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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

FALLECE FRAY JOSÉ MANUEL SORIA HEREDIA

FALLECE FRAY JOSÉ MANUEL SORIA HEREDIA

Nuestro compañero Luis Heredia me informa del fallecimiento de su primo Fray José Manuel Soria Heredia.

Fray José Manuel era tío carnal de Carlos Soria Tosantos y hermano de D. Florentino Soria Heredia, el que nos llevaba al Colegio las películas de los domingos.

Descanse en paz.

Portada de uno de sus libros sobre las Misiones en Perú donde estuvo muchos años.

 


25 comentarios

Nacho Rubiera -

Un abrazo sentido a toda la familia Soria Heredia. José Manuel ha sido una figura admirada y querida en nuestra casa. Compartimos con el muchas cosas; cine y teatro, charlas inolvidables, partidas de tenis, viajes a Gijón, largas jornadas de edición de sus libros, celebraciones de boda y funerales...y hasta conté con el y con Carlos y Fernando como modelos en mi plató. Su desaparición, sin ruido, deja un enorme hueco y una memoria imborrable. Hizo un trabajo inmenso en Perú, pero a su regreso supo ayudar también a los "salvajes" de aquí. Todavía conservo sus tarjetas de "especialista en casos difíciles" con las que se ganaba a la gente. Se ha ganado el mejor de los descansos.

Maxi Olóriz -

Gracias, FernandoBox. Date también por virtualmente abrazado .
Como él llevaba varios años en Villava, somos nosotros los que hemos visto más de cerca el progresivo deterioro de la salud de José Manuel. Ya hacía medio año que prácticamente no nos reconocía, ya que sufría de Alzheimer, lo que le hacía ser menos consciente de ese deterioro y con ello sufrir menos.
Hace unos días me comentó Luis Antonio Heredia que José Manuel fue uno de aquellos misioneros que, procedentes de Puerto Maldonado, nos visitaron y nos dieron una charla en el salón de actos de La Virgen del Camino. Recuerdo la anécdota pero no le relacionaba a él con ninguna de aquellas visitas, ni tampoco llegué a hablarlo nunca con él.
Descanse en paz

fernando muñoz box -

A pesar del confinamiento, no he abierto el blog en más de un mes.
Y por si faltaban malas noticias del dichoso virus, me encuentro con tres muertes que me afectan, por compañerismo y por edad.
El P. Casado fue del curso siguiente al mío, y por tanto del de mi hermano. Así que le conocí hace 68 años. Era entrañablemente inocente. Volví a convivir con él en La Virgen.
Fue entonces cuando conocí al P. Cura, segundo de esta triste lista.
A las familias de ambos quiero enviar la expresión de mis sentimientos.
El tercero es el P. José Manuel Soria. Es curioso que es con quien menos he tratado de una familia a la que he tratado y querido muchísimo.
El P. Carlos Soria, su hermano, fue profesor mío de Ética en Las Caldas, pero por lo que influyó en mí fue por su formación literaria que nos transmitió, por su humanidad y por tantas cosas.
A los Soria Tosantos, ambos hijos de Florentino y Alicia, les conocí en La Virgen. Carlos era de los últimos cursos entonces y tuve menos contacto con él. Pero con mi tocayo Fernando tuve un especial contacto, mientras estuvo en la Virgen, donde fue mi alumno en algún curso, y después cuando dejó el colegio y le encontré en Madrid mientras yo estudiaba Física. Su muerte me dolió de tal manera que aún hoy se me saltan las lágrimas cuando le recuerdo.
Aquí en Valladolid recibimos en mi casa varias veces a Florentino con Alicia, seres maravillosos.
Una hija de ellos, Alicia, está casada con Máximo Olóriz. Desde aquí les envío todo mi cariño.
Ahora quiero enviar desde aquí un abrazo al P. Pedro, porque debido a que la señora muerte nos respeta y hasta el virus no quiere nada con nosotros, el alcanzar ciertas edades nos hace ser testigos de cosas que nos afectan dolorosamente. Que Dios nos ampare...

Rafael Menéndez -

Cuando lo visitamos en Pamplona recordamos cosas pasadas juntos cortadas a veces con un "El caso es que vuestra cara me suena"; ya sufría esos estragos de la memoria. Un gran tipo implacable en el tenis. También creo que se hizo un nombre recomponiendo parejas rotas. Un amigo y un ejemplo de vida entregada a los demás.

