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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

MONTAJES DE JUSTINO

MONTAJES  DE  JUSTINO

Tras masiva petición del respetable, me veo en la obligación de agrupar todos los montajes que, desde el nacimiento del Blog, ha ido realizando mi reporter contratado, favorito, preferido, recomendado y bien retribuido Justino Blanco, Reportero total, Tribulete, que en todas partes se mete.

Lo encontraréis en __DESCÁRGATE__ con este nombre de fichero:

Montajes JUSTINO 8-6-2008.ppt

Os he puesto la siguiente música: Seven Brides For Seven Brothers - Barn Dance (Julito Correas os lo traducirá, yo no puedo porque tengo el aparato en los dientes).

Un abrazo amigos, compañeros, hermanos.

16 comentarios

Luis T Barbería -

Gracias, Cícero, por tus palabras tan sentidas.

Ya sabes que te hemos liberado de los trabajos de intendencia y de guardias en tiempos de milicia.

Con tal que nos sigas contando cosas tan hermosas y tan bien contadas.

Tú concéntrate en lo tuyo y lo demás lo damos por bien empleado. Y lo tuyo tiene cuerda para rato. Es envidiable verte tan lúcido y cómo tu escritura rejuvenece con cada nuevo relato.

Un abrazo

lalo -

Querido Cidero, sabía que me faltaba un acento en "elan".
Pero no sabía donde ponerlo. Anoche en la Redacción, desde donde escribí mi texto (en absoluto desmesurado en ninguno de sus términos), no encontré ningún diccionario de francés y el enlace a un traductor en Internet me apareció cortado.

Pero tú ya has puesto, como siempre, el acento donde tiene que estar. Y con la inclinación perfecta, que era lo difícil.

Supongo que alguna noche de estas te contestaré a eso de los ánimos que me envías para que escriba en primera del singular.

Mientras tanto, y aunque más prosaico que tus globos, te diré, os diré que lo último que he escrito (además de estas letras de ahora mismo) ha sido un titular que ahora mismo está imprimiendo la rotativa de mi periódico que, a un columna dice: "Budweiser quiere comprar Coronita para evitar la opa hostil de una cervecera rival". Ya sé que hubiera sido mejor "Budweiser quiere mezclarse con Coronita para evitar que se la beban los belgas", pero seguimos siendo un periódico demsasido serio.

Y este titular para iniciados, una pequeña satisfación que se puede dar un redactor de Cierre cuando ya los supremos hace tiempo que están en la cama, lo traigo ahora aquí porque, además de llevar detrás una carga divertida que se verá en los próximos días, nos afecta a nosotros, ex apostólicos de la Virgen del Camino, en gran medida.

Resulta que esos yankis tripopnes en camiseta de tirantes y bermudas que vemos en las películas abriendo cervezas budweiser con una mano y con la otra rascándose la entrepierna mientras gritan a la mujer que le suba otro pack antes de que empiece la retransmisión de la superbowl o un Lakers-Celtics (ganarán los bostonianos si antes no matan a Pierce) está amenazada por una la segunda empresa cervecera mundial, belga-brasileña, con lo cual uno de los iconos mundiales de USA, con las Harleys, ya no sería americano. Y eso, con la obligación que ahora tiene Bush de permitir que los prisioneros de Guantánamo puedan acceder a la justicia civil, por orden de su propio Tribunal Supremo, puede significar el declive del imperio americano. Sin contar con que dentro de unos meses un negro puede sentarse en el lado de dentro del despacho oval (lo que, a mí personalmente, me parece muy bien).

Ya hay movimientos ciudadanos de protesta que exigen que sus rojas Bud sigan siendo barriestrelladas. Y a la dirección de la empresa se le ha ocurrido, para defenderse, comprar la cervecera Modelo, de donde salió, tercio a tercio, caña a caña, cada uno de los ladrillos que nos cobijaron durante seis años, seis, en la Fundación Virgen del Camino.

Actualmente, el fabricante de Budweiser posee el 50% de Modelo y el otro me imagino que sigue estando en poder de nuestro don Antonino.

