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EL COMPAÑERO TRAPIELLO Y LOS ESPAÑOLES DE LA TERCERA

EL COMPAÑERO TRAPIELLO Y LOS ESPAÑOLES DE LA TERCERA

Os invito a leer lo que hoy nos escribe Lalo F. Mayo.

 


 

 

El pasado viernes 9 de mayo asistí, embelesado, he de decirlo, al autorretrato que se hizo nuestro compañero Andrés Trapiello (con el García en medio para evitar confusiones) delante de dos centenares largos de coruñeses (o foráneos aquí asentados, como era mi caso), creo que tan atentos y encantado como yo mismo.

Andrés aceptó la invitación de un foro cultural de la ciudad para hablar de sí mismo, con la disculpa de hablar de su obra, bajo el epígrafe general de "Encontros con escritores. A creación literaria e os seus autores".

 

Con Andrés es posible que jamás cruzara una palabra en el Colegio. Él estaba en un curso superior, con "los del 63", y mi única referencia era su pertenencia a la conocidísima saga de los Trapiello. Lo que no quita (lo de que nunca hablara con él) que la primera vez que oí su nombre vinculado a algunos de sus libros me viniera una sensación de orgullo: "Este estudió en mi colegio". Confieso, no obstante, que no he seguido su carrera literaria como creo que merece. No diré aquí lo que no he leído de él (lista larga, porque la producción es mucha) sino lo que he seguido. Me llegó muy tarde la existencia de su gran obra "Las armas y las letras", pero hace cuatro años la leí de un tirón, y mira que es larga. No recuerdo si era el texto ya revisado (lo hizo en el 2010) pero sí que se trataba de una edición en rústica, con letra bastante pequeña y grabados demasiado pequeños. Tras darle punto final se lo regalé a mi hermano y yo pedí la espléndida edición que hizo el Círculo de Lectores, que es la que conservo y en la que brilla la dedicatoria que Andrés tuvo a bien escribirme el viernes 9; una dedicatoria en la que, en realidad, estamos todos. 

He de decir que Trapiello ha sido el primer compañero del Colegio que tuvo en sus manos un ejemplar de “El álbum de las fotos” , ya que, recién salido de la imprenta el jueves, el 24 horas después se lo llevaba en su camino de vuelta a Madrid. Sabiendo que él es totalmente ajeno a este blog, disfruté su reacción cuando vio la portada del álbum y tras el segundo que tardó en procesar la imagen de Subirachs, su cara mostró el reconocimiento, primero, y el asombro, después, de lo que un desconocido le ofrecía. En la conferencia nos dijo que para él León era el pasado, pero estoy seguro que cada página de nuestro libro, que también lo es de él, lo llevará muchas veces de nuevo a aquellos seis años. Aunque también podría dejar el volumen sin abrir en alguna de sus abundantes y nutridas estanterías. Estaría en su derecho.

 

Y vielvo a "Las armas..."; en este libro, publicado en 1994, Trapiello expone la idea de la tercera España, esa de los que perdieron todo al perder la guerra, pero también la de quienes, pese a ganarla, no ganaron nada. Y da el primer paso para revisar toda la historiografía de la Guerra Civil, que presenta habitualmente un bando de buenos y otro de malos, según una posición ideológica, y una de malos y otra de buenos, según la contraria. De los millones que estaban en el medio y a quienes los revolucionarios de la derecha y de la izquierda les impusieron su particular manera de pensar y les calzaron un fusil para  morir por defenderla, casi nadie había dicho nada. Unos se pasaron cuarenta años "disfrutando" de la revolución ganadora, la nacionalsindicalista, y no precisamente con la frente levantada salvo los elegidos que podían mirar al sol de cara; y los otros, en una dura vida cotidiana en las calles, a la sombra de las cárceles, en el exilio o en las cunetas. Bueno, en las cunetas había gente de ambos bandos. O, si se prefiere, solo de este tercero del que escribe nuestro autor.

 Trapiello amplía su punto de vista sobre la tercera España en el otro libro que he leído de él: "Ayer no más", del que ya escribí algo en este blog, y que también me saboreé con gusto en dos o tres sentadas. En cambio no pude, he de decirlo también, con "Los amigos del crimen perfecto". Prometo intentarlo de nuevo.

