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CONCILIO DE GENIOS DE LA YEGUADA DEL 61

CONCILIO DE GENIOS DE LA YEGUADA DEL 61

Crónica de una reunión-cena celebrada en Alcalá de Henares, de la que me informa Julito Correas. Doce reunidos, entre ex-apos, jueces, padres, nieto y santas. Todos genios de la yeguada del 61, Fernandito Alonso, Julito Barrio, Isidro Cascajares, el gran Dacio, Julito Correas y José Sánchez "Pepito", todos ellos presididos por el PaPedro y, menos mal,  controlados por sus "santas".

¡Que envidia más puñetera que me ha "entrao"!.

Encabezo el artículo con la primera fotografía que aparece en el blog de Julito Barrio de la Mota: ¡qué guapo estás, condenao!.

El resto de fotos que me envía os las dejo en el álbum PAJES Y CARROZAS de Ver Fotos/Documentos.


Para que quede constancia.

 

La semana pasada nos reunimos en Alcalá de Henares unos cuantos de Madrid en el restaurante que dirije el hijo de Dacio.

Las fotos no son buenas, porque como siempre no había ninguna máquina. Estas instantáneas las saqué con mi móvil... Y así quedaron.

El restaurante está lleno de pinturas que el hijo de Dacio pintó con sus pinceles. El cuadro del Aguador es el que da el nombre al restaurante y el de los borrachos de Velázquez el que nos presidió durante toda la cena.

12 éramos, como los Apóstoles, pero no... no fue la Última Cena!!!!

Se me ha colado una foto de un "pequeñajo". Ese es Pablo, mi nieto. Como veréis, ya se empieza a aficionar al prieto picudo.

Es que las buenas costumbres conviene aprenderlas desde la más tierna infancia.

 

Un abrazo a todos... Y Feliz Verano.

 

Julio Correas

 

3 comentarios

dacio -

Al curiosear ayer en el blog, y tras reír un buen rato con los discursos etílicos de Correas y Heredia, me sorprendió de forma impactante el comentario de Jesús Malvárez. Primero porque se despertara en su memoria algún, aunque confuso, recuerdo de mi persona, teniendo en cuenta que sólo coincidimos durante un año. Efectivamente, en aquellos días era un “chavalín rubio”, pero poco más puedo decirte, ya que nunca jugué un papel destacado en la comunidad, salvo la amistad de que disfruté con los más próximos.
Pero sí es cierto, como apuntas, que la memoria tiene resortes ocultos. En un principio, al leerte, acudió a mí la cara de César Alvarez -pienso ahora que por la similitud del apellido-, pero más tarde, y de forma inesperada, llamó a la puerta y se hizo presente la figura de otro “chavalín”, de figura espigada y pelo lacio cayendo irredento sobre la estructura de unas grandes gafas que le daban el gracioso aspecto de pitagorín, y que en la primera clase de matemáticas planteó al P. Angelito la conveniencia de disertar sobre álgebra y trigonometría. ¿Eras tú, verdad? Esa anécdota, y la remembranza lejana de una persona sensible y amable, es lo que guardo de ti. De momento, el poco tiempo que estuvimos juntos, y la nocturnidad con que solían solventarse las salidas (???), deja margen para poco más.
Gracias, Jesús, por tu recuerdo. El próximo curso tengo previsto hacer algún viaje a Oviedo para ver a mi hijo, y para re-reencontrarme con los ovetenses Fueyo y Correas, y con los “culos mollaos” Alfayate, Arango y Fresno. Y si aparece alguno más, mejor que mejor. Desde luego, antes de iniciar el viaje intentaré contactar contigo, por ver si puedes incorporarte a la reunión velazqueña que insinúa Heredia. A este respecto, mi querido Luis, atienda vuesa merced que el congreso se desarrollaba en El Aguador de Alcalá de Henares, cuyo título todo lo explica, a más que somos gente sobria y de buenas costumbres: jueces, maestros, policías –paso por alto mi exprofesión- , y todos presididos por Maese Pedro, magro de cuerpo aunque de fecundo espíritu. Eso sí, el orujo que trajo Pepito quitaba el sentido. Y para evitar mohos indeseables, cada vez que paso por allí le doy un -también sobrio, por supuesto- tiento, por controlar que se mantiene su PH más que nada.
Un abrazo, amigo.
Dacio