Y si esto sigue adelante será el orgullo de los yankis contra el de los mex, que con su Coronita han logrado conquistar las barras (de bar) americanas.

¿Venderá don Antonino?
Dejará el orgullo USA de ser USA?
¿Desenfundarán los mexicanos para que su orgullo, su honor, quede intacto?
Don Antonino, si le llega algo de este texto, por favor, facilíteme la primicia.

Salud
Lalo

Isidro Cicero -

LALO, COLEGA

Querido amigo Lalo, colega, muchas gracias.

Ya sabes -tú me lees- que no acostumbro a entrar en el diálogo directo e inmediato con los amigos del blog, aún a sabiendas de que esa inmediatez es la materia de la que generalmente están hechos los blogs, muy distinta a la materia de la que están hechos nuestros sueños, como ayer nos recordaba un periódico.

No contestar, no reaccionar de inmediato, sobre todo cuando los amigos te abruman con su afecto sé que resulta antipático. “Pero qué se habrá creído éste”, dirán, ya lo sé y lo comprendo. Algunas veces he tenido que salir a pedir perdón y hacer un propósito de la enmienda que soy incapaz de cumplir, como cuando estábamos allá, en León, y comprobábamos desolados que una cosa eran las intenciones más santas y otra muy diferente el aguijón de la carne, sobre cuyo poder estábamos perfectamente advertidos, pero nos pillaba siempre indefensos.

En definitiva, la respuesta inmediata, la contestación automática me resulta una disciplina imposible como antiguamente mantener la castidad. Por eso elegí el globo para expresarme, como intervención más o menos hueca, pero más o menos redondeada. Y no para evitar lo que Doris Lessing acaba de llamar la “inanity” de los blogs, sino porque no estoy hecho a ese tipo de diálogos.

Ahora bien. Contigo quiero hacer una excepción y responderte lo más rápido que puedo. Por dos razones. Una por la desmesura del elogio y dos, por lo colega que te veo, por la añoranza infinita que el ejercicio de nuestro oficio me suscita.

Sobre la desmesura te diré que verme vinculado con Macondo y La saga/fuga, en los mismos renglones me estremece, aunque debajo del pellejo asendereado, no me queden ya células terminales de los nervios que transmiten vanidad. Me veo eso sí muy confortado de que sientas como tuyo el aire mío y que hayas descubierto de dónde puede venir el èlan de mi tejeduría de palabras, compartido contigo, con muchos.

Sobre el oficio, querido amigo mío, cómo te entiendo. Cómo lo echo de menos. Anímate, querido Lalo, cuéntanos qué recordó el aureliano buendía que llevas dentro, que todos llevamos dentro. Tú sabes escribir, eres del oficio. Para nosotros esto no tiene más misterio que atreverte a poner yo, donde siempre ponemos él, ella, ellos, ellas. Todos los días del año hablando en tercera persona, a mi me pasaba, hasta que animado por Estrada, Habibi y otros, osé a atreverme a usar la primera, el reflexivo, el singular, herramientas maravillosas que tenemos –tú lo sabes- oxidadas de no usarlas. Úsalas, querido amigo mío. Y verás que el genio no es más que atrevimiento. Te lo digo yo.

Isidro Cicero -

VIBOT, ARTISTA

Amigo Vibot, cada día más querido, porque cada día te conozco mejor. Y ya sabemos, desde pequeños, que el conocimiento es el camino indispensable para el afecto. De cuántas maneras me sorprendes, amigo, cada poco tiempo. Ahora la zanfoña ensimismada, y no será la última. Otra vez con un kalamatianos, que no se me ha olvidado en una cualquiera de las colinas jónicas. Nos queda mucho por ver, así lo espero. Sin estar yo ahora bajo los efectos del alcohol en exceso, como sí estaba Malcom Lowry, te digo como él: Esta noche podía estar yo en el pasado lejano, como la infancia o los días anteriores a la última guerra. Todo tan lejos. Y todo, incluidos nosotros, tan a mano.

