...Y LLEGABA EL FIN DE CURSO Y ... LAS NOTAS .
Resultado de la minuciosa observación del documento que ilustra este artículo:
-El padre Prior sigue apareciendo como Fray Eulalio C. Ruiz: llevaba mal lo del primer apellido.
-Las notas se llaman Calificaciones.
-Felicita a los padres por las notas del hijo: y el pobre Enrique ¿qué?.
-Preciosas letras y preciosos números del P. Iparraguirre: ¿alguien ha mejorado sus “M” mayúsculas?.
-Conducta Muy Buena y Religión 6,5: ¿Cómo se casa esto?.
-Urbanidad 10: ¡eso sí!, os puedo asegurar que Enrique sigue siendo igual de limpio y educado.
-Educación Física en blanco: debió ser cuando se rompió un brazo al caerse de una silla a la que se había subido en la Sacristía de la Capilla para coger el vino de Misa, que lo sé yo.
-En el curso ocupa el lugar: sospechosamente no pone nada y en el original se nota un profundo raspado, ejem….
-Final de curso el 29 de Junio: como hoy ¿verdad?.
-Fijaos que ya no teníamos CEROS: precursores hasta en eso.
-¿Qué me decís de lo de Apostólico?. Me sonaba a guerrero romano…
-Y todo lo que yo no haya visto y tú encuentres y detalles en un comentario.
Recuerda Javier Muñiz "el ministro" en el DICCIONARIO DE LA MEMORIA:
VAAAAAAGO REDOMAO!, ¡RAAAAAABO DE LAGARTIJA!, ¡CHAAAAARLATAN EMPEDERNIDO!". Retahíla que escuchábamos todos los años durante la lectura de notas, que se realizaba en el teatro ante la presencia de todos los profesores y alumnos de los 6 cursos. Dicha"coletilla" era proclamada, con un énfasis sin igual, por parte del P. Eulalio (P. Prior), cuando tenía que halagar el oído a algún alumno que había "suspendido en conducta" ( lo que conlleva suspender todo el curso), o su comportamiento no había sido precisamente ejemplar. El alumno, tembloroso, se ponía de pié y ante "todo el colegio" escuchaba impasible el "rapapolvos".
40 comentarios
antonio -
Andrés Martínez Trapiello -
HAY AMORES QUE MATAN.
Para pernoctar, tienes la Residencia de Santa Luisa, dependiente de la Diputación: Todo mujeres con edad media de 85.
Javier del Vigo -
Sé que el verano es siempre dispar; que significa romper esquemas; horarios; rutinas...
Vale, hermano! Pero óyeme: aquella magnífica idea que te surgió, -consecuencia de tu prejubilación, aunque todos tus organismos funcionan a la perfección y los "desgastas" como quieres-se está haciendo grande. Como tus hijos. Como nuestro tiempo.
Y óyeme: las neuronas que has gastado en este "invento" se te multiplicarán, igual que los panes y los peces. O fue el vino? Leches, mi memoria!
¿Qué quiero decirte? Que deberás pensar en otra forma de acceder a tu blog. Sencillamente. Esto es ya una selva; maravillosa, llena de portillos, de recuerdos, de gentes, pero selva impracticable...
Muy difícil de dominar, imposible de transitar sin la brújula de ese tiempo que sólo teneis los bellos muchachos prejubilados con todas las neuronas brillantes!
Por qué esta filípica? Fíjate, hoy, 22 de julio, he hincado mi diente visual en este portillo; he bajado hasta el final y me he encontrado con Julio Correas, quien, casi nada más llegar a la verde Canadá, escribió acá, y me nominó! ¡Me nominó sin respuesta por mi parte!
Quizá Julito se crea que no le he respondido porque seamos de "redes educativas" en competencia. Y no es eso!
O porque él era un buen portero y a mi me metían los goles -todos- por la escuadra, ya que mi deporte fundamental fue "mental". Del otro, del de las "ligas" de media tarde, que coordinaba el ya mil veces mencionado Torrellas, no creo dejé rastro. No lo dejé, en verdad!
...O porque Julio se va cada verano de vacaciones "pagadas" y yo, este verano, me he quedado entre Cantabria y Burgos, con bocadillo y bota de buen vino como toda "excepcionalidad" veraniega...
En fín, Julito: no te he visto hasta hoy, ahora, recién comido, en este domingo del mes homónimo que se nos va...
Y que sepas que sólo tengo ganas de que llegues de nuevo al fresco Cantábrico, porque, así, llegará antes el otoñal octubre. ¿Entiendes? No es inquina contra tí, no!
Por cierto, farolín, Julio: al San marcos. Hala! Pareces bilbaino y eres SOLO un hijo egregio de la capital del reino, devenido a profe en las frescas brisas del Cantábrico; asturiano, por tus tus partes. Vasco-cantabrón en las mías!
Lo digo porque yo voy a ponerme, entre otros, de acuerdo,con Mariano Estrada. Tras las celebraciones "oficiales" habrá que seguir la juerga segundo a segundo! Es tan fugaz el tiempo! Es tan importante re-encontrar a viejos compañeros que aún supervivimos... Tenemos que apurar tanto el escaso tiempo del reencuentro!
Tu verás, Julio.
Y ya puestos, se me ocurre: quizá haya dos opciones distintas, que no distantes, en el próximo re-encuentro: la de aquellos que vayamos solos y pernoctemos; la de aquellos que vayais con pareja y pernocteis. Hay otras, claro. Pero ahora no las tengo en cuenta. ¿A dónde voy? A que quien no sepa qué hacer en la noche, quizá podamos charlar del pasado, como vejestorios. A quienes lleveis compañía, la noche os hará libres! Nihil obstat, que diría Mariano!
¿Me entiendes, Julito?
En todo caso y por acabar: No te he visto, Julio, hasta hoy. Perdóname, si pensaste cosa distsinta. Nada más lejos de mi intención. Sabes que te quiero por ser del mismo curso y porque la vida,luego, nos hizo colegas de una misma profesión, bella y difícil; mal pagada y bastante mal considerada!
O peor aún: muy bien considerada "de boquilla", pero en la práctica, denostada y poco "valorada".
O qué?
Josemari, furriel querido: espero que hayas decidido qué més es en el que tomas vacaciones, prejubilado!
Más que nada, para que Andrés M. Trapiello pueda dormir a gusto. Saber es un grado; siempre! Pero no eches en saco roto la posibilidad de "agiornar" la forma de entrar al blog. Es tan grande la selva! Y es tan corto el amor...!
Si alguien más me lee aquí, que haga la ola! Si solo me lees tu, Josemari, sepas que te quiero!
Julio Correas -
Mariano, Javier del Vigo, Iturriaga (hermano pequeño de tu hermano??), Oscar, Pepín, Olóriz, etc hablando de educación a mis espaldas, durante el mes de Junio?
Juan A. Iturriaga tan sólo decirte que te agradezco tu opinión. Recuerdo que una de las primeras frases que escribí en esta blog era mi sentimiento de una etapa de luces y de sombras. Me has hecho recordar. No sé si es bueno. Algunas de las cosas que me devuelves a la memoria se me han hecho tan vanas y fútiles como los falsos recuerdos o los olvidos intencionados tras una mala borrachera de anís.
Tan sólo un hecho ¿Te has fijado en los silencios de las miles de entradas de esta blog? Todos hemos omitido nombrar a quienes no hemos querido. Y coincidimos!!! Ese es el infierno del educador!
Llevo 32 años de profesor en mis espaldas, muchas llagas que intento hacer cicatrizar con aceites de ilusión y de esperanza y te aseguro que lo único que me mantiene vivo es saber que mis alumnos me quieren! (Por supuesto, no quiero ser papanatas, sólo un 95 por ciento).
Mariano : eres un fenómeno. Déjame que copie y pegue tus palabras son exactas.
Pero ahora todo esto ha cambiado. Un día, en un pequeño conflicto entre maestro y alumno, un padre se colocó ciega e irracionalmente al lado de su hijo: Usted a mi hijo no le levanta la voz Usted a mi hijo no le toca Usted a mi hijo no le castiga Usted a mi hijo, tal Usted a mi hijo, cual Usted a mi hijo. Todo esto de forma brutalmente sentimental, a menudo hasta sensiblera. Tal vez incluso primaria y, como digo, irracional. Ahí empezó el acoso. Los espacios se fueron acotando, los maestros se fueron retrayendo. Los niños se percataron de su poder... y lo ejercieron. Lo demás está ahí, con variantes, a la vista de todos. Niños subidos a la parra y maestros sumidos en la impotencia y cargados de inhibición y de depresiones. Éste es el panorama. Quien tenga ojos que vea. Los maestros lo saben. Los políticos lo saben. Pero a ver quien le pone ahora el cascabel al gato
Tan sólo disiento de tu opinión benigna de la enseñanza privada, QUE SUFRO EN MIS CARNES. Es más de lo mismo, pero padeciendo la insolidaridad de la empresa, que lejos de cualquier corporativismo te deja solo ante la adversidad, padeciendo la injusticia de unos salarios y horarios de trabajo inhumanos con el fin de tenerte amarrado por los huevos. Y te lo digo desde el prisma del que ha trabajado, dejando hasta los pelos en la gatera, en todos los puestos posibles: desde el de director de sector y Jefe de Departamento, hasta el de mero profesor quemado, apelativo que te endosan cuando eres un profesor caro por los trienios, la antigüedad y la categoría de doctor o licenciado y deciden que es mejor que te pague La Administración. A partir de ese momento, sólo te queda, si tienes valor y ganas, los tribunales de justicia y aguantar hasta la jubilación.
Javier del Vigo, compañero. Me siento cual cucaracha rastrera cuando te leo. Seré yo la cucaracha ya no puede caminar. Porque le falta, porque no tiene las dos patitas de atrás?. Si amigo, yo también soy cojo, pero me niego a recordar a Franco y a su estirpe de represión y adulación. Prefiero recordar a mi querido profesor Tierno Galván con quien tuve la ocasión de departir y compartir mis deseos de libertad cuando yo todavía no sabía que mi futuro estaba en la docencia. Y menos aún en los Jesuitas. Ya te contaré.
Enrique, viejo amigo ¿dónde andas? Estoy de acuerdo contigo en que, dada nuestra provecta edad, o somos capaces de adecuarnos a la diacronía o nos podemos volver locos. Mejor miramos hacia el futuro, desde el presente y paso de maniobras!!
Y acabo, que me he pasao! Que aquí son las 6 de la tarde y para vosotros la una de la madrugada. Me quedan seis horas más que a vosotros!!!!!
Un fuerte abrazo a todos
Julio Correas
Rufino González -
un abrazo
Rufino González -
No es mi mundo habitual, pero, porque si se quien eres desde mucho tiempo, me he sentido muy bien leyéndote y sin duda ha sido entretenido y enriquecedor.
Confio en veros a todos, por supuesto a Iturriaga. No comparto muchas de sus opiniones y sin embargo si que he vivido y "sufrido" otras que por supuesto me merecen los mismos o peores juicios. No obstante, quiero dejar constancia de que al menos en mi caso ha significado más lo positivo del esfuerzo, el deber, el respeto, honor, la palabra...
De religión que queda...? Pues en mi caso creo que poco, pero nunca he perdido el respeto al prójimo y aquello de "haz bien y no...."
Supongo que entre mi abuelo y el colegio se encargaron, porque lo que se dice por cosecha propia...
Imagino que ves a Pedro,tu hermano, salúdale de mi parte y si en algo puedo serviros.. yo tambien estoy ¡a la orden!
Andrés Martínez Trapiello -
Yo también te leo.
Y -sin falsa humildad- no pensé que las letras que escribo, una tras otra, tuvieran algún interés. Me alegra. Porque, si hay algo positivo en el blog, es hacer feliz durante unos minutos a alguien mientras los lee. ¿No estaría ya justificada "la movida"?.
CUARENTA MIL ENTRADAS en el blog, han podido ser muchos minutos de alegría para mucha gente.
Espero, Santiago, que nunca te aburra.
Javier del Vigo -
"Javierdelvigopalencia amigoagridulcebenditobandidoconstante capazdivertidodidácticoenvidiableescribiente frecuentefuertegiganteganadorhermanohistórico imaginadorilusionantejavierjuguetón kilogramokorazonlejanoluchador monstruomaestroniñonubladoosado ocultopaternalpalenciaqueridoqueriente revueltoradiantesincerosonorotremendotunante utilunicovigovalientexeitoso xibaritayuppiezascandilzalamero..."
