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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

MI CHICA

MI  CHICA

"¿Has descubierto en tu vida alguna estrella? ...Déjala que brille y mírala sereno desde lejos".
Estas frases y la fotografía que hoy encabeza el artículo, me las envía "su señoría" nuestro muy querido compañero Julito Barrio. Es una foto muy interesante e insinuante. Y el muy condenao de Julio (sin doble sentido) me sugiere promueva un nuevo concurso del que se hace total y único responsable, así como mecenas de los numerosos y valiosos premios con los que se compromete a dotarlo. Os transcribo, literalmente, lo que Julio quiere que publique.

Estas son las preguntas que debéis contestar:

  1. - ¿Recuerdas esta fotografía?
  2. - ¿Soñaste alguna vez con ella?
  3. - ¿Que relación tiene con el Colegio de la Virgen del Camino?
  4. - Si proviene de algún libro -cosa que ignoro je, je,- título del mismo y número de la página.
  5. - ¿En qué estará pensando la mozuela?.
  6. - ¿Por qué chupa el lapicero por la punta?
Participantes.- Antiguos alumnos del colegio de los PP.Dominicos de la Virgen del Camino, pero solo para mayores de 18 años sin reparos.

Plazo de recogida de respuestas: indefinido.

Primer premio: el primer acertante será el ganador del concurso y tendrá derecho, junto a su acompañante, a: Visita guiada por Julito Barrio vestido de época, en Minibus de seis plazas -pudiendose quitar los zapatos-, por el entorno exterior de las murallas de Avila, con parada y vermut en en cada uno de los cubos de la idem. Visita que concluirá en el mejor restaurante de Avila donde se degustará el siguiente menú: Judías del Barco, inmenso super-chuletón de Avila (obligado acabarlo), de postre yemas, jesuitas y empiñonados, y todo regado con vinos del Tiemblo, copa y faria. Durante la comida, Julio Barrio subido a un estaribel, disertará sobre la ruta Teresiana y la importancia del Gregoriano en la ciudad castellana y sus ramificaciones, haciéndo hincapié en la importancia del cuero y la industria textil en Cistierna. En el momento en el que el premiado y su acompañante cierren sus ojos por causa de la comida y de la ponencia de Julio, esta se dará por concluida. Inmediatamente se les suministrará oxígeno para una más pronta recuperación. Acto seguido, se les hará entrega de dos bonos para toda la familia en primer grado con derecho a desplazamiento, estancia con pensión completa y visitas turísticas:
  1. El primer bono con 15 días de estancia, pensión completa y tienta de vaquillas en Vitigudino, en el Palacio-Residencia del Ministro y Mamen.
  2. El segundo dará derecho a 10 días de estancia, con pensión completa, en París en la terraza de Chema Sarmiento.

Os animo a participar, dad marcha atrás en vuestros recuerdos y aparecerá esta fotografía.

12 comentarios

Andrés Martínez Trapiello -

Alcalde, pillín, "corregidor vallecano": ¿te enrollas, alargarte?

Me has hecho pasar un rato delicioso, has logrado que me evada; volver a recordar tiempos más cercanos, como aquel día que habíamos agradecido a Vibot su comida y concierto, y nos montamos tú, la Asturinina y yo en ese tren que va por debajo de las calles de Madrid.

Andrés Martínez Trapiello -

Iturriaga:
No me prodigo mucho en escritura ultimamente; me falta tiempo y poder entrar en mí para poder poner alguna palabra tras otra.
Pero no me he resistido, porque te he leído, y en este viernes tarde no quería que yo olvidara agradecer tu relato en la vista a Pedro, allí en Vallecas.

José Luis Alcalde Revilla -

Buenos días a tod@s...Me asomo silencioso, a la felicidad de tantas y maravillosas cosas de tod@s vosotr@s en el/la? blog,porque el 15 este curilla, jajaja, andaba por la costa mediterránea, Castellón...¡Tchssss, no de puente madrileño playero, no, jeje!...sino ejerciendo de tal en boda familiar calerogana (en el solar dominicano, nació mi madre Agueda y mi padre Sto. Domingo). Tanta introducción para decir, casi avegonzado,que no pude felicitar a los Isidrines tan majos que rodean mi ya larga vida, que me acompañan muy dentro, en silencio de mi caminar dominicano y me influyen...El Cicero/Cícero, abrumador de belleza, entraña y ternura, en sí mismo, en sus visitas a esta Comu Vallecana, y "especialmente" en los Globos "especiales" del "especial" Pedro...El "Casca", lleno de "Jares", que recuerdo con alegría de nuestras jornadas convividas...En fin, que tiendo a alargarme, como siempre...a todos, y de paso, a todo el ejército de bloguer@s...
Corto porque me enrollo, pero sigo caminando con vosotros, con vuestra riqueza muy dentro. Besos, como aquellos tan fervorosos de La Virgen en el Encuentro Inolvidable y provocador de todo esto.