Isidro Cicero -

FELICES SUEÑOS, BARBERÍA

Querido Luis Barbería

Tú estabas anoche contemplando mis surcos serenamente antes de irte a dormir. Te imagino yo después, a pierna suelta, cada vez más tranquilo, superando casi ya la bravura de los días del pasado que te han estado rodeando como mihuras, buscando el momento de asestarte la cornada de la pena. Cuae, a la pena me refiero, resiste fortis como un maño. Te imagino después reposando, libre, como te mereces. Así te quiero.

Que también hoy tengas una noche tranquila, un fin del día perfecto. Oh my prophetic soul: Pido que se te envíen los ángeles mejores para que los pies de tu sueño no tropiecen en ninguna piedra y llegues feliz hasta la hora del viernes que tú mismo elijas.

Te lo debo: Llevo ya acumuladas tantas caricias tuyas hacia mi persona, que cualquier noche de éstas me veo saliendo al encuentro de tu prophetic soul para confortarnos juntos.
Un fuerte abrazo.

Mariano Estrada -

Queridos compañeros de la "ruta del bacalao":

Quiero pediros que cuidéis de que a Carlos Bañugues no le falte un apoyo para aliviar la fragilidad de sus pies, ya que su alma es frágil tan sólo en apariencia. De ésa se cuida bien el sólo.

Mirad el comentario que ha dejado al poema “Pliego de condiciones”, en el Blog de Paisajes Literarios.

Un abrazo y que el bacalao os una para siempre
Mariano

Pliego de condiciones


“Es la propuesta imprescindible para afrontar
la dificultad de vivir en la desolación”

Carlos Jiménez Cuervas-Mons

Para Carlos, que suprimió los burladeros y toreó
de frente y con nobleza. ME


Queridos amigos:

El poema que hoy os dejo no tiene detrás ninguna historia importante. Es más, ni siquiera tiene una historia. Tampoco creo que necesite de ninguna explicación y/o añadidura. Creo más bien que está bastante claro y que cualquier explicación lo emborronaría. Sí me interesa decir, no obstante, que no fue escrito desde un posicionamiento político, sino desde unas convicciones arraigadas en el sentido común.

Os informo, además, de que procede de los descartes de “Amores colaterales” y que, al igual que algunos otros ya colgados aquí, aspira a ser incluido en el grupo de los indultados, aunque pido que se mire con rigor antes que con benevolencia.

Un abrazo

PLIEGO DE CONDICIONES.

“Es la propuesta imprescindible para afrontar
la dificultad de vivir en la desolación”

Carlos Jiménez Cuervas-Mons

Para Carlos, que suprimió los burladeros y toreó
de frente y con nobleza. ME


Si me ofreces amor,
estoy dispuesta a verte.
Pero escúchame bien:
El amor que te exijo
abarca las pasiones
ardientes de la carne
(tan denostadas por los falsos
defensores de la moral):
los abrazos de fuego,
las caricias, los besos, la locura...

Pero también la comprensión
de las limitaciones, la defensa
del derecho a la negación,
el respeto a la enfermedad,
y a las ocasionales
expresiones de la desgana.
(Comprendido, naturalmente,
el apoyo a la dignidad,
incluso en los momentos
de ofuscación).

Y, sobre todas estas cosas,
un compromiso firme
con la verdad, que es
el cumplimiento riguroso
de la palabra que has venido a darme.

Palabra que, por cierto,
ardo en deseos de aceptar
porque el amor me puebla y me desarma.

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
Blog http://paisajes.blogcindario.com
Poemas recreados: http://groups.google.com/group/paisajes-literarios

lalo -

Amigo Cicero, eres un genio.
Ya sé que no está bien que uno lo diga aquí, delante de tanta gente y sin ocultarlo detrás de más verbos y calificativos, porque a lo mejor te pones colorao y no es mi intención.

Pero me he resistido 29 globos a decírtelo y esta madrugada, animado por el señor José, ya no he podido más. Y te lo digo: un genio.

No es difícil contar una buena historia con la Historia de Roma. Pero contar las que tú has contado, las 29 anteriores y la 30, con el señor José, un arado, unas patatas y un saco de limosnero, y en la que además entra Pepe Colinas de protagonista, es brillante.

