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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

LA PERSPECTIVA CIENTÍFICA (Por Fernando Muñoz Box)

Querido Josemari, he echado de menos en el blog que se hablara de los Diálogos de San Esteban, que los dominicos llevan ya por la cuarenta y tantas edición.

            Este año las ha organizado J. M. Almarza, siendo prior de San Pablo, y quieren celebrar los 800 años de la Orden, así como lo hicieron también los de Oviedo.

            Me da un poco de corte hablar de ello porque he intervenido en los dos casos, pero creo que han sido acontecimientos que pueden conocerse también en el blog,  y así mi vanidad queda ligeramente satisfecha.

            Lo de Oviedo lo sacaste en primavera cuando te envié el cartel anunciador. Pero estos diálogos, que se dedican a la LAUDATO SI’ del Papa, no veo que hayan tenido eco. Como te puedes figurar ha habido y habrá de todo (me refiero a la calidad de las intervenciones), pero de las 10 ponencias o charlas yo intervine en la 4ª, y hoy he visto que estoy grabado en You tube, y que se puede ver y escuchar. La intervención fue en la espectacular Sala Capitular del Convento de Salamanca. Al día siguiente la repetí en San Pablo de Valladolid, con menos público, aunque interesante, y en un marco menos bien.

            Una crítica que me hizo un compañero de la Facultad, decía en términos futboleros: Bien en el centro del campo, magnífico en la defensa y un tanto discreto en ataque. Creo que acertó en el diagnóstico.

            Lo que conviene saber también es que antes del 30 de noviembre, en que intervine en San Pablo, el PPrior Almarza ha tenido un ictus feroz y estamos todos un tanto acongojados.

            Para el blog te envío el cartel de los Diálogos.

Un abrazo para todos, Fernando.

(Nota del Furriel.- Lo verás ampliado si pinchas en el siguiente enlace que te llevará a nuestro álbum VARIOS de Ver Fotos/documentos)

https://photos.google.com/album/AF1QipM-eDC6NosnFcKaGLbG8Z4Ct20WsWwc1VD2RPHU/photo/AF1QipPmwTrTIUYxwQF2LNV85Aj94256FTNvYgP9RBHn

Fernando Muñoz Box, Doctor en CC Físicas. Profesor Titular de la Facultad de Ciencias, Departamento de Óptica.

XL Conversaciones de San Esteban 2016-2017 Las Conversaciones de San Esteban nacen en 1972 y ofrecen un espacio de reflexión y diálogo abierto entre la fe, la cultura y la vida. Se intenta la inteligencia de los temas actuales; el discernimiento de los signos de los tiempos; el enfoque teológico de la realidad histórica. Después de esta larga andadura, las Conversaciones de San Esteban se han convertido en uno de los foros de diálogo cultural interdisciplinar de Salamanca. 29 de noviembre de 2016. 

8 comentarios

Juan A. Iturriaga -

Siempre me gustaron las lecciones de Fernando Box.
Con los años he llegado a la conclusión de que a los más inteligentes se les entiende a la primera. Desde la fórmula de Clapeyron, las formas de medir el tiempo con calendarios y relojes hasta sus comentarios sobre la "laudato si".
Le leo, le escucho, le entiendo y me encanta.

He pretendido seguir el hilo de los comentarios que ha suscitado su conferencia, pero me he perdido. A mis años me tengo que limitar a los clásicos.

Un abrazo a Fernando

Baldo -

Gracias, querido y admirado Fernando. Que sigas conservando la mente tan clara, la elegancia y la lozanía por años sin término. Un abrazo. Baldo

fernando muñoz box -

Gracias a todos los que habéis prestado atención a mi charla.

A Baldo le diré que me alegra que me chinchorree un poco, porque puede que me haga falta. Por lo demás me alegra que me ponga objeciones, pues lo que digo y pienso siempre es matizable y discutible.