Juan A. Iturriaga -

Buenos días,

Este fin de semana visité en Vallecas al P. Pedro.

¿Qué se puede decir que no haya dicho Cicero?

Llegué por la calle Pablo Neruda, y al llegar a la altura del número cincuenta y cinco, en la rotonda, le llamé:

- ¿Es la iglesia grande que se ve arriba a la izquierda?

Yo lo que vi fue una iglesiona, blanca, desproporcionada, con una cúpula dorada, y que desde lejos me recordó la replica del vaticano que un dirigente africano había hecho en pleno desierto, con el sudor de todos los pobres que tenía esclavizados.

- No, es a la derecha, hacia abajo, y tiene una verja cubierta con yedra.

Giré, y enseguida vi la verja, y en la puerta una figura con barba que resultó la de un joven de ochenta y dos años, con toda una eternidad por delante dedicada a la ayuda de los menos favorecidos.

Te escucha, te sonríe, te comprende, y te vas casi llorando.

Esta es la única verdad.

Volveré, claro que volveré, y espero que no sea con las manos vacías como esta vez.


Fernando Alonso -

El maestro Cicero nos ha regalado un globo precioso dedicado a Pedro. Mi querido Isidro, no sé que me ha maravillado más si el impresionante contenido con aportaciones tan enriquecedoras que dan sentido a las múltiples lagunas que tenía con respecto a la personalidad de Pedro, o tu capacidad para interpretar la confesión que en tan solo dos horas y media, Pedro te fue desgranando y que abarca toda una vida.
Confieso que para mí y, estoy seguro de que para otros muchos, Pedro siempre ha sido un referente que necesitaba esta epifanía esclarecedora ya que sigue mereciendo la misma admiración que le tenía cuando era un adolescente. Este globo de Isidro me ha ayudado. Gracias, maestro.
Y con el mismo interés que Cicero, aunque sin esa extraordinaria manera literaria que nos permite disfrutar leyendo todo lo que escribe, quiero comentar alguna vivencia particular que he experimentado estando cerca de Pedro y que puede servir para apoyar efectivamente, en esta misma línea, lo que muchos pensamos de él.
Cuando uno está con él y le habla, resulta que simultáneamente le está oyendo hablar a él, porque con su mirada anima para seguir hablando y, además, rápidamente te percatas de que te está aceptando.
A mí Pedro siempre me ha inspirado autenticidad, su verdad tenía la impronta de lo auténtico y por eso nunca me dejaba indiferente, su verdad siempre era creíble, otra cosa es que la creyera o no, pero eso no era culpa suya. Era creíble cuando explicaba los conceptos extraídos de “La vida de perfección en la Iglesia” de Fernando Sebastián, de los que entonces él estaba convencido probablemente con la fe del carbonero, y que a mí no me convencían en absoluto, sin embargo me esforzaba por entender lo que él explicaba, porque entonces Pedro estaba trasmitiendo su verdad y no me podía engañar, porque yo le había investido de “auctoritas”. Pero también es creíble ahora que me habla con otra voz, en otros términos, sobre convicciones mucho más accesibles para mí y que me han conmovido. Aunque han pasado tantos años y ya no soy un adolescente sino un jubileta en puertas, me sigo admirando como adolescente de la autenticidad de este hombre que me invita a participar con él de algunas de sus convicciones.
Pedro pregunta sin intención de indagar, nunca pregunta directamente por si molesta y de esa manera inicia su estrategia de convicción afirmando: “Bueno, tu, fe… tienes”. Hombre, formalmente me parece que no, aunque en el fondo quién sabe…, algo así le contesté. Él no dio importancia a la respuesta, porque su intención no era saber sobre mi actual conciencia religiosa, lo que Pedro quería decirme era otra cosa bien distinta, que ahora tenía una preocupación diferente de la de antaño, una verdad extraordinaria que quería compartir conmigo/con todos.
¿A ti te gusta leer, verdad?, siguió diciendo Pedro. Sí, es una de mis ocupaciones preferidas. Estábamos en su habitación de Vallecas y sobre su mesa tenía el libro de J.A. Pagola “Jesús, aproximación histórica” y me pareció que aquel libro no solo estaba allí, sino que era el libro de su ocupación y preocupación, era el diccionario de dudas y aciertos. Tienes que leerlo, me dijo. Ante esa indicación le pregunté: ¿Tiene interés exegético?, …¿se acerca al Jesús histórico? No, no, bueno sí es que…, tienes que leerlo. Bueno, tampoco insistió demasiado, lo suficiente para despertar en mí la curiosidad y para darme cuenta de que Pedro quería que lo leyera, porque en ese libro había algo que iba a tener mucho interés para mí. Antes habíamos hablado también del libro de Etelvino González “Yo José Gafo, fraile y diputado” y sin embargo no percibí el mismo interés por que lo leyera, creo que intuyó que lo iba a leer con seguridad, de la misma manera que captó cierto escepticismo en mí con respecto al libro de J.A. Pagola.
Lo que Pedro quería decirme/decirnos es lo que ha hecho con su vida, quién es él ahora, cuáles son sus preocupaciones y ocupaciones, que el Pedro que recuerdo/recordamos, ese cuya característica definitoria era la autenticidad y también el respeto a la persona, ese es un Pedro viejo y que el de ahora, el joven, el real, ése, que estoy/estamos descubriendo, es, además de auténtico, el auténtico Pedro que siempre quiso ser y que por fin se ha encontrado consigo mismo en una vida que llena de sentido cada día intentando mejorar las condiciones de justicia de los que viven a su alrededor, en una obra consistente en lo que él por boca de Pagola llama el reino de Dios. Pero el reino de Dios del que habla Pedro y que describe Pagola es de este mundo, al que pertenecemos todos, los simpáticos y también los otros, los que metemos la pata todos los días y los que practican la santidad, porque ese reino de Dios no pretende imponerse desde ningún código moral terrible o purificador, sino que lo podemos hacer más grande cada día de manera muy sencilla y que consiste simplemente en admitir en cada uno de nuestros corazones la necesidad de instaurar la justicia. En esencia, ésta puede ser la idea, todo un programa para una vida, la de Pedro.
Todos estos días, leyendo el libro de J. A. Pagola, no podía por menos de evocar la conversación con Pedro, los comentarios referidos al P. Gafo, la preocupación por la continuidad de la labor de la Iglesia y de los dominicos en ese mundo/reino de Dios descrito/descubierto por Pagola/Pedro… Pero también me ha ayudado a conocer y entender este personaje tan importante para mí y, estoy seguro, para muchos de vosotros.
Ha sido una gran suerte haberlo tenido como formador y como referente, pero sobre todo ha sido una gran suerte porque en las ocasiones, pocas aún, que me he acercado al hombre, me he sentido muy bien con él, como cuando uno está en casa con los suyos.