A mí no me hubiera gustado escribir Cien años de soledad, por poner un ejemplo. Me explico. Supongo que sí me habría hecho mucha ilusión ir a Estocolmo y recibir en mi cuenta corriente toda esa pasta, y tomarme un mojito con Fidel Castro y regatear al gordo Maradona... Pero está lejos de mí, aunque siempre he disfrutado enormemente en las veces que lo he leído. Es más, con La saga fuga, de Torrente, los tengo en la más alta estima de la literatura que me gusta. Así que menos mal que García Márquez ya lo escribió, porque si no, yo no lo hubiera escrito jamás y nos habríamos quedado sin saber lo que recordó Aureliano Buendía ante el pelotón de fusilamiento.

En cambio, tus globos los siento como algo mío, llenos de un aire que reconozco. Si no recuerdo mal las enseñanzas del P. Jesús Martín, llenos de "elan" esa palabra que lleva dentro impulso, espíritu, soplo, fuerza... todo lo que llevan tus globos, amigo Cicero.

Y, por lo que leo, concitas el mismo entusiasmo en nuestros co-blogeros.

Así que, por favor, haz que el globo 30 sea el escalón que nos lleve ante la puerta tras la que se abren más mundos sugerentes. Aunque ya no lleve el número 31, ni siquiera, (si así lo decides) sea un globo. Pero ahora que nos has hecho adictos, no pares de soplar, amigo Cicero, por favor.
(A cambio prometo no ponerte nunca el acento, aunque el dedo anular de mi mano derecha se va solo a la tecla, al tiempo que el meñique de la izquierda quiere presionar la de shift. Y me cuesta frenarlos porque el cícero (ahora, sí, con acento)es la unidad de medida en el negocio en el que trabajo, del que vivo y que adoro. (Y tengo entendido que durante mucho tiempo también fue el tuyo).

Un fuerte abrazo

Salud
Lalo

Vibot -

He rrecorrido todas las portadas de Justino con una sonrisa constante y agradecida, rememorando tan buenos e intensos momentos de compañía y afecto. Y carcajadas. Y dulces caramelos un poco envenenados de nostalgia incurable. Y belleza a raudales. Gracias Justino por tu dedicación.

Gracias una vez más GL, por habernos reunido, encandilados niños otra vez.

Estas estampas vivas que recrea Cicero con sabor de tierruca, como salmodiando al son de una zanfoña ensimismada, esos poemas de Mariano que nos llegan al alma, esas sentidas crónicas taurinas que nos desgrana Teódulo estos días, a la sombra del duende...ese silencio de Javidelvigo que nos desbordará de pura vida viva cualquier día...

Y todos los demás cronistas líricos cuyos nombres volvemos a decir como una letanía de camaradas, de amigos recobrados para siempre inesperadamente.

Hay un poemita de Vicente Nuñez que resume deliciosamente este viejo cariño que ahora nos entragamos a raudales:

" Ligera y más esbelta
que la delgada caña del alpiste,
guardé en un relicario
una hebra de tu cuerpo.
Después de muchos años,
al hostigarle un día los rebeldes ingletes,
libre quedó por fin del leve biselillo
que la tuvo cautiva.
Y me reconoció como a su dueño,
corriendo hacia mis labios. "

Luis T Barbería -

Mereció la pena abrir el blog esta noche. Por los trabajos de Justino, el poema contenido de Mariano - él de ordinario tan fecundo- y la historia tan humana de Cícero.

Yo aún sigo viendo los surcos sobre la tierra, los niños, los padres, don José.. todos inclinados recogiendo las patatas en aquellos atardeceres de octubre.