Con tiempo contestaré a todo lo suyo. Pero por ahora pongo esto:

De la primera intervención matizaré lo del punto 4, que creo que coincidimos. Y estoy de acuerdo en el fondo con Echarri.

En tu segunda intervención: Me parece que no digo nunca que la ciencia sea amoral en el sentido que tu le das. Tampoco digo que las obras de los científicos sean justificables por ser científicas o hijas de la ciencia. Los científicos se deben a las normas de la ética como cualquier hijo de vecino. Lo pensaré pero creo que quiero decir que las afirmaciones científicas (no los resultados) que explican la naturaleza carecen de moralidad.

En cuanto a que termino con deseos propios de la ética, te diré que a lo mejor es porque soy humano, y no hablo en nombre de la ciencia sino en el mío propio. Aunque, con algo de malicia te digo, que procuré que mi charla tuviese algo que ver con la Laudato si'...

Un abrazo

Baldo -

Volví a oír por cuarta vez tu conferencia y me surgieron muchas questiones de alcance menor. Escojo sólo cinco.

1. En casi todas las asignaturas de filosofía y teología de mi tiempo, la primera cuestión que había que solventar era que aquella asignatura era ciencia. El artilugio utilizado por los profesores para defender su tesis era circular: se partía de la concepción aristotélico–tomista de ciencia, y entonces la teología era la suprema ciencia. Pero me llama la atención que la prestigiosa y avanzada revista internacional de teología CONCILIUM, en la segunda página caiga en el mismo defecto: hay un comité científico, cuando lo que realmente es un comité teológico. ¿Por qué ese complejo de la filosofía y de la teología ante la ciencia? ¿Por qué ese empeño en los anuncios y en la vida diaria de que todo tiene que estar avalado por la ciencia para que sea válido, verdadero y seguro, como dices en la conferencia? ¿Es la ciencia la nueva reina del saber?

2. Hablas de que en unos casos fueron primero los inventos técnicos y después vino la sistematización científica de los mismos. ¿Existe hoy esa separación entre ciencia y técnica o forman una unidad que se puede llamar tecnociencia? ¿Hay alguna investigación científica que se pueda hacer sin la técnica correspondiente (aparatos informáticos, por ejemplo)?

3. Dices que la ciencia es amoral. ¿Dirigirías tú un proyecto científico, impecablemente diseñado y con altísimas probabilidades de llegar a los resultados deseados, que consistiera en fabricar un artilugio que infaliblemente destruiría a todas las personas que tuvieran la piel negra?

4. ¿Crees tú, Fernando, en eslóganes como "la ciencia por la ciencia", "toda ciencia es buena", "la búsqueda científica no puede conocer límites", "la ciencia es racional y objetiva", "la ciencia es neutral", "la ciencia no tiene que ver con la política", "los científicos son servidores de la sociedad", "los científicos sólo son trabajadores técnicos", "la ciencia no puede ser culpada por su mala aplicación" ?

5. ¿Por qué terminas tu conferencia con deseos más propios de la ética que de la ciencia?


Perdona, Fernando, por tantas preguntas, que a lo mejor son demasiado impertinentes. Un abrazo

Javier Cirauqui -

Gracias, Maestro Fernando, por habernos enviado estas Conversaciones de Salamanca.
Las he escuchado con mucho interés. Están cargadas de filosofía y ciencia. Volveré a escucharla hasta asimilar su denso e interesante contenido. Uno es bastante profano en estas materias, pero con semejante profesor algo se nos pegará. Saludos. Javier.

Baldo -

1. Tengo que agradecerte, maestro Fernando, que me hubieras desasnado en un breve cursillo en Las Caldas en el curso 1965 de la ignorancia que yo tenía de los científicos modernos y de sus teorías. Lo hiciste con una gran maestría y con no menos pericia pedagógica. También tengo que darte las gracias por la dedicatoria que me regalaste "con todo cariño" del guión que utilizaste en tu conferencia en Oviedo en la celebración de las jornadas del VIII centenario en la primavera pasada. También merece mi admiración la sencillez, cercanía, alegría y empatía que despiertas a todo el que se acerca a ti.

