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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

DISTANCIA y OLVIDO, OLVIDO y DISTANCIA

DISTANCIA y OLVIDO, OLVIDO y DISTANCIA

Al final del prólogo del libro  CUADERNOS DE LA MEMORIA yo me confesaba:

... y me duele el dolor de quienes os fuisteis sin explicación; en mi cesto, panzudo, de mimbres, aún se escuchan mis lamentos, lo confieso, por mi falta de solidaridad con quienes os expulsaban sin compasión, sello imborrable con denominación de origen del aquel Colegio, …. pero yo era un niño... 

Quizás, quién lo sabe, podía haber hecho ... y no lo hice, y también lo siento, como Fernando.

Recuerdo sentir la tristeza más absoluta el día de Navidad cuando, después de comer en casa, había que subir de nuevo a la Virgen para estar en el Santuario en el rosario de las cinco de la tarde, las cinco en punto de la tarde. Dejar a mis padres, a mis hermanas, a mi abuela... y no lo entendía...pero tampoco preguntaba.

Otros no teníais ni eso.

 

 


 

Me apasiona el tema del tiempo en todas sus facetas. Y siempre recuerdo que en los tiempos de Las Caldas, aquel fray Box que era tan buen estudiante (académicamente, por lo menos) sacó una nota un poco peor (unas décimas en cuenta actual) porque la pregunta en el examen oral de la asignatura de Cosmología fue el tiempo, y me atasqué algo. El profesor era el P. fray Alberto G. Fuente que murió a fines del año 2012, y del que ya hablé en el blog.

No fue por sacarme la espina, sino por casualidades de la vida, el que haya dedicado los últimos años a la naturaleza y medida del tiempo. Y a propósito, no es que me guste vivir en el pasado, ni en la nostalgia, pero sí que creo, tergiversando el tango, que "el olvido es la distancia", es decir lo que nos aleja. También he dicho que el olvido es a veces peor que la muerte. Por eso no me olvido de Las Caldas y sus profesores, porque el poso que me quedó está cercano.

Este mes he terminado mi curso sobre el tiempo con la frase: "un segundo para la eternidad". Es lo que se necesita para transcender el tiempo, y pasar al "no tiempo", es decir a la eternidad, que no puede ser aburrida porque el aburrimiento es cosa de los que vivimos en el tiempo. Es cierto que las últimas muertes de algunos dominicos me han enfrentado con ese segundo crucial. Mi actitud es dolerme y esperar.

 

Otra cosa. He leído "casi" todas las reflexiones y recuerdos de Cirauqui, que me gustaron mucho, pero me quedó un gusto amargo cuando contó cómo pasaban los alumnos, con tantas nostalgias, la fiestas navideñas en el Colegio.

Y me duele ahora el que yo no me percatase entonces de ello. No es que lo haya olvidado, es que no tuve ocasión de enterarme. No sé si fue por culpa mía, que pasaba las Navidades con mi madre, o porque el "régimen" que se mantenía allí, de apartamiento de los profesores, no me lo permitía, y se cumplía una disciplina que me lleva otra vez al tango pero puesto ya del derecho: "dicen que la distancia es el olvido".

Teníamos que apartarnos, estar a distancia de las preocupaciones y vivencias de los chicos, porque ya había gente designada para ello. Para mí aquel alejamiento, esa distancia, ha resultado un gran olvido.

Lo siento. 

Fernando M. Box

53 comentarios

Eugenio -

Gracias Santiago, espero que en una de mis visitas a España podamos coincidir y celebrar nuestra sincera amistad.

santiago rodriguez -

Eugenio: No se que tentación habrás superado por tu relación con Job; lo que si te diré que tus poemas hablan de tu profunda sensibilidad que unas veces emocionan y otras hacen pensar.Por eso me quedo con tu abrazo y te envío el mio como prueba de amistad reciproca...

Luis Heredia -

No es que este silencio de días fuera de olvido. Es que cada vez que quería decir algo me sorprendía de la calidez y cariño de los comentarios y preferí esperar hasta el final de la sucesión y apertura del siguiente portillo.

Yo así reúno los de todos y los hago míos para que Fernando, El Besucón y Pedro (¿ves, Pedro, que a veces prescindo del tratamiento pero sigues siendo mi Padre?) los vuelvan a leer porque se lo merecen. Han estado con nosotros desde el principio de los tiempos y nunca nos han abandonado.

Eugenio -

Santiago, acabo de tener una tentación terrible, pero después de encomendarme al Santo Job, me dije... me la voy a guardar, con el tiempo, Santiago puede ser mi amigo, es por ello que hoy te envío un gran abrazo.

santiago rodriguez -

Pepe Lui: aunque no te he tratado personalmente...tu también eres un tio estupendo...

José Luis Alcalde Revilla -

...la emoción de leeros, uno a uno, me arrastraba...pero con tu comentario, Pedro, ya no cabe más en mí, pues estallo...y repaso...me retroalimento...desde Cories contigo recién llegado, pasando por cuando fuiste "mi" Maestro de Novicios y yo tu "submaestro o pedagogo" (no recuerdo bien cómo me llamaban)en Caleruega...y todo se desarrolló al pleno, cuando vinimos a Vallekes, (Valle del Kas) a sumergirnos entre el pueblo vallecano y aprender a ser uno más, con la misión, que nuestro "roll" tenía encomendada y que compartimos entre nosotros y con la gente, con el Pueblo...del Dios Humano...en la tierra...¡Perdón..utilicé las menos palabras posibles para expresar mi emoción y comunicárosla a todos con un abrazo de gratitud!...Mucho me queda dentro, pero que me da vida...es mi vida de ayer a hoy, en la que estais cada uno y que durará siempre...¡corto... con mi besito empezando por el besito petrino y uno a uno llegándoos a todos/as...joseito el besuconcete

Pedro Sánchez Menéndez -

Estoy un poco avergonzado por todo lo que decís, pero muchas gracias a todos. Gracias también a Ramón, que me perdona por el coscorrón que recibió en Corias. Supongo que tendré que pedir perdón a otros muchos por la misma razón. Quien me ha descolocado ha sido Isidro. Lo de los huesos es lo de menos. Pero ciertamente disfruto oyendo y leyendo a Sampedro. Me parece una persona profundamente humana. Lástima que ya haya desaparecido. Y yo he aprendido que para ser verdaderamente cristiano, no hay más remedio que ser profundamente humano.
Gracias de nuevo por todo. Pedro

Eugenio -

En el diario de León de ayer, leí algo que me gustó. Lo dice J. Llamazares, el autor de “La lluvia amarilla”, la novela del enfrentamiento entre la memoria y el olvido y el efecto destructor del tiempo, después de escribir su última novela “Las lágrimas de san Lorenzo”. “La memoria -afirma - es la patria de los que hemos renunciado a todas. Cada vez me siento más extranjero en mi propio país y en todos los sitios. Yo no escribo para entretener a nadie, aunque tampoco para aburrir”, ni para condenar, añado yo. “Escribo - dice el de Vegamián - para hacer pensar. La literatura (léase la vida)tiene que dar calambre y conmover al lector (léase...). Y, como el arte, te tiene que provocar un chispazo que remueva algo profundo dentro de ti. Hago mías las palabras del ilustre leonés por lo que tienen de experimentadas y auténticas.

jose ignacio -

Al buen Padre, ni olvido ni distancia.

