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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

CRÓNICA DE LEÓN. 3 (Isidro Cicero). - Se llama Camino, pero podría llamarse Rosario.

CRÓNICA DE LEÓN. 3 (Isidro Cicero). -	Se llama Camino, pero podría llamarse Rosario.

Leeréis que Isidro me llama exagerado porque, después de la propia Virgen, aseguro que es quien más sabe del Santuario de la Virgen del Camino. Una vez leída su Crónica de León 3, seguro que me vais a dar la razón. Isidro, no exageres; en todo caso, mi hipérbole se queda en simple sobriedad moderada quizás un poco exagerada.

Ilustro esta crónica con alguna de las fotografías que tomé en la visita de esa mañana con Marga e Isidro.

Gracias por tus crónicas, amigo, son luz y enseñanza.


 Crónica de León. 3

 

- Se llama Camino, pero la verdad es que podría llamarse Rosario, dije.

 

Bordeamos los tres el antiguo colegio por el lado del poniente, según se sale desde la zona de aquel esqueleto del teatro abandonado y salimos a la carretera general Madrid- La Coruña, por la que, cuando entonces, veíamos pasar runfando los grandes camiones del pleistoceno. Nosotros, mientras iban y venían los camiones, paseábamos señoritamente hacia Fresno, hacia Valverde, hacia aquella parte ocre de Valdoncina.

 

Los tres nos detuvimos cuando apareció el santuario. Al santuario el tiempo lo ha achicado. En estos cincuenta años, los dominicos han sido muy liberales con el crecimiento de los árboles que lo rodean, se ve que los afanes de intervención, poda y recorte se les agotaron con nosotros -si nos descuidamos nos forman- así que los árboles han crecido todo lo que les ha dado la gana y se han dado arte para desarrollar un tamaño capaz de mermar radicalmente la esbeltez de la torre de la estrella colorá, que ahora empieza a media altura.

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 Eso, en lo tocante a los dominicos. En lo tocante a los alcaldes en estos cincuenta últimos años también han sido liberales. Han permitido borrar del mapa el teja de los adobes, el verdoso horizonte de viñas, tapines y cardos a ras del suelo, el ocre del polvo a orilla de la carretera: Han dejado que se borren del paisaje muchas de las entradas de aquellos zulos misteriosos que tanto nos intrigaban a los del norte y que una vez conocimos, fresquísimos, cuando por fin tuvimos la suerte de que la familia de un amigo nos invitara a saborear en sus profundidades el mosto amoratado. Aquel mosto era un mosto de clausura, no veía la luz desde octubre.

 

Los árboles de los dominicos y las urbanizaciones de los alcaldes han cambiado aquello, han elevado el suelo varios metros. Y, en consecuencia, y algo que habremos crecido también nosotros, la estrella colorá está más al alcance de la mano que cuando entonces. Vez una foto de cuando entonces, comparadla con una de ahora y comprenderéis lo que estoy diciendo.

 

El mensaje del santuario, el concebido para ser leído desde lejos, ya no es el que era; evoluciona con la evolución del entorno, merma a medida que el habitat crece.  Lo que es invariable es la generosidad de José Mari Cortés -Marga estaba entre los dos exalumnos – que me urgió a traducirle yo a mi esposa aquel signo arquitectónico: “Empieza, anda, Isidro”. “No hombre, tú eres hoy el guía”. “Ni hablar. Tú”. Me quedé un instante en silencio y acabé poniéndole a la explicación que iba a desarrollar, este titular que dije más arriba:

 

-          Se llama Camino. Pero la verdad es que podría llamarse Rosario.

 

Juan Manuel Díaz Álvarez no suele exagerar más allá de lo razonable, esto lo escribió servidor y Manolo lo usa ahora como salvoconducto. Carrizo Medina no exagera casi nunca, y las poquísimas veces que lo hace, es cuando ya deja de tener más razón que un santo, el resto del tiempo la tiene entera. Huarte exagera casi siempre. Fíjate si exagerará Huarte que hasta el padre Lanz Yoldi le llamaba “el andaluz del Pirineo”. El otro día comiendo en su casa de León-provincia, le dijo Conchita su mujer a Juan Manuel Díaz Álvarez: “Exageras”. Y él: “Sólu lo razonable, Chitina, sólu lo razonable. Díjolo Cicero, así que...” Por eso decía yo lo del salvoconducto.

