POECANCIONES en la Virgen del Camino (Marcapáginas)
Mariano Estrada me envía el marcapáginas que ha diseñado Lalo F. Mayo para utilizar como tarjeta de invitación de la presentación de su libro el próximo día 14 de Septiembre.
Os recuerdo, reservad esas fechas en vuestras agendas, fistros.
Os seguiremos infomando.
6 comentarios
Javier Cirauqui -
Espero que los blancos caballos del espíritu llenen la capilla de la Escuela Menor y al conjuro de la luna, lunera disfrutemos de una velada inolvidable al calor de la poesía y de la música. Un saludo.
Javier.
Mariano Estrada -
Pero veo que tienes ganas. Y yo también. En eso quedamos empatados...
Un abrazo
José Luis Alcalde Revilla -
AY LALO LALITO SÍ,
EN UNA NOCHE DE AMOR
EL LALITO Y ESTÁ AQUÍ!!!
¡¡¡Qué preciosura, chiqui...gracias!!!
...pero sin Marianín, el Poecantor, la cosa no estaría completa...Pronto estará completito del tóóóó, pues ya llega el Encuentro...besinos de joseito, el besuconcete
Mariano Estrada -
Posdata: no me hagas mucho caso. Algunos días me da por desbarrar, aunque ello no sería muy grave si solamente fuera los martes por la mañana.
Nos vemos en septiembre. Un abrazo.
Javier Cirauqui -
Con la lectura de estos adelantos de los poemas-canciones se me ponen los dientes largos y la boca se me hace aguas.
Estoy deseando que la luna muy alta me bendiga y empuje mi cuerpo hasta el alba, o hasta cuando quiera. Siempre he sido un "gau-txori". Un fuerte abrazo.
Javier.
Mariano Estrada -
La estrofa que incluye pertenece a una de las poecanciones del libro. Os la dejo aquí, entera. Con un abrazo.
UNA NOCHE DE AMOR
Una cita. Las diez. Un restaurante.
Un rincón en el fondo. Una balada.
Y nosotros sentados a una mesa
con dos velas, dos copas, dos miradas.
Ofreciendo los ojos a los ojos,
hicimos que la noche se llenara
de burbujas de vino y de silencio,
de sonrisas en labios de manzana,
de erupciones de piel interminables
y bocas en ausencia de palabras.
Salimos a bailar y, al abrazarnos,
lo hicimos con la fuerza de las brasas.
Como juego de manos, mil caricias,
como hiedras del cuerpo, dos tenazas,
y por hilo de amor un sentimiento
sin resquicios ni grietas ni distancias.
Desgranando los besos como espigas
recorrimos la noche hasta gastarla.
Una luna muy alta nos bendijo
y empujó nuestros cuerpos hacia el alba.
Mariano Estrada