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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

El chavalín de aquella Navidad 63/64, vestido de Dominico.

El chavalín de aquella Navidad 63/64, vestido de Dominico.

Hace unos días envié a Carlos Tejo, querido Carlos Tejo, este dibujo de Javier Serrano que voló a mis manos desde las del P. Lebrato. Este dibujín ha generado este delicioso relato de Carlos Tejo, querido Carlos Tejo.

Feliz navidad para Marián, Paula, Carlos y toda la familia Tejo, la querida familia Tejo. Y que llegue la salud a Nacho.

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AL APOSTÓLICO “GUAJE” DE AQUELLA NAVIDAD 63/64

 Hubo un tiempo, no muy lejano, en el cual, los recuerdos, me inspiraban emociones, casi siempre, emociones agradables. Cogía el boli, y la vida pasada se desparramaba sobre el papel como fluyen los ríos de un Nacimiento. Las voces se me descubrían blancas, las miradas azul verano y los sueños en arco iris.

En el tiempo de hoy, los recuerdos me pesan en el corazón, la mano se mueve torpe sobre el teclado, que, sin demasiada alegría, va rellenando unos A4 que, cuando estaban en blanco tenían vocación de Cuento de Navidad.

Pero el chavalín de aquella Navidad 63/64, vestido de Dominico, que con tan certero trazo nos dibujó Serrano, parece, aún hoy, querer iluminar nuestro presente. Y me digo yo, ¿Qué culpa tendrá el “guaje” este de que yo esté algo tristón?

Cuando me voy al tiempo de la infancia, los recuerdos los sitúo más que por años, por lugares. Ya te conté, en su día,  a ti y a todos los nuestros, las Navidades en Arriondas, cuando, de repente, por las paredes de la habitación se desplegaron decenas de cuentos, volviendo locos de contentos a mis hermanos mientras yo, me había convertido en  el niño más feliz de la tierra, luchando a brazo partido contra enemigos imaginarios, con una cimitarra de goma.

Al año siguiente –veo que sigues ahí, atento y sin meter baza- la familia se mudó a una pequeñísima aldea de Ribadesella, (para gran disgusto de nuestro amigo Nachín) donde mi padre tenía una casería.

Navidad de 1958. Recuerdo los ensayos a los que nos sometía nuestra madre para que, los cuatro hermanos de entonces –quedaba uno por encargar- recitáramos unas poesías de Navidad después de la Misa de Gallo. José Ramón tenía 10 años, Luismi, 8; Javier, el pequeño,5 y yo 6 años.

Ya durante la Misa, al Ofertorio, Don Hortensio, el párroco, como ya lo había anunciado en los domingos anteriores, solicitó la presencia de quienes quisieran aportar algo simbólico aquella noche. Quiero recordar  un revuelo de gallinas, una cesta con huevos, algún embutido quizás y, sobre todo,  veo a mi hermano Luismi, el más tímido, avanzar hacia el Altar, depositar la ofrenda y recitar mirando al párroco:

“Yo que vivo en San Miguel

La aldea mejor de España,

Al niño Jesús le traigo

Una cesta de castañas”

 

Nuestra madre era así, nos quitaba los complejos a base de “sacarnos a la palestra”. Siempre nos decía que valíamos para todo. Ella y nosotros supimos más tarde que no era así, pero de pequeños seguro que nos sirvió.

Terminó aquella larga misa en latín, y para el fin de fiesta, de nuevo Don Hortensio solicitó a los presentes que salieran al centro del presbiterio para, quienes lo quisieran, cantaran algún villancico o a recitaran alguna poesía de Navidad.

Ante el silencio general, mi padre y mi madre, cual familia Trapp, fueron soltando al escenario, uno a uno, aquella prole.

José Ramón leyó, lo recuerdo como si fuera hoy, un cuento de Navidad que trataba de un niño pobre que, de la que iba a la Iglesia, en el camino se entretuvo delante de un escaparate muy iluminado, en el cual había una cesta llena, con unas cosas tan ricas y que se le apetecían tanto…Ya en la Iglesia, el pequeño le pedía al niño Jesús que su madre, que estaba enferma, se pusiera buena, pero también le pidió una cesta de aquellas del escaparate. Y mientras rezaba al niño le saltaban las lágrimas, y en eso estaba cuando una señora le preguntó qué le pasaba, y, para resumir, querido apostólico del 63/64, como la señora era rica, aquellas Navidades la familia pobre tuvo de todo, cesta de Navidad, médico para la madre, y el niño, además se hizo amigo del pequeño de la familia rica y, en San Miguel de Ucio, que así se llama la aldea de Ribadesella donde transcurre esta historia, todas las buenas gentes se emocionaron y aplaudieron el relato de José Ramón.