 

Lo de Huarte es otra cosa. Mira si exagerará Huarte que una tarde que bajé yo a León al médico, me entregó el premio de las letras de aquel año sin estar yo de cuerpo presente, por un cuento o algo así.  Lo cual que cuando llegué por la tarde, me vi de repente convertido en persona, fuera del duro y gris anonimato, allí en León, entre aquella preciosa multitud de seleccionados. Esto ya quedó explicado a su debido tiempo y agradecido como se merece.

 

Yo no exagero nunca, a lo mejor un poco sí, pero para adentro, para mi mismo, lo detectó bien Sarmiento, en el genial epílogo a la vendedora, que, según Manolo, es el comentario de texto mejor que ha visto nunca. Y eso que Manolo ha hecho, leído, corregido, evaluado algunas decenas de miles de comentarios de texto, sin exagerar.

 

Ahora bien. Ni a Manolo, ni a Huarte, ni a Carrizo, ni a nadie he visto yo exagerar tanto como a José María Cortés Aranaz, director general de este medio de comunicación,  gran muñidor de conversaciones y  hermano de Andrés Cortés Aranaz, el cual, como muchos de vosotros sabéis, fue uno de los compañeros más queridos de mi curso. La exageración de José Mari fue cuando escribió una vez y lo volvió a repetir de palabra aquel día:

 

-          Excepto la propia Virgen del Camino, Nuestra Señora, nadie sabe tanto sobre el santuario como Cicero.

 

Yo lo tomé como una provocación y una insinuación fuerte para que me apretara las meninges al describir e interpretar el sentido de aquella obra de arte en mitad del páramo y a orilla del camino. Un reto. Habrá hecho José Mari alguna hipérbole más, porque el que hace un cesto hace ciento, pero no me digáis que ésta no se sale. Cómo va a saber Cicero, del santuario, más que los frailes del santuario, tío. De la Virgen, más que los capellanes de la virgen, hombre. Qué exageración, qué provocación, qué ganas de buscarme la lengua.

 

En resumen, me tomé aquella exageración cortés como un desafío y, acordándome de los años de oficio a la búsqueda de titulares indicativos o sintéticos, pero siempre llamativos, (si no, no los pongo) les dije lo que más arriba queda escrito: “No está mal que lo llamen Camino, pero es Rosario, es el rosario”.

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Mi tesis es la siguiente: Coello de Portugal, Subirach, Casamatjana abrieron el puño en el que llevaban el rosario de su madre hecho un gurruño y lo posaron en esa mesa forrada de hule con los colores de moda arriba enumerados que es el páramo. Y ahí está. Y ahí sigue. Lo que Jose Mari me invitó a hacer, creo yo, fue a desengurrúñarlo, a estirarlo, a leerlo y a interpretarlo. Entender el Santuario desde esta perspectiva no les será difícil a quienes un día supieron qué cosa es el santo rosario por-la-señal. Nos resulta cotidiano a quienes nos quisieron formar en la familia del santo fundador de esta devoción. Pero - pienso yo, quizá me equivoque- el sentido de este edificio les resultará tan críptico, tan esotérico, tan desperfilado a la generación de nuestros hijos, como a nosotros pongo por caso nos resultan indescifrables algunos canecillos románicos de nuestras colegiatas. No es que Cicero sepa mucho, es que aquel rosario del páramo lo tiene Cícero bien interiorizado,  lo rezó bastante, lo pensó un poco, lo entendió algo. Como cualquiera de los muchachos que, en aquellos tiempos, andábamos por allí.

