el pPEDRO
También el blog se une al homenaje-agradecimiento tributado al pPedro el fin de semana pasado en Caleruega.
Y lo hace con este dibujo que me había enviado, hace ya algún tiempo, el maestro Javier Serrano.
Y pongo como pie del dibujo la carta que le escribe Javier Vallina (gloria del 61) al pPedro.
Mi querido Padre Pedro:
Permíteme unirme con una breve y modesta palabra a la presencia real de quienes gozosamente te acompañan hoy. ¿Cómo expresar alguna idea cabal, un pensamiento relevante, un sentimiento sin afectación de gratitud a quien nos otorgó, al regalarnos su descubrimiento, justamente la posibilidad de esa libertad primera que atisbó el sentido del vivir? ¿Cómo regalarte algún don cercano a lo inefable, si tu sencilla humildad abraza la propia respuesta de la gracia? ¿Cómo hablar a quien supo desvelarnos la propia cercanía a la palabra del silencio, que otorga la autenticidad?
Llegaste a nuestra juventud como la vida que iluminaba un camino deslumbrante. En el aún negro tiempo de una España imcomprensible, nos enseñaste que era posible y preferible creer en la esperanza. Tu entusiasmo por aquella primavera del Concilio cautivó nuestra voluntad de la necesaria utopía que eliminaba los rescoldos, aun ardientes, del anacrónico y cruel nacionalcatolicismo. Creímos, por ti, en la vigencia permanente de una búsqueda de la verdad que sólo se hace posible en la conciencia del otro y recibe su credibilidad cuando se hace cargo de su dignidad pendiente. Esa fue siempre tu iglesia, tu orden, tu vida y acertaste radicalmente, porque hoy sigue siendo la tarea que otorga sentido al camino que debe ser andado.
No fue fácil ni placentero un tiempo tan largo, ni una senda tan empedrada ni fatigosa. Ese dolor silencioso y las tantas incomprensiones sufridas hacen hoy más brillante tu ejemplar magisterio de vida. Quienes lo recibimos en el momento en el que nuestra juventud explotaba, sólo podemos incrementar nuestra gratitud plena y la inmensa dicha de tanta gracia otorgada. Yo quiero hoy dar testimonio personal y colectivo de tu entrega, maestro y amigo, que, en mi memoria de un irrepetible noviciado, adquirió para siempre en mi alma la categoría del modelo que a la vida dotaba de sentido y credibilidad.
Agoto aquí una humilde y sentida palabra de gratitud y homenaje, por temor a herir tu sencillez de corazón, que siempre definirá tu anhelada presencia. Has escogido, como la Marta evangélica, al mejor Jesús que nos acercó la divinidad posible y ese lugar, admirable Padre Pedro, nunca te será arrebatado.
Un abrazo fraterno, lleno de una inexpresable gratitud.
Javier Vallina
4 comentarios
Luis Heredia -
En tu caso has sido el referente de muchos de nosotros. El hecho de que te sorprendas cada vez que te lo decimos, incluso que te avergüences, no es sino un signo más de esa humildad y generosidad que rebosas y que aún te hace más grande con el paso de los años.
Siento no haber podido acompañar a mis hermanos en tu merecido homenaje. Espero hacerlo en privado cuando te vea en Madrid o Gijón y firmar en tu Libro Blanco.
TUÑON -
ahora estoy en los Mostoles y toy diciendoy a la muyer tengo que ir a Vallecas un domingo a misa pa ver al pa Pedro
Tengo que proponemelo y dir un dia.
Prroquia, dirección y horario de mises del domingo que voy pitando palla.
Pedro Sánchez Menéndez -
Ramón Hernández Martín -
La obra de fray Eladio Chávarri es, sin duda alguna, un gigantesco esfuerzo intelectual en pro de un alto grado de humanidad en la deshumanizada vida del hombre actual. Creo que su mayor genialidad de religioso dominico, que demuestra al mismo tiempo un gran coraje, es partir de la experiencia primigenia de humanidad que se produce en Jesús de Nazaret, inculturada, desde luego, pero larvaria para todo nuestro quehacer humanizador actual. Digamos, al margen de otras valoraciones de muy variado pelaje, que la experiencia de la docencia de fray Pedro reviste para mí supongo que también para muchos otros- las características de otra experiencia primigenia de humanidad, es decir, que mirando hoy a fray Pedro podemos ver en su vida rasgos muy marcados del hombre humanizado con el que todos soñamos y a cuyo lento y laborioso logro debemos contribuir. Gracias, fray Pedro, por ser todo un modelo y loor a ti por encarnar una forma de vida que nos alecciona y estimula.