Javier del Vigo -

A ver, ¿y de la dulce chica de la foto, qué?

¿Es que ya os es igual ver "arte en estado puro y virginal" que felicitar a los de la pradera isidril?

Señor, señor! Se os spone una mujer llena de salud, cuasi virginal fémina en la entrada, y me remoloneáis... Vaya encaste!

Vale, entiendo que teneis vuestra propia "ganaderís2 y os es muy difícil torear en otras plazas... Lo entiendo! Y no estías en edad de mejorar lo que teneis. Al revés, sería milagro, porque las vuestras son oro molido...

Pero un guiño ínico...! ¿Ni uno cómplice?

En fin, D.Julio; en fin, Furriel... ¿Se quedará desierto este premio legal, judicial, vanal, "epicurial"...?

Miren Vds, mis amigos: un plato de alubias con Julio en Ávila tiene más erótica que aquella dulce virgen de Tihamer Toth.

Yo voy a iniciar las pesquisas. ¿Me hará falta ser juez, juez instructor, simplemente fiscal o me bastará con enchufarme con su Señoría...'

Estoy dispuesto a todo!

Ah! Isidro Cicero -sin acento- no te felicito por tu onomástica, no. Lo hago -enésima vez- por verte sobrao: una charla de dos horas con Pedro, aquel "Maestro", -¿Magister, Javier Muñiz, frente a Ministro, mi guapo compañero?- ha servido para saber de él, sin que nadie deba sentirse "herido" por ideologías, yeguadas, frentes, vaticanos, "aticanos"...

Vaya dos "maestros", queridos, frente a frente, en un "conventum" vallecano!

Feliz tarde, a los de la tiza, a los prejubilados, a los currantes, a los mirones...

Pedro Sánchez fue nuestro "Maestro", Y es hoy "maestro". ¿Hay quien no lo quiera así?

Gracias, Isidro!

Javier Muñiz -

Felicidades a los ISIDROS: Cicero, Cascajares y demás.
Un abrazo y que seais muy felices.

MARTÍN -

¡FELICIDADES ¡ para todos los ISIDROS, sean labradores, ciceros, cascajares, etc., el caso es que sean buenos ISIDROS.

andres cortes aranaz -

Felicidades a Isidro Cicero Gómez. Tenemos que llegar a los 100 globos. Es una delicia leerte. Que tengas un buen día.

Felicidades también a Isidro Cascajares. Te deseo lo mejor.

Un abrazo a todos los demás ISIDROS, que seguro que alguno más hay.

FELICIDADES!!!!!!!!!!