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Recuerdo para aquellos pobres que estuvieron mucho peor que nosotros. Su delito: haber nacido antes.

En los tiempos de postguerra en Corias, los alumnos jugaban en los recreos con una bola de trapos atados que simulaba un balón.

La ingesta de alimentos era tan escasa y tan pobre en calorías que frecuentemente tenían que suspender el partido y sentarse para reponerse del cansancio prematuro por la falta de fuerzas.Todo esto lo escuché por boca de un exalumno con úlcera de estómago crónica, patología ocasionada por la reiterada necesidad saciar el hambre a base de comer frutos silvestres, de complicada y dilatada digestión.

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Recuerdo de aquel pobre niño, siempre solo, y que pasó una vida mucho peor que nosotros. Su delito: estar enfermo de tuberculosis en malos tiempos.

No recuerdo su nombre. Sí recuerdo que en un momento nos cruzamos las miradas. Recuerdo su rostro y recuerdo que era por la tarde y que los demás niños estábamos jugando cerca de su casa. El parecía amedrentado, asomando sólo el rostro sobre el cuerpo inferior de la puerta. Tenía una tez muy pálida y su cara era afilada con ojeras pronunciadas. Yo creo que tenía ganas de saltar para unirse a los demás niños, pero también tenía miedo ya que todo su mundo y su refugio estaba casa adentro. No le conocíamos por ninguna otra faceta, No iba a la escuela. No jugaba con nosotros. Era un niño anónimo. Era un niño enfermo, pero era un niño.

Enrique Frade -

Queridos todos,
Es fabuloso todo lo que leo,se me saltan algunas lagrimas,cuando veo que despues de tantos años de cursos distintos casi sin conocernos entre muchos de nosotros,pero ese poso que nos dejó,con lo bueno y con lo menos bueno,la educacion dominicana ,despues de tantos años perdura sobretodo en el cariño que nos tenemos todos,entre nosotros.
Aquello que decia Jesus,que os ameis como Yo os he amado,se ve en cada una de los escritos de este blog ,.
Algo hemos aprendido cuando lo llebamos a cabo.
Yo ya lo he dicho muchas veces y lo repito hoy si no hubiese estado en los dominicosmhabria quedado en primaria a los 12 años,y hubiese sido Tejero como Mi padre o cualquier otra cosa,pero no tendria los conocimientos que tube y tengo,aunque fui tejero despues de salir del noviciado,y no me fue mal.
Un abrazo para P.Pedro ,hace poco le pude dar un abrazo en Aviles,ya eugenio(mandame la direccion)Y a todos los demas,seguiz poniendo temas tan sabrosos como el de Box a quien no conocí ,pero tiene el don para revolucionarnos a todos,hasta al intruso,solo falta el mudo.
Saludos y abrazos .Quique frade.

Antonio Argüeso -

Para qué epilogar. Simplemente, y como Manolo, también quisiera mis alumnos tengan la misma sensación de cariño y alegría que yo siento cuando me encuentro con Pedro, Box, Alcalde, Valentín…, que me recuerden con el mismo afecto con el que yo los recuerdo. Y eso me ha preocupado más que el hipotético juicio cuando ‘trascienda mi tiempo’. Si juicio hubiere, que San Juan tenga razón cuando anunciaba que “al atardecer de la vida se nos juzgará sobre el amor”.

Eugenio -

Directores y formadores honestos,
padre Fernando,
padre Pedro:

Como tú, por cinco lustros,
regenté eclesiales centros.
De mis humanos errores,
ya arrepentido de ellos,
me perdonen mis alumnos,
porque los sigo queriendo.

De inhumanas directrices,
de injustas atribuciones,
de silenciados atropellos
responda Roma y no yo
ante la historia y el cielo.

fernando muñoz box -

Dos cosas tengo por ahora bien claras: Una es que gente buena y decente la hay en todas partes (incluso en la Iglesia católica, diría con muy mala idea y sin tener razón del todo), y otra es que la gente, nosotros, vosotros, ellos... cambiamos muy poco a lo largo de la vida.

Pedro tiene mucha razón al decir que llega el momento de reflexionar sobre el propio pasado. Hay que hacerlo, pero no sé si yo lo hago bien porque he decidido aceptarme tal como soy. No estar conforme con uno mismo es lógico y a veces bueno, arrepentirse tampoco está mal, pero acongojarse, desesperarse, no tiene sentido.

Creamos o no creamos en Dios, parece que es cierto que será Él quien nos juzgue. Como decía Santiago Carrillo:"Gracias a Dios". Pero yo añado: "Gracias a Dios, porque no nos juzgarán los poderes de este mundo, ni los que están a nuestro alrededor que no nos conocen completamente, ni siquiera nosotros mismos.

Mientras tanto, es inmenso este misterio de la amistad. Ya os dije una vez que yo mismo no me explico el influjo que ha tenido en mí el Colegio de la Virgen, y algunos pocos de aquellos Padres, ni tampoco me explico el influjo que yo haya podido ejercer sobre "unos críos" a los que traté hace casi 50 años, y que ahora son algo tan entrañable.

José Luis Suárez Sánchez -

¿Qué queréis que os diga? Añoro las sombras que cubrían el rocío de mi infancia. Tal vez porque, a estas alturas de la vida, me encuentro asfixiado por las cosas que no necesito. Por eso recuerdo con cariño las castañas con leche a falta de"chapatas", "pistolas",
"hogazas"...
Recuerdo de Corias, con cariño, los "sabañones", fruto de la humedad y del frío, y la sangre cuajada, y la leche en polvo, y el queso amarillo que nos enviaban los americanos, y las truchas que algunos pescábamos a mano en el Narcea y que iban a otros paldares... y los paseos bajo la lluvia para hacernos más fuertes, y la canción "omnes volumus plus" que cantábamos sobre las rocas cuando teníamos hambre...
Los que somos de cerca de Casorvía
(Casorvida para los "finos" como el Pitu)nuestros padres nos enseñaron desde muy pequeñitos a mirar la Naturaleza y...

aprendimos el camino del agua,
y a navegar con las nubes
y a dejarnos mecer por el viento.
Aprendimos del fuego
a saber renacer de cenizas,
y atransformar el dolor en sosiego
y en plenitud el vacío.
Aprendimos del álamo esbelto
a cimbrar,sin romperse,
en las duras tormentas.
Aprendimos del murciélago
a ver rendijas de luz en la noche,
y de la yedra aprendimos
a ser fieles al abrazo primero.
Y aprendimos a scribir en la niebla
la canción de la tarde
después de la siega
entre incienso de hierba
y aliento de flores.

