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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

COLOR (Por Fernando M. Box)

COLOR (Por Fernando M. Box)

Voy a intentar ser breve y conciso, pero sobre todo preciso, en este tema del color. O de los colores, si se prefiere.

 

El primer asunto que le surge a quien quiera filosofar un poco sobre el asunto es el tremendo de la definición, que soslayaré para no meter la pata.

El segundo asunto es el de la residencia, ¿dónde reside el color?, en el que me voy a detener, con lo que sacaremos en consecuencia que la polisemia nos persigue en casi todos los temas a que nos afrontamos.

 

La cuestión es si el color reside en la luz, en las cosas, en el ojo o en el cerebro, o si en efecto hay muchas clases de colores, que conviene distinguir.

 

Que la luz "blanca" se pueda descomponer en los siete colores célebres lo admiten en principio tanto Newton como Goethe, es decir un físico y un literato, admirables los dos. Newton preveía que la distinción en colores podría tener su origen, como en las notas del sonido, en las diferentes frecuencias de la luz (frecuencias de vibración y entonces, ¿qué es lo que vibra?). Mientras Goethe sostiene que una cualidad importante del color es el contraste con otros colores. El pintor Josef Albers le dará a la larga la razón en esto.

 

En cuanto a Goethe distingue colores físicos y colores químicos adelantándose a lo que viene ahora, o sea saber si los colores residen sólo en la luz o lo hacen en las cosas o realidades del mundo, y del mundo de la pintura. Hay que decir que Goethe se enfrenta más a los seguidores de Newton, los newtonianos, que al propio genio, Es cierto que las cosas tienen color, y hay colores de todo tipo, y primarios y secundarios, que no se comportan como los colores físicos; y yo añado también que hay algunos que no estan en el arco iris como los marrones o los grises (si se pueden llamar colores a estos últimos).

 

Si los colores residen en el ojo, en la retina, entonces entrará en juego la fisiología, y aparece Schopenhauer quien como médico sabe de ciertos fenómenos y deficiencias que se tendrán que explicar a ese nivel. Pero ignora que existan en la retina conos y bastones, es decir células diferenciadas y con diferentes propiedades y comportamientos, que nos hablan hoy de productos químicos que explican las reacciones neuronales correspondientes.

 

Hay tres sustancias químicas y tres tipos de conos que las producen, según se ha creído durante mucho tiempo. Hoy se insinúa una cuarta sustancia que cumple un distinto papel, pero lo dejo.

 

Por último esa realidad de la imagen retiniana afecta químicamente al nervio óptico y llega al cerebro de cada uno para que veamos el color. Todos hemos aprendido a llamar con un nombre eso que nos llega sin tener la seguridad de que los demás ven lo que nosotros y del mismo modo. Y donde la sensibilidad ayuda a disfrutar de los colores a quienes sean más receptivos y más artistas. El papel de la educación es suplir con la enseñanza lo que "natura non dat".

 

También sabemos que hay cegueras por alteración en el ojo o en la retina y que hay cegueras del color que pueden estar en los circuitos neuronales de personas con ojos perfectos o en las deficiencias retinales de los que tiene perfecta su psique.

 

Terminaré con la pregunta que hago a mis oyentes al comenzar algunas conferencias sobre la visión, para chincharles un poco: ¿Vemos todo lo que existe? ¿Existe todo lo que vemos?

 

Fernando M. Box , 10 febrero 2017

13 comentarios

ANONIMO -

LO EXENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS

L. Fierro -

Es envidiable esta clase de seres humanos tan seguros de sí mismos, tan justos y certeros, siempre atentos a poner los puntos sobre las íes.