Luismi, el que ahora se quedó de hermano mayor, el que en el ofertorio había depositado la cesta de castañas, como dije, el más tímido, salió a escena en cuanto tuvo el empujón discreto de mi padre. Estoy seguro de que no le tembló la voz ya que de memoria siempre estuvo brillante.

“Eres ricu y poderosu,

Ricu, ricu de verdad

Que me lo dixo mio madre

Cuando díbamos a cenar.

 

Dixo que tou yera tuyu

Qu´en toes partes estás

En el Cielo, en la tierra, en tou el mundiu

Y en el Santísimu Sacramentu del Altar.

 

Alguna vez, pequeño compañero del 63/64, dejé escritos estos versos, pero no estoy seguro de que aquel día estuvieras atento al blog de José Mari, bueno al de José Mari y, con su permiso, al tuyo y mío también, por eso hoy los vuelvo a recordar, aunque dentro del contexto lugar/tiempo en que fueron recitados.

 Quiero recordar, querido amigo, las caras de satisfacción de mis padres pero no lo consigo. Estaba yo demasiado ocupado en lo que me tocaba decir a continuación de mi hermano Luismi. Es cierto que, de niños, no prestábamos habitualmente demasiada atención a nuestros padres. Los pocos años nos los dibujaban eternos.

Y salí yo, delgado como un fideo, a comerme el escenario, a recitar al Niño Jesús esta poesía en asturiano que, los Tejo, consideramos patrimonio de la familia.

Allabau (Alabado)

 

“Allabau

Asína dixo el mio cura

Qu´habia ñaciu un neñu

En les cortes del ganau.

Agudu com´ un pensamiento

Sabichelu que ya ya

La madre yera muy moza

El padre yera muy vieyu

Pero tou yera bondad”.

 

Al párroco, Don Hortensio, debieron de caérsele las lágrimas. Era Don Hortensio un cura joven de unos 36 o 38 años. Lo había destinado a esa parroquia cuando apenas tenía treinta años y allí se quedó hasta que falleció en el año 1997. Yo recibí de él la primera comunión al año siguiente, en Abril de 1959. Por cierto, a principios de los 90, cuando los Carnavales estaban en su mayor esplendor, en la pequeña obra de teatro que hacíamos en Ribadesella para condenar a la sardina, yo hacía el papel de cura, y la sotana siempre me la facilitaba Don Hortensio. Lo que aprovechaba para retenerme un par de horas y hablar de cosas que, con los vecinos, se la hacían harto difíciles, literatura, música, viajes, política, arte etc. Cuarenta y cinco años en San Miguel de Ucio. ¡Tantos años de estudios para estar, solo, al cargo de un puñado de capillas desperdigas y que, poco a poco, se iban despoblando. Cuando falleció, en aquella misa de despedida hablamos el Arzobispo Don Gabino Díaz Merchan y yo, pues así me lo habían solicitado los sacerdotes de la comarca, que sabían de mi amistad con Don Hortensio.

Pero, ya ves, pequeño amigo del 63/64, que me lío yo solo y no termina mi relato.

Al bajar yo de aquella nube de artista incipiente me cruce con el pequeño de los hermanos, Javier, el más vivaracho, atrevido y despierto de todos nosotros. Quiero imaginar su sonrisa pícara antes de dar comienzo a sus versos, y a mi madre diciéndole con la mirada: “ahora, empieza ya…”

“Como soy tan pequeñín

Y tengo tan poca voz

Solo me cabe decir

¡Viva la madre de Dios! (Esta última frase alzando la voz y con las manos extendidas al cielo)

A la sonrisa de triunfo de Javier se sumaron las miradas orgullosas de papa y mama y los aplausos de todos los parroquianos.

Así fue, querido apostólico del 63/64, la Misa de Gallo del año 1958, en la aldea de San Miguel de Ucio, en Ribadesella.

Noche feliz en la familia Tejo. Por cierto, el que no estaba encargado, el quinto de los hermanos, Nacho, que hoy no lo está pasando demasiado bien, nació el 29 de Septiembre de 1959. Nueve meses después.

 

Feliz Navidad a todos.