Es un cuadro tan entrañable que me iré esta noche a la cama sin poder quitármelo de la cabeza. Ni quiero, que dormiré mejor, estoy seguro.
Gracias, amigos.

justino -

A Julio,Andrés,Mariano e Isidro y blogeros en general
(Por alusiones)
...Y es que no me queda mas remedio ante las cosas tan bonitas que me dedicais.
Sabed que el mayor reconocimiento que podeis ofrecerme es el que ya me habeis entregado,vuestra amistad.
Dicen que al igual que con las plantas, ésta hay que cultivarla para que no se marchite. Lo tendré muy presente por mi parte.
Gracias

Isidro Cicero -

LA VENDEDORA DE GLOBOS 30. El señor José.

DEDICADO A JUSTINO.

Al globo número 30 os contaré que he intentado llenarlo tres veces y las tres se ha desinflado sólo y se ha quedado sin nada dentro. Hubo un accidente informático y se perdió. Se llamaba “El señor José”. Lo escribí hará cosa de veinte noches, lo guardé en el pendrive para corregirlo un poco al día siguiente, en alguno de los muchísimos ratos de ocio y deleite que me quedan libres después de mi vigilancia de las ardillas en el parque alto de la ciudad, y, cuando iba a abrirlo, comprobé que se había traducido por su cuenta y riesgo a un lenguaje semicuneiforme, muy parecido al protosumerio o al asiriobabilónico. Había quedado ininteligible, inutilizable.

Quería corregirlo para que no me pasara como con el de la Grand Place de Bruselas, en el que, entre otros desatinos, escribí Roi de l’Espagne con ygriega, exponiéndome a que alguno de vosotros, diga con razón para sus adentros: Este Cícero, mucho presumir, pero no tiene ni puta idea. Comete una cantidá de faltes...

Pero nada. Técnicos muy cualificados, que, tras rudas oposiciones, tienen plaza oficial de esto, tampoco han logrado sacarme el globo número 30 de donde esté: del éter, del cíber, del cielo a donde vayan a parar los globitos buenos, de los conectores, o los chips, qué sé yo. Y bien que lo hemos intentado.

Da rabia, ¿eh? Yo a punto he estado de tirar la toalla, porque he vuelto dos veces más a inflar el dichoso globo y las dos veces ha resultado imposible. Así que a punto he estado de concluir el manojo de globos con el número 29, aunque yo mismo me he convencido de que no debía hacerlo. El 29 ¿en realidad es un número, o solamente es el anuncio del 30?.

Y si no cumplí e su día mi palabra de dejaros en paz una vez lanzado a los aires el largo globo de Pedro, no iba a poner punto final después de un absurdo 29, que no es un número como para cerrar nada. Si hubiera sido el 30, vale, es redondo, es otra cosa. Pero el 29...Y eso que a mi tierra llegaban unos comerciantes transportistas de Cervera de Pisuerga o algún otro de esos pueblos de la ancha castillería a los que llamaban “los Veintinueves”, Tengo que averiguar por qué.

Aparte de los virus y spyies que, según me han asegurado anidaban en mi portátil, sospecho que algo tenía que tener dentro “El señor José” para resistirse de una manera que no es normal. Algo tenía que tener.

Y me diréis. ¿De que hablabas en el número 30, oh Cícero calamitoso? Pues os contaba que una vez estábamos nosotros sacando las patatas en la tierra de la Llana, a la parte de abajo de la carretera, cuando llegó el señor José. Debió de ser esto a mitad de los cincuenta, no pudo ser más tarde. Mi padre, inclinado aunque no mucho, sobre la esteba del arado de madera, iba abriendo el surco, como se abre un vientre, dejando detrás de si una estela de patatas blancas, amarillentas o encarnadas de tamaño grande, mediano, pequeño y ridículo, completamente sanas o mordisquedas por los ratones, que se nos habían adelantado, los muy hijos de puta.

El método del arado para sacar las patatas era romano; el método, las patatas no, ya lo sé. El método requería un hombre a la esteba, función que desempeñaba el padre, y una mujer o un niño ya creciduco para que fuera delante de las vacas uncidas llevándolas por donde tuvieran que ir. Para que las vacas no se salieran del surco, del sucu, decíamos nosotros. Para que no delirarían, a ver si me entendéis, acaso no. Digo “para que no delirarían” para que sepáis cómo conjugan aquí en esta tierra donde vivo el deliraran o delirasen. Digo delirar para recordaros cómo llamaban los romanos al salirse del surco.

