DESPEDIMOS A MARCELINO
En realidad tengo pocas ganas de escribir. Os contaré. Ayer fué un día un poco extraño, emocionante, triste. Despedimos a Marcelino como sabemos, con cariño y con sincera tristeza. En Oviedo nos reencontramos unos cuantos compañeros que portábamos el cariño y pésame de todos vosotros, sin distinción.
Y unos pocos frailes, Alcalde, José Antonio y el PaCura, gracias hermanos Dominicos.
José Luis Alcalde ofició la Misa de despedida en la iglesia de Santo Domingo, de su cuello y sobre su casulla colgaba la acreditación del reencuentro de Octubre 2007 en la Virgen del Camino con un retrato de Marce como símbolo de su cariño "in pectore". Misa en la que se habló de amor, de fé, confianza, la realidad de la muerte, recordamos a José Manuel Criado, las ideas de Javi Espinosa, y Julito Correas leyó el poema de Alberto Boaglio "...cuando yo me vaya no quiero que llores, quédate en silencio sin decir palabras..." con música de fondo de oboe y piano compuesta por Marcelino.
Ante nosotros solo el estuche pues la joya que es Marcelino ya ha quedado dentro de nosotros.
Y hubo música, la música que rodeó su vida, la música de sus alumnos de la escuela de Oviedo y la música de sus compañeros y hermanos del Camino, y su hijo Marcelo recordó la inquietante protesta de su padre ante las dudas, los miedos y lo injusto de su enfermedad y aparecieron lágrimas en sus ojos y en nuestros ojos, y el Adiós Madre de mi vida sonó con alguna gargante encogida. Y besamos a abrazamos a Conchi. Y enterramos a Marcelino con las notas del Himno a la Virgen del Camino.
Y así fué pasando un día extraño, emocionante, triste. Pero allí estuvimos "todos" despidiendo a uno de los nuestros. Y nos volvimos cada uno a nuestro olivo en Madrid, La coruña, Cantabria, León, Gijón, Salamanca, Donosti, Logroño, Alicante, Málaga, Valencia, Bruselas, Barcelona, Pamplona, París, Zaragoza y Las Palmas...
Nunca te olvidaremos, buen amigo.
Viene con lentitud,
casi con parsimonia,
pero, como ave de rapiña
que no suelta la presa,
va minando el impulso
de nuestra sangre, socavando
la firmeza del corazón
y restándole bríos
al indómito potro del espíritu.
Nadie la invita, ella sola
se mete por las grietas insondables
de la fontanería corporal
y, lentamente, va quemando astillas
del poblado almacén de las neuronas.
Y de la piel, que se resiente,
y de la carne, que se humilla,
y de todas aquellas ilusiones
de la ardorosa juventud
que, resignadas, buscan junto al fuego
un tranquilo rincón para dormir.
Marcelino García Sal era una excelente persona y un excelente músico. Murió el pasado domingo, día 16 de enero. En Oviedo. Fue compañero de colegio, amigo y hermano. Que descanse en paz y que le acompañe siempre la música.
CUANDO YO ME VAYA (Carlos Alberto Boaglio) Leído por Julio Correas en el funeral de Marcelino.
Cuando yo me vaya
Cuando yo me vaya, no quiero que llores,
quédate en silencio, sin decir palabras,
y vive recuerdos, reconforta el alma.
Cuando yo me duerma, respeta mi sueño,
por algo me duermo; por algo me he ido.
Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada,
y casi en el aire, con paso muy fino,
búscame en mi casa,
búscame en mis libros,
búscame en mis cartas,
y entre los papeles que he escrito apurado.
Ponte mis camisas, mi sweater, mi saco
y puedes usar todos mis zapatos.
Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama,
y cuando haga frío, ponte mis bufandas.
Te puedes comer todo el chocolate
y beberte el vino que dejé guardado.
Escucha ese tema que a mí me gustaba,
usa mi perfume y riega mis plantas.
Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima,
corre hacia el espacio, libera tu alma,
palpa la poesía, la música, el canto
y deja que el viento juegue con tu cara.
Besa bien la tierra, toma toda el agua
y aprende el idioma vivo de los pájaros.
Si me extrañas mucho, disimula el acto,
búscame en los niños, el café, la radio
y en el sitio ése donde me ocultaba.
No pronuncies nunca la palabra muerte.
A veces es más triste vivir olvidado
que morir mil veces y ser recordado.
Cuando yo me duerma,
no me lleves flores a una tumba amarga,
grita con la fuerza de toda tu entraña
que el mundo está vivo y sigue su marcha.
La llama encendida no se va a apagar
por el simple hecho de que no esté más.
Los hombres que “viven” no se mueren nunca,
se duermen de a ratos, de a ratos pequeños,
y el sueño infinito es sólo una excusa.
Cuando yo me vaya, extiende tu mano,
y estarás conmigo sellada en contacto,
y aunque no me veas,
y aunque no me palpes,
sabrás que por siempre estaré a tu lado.
Entonces, un día, sonriente y vibrante,
sabrás que volví para no marcharme.
12 comentarios
Juan Alberto del Río Guinea -
Manés del Cura me dijo este verano que estabas prejubilado, deduzco que por motivos de salud. Pues ánimo y al toro. Un fuerte abrazo extensivo a otros compañeros que quizá se acuerden de mí.
Guinea.
Carlos-Bañugues -
Necesitaba un tiempo para amortiguar la angustia de los días pasados.Necesitaba daros las gracias a todos los que os habéis dirigido a mi y los que,a través del Blog,me ayudásteis a pasar un trago,para mi,muy amargo.
Os doy mil gracias por el interés de mi persona además de la de Marcelino.Sois muy generososcon vuestras palabras siempre inmerecidas.Os aseguro que,cualquiera de vosotros,hubiérais hecho tanto o más por el hermanín.No ha sido muchomás que teneros informados y contaros lo que nos hemos querido.No siento que se haya ido definitivamente;le tengo en la memoria tan a menudo,que me parece que le tengo al lado.
También os doy gracias por la despedida tan afectuosa que le regalásteis al "hermanín".Yo me quedé encantado de vuestros sentimientos,lágrimas,emociones.Se merecía eso y mucho más(aunque no había otras posibilidades).
Ahora he tomado el relevo en la atención a mi cuñado Pedro(que está pasando por el mismo trance).Está muy delicado e ingresado.Se irá pronto y mi hermana pequeña necesitará mucho ánimo.
Aún no hemos visto a Conchi y Marce porque no les ha dejado solos la familia.Saben que nos tienen cuando quieran y,eso,me tranquiliza.
Os diré que estoy muy ocupado y que me disculpéis por entrar un poco tarde.
Desde este lugar,quiero mandarle a Cesar Pintado todo mi afecto y mi pésame porque perdió a una hermana y cuñado el día de Navidad en un trágico accidente de intoxicación de muchos familiares que estaban celebrando la festividad.Me enteré hace unos días por benavente y Medina(chicos de años posteriores con los que teníamos relación el hermanín y yo).Acabo de ver cómo entran a darle el pésame a la familia y él está pasando lo suyo.Eres un gran tipo,Cesar.Alguno de aquellos años como Benavente vinieron a despedir a Marce.Otros llamaron con espíritu angustiado(Medina,Hurlés,el insigne calegorano Tomás Cámara,Pascual...)Somos un montón de chicos los que nos hemos rendido ante la figura del querido Marce.
Las chicas habéis sido absolutamente delicadas y he sentido vuestro pesar a la pardel mío.Muchas gracias por todo,chicas.
Os debo mucho como para que esperéis algo similar de mis posibilidades.Gracias por vuestro amor demostrado.
Sabéis que os quiero de verdad.