Javier Muñiz -

Querido Josémari: Ante la sorpresa al ver que en el concurso de la foto enviada por su "Señoría", se concede uno bono de 15 días de estancia en "El Palacio-Residencia del Ministro y Mamen, no sólo sin nuestro consentimiento, sino ni siquiera conocimiento; y teniendo en cuenta que esto lo hace el Furriel, por lo que se supone que está bien hecho: ¡señor!, ¡sí señor!. Me he puesto en contacto con mi Subsecretario, a quien Vd. y varios de nuestro compañeros ya conocen (Reunión en Albares 27 octubre de 2007). Personaje muy paciente ( no hay hierba que se le resista), sumiso (no levanta la cabeza para nada), que tiene los "pies" bien puestos en el suelo y que aunque no dice nada se entera de todo.
Me ha hecho llegar un comunicado para que te lo envíe y lo adjuntes a la bases del concurso para que luego no haya sorpresas.
El comunicado dice así.
1º.- ¡Hay mucho "cabroncete" suelto por ahí!.
2º.- El hermano de algún concursante tiene muy mal perder y es muy vengativo.
3º.- No existe "ganador moral", o se gana o no. Eso es para los políticos, para después de las elecciones, que les consuela mucho.
4º.- Los anfitriones no tinen nada que ver con los de París, ni en calidad ni en dedicación, por mucho que se empeñen.
5º.- La gastronomía, esperamos que bien, pero que se olviden de la respostería del gran chef Fabrice.
6º.- No está permitido llevar aparatos eléctricos, mecanicos o mecanico-electricos estropeados o a un punto de.... que aquí ya nos vamos conociendo todos.
7º.- Como tenemos firmado el tratado de Kyoto no está permitido traer ni radios ni transistores que consuman energía alguna. Solamente se podrán usar "radio-galenas". Para ello se dispone en cada habitación de antena exterior y de toma a tierra (el radiador más cercano o cualquier grifo, a elegir).
8º.- Como está previsto una tienta de vaquillas y no queremos disgustos, antes de entrar en dicho Palacio- Residencia, tendrán que pasar el control de seguridad, consistente en dar unos pases, del estilo que sea, a una vaquilla de la ganadería Rollanejo. Dicha prueba estará supervisada y será quien dé el visto bueno, por nuestro vecino S.M. El Viti.
9º.- Como aquí no tenemos ni Torre Eiffel, ni Campos Elíseos, ni Sena, sólo nos queda l´amour, por lo que se recomienda traer caja de parches y tubo de disolución, bajo amenaza de tener que dormir en el suelo.
Agradeciéndole que hayan contado con nosotros y esperando no haya sorpresas de última hora, reciba un cordial saludo
Firmado
El Subsecretario.
Copia a:
Sr. Ministro y Señora.
PD. ¿Puedo como obligado anfitrión participar en el concurso?. Lo digo por ir a pasar 10 días a París del que tenemos un muy grato recuerdo.

Luis T Barbería -

De los frailes que yo entonces conocí, nunca pensé que Angel Torrellas pudiera evolucionar en sus convicciones religiosas hasta donde terminó. No me había atrevido a decirlo antes, pero ahora lo digo, a pesar de no conocer perfectamente el desarrollo y el alcance de esa evolución. Nunca me hubiera podido imaginar que Angel terminara en Nicaragua. Angel podía ser a veces distante o muy cercano, dependía. Y entre él y yo hubo siempre un respetuoso distanciamiento que a veces rompíamos con alguna broma. Siempre estuve en la escolanía e incluso intentó que aprendiera piano, pero aquí fracasamos estrepitosamente y mi paciencia sólo aguantó un mes de lecciones.

La evolución de Pedro, amigo Cícero, no me sorprende tanto. En cuarenta años las personas podemos vivir situaciones determinantes, capaces de cambiar nuestra forma de entender la vida. Yo veo la trayectoria de Pedro con respeto y una mirada tierna. Me conmueve todo eso que nos cuenta, sus crisis, su búsqueda incansable, su acercamiento a la realidad del hombre, su comprensión de las necesidades de los más desfavorecidos, los pobres, los marginados de esta vida.

Yo veo ahora a Pedro con un gran respeto y un gran cariño. Y le quiero dar mi abrazo más entrañable.


Isidro Cicero -

Anoche coloqué el último globo de Pedro en el cumpleaños del Padre Jesús, pero hago caso a las recomendaciones de miss Wickinson y de Luis Barbería y "lo subo" también aquí, debajo de esta cara tan familiar.