Miguel Ángel Díez Ordóñez -

Me parece conveniente empezar a leer la Biblia por el principio. No debe ser un libro que se lea mucho; yo tampoco lo hago. Como con los otros, hay que leerlo y dejarlo.
Pero ofrece aspectos muy interesantes:
Muy al principio ya nos define: “Creced y multiplicaos y dominad a los seres que en la tierra habitan”.
Este imperativo es profunda y condensada psicología del humano que resume la esencia del hombre: sexo y poder, como extensión duplicada que la autoconservación atesora. Acorde con este mandato, después de siglos, pensó Freud sobre el ‘poder de la sexualidad’ y Nietzsche sobre ‘la voluntad de poder’.
Tiene aspectos contradictorios:
El señor inicial es enérgico y despiadado y el final, sólo Amor.
El señor inicial exige que no adoremos otros dioses antes que él (por tanto los admite) y el final es Único.
La cultura judeo-cristiana se refiere a la mujer como incitadora del pecado, del conocimiento del bien y del mal. Menos mal que por boca de Dios también dice: “Compañera te doy que no esclava”, y, considerando esto, parece equilibrar un poco el desacierto.
La cultura judaica concibe el trabajo como un mal (consecuencia de la expulsión del hombre del Paraíso) y la cultura oriental (Confucio) como una realización personal.
Narra aspectos menos conocidos:
Génesis 1, 8-10.”…pero cuando Onam entraba a la mujer de su hermano se derramaba en tierra…” Esto es coitus interruptus, marcha atrás. Y generalmente al onanismo lo interpretamos como masturbación.
Tiene apreciaciones que merecen un delicado análisis:
La deidad hindú Vishnu ya se divide en “trinidad” más de mil años antes…
Esta cita es interesante: en Corintios 4, 20 dice que “el reino de Dios no consiste en palabras sino en poder”.
El Estado Vaticano quiso ampliar su imperio: Roma y Bizancio; pero allá por el 1543 los otomanos/turcos no lo permitieron. Si se alientan y fortalecen fundamentalismos religiosos a la postre surge el enfrentamiento.
Si la memoria no me la juega, Roma tenía en el siglo XVI unos 25.000 habitantes; 5.000 eran prostitutas y 2.500 putos, gigolos. Un tercio de la población. La Iglesia nunca vio esto y lo tuvo a las puertas de su casa. No se trata de dibujar el mundo a nuestro antojo sino de ver el mundo tal cual es.
La mayoría de los hombres hemos vivido sin hacer caso a los preceptos bíblicos: comemos sangre, adoramos a dioses de metal, trabajamos los días del señor, cocemos el cabrito en la leche de su madre, ponemos bozal al buey que trilla… y ahora queremos poner silencio al rebuzno del asno. La lengua bífida de la serpiente de la sabiduría no se va callar ni aunque la encierren en San Marcos.
Digo que los “–ismo” sólo son un paréntesis en el Tiempo.
Que Eros/Zanatos es un concepto fundamental.
Y que la manera que tiene el cerebro de comprimir el tiempo para conectar dos sucesos alejados es la abstracción.
Pero no te burles de mí porque te he dejado sin dientes, porque una risa sin dientes me parece desvencijada, de una razón fuera de quicio; también por quince días he callado tu lengua, ¿no es por esto importante la coz del burro?
No creo que haya nadie que se atreva a insultarme cara a cara en Siria en su estado actual. Osado sería.
Es más sencillo, admitámoslo: ¡Somos diferentes miradas!
Ya antes fue así.
Me dedicas unas perlas muy sabrosas e indicativas; no está en mi ánimo continuar con apreciaciones personalistas, pero para ponerme a tu altura yo te dedico ésta: “gongorilla”.

fernando muñoz box -

Gracias Miguel Ángel. Tú también mereces mi consideración. Y creo que por ahora no es tiempo de cambiar las respuestas que te acompañan y satisfacen.

Lo que se me ocurre añadir a lo tuyo es algo que me trae un poco "frito". Y es que la consideración física del comportamiento de la naturaleza es interesante, es casi necesaria, sirve para que el mundo adelante técnicamente, pero no es una explicación total. Es sólo una manera de ver.

Por eso me apetece elucubrar un poco sobre estas cosas y reconozco que el tema de la luz me apasiona. Y me hace decir: "La luz la creamos cuando vemos". Es una afirmación tajante con la que no estarán de acuerdo ni los físicos , ni los filósofos, pero a mí me gusta.

Y paso a otra cosa: No conocía, pues no es mi especialidad, que a Freud le interesase lo del color durante el sueño, y me encanta aprender cosas nuevas. Y estoy de acuerdo contigo en lo de las ideas que el cerebro transforma, dotándolas de color o no dotándolas sin que sepamos por qué.
Pero te confesaré que la pregunta se la hago a algunos auditorios para rebatirles lo del blanco y negro, que es una influencia moderna debida al cine. A nuestros abuelos (o tatarabuelos) no se les pasaba esto por la mente...

Termino con el color de la nieve. Se debe a un fenómeno que la física llama dispersión, y la nieve es blanca cuando está iluminada por luz blanca, y será de otro color con otra iluminación. El color del cielo se debe al mismo fenómeno cuando lo vemos azul, pero como lo recordamos siempre azul no nos fijamos en los rojos atardeceres (influjo de la memoria del que también habla la revista científica Nature).
En cuanto al verde de los árboles, me ha dicho Izquieta que los indios del Amazonas tienen siete palabras distintas para el verde, porque a ellos les sobran verdes, o por decirlo de otro modo tienen para dar y tomar...