 

Sostengo que el santuario de la Virgen del Camino es el rosario de toda la vida. Los quince misterios. Los tres conceptos, el dolor, el gozo, la gloria. Los tres conceptos, en la obra financiada a expensas propias de don Pablo, son tres titulares que se leen a la legua. Son como tres enormes vallas publicitarias. La cruz y la sepultura gigante a la que los leoneses de entonces llamaban “caja de zapatos”, son la valla anunciadora del dolor por la muerte.  Para anunciar la gloria, está el gran panel de los apóstoles del poniente, grotescos y brutos, a los que un fraile de allí llamaba “los falangistas” a saber qué oscuros recuerdos le suscitaban. Son descomunales porque están en la gloria y hay que verlos desde lejos. Sobre los apóstoles, más cerca de la gloria que ellos, la dulce María, esposa del Espíritu Santo cuya paloma acaricia entre sus manos. En este kilómetro siete aparece asumpta, aparece presidium de la iglesia, aparece coronada como reina y señora de todo lo creado. Esto es la gloria. ¿Y la publicidad del gozo? El gozo está en la puerta de bronce. Aquí hay que acercarse para ver bien el desarrollo.

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La gente cree que las primeras vallas publicitarias que se pusieron en aquella carretera que venía de León fueron las que pusieron para anunciar los 25añosdepaz de Fraga, pero no. Fueron estos enormes mensajes del santuario. Por cierto, una vez venía el padre Lanz en el autobús y un abencerraje se atrevió a gastar la broma de La Codorniz. “25 años de paz...”, leyó. “...y ciencia” continuó tras una pausa. “Paz ciencia”, juntó por si alguien no hubiera captado la ironía. Nunca lo hubiera hecho. El padre Lanz saltó sobre él con toda su inmensa corpulencia dialéctica y  apologética. Y con toda su ira santa, tan recordada: “¡¡¡Oiga-usted¡¡¡ ¿Cómo se atreve usted...? Si no está contento aquí, ya sabe etc, etc, etc”. Nos lo contó luego en clase de literatura, nos repitió el argumentario, lo escenificó y la verdad, parecía que estábamos viendo al abencerraje leonés, acojonado ante aquel torbellino, la cara roja, pálida, sin saber dónde meterse y que en cuanto tuvo ocasión, calculo yo que a la altura de Trobajo del Camino, puso pies en polvorosa despavorido. Algunas veces me he acordado yo de aquel joven, que de vivir todavía, será ya un abuelete que acaso un domingo cualquiera les cuente a sus nietos el chorreo de aquel día que subía de León en autobús..

 

Estos recuerdos me los suscitan los tres temas grandes del santuario, los que se ven desde lejos como si fueran vallas publicitarias, ya digo. Pero visto de muy cerca,  el santuario es un pack compacto que contiene una explicación meticulosa de la teología del rosario. Hay una tensión plástica entre el dolor, la gloria y el gozo, una relación  que nosotros hemos oído desarrollar miles de veces en las homilías y que Coello, Subirach y el otro conocían tan bien o mejor que nosotros. Su mérito por encima del nuestro es haber logrado la concreción de lo dogmático en el bronce, la piedra, la madera y el cristal del inmueble.

 

Si alguien preguntara de qué va el santuario de la Virgen del Camino, durante siglos la respuesta habría sido obvia: Es un templo a Dolores, a Piedad,  a Jesús en brazos de su santísima Madre.

 

Pero nadie va a Salamanca que no aprenda teología cuánto me hubiera gustado a mi haber podido llegar a San Esteban a aprender estas ciencias. Los dominicos no han salido de Salamanca. Antes muertos que sencillos, los dominicos ubicaban los conceptos, hacían llaves ideográficas de contenidos, hacían esquemas a, b, c, a subuno, subdos y subtrés. Hacían silogismos. Eran teólogos.

 

Eran teólogos dogmáticos, pero también enseñaban a los jóvenes estudiantes la teología moral. A los jóvenes estudiantes de después de Caldas, les explican lecciones, les ponían exámenes y les daban notas.

 

En uno de los exámenes finales, la pregunta número tres era la siguiente, a mi me lo han contado: “Pedro, que es soltero, tiene ósculos, abrazos, tocamientos y después copula con una mujer  soltera. ¿Cuántos pecados comete Pedro?”

