VISITA A ENSIDESA
Fotografía que nos envía el compañero Filiberto Blanco a la que pone cumplido pie Lalo F. Mayo, el grande.
Están identificados. Debajo de los cascos, empezando por la izquierda del lector, son:
López Bandera, Aurelio Martín Chico, Jesús García Marcos, Domingo Villar Mata, José Miguel Biurrun, Santiago Vidales, Nemesio de la Fuente, Javier Vázquez Villa y José Luis Marcello Barriada.
Mi memoria me dice que era el verano de 1969, antes de empezar sexto, en una visita que hicimos a Ensidesa cuando estábamos de vacaciones en Lastres.
El fraile que nos cuidaba en la rectoral de Lastres era Torrellas, que tenía un hermano (quizás un cuñado) en un puesto directivo en la factoría de Avilés.
Lalo F. Mayo
3 comentarios
Luis Heredia -
Antoñito, ¿No sería mejor que alguno de Santander o aledaños se ocupara de alguno de los nietos, sobrinos y sobrinos-nietos? De tu mujer y esposísima ya no estaría tan claro que se hubiera podido lidiar o liar.
Antoñito, por favor, envíanos a primeros de año las previsiones y planning de futuros eventos familiares.
Lalo, es cierto lo que dices. El hermano del P. Torrellas al que te refieres era Germán Torrellas, padre de nuestro compañero Germán Luis, de mi curso, y era ingeniero de Ensidesa. Estoy seguro que estas visitas estaban programadas y auspiciadas, digamos, por su hermano Germán. Todo era cuestión de aprovechar la circunstancia del vínculo familiar para educar, enseñar y que viéramos que había vida más allá del Colegio o del futuro Convento. A lo mejor, alguno de los protagonistas de la foto son ahora técnicos por haber visitado Ensidesa.
También tuvimos la fortuna de ver mucho cine gracias al vínculo familiar Soria-Torrellas y actualmente cuentan entre nosotros insignes actores.
Muchos,(bueno, algunos) visitaron guiados el Colegio de La Virgen del Camino y se quedaron para siempre y en la actualidad son ilustres Padres Dominicos.
Otro ejemplo más reciente que los anteriores de "visitas guiadas": En nuestro encuentro celebrado en Caleruega, tuvimos la fortuna de visitar el Monasterio de Silos, por dentro. Llegamos hasta la cocina,como vulgarmente se dice; y hasta los más bajos fondos (en el sentido más literal porque estaban en lo más bajo del Monasterio y en el fondo) donde se habían encontrado recientemente restos óseos humanos, de vete tú a a saber a quién pertenecían o quién los había dejado allí por olvido o porque no tuvo tiempo de volver argüesando haber tenido que ir a alguna guerra , bautizo o boda de algún Olinos. Conocimos también los grandes tomos de Farmacia que aquellas interminables repisas y bibliotecas albergaban. Y todo, ¿Gracias a quién? Pues al Besucón por el vínculo que con los monjes le unía, que no era el familiar sino por los buenos oficios que al Besucón siempre le caracteriza, en este caso, tanto los monjes como el Besucón se dedican al mismo oficio. Y la farmacia la visitamos gracias al vínculo familiar que a nuestro querido Iturriaga Madariaga le unía con el anterior poseedor de la magnífica biblioteca, pariente cercano e ilustre.
Pero de esta visita, creo que no salió nadie monje ni farmacéutico. Al menos, que yo sepa.
Y no sigo con más ejemplos porque alguien va a empezar a pensar que estoy haciendo un estudio sobre el nepotismo y el cohecho pasivo.
JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS -
Pasó Publio Carisio era primo de Publio Carisio que por allí pasó. ¿Pasa algo?
Y sin embargo te quiero.
Antonio Argüeso -
Entro poco estos días en el blog, poco. Acabo de enterarme de los duros momentos que acaban de atravesar paPedro y sus numerosos sobrinos, sobrinos nietos y también algún sobrino biznieto. Me uno a todos los que le han manifestado lo cerca que siempre está de nuestro pensamiento, tanto más en momentos que no por anunciado son menos dolorosos.
Y si no entro es porque la rabia me carcome (¡qué querrá decir carcome!). Pero me carcome. Imposible ir a León ese fin de semana; mayo es época compleja y mes muy ocupado cuando la familia abunda (este año además de dos puntuales cumples, tengo un bautizo y tres primeras comuniones; bueno y una mujer, aunque esto último se hubiese podido haber lidiado). En conclusión, que a ver si alguno de Santander o aledaños puede hacerse cargo al menos de alguno de los libros que todavía no he pagado. Si nada se tuerce puedo invitarle a café por el Sardinero el lunes 9 de junio. Hablaremos de esto último.
Y un enorme agradecimiento a los autores de tan magna obra; enorme.