Carlos.
cesar pindado -
Santos S. Santamarta -
Como aquel que parece tener prisa
nos dejaste temprano, compañero.
Te nos fuiste veloz por el sendero
al azul de la luz y de la brisa
Mas, no del todo ausente, tu sonrisa
se nos hará en el alma sonajero
desde este cruel y despiadado enero
que nos puso un crespón en la camisa
El manto del olvido ni un instante
logrará rozarte con sus flecos
de fría oscuridad. En adelante
habrá en nuestro recuerdo-amigo huecos
que alojarán, sonoros, tantos ecos
de tu voz, tu guitarra y tu semblante
fernando muñoz box -
Por eso ahora quiero enviaros a todos mi pésame, mis sentimientos, mi pequeña solidaridad, mis abrazos.
TUÑÓN -
En esta iglesia de Santo Domingo en el año 1,956 me trajo mi madre desde las cuencas mineras donde vivíamos a oír misa y al final presentarme al celebrante que no era ni mas ni menos que el P. Eulalio Calzón entonces prior aquí en Oviedo y a punto de incorporarse a La Virgen del Camino,mi madre y El P. Calzón eran primos carnales y hacía tiempo que tenían decidido que yo fuera Dominico.
Aquí fue mi primer contacto con La Virgen del Camino y ahora estaba despidiendo a un Amigo que los dos estábamos ligados a Santo Domingo.
Lo he pasado muy mal durante la ceremonia por todas esas coincidencias .
A Marcelo y Conchi todo mi apoyo en estos momentos dificiles y la esperanza que pronto o temprano nos reunamos todos de nuevo.
TUÑÓN
Mariano Estrada -
Desde que Carlos Bañugues me llamó para decirme que estabas muy mal, he pensado en ti más de lo que nunca hubiera podido imaginar. A pesar de la tristeza propia del acto, me hubiera gustado mucho acompañarte en esa última hora de dolor y de melancolía, como han hecho tantos de nuestros compañeros. No pudo ser. Así que, poco después de las doce y media del lunes, llamé a Carlos para que te diera el último abrazo y me sumara a las manifestaciones de amor y de dolor que estaban recibiendo tu mujer y tu hijo.
Faltaban pocos minutos para la una cuando me despedí de Carlos, insistiendo en los abrazos y las condolencias con una voz apagada. Finalmente, colgué el teléfono y, ya en silencio, me puse a leer este poema que, como tú bien sabes, escribí tras la muerte de mi madre.
Mi mejor deseo es que, además del cariño de los seres queridos, te acompañe siempre la poesía y música.
Mementos
Los altos cirios, las coronas
nimbadas de los ángeles,
las músicas de Bach y Palestrina,
los trémulos sollozos, la oración,
el negro catafalco...
Van cayendo las hojas
sobre el barro vencido del crepúsculo,
en tanto que el dolor,
entrecortado y lento,
responde a un interludio de campanas
gravitadas en muerte.
Los mementos se agolpan en los labios
callados de la piedra, y en el polvo
desnudo de esta carne última
que huye de la luz
por torrenteras de ceniza.
El grillo de las hojas adelgaza
los cantos gregorianos
y el hisopo rocía los barnices
asépticos que cubren la memoria...
Confines del otoño. "Requiem
aeternam dona eis, Domine".
La cruz, el mármol, los inciensos...
Misereres de amor, sobrepellices
de cera derretida, llantos, penas,
crisantemos de luz y de granito...
Como gotas de paz,
como estertores ácidos de lluvia,
van cayendo las hojas del dolor,
las de la savia interferida,
las que miran el barro desde un
velo de luz desesperada.
Mariano Estrada
Pedro Sánchez Menéndez -
Maribel -
Quiero deciros que esta muerte me ha calado muy dentro, ya que a Marcelino le he considerado siempre una persona muy especial, sobre todo después de su relato (ya sabéis todos a qué me refiero). Me identifico mucho con él; me hubiera gustado conocerle personalmente, pero no ha podido ser. Espero conocer algún día a Conchi y a su hijo y poder charlar un poquito con ellos de la impresión que siempre me había causado este hombre.
