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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

FOTOGRAFÍAS DE ALFONSO LOSADA -9-

FOTOGRAFÍAS DE ALFONSO LOSADA -9-

Fotografía del 2º curso (año 57-58).

En esta fotografía cada uno se busque a sí mismo. Sé el nombre de alguno pero es muy engorroso darle posición.

 


 

nota del furriel.- Esta fotografía ya la tenemos en nuetro álbum LOS CURSOS de ver Fotos/documentos, nos la había enviado el compañero José antonio Gutiérrez Rodríguez.

No obstante, la sustituyo por ésta, pues la de Alfonso es de mejor calidad. 

11 comentarios

JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS -

¡Virgen del Tremedal! Si mi abuela viviera no reconocería a su nieto. Todos esos adjetivos, Baldo, ella los habría empleado en grado superlativo y añadiría el de "guapisisimo" y "riquísimo". De cualquier modo no has quedado lejos de la realidad.
Abrazos

Baldo -

Éste no es el Pitu. Es un "alias" impostor, mentiroso, farsante, embaucador, hipócrita, falsario, calumniador. Éste tal es una mezcla de Tomás de Aquino, Juan de la Cruz, fray Luis de León y Savonarola en comandita. Serio, profundo, metafísico, atinado, ordenado en el pensamiento, no puede ser el Pitu. ¿Dónde está el desinhibido, esperpéntico, provocador, anárquico, ilógico, alborotador, subversivo, desconcertante, barullero, indisciplinado, indócil, insubordinado, rebelde, travieso, contra el que yo vengo luchando desde unos meses para acá? Desenmascara a este impostor, que no lo necesitamos.

JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS -

El amigo Baldo, tozudo como el cuadrúpedo que no se cita, sigue empeñado en sumergirnos en las profundidades del pensamiento crítico. Sabes perfectamente que para realizar inmersiones no sólo hay que saber nadar, hay que poseer técnica y, sobre todo, valor. Me da que es esto último lo que nos falta además de un poco de la sabiduría de la que tú das muestra. No te extrañe que nos movamos en la superficie agarrados al bordillo como yo hacía en la “piscinona” del colegio. A mí, que iba del abrevadero así me lo parecía.
Hay un viejo dicho que dice que “si no puedes con tu enemigo, únete a él”. Eso es lo que voy a poner yo en práctica. Me declaro en acuerdo con Baldo. Estoy de acuerdo contigo en esa crítica persistente que haces tanto a la iglesia de los obisperinos como a la sociedad neoliberal, la sociedad de de la dictadura del mercado único feroz. Me uno a las recomendaciones que te hace L. Carrizo. Tú, por más que te muestres crítico participas del sistema ya que no te duelen prendas en , sumisamente, acudir a cortarle, y engomarle el pelo al arzobispo de Oviedo. No sé si entra en la categoría de obisperinos o de los otros. Ya me gustaría si tienes bemoles para exponerle tu pensamiento. Lo tienes fácil mientras mantengas en tu mano la navaja de afeitar; un descuido puede considerarse un accidente desafortunado. Pero, ojo, esta confesión de acuerdo no incluye nuestros desacuerdos geográficos sobre Villaquejida- Casorvida, Oviedo-Gijón, Casorvida-Piñerabaxo. Lo cortés no quita lo valiente.
Si en tiempos pasados, no muy pasados, la teología escolástica y neoescolástica representaba el pensamiento único, en los tiempos actuales, tal como apuntas, el Pensamiento único que regulaba los valores sociales, morales y religiosos ha sido, está siendo relevado por la nueva teología, la neoliberal, la de la economía de las grandes multinacionales. Esa me parece tu tesis a tenor de la siguiente cita: “Hoy han entrado como de tapadillo los valores económicos y biopsíquicos, que se han apoderado y empapan todos los rincones de nuestra vida, con lo que han hecho que ésta se haya convertido en una mercancía más, que se compra y se vende y está sometida a las transacciones, objetivos, fines y atracciones financieros”( Baldo dixit). Este nuevo pensamiento único, nueva teología laica, es una ideología que se ofrece como exclusiva e incuestionable. Los pensamientos únicos sean del signo que sean, son la antítesis de la tolerancia, de la divergencia, del pensamiento crítico y del progreso. En la actualidad, ese tipo de pensamiento, supone la hegemonía absoluta de la economía sobre el resto de los dominios sociales y morales. Este tipo de pensamiento tiene como la máxima :“menos estado y más mercado”, máxima de la globalización. El mercado como corregidor de las disfunciones sociales; el mercado regido por la competitividad salvaje que pone a cada cual en su sitio y permite que se haga bueno el darwinismo social: que sobrevivan los mejor dotados; el mercado del sálvese quien pueda. En este contexto sí que hay que apelar de nuevo a Baldo y su empeño en educar en los Valores, en todos los valores. Hemos pasado de la era de la teología del mercado único religioso, que regulaba religión, sociedad y poder, a la era del mercado económico único. La Iglesia, la jerárquica dominante, aún sigue hablando de verdades únicas, inmutables y absolutas, y no da respuestas a una sociedad cada vez más plural y diversa. La iglesia necesita darse cuenta que hay otras formas de ver, de vivir y de progresar. Tendría que dejar que la verdad deje de ser única, exclusiva y propia. Necesita que los obisperinos, quizá habría que decir avisperinos, empiecen a practicar la autocrítica y dejen de culpar al mundo, al demonio y la carne de la falta de cristianos practicantes, de la falta de curas y de la falta de la gente joven que asista a las iglesias. Los teólogos que cita Baldo: Cheny, Congar, Schillebeeckx, Rahner, Gustavo Gutiérrez, Boff, son la señal de que hay alternativas a la teología del pensamiento único de la jerarquía. Seguro que hombres, como el propio Baldo y otros de perfil similar, conseguirán acabar con esa ideología, teología, de la moral definitiva, de la doctrina incuestionable, en definitiva conseguirán acabar con el sectarismo, la exclusión y la división de la sociedad en fieles e infieles. Se impondrá la tolerancia entendida como la entendía A. Maura: “Tolerancia significa enterarse cada cual de que tiene frente a sí a alguien que es un hermano suyo, quien, con el mismo derecho que él, opina lo contrario, concibe de contraria manera la felicidad pública”. A la desregulación del capitalismo neoliberal habrá que oponer una regulación democrática que impida las maniobras especulativas que hacen que haya más ciudadanos en la pobreza, que haya más ciudadanos más excluidos, que haya más ciudadanos desplazados. Habría que acabar con el mercado único, el que especula sobre casi todo: alimentos, dineros, ideas y, lo peor, personas. Estas se venden, se compran y se desplazan por intereses de progreso económico. Necesitamos un nuevo sistema que ponga los otros valores por encima de los económicos. Necesitamos un poco más de estado regulador frente al mercado único. Menos eficiencia económica y más sentido común y sentido compartido. Menos competencia y más de eso que llamamos PERSONAS. En este proceso dejaremos de contar con personajes como el Sr. Rouco y sus palmeros, al que, según parece, profesas un gran afecto desafectado; dejaremos de contar con esa iglesia oficialista que se mantiene en la idea fija de un Dios padre castigador.
Para acabar me parece apropiado traer a colación una frase de André Maurois, el que emigró a EE.UU por oponerse al gobierno pro-nazi de Vichy: “Si consideráramos a los demás como a nosotros mismos, sus acciones más reprochables nos parecerían dignas de indulgencia”. Sería una buena muestra de tolerancia y de pensamiento divergente.
Pido disculpas porque el “ladrillín” es consecuencia de las malas influencias que sobre mí ejerce el Villaquejidense.
Un abrazo a fieles e infieles.

Baldo -

Querido Luis Ingenioso Hidalgo de las Casas de la Aviación. Para ti era la primera parte del escrito, pero veo que te da miedo adentrarte en los abismos en los que se gestan los valores y contravalores y prefieres la superficie. Haces bien. Cometí una falta de ortografía al citar a Chenu (puse Cheny), pero todos los que sois cultos sabéis que fue en teólogo de primerísima categoría.