Pero la pregunta sigue siendo: ¿dónde está el color?

Miguel Ángel Díez Ordóñez -

Mereces consideración escrita, Fernando.
No, no recurrí a Internet; había recurrido a internet hace unos años. Tomé notas entonces; ahora volví a mi escrito, corté, pegué y recorté... pero como yo me entiendo... me desentendí de expresarme para otros.
(El inconsciente me advertía y escribí: está en Internet)

Con pocas palabras podemos comunicarnos. Seré breve.
El color es la descomposición de la luz con tres colores primarios: rojo, amarillo y azul, nos dijeron.
La Física se aleja de esta apreciación y ahora reconoce que hay dos formas de conseguir el color: con luz(síntesis aditiva) o con pigmento(Síntesis sustractiva).
Los colores primarios y secundarios cambian y son diferentes en cada una de ellas y no son los 'establecidos'.
Me llamó la atención el cambio, lo fijo convirtiéndose en mutable: Parménides vs Heráclito.
La percepciones humanas están acotadas. La apreciación del ojo humano puede ser una percepción inexacta, se engaña.
Respondo a tus sugerentes preguntas, a mi manera, con la intención de que aporten otra luz:
Color nieve: ¿con qué color la iluminamos?
Azul cielo: el cielo es azul y los árboles son verdes... si los miramos(o los recordamos)
Color sueños: (ésta ya le daba guerra a Freud)Sueño en 'ideas' que el cerebro transforma en imágenes que a veces tienen color y otras no o no tan definido.
Esta respuesta hace treinta años que me acompaña y satisface. A lo mejor es tiempo de cambiarla.

fernando muñoz box -

Yo también creo que el blog es para que nos comuniquemos y nos desahoguemos cuando preciso fuere. Pero a pesar de amar el arte barroco y por supuesto la música barroca, no soy capaz de barroquismos cuando trato de expresar cosas que se salen de la literatura (por no llamarlas científicas).

Reconozco que fui sobrio en mi exposición y no demasiado cuidadoso en algunas expresiones (abusé de la palabra asuntos). A Baldo le dieron motivo para hablarme de algo con lo que puede que yo esté de acuerdo, valores y contravalores, pero que me cansa un poco. En cuanto a Miguel Ángel le sugirieron buscar algunas citas del Internet que, como suele suceder, cuentan cosas que están bien y cosas que están menos bien. A mí es un lenguaje que cuando se trata de decir cosas precisas me parece un bla, bla, bla...

Me hubiera gustado que Luis Carrizo, que escribe tan bien, o Jesús Herrero que tiene chispa hubieran añadido algo, sin necesidad de decir que lo mío estaba bien. Me gusta la crítica positiva.
También hubiera querido leer algo de Vibot, no porque pensase que quería argumentarme científicamente, sino porque el pensar poético refresca nuestras neuronas, un poco áridas por culpa de tanta y tan molesta realidad.

Como a Ordoñez le interesan las preguntas puedo añadir éstas:
¿Es blanca la nieve blanca?
¿El cielo, es azul?
¿Soñamos en color o en blanco y negro?

Y le advierto que no es cierto que sólo exista lo que vemos, porque todos los entes, o seres ideados de nuestra mente, existen con una existencia distinta de la de los seres de la realidad. Incluso en la realidad existen montones de cosas que no vemos, empezando por los ruidos, la maravillosa música ( y la otra, menos maravillosa), los olores, los sabores.

Gracias, por aguantarme. Gracias a Josemari por publicar lo que le mandé. Gracias a todos los que quieren seguir teniendo vivo este blog.

Baldo -

Quiero haceros partícipes, por si os ocurre, de algo extraño que me sucedió recientemente: leí un texto y no entendí ni palabra. Ya sé que estamos viviendo una gran época de analfabetismo ilustrado, y que, como los demás, yo he caído de bruces en él. Pero mi santa, que pertenece al gremio sanitario me dijo: "son las gafas progresivas que llevas; necesitas unas de leer entre líneas". Yo, ni corto ni perezoso, casi sin vestirme de domingo, me acerque veloz a General Óptica, y, efectivamente, pedía las gafas que me había prescrito mi santa. ¡"Que sean las mejores!, grité nervioso, por si acaso me traían unas de promoción de seis por el precio de ocho. La señorita que me atendió amabilísimamente me informó de que éstas sólo las fabrican en la universidad de Bristol, en el departamento de Física Óptica. Me las colocó con suavidad y seguí sin entender nada del escrito de marras. Miento. Vi entre líneas una frase: "ni el dinero ni la úlcera gastroduodenal dan la felicidad". Nada más.
En un momento me pasaron por la mente mil y una causas de mi estado: que había tenido dos desprendimientos de vítreo; que ya no estaba en la tercera ni cuarta edad, sino en la quinta; que me había enfrascado leyendo largas horas las obras escogidas de Dios; que me había vuelto muy machista, porque cada vez que mi santa me pegaba, yo le respondía. La verdad es había caído en una confusión que ni yo mismo sabía quién era. Pero sí pude recordar una frase de Larra: " Escribir cosas ininteligibles es cosa de personas muy inteligentes". Me quedé con esta copla, pero la señorita amabilísima me despertó de la enajenación en que estaba sumido y me dijo: "Le aconsejo que visite a un neurólogo; en este mismo portal, en el cuarto piso, hay uno muy competente". Le di las gracias, subí las escaleras de dos en una hasta el cuarto y llamé a la puerta.

