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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

CALERUEGA 22 A 24 SEPTIEMBRE - Crónica por Javier Cirauqui )1ª parte)

CALERUEGA 22 A 24 SEPTIEMBRE - Crónica por Javier Cirauqui )1ª parte)

ACLARACIÓN O PROEMIO A ESTAS CRÓNICAS.-

Y por mucho que se empeñen

No os vais a librar de mí.

Pensaba alguno, tal vez,

Que la crónica dejaba,

¡Voto a Bríos!, no es así,

Pues, no caerá esa breva.

Pasaba que el día tres,

A las doce de la noche,

Ya se me acababa el plazo

Para entregar un trabajo,

Que tenía retrasado

De Teoría del Arte,

Que de melancólicos trata,

Del Siglo de Oro Español,

De Saturno y bilis negra.

Y andaba un poco tocado,

Pues el tiempo me apremiaba

Y prefería acabarlo,

No fuera que hablara lenguas,

A lo tonto y a lo bobo

Y se rompiera mi cuerpo,

Cual Licenciado Vidriera,

O en un rocín cabalgando

Por la calle de Estafeta,

Fuera caballero andante,

O de la Triste Figura

Y atacara mil molinos

Como si gigantes fueran,

Hechos de cartón y piedra,

Y a los toros espantara

Como a un rebaño de ovejas,

Y con la Iglesia topara

Por cuesta Santo Domingo.

Dejada ya la locura,

La tristeza de estos días.

Volvamos a la cordura

Y escribamos estas crónicas

Del Encuentro en Caleruega.

 

 

ENCUENTRO EN CALERUEGA, CUNA DE  SANTO DOMINGO, FUNDADOR DE LA ORDEN DE PREDICADORES Y LUGAR DE NOVICIADO DE MUCHOS DE MIS COMPAÑEROS,  SIENDO MAESTRO DE NOVICIOS EL “PAPEDRO”. VIDA Y GOZOS DE ESTE GLORIOSO VIAJE Y DE SU HOMENAJEADO,  AL ESTILO DE VIDA Y GOZOS DE SAN COSME Y SAN DAMIÁN  DE LA COLEGIATA DE COVARRUBIAS.- 

JORNADA PRIMERA.-

Desde Burlada a las cuatro,

Javier Medarde, Isabel,

Iturgaiz, Javier Cirauqui,

Bien guiados por Domingo,

Camino de Caleruega

Partimos con gran placer.

 

Dejamos atrás Burlada,

Villava, Ansoain, Berriozar,

Y la ciudad de Pamplona

Se asoma por sus murallas,

En su balcón panorámico

Queriéndonos saludar.

 

Bajo los montes de Ezcaba

Y el fuerte de San Cristobal,

Cogemos ya la autopista.

Irurzun, las Dos Hermanas

A un lado vamos dejando.

Y entramos en la autovía

Que nos lleva hasta Vitoria

Por caminos de Navarra.

 

Huarte Araquil y Lacunza,

Echarri Aranaz,  Alsasua,

La Barranca, La Burunda,

Hoy llamadas La Sakana.

A ambos lados nos abrazan,

Sierras de Aralar y Andía,

San Donato y San Miguel

Cada uno en su sierra habita.

 

Ya nos vamos de Navarra,

El último pueblo Ciordia.

En Álava aterrizamos

Y llegamos a Agurain,

Salvatierra antes llamado.

Circunvalamos Vitoria,

Rondando su periferia

El Condado  de Treviño,

Miranda de Ebro y su río,

Sus puentes atravesamos.

El monumento al Pastor

Nos habla de viejos tiempos,

De ovejas y de cañadas

De pastos y de rebaños.

 

Nos topamos con Pancorbo

Y su gran desfiladero,

Debajo el pueblo se extiende,

Entre rocas bajo el cielo

Y aves surcando en el aire,

Que divisan a su paso

Las vías y un tren llegando,

Con su columna de humo,

Sobre máquina flotando,

Como en el cuadro famoso

De Darío de Regoyos.

A continuación pasamos

Por el pueblo de Briviesca

Del que todos recordamos

Sus buenas garrapiñadas,

Que en el tren nos anunciaban,

Y algunas horas más tarde

De Astorga las mantecadas.