 

Esto es teología moral, pero la teología moral no se expone en el santuario, la dogmática sí. El dogma principal del santuario es que la muerte y la vida están imbricados como las escamas del pez. Miras al frente y ahí tienes a tu madre, la dolorosa del altar, la que sirve de regazo al cristo muerto. Pero date la vuelta, gira noventa grados y  ahí, en la gloria de la vidriera infinita, tienes la resurrección, simbolizada en la enorme cruz blanca; Pentecostés, figurado en el fuego rojo que por fuera son lenguas monumentales de bronce; los vestidos polícromos de los apóstoles: Mirando a poniente se ve el sentido de la muerte y los dolores que la muerte provoca desde el camarín. No alcanzarías ese sentido, te aviso, sino te das la vuelta. No te darías la vuelta si no existieran  esos cristales, que, cuando la luz los atraviesa desde la parte de Astorga, transfiguran el dolor de enfrente, lo empequeñecen y lo preñan de un sentido distinto, un sentido tomista. Ese es el eje central del sermón del padre Coello.

 

Hay muchos otros ejes entre gozos, dolores y glorias que se entrecruzan, se complementan o se oponen en todo el santuario. Es bien conocida la antítesis de EVA trayendo la perdición, la serpiente en relieve, y el gozoso misterio de AVE borrándola. De la multitud de ángeles en el retablo y de ningún ángel, ni uno solo en las puertas de bronce donde se desarrollan las escenas de la anunciación, del nacimiento y donde las palabras de Dios son palabras en cuanto palabras. Pero estos son ejes menores, complementarios del eje central que va del camarín del o vos omnes al tabique de poniente, construido con milagrosos cristales en forma de vidriera.

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José Mari dice que sé mucho del santuario. Sé lo esencial. Sé que es una imponente obra de arte muy compleja, formada por innumerables elementos.  Y que cada uno de esos elementos cumple una función significativa, coherente con la gran unidad de significación que es el inmueble completo en su conjunto. El santuario es un sintagma con sentido completo, una oración, una oración compuesta. Cada pieza concreta es un monema o un conjunto de monemas.

 

-          Y cuántos eran los pecados.

-          ¿Qué pecados?

-          Los de Pedro

-          Pues mira, me cuentan que uno. Porque suponiendo que no hubo polución, ni peligro de polución, ni tampoco retractación, ni interrupción moral, Pedro sólo comente un pecado al ser un acto consumado y completo.

 

En la edad media ponían pecados como éstos en las fachadas y en los canecillos de las colegiatas para impartir las lecciones correspondiente de teología moral. No me imagino yo a Subirach dando estas lecciones en los bronces del Camino, en los misterios del Rosario.

 

17 comentarios

Antonio Argüeso -

Volveré a leerlo con tiempo. Apabullante, emocionante, completo…. ¡Qué añadir a lo arriba ya dicho!

José Luis Alcalde Revilla -

Maryyyy, me pusiste a cantar, entre las margaritas, cantando a la más lozana, con la voz de Sídrín:...tran-tran-tras...Margaritá sé llama miámor, chin-chin-chin...Margaritá (Tchsss...paraaa!!!,que no voy a cantar Rodríguez Garcés ¿eh?)Cicerogoméz...Un a chicachicachica Bummmm...Del calibre cientotreintaytres...Margarita el pañuelo sacó(de la emoción, se tararea lo siguiente...pácabar)...de su rostro angelical...EN TU HONOR, FLOR BENDITA/MARGARITA. Un besoooo...¿cómo no?...y otro pá Isidro,y uno mú goddo pá tí, Mary, tan sugerentemente "angelical",que con tus alitas portadoras de "Margarita", me arrebataste, provocona!!!, de JOSE, El Besucón.

