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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

LEBRATO, el recopilador de milagros

LEBRATO, el recopilador de milagros

El veterano dominico y periodista recopila una quincena de extraordinarios sucesos, cuyos beneficiarios achacan a la intercesión de la Virgen del Camino, en un exitoso librito que ya va por su tercera edición .

E. GANCEDO | LA VIRGEN 28/09/2015 (Diario de León)

Dice que lo ha hecho «por puro afán periodístico», y podría parecer una respuesta extraña a cualquiera que no conozca a fray Jaime Rodríguez Lebrato. Porque este padre dominico, dueño de una intensa biografía —llegó a ser confesor de Santa María la Mayor de Roma, pleno Vaticano—, ejerció el periodismo eclesiástico durante gran parte de su vida, escribiendo no sólo en el leonés Proa y en boletines internos de la orden sino también en L’Osservatore Romano, y hasta colaboró con Paloma Gómez Borrero en la retransmisión de algún Via Crucis papal.

Dueño de una personalidad curiosa e inquisitiva, ha publicado diez libros de temática religiosa pero es el último el que está gozando de una creciente popularidad en la basílica de La Virgen del Camino, a cuyos feligreses y peregrinos atendió durante muchos años. Atendió y escuchó.

Y fruto de esa atención y de esos diálogos es Algunos ‘favores’ de la Virgen del Camino, patrona de León, más que un libro como tal, un folleto impreso a golpe de fotocopiadora pero que va camino de agotar su tercera edición —500 ejemplares cada una—. En él, sucesos extraordinarios, curaciones poco menos que injustificadas a juicio de los médicos y hechos «difícilmente explicables por causas naturales» hacen acto de aparición, testimonios en su mayor parte escuchados y anotados por Rodríguez Lebrato o bien que le fueron transmitidos por otros clérigos.

Entre ellos figura el caso de un niño a quien en el pueblo de Huerga de Frailes, en 1951, pasó por encima un carro cargado hasta los topes de hierba y quien apenas sufrió un rasguño a pesar de que las llantas eran de hierro y el peso calculado, de una tonelada.

También la de aquella leonesa muy devota de la Virgen del Camino y emigrante en Nueva York, donde se casó y donde tuvo una hija nacida con graves problemas de salud. «Su esófago y su tráquea estaban conectados a sus pulmones, mientras su estomágo no lo estaba a nada», puede leerse. La única solución era someter al bebé a una operación urgente a apenas hora del nacimiento y con escasas probabilidades de éxito. La intervención duró siete horas y durante todo ese tiempo la madre oraba a la patrona de León. «Aquella niña sobrevivió, hoy tiene 35 años y es madre de dos hijos», consta en el capítulo.

No faltan historias de accidentes como uno de motociclismo de muy aparatosa apariencia y en una concurrida autopista, pero del que el protagonista salió completamente indemne. Anota el padre Lebrato que el motero, muy peregrino, llevaba bajo la chaqueta una sudadera de La Virgen del Camino... Otro de los sucesos se basa en el caso de una niña nacida con el cráneo totalmente cerrado, grave malformación que, tras dos meses —en el transcurso de los cuales la bisabuela oró con gran piedad, según el texto— desapareció para asombro de los médicos.

Pero quizá el caso más extraño sea el de un niño de Jaén, nacido en 1990, quien con sólo un año empezó a llamar a la Virgen del Camino. Decía ver constantemente en sueños a una advocación mariana con ese nombre, y como el chaval insistía tanto, le preguntaron al párroco local si era verdad que existía una Virgen del Camino. «Sí, es la patrona de León», les dijo. Con cuatro años viajó con su familia para conocerla. Pararon en Sahagún a comprar flores, dado que suponían su ayuda divina en la superación de una fuerte alergia. Se lo contaron a la florista y ella les mostró una estampa de la Virgen. «Ésta, ésta es la que yo veo en sueños», saltó el niño, que nunca había tenido delante la imagen. Y en otros dos críticos momentos de su vida salió adelante: uno, cuando le atropelló un camión de butano, y otro, al tragarse una bola de Bingo que expulsó en el preciso momento en que iban a intervenirle en quirófano... algo que tuvo lugar justamente, dice el libro, el día de la Virgen del Camino.

Sin el sello vaticano

Jaime Rodríguez Lebrato recalca que en ningún momento ha querido dar a estos testimonios «ningún valor sobrenatural hasta que la autoridad eclesiástica haya emitido su juicio». El proceso de aceptación de los ‘favores’ o ‘portentos’ como milagros debería nacer a nivel diocesano —cuenta el autor de un librito que se vende en la basílica al precio de dos euros—, y sólo cuando el obispado legionense los acepte, pasarían al Vaticano, cuyas instancias habrán de juzgar si alguno de ellos son dignos de ser llamados milagros.

Por el momento no parece haber nadie interesado en iniciar esos trámites, aunque el propio obispo de León, Julián López, leyó el libro y alabó la idea diciéndole al compilador que le recordó los célebres Milagros de Nuestra Señora, de Berceo. Rodríguez Lebrato, por su parte, ha cumplido. «Me daba pena que se perdieran todas estas historias».

3 comentarios

Salva -

Milagroso, y digno de constar en el sumario, tiene que ser el haber sobrevivido un año tras otro a las sesiones de gimnasia en aquella recreación congelada; al permanente mal genio de frailes como el P. Tascón, al ojo que todo lo ve y al Oído que de todo se entera,uno de cuyos máximos exponentes fue el P.Huarte, o a muchos de los menús que nos preparaba -supongo que guisaría con lo único que habría- la Madre Gregoria. Milagroso y, en lo que a mi respecta, con propiedades inmunológicas para lo que luego vino. Que tampoco fue para tanto, hombre....

Luis Heredia -

Hola, Molpe. A veces pienso que el trabajo es parte de la vida y el milagro no se puede o debe disociar.

Muchas veces decimos que vivimos de milagro y es literal el sentido de la expresión y nada figurado.

En mi caso tengo que reconocer que el milagro también se ha producido y por partida doble: en el trabajo y en la vida por seguir dando la lata. Pero la duda que tuve siempre y sigo teniéndola es a quién le atribuyo el milagro.

Yo siempre tendí mucho a repartir entre todos y todas aquellos y aquellas la gratitud de haberme concedido tanto y además sin merecerlo muchas veces.

Seguro que, entre tantos se encuentra nuestra Virgen del Camino, a la que tuve tan cerca durante cuatro años y a la que he de agradecer que me haya marcado desde entonces mi camino. Pero también tuvieron y tienen su mérito los Padres que fueron y tendrás la fortuna de saludarles este fin de semana.

De paso, que lo paséis muy bien y dales un abrazo a todos y las gracias que se merecen.

molpeceres -

Tengo una fotografía debajo del cristal da las mesas del despacho en Valladolid y en el pueblo y otra en el parasol del coche y como no podría ser de otra forma en mi corazon y siempre en mi recuerdo y no me cabe la mas mínima duda que desde siempre me ha iluminado en mi trabajo y protegido en mi vida que no es poco milagro.
molpeceres