¿Quien dijo zalamero? Comprenderás que no tengo tiempo de comentar cuantos "adjetivos" me aplicas, Enrique, porque el tiempo no es como el chicle.
Entre tu y yo, Quique -ahora que nadie nos ve-: hay bastantes de esos adjetivos que me halagan, más allá de la egolatría; incluso pudieran ser una falsa impresión por mi parte y por la tuya.
Gracias, chaval, en todo caso por gastar piel de tus dedos, dándole a la tecla hasta componer esta sucesión sin fin de palabras, hilvanadas en torno a un ser tormentoso que tienes en la memoria de hace medio siglo!
Oye, es bonito eso de "tremendo tunante". Otros también, claro!
Por ahora, me conformo, tremendo tunante, Enrique, con contar a cuantos esto lean que te he visto en foto "gorda" y actual, agarrado a un semáforo, (sin botella, lo juro!)delante del santuario de la Virgen del Camino. Curioso: mi imaginación te echó un poco hacia atrás y pelín arriba. De inmediato, fuiste bronce. Te habías encaramado en el pórtico, entre Santiago Cebedeo y Judas Iscariote. La mejor estatua, el más grande de los apóstoles... Tu, Enrique Muñiz Iglesias, mi apostol preferido...
Hala, jodete! Onde lasdan las toman, bonito! Y tu me gustas para apostol. Das la talla!
santiago rodriguez -
Muchas veces he leido articulos tuyos en distintos medios, sin pensar que habiamos pasado por la misma fuente, yo antes que tú;la primera información me la dió el P. Iturbe; si antes los leia con gusto ahora seguramente con mayor satisfación.
Desde luego, tal como indicas en alguna parte las vivencias recibidas, yo ahí y en Villava, tu creo que solo en La Virgen, creo que nos unen a pesar del desconocimiento fisico que espero deje de serlo en Octubre.
Te voy a dar un ejemplo, siempre he sido un enamorado y un apasionado jinete sanfernandino de la ruta Jacobea, pues desde que hace unos días años me puse en contacto con Arenas me ha llevado a la investigación de este tema. Temo que ahora vaya a sentir simpatía por el BarÇa, cosa que nunca he tenido, al menos en Balonmano, ahora que se ha ido Manolo Cadenas
Andrés Martínez Trapiello -
Efectivamentelo has captado. Jamás he puesto en duda tu inteligencia. De otros enredos... a nuestra edad.
QUERIDO JUAN A. ITURRIAGA:
El espíritu de este blog no es otro que el de reencontrarnos una serie de chavales que tuvimos que convivir en una edad que nos marcó a todos.
No se trata de que prevalezcan unas opiniones sobre otras, y todas son respetables: También las tuyas.
Deseo volver a verte ya en el blog.
Enrique Muñiz-Alique Iglesias -
pues que anoche llegué de largo viaje y que después de actualizarme en el blog quise creer que ya venías y hoy te estuve esperando con dos cervezas fresquísimas hasta que tuve que asistir a la nueva reunión con el prior de la que se os informará en cuanto llegue el furriel playero.
Al volver a casa y releer tu saludo, compruebo que te falta la confirmación de que quiero que vengas y que te espero. Pues ya lo sabes: pero avísame con tiempo porque la carretera y yo somos inseparables.
Por correo directo a tu mail te envío foto que deja constancia de lo ocurrido.
Un fuerte abrazo y mis anticipadas disculpas por la tonta seguidilla y por si apenas he acertado con algún adjetivo.
Javier del Vigo -
Perdona la necedad, pero toma un consejo: ahora que entramos en edad "adulta", no se te ocurra quedar "a la orden"; ataca, que es la mejor forma de que se crean las "contrarias" que nuestra fortaleza va en aumento, las muy ingenuas... Bueno, se lo crean o nos tengan supercontrolados, tu fanfarronea, -como hago yo-; algunas veces, hasta hacen como que se lo creen.
Bienvenido al club, Pepín. Comparto, además, tu ejemplo sobre la teoría de la relatividad y el deseo de volver a leer al recalcitrante crítico y revolucionario abogado Juan Antonio.Incluso de verte, Juan Antonio, en octubre.
Andrés Martinez Trapiello, amigo: ¿Enredar? ¿Enredar, dices...? Mira, entre tu y o, ahora que no nos oyen ellas, "las contrarias": ¿nos queda mucho más que enredar, ya? Por supuesto que, además, me encanta. Procuro hacerlo hasta límites "políticamente correctos", siempre en la frontera. Si alguna vez me paso, decídmelo y prometo "propósito de enmienda"...
Creo saber, Andrés, que no es este el caso. Tu intención fue lanzar balones para que siga el baile. ¿O no te capto correctamente? Si acerté en el diagnóstico, amplío el asunto. Los detalles de aquel tiempo -es verdad- van apareciendo conforme unos y otros vamos dejando escrita nuestra versión de la historieta. Yo no recordaba ya que teníais -teníamos- la obligación de estar en la misa de 1. Gran putada (con perdón), ciertamente! Pero al leerte, si me he recordado que yo no controlaba la morriña de quienes os reintegrabais a las rutinas del colegio; sí me he acordado, sin embargo, que, al veros en el rosario vespertino al que aludes, un servidor os miraba con pizca de envidia. Volvíais de "la civilización", de un ambiente familiar, de un mundo que veíamos desde detrás de la cerca... Y no se me ocurrió nunca pensar que también traíais vuestra cruz a la espalda.
Siempre se aprende algo, cuando se echa la vista atrás.
Por lo demás, en esta tarde de chaparrones tórridos por la orilla del Cantábrico, decirte, Andrés, que también te sigo leyendo. Y que no me extiendo, porque los vascos hemos iniciado los primeros esa "cosa", la selectividad; y me quedan unos 50 exámenes por corregir de aquí al lunes. No quisiera yo que por explayarme aquí, dedique un minuto menos a leer las necedades de historia que muchos de nuestros jóvenes -18 añitos, quién los pillara de nuevo!- cuentan del pasado reciente.
Os pongo la última perla que he leido. Una pregunta era "Pais Vasco en el franquismo". Un párrafo de una respuesta, ni mejor ni peor que otras: "Adolfo Suarez, con su partido, el PCE, lideró el cambio a la democracia" Dichosos ellos, que solo saben de aquellos tiempos que nosotros "vivimos" por los libros de historia...
Finalmente, Santiago, recibido el mensaje. Más adelante, me pondré en contacto contigo. Ahora ando demasiado liado. Pero en acabando junio, -recuerda: soy de la enseñanza- tendré más tiempo! De cualquier forma, creo recordar que una de mis "direcciones email" ha colgado ya Josemari en la página correspondiente. Junto a aquella, por si a alguien le apetece, os brindo esta otra: javierdelvigo@gmail.com
Abrazos, muchachotes!
José García Gómez -
Son las 22h. en Canarias y, a esta hora, en la Península, el alma se serena y se toman importantes decisiones...como es conectarse al " Blog de Blog´s ".
Va siendo hora de que entremos más danzantes en el baile y a ello hemos de animarnos. Como tenemos tiempo acumulado sin consumir, habréis de disculpar la extensión de la homilía.
¡Rediez chavales! No podemos negar que somos ex-A.O.P. (Aspirantes a la Orden de Predicadores ¿recordáis? ).
La mayoría quedamos en aspirantes y, al casarnos, en un permanente "a la orden", pero ya veo que lo de predicadores tiene su impronta, tanto moral como literaria.
Paso por tanto a hacer uso de mi tiempo, tratando de no rozar la inconveniencia, cosa, por otra parte, impropia de cualquier aspirante a cualquier cosa.
Querido amigo y compañero Iturriaga : Soy Pepín. (ya le dije a Cortés que el diminutivo, con los kilos, quedaba algo desvirtuado, pero no hay motivo para renunciar al mismo, al tratarse de la época de la que hablamos).
Espero hayas reparado en mí, tanto por ser de tu mismo curso y sección, como por haber tenido, creo, en aquellos años, buena sintonía entre ambos, en las dos vertientes antes citadas de amigos y compañeros, sintonía que, mira por donde, tienen también dos de nuestros hermanos, Eugenio el tuyo y Santiago el mío, actualmente residentes en Oviedo, compartiendo, al igual que nosotros, aficiones musicales y formando parte los dos del afamado Coro de la Fundación Príncipe de Asturias, ... será genético el asunto.
En honor a esa normal sintonía que me consta no se ha perdido, a pesar de las decenas de años que hace que no nos vemos, me vas a permitir, estimado letrado, alguna broma o comentario norteño irónico, para dar más ambiente al asunto, sabiendo que nuestros queridos "cazurrinos" lo disfrutan como nosotros y que el que ríe el último no es que ría mejor, es que tardó más en entender el chiste ¿de acuerdo?.
Y lo que no hace falta decirte, ni a ti ni al resto de los ex, es que son reflexiones en alta voz, dirigidas, en primer lugar a mi mismo y después a quien quiera repasarlas, pero sin ninguna otra pretensión, como no podía ser menos.
Entiendo, como seguro todos los que te han leído, tus comentarios, con especial significación lo relativo a la educación y los hijos (tengo tres y sigo haciendo oposiciones todo lo que puedo, y aunque los exámenes son más espaciados, procuro no bajar del Notable....)
Hubo un hecho que a mí me sirvió bastante y me sucedió en una visita que realicé al colegio, durante el servicio militar. Conocí a un fraile veterano que no estaba en nuestros años, quien me invitó a dar un paseo por los campos, paseo en el que surgieron las consabidas citas a los años vividos allí; en un determinado momento, se paró y me dijo:"Verás, yo hice el Bachiller en Corias, cuando la guerra civil, soy de un pueblo de León y veníamos a casa a los cuatro o cinco años, no recuerdo...por ello, para los de nuestras generaciones, vuestras concesiones nos representaban un avance espectacular, difícil de asumir sin, involuntariamente, compararnos."
Ese día me quedó clara la teoría de la relatividad. Agradecí su lección de veteranía, no exenta de crudo realismo.
Aunque no me hubiera acordado de ti, cosa obviamente imposible, te hubiera reconocido parcialmente por tus escritos, porque en esta ebullición memorística, mantienes la sana vehemencia de entonces.
Probablemente conozcas el chiste de los dos que se encuentran por la calle y uno le dice al otro:"¡Carajo Enrique, cómo has cambiado!, a lo que el aludido responde:"Perdone, pero no soy Enrique"...contestándole el primero muy ufano:"Más a mi favor!".
Una de mis aficiones es la fotografía y, aunque me cuesta dejar mi analógica Eos de Canon, "máquina total" en su momento, no dejo de reconocer que estamos en la era digital y eso de captar imágenes y deshacerte o borrar las que no te gustan, salen movidas, sobre o sub-expuestas, es la repera.
¿Cojeras decís? Fijémonos en las personas al caminar, quien no engaña baldosas, se desplaza sospechosamente a derecha o izquierda o se lleva las farolas por delante. De algún sitio nos vienen a todos las "cojeras" ¿verdad? Claro que, la pierna buena, gracias a la cojera de la otra, se hace mucho más fuerte y potente y aprende a resolver las situaciones ella sola...la otra, de apoyo y compañía, le basta.
¿De qué me acuerdo yo? De lo mismo que todos, no tengas duda; del buen ejemplo recibido de la mayoría de los frailes y sus enseñanzas, del no tan bueno de una minoría, de nuestra formación en determinadas materias, los campos de deporte y la diversidad de los mismos que, en aquellos años, no estaban al alcance de todo el mundo, las expediciones nocturnas a por ciruelas a "la finca" que eran toda una película de suspense, las vendimias con Máximo y su gente, incluida "La Tuli" (¿Hace falta decir que era la perra cruzada y no otra cosa o persona?), las galenas de Domingo, el de Astorga, gracias a las que escuchábamos los partidos de Santana por la noche, la piscina, el máster en champiñones con el que muchos salimos y que aún tenemos sin convalidar, el Assimil (Veo que sigues dominando el francés ), el aguante de los indestructibles pantalones, cuando, una vez mojados, los poníamos en las ventanas para recuperarlos "tiesos" por la helada, compitiendo en esculturas vanguardistas...pero, además de todo eso...estaba LA MÚSICA.
¿Nos estamos dando cuenta del nexo de unión que supuso y está suponiendo la Escolanía (No me resisto a ponerlas en mayúsculas), la Rondalla, el grupo de armónicas, los pianos en las clases, las habituales, aunque en ocasiones las relacionemos con asuntos no tan musicales, audiciones al despertar, en el comedor, en la recreación, etc.etc.