Lo que más alegría me ha producido es que me recuerdes a Rouco. Nadie quiere hablar conmigo sobre él. José Manuel Vidal escribió un rosario de 630 páginas sobre el VicePapa español. Y al final le puso la letanía correspondiente. Yo te transmito algunas de las invocaciones, porque todas en conjunto agotarían la capacidad del blog. Yo las rezo de jaculatorias al levantarme, al salir de casa, al entrar en una iglesia, al andar por la calle, al comer y al dormir. Dicen así:

Capítulo XIX Claves de una vida: Antonio María Rouco Varela

Infancia

Siempre pensó en su carrera, que se convirtió, para él, en una obsesión.
Nunca supo conservar a los amigos, quizá porque los utili¬zaba, mientras le servían.
Vivió toda su carrera eclesiástica rodeado de una camarilla de aduladores.
Siempre le encantó el dinero y gastarlo a espuertas, así como la comodidad.
El poder fue su gran «vicio», porque, cuando se controla el apetito concupiscible, se desmanda el irascible.
Con las personas que no le son absolutamente adictas guar¬da distancias, especialmente con las que son críticas con él.
Afectividad muy poco expansiva: a duras penas le salen los detalles de cariño y tiene el corazón agarrotado.
No llora por no tener razón, le basta con el éxito.
Nunca corrió el riesgo de ser diferente a sí mismo.
Afectividad muy poco expansiva: a duras penas le salen los detalles de cariño y tiene el corazón agarrotado.
Prefiere evitar el error al riesgo del acierto.
No llora por no tener razón, le basta con el éxito.
Nunca corrió el riesgo de ser diferente a sí mismo.
Presumido, siempre lleva un peine en el bolsillo.

Ministerio

Se apoyó excesivamente en los movimiento neoconservadores.
Excesivo control de todos los resortes de poder eclesiástico.
Nombró solo obispos de «su» cuerda: grises y doctrinal¬mente seguros.
Nunca creyó en la Conferencia Episcopal e hizo todo lo po¬sible por desactivarla y, cuando no, por controlarla y utilizarla para sus propios fines.
Siempre creyó estar por encima de sus pares: pensó tener au¬toridad moral sobre ellos, pero solo consiguió miedo.
Fue un cardenal con clara vocación política.
Está convencido de que para evangelizar a los pobres se nece¬sita el poder de los ricos.
La plaza de Colón y La Almudena son los signos visibles de su poder.
Su ejercicio del poder a la gallega: caciquil y clientelar.
Muchos consideran que el nombramiento de su sobrino, monseñor Carrasco Rouco, como obispo de Lugo fue un acto superlativo y público de nepotismo.

Luisín: ¡Como para no tener devoción a un místico y asceta de esta categoría! Mientras era arzobisperino de Santiago, en las frecuentes mariscadas con las que regalaba a los gerifaltes de Roma que recalaban en Santiago invitados por su Excelencia Reverendísima, salvó a la iglesia española de la peligrosa y herética deriva conciliar del Vaticano II. Y no hablo más, porque me saltan las lágrimas de emoción y me impiden ver lo que escribo en el ordenador.

En cuanto a la desconexión con el Vaticano al estilo Generalidad catalana, ya se llevó a cabo en la última reunión de conferencia episcopal hace unos días, por obra y gracia de los peones de Rouco, personas de no de muchas luces, pero fieles hasta la muerte y una muerte de Cruz. Por eso Rouco los exaltó a poder ponerse el apagavelas mitral en las liturgias tridentinas. Rouco pretendía ir más lejos y hacer un Brexit (Spainexit) con el Papa Francisco, pero se le había olvidado que el tal Francisco era jesuita, y que los de Ignacio de Loyola no iban a entregar las armas así porque sí, aunque el Opus manda signos cada poco de que "quien tuvo, retuvo". ¿Más? Otro día que me lo pidas. Ya sabes, cuando reces el con Dios me acuesto, con Dios me levanto, no te olvides de Rouco. Puede estar en cualquiera de las cuatro esquinitas que tiene tu cama y provocarte una amnea con ronquidos atronadores.

Luis Carrizo -

Gracias, Baldo, por tu respuesta. Pero menudo lío: como el cardenal Blázquez se entere de tu diagnóstico y lo asuma la Conferencia Episcopal, no van a tener más remedio que excomulgar con efecto retroactivo a los dos papas culpables, y de paso a Rouco, porque imagino que, aunque no lo citas, merece la misma pena. Como no sé si se podrá, pienso que, en su defecto, deberías aconsejarles realizar una desconexión con el Vaticano al estilo Generalidad catalana.
Posiblemente deberás aconsejarte con un buen canonista.