Por eso fuimos así de fuertes.
A Pedro no le digo nada porque nos conocemos demasiado.

Manolo Díaz -

Pedro, reitero lo que te dije en ocasiones anteriores, la última vez en Avilés:
Ojalá alguno de mis alumnos me recuerde con el mismo respeto y gratitud con que yo te recuerdo a ti.
Un abrazo.

dacio -

No te ruborices, buen Pedro. Hubo frailes buenos y menos buenos. Algunos de ellos, a causa quizá, como apuntas, de que se limitaron a continuar la tradición en que ellos mismos habían sido educados, optaron por mantenerse apartados de una bandada de críos sedienta de cariño. Hubo, claro, excepciones. Box fue el ejemplo, aunque tuvo que apechugar con la incomprensión de más de uno de sus compañeros. Y tú, Pedro. Fuiste un padre para nosotros
-creo que para la mayoría al menos-, un padre amable, comprensivo, riguroso cuando era preciso, pero respetuoso siempre. Tu sonrisa bondadosa era un bálsamo en aquella paramera de soledad. Y luego nos permitiste conocer a ese discipulo todo alegría y humanidad que aún permanece a tu lado. Gracias Box, gracias Alcalde, gracias Pedro.

Jesús Herrero Marcos -

Queridísimo Pedro, te expresas como eres y eso es un lujo para el blog. Estoy de acuerdo con Cicero, me recuerdas, salvando las distancias, a José Luis Sampedro, en su actitud, en lo que dices y en tu estado de perpetuo movimiento hacia adelante. Gracias por tu amistad.

Ramón Hernández Martín -

En Corias (52-57), aquellos bichejos afamiados y medio harapientos apostólicos, que fabricábamos pistolas de madera y jugábamos con balones de trapo, de tontos no teníamos ni un pelo. En los albores de una conciencia crítica incipiente, nos divertíamos comparando a los profesores y hasta emparejándolos. Así, mientras Segis nos parecía el Papa o un poderoso Júpiter endamiado en su majestuosa y arcana personalidad, el dúo Pedro-Uría era todo un jugoso comodín en nuestras conversaciones. Pedro, abierto, cercano y de fácil accesibilidad, nos parecía la bondad personificada; frente a él, Uría, misterioso y circunspecto, nos parecía que olía ya a santo hasta el punto de que le atribuíamos algún milagro y un trato familiar con el Altísimo. Ovidio, en cambio, el verdugo de los claustros, se nos mostraba como el terror de las estepas. Podríamos seguir, pero no viene al caso.
Pedro, cuando te canonicen -en este blog ya lo han hecho los poetas, y ¡qué poetas!-, haré un poquito el papelón de abogado del diablo por el capón que una vez me diste y que me dejó la cabeza dolorida durante tres días. Debí de hacerte algo muy gordo. En fin, si en el cielo hay democracia, cuenta con mi voto.

Eugenio -

Pedro, risueño y festivo,
varón de paciencia y tino,
cómo pensar que tú fueras
-tan humano y tan divino,
con dulzura te lo digo -,
factor de esos desatinos.


Isidro Cicero -

No sabría cómo explicarlo, pero hay algo en Pedro Sánchez que recuerda a José Luis Sampedro. No sólo -aunque también- en la arquitectura de la osamenta.

José Mª Sierra Tascón -

PPedro: Un fuerte abrazo de este, tu alumno, que no siempre estuvo de acuerdo con aquella manera de hacer las cosas. Pero te honra reconocerlo (¡claro que eran otros tiempos!), te explicas de maravilla, con sencillez, con humildad y con cariño. Eso, a mi, me sirve.
Gracias, Pedro.
Un fuerte abrazo.

jose ignacio -

Cuando te leemos, tenemos que decírtelo a la fuerza:

Pedro de mi destino,
Pedro de mi camino,
Ay, mi Pedro genuino,
ahora de Dios vecino,
ahora viejín divino

Javier Cirauqui -

Como Santiago Rodriguez, repito: ¡Qué grande eres...P.Pedro!...
¡Qué grande y que autentico eres! ¡Como me gusta oirte decir que estas disfrutando de nuestra amistad, lo cual valoras sobre manera! En cuanto a expresarte te expresas de la mejor manera. Gracias por tu amistad y por ese maravilloso, sencillo y humano, sincerarte con tu historia, ojalá que todos nos sinceráramos de esa manera, con humildad y amor incontenido. Acogo tu abrazo con verdadero deleite y te mando mi más sincero, fuerte y autentico abrazo de amor fraterno, en estos días posteriores a la Semana Santa. Con mucho cariño. Javier.

santiago rodriguez -

¡Que grande eres...P.Pedro!...

Pedro Sánchez Menéndez -

No es que no quiera participar en esta entrada para comunicar mis sentimientos o mi opinión. Es que me da mucha pereza porque no sé expresarme como vosotros. Por cierto, admiro todo lo que habéis dicho anteriormente.
Mi reflexión me lleva a recordar que yo mismo podría afirmar cosas que habéis dicho, porque también yo fui alumno en lo que se llamaba entonces la Escuela Apostólica, a partir de los 14 años que iba a cumplir. Claro que aquellos fueron años difíciles. Todavía estábamos en guerra civil. No había muchas posibilidades para escoger... Por otra parte, aunque entonces yo no podía entenderlo, la guerra civil supuso un "apagón" en la sociedad española. Estuve en Corias de niño hasta que llegó la hora del noviciado. Cuando al terminar la carrera me mandaron de nuevo a Corias destinado, yo no sabía hacer otra cosa que reproducir lo que yo había vivido. Solo después de muchos años y, sobre todo, después del Concilio Vaticano II, empecé a abrir los ojos a nuevas realidades. Claro que esto no se produce repentinamente, sino que en el contacto con la realidad y con los pensadores que reflexionan sobre la actualidad, vas cambiando poco a poco con más lentitud de la que desearías.
Cuando llegas casi al final, te das cuenta de que la vida es complicada y difícil. Llegan momentos en que tienes que tomar decisiones importantes en tu vida. Entonces llega también el momento de reflexionar sobre tu pasado. No podría aceptar muchas de las cosas en las que me vi involucrado. Pero es parte de mi historia. Y en la actualidad estoy disfrutando extraordinariamente de vuestra amistad, lo cual valoro sobremanera, aunque no sepa expresarlo como desearía.
Abrazos y saludos ara todos. Pedro

José Luis Alcalde Revilla -

Eugeniu...la tu joya poética, despiértame sentimientos de Cories, Cangues del Narcea, Asturies (la mi Escuela Apostólica de piquiñín)...i yé paiciu, allí con PaPedro. La diferencia yé quel sitiu yera...siento decilu..más guapu...pero los sentimientos recuérdesmelos, Eugenio, porque yeran semejantes, asín comu el Bus Luarca"Automóviles Luarca, Sociedad Anónima=ALSA,de la family de Basiliu, el frailín, hoy Párracu de Caleruega...GRACIAS, EN MEDIO DE LA ADMIRACIÓN DE TU INSPIRACIÓN POÉTICA...TE ADMIRO... besinos de joseito, el besuconcete

San José -

Eugenio, simplemente genial y me voy a dormir rumiando tus palabras.