2. Me han gustado mucho, tanto la conferencia que diste en Oviedo sobre CIENCIA Y CREDULIDAD como ésta de las conversaciones de san Esteban. Voy a limitarme a esta última. (Eladio Chávarri, que escribió una magistral libro sobre LA CARGA VITAL DE LA CIENCIA, está detrás de mí soplándome. Así que en muchas cosas te hablaré por boca de ganso).


3. Según interpreto, has hablado de la ciencia como un valor, mejor dicho, como una "relación valorativa" (en la terminología de Eladio Chávarri, no en la tuya). No puedo coincidir mejor con tu planteamiento. Los tres componentes de la relación valorativa científica son: los seres del mundo, el científico y la relación valorativa científica entre ambos. Los tres constitutivos del valor ciencia –mundo, científico y relación valorativa científica entre ambos– son esenciales y se dan siempre a la vez. Es más, en la relación valorativa científica es donde se constituyen las personas como científicas y el mundo también como científico. Fuera de esa relación no existe el mundo científico ni las personas científicas. Así el mundo científico es distinto del mundo poético, y el poeta es diferente del científico porque la relación valorativa entre ambos es la específica de cada uno de los dos. Éste es, posiblemente, uno de los motivos centrales recurrentes de tu conferencia; el papel del científico en la visión científica de "nuestro" mundo. No hay leyes físicas en la naturaleza al margen de y sin el científico que las sistematiza. Tampoco las habría si en la naturaleza no hubiera "algo" que diera pie a que el científico las sistematizara. "Quiero advertir –dices– que al decir que nuestro universo es una construcción mental, en ningún caso quiero afirmar que no existe nada fuera de nosotros, ni pretendo negar la existencia de galaxias, estrellas, planetas, que no necesitan del hombre para existir, porque de ninguna manera soy un idealista impenitente, sino que quiero decir que es el hombre el que da al universo el sentido y el alcance que tiene".
4. Aquí es donde tengo alguna disensión con tu exposición. Dices y repites con firmeza que "las leyes no están si no en la inteligencia de los hombres y en las sistematizaciones que puedan hacerse por ellos". Yo pienso (me sigue soplando Eladio por detrás) que están en los dos componentes de la relación: en la manzana que cae y en la formulación que elabora Newton como ley. La manzana adquiere una nueva entidad científica que antes no tenía y Newton enriquecerá su saber científico, y con seguridad otras partes de su vida.
5. También disiento en la separación tan radical que haces entre la persona y la ciencia, como si la ciencia se sostuviera por sí misma y no formara parte de la vida de la persona. En último término es la persona la que hace ciencia, aunque nosotros nos fijemos en su inteligencia científica. Una enfermedad, una buena noticia, la muerte de un ser querido, una emoción de cualquier clase influyen en la labor del científico como científico, como tú afirmas. Sin motivación, el científico no haría nada. ¡Y qué decir de los matemáticos que hablan de demostraciones bellas! Los diferentes ámbitos de la vida están en constante movimiento relacional, y precisamente por eso la vida va adquiriendo un continuo y renovado ser como resultado de esa mutua influencia. Sin ésta, la vida sea algo inerte.