Alfonso Losada Vicente -

Leyendo lo que escribís, Baldo, Vibot, Ramón y algunos más, y cómo os, expresáis, lo tengo mucho más claro, " yo, desde luego, estoy en otro plano"

Os leo y no me centro, de verdad; escribís tan profundo, o lo que sea, que al final no me entero de lo que leo; y la culpa es mía, por supuesto; motivo: No haber cogido un libro desde hace muchos años. Os pido perdón por adelantado, de aquí en adelante, solamente me limitaré a leeros aunque no lo entienda

Gracias, Vibot, felicitaste a Alberto y compañeros con otra poesía más; lo esperaba.

Un abrazo para vosotros.
Losada

Ramón Hernández Martín -

Tras avivar el sentido crítico con Baldo y despertar la sensibilidad con las toneladas de hermosura que aporta Vibot, uno podría preguntarse, amigo Losada, cuántos de esos niños llegaron a ser frailes y continúan hoy en el intento, sabiendo incluso que se trata de una pregunta ñoña, sin enjundia, porque la correcta y con chicha sería la de saber cuántos alcanzaron un grado satisfactorio de humanización y lo siguen ejerciendo en sus entornos familiares y sociales. Mi curso, seis años antes, fue rompiendo el récord de número a cada avance (inauguramos el segundo Noviciado, el de Caleruega) y hoy pulveriza incluso el porcentaje de permanencia, de “fidelidad (?) que dicen, pues siguen en la brecha un 25% de los novicios, más o menos. Y, en lo que a humanización se refiere, ahí estamos los “cursarios" demostrando, querido Baldo, que el compañerismo es un gran valor transversal de la vida.
Pero, viniendo al meollo de lo planteado por Baldo, aquí tenéis a uno que, lejos de alarmarse por el vacío de noviciados, seminarios y sacristías, se alegra sobremanera de ello. ¿Razón? El convencimiento de que es muy cierto aquello de que a la fuerza ahorcan. Es decir, que el declive radical del clericalismo llevará, por un lado, al pleno reconocimiento de la entidad cristiana de los simples fieles, mujeres incluidas, y, por otro, a que la sacralidad dé paso a la humanización, o, en versión de Baldo, que la Iglesia termine por hacer un reconocimiento cabal de la teoría de Eladio Chávarri de valorar, valga la redundancia, los valores a la hora de plasmar una nueva “forma de vida” que, al ser más humana, será más cristiana. ¿Qué no hay ministros en el mundo de hoy? Eso me parece una miopía supina que se corrige con solo que uno mire y vea la cantidad de “voluntarios” que operan en él, ofreciendo su tiempo, y, no digamos, la cantidad de solidarios que “comparten” (palabra mágica para entender la eucaristía, Baldo dixit) sus bienes. Cierto que vivimos en una mundo o en una sociedad de asco, con mil argumentos que lo demuestran. Pero no es menos cierto que, vistas las cosas desde otra perspectiva, que es la única válida a la postre, vivimos en una sociedad hermosa, con millones de testimonios que dan fe de ella.

Vibot -

Querido e infatigable Baldo, a propósito de la intimación que me haces sobre la huída de esas "teologías" he recordado unas palabras del narrador y ensayista Rafael Sánchez Ferlosio(nacido en 1927-) en un libro suyo titulado "Campo de retamas" que citaré por su tercera edición en Penguin Random House de 2015. En este justamente indignado párrafo de la página 158 -cuyo final no citaré por no herir sensibilidades- se rebela contra esos dogmatismos cerriles a los que tú aludes:

"(Más sobre la tolerancia) Si con "Toda opinión es respetable" sólo quiere decirse que no hay que echar las zarpas hacia la yugular de quien sustente lo que uno no tenga por plausible, entonces "Vale", como dicen hoy; pero si lo que implícitamente se propugna es que hay que comedirse en las palabras de la controversia, digo que ninguna opinión es respetable, que todas han de ser atacadas con toda la apasionada subjetividad que es propia del más libre y más genuino entendimiento. En esto es especialmente ofensiva la actitud de los cristianos, a quienes los resabios de una larga hegemonía les hacen pretender como legítima una asimétrica exigencia de respeto para sus creencias. ¡Qué usurpación más inaudita la de quienes habiendo proscrito y aun quemado durante siglos los libros de los impíos quieren ahora confiscarles virtualmente la Sagrada Biblia, reclamando para sí el monopolio del derecho a administrar en exclusiva su lectura y su interpretación."