 

El camino se hace corto,

Pues vamos siempre charlando,

Aunque Medarde, me dice,

Que yo hablo como por diez,

Cuando los recuerdos brotan

De mi despoblada sien,

Y no le dejo expresarse

Como quisiera ¡¡pardiez!!

Y Domingo me reprocha

Que con mi juego de manos

Le entorpezco la visión

Y si le tapo la vista

Nos daremos un fostión.

Por eso yo me arrepiento

Y a los dos pido perdón

Por acapararme entera

Toda la conversación

Y entorpecer sin querer

Una buena conducción

 

A lo lejos se divisa

De Burgos la silueta

Con su hermosa catedral,

Y una señal nos indica,

Dirección de la Cartuja

Y la otra de Gamonal.

Y más tarde nos anuncian

Las rutas que llevó El Cid

En su destierro forzado

Hasta Valencia seguir.

 

Por las tierras castellanas

Entre campos avanzamos,

Viñedos y labrantíos

Se agolpan en el camino,

A la derecha e izquierda

Se van sucediendo pueblos

Con iglesias y espadañas,

Torreón en lontananza

Y los variados colores

De los campos de labranza.

La sed azota la tierra

Y se nota la sequía:

“El ciego sol, la sed y la fatiga.

Por la terrible estepa castellana,

Al destierro, con doce de los suyos

-polvo sudor y hierro, el Cid cabalga.”

Versos de Manuel Machado,

Que de niños recordamos.

Y en las clases y academias

Muchas veces recitamos.

 

Camino Aranda del Duero

Ligeros nos dirigimos,

Y sin llegar a esta villa.

Giramos hacia la izquierda.

Y entre pueblos y bodegas,

Vamos a Gumiel de Izán,

Haciendo zigzag  ginkana.

Una iglesia muy imponente

Su silueta destaca,

Dicen que en este pueblo

Ha  nacido Juana de Aza

Y vivió Santo Domingo

Varios años de su infancia.

Tres decenas de kilómetros

Separan de Caleruega,

Vemos algún pueblo más,

Domingo y Javier me dicen,

Que empiezan a recordar

Los lugares que pasamos.

La sequía a ambos lados

Varias curvas y llegamos

Al pueblo de Caleruega,

Destino de nuestro viaje.

 

Una Peña con la cruz,

Que a la noche se ilumina,

Sobre una roca subida,

Que se ve por todo el pueblo

Y su imagen nos domina.

Doblando la curva aparece

La Plaza de Caleruega,

La Iglesia San Sebastián,

Bajo la Peña San Jorge,

Principios del siglo doce,

Inicialmente románica

Y primera sepultura

De la Beata Juana de Aza,

Madre de Santo Domingo

Y donde fue bautizado

Nuestro padre fundador.

Esta pila bautismal,

Fue trasladada a las monjas

Del Monasterio del pueblo,

Que el Rey Alfonso fundó.

En el mil seiscientos cinco

Se trasladó hasta Madrid,

Monasterio Dominicas

De Santo Domingo el Real.

Aún se bautizan en ella,

Los príncipes y princesas

De la familia real.

 

Convento de Santo Domingo,

Torreón de los Guzmanes

Y al fondo el Real Monasterio

De las Madres Dominicas.

Bar de la Plaza, Bodegas

Y el pueblo al frente, a sus pies.

 

Mientras escribo estas crónicas,

 Creo poder relatar,

Todo lo que voy a ver,

La historia, los edificios,

Las personas y las gentes

Y todas las sensaciones,

Encuentros, conversaciones,

Que en estos próximos días

Se van a ir produciendo.

Vayamos pues al momento

Del inicio de este encuentro.

Junto al Convento aparcamos,

 Siete menos veinte son

Y desde el coche ya vemos,

Numerosos compañeros.

Jesús Herrero y Vibot,

Con sahariana el primero

Y un gran sombrero de paja,

Como si fuera un arqueólogo

De excavaciones de Egipto,

Y películas de Indiana.

El segundo está enfrascado

Con su teléfono móvil,

Padre José Luis Martín,

Bibliotecario mayor,

Que a sus cumplidos noventa

Bien parece un serafín,

Ángel guardián de los libros,

En hebreo y en latín

En francés y en castellano

Y quizás en guaraní.

Es un sabio entre los sabios

De la cultura adalid.

Padre José Antonio Lobo,

Que anduvo en aquellos años

En las selvas del Perú.