Marián, Paula y Carlos

15 comentarios

Andrés Martínez Trapiello -

Vibot, que no hagas caso de lo que te cuenta Froi: ¡Cuentos!; Sí en una cosa: que "estos desalmados" nos queremos.
Besinos,

Froilán Cortés -

Vibot. Tengo que explicarte. El Atomium llegó despues. En el declive del Pussy. Para entonces, ya tenía yo 18 añitos, y no necesitaba a nadie para que me "colara". Me colaba yo solito. Para entonces, ya era un maestro en el fumar, en el beber, en...otras muchas cosas, aprendidas de esta pandilla de desalmados. Ya para entonces, ellos habían dejado muchas de sus timideces, adquiridas ya sabes dónde, y comenzaban a tener novias, con lo que me dejaron "abandonado" a mi suerte. Y tuve que sobrevivir a su abandono. Pero, te digo una cosa. Han pasado unos cuantos años, muchos quizás, y me siguen maltratando, no te creas. Y a pesar de todo, les quiero, sabes?
Un fuerte abrazo y que pases felices fiestas, Vibot!

Vibot -

Froi, creía que habías estado más tiempo. En tu lista de antros de perdición leoneses, seguro que te has olvidado del Atomium, piensa.
Lalo, gracias por tu llamada de ayer, me pillaste medio dormido, agotado por la tensión del concierto de la mañana, que resultó muy bien y muy emocionante.
La verdad es que no creía que érais tan pocos los de tu curso los que escribíais aquí. Te prometo ser amable y simpático con el nuevo, pero creo que los más jóvenes nos sienten bastante lejanos de sus intereses.
Que paséis los dos muy felices días.

lalo -

Jo, compañero Froy. Los frailes habrán respirado al conocer tu autocurrículum. De la que nos libramos, dirán. Ese sí que es un camino de perdición y no el de Luis Mateo Diez. El Pussycat, el Sirocco... que cuentes, que vete tú a saber qué más hay.
La excelente madera de que estás hecho recondujo tu malvivir y pese a las malísimas influencias de quienes te rodeaban, a quienes Dios se lo tendrá en cuenta, ahora eres un gran señor y no solo un truhán.
No, si va a tener razón Cícero cuando se empeña en escribir solo de la paramera, que luego todo se sabe y hay cosas que todavía no han prescrito.
Otra cosa. Los más atentos habrán podido comprobar que he hecho una mezcla entre Alberto Gago y Antonio Gamo Bonifacio, que es a quien en realidad quería citar, en respuesta a la pregunta de Vibot, con quien tengo pendiente una que voy a pagar de inmediato.
Salud
Lalo

Jesús Herrero -

¡Vale! Tejín, muy bonito tu relato. Muchachos, ya veo que leéis todos los días el blog, pero no veo progresos en la reserva del CUADERNO DE LA MEMORIA. ¿Qué pasa? A ver si me voy a tener que enfadar. Venga, si no has pedido, a qué esperas con lo fácil que es… y no me cambies de tema…

Froilán Cortés -

Querido Vibot:
Ya había visto la foto y tu demanda de información, pero no te puedo aclarar nada. Distingo a Andrés G. Trapiello, pero a los otros dos no. Lo siento.
Piensa que a mí, me fueron del colegio al terminar cuarto curso, con trece añitos de ná. Y corté radicalmente TODA relación con compañeros e incluso amigos. Hasta a los más íntimos de aquellos años, tardé cientos de años en volver a encontrar.
Mi único contacto ha sido con esta manada de cabestros del GL, que aprovechándose de mi ternura y delicadeza, me echaron a perder con cuantas perversiones eran capaces de discurrir.
Con 14 años, me enseñaron (casi obligaron) a fumar. Me llevaban al Pussy Cat, y me enseñaron los caminos del Cointreau con hielo. Cuando veían que ya era capaz de tomar una copa entera sin que se me notara bastante, me pasaron al Cointreau con Vodka. Luego al Chartresse verde, con Vodka tambien. El caso era tenerme todo el día "empantanado", hasta el punto de que mi padre, sabio observador, me sobrepuso el mote de Cubalibre, por encima del de Cabezabuque que hasta esos momentos tenía. Comprendes mi desgracia, Vibot?
Y así podría seguir contándote infinidad de progreso que estos desalmados investigaban en mí.
Mis primeras relaciones, siempre fírmemente dirigidas por el Pajarín. Mis primeras visitas al Siroco, emblemático santuario del despelote en aquellos años. Te estoy hablando de mis 16.
En fin. Que me he enrollado para decirte que no. Que no conozco a los otros dos fuenteros. Un fuerte abrazo, amigo.

lalo -

Vibot, además de nosotros dos, por aquí andamos, de aquellos que llegamos en el 64, Santiso, que ha debido de estar muy ocupado con eso del AVE a Valencia y por eso nos tiene olvidados; Jesús García Marcos, de quien te puedes acordar cada vez que utilices la tarjeta sanitaria y la receta electrónica (algo que no te deseo, eh), ya que él es el desarrollador del invento; Tino Murias, nuestro mayor propio; Alberto Gamo..., y creo que ahí se queda la breve lista.