Le conté a la enfermera lo que me pasaba y enseguida me pasó al despacho del doctor neurólogo. Le repetí los síntomas que padecía, se levantó de la silla con cornucopia (se ve que el neurólogo nadaba en la abundancia, como lo simbolizaba aquel gran cuerno del que rebosaban frutas, flores, monedas y toda clase de bienes y riqueza), me tocó la frente y me dijo: ¡Ya está! ¡Ud. pertenece al común de los mortales, no así al que escribió ese texto! Sin yo preguntarle nada –porque estaba casi anonadado hasta la muerte de cruz–, se explayó en una breve pero, a mi modo de ver, sabrosa explicación. "El común de los mortales tenemos los circuitos neuronales formando paralelepípedos (un poliedro de seis caras (hexaedro), cada una de las cuales es un paralelogramo; un hexaedro con tres pares de caras paralelas; un prisma cuya base es un paralelogramo). Hay una tribu en la polinesia, de unos veinte miembros, que tienen unidos sus circuitos neuronales en forma de pirámide truncada. Se conoce otra tribu de tres personas en la Amazonía profunda cuyos circuitos neuronales forman dodecaedros muy irregulares". En aquél momento me vino un chispazo y, con la lógica del doctor, me dije: Santines Santamarta tiene que tener unidos los circuitos neuronales en décimas. ¿Y cómo serán los circuitos neuronales del Pitu, Manolón, Carrizo, Javi de Pablos, Vibot, Heredia, Jesusitodemivida, Miguel Ángel, Tejo, Pajarín, PiñeraBaxo, Pedro el Venerable y tantos otros amigos entrañables? Y aquí se me acabó el chispazo, porque el doctor me soltó lo más importante: "y, por último están los circuitos neuronales de los que piensan con el culo, que tienen forma de esfera, elipse, óvalo, ovoide, glúteos y otras similares. Debe de ser –aclaró el doctor, que se ve que estaba impuesto en la materia– porque, como la función crea el órgano y los órganos donde están asentados estos circuitos tiene formas esféricas, elípticas o similares, deducimos que esos circuitos de los que piensan con el culo necesariamente han de tener la misma forma. Nunca entenderás, siguió pormenorizándome el galeno, nada de lo que piense o escriba alguien que piense con el culo. Ni tampoco te entenderá él a ti, porque los circuitos neuronales de ambos son incomunicables, irreductibles e insustituibles unos por otros". " ¿Y cómo reconocer a uno que piense con el culo y no lo haga como el común de los mortales?" le pregunté yo, ya menos tenso –más relajado, según Rajoy– que cuando había entrado en la consulta. "Externamente, en nada, porque tienen el culo donde los demás tenemos el cerebro. Por eso lo primero que yo le hice a Ud. fue palparle la frente. Miento, externamente sí se nota en algo: que de cuando en cuando, pasan la bocamanga del traje, de la camisa o de la propia mano por la frente dos o tres veces, con una bocamanga o incluso con las dos". "Muchas gracias, señor doctor, por la angustia que me ha quitado y por la información tan exhaustiva que me ha dado". Pagué los 874,20 € que me costó la consulta y marché para casa con una alegría como no la había sentido desde que hice la primera comunión, en la que, en vez de sopas de ajo, desayuné chocolate.
Pero al cruzar el paso de peatones que está después del teatro Campoamor –y como la espera en ese semáforo es larga– me dediqué a mirar a los peatones de la acera de enfrente, y cuál no sería mi sorpresa cuando veo a uno que se limpia varias veces la frente con la bocamanga de la chaqueta. Di un rodeo por otro camino, aceleré el paso y cada poco miraba hacia atrás por si me perseguía. Llegué a casa extenuado, me eché en el sofá y dormí por lo menos tres horas. Ahora que ya estoy informado y descansado, lo comunico gustoso por si a alguien le sucede algo igual, que sepa cuál es la verdadera causa.