Pero bueno, no deliremos más. Yo os contaba en el globo 30 los recuerdos borrosos de aquel día en el cual yo, desde luego, no iba delante de la pareja de vacas en aquella ocasión para evitar delirios. Mi hermano Toñín, tampoco; éramos los dos muy pequeños de aquella. Nosotros estábamos en el surco abierto en canal con el pequeño cesto de lamas de avellano, con el caldero de hojalata, ayudando a recoger las patatas sorprendidas por la reja en su recorrido, y llevándolas al saco grande estratégicamente ubicado.

Las patatas quedaban expuestas a la luz ya escasa de la tarde de octubre en aquel surco abierto y nosotros, quizá, aprendiamos sin darnos cuenta, lo que puede dar de si un trozo de la vida, cuando se la entierra y se la convierte en sementera. Regada, llovida, abonada y calentada por el sol, da el ciento por uno, la muy cabrona, o casi. Para aprender eso, ya digo, no hacía falta que te echaran a estudiar a León. Ya lo veías tú mismo a poco que te fijaras.

El señor José apareció delante de nosotros de improviso. Dijo unas palabras que ninguno de nosotros entendimos excepto mi padre, dejó tirado en la tierra su saco de vagabundo, cogió uno de los cestos y se puso a apañar patatas como un loco. Sonreía a la tierra, al surco, a la imagen del arado. Quería ayudar. Pidió permiso y los padres le dieron la bienvenida. Toñín le preguntó cómo se llamaba el perro y él le contestó que Cadelo. Yo le pregunté que de donde venía y él me contestó que de Santa María de Tolmundu. Le dijimos alguna cosa, le preguntamos cómo se llamaba y nos dijo que José. Mi padre nos mandó que nos dirigiéramos a él, al señor José, con un usted respetuoso.

En mi pueblo no había más señores que el señor cura y ese ni siquiera se vivía allí de continuo, venía para las misas. Por su parte, la maestra era mujer, no era señor, la llamábamos señorita. Quiero decir que a nadie le decíamos señor. A los mayores les anteponíamos “el ti” o “el tíu” la “ti” o la “tía”. Al señor José, sí. Desde el primer momento. No me preguntéis por qué. No sé por qué aquel mendigo gallego, que llegó a nuestra vida un atardecer del mes de octubre, siempre fue para nosotros el señor José.

En el globo número 30 que se perdió en el aire, os contaba yo muchas cosas del señor José, que ahora me resulta enojoso rescribirlas. No las reescribiré. Os decía, eso si, que aquella noche el señor José cenó sentado a la misma mesa que mis padres y luego le llevaron a dormir al pajar. Y que, durante mucho tiempo volvió a visitarnos dos veces al año. O acaso no venia a visitarnos, acaso es que le pillábamos de paso en su ruta de vagabundo y de mendigo. Nos cogió mucho cariño y nosotros a él. A mi me trajo una vez una navajina que compró en Infiesto para mi y a Toñín, una chifla en forma de canario.

Dos veces al año, una en cada dirección. En mayo subía por allí hacía el puerto, hacia Castilla y se quedaba algunos días en nuestra casa. En octubre, lo mismo, bajaba del puerto hacia el fondo del valle para continuar por la orilla del río hacia Asturias. Pedía limosna por las casas, no decía nada del amor de Dios, y guardaba en un saco lo que le daban. En mayo, se trabajaba la procesión de la Santuca, que se celebra el día 2 y es una de las que más romeros congrega en toda la rueda del año. Se ve que a la gente le alcanzaba para echarle algunas perrucas al señor José, después de echar todo lo que podían a la patrona tras adorarla. Por octubre, bajaba el señor José para la feria de todos los Santos, que es cuando más ganaderos, tratantes y compradores acuden.

