Blogia
Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

PARA QUE NO TE OLVIDES

PARA QUE NO TE OLVIDES

12 comentarios

isidro cicero -

Amigos, todos estos pecados van contra la virtud de la templanza, lo mismo que los de la lujuria y sus derivados, que is predicaré en otra ocasión.
Tresnado es lo mismo que bien cuidado o bien atendido. Había por aquí un canónigo que murió viejo y solía decir: "Tengo yo curiosidad por saber cuánto puede durar en este mundo un cura bien tresnado.

Luis Carrizo -

¡Qué barbaridad, Cicero! Qué prolija precisión de entomólogo moral la de este Fray Pablo. ¿Podríamos considerar, entonces, a la luz de esta doctrina, que peca ya de alguna manera quien propugna que vale más ser borracho conocido que alcohólico anónimo? ¿Podríamos, igualmente, catalogar como capcioso el apotegma que predica (es un decir) que a tentación de bragueta, cuartillo de vino? ¿Sería, ay, también, moralmente reprobable, en razón de estos aludidos principios, hacer lo que hicimos con el chuletón de cerca de dos kilos que nos sirvieron en El Capricho, Plaza de San Marcelo, León (Spain), al día siguiente de tu ilustrada presentación de mi libro, para celebrar gozosamente dicho acto y el fraternal encuentro que propició? No me respondas a esta última pregunta.
Y eso de "tresnados" ¿es montañés o lunfardo?

JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS -

Amigo Isidro, has de decirnos de donde coño sacas tanta sabiduría; no hay más remedio que felicitarte por lo mucho y bien que lo dices. ¿El Fray Pablo de León que citas es el junior o el senior? Yo me he leído a fondo al P. Getino y por él se que hay dos, uno de ellos tuvo la osadía, siendo de León, de venir a fundar el convento de dominicos de Oviedo. ¿Acaso no tenía bastante terreno en León? Me leí a Getino invitado por Pedrín, experto en él y en sí mismo.
Por otro lado, vería con buenos ojos que cada vez que los de la paramera se reúnan les recordarás los pecados que se pueden derivar de las "farturas" a las que acostumbran. La eternidad eterna es muy larga. Chemary debería mandar una circular a todos y cada uno recordándoselo.
Aprovecho para recomendar la lectura de Fray Pablo a dos amigos, JS del Barrio y Chochin del Fresno, éstos, con sus holganzas, pueden ser candidatos a esa eternidad eterna en las calderas. Este es un aviso público y proactivo.
El libro de Fray Pablo se titula" GUÍA DEL CIELO", best seller de la época.
Abrazos

Vibot -

*

Isidro Cicero -

Sé cosas, sé cosas... ¿Y todas las que me callé, qué, Luis Carrizo? Me dirás que el jueves estuve perorando casi una hora y que, si no se me corta, por las trazas vistas hubiera continuado hasta el sábado 5 por la mañana. ¿Qué habrías dicho tú, querido amigo, si, ampliando las cosas que sé, me pongo a exponer las que he aprendido del maestro predicador fray Pablo de León, que con tanto aviso nos aleccionó no solo sobre el vicio del comer que llaman gula, sino también y con detalle, sobre las cinco hijas pecaminosas de la gula que se desatan todas en las cenas que siguen al día de la matanza?
No las dije el jueves, con lo que poco contribuí por esta parte a la edificación moral de los leoneses. A quienes cuanto más frecuento, muy más tresnados hallo y de mejor año.

Mira, Luis, y para que en lo sucesivo lo tengas en mientes, debes saber que la gula efectivamente puede no ser pecado mortal. Pero, eso sí, puede causar grandes pecados: El más común es el de comer a destiempo. Y caen en él todos esos que andan picando aquí, allí y más allá a cualquier hora y desde luego, antes de la hora acostumbrada y normal. Hasta comen a media mañana. Los ves ansiosos, porque no acaban de ver llegar la hora de comer. La misa se les hace larga; el sermón, eterno, ni te cuento lo largo que se les hace el sermón.
Luego vienen los que comen demasiado. O por decirlo con palabras del propio fray Pablo: Comen mucho más de lo que les cumple. Comen mucho por la delectación del comer. Suelen ser hombres tragones que nunca acaban.
En tercer lugar están aquellos que en el mesmo comer, tienen un deseo y un ardor desesperados, nunca se ven hartos. “Comen a dos carrillos, comen con los ojos, comen con las manos; sin mascar, lo tragan; no han comido un manjar y ya están pendientes del siguiente. Lo preferirían todo junto y al tiempo. La prisa que se dan, es como la de los puercos cuando viene el que los echa de comer. No se dan a manos.
El cuarto lugar es para los que nunca se contentan de la comida normal, sino que buscan manjares exquisitos. No les faltan perdices, faisanes, cosas que no se pueden conseguir fácilmente. Ponen en esto más interés que en cualquier otra cosa. Lo cual es señal de gula exagerada y deseo de haber placer en el comer.
El quinto es poner una atención exagerada en lo guisar. Hay personas que las ves guisar y hacer nuevas recetas y nuevos guisados y te produce asombro. Todo lo trafulcan, lo que hacen no es ni cocido ni asado, está como revuelto y trafulcado y no veas la maña que se dan en echarle luego, sal, especias, caldos. Tan pronto lo asan como lo comen frío o caliente. A veces lo hacen con vino. Es de curioso que pueda haber cocineros que lo basten.

