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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

PRIMERA PIEDRA DE NUESTRO COLEGIO

PRIMERA PIEDRA DE NUESTRO COLEGIO

Como diría uno que yo sé, impresionante documento que nos facilita  nuestro compañero Juan Miguel Menéndez Llana.

Nada mas y nada menos que el documento-fotografía del Padre Browne poniendo la primera piedra de nuestro Colegio de la Virgen del Camino el 3 de Julio de 1955.

(vedlo en el álbum DOCUMENTOS de Ver Fotos/Documentos)

Leed la interesante explicación que nos detalla Juan Miguel.

nota del furriel.- Lástima que ni los dominicos de La Virgen del Camino, salvo honrosas excepciones, ni de la Orden, no nos hayan facilitado fotografías que seguro conservan. Todo lo que hemos acumulado en los álbumes son cosecha nuestra.

 


En marzo de 2007, cuando comenzaba a fructificar la idea de celebrar el 50º aniversario del Colegio, el compañero Santiago Rodríguez informaba de la primera visita de un Maestro General de la Orden, Michael Browne, a La Virgen del Camino. Según aquella colaboración de Santiago, la visita se produjo el 5 de octubre de 1961, fecha en la que se habría inaugurado el Santuario. Como no se me da muy bien la búsqueda en el blog, no sé si existen más menciones a este hecho o al Padre Browne. Por lo que pido disculpas si lo que ahora cuento ya está dicho por otros. Y es que no era esa la primera visita.

A veces los caminos del Señor son inescrutables y las fuentes de información alojadas en los sitios más inverosímiles. Hace ahora unos cuatro años recibimos en mi lugar de trabajo la biblioteca y archivo de un escritor asturiano fallecido prematuramente allá por 1924. Entre sus papeles se encontraban también los de algunos de sus familiares, hermanos y hermanas que tuvieron mejor suerte y que vivieron hasta mediados de los años 60. Encargado de catalogar parte de esos papeles, encontré hace unos días un número de una revista del que ahora os contaré algo más. ¿Cómo llegó esa revista a caer en manos de esta familia?¿Cuál era su interés para ellos?¿Qué les unía a la Orden? De nada de eso puedo informar porque lo desconozco pero mis sospechas me llevan a pensar que, de alguna manera, eran familiares, amigos o conocidos de Fr. Pedro María Piquero, ya que en dicha revista se hablaba de forma destacada del fallecimiento de este fraile, director de varios colegios dominicos, maestro de novicios y Predicador General.

Pues bien, y entrando en materia, entre los papeles indicados se encontraba un único número, deslavazado pero completo en sus diez páginas, de una revista que yo hasta el momento desconocía, “Dominicana” y que, aunque en ningún sitio se menciona claramente, debía ser la revista del Colegio Santo Tomás de La Felguera, en Asturias.

 

Prueba de ello es precisamente la narración cercana que se hace del fallecimiento del antes mencionado Fr. Piquero (que tuvo lugar en La Felguera) y la mención a la imprenta Gráfica Felguerina. Dado que en aquellos tiempos de los que hablo no existía aún la legislación que obligaba a realizar el Depósito Legal que actualmente marca la ley, no se conserva (al menos, que yo tenga conocimiento) ningún ejemplar de esta revista en una biblioteca pública, incluida la Biblioteca Nacional de España (y lo digo porque, si alguien tuviera números de esta revista, en mi institución estaríamos muy agradecidos de recibirlos en donación para su conservación permanente).

Sin irme más por las ramas, el número indicado de la revista era el 18-19 del Año II, correspondiente a septiembre-octubre de 1955, y en su página 7 inserta una fotografía del padre ¿Miguel? Browne, Maestro General, colocando la primera piedra del Colegio de la Virgen del Camino. En la misma página se añade un texto explicativo en el que se indica que el hecho tuvo lugar el 3 de julio de dicho año, asistiendo no sólo el Maestro General sino también todos los provinciales de las provincias dominicanas de España y algunos destacados padres del extranjero. Aunque no creo que las obras pudieran avanzar mucho en tan corto periodo de tiempo (de julio a octubre) se dice que las obras van muy adelantadas y que “el entusiasmo de los leoneses por su Patrona la Virgen del Camino crece de día en día gracias al impulso que los PP. Dominicos están dando al culto en el santuario, que por concesión del Sr. Obispo ha sido entregado al cuidado de la Orden Dominicana.”