LA VENDEDORA DE GLOBOS 28. VENGO DE VER A PEDRO (5)
“Y claro, toda mi vida hasta que fui a Corias, fue difícil. Económicamente, difícil. Ahogada. Y en Corias, también”, dice Pedro. Tomo nota de estos dos adjetivos en una sola frase. “Difícil”, “ahogada”. Menudo derroche de adjetivos. Se lo hago notar al padre procurador de las palabras, a este fraile que hace economías con los adjetivos como si fueran un bien escaso, a ver si aprendemos otros a no derrochar en pintar banalidades este bien que los dioses repartieron como quisieron.
Solamente Vibot, y eso conteniéndose un poco, debería tener bula perpetua para utilizar la pintura del adjetivo como le salga de los cojones. Por cierto, leyéndome con los ojos del propio Vibot, viéndome como sujeto de esa calidez, de esa honda lisura de terciopelo en la que me ve envuelto el artista palentino, estuve tentado a firmar estas crónicas como mister Smooth, me gusta. Pero luego me acordé de un “suave” a quien mi padre tenía mucha manía, y no. Era un pariente mío, a quien mi padre no tragaba: “Anda gacho, no mira nunca a los ojos...Es un suaveeee....!” Qué nostalgias.
“Smooth Operator” es fascinante, Vibot, pero no acierto a verme así. Explícame. Tú ya sabes, es condición humana, que todos tengamos tres biografías simultáneas por lo menos: Una, la que “escribimos” para los demás, cómo tratamos de que los demás nos vean. Dos, la que los demás “nos escriben”, la imagen que los otros tienen de nosotros, pocas veces la una y la otra son coincidentes. Y, finalmente, la biografía secreta. La última, la íntima, la intransferible y propia. La que nosotros escribimos para nosotros mismos y que sólo nosotros leemos. Desde el conjunto de las tres mías digo que ojalá fuera yo como ese smooth operator, que tú ves. “Loved in seven languages”. At least.
Pero bueno, nosotros a lo nuestro fray, como decía Alcalde que decía ¿el Padre Marina?, si mal no recuerdo. Nosotros a lo de Pedro. ¡Qué tiempos aquellos¡ ¡Qué Asturias aquella¡ ¡Qué España¡ Dice Pedro que en aquel ambiente del Gijón católico, palabras como socialismo y comunismo ponían los pelos de punta. Sobre todo porque se cometieron atropellos, como reacción a todo lo anterior. Atropellos que marcaron a la gente. “Cuando ahora miras hacia atrás”, dice Pedro, “te das cuenta de lo terrible que fue aquel levantamiento golpista, que mató tantas experiencias y tantas esperanzas sobre el advenimiento de un estado laico y republicano. Aquel golpe que supuso un retraso tremendo para España. Cuando leas el libro de José Gafo te darás cuenta de aquellas experiencias y de aquellas esperanzas frustradas”.
Desde que entró en Corias, toda la vida de Pedro fue “una vida religiosa” en el sentido estricto del término. Vivir en religión, de la religión y para la religión. Eso fue lo que transmitió cuando le enviaron a Corias, nada más “cantar misa”. Eso fue lo que transmitió después en la Virgen del Camino, cuando el medio ambiente empezó a cambiar y nosotros le tratamos. No recuerda uno a Pedro hablando de la crisis de los misiles, cuando aquellos grandes aviones grises cruzaban el cielo leonés de octubre, transparente y azul, por encima de nuestras cabezas y nosotros los mirábamos con preocupaciones de niños. No le recuerda uno hablándonos de la elección de Kennedy, ni de su asesinato, ni de bahía Cochinos, ni del estreno de Psicosis, ni de “Ich bin ein Berliner, ni del día en que Juan XXIII excomulgó a Fidel Castro. Ni de cuando Kruchoff golpeó la tribuna de la ONU con un zapato, ni de las revueltas de los curas de Barcelona, ni de las revueltas de los mineros en les cuenques, ni de otra cosa que no fuera vida religiosa tal cual.
Pedro, León, Caleruega: liturgia en latín y en castellano, salmos, incienso, bellos melismas, pasos medidos, alta coordinación procesional bajo una lluvia de corcheas, símbolos de cera, filas de amplios ropajes de colores estacionales. Una flacura intensa, un prognatismo identitario que lucía bajo la voz profunda, vida religiosa. Pero por dentro, en la médula bullente de la flacura, dentro de la estricta figura vertical, se estaba produciendo el cambio, sin que lo notaran los adolescentes que organizaban olimpiadas y se tiraban ruidosos de cabeza a la piscina.