6. Me parece justo y necesario que trates de proteger la especificidad del saber científico, que es irreductible a otros saberes, insustituible por ellos y que se cultiva en un marco específico. Pero la ciencia está al servicio, como los demás valores, de contribuir al desarrollo de nuestro modo de ser humano. De ahí deriva su responsabilidad. Pero en este modo actual de ser hombre se originan a la vez profundas y llamativas inhumanidades, a las que contribuye en no pequeña medida el propio saber científico actual. Y esto no lo puede obviar nunca un científico, como ninguna otra persona de nuestro mundo, sea lo que sea, desempeñe la función que desempeñe.
7. ¿La ciencia es libre o cautiva? La ciencia irradia una carga en nuestra vida de tal calibre como no lo hizo ningún saber anterior. ¿Por qué? Porque hay un modelo de ser hombre, "modalizado" por valores económicos y biopsíquicos, que necesita de la ciencia para subsistir y crecer. Sería un olvido grave –por otra parte muy frecuente– no hacer explícito el tipo de ser humano que modaliza todas las experiencias de nuestra vida –también a la experiencia científica– y al que servimos fielmente. La ciencia es una experiencia no sólo influyente o decisiva, como dice Heidegger, sino determinante sobre las demás, por lo que tiene una gran capacidad para promover la humanidad e inhumanidad en esas experiencias a las que determina. Hoy la actividad científica tiene una enorme influencia debido a su potencia. Todas las acciones humanas, sean físicas, bióticas, intuitivas, sensitivas, imaginativas, creativas, memorísticas, comprensivas, intelectivas, razonadoras, afectivas de todo género, están intensamente permeadas por las teorías científicas, por lo cual vivimos en un mundo cada vez más científico. Veo, admirado y querido Fernando, que no consideras propio de la ciencia mirar su entronque en el modelo humano que vivimos ni en su función humanizadora/deshumanizadora. Las estadísticas “sociológicas” sobre la ciencia ignoran totalmente el horizonte de sentido que recibe y que transmite la ciencia a las experiencias relacionadas con ella.
Pero la ciencia ha perdido gran parte de su libertad al estar cautiva de un amo tan exigente como el ser humano de la sociedad actual (Hombre Productor Consumidor (HPC de Eladio Chávarri, que un compañero de docencia llama irónica y graciosamente Hijo Puta Cabrón). Sólo tienen apoyo económico aquellos proyectos científicos que generan bienes económicos o biopsíquicos. Los demás van al cesto de los papeles.

Fernando Alonso Diez -

Gracias profesor Fernando Box, he escuchado tu conferencia con suma atención y me ha interesado mucho. Te recuerdo como mi profesor de matemáticas y, también de Física y escuchando tu conferencia se actualizaba para mí el "...como decíamos ayer". Te he seguido a pesar de todas mi carencias sin esfuerzo y con deleite, claro es una conferencia, no una de tus clases... Siempre me ha interesado la epistemología, es la disciplina que con más interés y probablemente con más desaciertos trabajé con mis alumnos. Yo también soy de los que conoció a Romano Guardini en los 70, en las clases de estética de López Quintás, alumno suyo, aunque no lo leí. Sin embargo y también por aquella época leí el libro de T.S Kuhn, "La estructura de las revoluciones científicas ", que me ayudó enormemente a entender la ciencia como un saber relativo y en continua evolución que construye el hombre para comprender y explicar "nuestro mundo". En tu conferencia de científico puro, que ha crecido al lado y/o de la mano de la filosofía y de la teología, observo que no admites contaminaciones ni interferencias de campos, porque esos saberes vienen a estar en planos distintos, abordando realidades distintas y con metodologías distintas.
Y concluyes la primera parte de la conferencia dejando las cosas bastante claras y sin molestar a nadie: dialogar desde el respeto entre las aportaciones de las ciencias y de los otros saberes, cada uno en su campo y con las limitaciones de cada cual.
Me ha gustado el aparato dedicado a Ciencia, Técnica y Creatividad, porque al introducir ésta última en la tríada conceptual haces referencia a la necesidad de ordenar la imaginación para hacer ciencia, pues de lo contrario se quedaría en pura fantasía (la local de la casa).
Querido Fernando, hago este comentario, desde el respeto que te tengo y en agradecimiento por lo que te debo.

Carlos Tejo -

Cuánta filosofía me pareció entender oyendo al maestro Box hablar de nuestro universo, de nuestra ciencia. Lección interesante y amena para alguien, como yo, que bebé más en músicas y literaturas. Me lo tragué de un tirón, como si hubiese estado en primera fila. Tienes el imán en la palabra. Gracias por compartirlo con nosotros.