Blogia
Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

UN RUISEÑOR CANTÓ EN BERKELEY SQUARE (Por Santos Vibot)

UN RUISEÑOR CANTÓ EN BERKELEY SQUARE

 

Cuando dos enamorados se encuentran en Mayfair, 

así cuentan las leyendas,

los pájaros cantores cantan

y el invierno se torna primavera.

Cada sinuosa calle de Mayfair cae bajo el hechizo.

Sé que tal encantamiento es posible

porque me ocurrió a mí un atardecer.

 

Precisamente esa noche,

la noche que nos conocimos,

había magia flotando en el aire,

había ángeles cenando en el Ritz

y un ruiseñor cantó en Berkeley square.

 

Puede que esté en lo cierto, puede que me equivoque,

pero estoy completamente dispuesto a jurar 

que cuando te volviste hacia mí y me sonreíste

un ruiseñor cantó en Berkeley square.

 

La luna que bañaba la ciudad de Londres,

pobre luna perpleja con el ceño fruncido,

¿cómo pudo saber que nosotros dos estábamos tan enamorados?

Todo el maldito mundo parecía estar al revés.

Las calles de la ciudad estaban pavimentadas de estrellas,

fue una historia tan romántica…

Y mientras nos besábamos y nos decíamos buenas noches

un ruiseñor cantó en Berkeley square.

 

Nuestros pasos de regreso a casa

fueron tan ligeros como los bailarines pasos de Astaire.

Y… como un eco lejano…

un ruiseñor cantó en Berkley square.

 

Lo sé porque estuve allí,

aquella noche en Berkley square.

 

******************************

Os brindo esta traducción mía tratando de mejorar las traducciones semiautomáticas y con menos alma de Google.

Conocí esta canción en Glasgow. Durante los cuatro años que viví allí con Borja, a raíz de mi jubilación, asistí cada día a los recitales de órgano que tenían lugar a la una en el fastuoso órgano del Kelvingrove Museum, en los que participé en varias ocasiones. Al tratarse de un entorno profano tuve la fortuna de conocer, de manos de aquellos espléndidos organistas, el fascinante repertorio británico de música organística no destinada a la iglesia sino a esos asombrosos palacios y mansiones con sala de órgano en los que, tanto la campiña como algunas ciudades británicas son tan pródigos. 

   En uno de esos recitales, un simpático organista al que fui a saludar al terminar su actuación, Ian MacGlinchey, del que luego me hice muy amigo y me introdujo en el circuito de organistas invitados del Kelvingrove, interpretó esta canción. Incluso en aquella versión instrumental, sin conocer aún la letra ni la historia de la misma, quedé cautivado. Tal es el tesoro de canciones penetrantes e inolvidables que nos ha legado Britania desde la más remota antigüedad hasta los Beatles, David Bowie…and so on.

En seguida, como en las cestas de cerezas, empecé a tirar del hilo de esa inacabable enciclopedia que es la red y descubrí los detalles: que fue compuesta en el pequeño pueblo pesquero francés de Le Lavandou poco antes de la segunda guerra mundial.

Que fue una muy querida canción durante años. Que ha sido versionada por algunos de los más grandes vocalistas…hasta que tropecé, hipnotizado, extático, con esta embriagante y muy conmovedora interpretación-creación en la voz de aterciopelada niebla de Mel Tormé, maravillosamente acompañado al piano por  John Colianni en 1994, pocos años antes de la muerte del cantante, que ya había versionado la canción con otros pianistas y con orquesta. Pero lo que Colianni hace en esta canción raya lo inefable, arropando en sublimes harmonías de jazz e iridiscentes cascadas de cristal, esa voz que es toda sentimiento y penetrante calidez. Además de desplegar una gama de colores vocales que recuerdan a veces los lamentos y suspiros del saxo, el clarinete o el violoncello… Las discretas pinceladas de la percusión también invitan a ese baile único y fuera del tiempo de una pareja enamorada…

Descubrí también que Mel Tormé fue apodado “The Velvet Fog” -La niebla de terciopelo- pero que detestaba este apodo (siendo como es tan sugerente y pertinente para él) y que a uno de su cinco libros lo tituló “No todo fue terciopelo”…

