ENCUENTRO EN SANTANDER (28 de Julio)
Aquí os mando la Crónica del Encuentro en Santander, como os prometí. Sé que es tarde y a destiempo y posiblemente haya perdido actualidad, pero entre las vacaciones sin cobertura y los parones de mi ordenador, que parece quiere fenecer, me he he retrasado un montón. Saludos a todos. Javier Cirauqui
ENCUENTRO DE SANTANDER.-
Desde Burlada a las ocho,
Partimos a Santander,
Javier Medarde, el mocé,
Javier Cirauqui con él.
Domingo Iturgaiz conduce
Con destreza y buen hacer.
El camino se hace corto,
Bellos paisajes contemplan
Nuestros ojos asombrados.
La Barranca, La Burunda,
Sierra Andía y Aralar,
Por llanuras alavesas,
Vitoria se queda atrás,
Y por tierras vizcaitarras,
En el Bocho estamos ya.
Túneles y autopistas
Se suceden sin parar,
Y Múskiz, en la frontera
De Vizcaya es el final.
Bordeamos el Cantábrico,
Castro Urdiales y Laredo
Y otros muchos pueblos más.
A Santa Cruz de Bezana ,
Llegamos en un plís plas,
Dejando atrás la autovía
Que llega a Torrelavega,
En la salida Mortera,
El restaurante encontramos
“Los Dos Pozos y Jimena”
Preguntamos y nos dicen,
Que hasta las doce no vienen,
El resto de comensales,
Así que Iturgaiz propone,
Que vayamos a Las Caldas
A ver aquellos lugares,
Donde cursó sus estudios
De temas filosofales.
Llegamos al Santuario,
Y a la puerta están dos frailes,
Llamados Guillermo y Santos.
Iturgaiz va desgranando,
Los recuerdos de su estancia,
Recreación, dormitorios,
Y visita al Santuario,
Que fue la iglesia y capilla.
Del entonces Seminario
De los Padres Dominicos.
Unas gradas numerosas,
A modo de coro había,
Para los ciento cincuenta,
Supongo futuros frailes,
Que cantaban los oficios
En los recónditos valles
Un coro tradicional
Con otra gran sillería
Y un órgano singular
Una nave principal
Con arcos de medio punto
Barrocamente adornados
Hasta llegar al altar
Con capillas a los lados.
Se ve un retablo historiado,
Con la Virgen diminuta.
El Padre Santos nos lleva
Por escaleras arriba,
Al centro del Camerino,
Y aquella virgen románica,
Sobre ángeles elevada,
Girando nos da la cara.
Vamos al cementerio,
Crucero del Santuario
Y allí afloran los recuerdos
De compañeros perdidos ,
Que en el lugar reposaron.
Hoy unos nuevos vecinos,
Habitan el seminario,
Talleres profesionales
Que arreglan el balneario
Y se encargan de los bares
Y de otros servicios varios
Al frente está una cantera,
Que según nos dice Santos
Los ecologistas quieren
Desaparezca en el acto.
A la vuelta de Las Caldas,
Ya nos vamos saludando,
Con todos los compañeros
De este encuentro inesperado.
Carlos Bañugues y Abad,
Isidro Cicero y Tejo,
Javier del Vigo y Argüeso,
Zamanillo, Daniel Orden,
Javier Cirauqui y Clemente,
Javier Medarde y Gerardo,
Acompañando a Teresa,
Iturgaiz, Javier Martín
Y Sierra Tascón al fin.
Todos nos saludamos
Con apreturas y abrazos,
Los recuerdos se suceden.
A muchos de los presentes,
En algunas ocasiones,
Les había saludado,
Pero a nuestro “Clim”, Clemente,
Desde el año dos mil siete
No lo había contactado.
Y después de los saludos
Vienen los comentarios
Y el motivo de este encuentro:
Habitual recibimiento,
Que los compañeros cántabros,
Dedican a Antonio Argüeso,
Y al mismo tiempo Carrizo
Se reencuentra con Cicero
Para comentar el libro,
“Lo mataron entre todos”,
Sobre matanzas de cerdos,
En la tierra de León.
Matatxerri o matacutos,
Como llaman en Navarra
A esta antigua tradición.
Comentan que Luis Carrizo
No puede asistir al acto,
Por asuntos de salud
Y que en los próximos días,
Presenta el libro en León,
Comenta Pedro Trapiello,
Con toda su erudición.
Charlamos y saludamos
A los allí reunidos
Tomamos aperitivo
Para seguir el camino.
Alguien decide al momento
Acercarnos a la costa
Para contemplar el mar
Y respirar a pulmón
Brisa marina de sal.