Cuando llegó a Caleruega ya había llovido sobre él el Concilio Vaticano II, con todos sus textos y con los textos sobre los textos. Ahora bien: No creo yo que se entendiera desde León el trasfondo del Concilio Vaticano II, no lo creo. Tampoco recuerdo la cara que puso Pedro cuando la paloma eligió al antifranquista Montini, pero recuerdo a los hombres de blanco en general, compungidos, desolados por aquella gran prueba a la que Dios nuestro señor sometía a la iglesia. Fraile hubo que delante de nosotros rezó por el alma de Giovanni Roncalli, para que Dios nuestro señor le perdonara el gran daño que había hecho a la Iglesia con aquella ocurrencia del Concilio. Con aquellas zarandajas.
¡Y luego vino aquella invasión de glosas¡ “La no sé qué a la luz del Concilio Vaticano II”, “El no sé cuantos a la luz del Concilio Vaticano II”. Lo vivimos en directo... Lo cual que Carrizo y yo, o yo y Carrizo si lo preferís, una vez haciendo la cena bromeábamos: “Pues hoy vamos a preparar unos callos a la luz del Concilio Vaticano II”. “O mismamente una sopa de pescado”.
No se entendió, creo yo, en León de qué iba la cosa. De hecho, recuerdo una anécdora del orgulloso nacionalismo identitario que nos metían en la cabeza. Nos dijeron que el padre Ramírez, el gran intelectual de la orden, fue llamado a Roma para consultarle una cuestión teórica por el momento insalvable, cuya naturaleza no recuerdo. El Concilio entero estaba paralizado por aquel problema sin solución. Pero llegó el sabio Ramírez, se enteró del problema, vio la posición de unos y de los contrarios, meditó, y dijo. “Esto se soluciona fácilmente. Aquí, donde pone “sed”, hay que poner “cum” Y ya está, solucionado”. Los padres conciliares holandeses, alemanes, franceses, sobre todo los franceses, siempre tan engreídos, se quedaron pasmados. Yo me lo creí y lo conté en Santander. Todavía parece que estoy escuchando las carcajadas.

Pedro en América de liberó del “cum” y del “sed”. Pasó. No tuvo caída de caballo, como la de Damasco, sencillamente porque en Damasco no hubo caballo ni caída. Las escrituras no hablan de caballos en la iluminación de Pablo, me lo dice su compañero Pedro y se lo creo. Se lo creo a pesar de haber visto yo tanta iconografía en sentido contrario. Ves cosas, las crees, y luego resulta que no son así, ni parecidas.
Hubo, queridos lectores, una etapa en la vida de Pedro que le marcó especialmente. Fue corta, sólo cinco años. Fueron los años que pasó en América Latina, después de terminar en 1970 la tarea que se le encomendó en Caleruega. Fue cuando marchó a América Latina, que esto son ya palabras mayores. Poco se fue dando cuenta Pedro de la realidad y de la sociedad, dos polos que los juntas y te sale la realidad social. Poco a poco cayó Pedro en la cuenta de la responsabilidad que tenía la Iglesia en la generación, mantenimiento y no resolución de los problemas sociales, en España, en América, un poco en todas partes.
Me lo explica un poco mejor: “Los seguidores de Jesús no podemos desentendernos de los problemas de la sociedad en que vivimos, pero no sólo eso. Estamos concernidos, obligados a solucionarlos. Hace ya mucho tiempo que descubrí que el “culto a Dios” no lo damos en la iglesia sino en la vida, y sólo entonces podemos celebrar lo que vivimos”. Estaba naciendo entonces la Teología de la Liberación y Pedro le puso oídos.
Fue a parar a México. “Yo mismo elegí ese país a petición de su Provincial, Desobry. ¿Qué porqué? Me habían dicho que allí se podía trabajar con charlas, cursillos, etcétera. ¿Sin tener que dedicar demasiado tiempo a los sacramentos, a los rezos y las ceremonias?, le pregunto. “Quizá es una simplificación, pero vale”, me contesta.
En México Pedro tuvo acceso a unos apuntes de un dominico canadiense que le parecieron excelentes, no me dijo el nombre, si alguien los quiere, que se los pida. “Acaso hoy estén superados”, piensa Pedro, “pero aún los conservo. Me fueron muy útiles como base para la preparación de las clases y los cursillos”.
Le nombraron maestro de novicios en México, con la intención de que organizara primero un pre-noviciado y después un noviciado. El pre-noviciado lo hicieron en una zona pobre de México, D.F. en un lago desecado, llamado Netzahualcoyolt, que lleva el nombre de un rey poeta precolombino y está cerca de la pequeña parroquia donde trabajaba Ángel Torrellas. Eran cuatro: tres pre-novicios y Pedro. “Vivíamos de nuestro trabajo, menos el más joven que estudiaba alguna cosa que no recuerdo. Yo daba clases de vida religiosa en un centro oficial llamado CIRM. Y participábamos algo en la parroquia con Ángel. Este proyecto duró unos meses”.
No lo hablo con Pedro, esto lo imagino yo, pero conociendo bien a los mexicanos, seguro estoy de que alguien le explicó a Pedro la vida de novela del rey poeta chichimeca Netzahualcoyolt, llena de peligros, destierros y fugas. Netzahualcoyolt se echó al monte, como digo yo, se refugió en las cuevas y fue muy amado por su pueblo. Netzahualcoyolt compuso canciones muy bellas. Yo he acaldado ésta pensando en Pedro:
Veo que soy un hombre entre los hombres
Pero no sé qué hacer.
Si servirme de ellos, o tratar de apoyarlos
Y elevarme con ellos.

