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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

DESPEDIDA DE LA SRA. OLIVA

DESPEDIDA DE LA SRA. OLIVA

En la misma cena de despedida de Pepe Colinas, el portero, los frailes también despidieron a la Sra. Oliva. Su nombre en mis recuerdos va unido a la Sra. Veneranda.

Era el 21 de Diciembre dce 1986.

Qué lástima no haberle podido agradecer ahora de mayores cuanto hizo por aquellos chavales que éramos nosotros.

Siempre en nuestro recuerdo.

2 comentarios

santiago rodriguez -

¿Quien está ayudando a tomar la copa de vino espumoso, no es el P. Marino Zugasti, por aquella época prior de La Virgen?....

Luis Heredia -

Es una satisfacción ver que la Comunidad agradecía de forma tan cariñosa y personal a todas aquellas personas que formaron parte inseparable de la vida cotidiana del Colegio y sin las que su labor hubiera puesto en riesgo de fuga a más de uno.

Recordando ahora sus caras, rebosaban alegría, compañerismo como uno más y complicidad en muchas ocasiones.

Había cuatro pilares que sustentaban los cimientos del Colegio bajo la tutela de los Padres: las monjas, los seglares, los 3en1, llámesen Javier Muñiz, Antonio Argüeso y cualquiera otro que les precedieron y sucedieron y la tropa de campo dedicada a transformar los campos en estadios o los mosaicos en monumentos.

El Colegio no hubiera funcionado sin todos ellos con la precisión de un reloj suizo.

Pepe Colinas era al Colegio lo que San Pedro al cielo. Mucho más permisivo y cómplice aún, seguro, que San Pedro. Como persona, doy de fé de que San Pedro existió pero como no le conocí, no puedo decir si era tan buena persona como Pepe a pesar de ser Santo.
Los seglares como Oliva, Veneranda y otros de cuyos nombres no puedo acordarme eran al Colegio lo que nuestras tías, abuelas o parientes cercanas o lejanas eran a nuestras casas las cuidadoras, planchadoras y ayudantes desinteresadas de nuestras madres.

O sea, con todos estos mimbres y estos pilares vivimos como en una auténtica familia casi 365 días al año.

Hasta había hijos en la familia incomprendidos por los Padres. Pero bueno, eso, al fin al cabo pasa hasta en las mejores familias y la nuestra de la Paramera pretendía serlo. Para algunos, se consiguió. Otros se emanciparon en cuanto vieron que podían valerse por ellos mismos y a otros los echaron de casa los Padres porque según ellos no iban a ser dignos de pertenecer a esa gran familia. Si el destino dicen que está escrito, los emancipados han acertado plenamente y los repudiados han demostrado con creces que no todas las familias deben ser iguales ni estar cortadas por el mismo patrón.

Es más, salvo raras excepciones, no solamente los emancipados sino también los repudidados - signo inequívoco de grandeza de espíritu- aún recuerdan los buenos momentos vividos. De lo contrario, estarían ellos repudiando el blog. A pesar del repudio, también han recibido parte de la herencia por lo buenas personas que son.

J0¡ Vaya reflexión que acabo de hacer.