Nos dirigimos, en coche,
A la playa Valdearenas,
Y también de Canallave,
Parque natural de Liencres,
Donde las dunas se fijan
Por bosque pino marítimo,
Espectáculo admirable,
El que vemos al instante,
El de esta mar indomable,
Que rompe sobre las dunas
Y sobre murallas de rocas
Y en el Cantábrico mar
Muy cerca el Pas desemboca.
Dan envidia los bañistas,
Que se doran en la playa.
Esta costa me recuerda
A normandos y vikingos,
Filibusteros, piratas.
Contemplando el mar hablamos,
Entrelazamos recuerdos
Y unas fotos colectivas,
Para la memoria hacemos.
Volvemos a los Dos Pozos,
Para comer todos juntos.
Tomamos un piscolabis
Para abrir el apetito
Y elegimos el menú
Entre carnes y pescado.
Mientras preparan la mesa
En un comedor con toldo,
Cuando el calor nos invade
Y el sudor inunda el rostro.
Los jardines del lugar,
Campamento del oeste.
Un tótem preside el centro,
Con dos pozos como dice,
Rótulo del restaurante.
Y entre los cañaverales
Se ven indios en sus tiendas,
Comanches y arapajoes,
Un gran jefe con sus plumas,
Enanitos, Blancanieves
Y Bod Esponja también.
Hay animales salvajes,
Búfalos y caballos
Y toros para montarlos.
Hay animales domésticos
Como gallinas, conejos.
Varios juegos infantiles,
Temática del Oeste
Para llevar a los nietos
Completan las atracciones
De este divertido parque.
A la mesa nos sentamos,
Y nos sirven los manjares,
Para degustarlos presto.
Comemos y conversamos
Con placer y con agrado.
Comienzan los entremeses,
Fritos, jamón y chorizo,
Pimientos y una ensalada
De tomate y de lechuga,
Con cebolla y aceitunas.
Comemos y conversamos
Entre charlas y recuerdos
De aquellos tiempos de antaño.
Seguimos con el segundo.
Cuatro bacalao con pisto
Y el resto comen lechazo,
O corderico de leche.
Primero van las costillas,
Después la espalda y la pierna.
Las raciones muy colmadas,
Y acabamos el lechazo
Entre todos comensales,
Con vino tinto de Rioja,
Abundante y bien regado.
Algunos beben refrescos,
Otros aguas minerales,
Pero todos intervienen
En un divertido diálogo.
Luego vinieron los postres,
Tarta de queso o helado,
Cuajada o arroz con leche,
Frutas o flan casero,
Que con placer degustamos,
Porque somos lamineros
Y queremos endulzarnos.
Tomamos tes y cafes,
varios chupitos de hierbas
y alguna copa tal vez.
Los navarros nos informan,
de la muerte de Luis Carlos,
de Cistierna, de León.
Comienza la sobremesa,
y Jose Luis Zamanillo,
queriendo que quede claro,
la marcha del Padre Arenas,
como Arsenio recordado,
pues dice que le han contado
nueve versiones del hecho,
y quiere ponerlo en claro.
Nos contará el verdadero
relato de aquel suceso.
Poco a poco nos envuelve
con la narración del caso
y a todos nos tiene atentos,
y nos mantiene en suspenso,
con la historia de su primo,
al que llama Joselin.
Maneja con gran dominio
y nos tiene encandilados.
comienza con el pasado,
y nos mete en el presente,
con la máquina del tiempo
nos pasamos al futuro,
flash y rebobinados
con destreza utilizados.
Algunas veces parece,
que vemos al personaje
y lo tenemos presente.
Javier Martín le interrumpe,
para que nos cuente todo,
puesto que está interesado,
por su recuerdo cercano,
por su visita reciente.
El relato de una vida,
Jose Luis va dibujando
desde sus primeros años.
Su tiempo de dominico
de la Virgen del Camikno,
sus años de profesor,
sus vivencias de casado,
y los momentos vividos,
en estos años finales
en su tranquilo retiro.
José Luis nos atrapó,
y nos metio en el relato,
de la verídica vida
de su primo Joselin,
que con placer escuchamos,
como un romance de ciego,
o de juglar inspirado,
desde el principio hasta el fin.
Después del cuento encantado,
Carlos Tejo se levanta,
y nos habla de su libro,
que hace poco ha publicado,
sobre el cronista de Cangas,
Celso Diego Somoano,
Señas de Identidad,
y su completo legado.
Carlos Tejo nos presenta
el personaje y el libro.
Cangas de Onís, editado
por su Ilustre Ayuntaniento,
y un ejemplar nos regala
a los que estamos allí,
en este amigable encuentro.
Cicero Gómez presenta,
el libro de Luis Carrizo,
pues ya tiene un ejemplar
de la matanza del cerdo,
fiesta donde elaboran,
las morcillas y chorizos
de variados condimentos.