Puede se que la gula no sea pecado mortal, pero de ella salen cinco hijas que sí son pecados;
La primera es la inepta leticia, que es una desordenada alegría. Después de comer y beber suele haber música, bailes, danzas, juglares, truhanes, juegos. Esto se debe a que de mucho comer o beber se causa un placer en el hombre desordenadamente y este placer produce reír demasiado y mostrar más alegría que lo que es menester.
La segunda es la escurrilitas y es esa manía de hacer gestos, actos provocativos, meneos, decir palabras sucias, hacer farsas deshonestas, simular representaciones sexuales y otros vicios que mejor es no mencionar
La tercera hija de la gula es la inmundicia. Se hartan y luego todo se vuelve toser y escupir; echar cosas por la boca y por todas las demás partes del cuerpo. Después de comer o cenar así, el cuerpo es como una tinaja de inmundicias y las suelta. Los suelta todas, incluidas muchas poluciones nocturnas e incluso diurnas.
La cuarta es la incontinencia verbal o el mucho hablar. Después de comer los hombres hablan más que antes de comer. Y más desordenadamente.
Y finalmente, comen y cenan y de ahí viene una gran torpedad en el entendimiento. ¿Y por qué es eso? Pues porque los humos se suben a la cabeza, todos están turbados y hasta lo ojos se les turban. Estos tragones, aunque estudien tres horas seguidas, no lo aprenden. Son como cestos que solo hacen dormir. Estos que cada hora comen no valen para estudiar. Están gordos como tocinos.

Vibot -

Pues ya enseñaréis fotos y, a poder ser, vídeos.
Dicen que los libros tienen una cierta vida propia y encuentran su camino y acaban en las manos que desean.
Le deseo al tuyo el mejor viaje, de acá para allá mejor que quieto. Mientras esté su padre no le faltará quien le empuje.
Enhorabuena, Luis!

Luis Carrizo -

Pues bien, ya hemos cerrado el ciclo. Ahora dejamos abierta la veda.
Isidro Cicero bajó de Santander con la lección muy bien currada y nos deleitó con sus sabidurías, acerca de la mantanza del chon --que es como le llaman al cerdo en Cantabria-- y de todos los beneficios colaterales que de semejante matanza se derivan.
Con los nervios y prisas del final olvidé comparar a Cicero, en mi breve intervención, con un personaje celiano que impartía doctrina y enseñanzas a sus asentidores de un café madrileño. Este caballero, de cuyo nombre no quiero acordarme, solía acabar sus documentadas peroratas tal que así; "¿Qué? ¿sé cosas o no sé cosas?" Así tenía que haber terminado su intervención Cicero.
También Pedro Trapiello nos acompañó en la mesa, para darle, si hubiere cupido, más lustre al acto, con unas palabras amenas y gozosas, muy en su estilo.
En la sala un buen puñado de compañeros, con los que, terminado el acto, nos reconfortamos a la manera leonesa, y a los que agradezco muy cordialmente su presencia. No paso a relacionarlos por aquello de los olvidos, pero deseo significar la presencia del furri (mi equipo de asesores de imagen me instan vivamente a hacerlo), a Javier del Vigo que bajó también de las montañas e hizo muy buenas fotos, y Joaquín Bandera a quien hacía muuuuuuuuuuuuchos años que no veía lo cual non fue óbice para que yo lo reconociera aunque metiera la pata hasta el corvejón cuando me interesé por ciertos extremos de su vida privada.

Javier Cirauqui -

Espero, Luis, te vaya todo bien en la presentación. Quiero un libro ya me dirás como, cuando, donde y cuanto tengo que mandar para recibirlo. Un saludo. Javier.

Pedro Sánchez Menéndez -

Gracias, Luis. He recibido tu libro. Lo tengo sobre la mesa para leerlo enseguida y con deleite. Gracias también por tu dedicatoria. Agradezco tus alabanzas, que casi me abruman. Yo, por mi parte, admiro en todos vosotros la intensa vida cultural que acumuláis y que manifestáis en la edición de vuestros libros. Gracias de nuevo por tu regalo. Pedro

Luis Heredia -

Querido Luis, precisamente esta misma mañana me ha llegado el libro.

Cumpliré con el deseo de tu dedicatoria.

Te recomiendo que para tomar notas y sacar apuntes de Isidro utilices una grabadora porque cualquier renglón o idea que te falle te mutilará el resultado.

¡Vaya suerte que tenéis con un presentador de tal altura¡ Para si lo quisieran otros escritores que no os llegan a vosotros ni a la suela del zapato.

Disfruta de ese día tan feliz que vas a tener y que me perderé para desgracia mía.

Vibot -

¡Eso, tú afílame los dientes que sabes que no puedo acercarme!
Que lo disfrutes mucho y que los paséis muy bien todos.
Feliz día.

Luis Carrizo -

Gracias, furriel. No sabes cómo te agradezco este recordatorio.
Yo os recuerdo, a mi vez, que la presentación,que va a ser para tomar notas y sacar apuntes correrá a cargo de Isidro Cicero. Ahí lo dejo. Pedro Trapiello, que también nos acompañará, intervendrá breve y gozosamente, como es su costumbre.