Tampoco me olvido cuando el P.Ángel nos comentaba los sermones del P.Royo Marín, uien para referirse a la leche, decía creo: "El blanco néctar de la consorte del toro"...¡Tiene mucha miga la frasecita!
De modo, recordado amigo y compañero, que de dejar de participar en el blog, nada de nada, habrás reparado en que has servido de revulsivo, aunque no fuera esa tu intención, por lo que vamos a anotar en nuestras agendas ese día de Octubre, en el que, ante un buen vino del Bierzo o de donde sea, podamos vernos y darle gracias a nuestra Virgen del Camino que, sin ruido ni pedirnos nada a cambio, sigue siendo la Directora de Recursos Angelicales por ahí arriba y se preocupa de ponernos su manto en tiempos de bajas temperaturas.
Para tu conocimiento, decirte que, de nuestro curso, ya tenemos formado un grupo de unos veinte que, salvo novedad, estaremos en el cincuentenario.
Iremos todos con el saco vacío, sin resíduos, para llenarlo allí de los buenos recuerdos y anécdotas y de la alegría del reencuentro.
Esperamos hasta entonces, poder localizar al resto, bien por este medio, agradeciendo comuniquen su paradero, o a través de los contactos que, cada uno de nosotros pueda tener.
Me despido, sin perder el humor, como había costumbre en alguna zona geográfica de nuestra tierra asturiana:"Hasta la próxima vez que nos veamos... si no nos vemos antes".
Un abrazo y hasta pronto.
Andrés Martínez Trapiello -
Y no voy a "meterme" con la rama de Educación y Ciencia, ya que tengo una hermana y un cuñado en ese sindicato. ¡Ah!, y varios primos. Por lo tanto, Javidelvigo, por mi parte, aunque yo esté trabajando en Julio y Agosto, no habrá el más mínimo rencor contra esa clase social.
Pero aún con la cabeza embotada por el trancazo, quería decirle a Juan A. Iturriaga, que yo siempre he presumido socialmente de haber tenido formadores en lugar de educadores. Porque educadores también tuve en el curso 1º del 60/61; y en el 61/62. Y te querían infundir el ardor guerrero, evitando que te convirtieras en una ursulina: Lo macho debía prevalecer. Yo podría recordar en mi segundo curso, un partido de exhibición de balonmano entre la élite en esta especialidad, y la escoria: A mi me seleccionaron para el segundo equipo; el objetivo del encuentro: que unos doscientos rapaces disfrutaran del espectáculo.
Pero, Iturriaga, yo me he quedado con la formación del P.Pedro como director durante cuatro años; con la literatura y la enseñanza para la libertad de P.Iparaguirre; nunca agradeceré suficiente a P.Torrellas la formación musical y el aprender a caminar por la vida una vez abandonado el Colegio; los ánimos de P.Lanz Yoldi para que escribiera con más frecuencia, pero me gustaba más la música; y del P.Tascón que me demostró en los últimos años de su vida, su humanidad. Y del P.Ricardo, P.Arruga, P.Pedro (organista), P.Uria, P.Tello.
Aunque también los hubo que con mala leche un 30 de Noviembre, -San Andrés, día de Feria Mular y Caballar en León, y mi santo (que tenías como privilegio el ayudar en la misa y que no te preguntaran en clase): Nada más sentarme en clase de griego me citó para "dar la lección": Me senté.
Para terminar: Para mí primaran siempre los aspectos positivos de LA FORMACIÓN que nos dieron en el Colegio.
UN REPROCHE para JAVIDELVIGOPALENCIA: ¿Qué ganas tienes de enredar? Un servidor, los Cortés, algún primo de los Trapiello que cantaban, en días de salida a comer -La Inmaculada, Navidad, Año Nuevo, Reyes, San José y Domingo de Pascua-huíamos después de misa de una, y volvíamos para el Rosario y Exposición de las cinco en punto de la tarde. El resultado de la comida era siempre el mismo: Hora y media con la familia y empacho de morriña.
santiago rodriguez -
Yo tuve la suerte de tener al p. Marino Zugasti como director en Villava durante cuatro años, en quinto pasé a La Virgen; y hablando como algunos excompañeros me han comentado que como educador se adelanto a su tiempo.
Hace unos días estuve en el Colegio y me hablaron de cierto superior del que no doy nombre, pero que te imaginas seguramente, al que el fraile con el que hablé calificó como dictador, en su tiempo ocurria el aislamiento de los que eran devueltos a su casa mientras se recibían las instrucciones para efectuar el viaje; de otro comento en plan jocoso una anecdota jugando al futbol, pero que en realidad fué un hacerle frente y hacer que al menos conmigo no volviera a meterse; hubo una época, precisamente antes de la llegada del P. Marino que había un gran distanciamiento entre profesores y alumnos, salvaremos de esta quema, refiriendome a los que más trato tuvieron con los mayores, el P. Uria, Iparraguirre, los procedentes de Villava (Torrellas, Huarte e Iturbe)o el P. Moran que procedía de Vergara.
Es verdad que hubo muchas acasiones de "anacrónico rigorismo", pero a pesar de ello creo que al menos intelectualmente y tambien creo que humana, nuestra formación fué satisfaciente.
Por favor como alguien ya te ha dicho no dejes el Blog, esto no es un debate y mucho menos un combate, se trata de manifestar nuestas vivencias y nuestro reencuentro.
Por cierto, ya que hablas de el P. Marino,te dire que está muy mal; lucidamente perfecto pero según mis últimos informes necesita ayuda para desplazarse.
santiago rodriguez -
Es facil que te encuentres por la merindad de Sotoscueva a Arsenio Fernandez Arenas, está realizando un estudio por los eremitorios rupestres, y por ahí abundanSan Bernabe. etc...) me lo comentó este fin de semana:
Tambien me dijo que el Juez Grande Marlasca de rabiosa actualidad es de Arija, aunque salió de allí muy joven.
Te cito mi e-mail por si quieres comentarme a nivel privado algun asunto que no estra dentro del marco del Blog
srodri1946@hotmail.com
Javier del Vigo -
Me enteré el otro día, visitando Cueva Ojo Guareña -os lo conté, creo- que hubo un santo, Tirso, famoso porque sus verdugos quisieron partirle por la mitad con una sierra inmensa, comenzando por la entrepierna... Me recorrió un escalofrío, mientras nos contaba la "cicerone" de turno que no pudieron cortarle ni los "pepinos", porque Dios velaba por él... Imaginaos: horas y horas los cabritos de los verdugos afilando las puas para llegar al éxito, pero -hijos- cuando lo intentaban... "aquello" parecía un marmol indestructible. Na de na!.
Definitivamente, Mariano, si a Tirso no pudieron hacerle "mártir", pero es "santo", ¿por qué vamos a pisarle los "pepinos" a Getsemaní? Eh?
Por lo demás, Mocedades -El Consorcio, -es verdad-, han sido santo y seña de un tiempo grande en mi referente musical. Ni mejores ni peores, pero qué voces! Qué canciones! Qué sentimiento...!
Música, de nuevo! Fuimos un colegio donde la música tuvo su aquel... Carlos Martinez! El hermano pequeño de José Luis, de Rosa, de María Jesús... No seas tramposo, Carlos!! Deja de mandar "privados" a Mariano, que me pones celoso! Y déjate decir algo por aquí; por ejemplo, cosa simple, que nos lees; que nos recuerdas... Que algo aún nos quieres!
Y cuando mañana, la próxima vez, cantes zarzuela, como "solista", en el Centro Cultural de la Villa y Ópera cómica de Madrid, piénsanos! haz tu mejor gorgorito y a continuación dinos que lo hiciste! Que fue por nosotros, maestro!
Me daré por satisfecho! Incluso haré la vista gorda, cuando sigas mandándole "privis" a Mariano, ese puñetero sexagenario que se hizo poeta, como otros respiramos: sin hacerse notar!
Juan Carlos, Mariano habla de "pluma". Dice que lo mío es plúmbeo! Y tendrá razón, el jodio... Pero es verdad que estamos para recoger naufragios con voluntad de supérstites. Yo te acojo en mis senos; escuálidos ellos,pero amorosos aún...
Donde coño estais, compañeros de Juan Carlos García Pascual!! Hacer el favor. No cuesta nada decir "hola". Que podeis. Que no os apetece! Que los hijos... Saludar, coños!! Que no es solo asunto de deber. Es también un gesto amistoso; una mirada acariciante...
Finalmente, Juan Antonio: ves, abogado, que te queremos. Yo podré incluir otra profesión en mi retahila de más arriba. Ambos podremos sacar nuestros fantasmas a la luz. Quizá así podamos dormir mejor.
Mariano Estrada -
Aunque, mira, Javier, como nuestras mocedades ya hace tiempo que se han ido, dime tú como ha sido, igual que se fueron las del Cid, igual que se fueron las de Jorge Manrique, a nosotros nos queda el consuelo de poder hacer un Consorcio, para volver a aquellas canciones de El chacachá del tren y aquellas viejas edades que tanto añoraba don Quijote cuando se dejaba mecer por los silencios del Campo de Criptana... Y puesto que ya le hice una propuesta al Grupo Dos Andrés en este mismo sentido, podemos reunirnos todos y formar el cuarteto de La Virgen, que es algo así como una cosa muy grande, bajo la finas batutas de José Luís y de Olóriz, juntos y al alimón, con lo que lo que nos acercaremos al paroxismo musical, superando incluso los mejores momentos de la Escolanía
Podemos contar también con la voz grave de Carlos Fernández, hermano pequeño de José Luis, que canta Zarzuela en la Capital de España, donde El Centro Cultural de la Villa y Ópera cómica de Madrid tienen un programa muy apretado, según la documentación que él mismo me adjunta en una nota. Por si ello fuera poco, canta también en el Coro de voces graves de Madrid. Vamos, que es una familia de artistas. Y ya os dije que el hijo de José Luís, David Zamanillo, es un prestigioso barítono...
En cuanto al tema literario, querido Javier, quiero que sepas que la admiración es mutua. Tienes una espléndida pluma (ojo, no hilar con el asunto anterior, porque esto lo digo completamente en serio).
Amigo Juan Carlos: en tanto aparecen en la página los compañeros que reclamas, que sin duda estarán muy ocupados, puedes disponer de nosotros. Procuraremos ser unos dignos sustitutos.
Un abrazo
Juan Carlos García Pascual -
Lo cierto es que yo también esperaba reencontrarme a través de este medio con los compañeros de mi curso, esa era la razón primera de mi interés por este blog, y de momento no he tenido suerte. A falta de eso he recordado a mis formadores, y algo sorprendido (pues hasta ahora no había hecho un ejercicio de memoria más consciente), veo que es con gratitud, en general (hay excepciones que ni siquiera nombré). Entro casi todos los días en el blog con la esperanza de encontrar a aquella gente mía (dónde coño estáis); mientras tanto, me gusta leeros, y si hay discrepancia y honestidad, mejor.
Una sugerencia a Josemari (administrador): ¿No podría incluirse este blog en motores de búsqueda en internet? No sé si llegará a mucha más gente si no se publicita de alguna manera.
Javier del Vigo -
Por tanto, Juan Antonio, te ruego continues escribiendo aquí. Nadie es perfecto. Yo, desde luego, tengo inmensas lagunas... Pero tus relatos me ayudan a re-construir un tiempo mío -no tengo otro- que estaba bastante sepulto en espacios oscuros de mi pasado.
Si pudiéramos estar en octubre en León, ni tu ni yo nos arrepentiríamos. Las vivencias están por encima de las teorizaciones... Atrévete! Pero no dejes de poner tu granito, tu matiz, tu discrepancia... Es tan enriquecedor!
Vaya esta no-tesis-doctoral para jalear a Mariano Estrada. Encantador, querido, tu canto a la "opresión",convertida en nuestro silencio cotidiano. Qué señorío, chaval, describiendo sin hacer sangre! Me has recordado aquellos días de "fiesta", que los enanos esperábamos con pasión: había vino teñido con agua -¿o agua "tintada" de azucar?- para comer y el vigilante -si era bueno- nos dejaba hablar mientras comíamos. Aquellos días, fuera la música clásica o los lectores. Me tocó durante un tiempo largo leer novelas del Readers Digest. Recuerdo "la expedición de la Kon-Tiki" , con sus esculturas de roca... Aún me queda en la memoria la historia: mientras otros comíais o cenaban -tragaldabas-yo tenía que leer,para que vuestro silencio fuera camino de salvación. Meditación trascendental...La antesala del cielo!!