J. M. de Pablos -

Mi más sentido pésame a toda la gran familia Soria y condolencias a la dominicana.
Luis un abrazo.
D.E.P.

Joaquin Urbano -

Mi pesar por la extinción de esta saga religiosa tan preeminente en la orden Dominicana y, en especial, a Luis Heredia. Descanse en paz Fray José Manuel Soria Heredia.

Antonio Argueso Gonzalez -

Mi más sentido pésame a la amplia familia. Fui compañero de curso de Carlos y discípulo de Las Caldas otro Carlos Soria. Y recuerdo ¡cómo no! la iniciación que tuvimos al cine español gracias a Don Florentino. Que la tierra sea leve.

José Antonio -

Para completar a Isidro, creo recoerdar algo así como:
Mañana en un frágil barco
me he de engolfar en la mar,
daré un adiós a mi patria,
el último adiós quizá.
Por si Dios quisiera que no vuelva más
el corazón te dejo, oh Virgen celestial.

Un saludo enorme para todos.
Con Luis Heredia pude hablar ayer.
Gracias a José Manuel Soria por su vida entregada y su alegría.

Pedro Sánchez Menéndez -

Siento mucho la muerte de José Manuel Soria Heredia. Estaba ya muy deteriorado desde hacía años y se encontraba en la enfermería de Villaba. En las últimas celebraciones que tuvimos hace ya algunos años con motivo de la muerte de Florentino Soria y más tarde de su esposa Alicia, ya Jose Manuel no apareció debido a su enfermedad. Tuve que suplirle yo en ambas celebraciones. La historia de mis relaciones con la familia Soria es ya muy antigua. Cuando yo me quedé huérfano de padre a los 6 años de edad, allá por el año 1931, D. Florentino Soria, Director de la Academia Hispano Americana en el mismo Gijón, le ofreció a mi madre la posibilidad de que yo estudiase en la Academia gratuitamente. Ese fue mi primer contacto. Allí conocí a Florentino (hijo), a Carlos, Fernando y José Manuel Soria. Yo pertenecía al curso de Fernando. En la familia había un tío dominico que fue el desencadenante de que Carlos, Fernando y José Manuel terminasen en la Escuela Apostólica de Corias. Ellos fueron los que me invitaron a mí y me convencieron para que ingresase con ellos en Corias (José Manuel ingresó más tarde). Fue en el año 1938, en plena guerra civil.
La relación con Luis Antonio Heredia y Ángel Torrellas Heredia es evidente por el apellido Heredia. De la familia Soria que os pueda interesar por curiosidad, queda un Carlos Soria Tosantos, que pasó por el noviciado también, pero hoy vive casado en Madrid. Fernando Soria Tosantos (hermano de Carlos), que fue novicio mío y conocido de muchos de vosotros, murió en Madrid después de salir del Noviciado, cuando yo me encontraba en México. Como veis, mis relaciones con la familia Soria, Heredia, Torrellas, han sido muy intensas. Por último os cuento, que al llegar yo de México, quise reciclarme durante un curso en el Instituto de Pastoral, que la Pontificia de Salamanca tiene en Madrid, y allí me encontré de Secretaria del Instituto a una hermana de Ángel Torrellas, conocida desde la infancia en Gijón y que vive todavía en su vivienda de Madrid.
Lo que más admiro de José Manuel es su trabajo durante tantos años en la Selva Amazónica del Perú. Es su corona.

Isidro Cicero -

De repente he recordado una canción que de vez en cuando cantábamos todos. Decía así:

Mañana en un frágil barco
Me he de engolear en la mar.
Date un adiós a mi París
El último adiós quizá.

Daniel Orden -

Mis condolencias a los familiares y a sus compañeros dominicos.
Descanse en paz.

Devesa -

Luis, sé que hoy estarás triste y apesadumbrado.
!Cómo recuerdo las diapositivas que dice Molpe allá en el Perú salvaje, Cochabamba, el río Urubamba y "los salvajes" con taparrabos.Siempre me pareció que lo más de lo más era admirar a esos misioneros, predicadores de la fé cristiana, enfermeros y cuidadores, entre los nativos, arriesgando sus propias vida. Me emociono al recordar sus vivencias, y o bien su fé era inmensa a la par que los tenían bien puestos...
Abrazo cercano para Luis y mucho ánimo y fortaleza para los allegados de la familia Soria y Heredia.