Acabamos ya la charla
de esta larga sobremesa.
Y vamos hacia el jardín,
donde el alma se serena,
para acabar la tertulia,
en un lugar agradable,
contando recuerdos mil.
Alrededor de la mesa,
nos sentamos a parlar.
Disertamos de lo humano,
hablamos de lo divino
y también de Prisciliano,
de la ruta jacobea
y del valdense camino.
Para pasar este rato
y refrescar el coleto,
pedimos unas bebidas,
aguas y Coca- Cola.
Y yo como siempre pido
un gin-tonic con ginebra
y con limón exprimido,
quizás algunos me siguen,
puede ser Javier del Vigo.
Alguien le dice a Clemente,
como cantó Jose Luis,
en encuentros de la Virgen,
co voz de niño, de tiple,
así que pide insistente,
que alguna canción entone
con un tono adolescente.
Zamanillo se resiste.
Quiere que todos cantemos,
empieza el autzo polita,
que seguimos suavemente,
cantamos el boga-boga
y otras canciones bonitas.
Nos cuenta que cierto día,
cantaba un ruso en el metro,
y le siguió con su voz,
y un dúo juntos hicieron,
que nos entonó al momento.
Una entusiasta señora
aplaudía con denuedo
y quiso que Jose Luis
le cantara otra de nuevo.
Al final y ya lanzado
cantó con su voz de tiple
a la Virgen del Camino
y otros motivos latinos.
Al final de esta velada
Clemente nos presentó,
un proyecto del Camino
de la Lengua Castellana.
Arte y gastronomía,
bodegas, rutas del vino,
que recorre los lugares,
con la historia de este idioma.
San Millán de la Cogolla,
Santo Domingo de Silos,
Valladolid, Salamanca,
Ávila, Alcalá de Henares,
San Juan y Santa Teresa,
y Gonzalo de Berceo,
Cervantes, La Celestina
y "El Tostao" en su mausoleo.
Un vídeo y unos folletos
nos regaló a los presentes
y un hermosísimo libro
al que organiza el encuentro.
Nos pidieron direcciones
para realizar un acto,
con antiguos profesores,
Ciudad de Valladolid,
a fiales de Septiembre
o en octubre comenzado.
A las ocho de la tarde,
ya nos vamos retirando
y todos nos despedimos
con efusivos abrazos.
Y colorín colorado
este cuento se ha acabado.
Adios con el corazón,
que con el alma no puedo,
hasta el próximo momento,
que volvamos a juntarnos
con otra escusa o evento.
Perdonad por la turrada
que os he metido por cuerpo.
Y con cariño y amor,
me despido de vosotros,
hasta siempre y hasta pronto,
con todo mi corazón.
Besos.
Javier Cirauqui
4 comentarios
Daniel Orden -
Javier Cirauqui -
Luis, ya no voy a echar ningún curriculum a ninguna parte, pero mientras pueda tendréis mi participación en este blolg y en las crónicas viajeras.
Me alegro que revivas estos encuentros como si hubieras asistido a ellos. Se habló de cantar el "Adios Madre de mi vida" e incluso algunos suavemente lo entonamos, pero no tengo conciencia de haberlo cantado con fuerza y entusiasmo como otras veces, quizás por el lugar. Todos los que asististeis, corregirme sino fue así, pues creo que éramos todos alumnos auténticos de la Virgen del Camino.
Iré a Valladolid, pero decirte Luis, que no necesito libretas, algún pequeño apunte y todo lo demás en el disco duro (coco duro) de mi cabeza. Un fuerte abrazo. Javier
Luis Heredia -
¿Se te ocurrió alguna vez recorrer Desde Santurce a Bilbao yendo y viniendo por toda la orilla?
Ahora que estás más libre que antes, envía tu cv a la Guía Michelín. Si vas al encuentro de Valladolid necesitarás dos libretas.
Eres un fenómeno y como siempre, gracias a ti hasta no echamos de menos el haber asistido, salvo por la comida.
Pero yo no sé si tuviste un lapsus o el chupito va en consonancia la cantidad con la edad porque no dices nada sobre el Adiós Madre de Mi Vida, triste llega la partida final habiéndo logrado reunir reunido a tal elenco de cantores y claqué que os acompañaba gratis.
No te dé vergüenza decir que lo que os salió al final, ya acompañados por la claqué fue Mi vida, adiós, que llego tarde a la partida con la triste de mi madre. Si no fue así, los que estuvieron comiendo contigo eran unos impostores. Se les nota a la legua si no cantan al final el himno de despedida en vez del Asturias Patria querida.
José Luis Alcalde Revilla -