Miguel Ángel Díez Ordóñez -

¡Lo sabía!, sabía que provocaba con la respuesta.
No voy a entrar en el laberinto de las preguntas encadenadas pero voy a decir que la respuesta correcta a una pregunta que pregunta por TODO debe empezar por NO.
Baldo: mi última respuesta se refiere a la visión, a la luz que capta el ojo.
Ni el píloro ni la brisa ni el sonido ni el olor los vemos... ni muchas frecuencias de onda, no lo olvidé cuando contestaba.
Me pareció un guiño tuyo diciendo que coincidimos por el 1975 y no te contesté, ahora nombras a Cuchi y, pareciéndome insistencia, te quise dar pie con mis preguntas. Me equivoqué.
Inicialmente, en seguida, te dije que estaba de acuerdo con la teoría de la exposición que hacías de Chávarri pero que no veía la manera de realizarla. Y me mantengo en ello. Contrasto el mundo. Para ser, los colores contrastan. Por ello y por más hago esas preguntas.
Lo que no esperaba de ti era tanta hilaridad; una respuesta sí. Llegas al enojo ¿Sabes que me provocaste una alargada sonrisa al acabar de leerte? ¿No te habrás cabreado en demasía, quizá innecesariamente? Allá tú.
Hablas de porcentajes altísimos de beneficios, ???, de piel humana-yo no me dejo hacer una transfusión de esas-, de peces contraseña- ¿como la secta de los ordenadores, la cuota de club?-, y ese desprecio manifiesto hacia los pescadores, hacia tu propio pasado de pescador... hacia los pescadores apóstoles de Cristo... ¿Se te ha ido la pinza?
Repasa esta 'edición' que me mandas porque esto no lo compra ni dios... y tus anhelados beneficios desaparecerán.

Sólo espero que lo hayas leído por la mañana, porque si lo leíste anoche y se enteran de tu estado me van llamar Bayer, Pfizer y Chemo... y me van a eurovalorar más que una 'pastilla azul'... pero para quitar el sueño.
Con los beneficios compraré algunos libros de cabezas con pelo o sin él, algunos langostinos con bigotes, algo de Befeeter con tónica que beberé - ya que Olvido lo permite- en algún lugar con algo de pelo.
Como sabes, amigo Baldo, los dioses me privaron del oído para la música, pero también me obligaron a resolver otros placeres.
Como ves, tú los sueños no me los quitas.
Si fuera un hp, no te hubiera contestado en una semana; ahora sólo tardé el tiempo que me llevó ir a comprar al estanco el sello para esta carta y unas sardinas para cenar... pero al hacerlo tardé un poco más porque en la pescadería...pero si está todo dicho en la Biblia, pero al principio...no la abráis por la mitad... a no ser que...








Luis Carrizo -

las citas y sofismas que nos mandas

Luis Carrizo -

¿Cómo pretendes, Baldo, que respondan
Santos, Pitu o Carrizo a tus demandas,
si el Olimpo escolástico en que andas
llueve después ladrillos de tu honda?

Comprende que rehuya y que se esconda
quien ya sufrió tus réplicas vitandas:
las citas y sofismas nos mandas
en prosa aristotélico-cachonda.


Baldo -

"¿Es contravalor haber sido pescador? ¿los contravalores se mantienen, el pasado es?
Son preguntas que lanzo al aire, a nadie en concreto, Baldo.
En el río fui a veces contravalor para las truchas y muchas más veces ellas lo fueron para mí;"

"No vemos todo lo que existe.
Solamente existe lo que vemos."

Miguel Ángel, amigo. Empiezo por la frase final, porque la anterior es evidente incluso para el maestro de novicios que tuve en Caleruega, que rezar no rezaría, pero no perdía ojo ni un minuto a ver si rezaban todos y cada uno de los novicios. Pero la última afirmación no se sostiene ni con un sujetador de frases. ¿Tú has visto tu píloro? ¿Existe tu píloro? Pues si no existiera, a ver por dónde ibas a conducir lo digerido en el estómago; puede que te saliera por las orejas. Añado a esto que el que nos colocó los ojos en la parte frontal de la cara lo hizo con poca profesionalidad. ¿Qué humano puede verse su propio culo, aunque tenga la luz de Fernando Box y la que tú mismo explicas? Y mí sería una de las cosas que más me gustaría. Porque no puedas ver tu propio culo, ¿no tienes culo?