Lo dije: esto no sea tesis doctoral. Son las 3 muy largas de la mañana. Quiero verte escribir, Juan Antonio; y verte en León, si nuestras ocupaciones nos dejan, amigo. Pero pon en el "candelabro" -también- aquellos otros momentos en que te sentiste -aunque fuera por un día- reina de un tiempo que es ya historia, allá en La Virgen del Camino.
Por lo demás, Mariano, no he de reiterarte que te quiero, cuando te leo, verdad?. Me sabes entregado. Tómame, si nuestros hijos y nuestra potencia, nos dejan un rincón... Cantaba Amaia, la gordita de Mocedades, aquel conjunto bilbaino que hizo popular el "Pange lingua". "Tómame o déjame! Ni color tiene la letra de Juan Carlos Calderón con la poesía fluida de Mariano Estrada, pero... hela aquí:
"Tómame o déjame!
pero no me pidas que te crea más, cuando llegas tarde a casa no tienes porque inventar,
pues tu ropa huele a leña de otro hogar.
Tómame o déjame
si no estoy despierta, déjame soñar
no me beses en la frente
sabes que te oí llegar
y tu beso sabe a culpabilidad.
Tú me admiras porque callo y miro al cielo
porque no me ves llorar
y te sientes cada día más pequeño
y esquivas mi mirada en tu mirar.
Tómame o déjame
ni te espío ni te quito libertad
pero si dejas el nido
si me vas a abandonar
házlo antes de que empiece a clarear.
Tómame o déjame
y si vuelves trae contigo la verdad
trae erguida la mirada
trae contigo mi rival
si es mejor que yo, podré entonces llorar..."
Besos, chavales!
Mariano Estrada -
Entro aquí para aclarar que la frase que has entresacado de mi largo texto no pretende ser ni enigmática ni amenazadora, sino que trata de establecer un parangón jocoso, si quieres un remedo, con las famosas amonestaciones matrimoniales. Pero, vamos, si se va a entender como amenaza, (aunque no sé de qué, porque yo no he amenazado a nadie en mi vida), la retiro y santas pascuas (otra frase hecha). Y así desaparece el enigma y ya no hay amenaza.
Estoy de acuerdo contigo en lo que dices de la celebración del aniversario. Es más, cuando supe de esta página me planteé si yo estaba en disposición de compartir con los antiguos compañeros algo de lo que me parecía que ahora estaba muy alejado, que ciertamente lo estoy. Y me dije que sí, que estaba dispuesto a aparcar incluso determinadas cuestiones de la actualidad para compartir unos momentos de los que yo no tengo malos recuerdos. Al contrario, tengo algunos muy buenos, relacionados mayormente con los que fueron compañeros y amigos. Y me estoy llevando sorpresas muy agradables. De aquí a octubre, espero tener muchas más.
Por último, amigo Iturriaga, decirte que escribir es uno de mis oficios, casi ya el primero de mis oficios. No te extrañe, pues, que todo lo que toque lo escriba. O lo describa. O lo interprete. Ahora bien, no pretendo obligar a nadie a que comulgue con lo que escribo, ni siquiera a que me lea, si ese no es su gusto. Además, escribo mucha poesía, que es algo que por lo general despide un aroma que a muy pocos les gusta. Así que no te sientas amenazado, hombre, que la poesía ni siquiera es un arma cargada de futuro. En eso se equivocó Gabriel Celaya, como se equivocó la paloma de Alberti.
Un abrazo
Juan A. Iturriaga -
Cuando un grupo como el nuestro intenta reunirse, entiendo que es para celebrar la alegría del reencuentro. Conocerse, saber como le ha ido a cada uno, recordar anécdotas, comer juntos, lo que sea, pero no para que alguien intente retomar la labor apostólica y educativa de un régimen, afortunadamente superado, y piense que a mis años le voy a decir Amen, Amen.
El primer comentario que leo es de Juan Carlos García Pascual, alumno en el 76, postconciliar y cuasi/democrático. Que quieres que te diga. Efectivamente el colegio había cambiado muchísimo para entonces. Tuvo una inflexión decisiva en un Capítulo que se cargó prácticamente a toda la plana mayor de mis tiempos. Me refiero a partir de la época del P. Marino.
Te podría decir aquello de :
Je vous parle d'un temps
Que les moins de vingt ans
Ne peuvent pas connaître
......... La bohème, la bohème
Respecto a los comentarios de Del Vigo y de Estrada no tengo nada que decir, sobre todo después de la enigmática y amenazadora frase de Estrada:
En fin, yo no llegué a ver jamás un caso de éstos, pero si alguien lo vio, o lo padeció, que lo escriba aquí ahora o que calle para siempre.
¿Hay que jurar amor eterno para asistir a una reunión de excompañeros? ¿Será también esto un sacramento?
Hay otra frase que tampoco entiendo:
Por tu texto anterior, te intuyo abogado, que -incluso cuando ejerce- quiere ser juez de unos frailes que seguían el signo de los tiempos que les tocó vivir; etc..
Independientemente de lo ofensiva que me pueda resultar, me interesa puntualizar que los problemas que yo apunté, no están asociados al signo de ningún tiempo en particupar. Son de la historia universal. Pasó, pasa y pasará. Van asociados a personas concretas, y nada más. La diferencia quizás sea que hoy están tipificados en el Código Penal, que efectivamente, estudié durante la carrera. Actualmente soy abogado, y como sabes, acuso o defiendo, pero no juzgo.
Mariano Estrada -
He leído con gusto las últimas aportaciones, que van siendo enjundiosas. Javier del Vigo, hubiera ido a ayudarte en tan bucólicas tareas, y no sólo por la recompensa de la buena comida, porque yo también he comido bien en estos pagos mediterráneos, en los que los arroces quitan el hipo, sino por puro placer. Este fin de semana he tenido familia y amigos, y todos nuestros gozos han acabado siendo mayores en algún restaurante, incluso en algún chiringuito donde las gambas tampoco desmerecen. Aquí estamos, junto a la playa, donde puedo ejercer de almuédano del Minarete, que es el restaurante de verano del Hotel Montiboli, y llamaros a la oración del yantar, que es de chuparse los dedos.
Por lo demás, yo también os voy a dar una paseo por lugares que un día recorristeis y que vais a reconocer en seguida. Si es largo, que lo es, podéis recorrerlo en etapas y refrescarlo con vino.
Un abrazo
Una interpretación del silencio,
con unas cavilaciones preliminares.
A diferencia de algunos compañeros, que, tras dejar el internado, declaran haberse sentido cojos durante un largo tramo de sus vidas, yo sufrí una cojera muy relativa y, desde luego, muy subsanable, porque no me veía manco ni ciego. Salí del Colegio a los 18 años y, naturalmente, me vi solo ante el mundo con las carencias de todos conocidas, que no eran pocas, pero también con optimismo y con unas reservas insospechadas, que eran grandes y muchas. Se trataba de nivelar los platillos y conseguir un equilibrio elemental para poder andar por la vida sin complejos ni traumas. Así que le dediqué a los amores, o sea a los afectos con las chicas, en los que llevaba un serio retraso, el tiempo que me sobraba en los estudios, donde mis baterías iban realmente sobradas. Dicho de otra forma, en el terreno sentimental fui a saco En busca del tiempo perdido, poniéndome de lleno A la sombra de las muchachas en flor. Creo que era ahí donde los alumnos de instituto nos llevaban una considerable ventaja... De modo que, para ponerme al corriente, traté de meterme en harina y... ¡Vaya si lo hice! Poco tiempo después ya era todo un experto...Vamos, que no desentonaba en absoluto con el resto de los mortales de mi edad. De mi edad y de España, se entiende, porque yo vivía en Madrid, y aunque ya no estaba al dictado de un colegio apostólico -de donde uno se podía marchar cuando quisiera-, sí lo estaba al dictado de Franco, y de ése no había escapatoria posible.
Lo que quiero decir es que mi adaptación a la vida en el exterior fue bastante normal, ya que no encontré hoyos oscuros, alturas insalvables ni pendientes excesivamente empinadas. Y si puntualmente hubo algunas dificultades de peso, como es lógico que hubiera, jamás busqué el origen de los males presentes en épocas pasadas, sino que me puse a resolverlos y punto, hasta encontrarles solución, a veces con insospechadas ayudas. En el fondo, no hubo nada de lo que a mí me ocurriera que no les ocurriera a los demás, sin entrar a averiguar de dónde procedían los demás. Por lo tanto, y a pesar de que mi pensamiento empezó a tener referentes totalmente distintos, y a menudo contrarios, a los que había tenido hasta entonces, nunca me sentí en la necesidad de culpar a nadie de nada. Y puedo decir que, salvo los castigos normales (de la serie: ponte de rodillas o estarás sin postre hasta el jueves), no sufrí ningún tipo de abuso o vejación que pudiera ser resaltado y mucho menos que pudiera dejarme alguna secuela. Por otra parte, y a mayor abundamiento, he tenido la suerte de que no me poseyeran nunca los rencores ni el odio. Ni siquiera he odiado a los que alguna vez me han declarado abiertamente la guerra. Ya dijo Borges que No odies a tu enemigo, porque, si lo haces, eres de algún modo su esclavo. Tu odio nunca será mejor que tu paz
Pero tal vez mi caso, en el Colegio, fuera un poco distinto del de los otros, ya que yo no sentí nunca en mis carnes eso que llamamos vocación, refiriéndonos con este término a la vocación sacerdotal, que teóricamente era lo que allí nos reunía. Por lo tanto, no tuve malas conciencias por determinados comportamientos (como fumar un cigarro a escondidas o recrearme en pensamientos considerados inconvenientes) ni dudas metafísicas esenciales. Y lo que es más y mejor, no sufrí luego mayores decepciones al encontrarme solo ante el gran teatro del mundo, en el que nada tenía que ver Calderón de la Barca. Tal vez por eso mi actitud era bastante desinhibida, lo que no encajaba muy bien con la seriedad del lugar ni con los interminables silencios que nos obligaban a mantener. Claro que toda hoja tiene su vuelta. Quiero decir que las tonterías que yo hacía o decía (y que a menudo obligaban a reír a los más serios, aunque fuera por lo bajini, mordiéndose los labios o escondiendo la cara entre los brazos), nos servían a todos de catarsis con la que atenuar un poco aquella carga pesada... ¿Ninguno de los frailes que allí había se paró nunca a pensar que un silencio tan largo tiene que llenarse con algo y que a lo peor no era precisamente con las bondades infinitas de Dios, la maternal ternura de la Virgen o los muy lejanos hechos de los Apóstoles? ¿Con qué llena un niño de 15 años, pongamos por caso, los espacios de toda una mañana, en los que era preceptivo el silencio: silencio al despertar, silencio en la capilla, silencio en el refectorio, en los interminables pasillos de doble fila, en el estudio, en las clases... y así, con el leve paréntesis del recreo, hasta la hora de comer, también en riguroso silencio benedictino, quiero decir dominico? Y ello por quedarnos ahí y no entrar en los pesados silencios de la tarde, aún más difíciles de mantener, con la salvedad de la hora de los deportes, donde todos nos liberábamos de los demonios y descargábamos las energías con una intrepidez y una soltura que eran dignos de ver ¿Todos, todos? Bueno, había algunos chicos a los que no le iba precisamente el deporte y, claro, ¿qué hacemos con esas almas angélicas, esos seres pusilánimes y cristalinos que sufren persiguiendo a una bola? ¿Cómo que qué hacemos? ¡A jugar! Como todo el mundo Mens sana in corpore sano. Y luego el silencio de la noche, mágico por naturaleza y coincidente con el silencio de las estrellas, donde uno se enfrentaba a la soledad de la camarilla, a la intimidad personal que dejó tantos misterios en las almohadas, tantos desahogos, tantos llantos y penas...