Padre Pedro en su homenaje,

Que a sus años se conserva,

Más tieso que un ajo dicen.

Con la cabeza bien puesta

Y su lucidez tranquila.

Qué gozada saludarle,

Al que fue Padre Maestro,

Noviciado en Caleruega

Y director en León.

Teófilo Velasco aparece,

Con su hermano que es menor

Que estuvimos en Villava,

Juntos, según él me indica.

El Pitu con su señora,

Curso del cincuenta y nueve,

Glorioso cuanto los haya,

Alumnos  adelantados,

Alegres, dicharacheros,

Simpáticos, delicados,

Los más majos y preclaros,

Del Colegio en nuestros días.

En una gran diligencia,

De una negra silueta

Nos aparece imponente,

El Llanero Solitario,

Su pueblo se llama Llanos,

Si yo mal  no lo recuerdo.

Se apea de su montura

Y ante mis ojos atónitos

Se me aparece su altura,

De un gran número de pies

Ensalzando su figura

Con un pañuelo anudado,

Alrededor de su cuello

Y unas botas sin espuelas,

Tampoco lleva revolver,

 Si lleva mariconera.

Aparca su diligencia

De manera inapropiada

Y no deja circular

A un pequeño carromato,

Que avanza por la pradera,

Conducido por Paulino,

Vaquero de Caleruega,

Que asoma a la ventanilla

Mostrando enojo y enfado,

 Pues ni Argüeso ni nosotros 

Facilitamos su paso,

Más aunque le sonriamos

Se marcha muy cabreado.

Alfonso Losada y esposa

Me saludan cariñosos

Como si me conocieran

Y nos hubiéramos visto

Todos los días del año.

Alberto Alonso encontrado,

De Torrelavega oriundo

Que desde Francia ha venido,

En avión hasta Madrid

Y con un coche alquilado

Se ha presentado hasta aquí.

Marta, Manolo y señora

Que como siempre saluda

Con cariño y efusión,

Como bien le corresponde

Por llamarse Manolón

Saludo a Ramón Pajares

Que en sexto fue de mi curso

Y en dos mil siete lo vi.

En plaza y alrededores,

Veo a muchos compañeros,

Que luego los nombraré.

Distingo a primera vista

A Cícero e Ignacio Manso,

El Javier Martín charlando,

Su prodigiosa memoria,

Al aire va demostrando.

Bañugues y su mujer,

José Fernando y su hijo

Y su señora también.

Baldomero y su mujer,

Que acampan en las afueras

En una rulotte viajera.

Daniel Orden Santamarta,

Al orden nos va llamando

Lo mismo que Cascajares,

También Gerardo Barrado,

Que organizan este encuentro,

Nos llevan hasta el convento,

Para ir distribuyendo,

Las camas y habitaciones,

Donde vamos a hospedarnos.

 

Entramos en portería,

De acristalada oficina

Donde Fray Montes vigila,

Las entradas y salidas.

Libros, recuerdos, rosarios,

Regalos de la visita.

Torcemos a la derecha

Y un pasillo atravesamos,

A su paso está un museo,

Con obras del Padre Salas.

Al llegar al ascensor

A la izquierda divisamos

Un curioso panteón

De estatuas policramadas,

De un tal artista Romero,

Son personajes y santos

De la Orden dominicana,

A los que siguen también,

Por este largo pasillo

Cuadros, estatuas, figuras,

Que imponen en la penumbra

Y quizás desasosiegan.

Junto al ascensor, mosaico

Del Padre Domingo Iturgaiz.

Subimos al primer piso,

Y en un ancho y largo pasillo

Están las habitaciones.

Cada una tiene un nombre,

De un personaje de la Orden,

Alberto, Santo Tomás,

Bartolomé de las Casas,

Alonso Cano, Vitoria.

Mi habitación es la treinta,

Está al final del pasillo.

Se llama Humberto de Nermans

El Quinto Padre Maestro

 De la Orden Dominicana.

No es porque lo conozca,

Sino porque lo he leído

En un libro que he encontrado,

En la mesa de mi celda

Donde explica las historias

De todos sus personajes,

Y otro de Iconografía

Del Padre Domingo Iturgaiz

E historia de una Beata

De las tierras castellanas.

Mapas y propaganda

De Caleruega y su zona.