maria ángeles -

Me alegro muchisimo de que esté, recuperada la mujer de hermosos ,ojos negros y nombre de primavera,que me recuerda a mis años de estudiante , aquello de,Margarita ,está linda la mar y el viento,yo siento en el alma una alondra cantar,Margarita ,te voy a contar un cuento....-Mi admiración ,por esa narrativa tan maravillosa,por esas descripciones,tan sensibles y reales ,que invitan a la ensoñación,que buen escritor,que orgullo para Cantabria.Esa tierra que junto a mi querida Asturias ya quiero como si fuese mia,pues en parte, es así,ya que hay una personita muy,importante en mi vida que, ha nacido,allí,aunque su nombre, es bastante común en Asturias ,Pelayo.Frecuentemente recorro,pueblos de Cantabria,y son verdaderamente preciosos,así como Santander,eres joya del mar...También increible,su gastronomia,que se debe,a esos pastos,que hacen ese lechazo,tan sabroso,con esas morcillas del valle,tan ricas.En fin Asturias yCantabria joyas de nuestra España.Mary

samtiago rodriguez -

se esta preparando una publicación amplia sobre el contexto del Santuario por medio de personas de dentro y ya no de dentro, pero todos con fundamentos dominicanos.
Os vpy a adelantar un capitulo cuyo autor es Fernandez Arenas: La Virgen del Camino en el Camino de Santiago

José Luis Alcalde Revilla -

¡Vaya par de personazas, Marga florecida y Sidrín, enmarcadas en la vidriera del "Santuario Rosario".Únicamente una cosilla, de sas pobretacas mías. Que, tras lelerte Sidrín,un deseo, IR A LA VIRGEN del ROSARIO, en el CAMINO JACOBEO, moverme por allí pausado y valorarte in situ, sintiendo al vivo esos sugerentes comentarios que leo y a los que, de momento, sólo acompaña, la imagen grabada de antaño. Nio he vuelto desde nuestro Primer Encuentro,y ardo en retornar. Te comentaré entonces mis sensaciones...eso...al vivo. Mientras todo el cariño para ambos, salpicao de besos, de JOSE El Besucón.

Vibot -

Cícero, elogios de la exuberante generosidad del que me acabas de regalar en dos líneas, son de los que me alegran el corazón para varios meses, qué digo meses, para siempre, que hay muchas cosas en este ardiente blog incombustible, impagables con oro ni diamantes. Para mí, esta tuya de hoy será imborrable.

Me he acordado de tu libro "El Cariñoso", que me acompañó y me fascino esta primavera con su arrebatadora naturalidad, todas esas fablas que transcribes tan amorosamente, con el embeleso de quien ha pasado su niñez a la escucha. El milagro de hacer aparecer materialmente ante los ojos del recuerdo, los gestos más auténticos de cada personaje por la virtud maravillosa de sus precisas palabras, capturadas por ti en su palpitante entonación aldeana, genuina, desbordante de vida. Gestos que habíamos olvidado y que saltan de pronto relucientes como peces vivos ante nuestros ojos, felices de agradecimiento.
Y la llaneza, que es hondura también, de tu contar y repensar la vida. Y el buen humor y la tierna penetración con que nos hablas, compañero del alma, mi Cicero...