Claro que ese silencio desmedido al que estábamos obligados, no era realmente absoluto ¿O no recuerdas, Mariano, que, aparte de tus constantes gansadas, el despertar de cada día era adornado con música, no con gallos, con música? ¿Dónde está, pues, el silencio sepulcral al que siempre nos referimos? Y en la Capilla de cualquiera de los colegios, frente a los mosaicos de Domingo Iturgáiz, ¿no rezábamos en alta voz y había siempre un murmullo multitudinario, por más que fuera genuflexo y reverencial, a veces incluso abiertamente canoro? Salve, Regina, mater misericordiae... Ya, ya, pero no podíamos hablar entre nosotros... ¿De veras? ¿Seguro que no le decías nada a tu compañero de fila? Oye, que me tienes que contar esto o aquello... ¡Vaya que sí! Ya he dicho que yo no paraba, pero incluso los más serios y responsables tenían sus momentos de debilidad y murmuraban con la boca entreabierta y los dientes apretados...Sí, sí, te lo cuento en el recreo No, cuéntamelo ahora, que nadie nos ve ¿O crees que estábamos irremisiblemente domesticados? Por supuesto que no ¿Qué por qué estoy tan seguro? Por la ausencia absoluta de delatores. Quiero decir que, tras los innúmeros comportamientos irregulares de mi vida colegial, en los que yo buscaba la espalda del vigilante, no apareció nunca ningún acusica. Me sentía comprendido por mis compañeros, algunos de los cuales me secundaban en la actividad (o sea que no sólo era yo el revoltoso) y los demás eran comprensivos con ella, y aun anuentes et flentes. O sea, solidarios ¿Qué queréis que os diga? Recuerdo que alguna vez me chistó el mayor de los mayores, al que nombraban responsable en las escasas ausencias del custodio de turno. Pero yo me volvía hacia él con unas carantoñas amorosas que no podían ser rechazadas. Finalmente se echaba a reír y me dejaba por imposible...
¿Silencio? Sí, pero con numerosos atenuantes ¿O no os acordáis de los silencios del refectorio? Por supuesto que sí, pero siempre encontrabais la manera de cambiar el pan por el postre ¿O no? O de adquirir mediante el trueque una segunda naranja: te la cambio por los higos del martes...Luego estaba la música, claro, que era una de las afortunadas constantes del Colegio. Además, tenían la buena costumbre de decirnos las obras que íbamos a escuchar, cosa que yo aún agradezco ¿Cómo, si no, hubiera podido amar a Tchaikovsky, a Ketelbey, a Haendel, a Schubert, a Mozart, a Granados, a Albéniz, a Palestrina... A veces, la música o el silencio quedaban interrumpidos por la lectura de un libro o alguna nota de prensa ¿Quién no recuerda las crónicas de José Luis Martín Descalzo, tituladas genéricamente un periodista en el Concilio? ¿O sólo va a recordarlas el alumno más revoltoso? Por último, cuando el silencio tenía de verdad sus coitus interruptus era cuando nos dejaban hablar durante alguna comida, cosa que hacían en las fiestas importantes o en días de celebración excepcional no acostumbrada. Y entonces el griterío era realmente ensordecedor. Tanto, que a veces el vigilante lo tenía que interrumpir momentáneamente con aspavientos, ya que sus palmas, normalmente sonoras, quedaban subsumidas y ahogadas en la desaforada barahúnda de nuestros gritos. Con el aviso consiguiente de que la próxima vez, si la hubiera, la interrupción sería definitiva. Más de una vez lo fue, si no recuerdo mal, que no creo.
Había otros lugares en los que el silencio, no por parecer más comprensivo para la razón teórica, era menos sangrante para nosotros, que éramos pura razón práctica. ¿Nosotros, que teníamos por referente a Santo Tomás de Aquino? Pero el silencio en estos lugares tenía también sus lagunas en las que muchos, por no decir todos, podíamos nadar de vez en cuando. Ya he contado aquí lo del tinglado de cables con el que yo monté una emisora entre los pupitres del fondo del estudio, donde el vigilante creía llegar con la vista pero en realidad no llegaba, ya que el camuflaje era casi perfecto. Si no llega a ser por el pájaro que se posó en la repisa de la ventana, si no llega a ser por el alboroto que hizo al cogerlo...
En fin, que la emisora se hizo para hablar, ¿para qué, si no, se hace una emisora de radio, aunque tenga por micrófono un simple bolígrafo? Y naturalmente se hablaba, ya lo creo, menudos partidos de fútbol que organizaba yo con los ríos asiático-arábicos y gollllfo-pérsicos... Se hablaba y se reía, a pesar de todos los silencios establecidos por la autoridad y otros muchos que la autoridad estableciera. Además, estaban las vías de escape, siempre socorridas y accesibles, de las necesidades del cuerpo. De uno y de dos. De mayores y de menores. Muy claro tenía que ver el engaño el vigilante que te negara el permiso para unos menesteres tan perentorios. Nadie estaba dispuesto a correr con la carga de la prueba, que podía ser abultada, pastosa y maloliente... Se ha cagado usted, señor Estrada Ya, Padre, yo le supliqué de palabra y con los ojos, pero usted no me dejó y al cabo no hubo otra salida más lógica. En fin, yo no llegué a ver jamás un caso de éstos, pero si alguien lo vio, o lo padeció, que lo escriba aquí ahora o que calle para siempre. Por lo demás, hay pocas cosas que sean realmente imposibles.
Por último, en las clases, donde la masa se dividía en parcelas, había un silencio mucho más digerible. Primero porque unos profesores no paraban de hablar ellos mismos y, segundo, porque otros querían que habláramos constantemente nosotros. A ver, Estrada, dinos los cambios de la energía cinética y potencial durante los cambios de estado de la materia. Y era justamente entonces cuando tú te acogías al silencio que tanto te empeñabas en profanar en el pasillo, en el refectorio, en la capilla, en el estudio: Vamos, hombre, ahora puedes hablar a tus anchas ¿Qué ocurre? ¿O es que no sabes la respuesta? No la sé, padre, no la sé Vaya, ¿y yo que te tenía por sabio? Pues siéntate y no des más la murga. Díselos tú, Juan, para ver si se le bajan los humos...
Mariano Estrada
Javier del Vigo -
"Es el tiempo de sembrar, para luego recoger...". "Si la semilla no muere y fructifica..."¡Cuantas veces oiríamos aquello de si la simiente no se oculta en tierra y germina, no hay fruto...! Pues yo, a la vista de mi escaso éxito en la germinación espiritual, he decidido darle a la simiente natural, que parece ser más fácil. Pero cansa que jode, queridos!
Aún así, me dió tiempo para visitar con mis amigos de los tiempos de mi Universidad -ya sabeis, Deusto (Bilbao) jesuitas, el elitismo burgués y bla, bla, bla- unas cuevas inmensas con ermita incorporada. Ojo Guareña. En la Merindad burgalesa de Valdeporres. Una joya de lugar. Realizada la visita, nos dio tiempo para -vía Espinosa de los Monteros, Las Machorras- ir a comer a Vega de Pas. Un paseo impresionante entre montañas, para llegar a un lugar delicioso, con una comida montañesa muy rica... Y a precios muy asequibles.
Como hoy, lunes, no tenía que trabajar, he hecho los últimos retoques a la plantación... Estoy molido; las agujetas me invaden, porque no soy experto en "artes manuales", pero vuelvo a casa con la euforia del placer cumplido... (Puse "placer" donde debiste leer "deber"? Soy cada día más hedonista, creo)
Abro ordenador. Me "introduzco" en este vicio "nuestro" y busco las últimas novedades...
Cogidas desde el final, pocas. Es aquí donde se nota con rotundidad la labor de Josemari, que -día sí,día no-, echa morlacos para que los lidiemos...
Josemari, hazme un favor: recuperate; levanta tu optimismo; coge fuerza vital y vuelve a tu puesto, querido furriel maravilloso!.
Dicho lo anterior, no puedo ofreceros espárragos frescos -mi huerta no es propicia- pero algunas verduras de la tierra, sí (si el tiempo lo permite, que ya me dio permiso la autoridad); el jamón es "terreno" interdisciplinar, aunque los cerdos extremeños o de la serranía andaluza parezcan los reyes de la mesa. Puedo sustituiros el rape por una novilla tierna, alimentada en los "prados" de las frías tierras de la meseta norte burgalesa. Uno, bilbaino devenido, no va a ser menos que Juan Antonio, el díscolo exalumno de La Virgen del Camino... Aunque al ser yo producto de la emigración de los años 60, os puedo ofrecer las delicias de Bilbao,-donde acabé de echar dientes y raices, al dejar sementera- bacalao incluido; elegid, benditos: o las montaraces carnes de las novillas del norte de Burgos o un pescado sacado del Nervión,que vuelve a tener vida lentamente. Vos direis, condesa!.
Vamos,que se os acumula el trabajo: comer en las tierras frías donde nací, frente al Guggenheim de Bilbao o en la "Sociedad" donostiarra donde Juan Antonio "pontifica" gastronómicamente. Al que paso a dar una amigable réplica, de nuevo, sin pizca de ira... Eso sí,con pellizco de pimienta.
Juan Antonio, escribes: "Yo comprendo que, desde vuestra felicidad, sintáis la obligación de transmitir la idea de que aquellos tiempos fueron irrepetibles, con sus pequeñas sombras, pero con sus grandes ventajas. También agradezco el panegírico de aquella disciplina que veo casi añoráis."
Uf! Amigo, la añoranza es un sentimiento tan multidireccional..! Hay realidades que están por encima de tu ideología y la mía; ¿vas a decirme que no amas tu tierra, su cultura, sus emblemas, aún sabiendo que -junto a ese amor- hay injusticias, sangre, guerras,opresión...?; mira, sin ir más lejos,un colegio con instalaciones muy buenas -Fundación Virgen del Camino- está actualmente cerrado. ¿Casualidad? ¿El signo de los tiempos? Cada cual tendremos una explicación a este hecho, pero es un hecho; y contundente. Que yo intente ahora dar mi opinión, no serviría de nada. O serviría para que otros discrepasen de la mía. No más.
Pero estás hablando -Juan Antonio, nacido en el 52-, estamos hablando, unas personas con una historia por detrás. "Irrepetible", claro. ¿Llamas "nostalgia irrepetible" a que no tenemos vuelta atrás en la moviola de la vida? Pues soy nostálgico, así considerada la cosa. "Añorar" ¿qué es, para tí? ¿Solo enfrentarte a unas estructuras que,a veces, nos hicieron sufrir? Eso es puro masoquismo, querido. Y yo tengo añoranza por mi pasado,claro!
Sin embargo, la añoranza que yo he visto aquí es preferentemente por el recuerdo de unas gentes; nuestros compañeros de entonces. Algunos de nuestros educadores de entonces. Unos paisajes que nos fueron haciendo grandes,allá en León... Yo he escrito aquí varias veces ya que no quiero hablar de la estructura donde fuimos formados -me ocupa menos-, sino de las gentes con las que me hice grande en aquellas estructuras. ¿Ninguno de aquellos viejos compañeros que citas, -el que esperó a sus padres en cocheras, el que durmió en los baños, otros que aún no has citado-, compartieron contigo vuestros momentos de alegría? ¿Solo te quedó la "nostalgia" de los momentos malos? No sé si alcanzas a diferenciar el "misterio"... Pero hay misterio en el matiz.
¿Disciplina que casi añoramos? ¿Tenemos ocasión de quitar el polvo de la paja? Nunca mejor dicho: en la moderna técnica comercial,nos agreden con el slogan "2x1". ¿Te suena? Pues esto es igual. ¿Se puede deslindar, 50 años despues, la estructura de las personas?
Sinceramente, yo no puedo. Mira, Juan Antonio, uno que fue -y aún es,aunque tenga dominada la situación, externamente- un manojo de nervios, tuvo problemas en aquel colegio, a cuenta de la "disciplina"... Uno, que fue nacido en un pueblo en Burgos, se encontró, en la misma década, con la familia recién emigrada al Bilbao gris de aquella industrialización salvaje y poderosa, con mi internamiento en un colegio leonés para "ser fraile" y con una superestructura con sus luces y sombras. ¿Salir a comer los domingos con la familia? Qué dices! Eso pasaba en las películas! O se iban los leoneses, unos privilegidos: Grrr! los Cortés, Trapiello,San José, Muñiz,Tascón... Apenas media docena de veces en cinco años puideron irme a visitar mis padres... Un lujo, vamos! Osea, que de experiencias compartidas, podemos hablar por años y años... Te leí "sabañones"? Nunca antes y nunca después tuve esos dedos rojos e hinchados; cada invierno, se me inflaban los dedos con ese picor característico... De fraile que se propasaba, allá atrás, en la capilla, mientras confesaba al inocente pupìlo, no tienes experiencia única...
Y? ¿Estos datos invalidan el gusto por el reencuentro? Por tu texto anterior, te intuyo abogado, que -incluso cuando ejerce- quiere ser juez de unos frailes que seguían el signo de los tiempos que les tocó vivir; algunos se lo creyeron más, otros menos...Es pecado recordar aquí a los que se anticiparon a su tiempo, y nos hicieron la vida algo más fácil? ¿Te parece feo correr un tupido velo sobre aquellas escenas "más escabrosas" que nos tocó vivir?.
