Nuestro venerable Jesús Martín y su biblioteca dominicana
Todo esto me lo envió Jesusito Herrero a mediados del pasado Diciembre. También me ha enviado fotografías de ilustraciones de Carpentier, un pintor dominico francés (una de los Reyes Magos y otra de Santo Domingo), y un belén del padre Alfonso Salas, que también está en Caleruega, donde tiene su taller de escultura.
Las he dejado en el álbum CALERUEGA de Ver Fotos/Documentos.
Querido y estimado Furriel, estuve en Caleruega el fin de semana pasado con el fin de llevarle algunos libros al PJesús para su biblioteca dedicada a la Orden Dominicana. Ya sabes como es él, y ya conoces su amor a los libros y por lo tanto nadie se puede extrañar de lo que ha conseguido reunir en el tiempo que lleva dedicado a ello: Una auténtica maravilla que todos deberíamos conocer, no solo porque fue nuestro profesor de Arte y Literatura y uno de los responsables de la formación de nuestra sensibilidad estética, sino porque en su inmensa biblioteca, que poco a poco va invadiendo el convento de Santo Domingo, guarda para sus alumnos, que somos nosotros, un espacio abierto, y no solo en las estanterías…
Por lo que he podido comprobar muchos de los “antiguos alumnos” ya le han enviado algunas de sus obras, muchas no necesariamente relacionadas con lo dominicano, pero a él no le importa porque no solo busca la relación “temática”, sino también la humana, o emocional, y eso le da a la biblioteca un aire como de familia que alivia un poco la seriedad de lo estrictamente académico o documental. Cada vez que alguien le manda un libro sonríe y recuerda anécdotas del remitente con esa expresión de socarronería que le caracterizó siempre. Por ejemplo, el fin de semana anterior estuvieron Julio del Barrio, nuestro insigne juez, y Jesús Fresno, nuestro temible dentista, acompañados de sus santas correspondientes. Jesús Martín se quedó con la duda de quién de los dos sería más peligroso en caso de caer, por casualidad, en sus manos. Duda que yo también tengo, aunque supongo que la amistad pudiera aligerar o suavizar el desasosiego de tener que enfrentarse a los servicios profesionales de estos dos individuos entrañables.
En cuanto a mí, que estuve comiendo con la comunidad y departiendo con ellos en la mismísima recreación donde solíamos tomar café de novicios, no aprecié ningún tipo de guasa por su parte, aunque en un momento dado trató de comerme un dedo que, por suerte, pude retirar a tiempo. Se había quedado con hambre al parecer.
Esa noche dormí en la hospedería del convento, que por cierto estaba algo fría, porque ya sabes cómo es Caleruega en invierno, pero él nos prestó un radiador y al final pasamos calor, un calor yo diría que fundamentalmente humano.
Jesús nos enseñó todo el convento a Sara y a mí de cabo a rabo. El convento ha cambiado sustancialmente, ya no es el mismo, aunque puntualmente reconocí muchas cosas de nuestros tiempos. Algunas de ellas te las mando. Están relacionados con artistas de la Orden. Algunos siguen dentro y otros no. Entre ellos Javier Serrano, de quien me encontré muchos de sus dibujos por las paredes de la biblioteca, además de aquel famoso librito sobre la vida de Santo Domingo que todos recordamos y que ya casi todos hemos perdido. Está en la Biblioteca y tal vez sería interesante reeditarle en la editorial de la furrielería. Es solo una idea. Abrazos
Jesús Herrero
9 comentarios
JESUS MARIA GARCIA GARCIA -CHUCHI -
Como de momento no tengo en perspectiva visitar Caleruega (lo hice 6 años atrás) enviaré mis publicaciones al P. Jesús (ya somos tres postestornudo, o sea, ¡¡Jesús!!) por correo ordinario. Me parece, más que una buena idea, que lo es, una idea entrañable para los que fuimos AOP y alumnos suyos. Supongo que será satisfactorio para él también ver las obras en las que algo tuvo que ver por sus enseñanzas.
Desde aquí un saludo afectuoso a Jesús Fresno -con quien compartí largos debates cuando aún no nos tocaba-, que dejó al parecer la mordida filosófica por la mordida bucal. Y a Julio del Barrio y que si caigo en sus manos - malo ha de ser que a nuestra edad me dé por hacer alguna tontería delictiva - recuerde los buenos tiempos que pasamos en La Virgen del Camino y Caleruega. Si no recuerdo mal Manuel Bermejo era paisano tuyo, Julio. Si ha caído en alguno de tus sumarios dale recuerdos. Un abrazo a todos y especialmente al Padre Jesús.
Vibot -
Conservaré en mi corazón, más que la dudosa realidad de los mismos, el cariño que con ellos me demuestras y la no tan merecida admiración que te han merecido mis versos.
Me gustaría reunir en un solo portillo todas estas respuestas a mi libro, y las preciosas cartas que estoy recibiendo. Como una reserva de calidez y cariño por si vinieran malos tiempos.
Gracias, querido Luis.
luis carrizo -
Yo aprecio muchas cosas en tu libro. Dejando aparte --que es mucho dejar-- su cuidada edición, que lo convierten en un objeto bellísimo, aprecio y te agradezco, querido Vibot, que reivindiques la ingente riqueza de las métricas en que a lo largo de los siglos se ha versificado en nuestro idioma. Para llevar a término airosamente un poemario tan variado, sujetándote en todo momento a las estrecheces que impone el corsé de las sílabas, los acentos y las rimas, y hacerlo de forma tan inspirada, se necesita bastante más que el "ánimo de ejercitarse". Noto tu alma de músico latiendo tras tu alma de poeta.