Pero ahora voy al principio. Lanzas una pregunta que no va dirigida a mí, pero que sabes que soy el único que va a salir a la palestra para contestártela. Porque Carrizo, que podía hacerlo mejor que yo, tiene que sacar a pasear cuatro veces al día al cerdo de compañía que tiene –hasta san Martín, que entonces dejará de ser mascota y se convertirá en víctima propiciatoria para aliviarse de algunos contravalores, mayormente biopsíquicos–. El eximio de Casorvida, que domina el tema mejor que Eladio, anda de implantes de dedos y uñas en las pezuñas de los cuatro pies (para lucirlos en la playa de Xixón), y como el ordenador suyo funciona por pedales, le es imposible dar a luz ni una sola letra. Santines Santamarta, que podía explicártelo en décimas, undécimas o duodécimas de calidad, dice que se le marchó la inspiración y que no vuelve, aunque le ha prometido que si vuelve, le cambia el derecho de primogenitura por un plato de lentejas. De los demás, ¿qué te voy a decir? Miran y miran y vuelven a mirar el blog, pero de contestar una palabra de ánimo, de halago, aunque sea forzado y ficticio, una caricia y un arrumaco telemáticos ambos dos, un rendibú, una lisonja, una flor, un piropo, una ternura, nada de nada. No tengo más remedio por cariño y respeto a tu persona –y, sobre todo, porque estoy esperando la ocasión para soltarle una ladrillo chavarrista a cualquiera que me haga la menor insinuación y vea yo que se pone a tiro– que seré yo el que conteste, después de este largo introito.

Un sobrino de Eladio Chávarri ha inventado una maquinita, que se carga con la luz de la luna, que la acercas a lo que quieras –no hace falta que toque eso que quieres, basta con que la aproximes una pulgada– y te dice con pelos y señales todos los valores y contravalores que tiene el referido ser. Incluso tiene una aplicación que hay que pagar aparte que de señala la validez de los valores y contravalores. Por si el ser del que deseas averiguar los valores y contravalores y la validez no es visible ni se puede tocar, tiene un dispositivo, que también hay que pagar aparte, que admite mensajes por voz. La versión básica de la maquinita valorativa cuesta 865 euros, cantidad a la que hay que añadir el 2028% que yo cobro de comisión. Me preguntarás que por qué tanta comisión. Te contesto a tu oportuna pregunta: porque quiero editar la última de Eladio sobre los valores –que se las trae– y encuadernarla, si no es muy costoso, en piel humana. Para que el libro se venda como rosquillas, costará 1,386874328 € de vellón y se regalará un bolso de Louis Voiuton a las señoras y medio quintal de cuchillas de afeitar de siete cortes a los caballeros. Será un éxito.

Pero, querido Miguel Ángel, si prefieres hacerlo a mano, te aconsejo el siguiente método, que es mucho más lento, pero a lo mejor resulta más entretenido. Coges una a una las ocho vertientes vitales, con sus subvertientes, y vas metiendo en cada una de ellas el ser que desees saber si es valor o contravalor y qué validez tiene; en este caso, ser pescador. Empezando por la biopsíquica, ves si pescar te produce reúma, almorranas, cansancio o, por el contrario, te quita el reúma del todo, las almorranas un poco y el cansancio nada. Si lo que pescas huele mal, sabe peor, tiene una visión espantosa, da alaridos y muerde, y además, te produce cagalera, herpes zóster y un sinfín de desarreglos cuando lo comes, tú mismo lo valoras sin dificultad. Sueltas la biopsíquica y coges la religiosa. Hombre, aquí todos son valores. Los apóstoles son pescadores, se les encarga que sigan siéndolo, aunque no de pescado sino de almas de pescado, la pesca milagrosa, la multiplicación de los peces, el pez asado que come Jesús resucitado, la canción del pescador que yo tengo que tocar un domingo sí y otro también en los grandes órganos de la iglesia de santo Domingo de Oviedo. Los primeros cristianos se reconocían porque pintaban un pez como contraseña (ya sabes pez = ijzus = Jesus Jristos Zeou Uios Soteros = Jesus Cristo Hijo de Dios Salvador). No acabaría. Sueltas la vertiente vital religiosa y coges la económica. ¿Te cuesta más –teniendo en cuenta los aparejos, el desplazamiento, la cuota del coto, etc.- un pez pescado que uno de piscifactoría en el mercado? La vertiente lúdica: ¿Se hacen competiciones de carreras de peces? La vertiente vital ética: ¿es justo que tú te zampes una trucha trucha y los demás tengamos que comerlas de plástico o chinas? Vertiente vital estética: Qué hermoso es el fluir del río y los peces nadando bajo el agua en aquel ambiente paradisíaco de montes y valles con flores y pajarillos cantando aquellas armonías… No sé si me queda alguna, pero termino con la vertientes vital sociopolítica: ¿formáis los pescadores una comunidad armoniosa o de competición envidiosa? ¿En la comunidad familiar cómo ven que tú vayas a pescar mientras los demás limpian la casa, hacen la comida, lavan la ropa, dan de comer a las gallinas, etc.? (La Unión Europea ¿pone vetos a los pescadores?
Miguel Ángel, amigo, todo esto y muchísimo más lo contesta en menos tiempo y mucho mejor detallado la maquinita valorativo que inventó el sobrino de Eladio Chávarri y de la que yo soy el distribuidor, con la comisión que ya sabes.