Jesús M. F. Malvárez -

Está clarísimo que la memoria tiene resortes ocultos.
Quiero decir que, por mucho que uno quiera recordar, no es capaz de hacerlo, y si lo hace, lo hace de un modo tergiversado, mezclando caras, nombres, fechas, haciendo que varias personas sean una sola, o que una persona se divida en varias, dependiendo de las percepciones recibidas en según qué momentos.
Ya os he comentado que al dejar (corramos un “es tupido” velo sobre los motivos) la escuela menor, en junio del 62, hice el ingreso en el curso 62-63 en Corias, antiguo Colegio Apostólico, que en aquel momento era Instituto Laboral.
Los motivos que me llevaron a ello ya los he comentado, más o menos, en otros post de este blog.
Allí conocí a Fr. Jesús Martín (en Corias era Rector) que, años después, fue Prior de La Virgen.
Allí encontré nuevos compañeros, hice nuevos amigos, y aunque perdí contacto con la mayor parte de los antiguos, lo mantuve, aunque fuera esporádico, con los Tejo (José Ramón y Carlos), Cesar Díaz, Roberto Bulnes…..
Entre los nuevos “compis” hubo uno que “fagotizó” (Box, explicale a los de letras y a los músicos que no lo transformó en fagot) a otro.
El nuevo compañero se apellidaba “DATO”, y por ese nombre era conocido, y el nombre DATO se tragó al nombre DACIO.
Hoy, leyendo este post, o portillo según grafía del ínclito del Vigo, me encuentro que uno de los asistentes es “DACIO”, y , de repente, se abre ante mis ojos una nueva página de mi olvidada vida.
Dacio era, (creo) un chavalín rubio, de mi curso, pero de nuevo, las nubes de la memoria me juegan una mala pasada. Mezclo la cara que quiero recordar con otra, Lobato, compañero mío en Corias sólamente el curso 62-63, del que recuerdo que cuando lo vi, mi primera pregunta fue: ¿Tu no te llamarás Dacio?.
Después, ya os digo, Dacio se esfumo de mi memoria.
Hoy Dacio, me despierta de un olvido.
Dacio, no recuerdo anécdotas tuyas, no se si te recuerdo físicamente, no te “veo”, pero se que eres tu.
Se que eras un compañero en el mejor sentido de la palabra, ya que, efectivamente compartimos el pan, y espero que podamos retomar aquella unión que se que hubo, a pesar de que “el alemán” me toque aquello y no me permita ubicarte con exactitud.
A ver si, rodando la cosa, voy encontrando puntos comunes que me ayuden a recolocarte en la memoria.
Pido perdón a los demás, pero cuarenta y ocho años hacen que cada descubrimiento sea, al hacerlo, el más importante.
Pepito, ya lo ubique (un abrazo muuuuy largo), gracias a las fotos, de la Mota me suena, pero no lo tengo claro…
Espero que el “FOSFORO FERRERO” me ayude a situarme después de todos estos años.
En fin, un besazo para todos.
Vuestro compañero
Jesús

Luis Heredia -

Si Velázquez levantara la cabeza se habría arrepentido de no haber contado con los modelos reales.

A las Santas las veo enteras, como siempre, a pesar de salir de medio cuerpo.

A PaPedro, le veo impertérrito ante la copa de agua y diciendo para sus adentros:" –Se me cae el alma a los pies. Cómo pimplan estos condenaos"

A Julito Barrio, condenado dos veces, paradojas de la vida, con lo buena persona y profesional que eres, renunciando al indulto para no volver a la puta carrera el Lunes a trabajar. Julito, esto puede ir con primeras, segundas o terceras. Lo que te quiero decir es que se te ve que te gustaría que se acortasen los plazos el mismo Lunes y te volvieras a encontrar el Sábado o el Domingo con los mismos borrachos, de la pared y los otros, y que no fuera la última cena.

A nuestro Fernandito Alonso, le veo más corredor que nunca porque no falla una.

A Isidro, Pepito y Dacio los/les (Lalo, ayuda)veo pal arrastre.

A Pablo es al que más entero veo, de momento. Pablito, yo sé que no me entiendes ahora pero en el centenario del Colegio te vas acordar más de tu abuelo que la madre que te parió.

A tu abuelito Julito Correas, no le veo, pero le intuyo. El que las fotos hayan salido movidas no es por culpa del móvil. Es que tu abuelo se estaba ya moviendo más de la cuenta.

Y al hijo de Dacio le veo pasando más vergüenza que a su padre. Dacio, ¿Tú le contaste alguna vez a tu hijo las compañías de las que estabas rodeado?

Dacio, hijo, espero que tus pinceles dulcifiquen el momento y no retrates tan crudamente la realidad como lo hizo Velázquez.

No obstante, ¡yo hubiera deseado haber sido el Aguador de Alcalá de Henares como PaPedro , haber sido condenado una y mil veces como Julito y no indultado, correrla como Fernandito, que me hubieran sacado a rastras como a Isidro, Pepito y Dacio, haber salido en la foto aunque me hubiera movido más que el fotógrafo, tener los años de Pablito para asistir al centenario del Colegio, manejar los pinceles como el hijo de Dacio para dejar una muestra para la posteridad y haber sido Velázquez para repetir el cuadro con las Santas y no solamente con borrachos por aquello de dignificar el Prieto Picudo, que no tuvo ni tiene la culpa de lo que en el cuadro y la foto se plasmó.

Os quiero cada vez más.