Cervantes, del que soy, como tú, gran admirador (casi podría decir adorador)habla de "la gracia que no quiso darme el cielo", refiriéndose al don de la poesía, a pesar de la mucha que escribió. Yo considero que se trata de una fundada y honrada autocrítica porque Cervantes, como tantos otros, versificaba muy aseadamente, pero le faltaba, en efecto, esa gracia, ese ángel, que se precisa para subir al escalón más alto. Yo he encontrado entre tus poemas muy bellas palabras, muy hermosas metáforas, muy armoniosos versos (un poeta --lo sé-- hubiera escrito concentuosos), que acreditan que tú no haces número de los "infinitos poetas consumidos", sino del de los consumados". Y por no salirme del capítulo XVIII, acabaré diciéndote que si ahora mismo estuviese a tu lado asiendo tu mano con la mía, en voz levantada,que parecería grito, te diría: ¡Viven los cielos donde más altos están, mancebo generoso, que sois el mejor poeta del orbe, y que merecéis estar laureado, no por Chipre ni por Gaeta, como dijo un poeta que Dios perdone...
Vibot -
También tus publicaciones filosóficas deberías enviárselas al P. Jesús para su original y entrañable colección, seguro que se sentiría orgulloso de ti, como todos nos sentimos de saberlo. Ya va siendo hora de que las conozcamos. Bien sabes que filósofos no faltan entre nosotros.
Un abrazo fuerte para ti y tu chica y mándame tu dirección que te quiero enviar mi último (primer) libro.
Como seguirás viendo a Pedro Trapiello casi a diario en aquel bar, dale un abrazo mío.
Esteban Sánchez -
Vibot -
Como ese chispeante y vivamente evocador de muy intensos y mágicos recuerdos de infancia que es tu sanmartín en un pueblo de León. Lo recibí pocos días después del libro de Laro Cicero, pero no pude encontrar sosiego para leerlo hasta ahora. Leí el de Laro porque es un cuento ilustrado muy breve y por la deuda de agradecimiento que tengo con Isidro por su espléndido ensayo sobre mi Métrica. Además cuando llegó tu libro los envíos del mío comenzaron a complicarse con retrasos y reclamaciones...
Una vez pasada esta batahola, he podido disfrutarlo a mis anchas. ¡Cuántas palabras y expresiones que no oía desde niño, y con que gracia y soltura las has hilvanado!
Palabras y dichos con un enorme poder de tiempo recobrado: olores, colores, atmósferas, voces campesinas escuchadas de nuevo con aquel asombro fascinado, aquel candoroso encantamiento de entonces, en la infancia rural con los abuelos, aquel paraíso de urzes y amapolas...
Precioso libro.
Luis Carrizo -
Yo quiero dejar también constancia patente del gran afecto que le profeso, por las mismas causas que tú mismo mencionas, por las que menciona Luis Heredia y por otras más de índole personal. Yo también pasé por Caleruega con mi mujer en abril del 2014. Nos alojamos en la hospedería, comimos y cenamos con la comunidad, asistimos a la misa también con todos los frailes, quienes nos trataron con gran cariño, muy especialmente el citado padre Jesús. Es una experiencia que aconsejo a quien esto lea, no ya solo por lo que significa Caleruega, sino por los paisajes, pueblos, monumentos y ruinas de los contornos.
La iniciativa de crear la biblioteca de los Ex la considero espléndida. Sé que tú, Jesús, has aportado siete granitos de arena. Yo, como sabes, he remitido también mi librito más que nada por aquello que se dice en estas tierras levantinas de que "tota pedra fa paret"
amador robles -
no he visto o no recuerdo que haya participado en este blog, pero alguien en Caleruega lo hará y a ese anónimo lector le ruego le traslade al p j Martín mis saludos y un abrazo entrañable PLENO de admiración.
Me prometo, oncemoretime... a mi mismo escaparme un día a visitarle.
un saludo para todos.
Luis Heredia -
La primera, nada más ver a los dos Jesuses y leer a Jesús junior, me dio por leer el Comercio digital ahora mismo y me encuentro con la agradable sorpresa de leer otra noticia sobre el Convento de Santo Domingo de Caleruega en la que se relata la visita de un grupo de miembros de la Delegación noreñense ( de Noreña, claro) de la Orden del Sabadiego tras el Padre Colunga
http://www.elcomercio.es/asturias/siero-centro/201601/25/orden-sabadiego-tras-padre-20160125002356-v.html.
La segunda casualidad es ver en la foto colgada por los noreñenses que están acompañados por el Padre Basilio como anfitrión.
Y digo esto porque tanto el Padre Jesús Martín como el Padre Basilio Cosmen cuidaron de mi en el Colegio Santo Domingo de Oviedo antes de pasar yo a la Virgen del Camino. Padre Cerrillo, Padre Eutimio, Padre Fermín, Fray Jaime y tantos otros. ¡Qué momentos tan buenos pasé¡
De los dos guardo un recuerdo imborrable, primero de mi paso por Santo Domingo y luego por haberme reencontrado con el Padre Martín en La Paramera. A la chita callando, y sin que ellos lo supieran, aunque lo pretendieran, me forjaron en el espíritu dominicano e hicieron posible que mis sueños de vocación se cumplieran. Que yo haya desistido de mi empeño por motivos solamente personales es otro cantar.
La labor que está desempeñando ahora el Padre Jesús es de lo más encomiable pues tanto talento como dio La Virgen del Camino si no perderse, sí que estaría desperdigado por bibliotecas.
Es algo maravilloso que el papel y la imprenta tengan un lugar tan especial gracias a ti, Padre Jesús, y a personas como Lalo, por ejemplo, tan desprendidas y sin pedir nada a cambio. Qué menos que nuestro reconocimiento.