Y aquí termina esta pequeña noticia de la primera piedra y de aquel Fr. Michael Browne (1887-1971), un irlandés que había sido nombrado Maestro General ese mismo año de 1955 y que lo sería hasta 1962, en que el Papa Juan XXIII lo elevó al cardenalato. Como tal, asistió al Concilio Vaticano II, formando parte del ala mas conservadora y severa y oponiéndose a las reformas de dicho Concilio. También, en la misma línea, fue amigo del arzobispo Marcel Lefebvre. Para terminar, tras su paso como Maestro General de la Orden, le sustituiría en el cargo Fr. Aniceto Fernández Alonso elegido en el Capítulo General de los dominicos celebrado en Toulouse en junio de 1962.

Juan Miguel Menéndez Llana

7 comentarios

Javier del Vigo -

intervención de arriba. Fue mi intención manifestar nuestro agradecimiento –el mío particular, al menos- a las delicadezas y atención que nos mostró pFernando cuando estuvimos elaborando el libro “Virgen del Camino, enclave de misterios”. Lo hago ahora, públicamente. ¡Gracias, Fernando!

Prosigo. En esa búsqueda del tiempo perdido toca esta vez, consciente o inconscientemente, bucear someramente en las aguas en las que fuimos educados cuando aquello, a partir de la imagen que Juan Miguel Menéndez . ¿Porque qué es, en el fondo, la Historia sino un restregarse la mano por el ombligo propio, con intención o no, -eso, allá cada cual- de saberse herederos de un pasado?

Es por ello que tanto Antonio como Ramón han sido más objetivos que yo en la apreciación de aquellos años, que, en España fueron franquistas, pero en Francia o Bélgica fueron de triunfo de la democracia frente a los totalitarismos. Osea, que los dominicos españoles fueron fruto de su tiempo, con Franco bajo palio, mientras que los dominicos franceses buscaban nuevos caminos de religiosidad, de intervención en la sociedad… Con un dato añadido, pero muy importante: hablo de dominicos, la orden, las provincias que se englobaban en la Península o en la Europa posterior a la Segunda Guerra Mundial. Lo cual no implica a frailes individuales, que pudieron sentirse más cómodos o más incómodos en aquellas situaciones. Un ejemplo, el P. Browne. Otro, de signo bien distinto, Ramón, uno de nuestros incansables animadores actualmente del blog de Josemari.

Y me ha encantado, amigo, conocer de tus contactos con aquellos dominicos franceses propulsores de la renovación que supuso el Concilio de Juan XXXIII. Y tu incursión en la “comunidad obrera de Valladolid”. Eran ya los principios de los 70. Pero ahí queda la información. Los caminos del señor son inescrutables, que dice la voz popular: tú con hábitos, yo ya con barbas, coincidimos en la calle cuando el juicio de Burgos.

Qué jóvenes éramos, recrista bendita, que diría mi abuela!

