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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

LOS DEL 64, AL PREU POR LO CIVIL EN PALENCIA

LOS DEL 64, AL PREU POR LO CIVIL EN PALENCIA

Nos escribe Lalo F. Mayo, el grande, este delicioso relato de aquel invierno de 1971.

Me envía esta fotografía de su colección. Es el propio Lalo en el patio de San Pablo.

 


 

Pues yo creo que ni tuve que pagar un duro por la convalidación del bachiller, ni tuve que repetir curso. Bueno, ni yo ni ninguno de los que de la cosecha del 64 nos fuimos antes de entrar en el noviciado. Creo que nos convalidaron directamente quinto y sexto, hicimos la Reválida de sexto en el INEM y a continuación nos matriculamos de Preu. Con lo que al pasar del sexto "por lo religioso" al Preu "por lo civil" se nos perdonaron todas nuestras deudas académicas.

 

Fue en aquel prodigioso curso del 70/71 en el que a los que habíamos empezado de apostólicos en el 64 nos cambiaron las conocidas aulas con vistas a los cerezos por las más o menos mixtas del INEM de Palencia; y nos sustituyeron la estricta disciplina de la Escuela Mayor, que ya se relajaba suavemente con la presencia del pHuarte tras la marcha del pCura, por la apertura total que el pJesús Gallego hizo de las puertas, ventanas y mentes en la residencia prenovicial de San Pablo. (Y eso que aquel invierno fue tan frío en toda España, sobre todo en la mesetaria, que a la señá Avelina, mi anciana vecina de Astorga, en una madrugada de aquellas Navidades se le heló el contenido del orinal ¡¡debajo de su cama!!).

 

Aquel año 1971 el segundo trimestre comenzó tarde, por lo menos el día 12 o 13 de enero, porque las heladas reventaron las cañerías del INEM Jorge Manrique, las calles palentinas se quedaron de cristal y en las habitaciones de San Pablo había un par de grados más que en la huerta, por lo que los prenovicios dormíamos todos en cama redonda en el trascoro de la iglesia, único espacio caliente del veterano conjunto histórico-artístico palentino de la OP.

 

Aquel prodigioso curso, digo, te permitía hacer escala técnica en alguna de las muchas pastelerías de la larga calle Mayor (ríete tú del claustro de las aulas de La Virgen que tantas veces recorrimos… y limpiamos) en busca de unas inmensas y aceitosas bambas de crema, o cambiar el duro banco del aula vespertina y las enseñanzas de latín y griego que recibíamos cada día de lunes a sábado, por la más mullida butaca de algún desangelado cine de sesión doble. Y nos permitíamos el extremo lujo de gastar la media hora del recreo en el bar de enfrente escuchando "Spring, summer, winter and fall" de Aphrodites Child,  "Venus" de Shocking Blues, o incluso la versión reducida en single del "In-a-gada-da-vida" de Iron Butterfly (que tanto habíamos disfrutado aquel mismo verano en Lastres de la mano del pTorrellas) mientras, siempre que tuvieras un duro en el bolsillo, comías sobre la barra una sabrosa ración de tortilla de patatas recién hecha.

 

Aquel año se celebró en el aula de Filosofía un curso sobre la alienación desde el punto de vista marxista, ¡oh Dios mío!; y fumábamos, claro. Celtas, ¡qué pasa!; y tomábamos café después de comer, y en los cumpleaños, que fueron casi todos los días a pesar de que no éramos más de 50 postapostólicos o prenovicios, como queráis, había copita de coñac/anís; y en el mundo, en nuestro nuevo mundo, Dios creó a las chicas y fuimos aprendiendo a hablar con ellas sin ponernos colorados (yo ya casi lo he conseguido), y nos invitaban a guateques en los que la única luz de la sala de baile era el piloto del tocadiscos, aunque a la mayoría de los asistentes, prenovicios o seglares, no nos hubiera importado que la luz brillara como el otro día en Old Tradford, cuando a esos diablillos rojos les pasó por encima un tren llamado Atletic.

 

Los del 64, en Palencia, salvo alguna honrosa excepción que pudiera haber y que desconozco, veíamos pero no catábamos, con lo que aquel año ya mejoramos algo; porque en la paramera tampoco catábamos, Dios nos libre, pero es que ni siquiera veíamos (y las hermanas no cuentan).

 

Venía a cuenta esta disquisición de madrugada por culpa de las repeticiones de cursos a las que nos obligaba la enseñanza oficial a quienes salíamos del colegio. Pues eso, que los del 64 nos exclaustramos sin pagar peaje por el Bachillerato.

 

Y si no fue así que venga Marcos y lo desmienta.

 

Salud

 

Lalo F. Mayo

2 comentarios

Jesús M García Marcos -

Querido Lalo, como ya te comenté en una ocasión y creo que te envié fotocopias del libro escolar de bachillerato, la enseñanza del Colegio se convirtió en oficial gracias a nosotros, los del 64. Nosotros fuimos los primeros que cursamos ya el 5° curso de bachiller oficialmente. Para eso tuvimos que examinarnos de 4° en septiembre por libre en diferentes institutos. En concreto, yo me me examiné en el Instituto de Salamanca. Como aprobé, me examiné de Reválida de 4° y ,como aprobé, tengo que decir, en aras del rigor histórico y no por presumir ( y menos a estas alturas de la vida), que fuí el primer alumno al que se le podía llamar “Don “ ( esto lo repetía constantemente mi querido y añorado P . Tascón). Pero al final, todos estudiamos 5° oficialmente, vinculados al Instituto Padre Isla de León.
Solamente una aclaración respecto al INEM. Supongo que todos nos hemos dado cuenta que Lalo se refiere al Instituto de Enseñanza Media y no al Instituto Nacional de Empleo.
Por otro lado, la transformación que sufrimos en el Preu de Palencia es digna de ser mencionada. Una cosa que yo destacaría fue la facilidad con la que nos adueñamos de todo en el Instituto en las clases, en los deportes, en las actividades musicales ( incluso con las chicas - permitidme este farol real).
Tienes razón en el frío que hizo retrasar nuestra incorporación después de las Navidades. Yo me incorporé y estuve yo solito la primera noche. Fue horroroso, incluso pasé miedo con el ruido que hacían las tuberías heladas.
Bueno, por hoy vale. Abrazos para todos.
Marcos del 64

José Luis Alcalde Revilla -

Lalo...gracias...hay diferencia en el tiempo, pero me conmueves, pues al leerte, con tu estilo tan personal descriptivo, bello y comunicador,revivo mi año de Noviciado ahí en Palencia, con el P. Merino de Maestro, y abundantes experiencias, personales y con lo novicios, en aquella época de mi primer destino, al acabar la carrera en Salamanca e ir a Palencia..."donde un madrileño (que esperaba destino en "los Madriles")entra 'llorando' y cuando se va...en mi caso porque, como algunos sabéis, PaPedro me pidió como pedagogo colaborador en el Noviciado de Caleruega y allí me fui... sale "llorando", pues Palencia, con su calle Mayor, sus dos colinitas y sus monumentos es especial y no podré nunca pagar lo que allí me queda de hondas amistades y cuanto me aportó...¡Gracias de nuevo, al acabar este pesao, que tó lo cuenta, en este caso provocao por tí, Lalo, de mi gratitud! Os desea lo mejor a tós el joseito, que os besa, pues soy el besuconcete.