Ahora sólo puedo decirles que estén siempre juntos y que aunque su hijo tenga que hacer su vida como persona joven que es, que no se olvide nunca de esa madre que tendrá muchos momentos en los que se sienta sola, aún cuando tenga mucha gente alrededor. Ya nunca podrá oir en directo ese "te quiero" de alguién a quien ella adoraba y admiraba mucho. Por eso es deber de su hijo estar pendiente en todo momento de ella porque nadie, ni tan siquiera él, podrá suplir el hueco que ha dejado en su vida la muerte de su marido.
Gracias por acordaros de José Manuel en la celebración, me llena de orgullo. Ya estarán los dos juntos.
Yo creía que después de todo lo ocurrido en nuestra familia, dejaría de contactar con vosotros, pero ya véis, aquí sigo dando la lata. No soy capaz de esconder mis sentimientos, necesito expresarlos. Ahora me quedo más tranquila, después de hablar con vosotros.
Besos a todos, especialmente a Conchi y a su hijo.
Maribel
Froilán Cortés -
Te miré un buen rato, pero no te diste cuenta. Estabas profúndamente dormido. Rodeado de mil flores. Qué digo mil! Mil miles de flores. Y todas con su dedicatoria. Tú no las viste. Estabas dormido, pero creeme. Había muchas. Muchas y muy hermosas. Hasta un gran ramillete de forma circular que ponía
"DE TODOS TUS HERMANOS DEL CAMINO".
Mientras te miraba, pensaba (porque hay veces que hasta soy capaz de pensar) que mucha gente no entendería esa frase de TODOS TUS HERMANOS DEL CAMINO. Pero Conchi y Marce, si la entenderían. Seguro que sí. Y muchos hermanos, de los del Camino, ya sabes, tambien.
Hablé con tu hijo, y me contó cosas tuyas, de cuando él era pequeño, y tú le contabas cosas del colegio, muchas cosas del Camino. Y que en estos últimos años, le fuiste poniendo caras con fotos, a aquellas "batallitas" que le habías contado cuando su niñez.
Y mientras hablábamos, tu sonrisa estaba en su cara. Es clavadito a tí. Y estaba tan arropado por sus amigos, como tú por tus hermanos del Camino.
Y tambien hablé un buen rato con Conchi. Es fuerte la condenada. Muy fuerte. Pero el dolor de sus entrañas se veía por sus ojos.
Tengo miedo a mañana, Froi. Tengo miedo a emocionarme más de la cuenta en la misa. No te preocupes, Conchi. Eres fuerte. Echale cojones.
Ay Froi, si supieras los que le estoy echando!!!
Y llegó la hora de la misa, y el que no echó cojones fuí yo. Y Conchi me miraba, y hasta se reía.
Es fuerte, Marce. Y más que se tendrá que hacer, supongo, porque el agujero que has dejado, puffffffffffffff.
Y me volví a León. Y otros se volvieron a Madrid, Santander, Pamplona, Coruña, Valladolid, Salamanca,...., a muchos sitios. Hay que seguir, ya sabes. la crisis, los hijos, la vida. Y me volví con mucha pena. Pero tambien con mucho orgullo por tí. Ni te imaginas todo lo que te quiere tanta gente, de tantos lugares!!!
Bueno, Marce. Solo te quería poner unas letras, y me ha salido un buien rollo, aunque supongo que ahora tendrás tiempo para leernos y atendernos a todos.
Yo, me quedo tranquilo porque sé que ya se te han disipado los temores a lo de despues. Era para tanto? O quizás, merece la pena?. Ojala pudieses contarnos, verdad?.
Un abrazo, amigo. Te quiero.
19 de enero de 2010 02:07
mariángeles -
Cristina -