Disfruto sabiendo que aquellos compañeros que compartí, al cabo del tiempo, se han convertido en médicos, músicos, enseñantes, empresarios, frailes, escritores, pintores... jubilados, abuelos, difuntos...
No añoro aquel pasado, Juan Antonio, como para revivirlo si estuviera en nuestras manos. Mi memoria se va convirtiendo en "notario". Da fe de unos tiempos vividos. Es selectiva. Y como no vivo en Donosti, donde la cultura ambiente es diferente; como mis idearios políticos han amainado en proporción directa al tiempo vivido; como llevo 30 años viendo bondades y maldades en las gentes jóvenes...déjame al menos que me esconda en la nostalgia. Algún día hablaremos, si quieres, del tiempo en que vivimos. ¿Tanto ha cambiado, realmente, este sistema "democrático" de aquel "autoritario" donde coincidimos hace la releche de tiempo un Iturriaga y un del Vigo, en un colegio apostólico dominicano, en La Virgen del Camino?
Este si que es morlaco para que Josemari abra otro "portillo"... Contar nuestras andanzas ideológicas sin ira, sí que verificaría la afirmación de Ferreras: si la educación con dominicos fue mejor que con jesuitas, franciscanos, menesianos...
Ahí, querido Ferreras, mi duda se hace dinosaurio... Cuando nos rascan, desnudos, en nuestros convencimientos íntimos, en nuestro ideario político, dejamos a un lado el deber y nos lanzamos con el hacha de guerra al ruedo...
Pero quizá sea mejor mantener esa parte de nosotros tras los visillos. No sea que... Definitivamente, Josemari, que te echo en falta.
Juan Carlos García Pascual -
sospechaban). El curso siguiente, ya en La Virgen, sólo recuerdo a dos frailes a quienes temiéramos por su afición al capón y curtido de
patillas. El resto, o sea, la mayoría, y por supuesto, los principales, fueron dialogantes, directivos, afectuosos; cuando había que echar
bronca se echaba no más de lo que ahora se hace en los varios institutos donde he parado: o sea, incidiendo en lo que había que corregir
pero sin recrearse en una humillación pública; de abusos deshonestos nunca oí; ... y , en fin, tampoco viví los baños de agua helada, las
vacaciones lejos de la familia...Resumiendo, creo que estuvimos en COLEGIOS DISTINTOS, y que en el vuestro (de vosotros los más
veteranos) no me hubiera gustado vivir; yo era debilucho y no lo hubiera soportado. Lo mal que lo pasé el primer curso, con 11 años, no se
debió a que aquello fuera una prisión turca, sino por estar fuera de mi casa, por su condición de internado; y si yo estaba allí no era por
culpa de los frailes, sino de mis padres, a quienes culpé durante años de la coraza emocional que tuve que fabricarme (.. y esto es una
historia muy larga que a nadie interesa..); con el tiempo..., la conciencia de que su intención fue buena (aquello del "progresar" de El Camino
de Delibes), la conciencia de lo mucho y bueno allí adquirido o desarrollado; la duda de que yo lo hubiera hecho mejor.... en fin, el
aburrimiento de mantener rencores.... me han hecho ir aflojándolos... porque la vida es un suspiro y el ayer del futuro es justamente hoy.. así
que, pa qué envenenármelo si encima me faltan razones insoslayables.
Colegios distintos, sí; y más: personas distintas, familias distintas, historias distintas.
Una discrepancia con Juan Madariaga: los chavales de ahora... estupendos como los de entonces.. o no, según los casos, no?
Juan A. Iturriaga -
En primer lugar, el contexto. Nací en el 52 y soy del curso de Torrellas Cimas, Allén, Barrigón, los hermanos Moyano, etc.
Hay una foto de nuestro curso en la galería. Curso 62/63 2º B. Creo que me tocó siempre de director al P.Cura. Tres años en la escuela menor, y dos más en la mayor.
Por otra parte, mentiría si dijera que no me gusta discutir.
Anna Karenina comienza con algo así como: Todas las familias felices se parecen, pero las desgraciadas, lo son cada una a su manera.
Yo comprendo que, desde vuestra felicidad, sintáis la obligación de transmitir la idea de que aquellos tiempos fueron irrepetibles, con sus pequeñas sombras, pero con sus grandes ventajas. También agradezco el panegírico de aquella disciplina que veo casi añoráis.
Por otra parte, siento la mala experiencia que al parecer tenéis actualmente con la juventud. Yo tengo prácticamente la contraria. He tenido la inmensa fortuna, que por lo veo es casi única, de conocer una generación alrededor de mi hijo que es muchísimo más culta, más deportista, más solidaria, y por supuesto, más sana en cuanto a las relaciones entre sexos. Son los tiempos, los medios, los viajes, la vida.
Pero no es nada de esto el objeto de mi polémica. Estudiamos lo que se estudiaba en aquellos tiempos, nuestros profesores eran de una competencia homologable a la de los demás, comíamos no peor que en los demás internados, y disponíamos de unos campos de deporte que otros colegios no tenían. Además tuvimos algún contacto con la excelencia. Concretamente con la música y el P. Torrellas.
Pero, según mi opinión, a costa de robarnos la niñez y la libertad.
Yo tenía 10 años cuando fui al colegio. En aquélla época, no se iba a casa en Navidad ni en Semana Santa. Mis padres vivían lejos y sólo me visitaban muy de tarde en tarde. No recuerdo haber salido a comer nunca en aquellos Domingos que llamaban de visita.
También recuerdo aquellos estudios con el P. (me lo callo) con una ganas enormes de mear sin poder hacerlo.
Cada vez que veo o asisto a un juicio por abusos deshonestos, me pregunto: ¿Qué le pasaría hoy al P. (me lo callo) después de una sesión de confesionario en la que había manoseado todo lo habido y por haber al lote diario de penitentes?
¿Qué puedo opinar yo del fraile que veía todo esto mientras celebraba misa y no decía nada?
La vejación pública nocturna antes de ir a la cama, ¿formaba parte de la disciplina?
Yo vi como castigaban a un compañero a dormir varios días en los retretes por haberse tirado un pedo que, aunque sonoro, lo hizo solo y en su en su camarilla, que no en público.
Había un fraile, ya fallecido, que tenía debilidad por varios niños de aquellos. Yo concretamente tuve una pelotera con él por ese motivo, le mandé a donde me pareció oportuno y solucioné el problema, pero lo sangrante del caso lo veo en que sus queridos compañeros conocían perfectamente el problema y, en vez de llamarle al orden y tomar las medidas oportunas, se dirigían al crío objeto del deseo y, en el mejor de los casos, le daban buenos consejos para superar el trance. Digo en el mejor de los casos, porque concretamente en el mío, al educador de turno no se le ocurrió más que ponerlo en conocimiento de mis padres aprovechando una de las pocas visitas que tuve. No se como se lo planteó, pero mi madre se llevó el disgusto de su vida.
Si queréis puedo seguir llenando con estas cosillas, varias páginas, pero creo que no merece la pena.
A mi me gustaría saber de mis compañeros, de cómo les ha ido en la vida, me gustaría reírme con anécdotas de verdad divertidas, reírme del frío, de lo limpia que tenía Urbano la camarilla, y de mil cosas más, pero dejando claro que cualquier tiempo pasado fue, en nuestro caso, peor.
Afortunadamente tengo que dejar esta hagiografía pues he de cocinar esta tarde en mi Sociedad de San Sebastián, donde estáis invitados si aparecéis por Donosti y me llamáis. Tengo Espárragos frescos, Jamón y Rape al horno.
Un saludo a todos.
Fernando Ferreras Llamazares -
Máximo Olóriz -
Las fotos actuales del colegio son, en parte, un reflejo de una realidad. Visto hoy, su arquitectura (exceptuado el santuario) nos puede resultar bastante vulgar y corriente. Pero entonces era un ejemplo de modernidad y comodidad. Se podrían comparar las viviendas que rodeaban el colegio entonces con las que lo rodean ahora: el colegio no ha cambiado, pero lo que lo de fuera es muy diferente. Eso sí, la calefacción era lamentable, pero eso no era ninguna excepción en la España de la época.
Pero la comparación más objetiva y justa es la que se puede establecer entre la educación que recibíamos en aquel medio, la que habíamos recibido previamente, y la que probablemente habríamos recibido de no haber pasado por allí.
Yo estuve dos años en Villava y cuatro en León, los cuatro en la escuela mayor, bajo la dirección de Pedro Sánchez. En mi caso (y estoy seguro de que en otros muchos) la conclusión es muy clara: el paso por el colegio fue mucho más beneficioso que perjudicial; tuvo más aspectos positivos que negativos.
Yo también soporté alguna reprimenda pública, humillante y muy dura, por parte de Eulalio Calzón en aquella especie de T.O.P. trimestral. La verdad es que esa es una de las cosas más criticables de aquel sistema (lo equivalente a la falta de calefacción). No obstante creo que aquello se salía de lo que hoy llamaríamos el proyecto educativo de aquel centro; al menos a mí no me cuadra con muchas de las cosas que allí viví, con las ideas pedagógicas y la entrega de Pedro Sánchez o con el trato que recibíamos de otros muchos profesores.
El modelo de profesor o maestro que yo había conocido en mi infancia (pasé por alguna escuela pública y por algún colegio de monjas) era mucho más cercano a la escuela decimonónica que a la actual. El castigo físico y psicológico eran casi norma. El profesor autoritario, lejano, cruel, ajeno a los problemas personales del alumno era frecuente. Probablemente exagero un poco si digo que la imagen que yo recuerdo del educador-tipo se parece un poco a lo que hemos podido ver en la película Los chicos del coro. Por cierto, tengo un par de amigos que, por cercanía, tenían que ir a colegios situados al otro lado de la frontera, y por allí las cosas no eran muy diferentes. Nada que ver con los Pedro Sánchez, Torrellas, Huarte, Iturbe, Olóriz, Box etc. (me callo las ovejas negras, que yo creo que eran minoría).
Lo mismo podría decir del modelo de cura, de la educación religiosa integrista, severa, tridentina y noña que recibí en mi infancia
Y esa era, al menos en mi caso, la alternativa. Éramos muy niños, o muy jóvenes, pero no tanto como para no ser conscientes de todo esto. Por otro lado, supongo que la mayoría de nosotros elegimos aquello libremente; y muchos de nosotros resistimos allí unos cuantos años.
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Repaso el texto y creo que quitaría y añadiría muchas cosas, pero no tengo tiempo y además un blog no es más que una conversación improvisada entre amigos, aunque lo dicho escrito quede.
Javier del Vigo -
Enrique Muñiz-Alique Iglesias...
Creo que aún no me he dirigido personalmente a ti en este re-encuentro de un tiempo pasado que estaba sepulto en alguna zona oscura de mi memoria... A decir verdad, sí que he citado tu bigote anti-bisexualistas; nada más! No te ofusqué, verdad? Estoy seguro de que tu mujer encontrará gustos varios en recorrerlo y sentirlo. Y esto es lo bello de re-encontrar a antiguos compañeros de estudios: Que las vivencias, los gustos, su interpretación... poco o nada tienen que ver con el presente; este presente nuestro, tan diferente de aquel pasado lejano!
Así que aprovecho tu cuarto a espadas en este portillo, en este debate honesto, con Juan Antonio Iturriaga para saludarte personalmente.
Te he visto en imágenes actuales. Estás hecho un toro, parece...
Un abrazo, viejo compañero!
Sé que has estado con el otro Muñiz,Javier, a quien tengo también gana de "ver"; de tocar,incluso. Saludos, de nuevo, "Ministro", tocayo...
He pasado varias veces por La Virgen del Camino, camino del Bierzo. Por ejemplo. Algunas veces, echaba una paradiña, mirada la impresionante mole del pórtico con sus toneladas de bronce, tomaba algo en los bares de enfrente, y seguía ruta. Prometo que la próxima vez que vaya o venga hacia Cacabelos, voy a intentar hacer una parada, si tu estás libre, para tomar un café o una cerveza en cualquier bar del entorno del Colegio. Contigo! Si te apeteciera...
Si el semáforo te permite llegar a tiempo, claro! Reitero mi gana de verte/vernos en octubre.
Seguiré leyéndote y seguiremos recordando un tiempo semiolvidado, con luces y sombras, como va apareciendo aquí, pero que nos dejó "marca".
En el debate de este "portillo", estoy también contigo. Un abrazo!