Hay que hacer aquello que te permita vivir en paz
Hay que dejar que la vida trascurra en calma.

Entre la gente
Vivo con la cabeza inclinada.
Por eso estoy tan angustiado
Por eso me siento tan infeliz.
Estoy aquí, abandonado,
Al lado de la gente de la tierra.

Aunque no lo haya comentado con él, seguro estoy de que cuando le hablaron a Pedro del rey poeta chichimeca, Pedro recordó al rey David de los salmos, al vida está hecha de liaisons, nos pasa a todos.
Pero Pedro había venido a hacer un noviciado, lo intentó pero no lo consiguió. El quería instalarse no en un palacio, no en un convento tradicional, sino en una zona empobrecida. Dominicos mexicanos le apoyaban, otros no. “Éramos mitad y mitad”, recuerda. “Unos pretendíamos un noviciado más en contacto con la realidad de la pobreza y otros preferían mantener un noviciado tradicional. La mitad opinábamos de una manera y la otra mitad, la contraria. Fue cuando decidí marchar a Centro América”.
- No puedes dar marcha atrás, no puedes embarcarte en la vuelta a un noviciado tradicional, le decía Ángel Torrellas.
Y no volvió, no. Se retiró. Por entonces conoció al obispo Samuel Ruiz, en su propia sede de Chiapas. Ya sabéis tanto o mejor que yo el significado profundo del legendario Samuel Ruiz en su apuesta por los indígenas. Su opción por los pobres le ha costado a él y su hermana, varios atentados. Ruiz habla sencillo, pero claro: “Hay riqueza porque hay pobreza, y hay pobreza porque hay riqueza. La única pregunta que se nos va hacer a los cristianos al fin de los tiempos es cómo tratamos al pobre. Algunos se ponen de parte del pobre y sufren persecución. Hay ahora mártires de la justicia, como antiguamente había mártires de la fe”. Pedro me cuenta que recientemente el obispo Ruiz estuvo comiendo con él y los demás de la comunidad de Vallecas en el mismo comedor en el que me están sirviendo a mi la paella y las tajadas de pescado. “Ocurrió cuando vino invitado al Congreso de Teología, organizado por la Asociación de Teólogos Juan XXIII”, me precisa.
Pedro leyó los primeros escritos de Teología de la Liberación desde el principio. Especialmente los de Gustavo Gutiérrez, que en la actualidad es dominico. En el año 1975, en la ciudad de México, se celebró un Congreso sobre el método teológico, que puede considerarse parte del origen de la Teología de la Liberación. Y me explica Pedro: “Esta teología, más que una teología nueva, es un método teológico nuevo. Es considerar al mundo empobrecido, a los pobres, como lugar teológico para reflexionar sobre el Evangelio”. Muchas cosas se me aclaran con esta explicación.
Cuando el proyecto del noviciado entre los pobres quedó en vía muerta, Pedro dijo adiós a México y se fue a Centro América, a Costa Rica. Cuando yo estuve en México en el otoño de 1976, pregunté por él, pero Pedro ya no estaba allí. Ahora me cuenta lo que pasó. Pedro se me confiesa, se nos confiesa. “Recuerdo que durante ese año tuve una crisis profunda. Sentía un dolor casi físico. Sin embargo no se me planteaban dudas sobre mi vida. Leía un libro muy interesante de Paulo Freire, con el que además tuvimos un encuentro”.
Pedro leía, pero no leía. No lograba concentrarse. Entonces buscaba a Rafael Aragón Marina, si estaba en casa, y salían a pasear y a platicar, esta palabra la aprendió en México. Rafael, yo no le conozco, ayudó mucho a Pedro. Se lo agradezco, se lo agradecemos. Y poco a poco se fue desatando aquel nudo interior, aquel dolor que lo atenazaba.
Después de un año sin encontrar campo en América, decidió volverse a España, tomarse un año sabático, reflexionar y estudiar en el Instituto de Pastoral de Madrid. “Fue un año interesante dedicado a estudiar cristología, eclesiología, liturgia, evangelios...Lo clásico, lo de siempre, aunque ahora visto desde el nuevo “lugar” teológico de los pobres. Desde este lugar, la vida cristiana tiene una comprensión diferente. De acuerdo con el mensaje y la vida de Jesús, seguir a Jesús supone un compromiso vital con el cambio de la sociedad para que sea justa, igualitaria, solidaria, sin exclusiones de nadie. buscando el bien de todos, dignidad para todos, felicidad para todos. Ya lo he dicho anteriormente”.
Yo, Cicero, profano en estas materias, pienso sin embargo que los valores a los que esta teología se consagra coinciden al pie de la letra con los valores supremos de la Constitución de 1978, que en su preámbulo proclama la justicia, la igualdad, la solidaridad, y el pluralismo como los valores supremos de la nueva sociedad que quedaba constituida.
Dice Pedro que la vida cristiana, según la vida de Jesús, consiste en transformar esta sociedad para que llegue a ser lo que él llamaba simbólicamente Reinado de Dios y que es para este mundo, no para el otro. Y esto es lo que la asamblea expresa, vive y celebra cuando se reúne. Le pido citas bíblicas y me dice que no las tiene, porque es la “comprensión entera del Evangelio”. Y me recomienda que lea el libro de José Antonio Pagola “Jesús, una aproximación histórica”. Es fundamental, me dice.

