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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

MI CLASE DE 7º A, (CURSO 1973-1974)

MI  CLASE DE 7º A,  (CURSO 1973-1974)

El Artículo de hoy lleva la prestigiosa firma de nuestro amigo Fray Juan Carlos Cordero, hoy Prior del Convento de San Gregorio de Valladolid.

Aquí se desprende del oropel (es broma) de su cargo y, como alumno Juan Carlos, nos comenta este fotografía de su Clase de 7º A, en el curso 1973-1974. Os diré que Juan Carlos está delante del pupitre vacío. Gracias, querido amigo.

Me resulta entrañable comentaros esta foto de mi clase de 7ºA de EGB, en el curso 1973-74. Además, hasta siento un poco de "orgullo" ahora al haceros a todos partícipes de ella, el mismo que parece que tenía cuando se la envié a mis padres. Por detrás yo escribía: "para que veais cuanto estudio" (respeto el original, en el que faltan los dos acentos...). Hoy, 33 años después, todos podéis comprobar cuánto y cómo estudiábamos todos mis compañeros de grupo.
Y es que aunque el blog va creciendo considerablemente en fotos, documentos, y testimonios variados, faltan aportaciones de nuestro quehacer y dedicación estudiantil.
Estábamos en la Escuela Menor, y nuestro tutor en ese 7º de EGB era nuestro querido fr. José Mª Iturbe, que sigue viviendo en la comunidad de La Virgen del Camino, y que desde esa plenitud de entrega, servicio y dedicación, tenemos la alegría de que pueda celebrar con todos nosotros este 50 aniversario del Colegio.
A nosotros nos tocó abrir brecha. Éramos el grupo que inauguraba la reforma de la EGB. Por eso, el curso que iba delante de nosotros era 3º de Bachiller, y con ellos se extinguía el plan antiguo. Y formábamos una numerosa promoción, cerca de 100, creo, con tres grupos: A, B y C, distribuidos por apellidos.
Todos recordamos lo bien distribuidas que estaban, por lo general, las horas de clase, de estudio, deporte, oración, limpieza, descanso, canto, etc... El testimonio gráfico nos proporciona la oportunidad de reconocer, una vez más, la buena educación que recibíamos: ese entrenamiento en la adquisición del hábito de estudio, de dedicación, de horas de silla, vamos. Pero no nos resultaba fácil, claro. ¡Cuántas tentaciones de hablar, de jugar, de movernos, de distraernos de cualquier forma!. Aquellos inmensos ventanales siempre nos proporcionaban sorpresas y "visiones" atractivas y sugerentes, en todas las épocas del año. Por eso, solía haber algún padre de inspección por el pasillo de las clases, que de vez en cuando tenía que intervenir para que nos centráramos de nuevo en nuestro cometido. Y también en algunos tiempos, un compañero de clase (solía ser el delegado) era designado como vigilante o inspector del grupo, sentándose él en la mesa del profesor, y apuntando en la pizarra a los que hablaban, molestaban o se salían de lo establecido. Ahí se notaban, a veces, las preferencias o amistades del "apuntador".
¿Recordáis que también estaba organizado el momento de salir del estudio al servicio? Por supuesto que si había urgencias imprevistas, la comprensión del fraile inspector era inmediata. Pero a una hora prudencial y ya establecida, ibamos saliendo por filas al WC, hubiera o no mucha necesidad. ¡Sabia medida para estirar las piernas, desperezarnos un poco y retomar el estudio con más ganas!.
Ahí nos tenéis bien aplicados. Por la indumentaria, podría ser ya primavera, algunos ya se atrevían a estar en manga corta, incluso. Así que en un mes de mayo, de hace 33 años, unos chavalines estudiábamos y preparábamos seguramente nuestros exámenes. Parece que teníamos entre manos algún libro de aquellos grandes y bonitos de ciencias sociales, o naturales... Por cierto, ahora me viene el recuerdo de que tuvimos el privilegio de contar con unas guapas profesoras que venían desde León: la Srta. Trini y la Srta. Eva... ¡qué aventuras! Pero esa es ya otra historia, porque ellas no están en la foto.
Así que pido a mis compañeros Javier Pérez, Cuervo, Celso, Gustavo, Fernando F., Melcón... y los demás, que se animen a seguir contando nustras historias colegiales comunes. Y a los de otras promociones, que nos den también su buen ejemplo con testimonios de su estudio.
Un abrazo a todos,
Juan Carlos Cordero