Ramón Hernández Martín -

Solo para realzar posibles contrastes (parece que el pensamiento solo avanza
a base de choques entre tesis y antítesis) permitidme recordaros que, cuando regresé a España, tras el verano de 1970, mi primer destino de "casi desterrado", a petición mía, fue la "comunidad obrera de Valladolid", donde pretendía doctorarme como "peón peón de albañil". Pero solo me permitieron permanecer en ella dos días, pues dicha comunidad estaba en entredicho por haber apoyado a las víctimas del tribunal de Burgos. Tras esos dos días, las circunstancias me llevaron a hacerme cargo de 36 horas lectivas de clase semanales en el colegio de La Felguera, sobrecarga de trabajo que yo mismo me impuse de forma voluntaria para aliviar a un gran amigo. Antes, había pasado dos años en París al lado de fray Le Guillou, el dominico que fundó el Instituto Ecuménico de la Univ. Católica de París, un hombre de mentalidad muy abierta y que también fue nombrado cardenal. En mi último artículo del blog me he referido a mi trato con fray Marie-Dominique Chenu, otro dominico de gran relieve en todo lo social en el Concilio Vaticano II. En fin, los dominicos han sido y son como la botica o el cajón de sastre. La pena, creo yo (lo digo sabiendo que puedo estar en un gran error), es que no sean los abanderados de una renovación seria de la dogmática para hacer que sea luz para nuestros tiempos, estos en que la sociedad se desplaza a la velocidad de la luz y ellos, insisto en que es solo mi parecer, lo hacen solo a la del trueno.
Llueve ahora copiosamente en Asturias, al menos en la terraza de mi casa (vuestra terraza, ya os la he ofrecido), que es lo que yo veo. Y el agua en España es oro, Ojalá que nuestros políticos lo fueran también. Y ya metidos en harina, puesto a comparar los actuales políticos españoles con los dominicos españoles, voto decididamente a los dominicos, ¡jajajá!

Antonio Argueso Gonzalez -

Realmente interesante esta aportación y los comentarios que, sobre todo Javivi, aquí se aportan. Me uno al aplauso a Ramón.

A mí también me ha llamado la atención lo del P Browne y Lefebvre. Y me pregunto si su ascensión a cardenal no sería una, con perdón por la expresión, "patada hacia arriba". Porque en el Vaticano II, aunque los dominicos españoles con Ramírez y nuestro Teófilo de Las Caldas quisieron mantener el espíritu de Trento, creo que fueron dominicos francobelgas quienes consiguieron marginarlos y en Francia esta corriente dominicana fue muy activa en los barrios obreros, algo que, pienso ahora, hubiese sido difícil con un Maestro General poco abierto a los nuevos aires.

Pero ya digo, información tengo muy poca e igual ando muy equivocado, por lo que cualquier aclaración es muy bienvenida.

Juan Miguel Menendez Llana -

Sin duda, Ramón Hernández Martín, las primeras piedras no se sabe dónde terminarán. Pero en este caso fue el cimiento de un bello edificio y una buena "escuela" (no se si pedagógicamente eran buenos estos curitas, pero creo que sus logros fueron reales y positivos).

Juan Miguel Menendez Llana -

Ni que decir tiene, Javier del Vigo, que hay luces y sombras en todas partes. Al retratar a este Padre Brown (que me suena, por otro lado, mucho a Chesterton) no he intentado, en absoluto, dejar todo a oscuras. Muy al contrario, sólo señalaba un dato pescado por ahí que me parecía interesante también para conocer en que ambiente y época se creo nuestro Colegio. Yo conocí algunas sombras, desde luego, en la Virgen del Camino. Pero siempre defenderé que fueron más, muchas más, las luces. Pero, como diría un gallego, "haberlas ailas".

Javier del Vigo -

Uno mi aplauso al de Ramón Hernández respecto a la documentación aportada por Juan Miguel Menéndez LLana: ciertamente, la foto, aunque esté tomada de revista porque se perdió quizá para siempre el original, tiene valor histórico. Inestimable valor.

Pero la contextualización que haces, Juan Miguel, me parece aun más importante. Quienes transitamos con mayor o menor frecuencia, por el blog de Josemari sabemos ya que el derribo del viejo santuario para construir la basílica actual no fue un mar de rosas, que hubo sus más y sus menos, sus defensores y sus detractores. Pero a fin de cuentas, poderoso caballero es don dinero, y hoy se yergue ese edificio tan singular en León y en el Camino de Santiago, que, según tu descubrimiento, Juan Miguel, inauguró Michel Brown el 3 de julio de 1955, poniendo su primera piedra.