He tenido la íntima e inmensa satisfacción de ser yo mismo calificado de “bardo de niebla” por el hondo poeta Luis Martínez de Merlo en el Preámbulo de mi libro…llamadme sentimental pero creo que tal vez ello provenga en sus más subconscientes raíces de haber vivido aquellos 16 y 17 años míos en Las Caldas de Besaya… tantos días envueltos hasta la asfixia (en el fragor vehemente -candente- de la adolescencia) en aquella niebla otoñal e invernal, incluso en primavera. Aquellos meses fervientes e irreales que viví y padecí y gocé entre el embriagador aroma de los eucaliptus y del monte boscoso en aquel verde enclave de los sueños rotos…

Os copio a continuación el texto original inglés para que disfrutéis aún más de la experiencia mientras lo escucháis en las mejores condiciones que podáis. 

Y quiero dedicarlo en primer lugar a todos los que ya me habéis pedido “El candor y la culpa”, aunque a algunos aún no os lo he enviado, pronto lo haré, en agradecimiento profundo por vuestra lectura y vuestra gentileza. Y en segundo, pero no menos importante, lugar a todos los que seguís, después de casi catorce años ya, leyendo y escribiendo en este blog que es una segunda casa nuestra en la que encontramos incombustible amistad -aunque se pasen años de silencio, porque ni el silencio puede borrar el afecto-, consuelo en las desdichas, y alegría compartida en todo lo bueno. 

Os estoy escribiendo desde Palencia, donde la tarde se ha puesto súbitamente cenicienta y ha prorrumpido a nevar esplendorosamente, mientras las ramas desnudas de los altísimos chopos y sauces de la orilla del río, cabecean entre los gruesos copos incesantes…

Que este año comience con romanticismo y con esperanza, mis queridos amigos.

Santos Vibot

 


 

 

A NIGHTINGALE SANG IN BERKELEY SQUARE

 

When two lovers meet in Mayfair So the legands tell 
Songbirds sing and winter turns to spring 
Every winding street in Mayfair falls beneath the spell 
I know such enchantment can be 
’Cause it happened one evening to me

 

That certain night, the night we met, 
There was magic abroad in the air, 
There were angels dining at the Ritz 
AndA Nightingale Sang In Berkley Square 
I may be right, I may be wrong, 
But I’m perfectly willing to swear 
That when you turn’d and smiled at me 
A Nightingale Sang In Berkley Square

 

The moon that lingered over London town; 
Poor puzzled moon, he wore a frown 
How could he know we two were so in love, 
The whole darn world seemed upside down 
The streets of town were paved with stars, 
It was such a romantic affair, 
And as we kissed and said goodnight, 
A Nightingale Sang In Berkley Square

 

Our homeward step was just as light 
As the tap dancing feet of Astair 
And like an echo far away, 
A Nightingale Sang In Berkley Square 
I know ’cause I was there, that night in Berkley Square

4 comentarios

Vibot -

A ti, Amador!
Pondré más canciones y las glosaré ampliamente si siento que os gustan.
Un abrazo enorme para ti y para todos los amigos del Principado!

AMADOR ROBLES TASCÓN -

Pero qué bonito Santos Vibot!
Mil gracias por este sssstupendo regalo,

Vibot -

Muchas gracias, Fernando, por animarme a seguir compartiendo con vosotros, estas canciones, textos y maravillosos intérpretes que, aunque tarde, sigo descubriendo con asombro y agradecimiento, estas músicas que siguen palpitando en la memoria cuando ya no se encuentran las palabras.
Y ojalá no perdiéramos, cuando cumplamos la edad que tenía Mel Tormé en esta grabación, el arte y la expresividad que nos han dado los años y los sueños.

Fernando Alonso Díez -

Un hermoso regalo, que con la niebla invernal y la maraña social aún no había tenido tiempo de degustar. Gracias por la ayuda que nos brinda tu sabroso comentario para degustar este impresionante poema musical, con esa ayuda es aún mas bello e invita a repetir la experiencia muchas veces.
También suscribo tu comentario sobre sobre la dicha y alegrías que debemos a este blog.
Feliz año de la esperanza