Enrique Muñiz-Alique Iglesias -
Yo creo que nuestro pasado no merece lamentos sobre un método de vida y enseñanza que, como muy acertadamente define Fernando Ferreras, nos produjo una cojera casi endémica y
de durísima y lenta rehabilitación; pero que también nos proporcionó un excelente imaginación, una mirada limpia - además de casi siempre inocente- y unos "dedos" hábiles que nos han destacado en muchos casos de cualquier aprobado ramplón durante más de cuarenta años por estas vías de pegajoso asfalto.
El análisis ahora de lo que vivimos entonces, yo no puedo acertarlo si lo realizo desde estos resultados. Yo lo observo como una especie película histórica, sin casi nada inventado, en la que me encuentro en un entorno dibujado en blanco y negro, en paisaje de las más variadas necesidades, materiales e ideológicas, que nos llevaron a coincidir allí sin que necesariamente nos acompañara un mismo motivo.
Por todo ello, aquel sistema educativo y/o formativo necesito sentirlo desde aquellos mismos condicionantes: en 1962, con sus medios y sus ritos; y actuado sobre personajillos llegados de muy diferentes orígenes y condiciones, para orientarlos con disciplina estricta, hacia un presumible y noble destino, hasta el que faltaban algunas inducciones y muchísimos filtros y evaluaciones -no siempre tan acertadas como necesarias- que concurrirían, en algún momento, con nuestras propias decisiones.
Para mí, y sin demasiada miel, el momento es el mejor reencuentro con quienes aprendieron conmigo a cojear (otra vez , Fernando, me apropio de tu ejemplo) y a escribir, a cantar, a vivir los primeros pasos dentro de un paréntesis vital tan duro y brillante como el que compartimos; y volver a hacerlo vibrar en el mismo lugar, con distinto color, pero con quien allí quise y aún quiero.
Javier del Vigo -
Deduzco, por lo que te escribe Oscar, Juan Antonio, que somos del mismo curso; o de los cursos inmediatos por arriba a abajo. La memoria, casi siempre, tiene lagunas. Y en este caso, la mía, la tiene: Al día de hoy no me recuerdo de ti. Lo siento! Algo será: serías muucho más joven, más incluso que los Josemari Cortés o Chema Sarmiento... Y cuidao que ellos eran jóvenes...!
Otro elemento de oscuridad en mi mente. Yo no recuerdo haber coincido con Marino Zugasti como director. Recuerdo al Padre Cura y al Padre Pedro. En los cursos inferiores -1º a 4º- y en los superiores. Si hubo más en mis tiempos, es que mi neurona, mi única neurona, efectivamente avanza a pasos agigantados hacia ese Halzeihmer que nos acecha por algún rincón del camino. No puedo ni coincidir ni discrepar contigo, por tanto, sobre los nuevos aires que dió al Colegio el padre Zugasti. Pero me alegro de que veas matices en el tiempo que estuviste allá. No todo el tiempo tiene para tí una lectura lineal y única. Y me alegro.
Amigo Juan Antonio: a mi me gusta discutir, debatir, discrepar... más que a un niño un pìrulí. Creo que si el debate es tranquilo, honesto, pleno... aún a estas alturas de mi vida -57 tacos- puedo descubrir riquezas intelectuales impresionantes. No me malinterpretes, por tanto, en la frase que has citado textualmente más arriba. Lo que quise decir es que -en mi opinión- la estructura educativa en la que vivimos tuvo sus luces y sus sombras. Que "picas y cruces" no sólo hay que interpretarlas a través de las vivencias personales. La reinterpretación de aquel tiempo desde la situación cultural actual del pais debe contextualizarse; a mi me gusta más esta, pero no puedo -soy historiador y viejo, qué le vamos a hacer!- olvidar que aquel tiempo no fue estos tiempos "democráticos"(?) actuales. El Colegio que tu soportaste hay que encajarlo en el tiempo -franquismo- en aquella sociedad -autoritaria- y en aquellos dominicos que "educaban" para ser frailes. No para otra cosa.
Y que te quede muy claro. No seré yo -no lo he hecho hasta aquí- quien haga un canto plano a aquella "educación"; quizá fuera algo más adulador si habláramos de aquella "enseñanza". Son cosas distintas. O no?
A mi, de este reencuentro, por fín, me encanta FUNDAMENTALMENTE -quizá ÚNICAMENTE- saber de unas personas con las que compartí unos años cruciales de nuestras vidas. Saber de su biografía, de su actualidad... Y esto no quiere decir poner sordina a nada. Sino poner cada cosa en su lugar.
Finalmente, me encantará discrepar contigo. Y coincidir. Cuando corresponda. Osea, que buscaré algún momento para mandarte un email. Mi correo electrónico, figura creo, en el apartado de Encontrados. Pero lo que abunda, no daña: javierdelvigo@gmail.com.
Si te apetece, salúdame. Prometo responderte.
Juan A. Iturriaga -
Lo que más me ha gustado es lo que me comenta Javier del Vigo:
Amigo Juan A.: si estás en esta tesitura, podremos hablar sin ira de aquel tiempo de pubertad y juventud primera, que tuvo cruces, pero que también tuvo sus picas en Flandes.
¿Qué quiere decir esta frase?
Naturalmente si estoy de acuerdo contigo, no tengo nada de que discutir. Todo es más fácil.
El problema es cuando no se está en esa tesitura.
Un amigo mío fue expulsado del colegio a los 14 años. Fumó algunos pitillos a destiempo, no encajaba, digamos que se le veía sin vocación y la dirección del colegio optó por llamar a sus padres invitándoles a que vinieran a recogerlo. Yo hasta aquí lo veo normal.
El problema surge cuando los padres, en vez de ir a recogerlo el mismo día de la llamada, programan el viaje para unos días después, quizás para el fin de semana.
¿Cuál es la reacción de la dirección del colegio?
Pues para evitar la posible contaminación, no se les ocurre más que llevarlo a unas habitaciones que había encima del garaje, que siempre las conocí vacías, y allí estuvo confinado hasta que vinieron a recogerlo. Recuerdo que Fray Francisquín le llevaba la comida.
Una de las cosas que más me ha sorprendido al entrar en este Blog, es ver las fotos de los frailes de entonces. Yo los recordaba viejos, muy mayores, distantes, de otra época, por eso los disculpaba en cierto modo, pero resulta que eran unos chavales.
Dejo claro que yo hablo de una época preconciliar, es decir, antes de la llegada del P. Marino Zugasti . Ya se que después todo fue, afortunadamente muy distinto.
Mi correo particular, por si hay alguien que me quiera contactar en privado es:
juaniturriaga@afaex.com
Oscar Fernandez Hidalgo -
Como han comentado Javier del Vigo y Mariano Estrada, has tocado un tema complejo. En una viñeta el médico le pregunta al paciente: a ver, dígame dónde le duele. Y el paciente responde ¡En la escuela!. La escuela es criticada, todo el mundo la cuestiona y todos la quieren arrastrar al propio terreno.
Creo leer en tus palabras sufrimiento durante los años en la Virgen del Camino y de verdad me apena, porque en parte uno se siente algo partícipe al no percatarse de lo que sucede alrededor. Tu modo de pensar y actuar es fruto de tus vivencias y por tanto las respeto. Los hechos suelen parecer iguales para todos, pero la interpretación cambia y ahí es donde yo cuento mi experiencia, para no responder con un simplismo.
Me tocó nacer en el año 1950 (leer Al paso alegre de la paz de Luis Otero y afines). Por entonces aún primaba el principio de autoridad en casa, en la calle, en la escuela, en la política española y en estos ámbitos recibí bofetadas, gritos, nalgadas, reglazos, dedos en alto. En política lo más que alcanc'e es a levantar mi mano infantil, cantando el cara al sol.
Cuando llegué a la Virgen del Camino no consideré extraño que la educación fuese espartana. Once meses juntos hacía que mis compañeros fuesen mis hermanos y aceptaba y entendía que mis profesores hiciesen no sólo de docentes sino también de educadores. Las reprimendas, los castigos, las duchas de agua fría y las mañanitas de San Juan iban aderezadas también con enseñanza de nivel,responsabilidadd, un segundo oficio (en mi caso peluquero), cariño, preocupación, aliento, y de todo esto muchísimo más que de lo primero. Cuando me reprendían, no me gustaba y me cabreaba lo mismo que en casa, pero al tiempo me pasaba, porque nunca percibí rencor, a este se la guardo ni segundas intenciones en mis profesores. Me animaban a leer, a encontrar caminos por mí mismo, a desarrollar mis mejores actitudes y a descubrir las ocultas. Que algún profesor fuese menos dotado o un adelantado pedagogo para su tiempo, no desmerece el resto, porque otras virtudes suplían las deficiencias.
Con el paso de los años, esta visión se engrandece porque uno ve lo difícil que es enseñar, educar o como se diga. El pensamiento general, político, social y sobre todo en la pedagogía ha cambiado mucho desde entonces. Me imagino a mis profesores con la mentalidad del sitio y momento en la que les tocó vivir en los años cincuenta y sesenta, cambiando y reciclándose a velocidad vertiginosa, como yo he tenido que hacer entre mis hijos, la mayor de 29 y la menor de 12.
Y termino con otra viñeta. Profesor: Y, en casa, ¿En qué idioma habláis? Alumno: ¡En casa no hablamos!
Juan, perdona esta apertura del corazón.
El gran placer de pelearse es poder hacer las paces (Alfred de Mussel).
Un abrazo
Oskar Fernanderra Idalgurra
Fernando Ferreras Llamazares -
Yo soy miembro del siguiente escalón a vosotros en el colegio. ¡Ojala! en este país nuestro en los años 60 y 70 se hubiera podido disponer de los medios que hay hoy. Pero no fue así. Aunque noscueste creelo, había mucha o muchas miserias. Estudiar en un colegio como el de los dominicos era un "lujo", no solo material, sino de aperturas de mentes, allí si uno era medianamente hábil, y no digo inteligente, podías ver los cambios culturales y políticos que experimentaba nuestro país, y acceder a información que en otro lugares no tenías.
Por supuesto que en el colegio me dejarón cojo, y que me ha costado mucho en la vida hacer la rehabilitación, pero no lo podíamos tener todo. Hoy sería impensable un colegio así...pero hay que verlo desde el contexto en que a cada no de nosotros nos tocó estar, vivir, convivir, aprender, sufrir , gozar, descubrir...
Mariano Estrada -
Estoy con Javier en que el de la enseñanza es un terreno difícil y resbaladizo. No hay más que ver que es la profesión que tiene más gente en el psicólogo. Por algo será. Y aunque yo no soy enseñante, ni lo quiero ser, sí me atreví cuando tocaba a hacer unas reflexiones sobre el asunto. Al fin y al cabo soy padre y ciudadano. Las dejo aquí, ya que vienen a cuento.
Reflexiones sobre la enseñanza
Yo creo que los alumnos de hoy son hijos de nuestro tiempo. Hace unos años, cuando había un conflicto entre el alumno y el maestro, los padres, en general, se ponían del lado de éste. Digamos que se fiaban de la profesionalidad y del buen hacer de quien, además de vivir con el niño muchas horas al día cada día, sentía y asumía la responsabilidad de enseñarle tanto las materias referidas al estudio como las referidas al comportamiento, ambas necesarias para su posterior integración en la sociedad. Tenía interés y se esforzaba en lograrlo, porque el maestro, en España, lo ha sido siempre por vocación, las excepciones aparte. Y le decía a los padres no sólo de qué pie cojeaba su hijo, sino también en qué destacaba y qué aspectos había que potenciar. Digamos que la educación era un conjunto de cosas, de las que unas se aprendían en casa y otras en la escuela, algunas como complemento, algunas como prolongación.
La disciplina, según lo veo yo, es absolutamente imprescindible. El castigo, dentro de unos parámetros de racionalidad, es un límite de la enseñanza. Ahora se vuelve a discutir si el cachete es una parte asumible de ese castigo. Hay expertos y sociedades que dicen que sí. Hay expertos y sociedades que dicen que no. Yo fui educado en la época del cachete, me dieron algunos, no muchos, tanto mis padres como mis maestros, y no creo haber sufrido secuela ninguna, ni les he guardado nunca rencor. Creo, sin embargo, que el tema es harto complejo y discutible. Y que un caso concreto no puede erigirse en norma, ni unos cuantos tampoco.