La habitación está bien,

Con su mesa conventual,

Su ducha, armario y lavabo

Y su enorme ventanal.

 

Perdonadme  la turrada,

Que os he dado hasta el momento.

Y vayamos a la calle

 A despejar la cabeza.

Desandamos el camino

Y por los mismos pasillos

Que vinimos a la ida,

Recorremos a la vuelta.

El mausoleo intrigante

Me mira con insistencia.

En una sala de al lado,

Sala de Santo Domingo,

Daniel Orden y Barrado,

Cascajares y algún otro,

Sentados en una mesa,

Nos cobran y les pagamos.

Son los noventa y cinco euros

Por los dos días completos

De estancia en este convento.

No recuerdo si esta escena

Fuera más bien por la tarde,

O ya después de cenar.

Pero sea cuando sea

Me siento bien al pagar.

Pasando por portería

Vamos saludando a gente,

Fernando Alonso y Abad,

 Ezequiel y su señora

Y ya en la plaza encontramos

A Javier Martín de Pablos

Y también a su mujer,

Javier Muñiz, El Ministro,

 Que a su mujer acompaña.

Yo con esto de los cónyuges

Se me hace la picha un lío,

Dados por citadas todas

Con mucho, mucho cariño.

Y  vuestros nombres completos  

Máximo Peña y señora,

De Caleruega vecinos.

Y Pajarín solitario.

Ramiro Castro de Corcos,

O quizás sea de Ampudia

Y su señora de Abíndano,

O de algún pueblo de al lado.

Las personas que no cito,

No se sientan olvidados,

Que a través de las tres crónicas

Aparecerán nombrados,

Pues las listas de Daniel,

Me lo han facilitado,

Allí se recoge todo,

Eficazmente anotado.

 

Besos, abrazos, saludos.

La plaza de Caleruega,

Es un lugar concurrido

Y en el foro del encuentro

Por magia se ha convertido.

Charlamos y conversamos,

Y como estamos sedientos

Unas cervezas pedimos.

Hablo con Manolón

Cuando estamos en el Bar,

Me pregunta por mi tierra,

Sus gentes y situación,

Pero acabamos hablando

Del encuentro y de León.

Me dice que le presta mucho,

Que yo le cite en el blog.

Será por méritos propios,

No por recomendación,

Pues motivos me dará

Cuando llegue la ocasión.

Después de animadas charlas

Con todos los compañeros,

Nos avisan que a las nueve

La cena comenzará.

Debemos estar puntuales

Dice la organización.

Con pastillero en la mano

Corremos al comedor.

Nuevos encuentros, saludos

Con cariño y con amor.

Dicen los organizadores

Que nos vayamos sentando

Nos explican el programa,

Las normas y los horarios,

Compra de libros y pagos.

Las cenas son a las nueve,

Las comidas a las dos.

Desayunos a la nona

Para empezar la función.

Las mesas son para cuatro,

Para bien organizarnos

El Padre ¿Salas? explica

Como se sirven los platos.

Como si fuera cadena

De un orquestado trabajo.

Uno recoge el primero,

Y otro retira los platos,

Un tercero trae el segundo

Y el cuarto  lo va llevando.

Lo mismo el postre y el vino.

Son pocas las que nos sirven

Y todos colaboramos.

Antes de sentarnos todos,

Saludamos y abrazamos

A quienes no habíamos visto.

Lourdes y Javier del Vigo,

Con su aparato magnífico,

De fotos se sobrentiende

Si se tiene el ojo clínico.

Y también algunos más

Que ya iremos comentando.

En esta primera cena

Los platos son los siguientes:

Sopa verduras juliana,

Con zanahorias, patatas,

Puerros y cebollica.

Merluza con gabardina

Y encima una empanadilla.

Vino de la Ribera

Y el agua de Caleruega                                                                                                   

Con un cestillo de pan

Y de postre frutas varias,

Ciruelas, malacatones

Y alguna que otra perica.

Y yogures opcionales,

Naturales y de mango.

Según Orden Santamarta

Somos seteinta dos,

Los apuestos comensales.

Sesenta y siete apostólicos

Y frailes dominicos cinco.

 

Al finalizar la cena,

Nos comentan el programa

Y dicen los que organizan

Que el mismo será el siguiente:

Las cenas y las comidas,

Según horario previsto.