En el Instituto de Pastoral conoció a Julio Lois, cura diocesano, que era profesor de Cristología. Coincidieron en Vallecas, donde él llevaba ya unos años. “Desde entonces hemos coincidido también en la Parroquia y hemos colaborado conjuntamente”.
Durante el año sabático buscó la posibilidad de crear una comunidad en un barrio periférico de Madrid. Estaba en el mismo empeño José Ramón López de la Osa. ¿José Ramón López de la Osa?, le pregunto. Pero si a José Ramón le conozco yo.
Y Pedro: José Ramón fue muy importante para iniciar esta comunidad. Él y yo pateamos Madrid para ver dónde lo hacíamos. Nos atendían los vicarios con cierto recelo. Alberto Iniesta nos allanó el camino. Como anécdota te digo que José Ramón fue quien consiguió, desde la Asociación de Vecinos, la creación de la estación de El Pozo, de triste memoria por el atentado del 11-M, pero que da un servicio extraordinario al barrio.
Le deposito allí un abrazo para López de la Osa.
Me habla de Jesús Espeja y de José Luis Alcalde. “Tuvimos nuestros problemas, pero gracias a la intervención del obispo Alberto Iniesta, iniciamos la comunidad el 1 de agosto de 1978. Estamos en el treinta aniversario”.
Le pregunto por Jesús Espeja: Jesús Espeja marchó de la comunidad de Vallecas después de formar parte de ella varios años. Ha pasado bastante tiempo en República Dominicana y en Cuba dando clases de teología. Actualmente está en el convento de El Olivar.
Le pregunto por Alberto Iniesta, el obispo de Vallecas. “Intentó la celebración de una asamblea de la iglesia de Vallecas, frustrada por la policía, todavía en tiempos de Franco. Fue un hombre muy cercano y querido, con un talante próximo a la teología de la liberación. Lo llamaron a Roma. Volvió cambiado y con depresión. Sigue retirado en Albacete con 87 años”.
“Hemos mantenido unas relaciones fuertes con la Asociación de Vecinos en orden a colaborar en la mejora del barrio y de su entorno. Ha sido interesante la participación de todos los que formamos la comunidad, junto con Julio Lois, que es el Presidente de la Asociación de Teólogos Juan XXIII. En el proyecto parroquial hay además dos comunidades de dominicas que han trabajado y siguen trabajando eficazmente en el mismo”, me informa Pedro.
Cuando se mira hacia atrás, después de treinta años, creemos que hemos mantenido una presencia y una actividad interesante que ha sido reconocida en el ámbito en donde nos desenvolvemos. Últimamente, en nuestra parroquia se ha iniciado un movimiento motivado por los acontecimientos de la Parroquia de San Carlos Borromeo, “Foro de Curas de Madrid”, que aglutina ya a más de cien curas interesados en que haya, al menos, una pluralidad dentro de la Iglesia y se reconozca un modo distinto del que intentan imponernos.´
Al final, Pedro se pone melancólico: “Es porque no sé si estamos terminando. Estoy convencido de que nuestro proyecto es interesante. Pero no veo yo muchos dominicos que quieran seguir por este camino. Nosotros nos vamos haciendo mayores y esto puede desaparecer. Hemos creado un ámbito de evangelización y perderlo sería una pena”.

Duda Pedro que estas confesiones que me ha hecho, que nos ha hecho tengan interés para alguien o para algo. Yo le digo que sí, que tienen mucho interés. Mucho y para muchos. Cuando me despido todavía tengo una pregunta: ¿Por qué nos llamaban apostólicos? Y me lo explica, yo no lo sabía. “Los seminarios de las órdenes religiosas se llamaban escuelas apostólicas y sus estudiantes apostólicos”. Y yo: Ah.

Me voy pensando en las tres biografías simultáneas de cada quién. Pedro también debe tenerlas. No sé cómo se verá a si mismo en la intimidad secreta del inconsciente, no sé cómo pretende que veamos su imagen los demás, sí sé como le veo yo: Le veo ni más ni menos que como he venido explicando a lo largo de todos estos escritos, no me pidáis que lo resuma. Estos escritos que, si a alguno han ofendido, es el momento para pedirle disculpas y comprensión. El señor Smooth, o mejor Isidro Cicero, el llamado Cícero.