 

Vienen a cuento todas estas cuestiones personales (de qué leo o dejo de leer y de a las conferencias a las que asisto) para justificar la tajante afirmación de que la suma de "Las artes y las letras", "Ayer no más",  la conferencia del viernes en A Coruña y una larga entrevista publicada en la última revista "Ínsula" nos muestran a un Andrés Trapiello (vale, pongámosle el García, que a él no debe gustarle) absolutamente desnudo ante sus lectores.

"Esto es lo que hay", habrá dicho el escritor. "Si lo quieras aquí lo tienes y si no, allá tú; por mi parte no voy a mover un dedo más al respecto".

 

Los que por aquí andamos hemos estado más de 40 años sin saber unos de otros. Y quizás no fuera importante que hubiéramos retomado aquellos nombres que dejamos en la Paramera, pero ya está hecho. Tras cada encuentro se van desvelando nuevos detalles de nuestras últimas décadas vividas, aunque nadie pregunte expresamente por ellos. Pues, para quien le pueda interesar Andrés Trapiello, por curiosidad literaria o simplemente por churreteo morboso (he de añadir una referencia a sus 10000 páginas de diarios publicadas), en las cuatro piezas antedichas, cinco si sumamos su "Salón de los pasos perdidos", está todo él tal cual.

Y merece la pena, creo yo.

 

Me permito adjuntaros estos enlaces:

 

http://hemeroflexia.blogspot.com.es/

 

http://www.insula.es/sites/default/files/articulos_muestra/ananadal.pdf

 

Sobre la  mencionada conferencia a la que asistí, en un próximo futuro estará colgada en la página de la Uned en A Coruña y entonces os la haré llegar.

Salud.

 

Lalo F. Mayo


7 comentarios

Jesús Herrero Marcos -

Querido Javivi, ya sabía yo que, además de la máquina de retratar, compartíamos más cosas, muchas más. Abrazos.

José Luis Alcalde Revilla -

¡Un besito y un saludito a Andrés Trapiellito...de joseito chiquitito, el besuconcete!

Mariano Estrada -

Amigo Javivi:

Hubo un momento de nuestra reciente Historia en el que el tema de las dos Españas parecía absolutamente superado, sobre todo después de haber gobernado el PSOE durante tantos años. De alguna forma lo han resucitado o lo han pretendido resucitar, pero yo no veo claro que en la actualidad haya otra vez esos dos monstruos. Lo que sí veo claro es el grave problema del desgajamiento. Ya era patente en la época que yo, modestamente, hice una réplica a ese poema de Machado que tú nos has ofrecido. Es de finales de los ochenta. No es que sea muy bueno, pero dice lo que en ese momento quería decir. Yo siempre creí, ya en esa época, que el problema de Cataluña me parecía más preocupante que el vasco. Pero ahí están los dos, insistiendo en sus hechos diferenciales y en sus particulares y muy excelsos ombligos…

Proverbios y cantares

A Antonio Machado

Ya es tan profundo el bostezo
y ya la muerte es tan cierta,
que el que bosteza es el muerto
porque el que vive no alienta.

Españolito que vives
con hielo en el corazón.
No te lo ha helado una España,
te lo han helado las dos.

Desde las muertes de antaño
a los bostezos de hoy,
las dos Españas son una,
pero las otras, ¿qué son?

Mariano Estrada
Un abrazo

Hipólito Fraguas -

Hola Lalo y compañía
Sobre el Álbum de las fotos ya no tengo nada que decir estoy anonado como otros muchos.
Por otra parte, por fin creo que me aclaro con el misterio que rodeadaba al "Trapiello" que recibió el premio Julio Camba de Periodismo de Caixanova en Pontevedra en el año 2008 en compañía de Santiago Lamas.
Un abrazo a todos.

Javier del Vigo -

Hace ya unos años, tiempo después de cuando la Paramera, Serrat "puso en valor" (qué cursilada la frase, tan de moda entre las castas que nos rigen) un poema de Antonio Machado:

Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

¿Quien alguna vez no la cantó, incluso en la intimidad?

Yo, también. Y cuando leía o cantaba el verso "una de las dos Españas", me posicionaba en UNA de aquellas de cuando la última guerra incivil; y sacaba mis demonios, considerando a la OTRA mala, con rabo, totalitaria, asesina...

Hoy, ya más tibio y casi 40 años después de aquella transición en la que coincidió la mayor parte de una sociedad temerosa de reincidencias, entiendo la frase en su totalidad: "una de las dos". Y concluyo: me libre el cielo de cualquiera de ellas dos, que se miran el ombligo y se desentienden de las "gentes normales"!