Creo que estamos hablando de lo mismo, ¿no? Recordemos los términos: paganos, impíos, herejes, nefandos(¡ay de mi adolescencia y juventud)... incluso los más suaves: hermanos separados (= equivocados)...

***

Del mismo modo que recomendé a Álvaro Cunqueiro por su magnificente magia en la escritura de MERLÍN Y FAMILIA y de toda su obra, recomiendo este CAMPO DE RETAMAS de Ferlosio a quien quiera bajar al ruedo -subir diría yo- del ahora mismo. Sin pelos en la lengua ni en el entendimiento frente a la realidad.
He de decir que yo, que vivo en las nubes y que nunca he leído un periódico y por eso descubrí tan tarde a Cunqueiro que tanto escribió en ellos, prefiero de Ferlosio aquel primer cuento suyo del 51, INDUSTRIAS Y ANDANZAS DE ALFANHUÍ, más en la estela inventiva y prodigiosa de Cunqueiro, aunque sin superar al maestro, a mi entender. O tal vez sí. Para los que como yo huyáis de las polémicas, enfrascaos en esta fría primavera -si podéis, junto al fuego- en ese legendario Alfanhuí:

"...avivaba el fuego cuando la historia crecía. Cuando se hacía monótona lo dejaba languidecer.
... notas de silencio, finas y ligeras como hilos de niebla.
... el olor monótono de los guisos de su madre.
...como puñados de trigo derramados sobre la piedra, volvían del fuego las historias. El eco de las historias duerme en las chimeneas.
...tornasoles verdiamarillos y un olor a heno, higos y almizcle.
...había también una lámpara baja y acampanada, con un flequillo de hilos rojos y otro flequillo de cristalitos tubulares que estaban siempre bailando y columpiándose y formaban una música de pastores, porque sonaban como un rebaño con sus esquilas. Sus sombras iban y venían por la pared como si todo el cuarto se meciera.
...botellas color guardia civil.
...había una escalera estrecha de piedra que tenía una barandilla de hierro y una parra de moscatel.
...comía con el mancebo, que era villano y despectivo con él, y dormía en la trastienda entre tarros recónditos que guardaban en su seno todos los olores del monte.
...la llovizna se teñia de sol y se irisaba.
...Pero Alfanhuí entornaba los ojos para ver todo esto, porque acertaba mejor por gracia y por instinto, que poniéndose a considerar."

Eso he querido siempre, acertar mejor por gracia y por instinto.
No me pidáis que os copie más yojas, lanzaos vosotros mismos a encontrarlas en estos libros facetados de iris. Y las encontraréis mejores que las que aquí he traído, más a vuestro sabor. Es lo que tienen estos libros de oro.
Espero haber dulcificado un poco las retamas tal vez un poco agrias para algunos. Aunque mucho más comprimidas y menos prolijas que aquel volumen que Ferlosio tituló con no poca retranca y carga de profundidad en toda la línea de flotación "Altos estudios eclesiásticos".

Alfonso Losada Vicente -

Lo siento, Baldo; no puedo responder a tus discurso; escribes en una dimensión a la que yo no llego, ni con ayuda; no obstante,(aunque no me gusta leer) leo lo que escribes en el Blog,te admiro Baldo, como también a otros muchos.

En la fotografía expuesta, solamente reconozco a un 23% de compañeros "me da vergüenza" Vamos a ello:
De izquierda a derecha, y empezando por la fila superior:
El 1ºJosé Manuel Almarza
el 5ºJosé Manuel Rodríguez
el 7ºConstantino Suárez
el 11ºJosé Ángel Fernández
el 12ºAlfonso Losada
el 13ºGregorio Fernández
el 17ºGuillermo Fernández


En la segunda fila:
El 1º Gregorio Barreales
el 2ºJosé Amando Robles
el 4º Leandro Córdoba
el 7º Ángel de la Peña

En la tercera fila:
El 1º Maximiano Trapero
el 11º Carlos Robles

Última fila agachados:
El 1º Conrado Vidal
el 5º Rufino Lobo

De momento, sintiéndolo mucho, no recuerdo de más compañeros, su nombre; los nombrados sí sé que son, y otros que no he nombrado tengo dudas y por eso no los he nombrado.
A ver si alguien se decide y pone más nombres a esas caritas, lo están esperando

Un abrazo. Losada.

