el afán recaudatorio por el abrazo que me dio. Toma ejemplo de Angel Luis, toda la vida trasteando en la banca y no le oí rechistar al respecto, sólo sonreír feliz con su prejubilación. Felipe Tascón creo que engañó a los frailes de entonces, pues que por su aspecto mantengo la sospecha de que en los sesenta aún le faltaban veinte o veinticinco años para venir al mundo. Cómo lo hizo no lo sé, pero yo diría que su caso constituye una estafa más de este país de pícaros. No es ese tu caso, Berrueta, pero cómo te conservas, bandido. Malvárez, afortunado eres de tener ese cacho cuerpo, porque de lo contrario no puedo imaginar dónde meterías el pedazo de corazón que transportas. ¿Y Moreda? ¡Qué chaval tan entrañable eres, Javier! No me extraña que tu mujer estuviera tan emocionada. Y César y José Angel, otros dos que tal bailan, parece que los asturianos guardáis algún secreto relacionado con el corazón, como el otro infiltrado, Bañugues. Será que la fabada les concede un tamaño especial. Leonés hasta la médula y complutense hasta las cejas, empiezo a pensar que el mundo sería mejor si todos hubiéramos nacido en el Principado. Sé Justino que has partido a la carrera para conocer al nietín, pero no te olvides, mi querido valderense, de la receta. Con tu Bacalao al Ajo Arriero y el Prieto Picudo de Froilán, traeré cultura gastronómica de alto nivel a Alcalá. Me encantó verte y hablar contigo, Iturgáiz, magnífico representante de la sencilla y discreta nobleza navarrica. Compartí mesa y mantel con el prior de Oviedo. Las responsabilidades, especialmente la de conducir a esta pandilla de descreídos, te han hecho madurar, pero, oye, cuando te dicen algo sigues poniéndote rojo de la raíz del pelo al cuello, pasando por las orejas. Como si nada hubiera cambiando, mi querido José Antonio. Y eso es bueno, ya bastante descabalados estamos el resto. Fue agradable contar en la comida con la presencia de Lebrato y Manuel Santos, el nuevo prior de la Virgen, pero eché de menos la presencia del P. Cura. Desconozco la razón, pero me hubiera gustado saludarle. Dejando a un lado principios educativos, para mí fue una de las pocas personas que me ayudó a valorar mi propia personalidad y capacidades.  Punto aparte merece el caso del chiquitín, ese que llaman Javivi. ¿Os habéis dado cuenta de cómo actúa el muy ladino? Se te queda mirando como desde la lejanía, pensativo, hasta que suelta de pronto lo que acaban de elaborar sus privilegiadas neuronas y rompe en una carcajada que te arrastra. Que nos cuenten Centeno y Arango de qué iba la cosa cuando les pillaron en la fotografía 78 del “Albun Encuentro 61-67/2010”. Siendo tan grande como eres, mi querido Del Vigo, plantéate la posibilidad de desdoblarte un poco y enviarnos parte de tu humanidad a la meseta madrileña. Las cenas serían diferentes, más profundas y más divertidas, lo que no es fácil, te advierto.

        

¡Ah! Envío la foto del encabezamiento por una razón nada baladí. Resulta que excepto Justino, Centeno y yo, el resto presumís de unas cabelleras que no tienen explicación, a todas luces injustificadas. ¿Acaso no habéis trabajado en todos estos putos años? ¿O habéis visitado a Fray Trapiello? ¡Cabrones! Pues ahí tenéis, yo también peinaba pelo, y el de Julito no era blanco precisamente. Por cierto que aún me pregunto qué estaría leyéndome el elemento en esa instantánea. ¡Vaya pinta teníamos! Ya se detecta ahí que apuntábamos maneras de cualquier cosa menos de frailes.

         

Parece que se me ha ido un poco el pizarrín  en esta crónica, pero… No obstante, quiero resumir el encuentro de León con una frase bíblica:

          T

Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si quieres haré aquí tres tiendas, una para ti, una para Moisés y otra para Elías. (Mateo, 17, 4)

 

           Un abrazo descomunal para todos. Y otro especial para Alberto.

 

           Dacio

 

 

6 comentarios

Anselma -

¡Si ya decía yo hace tiempo que a ese Trapi le entornaban las ideas!
Pero no te preocupes Cascajares (digo, Dacio) que ya le mando yo unas letras pa que se entere.

quique muñiz -

Dacio amigo querido...
La naturaleza se desbordó conmigo concediéndome suficiente salud y amigos de tan especial cualidad, que perciben, con exquisita sensibilidad,todas las vibraciones en emoción de un abrazo que acerca cuarenta años de silencio.
Tuya es la naturaleza admirable...

quique muñiz -

Maribel: Queremos que ocupéis, Juani y tú, el sitio de Criadinchi. Y que estéis con él y por él en todos nuestros abrazos. Os entendemos cuando no podéis, y nos haréis felices cuando os sintamos llegar.
Besos en calma y desde la seguridad de que seguimos conectados en su memoria.