Ramón Hernández Martín -

Eugenio, regalos como este, capaces de erizar el vello, de hacer vibrar los músculos y de "engallinar" la piel, debieras prodigarlos para solaz de cuantos nos asomamos a este blog, algunos incluso con la osadía de dejar huella en él. La verdad es que esa "Soledad", que tú y yo bien conocimos, envuelta en los sones y vivencias de nuestras Navidades pobres (las mías sí que lo fueron, pues el primer recuerdo que tengo de Reyes es una pastilla, no una tableta, de chocolate y una naranja en el zapato colgado en el balcón), nos depara ahora gozos que, por nacer de la tristeza reconfortante que destilan tus versos, se prometen duraderos, eternos. Créeme, amigo, recuperados aquellos días por la magia de tu ensimismamiento poético, el "coche de Fernández" para todos los días a tu puerta, porque, ¿qué otra cosa es el teclado de tu ordenador?

Eugenio -

TRISTES NAVIDADES EN LA CASA
DE LA VIRGEN DE LA SOLEDAD.

Medio siglo después cuánto me cuesta entender
el porqué de tanto empeño en cortarnos las alas.


Con qué pasión, con qué fervorosa esperanza deshojábamos la margarita del sí, del no.
Cómo acariciábamos en los patios, la mirada fija en la lejanía, los últimos rayos de sol.
Como viejos prematuros, renunciando de antemano al amor, perdimos nuestro hogar:
olores, sabores, imágenes queridas, doradas memorias que el tiempo, inexorable, grabó.

Tristes fueron aquellas Navidades,
lejos de la aldea, pobre pero amada,
lejos del hogar y del beso materno,
días largos atiborrados de estudios,
pesadas y tristes noches de soledad.

Ya no había ruidos de camellos en los pisos de cemento,
ni había zapatos rotos para dejar en la casa sin balcones,
añorábamos la espumosa, dulce, leche de la vaca pinta,
el caldo de berzas y tocino, xisos adobados y buen vino,
largas sobremesas, eternas veladas al sabor de la lumbre
asando castañas, oyendo cuentos de ánimas y escapaos.

Qué afán en alejarnos de la familia,
de los inocentes amores, del hogar,
extrañando las caricias de la Linda
-inteligente, dócil perra conejera-,
de mi esquiva y ratonera gata negra,
el andar lento de los bueyes mansos,
‘mi paloma blanca’ trotando en la Era,
el valido diario de los dulces corderos,
la radio tocando pasodobles y boleros,
mi madre cocinando, tejiendo, lavando,
mi padre tiznado llegando de la mina,
cena de Nochebuena, la Misa del gallo,
bromas blancas de los Santos Inocentes,
naranjas, el cabás y los zuecos de Reyes.

Por recuperar aquellos días y tomar el coche de Fernández
bien diera yo, mal que me lo creas, la mitad de mi felicidad.


santiago rodriguez -

Carlos: Ese Aleluya será mas sonoro si lo entonas tu...Todavia recuerdo al Cantor en Las Caldas,...y la Angelica en Salamanca; aunque siempre he sido negado para la musica en esas ocasiones me emocionaba...

Carlos Vergara -

Cuántas y buenas palabras: parecéis la columna de Trajano. Qué bien todo. Llevo más de una hora de arriba para abajo... Veo que no paráis de crecer: a ver si la primavera y el anticiclón llega y cantamos el aleluya.
Un abrazo para todos.

José Luis Alcalde Revilla -

...De OzeLuí a OzeLuí...del "alcaldito" a "suarecito" y "boxito"...Únicamente unas palabras de admiración, felicitación y simbiosis en tantas y tantas cosas que nos hacen uno a tantos con vosotros..."pascuando", hoc est "pasando de la muerte a la vida"¡Gracias, un placer leeros,uno a uno, y cada uno en su simbiosis, así como los comentarios de tantos, unidos a ambos y entre nosotros como nunca...bueno...mejor "como siempre"! un besito a caúno porque uno a uno ttiiivvvoglioooobbbeneeee, joseito, l besuconcete

Inocencio -

Amigo Ramón Hernández Martín.

He sabido de la muerte de Manolo Castañón,por un correo de Carlos Vergara.Dices que era compañero de Vespa y Miguelín,también fue compañero de Jesús Torbado-premio Planeta- y Pepe Domingo Castaño,en Corias.Vergara me manda un enlace para entrar en tú artículo en La Nueva España.
http://www.Ine.es/caudal/2013/03/24/mieres-pierde-un-valor/1387220.html.
Un abrazo.
Inocencio.

JOSÁ MANUEL GARCÍA VALDÉS -

Jozé Luí, viendo los piropos que recibes casi estoy por decirte que mejor ... mejor hubiéses venido antes. Se nota que no eres de Casorvida porque cualquier semoviente de aquel lugar sabe, sin ningún género de duda, qué es el espacio y el tiempo, de hecho ahí fue donde se inventaron esos conceptos y ya te doy una pista de qué son: conceptos. Se nota que viviste (y bebiste) cerca de la Filosofía, manejas muy bien la disyuntiva; también puediera ser que fueras seguidor de Rajoy y el galleguismo: será esto o aquello, bajaremos las pensiones o no.
“Time is money” dicen los yankis, por eso se ficha para trabajar pero no para disfrutar.
El tiempo es al espacio, lo que la cama al matrimonio. Al igual que se pued concebir un matrimonio sin cama se puede concebir un espacio sin tiempo, o no. El tiempo no es uniforme, en tu pueblo y en el mío el tiempo dura más y es mejor, los dias son más largos y más cálidos, o no.
Ya que viniste, quédate, pero ten presente que no siempre los lectores te van dedicar alabanzas, si no nos invitas a tantas cosas como dices te caerán muchas collejas ... verbales, por supuesto.
Abrazos