Por eso los mayores, ensimismados en sus nutridas y fértiles yeguadas del 59, 60, 61 y 62 deberían hacer un esfuerzo para mimar a los que, tímidamente, TRATAN DE incorporarse al blog.
Como ves, acaba de presentarse "un nuevo", del 70, de cuando ya nos habíamos ido de La Virgen todos los que aquí pululamos, y ahí está, en la puerta que guarda Pepe, con las maletas a sus pies y cara de asustao, sin que nadie lo atienda.
Poco va a tardar en llamar para que lo recojan y dejarnos solos con nuestras historias.
¡Y así cómo va a haber nuevas vocaciones!

Salud a todos,
con un pizquito de suerte para apañar algo de lotería con el que darnos un capricho, y si no paso por aquí antes (ando muy liado estos días) Felices Fiestas y Próspero Año que Dios nos pille confesaos.

Vibot -

¡Froi, ahora que te veo por aquí,te había pedido si podías identificar a los dos "tunos" que bebían en la fuentecilla del pulpo con Andrés García Trapiello! Antes de que desaparezca el portillo mira esa última foto a ver si sabes, por favor.
Lalo, ¿no eras también del curso de Froi, quién más de vuestro curso escribe por aquí?
Un abrazo a los dos.

Vibot -

Tejito, "agudu com'un pensamientu, sabichelu que ya ya..."
No entiendo lo de sabichelu, pero me suena muy gracioso, muy alegre, muy a aquella sonrisa tuya que fue, tal vez, la más bonita del colegio -¡y mira que las había bonitas!-.
Sonríele mucho a tu hermanico como aún sabes hacerlo y que en estas fiestas empiece a mejorar.
¡Besos y abrazos!

Daniel Orden Santamarta. -

Felicidad para vosotros y para Nacho con un fuerte abrazo, y un empujón vital.

Jlio Correas -

FELIZ NAVIDAD para tí y tu familia, Carlinos. Que aunque somos vecinos de portal en Ribadesella no nos vemos -porque yo no voy en invierno y casi poco en verano-.

Magnífico relato que me trae recuerdos. No de tiempos anteriores, que yo estaba en mi Madrid del alma, pero sí de después. Aquel Don Hortensio del que cuentas que a tí te dio la Comunión y del que guardo un inmejorable recuerdo, me casó en la hermita de los Junco en el Carmen de Ribadesella allá por los 1974.
Joder, que viejo soy!

Un abrazo muy fuerte para todos y en epecial para Nacho al que le mando unas "toneladas" de FUERZA para que pase una FELIZ NAVIDAD!

Froilán Cortés -

Gracias, Carlos, por tu hermoso y tierno relato.
Dale un fuerte abrazo a Nacho, a ver si entre todos le podemos animar. El ser el hijo buscado de una Noche Buena, tiene su importancia.
Y para tí y tus chicas, otro muy fuerte.

Joaquín Urbano -

Excelente relato Carlos que me trae recuerdos muy cercanos. Cuántas veces he estado en la pequeña Iglesia de San Miguel de Ucio, en su cementerio que está frente a élla arreglando las tumbas de los abuelos de mi esposa, cuántas veces caminando para ir hasta Sebreño a jugar a los bolos en casa Adolfo, cuantas conversaciones con D. Hortensio, cura de aldea con sus manías y sus incuestionables virtudes. Bello relato Carlos. Un abrazo muy fuerte para todos y, especialmente, para Nacho y su esposa, incansable deportista, con la que me cruzaba, cuando estaba en Ribadesella, la mayoría de los dias en el Paseo de Santa Marina.

fernando muñoz box -

Como yo fui un niño de la guerra no tengo recuerdos de las Navidades del 36 al 39. Pero sí que vinieron los Reyes, precarios ellos, cuando yo tenía 5 años y era enero de 1939.

Os deseo a todos unas muy Felices Fiestas y toda la paz del mundo. O mejor una paz como no la tiene este dichoso mundo.

Isidro Cicero -

Cómo que no hay comentarios. Ahí va el mío en tres palabres: emocionante y cojonudamente escrito.
Felicidades.