Baldo -

A la vista del altísimo número de vocaciones que aparece en la foto cedida por Losada –y eso que era sólo la del segundo curso del año 1957–58– se me ocurre una reflexión, que no llega a ladrillo (¡qué bien!). Luisín Carrizo me hizo por WSP una pregunta que le habían hecho al cardenal Blázquez sobre la razón de la escasez de sacerdotes, y que Blázquez no contestó, porque parece ser que ése va a ser el tema de la próxima reunión de la conferencia episcopal española. Carrizo Poncio Pilato me interrogó sobre cuál era mi respuesta al decrecimiento de la clerecía. Yo no le contesté en aquel momento, como Jesús, pero pensaba hacerlo. Aprovecho ahora la foto de Losada. Lo de la vejez y escasez del clero no es más que una manifestación más del desmoronamiento que están sufriendo las creencias y prácticas religiosas cristianas en occidente. Ya lo expuse en este mismo blog en septiembre de 2016. No tengo otra explicación que llegue a las profundidades del problema (allí donde se forma y se desarrolla el ser humano en relación con los seres valiosos y disvaliosos) mejor que la que me ha enseñado Eladio Chávarri: los valores religiosos han dejado de ser el núcleo valorativo de nuestro modo de ser humanos hoy y han entrado como de tapadillo los valores económicos y biopsíquicos, que se han apoderado y empapan todos los rincones de nuestra vida, con lo que han hecho que ésta se haya convertido en una mercancía más, que se compra y se vende y está sometida a las transacciones, objetivos, fines y atracciones financieros. Hoy los funcionarios de campanillas son los financieros, los ricos, los que proporcionan salud y bienestar psíquico, los traficantes de drogas y otros del mismo ramo. Los clérigos se van apeando del tren que ya no conduce a las cumbres del poder. Otras explicaciones, mi querido amigo Carrizo Poncio Pilato, se mueven más en la superficie, y yo no digo que en su campo no sean verdaderas y válidas. Pero están el otro nivel más cerca de la superficie.

Y aquí conecto con la afirmación de Santines Vibot en su portillo reciente sobre Cunqueiro: "sufro de una compulsiva huída de todas las teologías". (La explicación que viene a continuación no está en la profundidad de los valores, sino en un nivel más de la superficie). Pienso que recuperarse del retroceso que nos trajeron los reinados de Wojtyla y Ratzinger –en el utópico caso de que aquí en adelante los vientos vaticanos soplaran para adelante– va a costar no menos de 50 años, porque sembraron de obisperinos (Carrizo ínvenit) con no demasiado luces la faz de la tierra. Los grandes teólogos del siglo pasado (Cheny, Congar, Schillebeeckx, Rahner, Gustavo Gutiérrez, Boff y, felizmente, otros muchos) no han tenido ni un ápice de influencia en los currículos de los seminarios actuales, y, lo que es más importante, en la liturgia, en las prácticas pastorales de todo tipo, en la orientación de la iglesia y en vuelco total que la estructura y la teología debían haber dado. No les ha interesado a los obisperinos y clérigos tal vuelco, porque, como dicen en mi pueblo, van muy a gusto en el machico con las teologías neoescolásticas de antaño. Todos los grandes hallazgos de la exégesis bíblica quedan arrinconadas en los libros y en algunas pocas predicaciones. Pero nada más. La misa sigue siendo la de siempre y no tiene mucho que ver con la que celebraban los primeros cristianos y con la que, se supone, celebró Jesús en la última Cena, como ya ladrillé en varios post al portillo de Carlos Tejo (noviembre de 2016).

Haces muy bien, Santines querido, en huir de estas teologías y en las prácticas religiosas a que dan lugar. Yo ya voy fugado atravesando Cincinnati. Por suerte, hay otras teologías que no salen a la luz, porque la losa clerical que las tapa es muy pesada y grande, que sólo el ángel que movió la del sepulcro de Jesús podría correrla. Pero seguro que ese ángel ya murió, y, si no, padecerá una artrosis galopante.

Vibot -

¿Soy yo o éste fue uno de los curso más númerosos de la historia del colegio?

¿Fue el curso inaugural?