Siempre se quedaba un par de días con nosotros, ayudando a cortar la leña. A veces venía lleno de piojos y mi madre le cocía la ropa en unos grandes calderos. Recuerdo aquellas chaquetas de pana dorada como la miel, mugrientas; aquellos pantalones mahón requetemendados, aquellos harapos oreados a todos los aires del septentrión. Qué cambio después de la limpieza. Mi padre le cortaba el pelo y le afeitaba. El perro Cadelo, cariñoso con nosotros y respetuoso con nuestros propios perros, no se separaba de él ni dos metros.

El señor José casi no hablaba, pero cuando nació mi hermana Geli - la pequeña de la casa - recuerdo que le cantó una canción en gallego, muy triste y muy bella. Hablaba d’os ollos d’a nena, strel-liñas bel-las . No hablaba casi, pero cuando hacía muy malo y le decían mis padres que no tuviera prisa para marcharse, que se quedara unos días más hasta que mejorara el tiempo, les respondía muy serio que tenía que irse por obligación. “Anda el otro para salir, patrón”, explicaba. Nunca entendimos qué competencia era aquella que tanto temía.

Un día se sinceró con mi padre y le dijo que se había tenido que marcharse de Galicia, porque había quemado una palla una palleira, o algo así y que no podía volver a su tierra.

Un año, cuando bajó por octubre, para la feria de todos los santos, yo ya no estaba en casa. Me echó de menos y sé que su recuerdo enterneció a los míos. Yo acaba de irme a León. A estudiar. Al año siguiente, cuando volvió por mayo, yo todavía no estaba. Todavía no había venido de León a casa para las vacaciones.

Y así otra vez, al año siguiente y al siguiente...

Pero como Dios es grande, dulce su corazón misericordiosos sus designios, había puesto la Virgen del Camino, igual que a mi pueblo, igual que a mi casa, en el mismo itinerario de mendicidad, de soledades, de tiritonas y de tristezas del señor José. Una vez se acercó a la portería del colegio Virgen del Camino, no para pedir limosna, no para mendigar en un terreno de mendicantes, sino para pedir al portero que, por favor, me avisaran a mi que estaba allí él, que venía a verme. Que era un amigo mío.

Allí, en la portería, reinaba Pepe Colinas, queridos amigos míos, y le dijo que contestó que aquello era imposible. Creo que no se creyó lo de la amistad. Los niños están estudiando y no se les puede molestar, le dijo. ¿Y cuando no estudien? Cuando no estudien tienen que irse a comer, y tampoco se puede. ¿Y cuando se quiten de comer? Cuando se quiten de comer, los internos tienen que ir a jugar a fútbol o tienen que ir de paseo y no se les puede visitar. ¿Y mañana? Pues mañana, lo mismo que hoy...

Desde que me echaron a estudiar a León, ya nunca jamás volví a ver al señor José. El siguió pasando para abajo en octubre y para arriba en mayo, cada vez más despacio, cada vez más callado, hasta que de pronto ya no volvió más. Se perdió sin despedirse , como el globo número 30.

Es muy probable que al pasar por la Virgen del Camino, más de una vez me buscara directamente él, desde la parte de afuera de esa cerca de alambre que vallaba los campos de recreo y de deporte. De esa cerca que ha saltado hace poco al escenario público de nuestra memoria. Es posible, no es seguro. Aunque lo dudo, porque si yo no lo vi a él, si él no me vio a mi con su vista anciana, el perro Cadelo me habría olido,me habría identificado entre todos los muchachos y se habría vuelto loco.

Qué rabia, hombre, que se haya borrado el globo número 30, que al revés de muchos de los anteriores, había salido del taller ya con el nombre del señor José puesto, qué rabia.

Mariano Estrada -

Querido Justino:

Aunque algunos lo habíamos hecho en privado, me alegro de que Josemari haya reunido todos tus trabajos en este bendito Blog, para rendirte un más que merecido homenaje. Aunque lo hayas hecho con gusto, que de eso no hay duda, es mucho el tiempo que has invertido en nosotros. Por ello, y por el trato que particularmente me has dado, yo me sumo gustoso a la felicitación y te declaro un público agradecimiento.

