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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

FOTOGRAFÍAS DE ALFONSO LOSADA -2-

FOTOGRAFÍAS DE ALFONSO LOSADA -2-

Creo que es de finales (año 58-59 ), yo estaba en 3º, y ésto sería una entrega de premios: Arrodillado en el centro Losada, solo conozco a los frailes.

Alfonso

 


 

De  mi cosecha: en el centro el P.Eulalio Calzón y a la derecha, ¡och!, el p.Enrique.

5 comentarios

Alfonso Losada Vicente -

Hola, Vergara:
Gracias por molestarte en ponerle nombre a los que aparecen en la fotografía.
Yo no tengo perdón(soy un desastre) Me da vergüenza de no acordarme de más de una docena de compañeros por el nombre. Menos mal que hay compañeros muy observadores y con gran memoria, y es que han pasado muchos años.
Un fuerte abrazo, y repito:
Gracias

Losada

Carlos Vergara Menéndez -

De pie: José Carlos Fernández García, Manuel Muñiz Álvarez, Miguel Moreno Ramírez, Antonio Vespertino Rodríguez Rodríguez, fray Alfredo Martín Rojo, y (+) Humberto Álvarez García.
Agachados: ¿?, Alfonso, José Antonio Sánchez Campos.
En el santoral de la época se celebraba Santa Eulalia de Mérida el 10-12 (¿?) de febrero y fray Eulalio C. Ruíz presidía la entrega de premios de la semana deportiva. Solo es una opinión.

Alfonso Losada Vicente -

Perdón Josemari por no haberte mencionado antes; ten en cuenta, que el
P. Enrique era el complemento del P. Pedro,
uno tenía que hacer de "malo" y el otro de "bueno", pero en el fondo los dos eran buenos;
Pedro era mejor, Enrique algo peor; las circunstancias lo requería,
¿Qué hubiera sido de la chiquillería? Una jaula de
grillos. Mejor como fue, así, gracias a esa disciplina,
hemos conseguido una educación decente.
Un abrazo.
Losada

Alfonso Losada Vicente -

Estimado, Santamarta:
¡¡Qué relato más exacto y preciso de las alpargatas y su zapatero!!. Me he reído con ganas según lo iba leyendo, sobre todo, por el tono que observo.
Eres un artista (como otros compañeros) por cómo,
relatáis los hechos.
Yo, no era de los privilegiados, era de los que siempre jugaba con alpargatas ( era pobre ), y antes de salir a jugar, las empapaba en agua, y además, pisaba de puntillas, para que el piso de las alpargatas aguantaran más por el roce del suelo tan abrasivo.
Mis primeras botas de futbol me las regaló uno de mis tíos, pero ya no estaba en los Dominicos.
Cuando nos veamos en alguna reunión ya hablaremos más en profundidad, aunque no soy de palabras fácil.
Un fuerte abrazo.
Losada.

Santos Suárez Santamarta -

Aunque sin la innovación de la punta Relevé de las actuales zapatillas de Ballet, obsérvese el calzado bailarino-deportivo de última generación con el que erosionábamos el delicado terreno de juego en nuestras competiciones atlético deportivas y que luego se custodiaban en aquellos asépticos y perfumados cofres de madera que eran las cajoneras de la sala de recreo cubierto.

El solícito y amable P. Procurador proveía con demasiada frecuencia -previo descuento del importe correspondiente en la libreta de contabilidad- de unas alpargatas de basta tela azul y suela plana de esparto, entreverada con unos hilos de alambre que le daba consistencia. Y con que las que había que evolucionar en el terreno lúdico “dándolo todo” y sudando la individualizada camisola de diseño exclusivo, durante aquellos anhelados, aunque siempre escasos, recreos vespertinos.

Compañeros había como M. A. D. Huerta (visto en la foto de la selección anterior), cuyas alpargatas -estrenadas el comienzo de un partido- se negaban a resistir hasta el momento del pitido de final. Y ello tanto por el ardor, la potencia y la técnica de quien las calzaba como por el roce y la fatiga de sus materiales de artesana fabricación.

Recordado Alfonso, dada tu pasión futbolera de entonces, de la cual guardo alguna memoria, así como tu ímpetu y buen hacer futbolístico, ¿fuiste uno de los pocos privilegiados que llegaron a calzar botas reglamentarias o eras de los que se dejaban todas sus pesetas y reales, en la Procuración a cambio de aquellos pares de alpargatas de loneta y esparto?