Miguel Ángel Díez Ordóñez -

"COLOR.
Tenemos acuerdos establecidos para entendernos. Desde el punto de vista de la física los colores son distintas longitudes de onda.
El ojo humano y el de otros animales capta las señales en la retina y las transforma en señales nerviosas que el cerebro las interpreta en colores según las distintas longitudes de onda.
Los colores no son una propiedad de la luz, sino un concepto biológico basado en la respuesta del ojo humano a la luz. El color es refractario. No todos los seres vemos igual: bicromáticos, tricromáticos, tetracomáticos... por esos conos y bastones del ojo que dice Box, me parece.
Todos los elementos visuales tienen capacidad para modificarse y definirse unos a otros. Este proceso es en sí mismo el elemento llamado escala. El color es brillante o apagado según la yuxtaposición, de la misma manera que los valores tonales relativos sufren modificaciones visuales según sea el tono que está junto o detrás de ellos. El brillo es refractario, consecuencia de la intensidad lumínica.
Un rayo de luz al pasar la atmósfera, que ejerce como prisma, se descompone en colores, siendo los primarios el rojo, el azul y el amarillo. De sus mezclas proceden los demás. El blanco significa la presencia de todos los colores y el negro, la ausencia, la negación. El blanco y el negro, que no se consideran colores, al combinarse forman el gris, el cual se marca en las escalas del círculo de grises.
Esta es una clasificación válida, la que oímos siendo estudiantes.
No obstante hoy ya reconocemos también otras apreciaciones:
Todo lo que no es color aditivo es sustractivo. En otras palabras, todo lo que no es luz directa es luz reflejada en un objeto.
En la síntesis aditiva un color se obtiene por la suma de otros colores siendo los primarios: rojo, verde y azul y los secundarios: cian, magenta, amarillo.
Rojo+verde+amarillo=blanco; la ausencia de los tres=negro.
Aplicación práctica: televisión y monitores.

La síntesis sustractiva explica la teoría de la mezcla de pigmentos y tintes para crear color.Los tintes colorean materiales (tejidos); los pigmentos cubren las superficies (cuadros,... y Altamira).
Son primarios cian, magenta y amarillo y secundarios azul, verde y rojo y son más oscuros que los primarios.
El blanco sólo se da bajo la ausencia de pigmentos y utilizando un soporte de ese color. El negro es la superposición de cian, magenta y amarillo.
Aplicación práctica: impresión en color y cuadros de pintura".

En Internet puedes ampliar información al respecto.

Esta es mi chuleta cortada, algo abreviada, a la aportación sabrosa de Box.

Mi alejada afición por el montaje de moscas para pescar truchas me hizo sentir un interés por el color mayor que la pintura. Me equivoqué. Pudiera haberme convertido en un pobre Van Gogh... pudiera haber expuesto en Sotheby y estar lleno de éxito.
¿Es equivocarse un contravalor o es aprendizaje?
¿Fue la pobreza de Van Gogh un valor?
Ahora sí, en Sotheby... porque con esos 'palitos' que pintaba nos hace chiribitas en los bastones de nuestros ojos, sabe F. M. Box... y $$$$...
¿Es contravalor haber sido pescador? ¿los contravalores se mantienen, el pasado es?
Son preguntas que lanzo al aire, a nadie en concreto, Baldo.
En el río fui a veces contravalor para las truchas y muchas más veces ellas lo fueron para mí; entretanto, pensé muchas veces en Heráclito, viendo el río pasar, el discurrir de su agua inquieta, su agua de color estacional acomodándose a su lecho, sus reflejos de luz y color, la sensación observada de la brisa, la aparición mágica del pez atrapado en el señuelo que sus aguas misteriosamente encubrían... entretanto también pensé contrastadamente en Parménides.
Ser metódico y fijo, como predicaba Cuchiderio, es necesario a la pesca, y a la oración o a la comida. Pero la vida de esto se escapa... por el río.
Me alejé del color, pero no tanto: Todavía no me interesan las computadoras cuánticas; me interesan las personas que formulan preguntas:
No vemos todo lo que existe.
Sólamente existe lo que vemos.