Quizá el proceso mío, por caminos diversos o tal vez no tan diversos, es similar al del morlaco que habéis puesto hoy en el foco del blog, Andrés G. Trapiello, de los Trapiellos de León. Por eso, de forma reiterativa y creciente, creo que frente a aquellos dos bandos, "sepulcros blanqueados" en argot bíblico, hay que levantar la Tercera España, una sociedad civil fuerte e ilustrada.

Repùblicana o monárquica. Aunque en teoría creo que somos todos iguales, incluso los reyes, en la práctica hoy ese no es problema de primer orden para mí.

Lo siento, pero así lo siento.

Hoy por acá, junto al Cantábrico, se levanta día de sol. Luminoso.

Feliz día, chavalería!

Mariano Estrada -

Hola, Lalo:

Quiero decir que soy uno de los privilegiados que conocían esta historia que ahora cuentas a todos. Sabía que Andrés (García) Trapiello se había llevado uno de los ejemplares del Álbum de las fotos que te habías quedado tú, sabía que te había dedicado y firmado “Las armas y las letras. Literatura y guerra civil”, y sabía la cara que había puesto al reconocer en la escultura de la portada del Álbum el espacio en el que había vivido una parte de su niñez y otra de su adolescencia. Las edades felices o desdichadas, las edades que no se olvidan jamás.

Andrés Trapiello -ahora ya le quito el García- es un escritor tan prolífico que es dudoso que alguien lo haya leído en su integridad. Solamente el “Salón de pasos perdidos”, que son sus diarios (una especie de novela de su vida), ocupan la friolera de 18 tomos y lomos. Pero es que, además, tiene varios libros de poemas (Por cierto, es de los pocos poetas que no ha abandonado la poesía después de dedicarse en cuerpo y alma a la novela y al ensayo, por lo que la poesía le estará eternamente agradecida). Digo que tiene varios libros de poemas, varios libros de novela, varios libros de ensayo (Las armas y las letras entra en este epígrafe) y varios libros de diversa índole, como recopilación de artículos, antologías, libros colectivos etc.

No es, sin embargo, de los escritores que yo pueda decir que he leído, aunque le haya leído parcialmente, siendo su poesía lo primero que atrajo mi atención sobre él. Por razones distintas, también me atrajo su novela, especialmente aquella que escribió sobre los personajes segundarios del Quijote, titulada “Al morir don Quijote”, por la que obtuvo algún premio.

Digo que no puedo decir que lo he leído porque yo, cuando cogía a un autor que me interesaba, no solía soltarlo hasta que llegaba a los linderos del fin. Y como esto es un poco exagerado, me enmiendo y digo que no lo soltaba hasta que me parecía que ya lo había exprimido tanto que no podía darme mucho más. No es el caso de nuestro compañero, del que he leído más bien lo justito. Y no porque no me interesara, sino porque no me podía partir para llevar dos o tres vidas al mismo tiempo. Hay que tener en cuenta que uno trabajaba en su profesión entre 8 y 12 horas diarias. Y que solo me quedaban los sábados, domingos y fiestas de guardar y los tenía que compartir con la familia, los amigos y la poesía. Bueno, también le robaba un buen tajo a las noches, dado que mi hora de acostarme solía situarse alrededor de las dos de la mañana, por lo menos. Puedo decir sin pecar de falsedad que algunos de los poemas de mis libros están escritos con los ojos entre cerrados y abiertos. Haréis bien en decir que así serán.

Y corto aquí, porque ya me he pasado un montón. Solamente diré que Andrés Trapiello me parece una enciclopedia ambulante, que a pesar de ser prolífico es bueno, al menos en lo que yo le conozco (También he leído muchos de sus artículos), y que en su libro de poesía “Acaso una verdad”, hay un poema titulado “Virgen del Camino”. No es el único que ha escrito sobre esta etapa, pero el título de este poema no deja lugar a la duda.

Un abrazo, Lalo. Un abrazo a todos

Luis Teódulo -

"Y como aún nos quedó un poco de tiempo, improvisamos el ir a la Virgen del Camino. A mi se me aceleró el pulso, pensé, voy a volver al lugar donde fui más feliz y más desdichado, misterio que treinta y tres años después nunca se ha puesto uno a dilucidar por temor a destruir el recuerdo de su felicidad con el recuerdo de su desdicha..."

De "Apenas sensitivo", página 318 y siguientes.