Después de la cena el Viernes

Charla sobre las misiones

De Shintuya en el Perú,

Hablará Fernado Alonso,

Pues por razones de tiempo,

Pedro Rey no puede hacerlo,

Pues a Perú se ha marchado,

Por razones de los vuelos.

 

El sábado a la mañana

Visita a Clunia Sulpicia,

Gran ciudad de los romanos.

En zona de los arévacos.

Después de comer veremos.

Algunos la Biblioteca

Padre Martín como guía.

Los otros la exposición,

Con obras del Padre Salas,

Del autor acompañados.

Y a continuación iremos

A la Madres Dominicas,

Su museo, la Capilla,

Claustros y además la cripta,

Juntos visitaremos.

Después misa y homenaje

Al Maestro Padre Pedro

A la noche Isidro Cícero

Nos presentará su libro,

En clave del Santuario

De La Virgen del Camino,

Del Camino de León.

El domingo a la mañana,

Después de desayunar

Partiremos cada uno

En sus respectivos coches,

A Covarrubias o Silos

 

Una vez acabada la cena,

A la recreación vamos

En donde Fernando Alonso,

Nos va explicando el mandato

Que Pedro Rey le ha dejado

Para explicar su labor,

En la Misión de Shintuya,

Con vídeos, fotografías,

Que Pedro Rey le ha mandado.

Existen unos problemas

Para dar la conexión.

Fernando Alonso, algún otro,

No encuentran la solución

Y aparece un dominico,

Que según me dicen luego

De Caleruega es el prior.

Empezamos viendo un vídeo

De Pedro Rey en canoa,

Que boga sobre el río Manu.

A un lado se ve un guepardo,

Al otro lado se ve un caimán.

Nos presenta las misiones

De Yomibato y Shintuya,

Indígenas mashco piros,

Amazonas, Urubamba,

Maizal y Sarigueminiki

Con sus paisajes y gentes,

Y las edificaciones,

Labor de los misioneros.

Según va narrando Pedro,

Se levantan lo primero,

El dispensario y la escuela,

La iglesia y las viviendas

Y se realizan programas

Para el social desarrollo.

Parece ser que el momento

Se ha vuelto muy delicado

Para nuestros misioneros,

Pues se hará cargo el gobierno

Funcionarios y seglares.

Según nos dice Fernando

Pedro Rey no dice nada,

Pero se ve preocupado.

Ya que son muchos los años

Que los Padres dominicos

Han llevado  el Vicariato.

Yo conozco el sentimiento,

Pues en Panamá he tenido

Un hermano misionero,

Que de allí ha venido enfermo.

Agustino Recoleto

Que tras cuarenta y dos años

Ha dejado las misiones,

Y se siente muy afectado.

 

Se teme por los indígenas,

Y que las internacionales

Arrasen todas las selvas

Y el voraz capitalismo

Devore a sus habitantes.

La corriente espiritual,

Domina las religiones,

Se abandona lo social.

Y se pueblan los países

De grupos evangelistas,

Y líderes carismáticos,

 Neocatecumenales.

Interviene el Padre Lobo

Y aclara la situación,

Pues conoce las misiones,

Pues en ellas trabajó

Con mucha dedicación.

Interviene Baldomero

Y Juan Manuel, Manolón.

 

Vaya rollo os he marcado

Con esta disertación.

 

La gente va desfilando,

Hacia las habitaciones,

Algunos están cansados

Y quieren irse a dormir.

Despedidas y saludos.

Algunos van a salir.

Me acerco a la portería.

En el bar encuentro a varios,

Ignacio Manso y Bañugues,

Juan Manuel Alvarez Gonzalez,

Maximo Peña y Señora,

Daniel Orden y Mujer,

Y algunos más que me olvido.

Me tomo un gin-tonic frío,

Con su limón exprimido

Y brindo por compañeros,

Por amigos de este encuentro

La puerta sigue entornada.

Y me cuelo para dentro.

El panteón me persigue

Hasta que llego a la celda

Treinta del primer piso

Y poco a poco me duermo.

 

Hasta mañana a las nueve

Y después de esta pelmada,

Espero sigáis despiertos.

Un fuerte abrazo para todos y disculpas por haber tardado tanto.

Javier Cirauqui

11 comentarios

Javier Cirauqui -

Gracias por tus gracias, Pedro,/ me alegro que hayas pasado/ muy bien con todos nosotros./ Todos decimos lo mismo/ de haber estado contigo./
Un fuerte abrazo te damos,/ Gracias por haber venido.