7 comentarios

Jesús Paredes Antolín -

me dirijo a cualquiera de vosotros para, primeramente saludaros y después preguntar si alguien me podría dar información de un ex-alumno llamado Castilla de los cursos 1963-1969, mi correo electronico es: jesusparan@hotmail.com
vaya por delante mi agradecimiento tanto si lo consigo como no.

Oscar Fernandez Hidalgo -

Y qué decir de aquellas actividades culturales al margen de las horas lectivas. Recuerdo con cariño las impartidas por el Padre Jesús Martín sobre culturas antiguas, en concreto Egipto en la que Chema Sarmiento se convirtió en un experto y la Introducción a la Zarzuela, en las que algunos por primera vez degustamos este género chico o grande. Otra delicia.
Un abrazo

Mariano Estrada -

Evidentemente, y con independencia de quienes fueran en cada momento los alumnos, esa clase, esos pupitres, esas siluetas… me traen una enorme variedad de recuerdos. Así, veo al Padre Tascón con su voz de cascarrabias y sus expresiones típicas, al Padre Eduardo, hermano de su hermano, leyéndonos el Puente sobre el río Kwai, al Padre Felipe Lanz, con sus movimientos de sinfonía inacabada, al Padre Fernando Box, que me hizo retomar el gusto por las matemáticas y la física, al padre ¿Reyero?, presumiendo de griego hasta en el peinado… Veo aquella enorme pizarra, sobre la elevada tarima, donde estaba la mesa del profesor, la puerta que da al pasillo de las largas filas indias, la que da al trastero que rectificaba el descuadre arquitectónico de la pieza, el amplio ventanal por el que entraba una incesante luz, sólo atenuada por aquellas persianas venecianas…

En fin, supongo que, al contemplar esa foto, a todos nos pasan por la cabeza unos recuerdos parecidos. Me he alegrado de volver a verla.

Un abrazo

Andrés Martínez Trapiello -

No son horas, pero no me resito: Pupitres diseñados por Fray Curro y, sobre todo, actitud de estudio. No era ficción.
Los más jóvenes, querido Juan Carlos, no conocieron el "guardapolvos".
Al menos -otro dato para esta pequeña historia- durante mi primer curso 1960/1961, utilizamos un guardapolvos gris que, no se si por características de la tela o por el desarrollo natural del ser humano, a la vuelta de la lavandería había disminuído unos centímetros.

Fernando Ferreras Llamazares -

Querido Juan Carlos:

Por fin has perdido el pudor y has empezado a desvelar nuestra infancia y adolescencia en el Colegio. Me acuerdo de la foto como que fuera hoy, y tengo la impresión de que no han pasado 33 años, "al menos por mi" pues yo estoy igual, más o menos. Ya lo veras cuando mande una foto actual.

Ahora en serio.Tengo que reconocer que la vida en el colegio no era fácil, había que madrugar, estudiar, esforzarse, hacer limpieza, yo creo que allí me enseñaron a ser un hombre moderno, a ser un persona independiente, aprendí el sacrificio por los demás, a ser responsable, a servir a los demás,¿os acordaís que servir en el comedor era un privilegio? ¿Os acrdaís que ser "enfermero" (quien llevaba la comida a los enfermos en sus camarillas) era un privilegio? ...todo esto no tendría mucho valor si no fuera por que se empezó a fraguar con un niño de 10 años. Hoy los tiempos han cambiado tanto que resultaría practicamente imposible que unos padres se desprendieran de sus hijos para verlos una vez cada dos o tres meses en el mejor de los casos.