Sabes que tengo miedo a esa vidriera. A su distancia corta -no a la radiante distancia teologal que tú describes-. Aquellas cuchilladas que herían nuestros ojos al subir en dos filas desde el oscuro túnel para el rosario con exposición del Santísimo -aquel olor a incienso e intangibilidad- de todos los domingos por la tarde.
Y, durante el rosario, sobre nuestras cabezas extraviadas -la hipnótica reiteración de las avemarías nos pudo enloquecer alguna tarde negra- aquellos ardientes y trizados bloques minerales derramaban colores y nostalgias que se irisaban y cambiaban muy lentamente, como una turbia, excelsa, inmaculada aurora boreal, inefable, insufrible, sobre el dorado pelo de una cabeza amada. Fascinación y culpa. Niños angelicales mirando como reos paraísos perdidos de antemano.
Y aquellos soles siempre de tormenta atravesando aquella red siniestra de pescadores de hombres, constelando de jardines de luz la tubería del órgano, y el hábito y las manos y la boca y los ojos de fuego de Torrellas mientras cantábamos "...bendito sea San José, su castísimo esposo..." sin comprender qué demonios era la dichosa castidad cuya espada de fuego blandían el P. Sama y todos los demás confesores y mártires sobre nuestras conciencias tamquam tabula rasa in qua nihil est depictum.
Yo miraba su nuca, tranverberada en excelsas policromías de luces y de abismos, su perfil querubínico y cantaba para él, para él tan sólo "Adoro te devote, latens Deitas, quae sub his figuris, vere..." Y una nube de incienso me sedaba.
Luego venía el Himno, su aliento de romeros medievales cantando a coro mientras peregrinan "Reina de la Montaña y de León...guía mis pasos, no me desampares, soy caminante..." Consuelo y desesperanza y vuelta a filas, hacia el soñado cine embaucador; pero antes, de nuevo, hacia la vidriera, hacia la torva vidriera que nos lamía el rostro con besos de rubí, de cuarzo, de esmeralda, con sombríos zarpazos de ultramar, con veneno de miel en nuestros pubis y con rosas de Francia en nuestros frescos labios intocados.

¡Ah, recuerdos amargos, no me contéis mi vida!

joaquin lopez-malla ros -

sin comentarios, cada vez peor

joaquin lopez-malla ros -

despues de leer mi comentario me doi cuenta que cada cuanto mas viejo escribo peor donde pongo doicho esicho lo es eswa es esa el lol es lo lo de alegroO
es alegro pero tu que ere4s escritor sabes que la rafagas de imprenta existen.Mas besos y abrazos Ximo

Joaquin lopez-malla ros -

Isidro,lo tuyo es demasiado, exagerado no pero un poco ditirambico( me ha doicho mi sufriente que eswa palabra existe) si.Puedo añadir con el debido respeto y admiracion que cada foto que veo con tu santa( seguro que es santa) la veo mas guapa de lol que sabes me alegro0 un monton. Ademas veo que lo tuyo ademas de saber expresarlo es eduricion y sentimiento lo que me motiva tovadia mas a quererte si cabe, Un abrazo tambien con el permiso de marga Ximo

el lacónico -

Anselma, Yo lo tengo, pero es impronunciable y no se puede escribir

Anselma -

Tengo que ir a ver a Juanillo, que me explique algunas cosas que pone este rapaz, el Cicero ese; aunque no sé yo el Juanillo…
Voy a “echar las vacas”, a “picar las sopas” para el desayuno de mañana y luego lo volveré a leer con más tranquilidad.

Por cierto: ¿Alguien tiene el teléfono del mudo?

Pedro Sánchez Menéndez -

Isiro: ¡Genial! Describes asombrosamente bien, desmitificas de una forma extraordinaria y describes de un modo genial lo que quisieron expresar los artistas. Me alegro de ver a Marga tan recuperada y os deseo a los dos una felicidad completa. El mudo también es genial. Besos y abrazos. Pedro

jose ignacio -

Si alguien preguntara de qué va el santuario de la Virgen del Camino, durante siglos la respuesta habría sido obvia: Es un templo a Dolores, a Piedad, a Jesús en brazos de su santísima Madre. Miras al frente y ahí tienes a tu madre, la dolorosa del altar, la que sirve de regazo al Cristo muerto. (Isidro Cicero)

Perdón, Isidro, por esta intromisión dentro de tu maravilloso comentario.

1 de Noviembre, volviendo a recordar a…

Hermanos, por caridad,
un pañuelo,
que dejo de sangre reguero,
con sólo mis manos
para tapar agujero.

… ese “O vos omnes” personal e intransferible que cada uno de nosotros tuvo/tiene/tendrá cuando nuestro ser querido deja volar al alma.

Llega sombra de hielo,
falta sonrisa,
dejando por condena
dolor sin prisa,
no tengo ya consuelo
ni dulce brisa,
mi paloma carga pena
está remisa,
pues no levanta vuelo
si no te avisa,
suplica, llama y llama,
no te divisa.

Un fuerte abrazo a todos,
sobre todo a los que habéis sangrado muy recientemente.