PD.Recuerdo hoy con mucho cariño a Carlos y a Fernado, con quien compartí muchos asuntos.DEP.

Carlos Jiménez Cuervas-Mons. -

Siento la muerte del P. José Manuel, dominico y misionero. Desde el Cielo, seguro que vendecirá aún más a esa gran familia Heredia. Descanse en Paz.

Fernando Alonso Díez -

Mi pésame a la familia en la persona de Luis Heredia y a la familia dominicana en la persona del PPedro.
DEP.

MOLPECERES -

SIENTO EL FALLECIMIENTO DEL P.JOSE MANUEL SORIA A QUIEN NO TENGO IDEA DE HABERLE CONOCIDO, AUNQUE ME ACUERDO PERFECTAMENTE DE LAS DIAPOSITIVAS E HISTORIAS DEL PERU QUE NOS CONTABAN, ENTRE OTROS EL PADRE NARANJO.
QUE DESCANSE EN PAZ Y NOS ECHE UN VISTAZO DE CUANDO EN CUANDO PARA MANTENERNOS EN EL CAMINO CERTERO. UN ABRAZO LUIS Y FAMILIA SORIA.

Marcelino Iglesias -

Mi condolencia a las familias Soria y Heredia. Y un abrazo para ti, Luis.

Luis Heredia -

Gracias a todos en nombre de la familia por vuestras muestras de cariño.

Andrés Martínez Trapiello -

No tuve trato con él, pero Luis me lo has ilustrado muy bien.
Lo siento.
Un abrazo

Juan A. Iturriaga -

Quiero acompañar en el sentimiento a las familias Soria y Heredia.
No conocí al P. Soria, aunque sí tuve cierta cercanía con Fernando Soria, y me acuerdo mucho de él.
Así es la vida.
Un abrazo a todos

Luis Heredia -

Un inciso. También era tío carnal de Fernando Soria Tosantos, lógicamente, de mi curso del 62.
Con la partida de José Manuel Soria Heredia se extingue definitivamente, hasta ahora, la saga clerical y religiosa de la familia:
- 1. Vicenta Heredia Román. Monja
- 2. José Heredia Román OP
- 3. Pura Soria Heredia. Monja
- 4. Carlos Soria Heredia OP
- 5. Fernando Soria Heredia OP
- 6. José Manuel Soria Heredia OP
- 7. Angel Torrellas Heredia OP

Los puestos 8, 9, 10 y 11 de la lista estaban destinados a ser ocupados por Carlos Soria Tosantos, Fernando Soria Tosantos, Germán Torrellas Liébana y Luis Heredia Alvarez.
Pero el destino no siempre es infalible. O los falibles fuimos nosotros, seguramente.
Realmente, creo que la OP no perdió nada con nosotros pero sí ganó mucho con los que nos precedieron. Al menos es lo que yo he escuchado desde que tengo uso de razón y de lo que me siento orgulloso.
Con todos estos antecedentes no es extraño que, al menos, nosotros lo hubiéramos intentado. O sea, que es cierto que muchos son los llamados pero pocos los elegidos. Y eso que los elegidos en el caso de la familia ya fueron bastantes.