Recuerdo lo dificil que era tener que estar sentado sin hablar, estudiando, ¡una hora seguida!, hoy que tengo hijos comprendo que niños con 10-12 años no se sientan más de tres minutos...

Pero a base de insistir terminabamos estudiando hasta el diccionario.

Fueron años duros, pero cuando veo la obra final no me arrepiento de nada.

Muchos alumnos eramos de origen rural, y no disponiamos en nuestros pueblos de los medios que facilitaba el colegio, piscina, teatro, cine, biblioteca, campos de deporte, salas de juegos, recreación, unas aulas que eran n lujo para lo que habíamos dejado en las escuelas rurales, capilla, salas de audiciones musicales, rondalla, posibilidad de aprender música (piano, guitarra, bandurria...) y canto (escolanía). Como decía Pedro G. Trapiello, "los agustinos de la calle Sanjurjo lo tenían mucho más duro"

José Mª Cortés Aranaz -

Querido hermano Froy, sí, pero todo tiene un principio.
Aprovecho tu comentario para transcribir el primer artículo publicado por el hoy insigne escritor Andrés García Trapiello. Lo puedes encontrar en la Revista CAMINO de Navidad 1964 que voy a colocar en el álbum. Su artículo dice así:

"ACCION DE GRACIAS POR ESTAS NAVIDADES.
Señor te doy gracias:
Por haber pasado estas Navidades en este Colegio, tan bien.
Por haber visto tantas comedias y películas que muchos niños del mundo no las han podido ver.
Por haber pasado este invierno tan caliente.
Porque, habiendo muerto muchos niños, mujeres y hombres, yo no.
Por haber comido alimentos en abundancia, mientras muchos chinos no tenían más que un insignificante trozo de pan y un puñado de arroz.
Andrés G.Trapiello
Curso 1º".

¡Tan pequeño y tan solidario ya con los chinos!.
Bonito ¿eh?

francisco javier cortes aranaz -

BUENA IDEA.-

Me parece una estupenda idea dedicar alguna "epístola" al tema académico. No se si en su tiempo debídamente valorado, pero desde luego, y una vez "gastada" media vida, mi punto de vista es que realmente tuvimos una educación académica EXCELENTE!!. Y me explico: en los años 60, al salir del colegio, había que convalidar los estudios realizados, examinándose en el Instituto del último curso realizado. De toda la gente que conocí, ni uno tan solo tuvo el más mínimo problema para superar la convalidación, es más, las notas obtenidas, generalmente eran superiores a las del colegio. Esto demuestra que, por un lado, no nos regalaban notas, y por otro, el nivel de conocimientos adquiridos, era superior a la media de la época. Sin entrar en "pequeñeces" como la de que se cursaban a la vez los bachilleratos de ciencias y de letras, según desprendo de las notas de Mariano Estrada y de Enrique Muñiz.
Mi razonamiento para este "éxito" académico, al margen de las horas de clase, de estudio (intensivas, casi siempre), de la "falta" de otras distracciones, se debe sin duda al nivel de gran parte del profesarado que teníamos. Un ligero repaso....P. Fernando Box, P. Jesús Martín (con su método Assimil y su magnetofón), P. Jaime Lebrato, P. Tascón (había alguien que supiera más que él de latín, griego....), P. Morán,...etc. etc., creo eran un auténtico lujo como cuadro de profesores, cada uno en su materia, del que disfrutamos sin entonces saberlo. Será casualidad que de una clase de 35 chavales como era la mía, hayan salido primeras figuras como Andrés García Trapiello, Víctor Pablo Pérez, José Antonio Marcello....de los que yo sepa (y estoy rondando el 10 %).......????