Luis Heredia -

José Luis, lo dicho. Me lo acabas de demostrar.
¡Qué gozada leerte¡

Ramón Hernández Martín -

Gozada de sentirse alumbrado por la lamparilla, la que nunca está debajo del celemín, de José Luis. Leyéndote es como si ya hubiera llegado "el reino de Dios" (hay debate intenso sobre el tema en el blog de Antonio Piñero de RD).
Mirando hacia el pasado, que siempre será cimiento y estructura de nuestro propio pensar y sentir, os diré que el día 18 de marzo murió, tras un cáncer voraz, Manolo Castañón Velasco, asturiano devenido afamado escultor parisino, que estudió en Salamanca del 63 al 68, dos cursos por detrás de JL y de mí y varios por delante de la mayoría de vosotros. En su sepelio el día 20, en la capilla de Los Arenales de Oviedo, aludí a ese pasado en los términos siguientes:"... De niños, ambos pasamos largos años estudiando con los dominicos mientras crecíamos en edad y sabiduría. Ellos, los dominicos, nos avituallaron convenientemente para afrontar con sentido común y coraje la vida. No es fácil vivir como es debido y encarar los problemas diarios con criterios morales...". Ello quiere decir que siempre miro el pasado con ternura y agradecimiento, a pesar de un centenar de pesares.
En cuanto a la "eternidad", no merece la pena quebrarse la cabeza, siendo como es una vulgar "lata de sardinas" en la que la sardina del pasado y la del futuro comprimen la del presente (jajaja), o aquello de "tres en uno" (vulgar lubrificante de connotación trinitaria), o, lo más divertido, el "todos para uno y uno para todos" de los mosqueteros del rey.
Vivamos intensamente nuestro tiempo, pues, aunque se vaya acortando o comprimiendo por la edad, se nos alarga por la quietud que nos prodiga, mientras la primavera nos advierte, en su significación simbólica, que el presente no tardará en eclosionar en eternidad.
Afectos.

José Luis Suárez Sánchez -

"Pitu", las "pitas" de Piñera dicen que Piñera ha arrebatado el marquesado a Casorvía por quedar más cerca del Parque Nacional de las Ubiñas, Reserva de la Biosfera. Por eso allí ponemos el fuego, las castañas, el chorizo, la sidrina y todo lo que haga falta. Estás, estáis, invitados.
Respecto a lo del tiempo y esas cosas, en cierta ocasión asistí en la Complu a una conferencia de Juan Oró, científico de la NASA. Le preguntaron ante un nutrido número de profesores: ¿Qué es para Vd. el espacio y el tiempo? Sonriendo y tornando una mirada socarrona hacia el moderador, contestó: "¿Ve Vd.? Me ha presentado como una persona que lo sabe todo. Yo no sé qué es el espacio y el tiempo". Y yo -¡pobre de mí!- perteneciente a un pueblín de montaña, cercano a Casorvia y que algunos conocen, pues fueron con la Escolanía a cantar en mi primera misa, con P. Torrellas, P. Pedro y P. Uría, yo, digo, tampoco sé qué es eso del espacio y el tiempo. No sé si es "el continente de los objetos sensibles", o "el transcurso del tiempo", o "el espacio cósmico", o "la separación de las rayas de un pentagrama", o "el espacio vital", o "la condición del movimiento", o "el habitáculo de las cosas", o "un momento en el desenvolvimiento de una idea..." Tampoco sé si el espacio es finito o infinito, si es circular o rectilíneo, si es previo e independiente del universo, si es penetrable o impenetrable, o si es absoluto y eterno... Como véis, estoy hecho un lío. Sólo sé -parafraseando a Pascal- que me espanto ante la infinitud de los espacios que ignoro y que me ignoran.
Gracias al espacio y al tiempo, en cada amanecer me despierta el concierto de todas las cosas: el mirlo, la cigarra, el manzano, el agua, el viento, los amigos que me gritan: ¡ánimo, todavía estás con nosotros...!

JOSÁ MANUEL GARCÍA VALDÉS -

Soy de los privilegiados que sí te conoce, sé dónde vives y sé que le falta a tu pueblo para ser como el mío, pero de esto hablaremos comiendo esos chorizos de los que presumes. Agradezco, el Blog agradece savia sabia y nueva; eres un buen fichaje, necesitamos más; en Madrid hay una buena cantera que dela que podrían sacarse muchas y buenas ideas, convéncelos, serás premiado con alguna necedad. Me alegro de que estés aquí. Para nada eres “el intruso”, lo tuyo es un Introito que debe tener un desarrollo.
Fernando, así como que no quiere la cosa, nos plantea cuestiones cosmológicas, metafísicas, epistemológicas y, en el trasfondo, psicológicas. Como el espacio es limitado y el tiempo un fugitivo contesto haciendo mía la filosofía Pedriniana, la de Pedrín: NADA de NADA. Naturalmente no es cuestión de espacio y tiempo sino de capacidad y de ganas. ¿Fue mejor el tiempo pasado? En absoluto. ¿Hay que lamentar cómo rellenamos el tiempo pasado? ¿Pa qué? Si tuviésemos la posibilidad ¿corregiríamos algo? Seguro que sí, pero ya no se nos brinda dicha posibilidad. ¿Es bueno recordar? Claro, y eso es lo que estamos haciendo. Escarbando (escargatando) en la “brasa dormida” encontramos nombres, amigos, situaciones, sensaciones, remordimientos y muchas cosas más que nos permiten ser conscientes de que fuimos, somos y, ojalá, sigamos siendo por mucho tiempo y eso es la vida: lágrimas, dulzura y esperanza nuestra. Yo creo que el olvido es el que marca las distancias, borra las huellas, borra los lazos y con ello, borra las vivencias, borra nuestra historia. No se trata de recordar para arrepentirse sino para revivirse. Corramos los visillo del olvido y que entre la luz.
Fernando, eso de “un segundo para la eternidad” ¿Se puede tomar como un oxímoron? Yo conocí un cura que, intentando resaltar la magnitud de la eternidad, hablaba, desde el púlpito, de la “eternidad eterna” y me dio que pensar porque si la eternidad ya es de por sí larga ¿qué no será la eternidad eterna? Por favor, danos luz. Deberías proponerle al Chemari, al Cortés, que organice un simposium para aclarar de una vez por todas las cuestiones del “Espacio y del Tiempo”; te dirá que no hay ni espacio ni tiempo.
José Luís, te reto a que algún día, poniendo yo las brasas y tú los chorizos y las chuletas, hablemos de abrazos, sonrisas, pasiones, amigos y, de paso, de la eternidad eterna; como ves me asigno la peor parte, la brasa, con el riesgo de“abrasarme” mientras escargato; tendré la ventaja de que mientras ando a la brasa puedo dar la brasa, que me encanta.
Abrazos apretaos.
P.D. A pesar de lo que diga Fernando, no tengáis miedo al tiempo, no existe, invento de los suizos para vender "lelojes": en la eternidad no puede haber tiempo, contraditio in terminis, o no.