Yo gané mucho con este intento de pertenecer a la OP y no hace falta que os lo vuelva a repetir, así en plan chulo, porque sería muy cansino volver a decir las mismas cosas desde que nació este blog.
La relación con el clero familiar fue siempre muy estrecha. En especial con el Padre Angel Torrellas, lógicamente, y con el Padre José Manuel Soria. Hasta el día de hoy me cuesta nombrarles acompañándoles del título Padre o Fray. Solamente me quedaron por conocer a José Heredia Román, mi tío y a Purita Soria Heredia, mi prima.
En mis comienzos, viví muy de cerca, a pesar de los miles de Km que separan España de Perú, el contacto con José Manuel Soria. Digamos que, en cierto modo, era mi ídolo por aquello de las Misiones. Cada vez que yo veía la hucha del Domund siempre veía a José Manuel pero en vez de con negritos del Africa, con tribus del Amazonas. Las flechas, arcos y demás utensilios tribales los tuve en mis manos a los 10 años, o antes. Era espectacular. Oir nombrar el Urubamba, Madre de Dios, Puerto Maldonado… fue para mi con esos años de los 10 a los 18 como nombrar El Piles de Gijón, Duero, Tajo, Ebro.. Era yo un listillo y para fardar preguntaba a algunos compañeros: -¿Sabes dónde está el Rio Urubamba?. –Ni idea, me respondían. – Pues en “El Perú”; enfatizaba yo rotundamente y con el artículo delante. Es curioso, del Machu-Pichu me enteré de su existencia cuando ya era yo muy mayor, seguramente estudiando Historia. Conocimos personalmente a frailes importantes de la Orden, como al Obispo Monseñor Áriz, al que recuerdo comiendo en mi casa como un cura, y es que lo era. Seglares también ( aparte, por supuesto, de los seglares de la familia, su hermana Mari Tere Soria y cuñado Eduardo Lamana, que se fueron a Perú con sus dos primero hijos, de 2 y 1 año de edad, aproximadamente).
Digamos que José Manuel fue en aquellos años el fraile aventurero de la familia que se había ido en 1.953 a evangelizar a los salvajes. Yo no sabía lo que significaba evangelizar ni cuando tuve uso de razón, poco, claro, pero sí sabía lo que eran los salvajes porque me enseñaban fotos de José Manuel en el que el propio pie de foto decía literalmente: “En ésta, José Manuel rodeado de salvajes”. Con el tiempo ya me di cuenta que no eran tales a pesar de haber escuchado de su viva voz, de la de José Manuel, que a más de un europeo, bueno, digamos misioneros o extranjeros para los originarios del lugar, se los habían cargado. Lo de evangelizar ya lo aprendí posteriormente pero me costaba trabajo asimilar si el riesgo de perder la vida compensaba con convertir al cristianismo a “unos salvajes”.
En 1.963, pasados ya 10 años de su marcha, retornó a España. Su vuelta fue una alegría, una fiesta para toda la familia y sobre todo un alivio para su sufrida madre, mi tía Amparo, que ya había sufrido en circunstancias trágicas la muerte de tres de sus nueve hijos en plena adolescencia.
Fue en ese año de 1.963 cuando yo conocí personalmente a mi héroe. Las historias vistas en diapositivas y fotos las escuché entonces de viva voz. Es curioso que en esos pocos meses de estancia repartidos entre Madrid y Gijón, haya sido cuando más cerca estuvo de la muerte por un funesto accidente de tráfico y no en Perú lleno de salvajes.
El día de autos no fue de autos sino de motos. Él, avezado conductor de motos, experiencia adquirida en Perú para moverse, le pidió prestada la Lambretta a otro de nuestros primos para hacer una gira por Asturias, aventurero él, que consistía en hacer Gijón-Avilés-Oviedo-Gijón y en la que yo iba a ir de paquete, en el argot motorista, con el preceptivo permiso de mis padres, claro está. Salimos de Gijón por la mañana, echamos gasolina dos o tres veces antes de llegar a Avilés y ya cerrada la tarde llegamos a Oviedo, no sin antes de repostar otras tres veces, donde tenía una cena en el Colegio Sto. Domingo con el resto de la Comunidad. Total, Su intención era que yo cenara también con ellos pero recapacitó y pensando en mis padres decidió llevarme hasta mi casa en Gijón. Mi madre, de zapatilla larga, se contuvo esta vez con él porque conmigo en escasas ocasiones se contenía pero me libré. La verdad es que no eran horas de devolver a un hijo de 12 años en aquella época a las 10 de la noche sin haber tenido noticias de él durante todo el día.
- “Entre paradas para echar gasolina y un par de bocadillos, se nos echó la noche encima, tía Pepita”, decía con cara de no haber roto un plato en su vida.
Después del rapapolvos, cogió la Lambretta y se volvió a Oviedo para la cena. Solamente cena pues se hospedaba en mi casa como todos mis parientes cuando iban a Gijón por cualquier motivo. De madrugada, para amanecer, llaman a mi casa para informar si una persona con hábitos blancos que dice llamarse José Manuel Soria Heredia y que conducía una Lambretta se hospedaba en casa porque había sufrido un serio accidente en la carretera de Oviedo a Gijón y se encontraba en el Sanatorio Covadonga con los huesos rotos. Parece ser que a la vuelta para Gijón, de noche cerrada, en un tramo de la carretera habían caído uno poste y los cables y poste se habían quedado atravesados en mitad de la carretera. Por supuesto, el casco no era obligatorio y la recuperación le supuso dos meses de hospitalización entre cabeza, tronco y extremidades.