Baldo -

Querido y admirado maestro y profesor Box. Aquí aparece el primer chinchado. Anoche hablé con Eladio Chávarri en sueños, le leí en alto tu artículo, y me dijo tajante: tú no te metas en el campo de la física, ni de la óptica, ni de lo que Fernando te contó en 1966 sobre si la luz eran ondas o corpúsculos, que no sabes ni una palabra y saldrás chamuscado; tú entra en las profundidades del nacimiento y formación del ser humano; es decir, en los valores y contravalores, y cuéntale a mi amigo y querido Fernando todo lo que sabes de ello. Obedezco al maestro navarrico.

La luz es un valor o un contravalor, según que ayude a ver o que moleste o llegue incluso a cegar (yo padezco algo de fotofobia. creo que por los dos casi desprendimientos de retina que he tenido). Y tanto si es un valor o un contravalor, no está sólo en las luminarias ni sólo en la persona, sino en ambas y –esto es importante– en mutua constitución y dependencia: la luminaria hace que nazca y se desarrolle la vitalidad humana biopsíquica de la visión, y esa vitalidad humana de la visión constituye a las luminarias en tales (o en luz). Sin luminarias y sin vertiente vital de la visión, no hay visión de luz ni de colores. Falta algo más. Tienen que haber, además de la vitalidad de la visión, las luminarias y la relación valorativa positiva o negativa entre ellas, bases apropiadas para que esta relación se produzca: si la vitalidad es "daltónica", no verá algunos colores; si las luminarias son de altísimo o bajísimo espectro, tampoco.

En esta relación valorativa de la visión, la relación cambia si se modifican los componentes que intervienen en ella. Los humanos no tenemos dos ojos si muchos más (ya estoy viendo al Casorvidense con su malicia pensar lo que no debe). No me refiero tampoco a gente como Santines Santamarta, que con un ojo ve doble (quién pudiera tener esa cualidad, aunque sólo en algunas ocasiones contadas). Me refiero a la variedad de ojos que tenemos los humanos. En general, el ojo del óptico, del enamorado, del artista, del jugador de tenis o de ajedrez, del espectador de teatro o de cine, del místico –que frecuentemente mira hacia dentro–, del geómetra, del meteorólogo o del político que le echa el ojo a las mordidas, el de la madre, el del eufórico o deprimido, el del niño o el del anciano, o el de Luis Carrizo viendo la matanza de un cerdo, etc., etc., son tan diversos como lo son sus experiencias. Sería un disparate confundirlos, y una pérdida irreparable eliminar unos en beneficio de otros. Los ojos científicos son tantos como sus numerosas y ricas teorías; pero los ojos humanos son los científicos y muchísimos más ¿Qué sería del ser humano si manejara tan sólo dos o tres tipos de ojo? Ya en el año 70 del siglo pasado, dialogando sobre la teoría estética, Bernard Teyssedre sugería con acierto: «Hay una especie de ilusión en creer que podemos fiarnos de la simple e ingenua percepción, como si el ojo existiese en estado salvaje, según la frase de Breton. En realidad, el ojo en estado salvaje no existe. El espectador ingenuo es simplemente el espectador cuyo ojo está ocupado por la ideología reinante. Si queremos desprendernos de la ideología, tenemos que oponerle algo más riguroso. Nuestro propio gusto sólo es el reflejo de las ideas dominantes. Y las ideas dominantes son las ideas de la clase que domina, tal como dijo Brecht» (AA. VV., La teoría, p. 163). Yo diría que de otras muchas cosas más que de la ideología reinante.

¿Y qué decir de la legión y variedad de luminarias que hay en nuestro mundo? ¿Producen todas la misma experiencia de la luz? Si nos metemos, además, en el campo de los equipamientos ópticos e informáticos, con los que podemos llegar a ver la luz del nuevo sistema solar (a lo mejor estoy diciendo una burrada), las experiencias de visión son variadísimas. Y, volviendo a la relación valorativa, las luminarias y los equipamientos transforman los sentidos, la imaginación, la razón, la sociabilidad y todas las potencialidades humanas que intervienen en esta experiencia de la visión.
Querido maestro y admirado profesor: ya sé que he aprovechado que el Pisuerga pasa por Valladolid –lugar de su antigua cátedra universitaria–, y le metí la chuleta que tenía preparada por si salía en el examen. Sea benevolente y califíqueme con un aprobado. No quiero más. El resto déselo a otro incauto que también haya respondido con la chuleta cambiada. Abrazos.