Pero ahora todo esto ha cambiado. Un día, en un pequeño conflicto entre maestro y alumno, un padre se colocó ciega e irracionalmente al lado de su hijo: Usted a mi hijo no le levanta la voz Usted a mi hijo no le toca Usted a mi hijo no le castiga Usted a mi hijo, tal Usted a mi hijo, cual Usted a mi hijo. Todo esto de forma brutalmente sentimental, a menudo hasta sensiblera. Tal vez incluso primaria y, como digo, irracional. Ahí empezó el acoso. Los espacios se fueron acotando, los maestros se fueron retrayendo. Los niños se percataron de su poder... y lo ejercieron. Lo demás está ahí, con variantes, a la vista de todos. Niños subidos a la parra y maestros sumidos en la impotencia y cargados de inhibición y de depresiones. Éste es el panorama. Quien tenga ojos que vea. Los maestros lo saben. Los políticos lo saben. Pero a ver quien le pone ahora el cascabel al gato.
La religión. Yo creo que la religión ha caminado siempre al lado de la humanidad, de una forma o de otra y cualquiera que haya sido su desarrollo. Por lo tanto, parece que es una parte importante de la misma, por lo que no podemos cargárnosla de pronto de un plumazo. Ahí está, y creo que hay que enseñarles a nuestros hijos lo que ha significado en la evolución de las sociedades y las civilizaciones, con lo bueno y lo malo, que de todo ha habido. En cuanto a la religión como práctica, debe remitirse al ámbito privado, desde luego. Con todas las consecuencias, incluida la financiación. Habrá que ver que se hace con el patrimonio de la Iglesia, cómo se mantiene. Habrá que ver quién la sustituye en determinadas funciones. Habrá que ver cómo se pagan otras funciones que pueda seguir haciendo, similares a las que hacen las onegés. En fin, todo eso se puede estudiar, pero lo cierto es que hay que quitarle a la Iglesia ese carácter público que aún tiene en España.
De la enseñanza privada nada diré, porque ya se defiende bien ella misma. Solamente que su existencia no puede redundar de ningún modo en detrimento de la pública, la cual debe tener garantizadas las necesidades y la calidad. A partir de ahí, cada cual es libre de llevar a sus hijos donde quiera.
Y voy a terminar diciendo que yo fui a la escuela pública. Mis hijos fueron a la escuela pública. La escuela pública ha funcionado antes, en épocas con condiciones mucho peores que la nuestra, especialmente económicas ¿Por qué no ha de funcionar hoy? Desde luego hay que dotarla de medios, pero, antes que nada, a los maestros hay que devolverles la dignidad ¿Cómo? Con el imprescindible reconocimiento, con las necesarias atribuciones y retribuciones, con los medios adecuados y suficientes. Devolviéndoles el respeto que nunca debieron perder, que nunca les debimos quitar. Para que ellos se reencuentren con la vocación, que seguro que tienen, y recuperen la confianza en sí mismos, eso que ahora llamamos autoestima. Me refiero al respeto de los niños y al de los padres, desde luego, pero también al de la sociedad, al de la administración y al de la política. Sí, sí, al de la administración y al de la política. Ya está bien de que la enseñanza sea un instrumento para ganar elecciones o tirarse los trastos a la cabeza.
Mariano Estrada
Javier del Vigo -
Josemari, hubo siempre gentes con estrella -tu, ala!, al mar, unos días, en pleno tiempo de sudar la gota gorda en el "curro" porque te me has estresado, tanto blog, tanto morlaco, pobrecito...- mientras otros seguimos estrellados, en el "tajo". Es mi caso, además: entre obligación y devoción, de aquí a mediados de junio puede decirse que "trabajo":Exámenes finales del bachillerato, tribunales de Selectividad... Hay gentes que siguen creyendo que "los de la enseñanza" no sabemos qué es trabajar... Pobres ignorantes, cegatos, envidiosos!
Nadie de los que por aquí pasais sois de esa opinión, no?
Si alguien hubiera, que me lo razone. O si no, que se deje aconsejar: tengo yo una muy buena amiga, multidisciplinar. Es oftalmóloga -contra cegatos-, "sesóloga" -hace unos arreglos cerebrales de cojones, con perdón- y encima de ser bonita, tiene la cantinela del español bonaerense, mientras bucea en nuestro acomplejado "subconsciente" que escribiera el viejo Freud. En fin, compañeros, un chollito mi amiga interdisciplinar! Y encima, barata!
Y esto, mientras en Madrid los prebostes del PSOE empiezan a dimitir, a irse a sus antiguos trabajos, a sus campamentos de invierno... ¿Será verdad?
Confieso no recordar a Juan A. Iturriaga. Yo soy, Iturriaga, de aquella promoción que se iniciaba en La Virgen del Camino en 1961 -los Josemari Cortés,Patxi San José, Chema Sarmiento, Barrigón, Tejo-. Tu eres más joven, supongo. Si te me ubicas, tendremos mas elementos de referencia para dialogar y comprender. De quienes por aquí dejamos "letritas", creo yo que has sido y sigues siendo el más "crítico" con el tipo de enseñanza/educación que recibimos. ¿Disfrutamos, sufrimos? Uf! según...
Si has husmeado, Juan A. Iturriaga, por los diversos portillos que Josemari ha ido abriendo en este blog antes de irse a tomar el sol a las Islas Vírgenes, habrás notado que no hay solo aplausos, palmas e inclinaciones serviles. Desde luego, no a la época; a sus estructuras. A nuestra educación. Entre otros, yo he dejado "testimonio" de algunos puntos flacos que aquella educación tuvo y no me gustaron. Pero la "culpa" no fue de la estructura "dominicos", sólo. ¿ Hablamos en pararelo del franquismo, político y sociológico, Juan A.? ¿Es mejor el actual sistema de enseñanza, que ha desvalorizado y desmotivado a los jóvenes, frente al valor creciente del dinero, el precio que se pone al sexo -ahora,sí, con "x"- la falta de respeto a la intimidad de las personas, aireada machaconamente en medios de comunicación...?
No me gusta poner en la balanza el blanco o el negro; la gama de grises es riquísima.Casi infinita. No me gusta pontificar. He visto -disfrutado y padecido-durante 30 años de docencia en Instituto público en qué han convertido la "enseñanza" en la actualidad. No he escrito, conscientemente, "educación",escondida hoy en los centros de enseñanza "confesionales", privados...
Y aquellos dominicos nuestros no han podido -¿querido?- mantener su colegio -con unas instalaciones dignas, muy dignas- entre los actuales colegios privados, confesionales, elitistas de León capital y provincia...
Por este blog he sabido que el colegio está cerrado actualmente. Pudieron haber optado por ser "educadores con ideario" de la "burguesía" leonesa. Sin saber las causas, que desconozco, lo cierto es que no lo hicieron. Y en León sigue habiendo centros privados y/o concertados, no?
Todo lo que he escrito anteriormente, Juan A. Iturriaga, obviando que aquel colegio estuvo abierto como "semillero de frailes dominicos", -¿has mirado las fotos de compañeros nuestros que se enseñan vestidos de blanco y negro? ¿has visto el listado que Josemari ha ido recolectando, en el que hay frailes, viejos compañeros nuestros, ostentando cargos, altos incluso, en la organización "dominicos"?- al que fuimos "voluntariamente" aquellos cientos de muchachos, plenamente convencidos o bien del caracter "apostólico" de la vocación o como alternativa a una sociedad dificil, en la que aquellos colegios eran un camino para poder acceder a la cultura...
Bueno, Juan ¿Antonio?. Ya me enrollé. Lo siento. Sepas que entre otras razones del tiempo que no he sabido nada de los viejos compas, estuvo el cambio ideológico y de rumbo vital que me supuso comprender que yo nada tenía que ver con los "apostólicos" dominicos. Que mi batalla pública iba por elmundo social y político de izquierdas. Así que en aquel nuevo campo de deportes me convertí en primera figura, lider antisistema, hombre de "izquierdas"... Entre ateo y agnóstico, crítico con el mundo oficial de la Jerarquía Católica...
No he variado mucho de creencia. Pero he sabido remansar las aguas. He tenido que batallar con los sistemas de enseñanza/aprendizaje,profesionalmente. Y hoy, diferenciando la estructura, de la que eludo hacer crítica severa, prefiero recordar a las personas,amigos míos hace más de 30 años, a los que quisiera mantener en mi alrededor, respetando el tiempo transcurrido, las experiencias vividas, las diferencias que tendremos, a buen seguro...
Amigo Juan A.: si estás en esta tesitura, podremos hablar sin ira de aquel tiempo de pubertad y juventud primera, que tuvo cruces, pero que tambien tuvo sus picas en Flandes.
Un abrazo, compañero, de quien espero aprender mucho todavía en este recodo del camino.
Juan A. Iturriaga -
Durante años colaboré con jóvenes, en diversos movimientos católicos y no católicos, he sido padre, tengo veintiún sobrinos y te puedo asegurar que, en mi modesta opinión, hay vida fuera del huevo en el que nos tuvieron. Además vida sana, muy sana.
Si solo ves jóvenes que empujan inválidos, tendrás que cambiar de ambiente, o mirar al resto de los transeúntes.
Recuerdo en Oviedo una calle muy cerca de la catedral, en la que había una panadería, una casa de putas, un par de tiendas viejas un poco indefinidas, y al final un convento de monjas. Todo esto a menos de cien metros de la Universidad y del Obispado. Lo bonito de la educación es que cada uno frecuenta el sitio que considera más oportuno en función de sus valores u otras motivaciones.
Yo creo que en otros tiempos se limitaban a cerrar la casa de putas.
Mariano Estrada -
Queridos amigos:
La lectura de las notas, tan temida y/o tan esperada, ponía fin al curso y daba el pistoletazo de las vacaciones. No es que nos fuéramos a casa, porque a casa sólo íbamos en agosto, pero era una etapa mucho más relajada, en la que decaían las actividades más lacerantes y pesarosas y se ponían en juego otras más atractivas, más lúdicas...
De alguna manera queda recogido en estos versos que os dejo aquí, que fueron publicados en el periódico mural del Colegio y que, casi milagrosamente, han aparecido entre los pocos documentos que conservo de aquel mágico entonces.
Sed indulgentes. Pensad que yo escribía por mera diversión (ni siquiera sabía aún que existieran cosas como el diletantismo), pero eso que se llama escribir no me lo tomé en serio hasta muchos años después... Incluso años después de haber ganado algún premio. Evidentemente, yo no exhibiría esta joya por otra causa que no fuera la que aquí nos reúne y que consiste, entre otras cosas, en celebrar la inocencia.
Un abrazo
Vacaciones
Ya llega el final de curso,
ya comienza la alegría
que es la canción que en el día
más repiten los alumnos.
Mas cuidad bien de que el fin
no sea malo, os lo ruego.
Que no haya un Transportes griego
con ruedas de Michelín.
Aprobad literatura,
no suspendáis el francés,
no carguéis con el inglés
ni siquiera con la música.
Mas tened cuidado, ¡eh!
no caigáis en tentaciones,
dad al cuerpo vacaciones
pero al alma no las deis.
Alme (Pseudónimo de Mariano Estrada en el Periódico mural del colegio)
Pudo ser escrito en el año 63 ó 64, estando en 3º o en 4º.
Manuel Castañón Morán, si tiene buena memoria, podría recordar esta y otras obras de arte, ya que era el primero al que se las daba a leer. Porque estaba cerca y decía que le gustaban ¿La recuerdas, querido Castañón? Eso sí que sería realmente un milagro. Un abrazo.
Un abrazo a todos
santiago rodriguez -
Si, hablemos de cosas más agradables, en verdad no era el actual sistema, incluso en La virgen hubo un fraile del que prefiero no acordarme, al que considero que no estaba preparado como formador y además tenia grandes dosis de cobardía; pero prefiero esa educación a la de Almodovar; nunca en nuestra época y con la formación que recibimos ocurrió lo que he visto esta tarde y que en aspecto parecido he contemplado muchas veces en esta época, un par de mozalbetes hacer bajar a un invalido de la acera a pesar de que iba apoyandose en muletas.
La mayoría agradecemos ese tiempo que nos formo como personas y yo sigo este sistema con mis hijos que me ha dado un buen resultado.
Incluso una persona de mi tiempo que ha abandonado la religión catolica oficialmente, recuerda como tiempos ejemplares aquellos de formación, sus palabras han sido textualmente: aunque rechace sus dogmas no puedo rechazar su educación.
Juan A. Iturriaga -
Había otro momento parecido, antes de ir a la cama después de las últimas oraciones en la escuela menor. Por haber hablado en alguna fila, u otra idiotez por el estilo, a un niño de doce años, se le ponía en pie, y delante de sus compañeros, recibía estoico un sermón tridentino para no comentar hoy en día. Mejor lo olvidemos.
Hablemos de cosas más agradables.