Permíteme, además, que te deje un regalo literario. Se trata de un pequeño texto que escribí en una noche como ésta, pero de hace ya algún tiempo, después de haber llovido en la calle y en el alma y de haber dejado la lluvia un cierto olor a bendición, a gloria y a ozono.

Un abrazo y ¡Enhorabuena!

El regalo:

UN INSTANTE, UNA NOCHE.

Es poco más de medianoche. La lluvia ha dejado en el suelo la fragancia de la tierra mojada. El silencio es total, con la salvedad de las olas interiores, que rompen contra los altos acantilados del espíritu. Se diría que son golpes del corazón y que hay mareas de sangre, por fortuna jubilosa. Uno ya tiene recorrido como para saber que de la felicidad a la desdicha apenas median dos pasos, dos minutos, una pequeña variación en el camino del viento... Lo que acaso no pueda adquirirse nunca, a pesar de los intentos, es la fortaleza de espíritu como para “aceptar con ánimo parejo la derrota y las palmas”, por expresarlo con palabras de Borges.

Pero hoy el viento ha pegado con suavidad en mis mejillas y en mi frente, hoy la lluvia ha caído sobre mi cara en forma de caricia y no de latigazo, hoy se han dado la mano las tempestades y la calma y yo he salido al jardín y he contemplado una luna que no había. O sí había... Había huido del cielo para meterse en las cuencas de mis ojos y ofrecerme su luz toda la noche.... No sé lo que ocurrirá por la mañana, si habrá lluvias o sol, brisas o huracanes, pero esta luna blanca dejará una marca de dicha cuando, saliendo de mi pecho, vuelva a brillar en los campos infinitos de la eternidad.

Todo ello con la gratitud expresada por estas manos mías, juntas y temblorosas, que apenas aciertan a volver a ser lo que eran hasta hace apenas un rato: palomas desprendidas de un sufrido libro de carne.

Mariano Estrada

Luis Heredia -



Justino, nos hiciste sonreir, partirnos de risa, además sentirnos felices y queridos, recuperar amistades, qué digo, amistades no, hermanos.

Que te siga sobrando mucho tiempo para nuestro deleite y que cada una de nuestras sonrisas sea el regalo con el que podamos corresponderte.

Ya dije a Quique que no voy a poder ir a Valderas, pero con cada corte que des al bacalao oiréis una estruendosa sonrisa proveniente del Sur que os acompañará hasta que amanezca.

Que disfrutéis del bacalao y mucho más de la compañía.

justino -

Atta. Josemari (FURRIEL)

¡TRAIDOR, QUE ERES UN TRAIDOR!
Entro en el blog para ver como va lo del bacalao... y me encuentro con esto.
Ya hablaremos.
Todos sabeis que no tengo mérito alguno y que lo que me sobra es tiempo.
Ah! El día 14, sabado, y en Valderas, tendremos a nuestra disposición la Iglesia Parroquial, a las 13, 30 hs.
Un abrazo para todos y mi satisfacción mayor es saber que algunos de los montajes que he realizado os han hecho, al menos sonreir

andres cortes aranaz -

A pesar de que algunas veces, en broma, te he criticado algún montaje, ENHORABUENA!!!!!!!
Como se habla tanto de yeguadas, ahí tienes un filón.
Yo me pido de percherón.

Un abrazo fuerte.

Ya me contaréis, por encima sólo, evitad los detalles, el guateque del bacalao.

Julio Correas -

ENORME, Justino!!!!
Hace falta mucho cariño para desarrollar esa obra de Arte!!!
MUCHAS GRACIAS, ARTISTA!!! y un abrazo muy fuerte, con otro que me pierdo en Valderas. (El bacalao no te lo perdono a mi vuelta de Canadá)

Furri, summa cum laude la agrupación de los montajes, pero la música de : SIETE NOVIAS PARA SIETE HERMANOS - BAILE DE GRANERO!! pues que no la oigo oye!!!

Las siete novias... está claro, LAS SANTAS.
Los siete hermanos... te has quedado un poco corto de número. A mí me salen más!!!

Gracias y un abrazo muy fuerte.

Julio Correas