Javier Cirauqui -

Gracias por lo de genial/ y también lo de precisa/ Antonio Argüeso González./ Y no puede ser concisa,/ pues mis lectores me piden/ que les cuente lo que he visto/ sin olvidarme de nada./ Pena es no poder contar/ esas atribulaciones,/que sufrió Jesús Herrero,/ cuando atravesó El Molar/ Entre tráfico endiablado,/ y a google no consultar.

Pedro Sánchez Menéndez -

Gracias, Javier, por tu crónica. No se te escapa nada. Lo pasé muy bien con todos vosotros. Me supo a poco. Abrazos sinceros para todos. Pedro

Javier Cirauqui -

En mi comentario anterior quería decir lo siguiente.
Gracias por lo que a mi atañe/ Querido Alfonso Losada/... y sigue como está...

Javier Cirauqui -

Querido Alfonso Losada,/ en el comentario que haces./
Y estoy de acuerdo contigo,/ en los valores que tienen/ Llorente y Jesús Herrero./ Un fuerte abrazo Losada/ y a tu mujer extensivo.

Javier Cirauqui -

Querido, Jesús Herrero,/ aunque parezca mentira/ tomé solo dos gin-tonics, en todo el fin de semana/ un vino, alguna cerveza.../ No me hizo falta beber/
y ver alucinaciones/ con los ovnis de Bañugues, Lourdes y Javier del Vigo/ Y ese doble que los nazis/
mandaron para expiarle,
sacarle fotografías
por casas de lenocinio/
Y así poderle culpar/ al obispo en Calahorra
de putero y mujeriego,/
por no firmar una carta/ de apoyo a Francisco Franco,/según les manda Gomá./ No sé por qué razones/ la cruz que está iluminada,/en la Peña de San Jorge/
me está pareciendo un ovni, con alas iluminadas/ y con los brazos abiertos.

Antonio Argüeso González -

Eres un genio, Javier. Genial y precisa (que no concisa :)) tu crónica. Esperamos la continuación. Pena que no puedas narrar, por tomar camino opuesto, el atasco de Jesusito. ¡A quién se le ocurre no consultar antes el trayecto con el Sr Google! De haberlo hecho, al llegar a El Molar habría desviado por la autopista que cruza el pueblo por donde se circulaba fetén. Eso sí, estás obligado a contemplar los horrores arquitectónicos del lugar. Igual es por eso que no lo hizo.

Javier Cirauqui -

Me alegro querido, Pedro,/ que mi crónica te guste,/ que lo hayas pasado bien/ con compañeros y amigos/
en las comidas y cenas,/ recordando viejos tiempos,/ visitando monumentos,/ rodeados de cariño/ por tierras de Caleruega.

P.D. No hay manera de meter los versos en este recuadro del ordenador. No sé como ampliarlo.

Alfonso Losada Vicente -

Buenas noches, a todos. Enhorabuena a los tres. Tú, Cirauqui, por la facilidad que tienes para explicarte con la poesía. Pajarín, por cómo utiliza los pinceles.
Y de Herrero, qué voy a contar, viendo cómo maneja el bolígrafo y la cámara...
Viendo a estas tres figuras,¡ Y otras que hay ocultas..! Yo, no puedo menos que decirles: Gracias, campeones. Seguid deleitándonos con vuestras HABILIDADES.
Un fuerte abrazo, y, que continúe la fiesta. Losada

Jesús María Herrero Marcos -

Vale Javier, ya veo que estás durmiendo la mona del gintonic. Supongo que despertarás y seguirás largando mañana a primera hora. Estoy esperando, sobre todo cuando cuentes lo de los ovnis del Bañugues. Explica bien lo de las colas de lucecitas de colores que a mi me tuvo ocupado toda la noche. Besos con la condición de que te afeites antes.

Pedro López Llorente -

Muy guapo todo, Cirauqui. La verdad es que lo pasamos genial, por estar con muchos compañeros, comentar y recordar muchísimas cosas, ver obras de arte, recorrer muchos lugares. En las comidas y cenas lo pasábamos muy bien, no sólo comiendo sino hablando de grandes recuerdos. En fin, todo muy bien, yo lo pasé genial.