Maribel -

Hola a todos, especialmente a Jose Mari, por lo que viene despues.

Necesitaba entrar en vuestro blog por dos razones distintas.
Una para seguir teniendo contacto con vosotros y no perderos de vista, sabeis que os quiero mucho a todos.
La otra y muy importante para a mi, para agradecer a Jose Mari (y a todos los demas) la invitacion que nos hizo (a traves de Juani) para poder entrar en ese vuestro circulo como si de vosotros mismos se tratara.
Gracias de corazon, me hubiera gustado conoceros mejor a todos y haber podido cambiar impresiones, pero la coincidencia con otro evento no nos permitio acercarnos a veros.
En otra ocasion prometo hacer lo indecible para poderos conocer como os mereceis. Tengo que daros muchas gracias por todo lo que habeis contribuido a que nuestro animo no decayera.
Gracias, tambien, por acordaros de todos los que faltaron por motivos diferentes a los mios (ya sabeis a lo que me refiero).

Un abrazo muy fuerte,
Maribel

Julio Correas -

Mi querido Dacio, Avelino:
Amén de reiterar tu magnífica Crónica del Encuentro Planetario, aprovecho la ocasión para agradecerte los piropos que dedicas a los Astures. Y te lo dice uno que cuando está en Madrid es el Asturianu; cuando en Asturies, el Madrileño; cuando en Canadá o en USA, el Británico y cuando en Inglaterra, el Americano. O sea ... que no soy de ningún sitio. Pero mis hijos y mis nietos son Astures, y me gusta que desde la Complutum se les vea el "corazón".

Hay quien ha tocado el "Pitu", y no sin razón, diciendo que algo saldría mal que no entraba nadie en el/la blog para relatarlo.

Pues no, amigo. Todo salió a pedir de boca. Lo que pasa es que si uno se pone a relatar el "evento planetario" como dice Dacio, se le puede tachar fácilmente de "tierno", "llorón", "melí
fluo", "flor de alhelí" y hasta "mariquita". Y no conviene. De ahí, me imagino, la razón del porqué nadie hasta ahora se había lanzado a contar el encuentro.

Me gusta la expresión de "resaca morriñosa" porque en esa reunión se juntaron tantos recuerdos y con tanto cariño, que resulta difícil de entender la razón de que ese milagro se produzca entre unos sesentones hechos y derechos. Sin embargo fue una realidad.

Tan sólo faltó tiempo. Tiempo para estar más tiempo con algunos de los asistentes. Que comimos juntos y cenamos juntos y tomamos copas juntos... pero no hubo tiempo para estar más tiempo con todos. Habrá que conformarse!

Bueno amigos, esta yeguada (que no diré que es la mejor, pero sí la única con "Musa" y con "Escudo Heráldico" -ver fotos)ha cumplido un cometido, y ha sido altamente gratificante para todos. Si alguien quiere "copiar" la idea... pues que lo diga sin reparos, que nosotros no tenemos copyright!

Un abrazote grande a los asistentes y a los que no vinísteis pero que estuvísteis con nosotros de pincipio a fin, fuerais o no de la yeguada 61/67.

justino -

Dacio:
Una vez mas tu artículo me ha transportado a aquel uno de mayo inolvidable para todos los que tuvimos la fortuna de compartirlo.
Gracias por ello.
En cuanto a la receta en cuestión, no pienses que la he olvidado. Tan pronto regrese a León te la haré llegar, y por si alguien mas estuviera o estaría (como dice Montenegro) interesado en la misma, la publicaré en el blog.
Quiero igualmente que sepas la alegría que me proporcionó el reencontrarte después de tantos años, al igual que me ocurrió con Julito, al cual, inocentemente quité la novia al ausentarse a Salamanca.

Ya en otro apartado de cosas, quiero manifestaros a todos mi agradecimiento por la felicitación por el nacimiento de mi nietín, en cuyo agradecimiento va incluido el de mi mujer y papás.
Sobre este feliz acontecimiento habría para escribir un libro, pero sería muy malo y os aburriría. Simplemente decir que nos tiene embelesados y el solo hecho de verle dormir en su cunita proporciona un placer indescriptible. Bueno! Los que ya sois abuelitos lo sabeis. Que os voy a contar!!
GRACIAS.