Isidro Cicero -

Casamatjana es Casamada, como sabe cualquiera que haya estado matriculado allí. Releyendo la crónica tres llego a la conclusión de que no debo yo fiarme tanto de la memoria y comprobar lo comprobable antes de contestar a la pregunda de qué color es la nieve. Sé que la nieve es blanca pero siempre dudo si ponerla en masculino (con el color) o en femenino (concertando con nieve).
Rafols Casamada es el autor de esa maravilla, si bien, yo y los demás de mi curso no estamos seguros de que no la haya hecho Vibot.

El mudo, ¿cuando enmudeció? Imposible que fuera mudo ya entonces, porque una norma no escrita de admisión era la de no tener minusvalías físicas (que entonces se llamaban de otras muchas, variadas y descriptivas maneras.
Incluso había que ser moderadamente agraciado. Hubo uno de Salamanca en los cuarenta muy feo, muy feo,pero también muy piadoso, al que no sólo admitieron sino que llegó a las puertas de cantar misa. Lo malo vino entonces. No sé si sería el provincial o el obispo, que al verle, se echó las manos a la cabeza y sentenció que con aquella cara, y sin existir aún la cirugía plástica, no podía ser sacerdote.
Se imaginarían digo yo a la feligresía entera en una carcajada al verlo darse la vuelta para decir dominus vobiscum cuando estaba ofreciendo al Altísimo el santo Sacrificio. Eso era un gran inconveniente. Pero las alubias blancas y las negras no acababan de desempatar la decisión. Es más, ganaban las blancas, porque la democracia interna siempre es más piadosa que las consideraciones de la autoridad.
Pero claro el candidato seguía siendoo más feo que Picio. "No hay nadie más feo en toda España", decía el partido de los que querían echarle . "¿Cómo que no hay nadie más feo?", protestó el santo varón cuando se lo dijeron. "Si encuentra a alguien más feo que usted, tráigalo, que eso puede que le abra las puertas". Y el fraile trajo a su hermana.
Me cuentan que años después él contaba esta historia cuando empezaba a predicar misiones populares, en cuyo cometido se hizo muy conocido.
Así que el mudo, ¿cuándo y por qué enmudeció?

Luis Heredia -

¡Os juro por todos mis muertos y vivos que mi comentario estaba preparado antes de la entrada de El Mudo¡

Luis Heredia -

Isidro, yo creo que a Marga nunca le dijiste a la cara ni al oido lo que nos acabas de comentar urbi et orbi.

Me he quedado como Marga, aunque ella tiene doble motivo para sentir admiración por ti. Y otros motivos también tendrá.

A lo que iba: Como en otras ocasiones dije, nunca hubiera sido capaz de expresar un comentario de texto del arte sobre el Santuario. No recuerdo ni que los Frailes nos hubieran dado clases magistrales sobre el mismo, su significado. Posiblemente debido a que tales comentarios en vida de sus autores aún, resultaran petulantes para unos y vanidosos para otros.

He visitado el otro día el Museo Picasso por primera - y última vez- y os juro que, no solamente sería incapaz de comentar algo sobre la obra o el arte allí expuesto. Debe ser, bien por desconocimiento bien por la ley del mínimo esfuerzo a la que siempre tuve devoción, y no por ser abogado, pues para esfuerzos prefiero retorcerme hasta dislocarme con las fotos de El Pitu. A Picasso le debieron de contar de pequeñín el chiste del padre que lleva al obseso sexual de su hijo al siquiatra y ya de mayor vio el filón que tenía con las mujeres tumbadas.

A lo que iba antes: que Isidro me acaba de explicar todo lo que yo tenía dentro de mi y no sabía expresar, pues para mi, el arte y la belleza, sobre todo la interior del alma como la del Santuario, solamente la sé expresar con mi silencio. Vamos, como nuestro Mudo que de arte debes saber un huevu y parte del otro.

Bueno, como es Domingo y siendo la hora que es, voy a darme un garbeo por el Santuario a escuchar a la Escolanía.

El mudo -