Luis Heredia -

Querido José Luis,
La verdad es que "mirar", miras bien pero escribir lo haces mejor.Así que, por favor, intrusa más de vez en cuando como lo haces con los cursarios.

Un abrazo muy fuerte.

José Luis Suárez Sánchez (el intruso) -

Cuando leia a Fernando se agolpaban en mi mente montones de recuerdos. Me emociono leyendo vuestras "historias vivientes". Conozco alguno de los que escribís; alguno también me conoce a mí. Como no quiero hacer siempre el papel de "mirón", ahí os va una brevísima reflexión que escribí para el Blog de los "Cursarios" y que refleja alguna idea de las que reflejáis en vuestros comentarios, mucho más atinados:

"Cursarios" es el nombre del recuerdo,
de la brasa dormida en el silencio,
de abrazos escondidos en la niebla
y pasiones ahogadas en el miedo.
Corred los visillos del olvido:
que la luz galope hacia el encuentro,
que reviente en cada esquina la sonrisa,
que el silencio se haga grito
y la mirada se haga fuego.
Despierte el sentimiento reprimido,
que brote agua fresca en el desierto
y florezca el rosal de la amistad
e inunde de fragancia nuestro encuentro.

Luis Heredia -

Queridísimo Fernando y otros

Cuando te leo, pierdo la noción del tiempo. Siempre.

Te tuvimos como profesor y maestro, trabajos que tú ya trataste de diferenciar en alguna de tus reflexiones. Además, has sido Padre y padre, lo que me hace pensar que ni has perdido el tiempo y que además,a lo largo de los años, te has convertido en un ex-apostólico más. Es como si hubieras pasado con el tiempo de Padre a hijo.
En todo este tiempo tan intenso en tu vida, ¿te hubieras imaginado compartir con nosotros este blog o cualquier otro mecanismo de comunicación?
¿Te das cuenta que eres, junto con Pedro que sigue siendo Padre nuestro y Alcalde que sigue siendo Hermano nuestro, el único que sigue conviviendo con nosotros? Tú mismo has dicho en alguna ocasión que echabas de menos la intervención de otros Dominicos. Bueno, la verdad es que no recuerdo si dijiste "otros", lo que haría pensar que sigues en la Orden, o dijiste, en general, de miembros de la Orden.

A veces me pregunto, ¿Qué te comentan tus hijas? ¿O nos escribes a hurtadillas y no se enteran de tus cuitas pasadas?
¿Ha pasado realmente el tiempo para ti o te has atascado últimamente en los 60 a raíz del blog? ¿Qué hora marca tu reloj?

Fernando, tú nunca te has alejado ni has olvidado. Te lo ha dicho Juan Antonio claramente. De lo contrario no seguirías ahora con nosotros.

Y no sé si te gustará leerlo u oírlo pero te lo tengo que decir por enésima vez: te queremos.

santiago rodriguez -

Querido Fernando: Como el P. LLamera iniciosu andadura en Salamanca en el curso 1956-57, (ese mismo año empezó el periplo en Las Caldas del P. Dasio), tu le tuviste de maestro cuando supongo eras teologo de 2º curso, como decimos su enfermedad le permitio estar activo algo mas de un año, lo que sin duda te llevó al gremio de padres jovenes con el P. Bandera y no coincidiste con el P. Viana; solo puedo decirte que cuando Fr. Curro fue ordenado sacerdote en La Virgen era el Maestro.
Por otra parte, ¿coincidiste con Felipe Mª Estrada Paetau, guatemalteco, que llego a ser obispo de Guatemala?...las últimas noticias que tengo de él, es que debido a una trombosis estaba completamente paralizado...

Javier Cirauqui -

A mí me gusta escribir sobre mi estancias de los Colegios de Villava y de la Virgen del Camino de León teniendo en cuenta la edad que teníamos, lo que éramos, niños y adolescentes y describir mis experiencias y vivencias y el paso del tiempo, los recuerdos y sentimientos que tenía en aquellos tiempos.
No hay más que ver esas caras infantiles de la fotografía, señalando esos carteles de Navidad en la Escuela Menor: Feliz Navidad, Virgen del Camino gracias por la Navidad, Navidad Paz, Gloria in Excelsis Deo, todos ellos señalando los carteles con el dedo, con candidez, ternura y a pesar de la pose impuesta con autenticidad. Y por supuesto me gusta reflejar el tiempo que vivimos, tiempo político, concreto, determinado, tiempo afectivo, tiempo amoroso, tiempo religioso, muchas veces a destiempo con nuestros sentimientos infantiles, algunas veces dolorosos y otras veces gratificantes y vivos.
Según dices, Fernado Box, (con b), eres un apasionado del tema, y te admiro porque estudiar el tiempo y reflexionar sobre él, me produce como un misterio, como algo maravilloso, atractivo y embaucador. Recuerdo que cuando me salí del Colegio me dió por leer cosas de Demócrito, Parmémides y otros filósofos de todos los tiempos que hablaban sobre el tiempo, su no y su sí, y aunque no los entendiera, me parecía pura poesía y belleza, aunque para algunos solo fueran sofismas encanallados.
Luego vinieron Marcel Proust con "A la búsqueda del tiempo perdido" y Tomás Man con "La Montaña Mágica" y otros muchos más...
Ahora en estos momentos me encuentro con en este blog para ir a la búsqueda del tiempo perdido y lugar para el encuentro, para darle caña al gran olvido y recobrar el recuerdo en positivo.
Era normal que pasáramos morriñas, nostalgias, cariñicos y saudades, pues era el tiempo y la edad de los afectos, de la necesidad de los besos, de las caricias, del tacto y de las sonrisas, pues quieras o no estábamos separados de nuestro entorno familiar y natural y rodeados, al fín y al cabo de rostros extraños, que al cabo del tiempo se convierten en cercanos y entrañables, a pesar del tiempo transcurrido, el olvido y la lejanía.
Te honra el que digas: "me duele ahora el que yo no me percatase entonces de ello. No es que lo haya olvidado, es que no tuve ocasión de enterarme".. Aparte de que el régimen del Colegio no te lo permitía, así era el tiempo aquel, y hubiera sido heróico e imposible enfrentarte a él. Según dices: "teníamos que estar a la distancia de las preocupaciones y vivencias de los chicos, porque ya había gente designada para ello. Para mí aquel alejamiento, ha resultado un gran olvido".
Creo que hoy en día, también hay una filosofía, de que hay que saber estar a distancia de las personas o de los usuarios con los que trabajas, de no implicarte emocionalmente con ellos, de no mezclarte, de saber separar, de no llevarte los problemas a casa, de que se yo...etc, etc.
Ahora en estos momentos de la jubilación, me doy cuenta que no he sabido distanciarme de mis usuarios y no he trabajado desde la distancia, sino desde el afecto, el cariño, el amor y el servicio, vamos que he sido un desastre en mi trabjo, según los cánones. Quizás sea un craso error, pero tiene la reconpensa, de que a pesar de todo, te recuerdan y los recuerdas con cariño y amor.
De ahí esos recuerdos de la bondad de tus clases, de tus charlas, de tus cine-forum, etc.
Es hora de olvidar el olvido y recordar lo que nos une y nos hace crecer en el afecto.
Cada uno vivimos lo que vivimos, a veces bien a veces mal,sentimos lo que sentimos, pudo haber sido mejor o pudo haber sido peor, pero de lo que no me cabe duda es de que tuvimos muchas cosas en común, y que por eso estamos unidos en este blog, con nuestros recuerdos, a la búsqueda del tiempo perido. Vaya rollo chirimollo.
Un fuerte abrazo para tí, Fernando, y para todos los que escriben y no escriben, para los que leen y no leen. Para todos aquellos que vivimos esta experiencia inolvidable y además entrañable.
Con mucho cariño. Javier.

