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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

EL TIEMPO DE LAS AULAS EN COLOR

EL TIEMPO DE LAS AULAS EN COLOR

A nuestro Colegio también llegó la modernidad de los años 80 y la costumbre tan extendida, buen negocio par algunos, de confeccionar orlas de recuerdo al finalizar los cursos o al obtener algún título, orlas que, por cierto, casi siempre duermen olvidadas el sueño de los justos o colgadas en alguna pared que casi nadie mira ocultas tras una capa de polvo que opacan el cristal.

En la Virgen del Camino también se confeccionaban.

Entre los papelotes que han ido apareciendo salen a flote alguna de ellas.

2 comentarios

Javier Cirauqui -

Hermoso recuerdo, Luis de las orlas y sobre todo la de tu padre, de su tíitulo de Medicina. Para mí la orla que más recuerdo es la del cuadro de Honor del Colegio de Villava, en la que orlados por la torre del Besta Jira y el escudo de los dominicos, aparecían los profesores de Villava y los alumnos destacados de los cursos, 1956,1957,1958, 1959. Yo en aquel entonces estaba en 1º, en Betania, en las filas de abajo, cerrando el cuadro. Este cuadro estaba colocado en el hall de entrada del Colegio, junto a la portería y las Salas de Visita. Era lo primero que se veía al entrar Un saludo. Javier.

Luis Heredia -

La primera vez que yo vi una orla no lo recuerdo exactamente, pero debería tener yo cuatro o cinco años y...Es esa edad de recuerdos anteriores incluso a tener uso de razón y que casi nunca la tenías aún a pesar de haber rebasado, y con creces, después la misma.

Todos los días veía yo colgado de la pared de la clínica de mi padre una foto enmarcada de tamaño, digamos x 3 Din A4. Estaba llena de hombres mayores pero mucho más jóvenes que yo ahora, incluso mi padre que debía rondar los 21 o 22 años de aquella foto. Era bicolor, lógicamente, blanco y negro. Sobresalía más el blanco que el negro, como los hábitos de nuestros frailes.

Todos los hombres –no recuerdo si había alguna fémina entre tanto varón a pesar de tener ahora uso de razón- estaban perfectamente alineados y sobre todos ellos, en la fila superior y en el centro, sobresalían la fotos de unos hombres de luengas y pobladas barbas y tupidos mostachos, mayores que los demás de la foto que se aproximaban más o menos, año arriba año abajo, a la que yo tengo desde ayer pero sin barba ni mostacho. Aquel cuadro me llamaba más la atención que la calavera que mi padre tenía sobre su mesa de trabajo. Llegando ya yo a la edad de hacer preguntas indiscretas y cuando la curiositas de Cicero empezó a llamar a mi puerta , le pregunté a mi padre qué era aquel cuadro lleno de señores mayores o qué significaba. Es curioso que nunca le haya preguntado a quién pertenecía la calavera o si tenía parentesco alguno con nosotros siendo de familias tan prolíficas, o de dónde venían los niños o quiénes eran los Reyes Magos siendo él médico y Rey Gaspar que ya llevaba en ambos oficios años ha. Me lo explicó perfectamente y me dijo que eran todos sus compañeros de Universidad y profesores que le habían dado clase y que esos cuadros se llamaban orlas y que se hacían para inmortalizar el paso por la Universidad para recordar aquellos compañeros y profesores que habían estudiado con él. Lo de la Universidad no lo entendí muy bien porque yo estudiaba aún “en Doña Anita”.

Con el paso de los años, volví a tener orlas en mi casa, de colorinos. Eran las que en las guarderías y Colegios de mis hijos confeccionaban con amor y esmero los profesores a final de cada curso para inmortalizar su paso por el Colegio y recordar quiénes habían sido los compañeros con independencia del pendenciero, tocahuevos, listo, bruto o vago de siete suelas o del costo de las mismas.

El caso es recordar para que el tiempo pasado cumpla con su cometido, como Fernando M Box siempre nos dice.

Nunca me vi en una orla de estudiante, ni en blanco y negro ni en color. Es más, con el retraso que me caracteriza, y no me apellido Delfín, no tengo ni una foto de grupo del curso del 62 al que pertenezco por haber ingresado en La Virgen en el 64, ni a la entrada ni a la salida. Comencé la carrera de Derecho en 1.970 y la terminé en el 1.983 ya casado, trabajando y con tres hijos. Difícilmente sabría yo dónde ubicarme en una orla ¿De qué curso? ¿En varios cursos? ¿En una orla de repetidores, pensé alguna vez? A lo mejor no sería un mal negocio reunirnos a todos ahora y cobrar la repetidora orla a precio actual.

Ahora que Josemari nos cuelga estas orlas siento sana envidia. Me hubiera gustado deleitarme viendo la “mía”, en blanco y negro o en colorinos, que sería la de todos los de mi curso y seguiría recordando que el paso del tiempo no es malo quizá porque sea indefectible y aquello que sabes que llegará tarde o temprano y se cumplirá inexorablemente al no poder controlarlo pasa a la categoría del género neutro. Lo que no quiere decir que cualquier tiempo pasado fuera mejor.

¡QUE SALGAN LOS DE LAS ORLAS DEL COLEGIO Y SE MANIFIESTEN AUNQUE EL TIEMPO PASADO NO HAYA SIDO MEJOR, QUE ALGO DE BUENO SÍ HABRÁN TENIDO¡