En la introducción al “portillo” Josemari hace referencia al archivo gráfico de los dominicos (“Lástima que los dominicos… no nos hayan facilitado fotografías que seguro conservan…”). Quiero hacer una puntualización: cuando hace ya casi par de años, un grupo amplio de antiguos alumnos recogimos información de todo tipo cuyo final fue la publicación de “La Virgen del Camino, enclave de misterios”, firmada por Isidro Cicero, tuvimos en la comunidad de dominicos de la Virgen del Camino todo el apoyo que pudieron prestarnos, encabezada por el mismo prior de entonces, pHermelindo (+1918). Concretamente, pFernando García, nuestro contacto y apoyo habitual aquellos meses, puso a nuestra disposición un montón de álbumes con fotografías de los tiempos de la inauguración.

Nosotros solo copiamos algunas de ellas, puesto que el propósito no era hacer una historia de la Fundación, sino dar valor al estilo constructivo en un contexto histórico, filosófico y artístico. Pero estoy convencido de que estarán encantados de poner a nuestra disposición ese fondo gráfico. Haría falta solo solicitarlo y disponer de un buen equipo de reprografía.

Vuelvo al portillo. Me han interesado sobremanera las pinceladas que aportas, Juan Miguel, sobre Fray Michel Brown, aquel maestro General de cuando yo daba los primeros pasos por aquel colegio apostólico que se tragó la trampa. Osea, quiero buscar la “espuma del pensamiento dominicano” que viví en los años 50 y 60. Desconozco bastante sobre la historia dominicana, pero pintas a Brown como un “savonarola”, quizá el último con mando en plaza. Intrigado, acudí a la página dominicos.org, maestros generales, por si en la biografía pudiera atisbar algún dato que corroborara su relación con Lefebre, aquel obispo francés excomulgado por ultraconservador de la iglesia católica. Insisto, desde mi desconocimiento de la evolución ideológica de los dominicos, tengo la intuición de que fueron más reacios a admitir los “nuevos tiempos” teológicos y sociales que abría el Concilio Vaticano II, que, por ejemplo, los jesuitas, que apostaron más por llegar a los más necesitados, a aquella filosofía de los curas obreros, los curas comunistas… De “apostólico” leí una novela, nueva, “Una chabola en Bilbao”, que se me hizo realidad cuando regresé a Bilbao: todo un barrio de chabolas, donde algunos jesuitas “ejercían apostolado” y que un joven jesuita, Martín Vigil, retrató con pluma incisiva. Y a quien traté someramente en la transición al siglo XXI, cuando le quedaba poca vida ya.
Ya digo: Intuición que admite puntos de vista más fundamentados que el mío. Yo mismo descubrí tras esto que hemos llamado “reencuentro” que algunos de aquellos educadores nuestros tuvieron, como Saulo, su revolcón en el camino y marcharon a América para dar otra respuesta a su vida. Y hay dominicos de nuestras añadas que se mueven actualmente por los mundos de la marginalidad, intentando “salvar” a las gentes desfavorecidas…
Por acabar: Pedro Rey ha vuelto de Shintuya. Misionero más de cincuenta años. Y en septiembre asistirá al encuentro en Montesclaros. Puede ser otra cara del Maestro Gdeneral que pintas en tu crónica, Juan Miguel. Y me apetecía devanarme el seso a propósito de las lueces y las sombras.

Salud, chavalería!

Ramón Hernández Martín -

Importante información, Juan Miguel, completamente novedosa, al menos para los tardíos del blog, como yo. Ignoro el porqué, pero la verdad es que asocio lo de "colocar la primera piedra" con aquello de "tirar la primera piedra", y, si para esto hacía falta estar libre de pecado, imaginaos para aquello, que servía para sembrar tanta gracia, tanta educación gratuita. Viendo ahora el edificio como una sola entidad que abarque sus piedras y su historia, uno podría decir que los dominicos no nos apedrearon, en contra de lo que algún desaprensivo mn pudiera pensar, sino que colocaron la primera piedra de lo que somos. Gracias, dominicos, por haber iniciado la construcción del siempre hermoso edificio que es la vida de cada uno de nosotros.