Vuelta a Perú una vez recuperado y después de otra larga estancia cumpliendo con su misión decide volver a España donde comienza a interesarse por los medios de Comunicación. Finaliza la cerrera de Periodismo y desde entonces comienza una nueva etapa en su vida, su segunda vocación. Colabora activamente con los medios. Escribe dos libros interesantísimos sobre su estancia en Perú. Uno sobre su misma experiencia “ Memoria de Misión en la selva peruana” y el otro sobre la vida del Padre José Alvarez, “Apaktone”, “Entre tribus amazónicas”. Ambos están documentados sobre la base de transcripción de correos personales, relatos, encuentros y noticias en medios de comunicación. Muy interesantes porque son historia pura.

Su vida transcurrió por caminos diferentes a las de sus dos hermanos dentro de la Orden. Grandes Filósofos y Teólogos de mucho prestigio y a los que algunos de vosotros les habéis tenido de profesores.
La vida dominicana de José Manuel sin embargo fue más cercana a los que le rodearon. Digamos más comunicativo, más realista, nada dogmático. En definitiva, lo que siempre conocimos como un cura muy campechano. El Padre Pedro me decía cuando le comuniqué la noticia del fallecimiento que nunca le había preguntado a él como compañero, amigo y quasihermano por haber convivido con él y toda la familia Soria durante la infancia y juventud, por las razones de su vuelta definitiva a España ya en los 70. Es verdad que tenemos la impresión de que el misionero es más vocacional que sus compañeros. Tenemos cerca ejemplos, compañeros del Colegio o el mismo Padre Torrellas que hizo el camino inverso. Quizás tengamos demasiado arraigado que el término misionero es solamente aplicable a los que se van a “evangelizar” a los salvajes cuando realmente la evangelización la tenemos a nuestro lado o salir para ayudar a los desprotegidos.

Y lo mismo que el cartero llama dos veces, la parca volvió a insistir en España en los 80 pero resultaron infructuosos sus intentos pues por dos veces tuvo dos vuelcos en carretera con el coche por dormirse de cuyos accidentes salieron ilesos él y su hermana. Es curioso, él no paró de dar hostias a los demás durante casi 65 años y él mismo se da tres solamente. Desde luego, empiezo a pensar que el progreso le pasó factura y debería haber seguido utilizando el rudimentario medio de transporte que tantas horas también le sacó de apuros en las Misiones: el caballo, pero el de cuatro patas, no el de potencia.
Padre Pedro, seguiré indagando para encontrar las razones que te intrigan sobre su vuelta a España. Quizás encuentre algo como la estampita dedicada que te envié.
José Manuel, has sido un referente para muchos, dentro y fuera de la familia y me consta la inmensa labor que has desempeñado en las Misiones y a lo largo de tu vida como periodista. Yo te echaré mucho de menos y espero que nos sigas guiando desde donde estés.
Te quiero

Isidro Cicero -

Como en las familias extensas, a este fraile le conocemos, al menos yo, por la suya. Por Luis Heredia en primer lugar, te acompaño en el sentimiento, compañero: por Carlos Soria, compañero un curso superior al mío, si mal no me ubico; por Ángel Torrellas, de quien tengo idea que pertenecía al grupo; por don Florentino Soria, que favoreció nuestro acceso al disfrute del cine; y, sobre todo, por el padre Pedro Sánchez, porque sabemos que cuando era niño estuvo muy apoyado por los Soria, concretamente por el padre de los Sorias que le facilitó el acceso a los estudiois; y, después, a lo largo de su extensa vida, Pedro Sánchez ha mantenido con ellos fuertes vínculos de amistad, que a veces son más fuertes que los vínculos de sangre. Que descanse en paz.

José Luis Suárez Sánchez -

Seguirá vivo en mi recuerdo con mucho cariño.

constantino Murias -

mi mas sentido pesame a toda su familia. Fue el cura que me caso. Con él conviví bastantes años en el Aquinas. Descanse en paz

Javier Cirauqui -

Mi más sentido pésame para todos los familiares de Fray José Manuel Soria. Yo recuerdo a Carlos Soria que era de mi curso y a su padre Florentino, por medio del cual nos llegaban algunas películas al colegio. Un recuerdo para ellos.

José Manuel García Valdés -

No tuve contacto con él, sí fui discípulo de Carlos Soria profe de Psicología Racional.
DEP