Juan A. Iturriaga -

Querido Inocencio, te agradezco la deferencia.

De todas formas creo que el tema estaba enfocado en el hecho de que unos críos de diez, once o doce años, se pasaban diez meses seguidos en el colegio y, en algunos casos, con unas relaciones con sus padres un poco sui géneris.

Yo reconozco que no soy muy objetivo, o quizás tuve mala suerte. Tu conociste a un fraile "que dio un bofetón bien merecido". Esas cosas nunca las supe a preciar.

Un saludo a todos.

fernando muñoz box -

No sé si mis reflexiones de hace ya algún tiempo, aunque salgan ahora en el blog, han sido demasiado transcendentes o si han removido más de lo que yo hubiera querido. Pero ello no me impide mandar un fuerte abrazo a Iturriaga, por aquello de que se le quiere y otros abrazos a los demás que han tenido su propia reflexión, y de los que tampoco me puedo olvidar.
Y contesto a Santiago Rodríguez para que no falle en su empeño de historiar ese pasado de la distancia y del no olvido: Estuve en Las Caldas desde 1952-53 al 1954-55. Mi Maestro fue Bonifacio Llamera. Para mí inolvidable y a quien le debo muchísimo de lo que soy.
Fuí a Salamanca y creo que mi Maestro fue el bueno del P. Jesús García. No le hice caso en lo de ponerme a aprender piano, a lo que me animaba, y la razón que me di a mí mismo fue que yo ya era muy mayor (no sé si es que era un imbécil o qué, pero desde luego si imbecilidad significa debilidad mental, yo tuve ese ramalazo por esas épocas). Después vino el P. Bonifacio Llamera que fue mi Maestro cuando yo iba para teólogo. No recuerdo el tiempo exacto que me tocó en suerte, pero sí el abrazo que me dio para despedirse porque se moría, y lo sabíamos los dos.
No tuve al P. Viana, o no lo recuerdo. Después sí recuerdo como Maestro al P. Armando Bandera, pero yo creo que lo fue de Padres jóvenes, como nos llamaban. Era lo que se dice un pedazo de pan.
Tengo la suerte de acordarme muy bien de los que fueron buenos y he olvidado con facilidad a los que me parece que no lo fueron. ¡Allá ellos!

jose ignacio -

Unos niños pequeños, solos, con cara de angelitos, señalan un poster de FELIZ NAVIDAD.

lvido, distancia…


carita riendo en mi niño
de cabellos como el oro,
ángel que brota del poro
para sacarme cariño.

carita riendo en mi niño,
sueño alegre con tesoro
del que siempre me enamoro
ya viejo con desaliño.


Inocencio Fernández Menéndez -

Para Juan A. Iturriaga

A pesar de todas las calamidades que relatas,que son ciertas,fuimos unos privilegiados de la época,al menos en mi caso.Me dí cuenta cuando en 1.965,cuando ingresé en la mili en El Ferral del Bernesga.La mayoria de mis 1.000 compañeros eran unos completos analfabetos,su única preocupación eran las borracheras de las tardes.Yo soy de 1955,con 11 años ingresé en Corias,mi padre me llevó a caballo,era el transporte más rápido,en el Alsa tardaría 8 horas.En 1955 en Corias no había duchas,los sábados nos lavabamos los pies en El Narcea,verano e invierno.En 1956 ya había duchas.
En La Virgen,aunque en obras...ya fue mejor.Aquel colegio en comodidades de lo mejor de España...En cuanto a los profesores no tengo disgusto de ninguno en especial,ni del P.Ovidio que dio un bofetón bien merecido.Tengo dos hijas,dos nietos y gracias a mis 10 años en los Dominicos,han tenido una vida mejor...de no haber eso en mi vida.No olvido que somos hijos de la guerra,yo recuerdo el racionamiento,le traía el cuarterón de tabaco a mi abuelo.
Cuando fuí a Corias llevaba maleta,chicos de Valladolid,su poca ropa venía en caja de cartón.
Ahora que tanto hablamos de crisis...crisis las de aquellos tiempos....que no vuelvan...
Un abrazo para todos.

santiago rodriguez -

Aprovechando que Fernando encabeza la pagina, me gustaría preguntarle si el P. Bonifacio LLamera fue su maestro en Salamanca o solo en Las Caldas. Mis cálculos dicen que el P. LLamera fue maestro en Las Caldas hasta 1956; trasladado a Salamanca solo estuvo un año ya que enseguida lo atacó el cancer que fue mortal, por lo que me da impresión que mayoritariamente, como teologo, tuvo al P. Viana.
Entrados en Materia ya diremos que al P.LLamera no le precedió nadie en Las Caldas, pues fue con el que se inauguró el estudiantado, a él le siguieron por orden el P. Dasio Gonzalez, el P. Miguel Mateos (ahora solo Miguel Mateos), el P. Felipe Castro y el P. Candido Aniz, este último ya practicamente en Valladolid. En Salamanca le precedió el P. Jesús Garcia y a este el P. Larrinaga, le siguieron el citado P. Viana y el P. Aniano, despues ya no sé si hubo alguien anterior a Manuel Santos que lo fué doce años antes de acceder a cargos de provincia..

José Mª Sierra Tascón -

¡El tiempo! ¡El olvido! ¡La distancia! Todos hablamos de los mismo. Unos vivimos en un tiempo, en un olvido y en una distancia a veces de de tal modo que, siendo coetáneos, viviendo en el mismo lugar, aquél dichoso lugar, no llegamos ni a conocernos. Unos porque, siendo nuestros profesores, se lo impedía el "régimen", otros porque el "régimen" (y la cercanía de sus domicilios paternos/familiares) era más tolerante con ellos y podían bajar a León, salir con sus padres casi todos o todos los domingos. Los de Villava, por lo que manifiesta Santiago Rodríguez, tenían la suerte de contar con un cómplice necesario y, por supuesto, suficiente.
Lo que me lleva a pensar que, en el colegio donde pasamos jornadas que se nos hicieron eternas, no hubo nadie o no pudo, aligerar el peso de la soledad, del sentirte abandonado en esa enorme recreación en aquellos días fríos de Navidad y Semana Santa.
Pero, antes de que nos lleven a ese otro estadio que significa pasar "ese segundo a la eternidad", ese pasar al "no y tiempo" expresado por Box, igual tenemos tiempo de reparar algunas carencias. Ahora ya no tenemos un "régimen" que nos lo impida. Y, si aún lo tenemos, ya no podemos escudarnos en él: Es nuestra responsabilidad.
Saludos.

santiago rodriguez -

Ya he dicho muchas veces que yo procedo de Villava; y creo que nuestro director allí, P. Marino Zugasti; fué un adelantado a su época, cosas nimias como incorporar el café a la comida en algunos dias puntuales, no con la idea de saborearlo, tal vez, sino para saber como tomarlo cuando fueramos invitados a ello sin que a las mejillas se trasfiriera el fuego que nos hubiera producido en el paladar, incluso acompañado de un poco licor, tal vez solo manchando el vaso con el, dejando, aparte de los días de paseo, ratos libres y movimientos a discreción, como en algun momento de los Sanfermines. Las Navidades las pasábamos en casa, excepto aquellos a los que las inclemencias de la época lo impidiera y la lejanía no lo aconsejase, (estos vivian una en Familia en el mismo lugar), aquellos cuyas familias tenían dificultades económicas eran ayudado en los viajes; el regreso de su casa de los vecinos de alrededores se hacía proximo a la cena, por lo que podian disfrutar de una amplia velada con sus familias: Dos domingos eran dias de visita, si algún padre no podía asistir el dia señaldo (1º y 3º) se era flexible incluso en jueves; la verdad en este caso nunca nos consideramos familiarmente aislados,

juan A. Iturriaga -

Me duele que siempre se disculpen los que no han tenido nada que ver con el problema y que, incluso, han peleado por solucionarlo.

Fueron otros tiempos y ahora no vamos a juzgar a toda una generación. Hicieron lo que pudieron, supieron, les enseñaron y les ordenaron.

Aquí sí que se puede decir que el autentico cabrón era el sistema.

Hombre, había gente más adepta y también menos, pero de parecido pelaje de la que tenemos ahora. Los “caracteres”, desde que los describió Teofrasto hasta hoy, han cambiado poco.

En general, no sé si será la madurez pero, los que me puñetearon, ya me resultan absolutamente indiferentes.

En todo caso yo creo que, para los que vivían cerca del colegio, el tema les podría ser más llevadero pero, los que tenían los padres lejos o con dificultades para coincidir con la visita programada los terceros domingos de cada mes, se enfrentaban a una clausura que iba, desde principios de septiembre hasta el último día de Junio, con una invitación/recomendación como estrambote, de visitar el colegio el cuatro de agosto que, en aquellos tiempos, era la festividad de Santo Domingo de Guzmán.

Ni Navidad, ni Semana Santa ni… etc…, para unos chiquillos de 10, 11, 12….n años.

Los que tenéis nietos de esa edad, podéis hacer las comparaciones pertinentes.

Yo no los tengo, pero tengo un hijo que pasó por esas edades hace ya algún tiempo y no fui capaz de imaginármelo fuera de casa diez meses seguidos, sin internet, ni teléfono móvil, ni Skype, con la misma ropa prácticamente todo el año, en filas, en silencio, pasando más frio que Cascorro, aguantando al ínclito fraile que le gustaba manosearte cuando te confesabas, o la mala leche del otro fraile que, después de haberse tomado un “vete tú a saber que”, le había tocado venir a vigilar a los cuatro pelados que no habíamos salido a comer en el día de visita, o las broncas nocturnas en la capilla por haber hablado en filas u otro pecado similar, o quizás mayor, qué más da.

Sabiendo por otra parte que, la carta que escribías a casa, pasaba por la previa lectura, y censura en caso necesario, del Rvdo. P. Director, amén de la que recibías, es decir, una mierda de correspondencia con tus padres.

Aquí sí que yo pondría un etcétera grande.

Pero ahora estamos en otros tiempos y tenemos toda la vida por delante. Aunque sea la vida de nuestros descendientes y, afortunadamente, es una tarea que compensa, como compensa, por lo menos a mí, el ”conocer del genio de innúmeras gentes” que, pasados por el rasero de la panamera, cuentan sus cuitas y alegrías en este lugar de encuentro en que ahora nos encontramos.

Un abrazo a todos.

Joaquín Urbano -

He leído y reeleido cuanto antecede. Podría formular unas cuantas consideraciones con el suficiente calado, pero considero que ha pasado tanto tiempo que ello ya no tiene, al menos para mi, mayor relevancia.
Pero si voy a permitirme dos acotaciones. La primera agradecer a Fernando M. Box, su gallardía, humildad y coherencia en el tiempo, para escribir y reconocer su comportamiento pretérito, resarcirse y saltar aquellos límites que le eran vetados entonces y que hoy, todos maduros, nos cuenta para reconciliarse y hacer los ajustes precisos que el tiempo, la distancia, nunca el olvido, prevalecen en su conciencia y memoria.
Padre Box, de corazón y con todo mi cariño, muchas gracias.
La segunda acotación va en dirección opuesta. Me duelen los comportamientos antiguos y los silencios presentes de quienes entonces si tenían cercanía, presencia continua, no estaban vetados y, salvo error, no he visto hayan explicitado de la más mínima manera sus comportamientos erróneos, reconocido sus dolosas actuaciones y, en cierta, gran, medida, tienen un reconocimiento que excede notoriamente su proceder pasado. Ciertamente, eso es cuestión de su memoria y de su conciencia.
Por mi parte, señalado lo que quería señalar, acertado o no en mis apreciaciones, no hay debate. El olvido es la distancia.
Un abrazo. Joaquín Urbano.

mariano santiso -

Un abrazo para todos, como siempre en el recuerdo que no en la nostalgia.El tiempo que dejamos escapar entre los dedos...!