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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

EL PESO DE LA FURRIELERIA

EL  PESO  DE  LA  FURRIELERIA

Queridos amigos, seguimos "en blanco" (ya me entendéis), por lo que, de nuevo, Justino Tribulete redacta su crónica desde el mismo León a la espera de recibir nuevos ingresos para iniciar una nueva vuelta al mundo en busca de crónicas y personajes exóticos con los que entretenernos e informarnos.

.De nuestro corresponsal en León, Justino Blanco Villacé, Tribulete, Reportero TOTAL
 
'Se equivocan quienes piensan que soportar el peso de una Furrielería como la nuestra es
tarea facil. Hasta ayer, yo era uno de los muchos blogeros que pensaba de esa manera,
pero, nada mas lejos de la realidad.
He podido constatar con estos ojitos que Dios me dió, la ingente cantidad de preocupaciones que diariamente abruman a nuestro furriel, Josemari, en forma de e-mails,
telegramas, faxes, reuniones inevitables, actos sociales ineludibles.....y cómo no, el maldito-bendito teléfono que no cesa de sonar, y acaban por generar un estrés de consideración a nuestro querido Furriel.
Es por éllo, que a iniciativa de su santa ,Isabel, y tras haber sido sometido a un riguroso
reconocimiento médico, éste le dictaminara la conveniencia de practicar deporte.
En mi reportaje gráfico de esta semana podemos comprobar cómo se aplicó al mismo,
si bien nos ha llamado la atención su elección por un deporte que podríamos llamar de
minorías, la Halterofilia.
Interrogado sobre el porque de dicha elección, el furriel contestó: 'Justino, ¿tú sabes lo
que significa soportar el peso de un blog con mas de 350.000 visitas?'   A lo cual le contesté: 'Pués no, la verdad, yo ni siquiera estuve en Caleruega'
Con la impagable ayuda de sus preparadores físicos, Martín Fernández y Javier del Vigo, ambos con una dilatada experiencia profesional en este campo ( A.D.O.), todos
los lunes, miercoles y viernes,y por espacio de una hora, nuestro furriel machaca su
apolíneo cuerpo, y no por puro placer personal, sino para poder seguir soportando el
gravoso peso del presente blog, tal como prometió en su última campaña electoral.

12 comentarios

Javier del Vigo -

Joder, Andrés! Tan mayor y aún hay que decirte dónde están los peligros...

Ese Furriel es un dolor, en hablando de dólares! Te la volverá a jugar!

Que te "asexore" Luisín Heredia, que tiene mejor ojo, el capullo!. Pero estoy seguro que acabarás palmando...

Luis Heredia -

¡Joder Isidro¡ ¿Cómo lo haces?
No me refiero a inflar los globos.

Andrés Martínez Trapiello -

¡Ostras!, cuántos nuevos de nuevo escribientes.

Gracias por los “Globos”, Cícero (para mí).

Me jodeis el sueño; ya no tengo tanto tiempo para poner palabra tras palabra, y ya casi ni para leeros.
Javierdelvigopalencia, Vibot, Andrés Cortés (mi Itho)… Y Rufino, Juan A. Iturriaga, Daniel Orden. Y Maria-no, y Luisin Heredia, y…

¿Te acuerdas José Mª -mi Furriel- cuando en Abril del año pasado nos sentíamos contentos porque había mas de diez mil entradas en un mes en las páginas del blog?

Y sigue, y sigue, y sigue…

¡Vale!
Alguien está esperando mi disco de la “Melodía Viajera”, ¿verdad Vibot?.
Y es que me lo estoy pensando.
El Furriel quiere enredarme otra vez. Lo hizo con un billete de 19,00 €; ¡y sigue!.
Ya le mandé el “escaneado” de la portada y contraportada del disco; y también del vinilo por las dos caras. Pero no se conforma: quiere más. Se lo he tarareado después de tomarme dos Prieto Picudo, y tampoco le satisface.
Creo que se lo dejaré copiar –no sé lo que le parecerá a Javierdelvigopalencia y a Luis Heredia-, si me paga cuatro euros…

daniel orden santamarta -

Isidro: Extraordinario una vez más el nuevo relato. Estaba claro, pese a la broma de "mi santa", y ahora no ofrece duda a quien quisiera tenerlas. No deja de ser interesante, "signo de los tiempos", que nuestros "hombres de blanco", herederos de aquella tradición de dogmatismo, fueran quienes nos llevaron a que cada uno intentasemos encontrar y tener nuestras razones. Gracias por tus ideas, por tu claridad expositiva, por tu riqueza de léxico y por tu arte al escribir, y sobre todo, gracias a ti y a todos por el afecto y cariño. Un abrazo.

Vibot -

Cícero, da gloria leerte arremeter contra la cabezonería dogmática, la soberbia intelectual y la prepotencia inquisitorial.

Da gloria leerte. Punto.

¡Qué envidia me dan esas soirées en la Sixtina de nuestro querido Miguel Angel: Sarmiento, el Ministro y su sancta, ¡Pedro Trapiello! que es de mi yeguada y cuya prosopopeya al consultar su reloj de sol en el Estudio aún me hace sonreir de simpatía...y sabe Dios cúantos más. Sobremesas de lujo, ¿no es verdad?.

Espero que te arranques con esas crónicas pronto, para que todos las gocemos con tu piquito de oro.

¡Ah, y gracias por esa divertida palabra que nunca había escuchado ni leído: entaragilar!

Y por tu estupendo globo 16.

***

Javivi, ¡qué contento te veo y qué bien nos transmites tu alegría.

Me encanta verte hablar con Iturriaga sin discutir, como otrora, bromeando ingeniosa y cariñosamente.

Aunque aquella polémica estival a varias bandas, fue de lo mas sabroso e interesante de todo nuestro blog, con tantos argumentos y razones en liza.

Que siga la concordia, la sonrisa, el ingenio, las citas en latín, mis vasquitos amigos, mi burgalés de pro.

Vibot -

Iturriaga, me encanta leerte relajado y dicharachero, y hasta citando en latín.

Gracias por la parte que me toca de tus piropos -y por ponerme el primero de tu lista, algo querrá decir para ti-, como te dice Javivi: esto siempre agrada y alegra el corazón aún más que el vino.

Vengo del teatro, de ver "Baraka!" de la holandesa Maria Goos. Dice su director que "tiene la virtud de hacernos cuestionar nuestra escala de valores, de hacernos replantear certezas que a veces se descubren como prejuicios." No sé. Yo he salido del teatro deprimido por ese realismo tan crudo que desnuda lo peor de nuestra realidad: la amistad y la traición, la falta de compromiso en las relaciones personales, la estrechez espiritual y la relajación ética...no sé si seguir poniendo el dedo en la llaga, también la mía, desde luego, no soy ningún santo.

Os hablaba el otro día de "Los balcones de Madrid", de Tirso de Molina, ya recordaréis con cuánto entusiasmo y citas del texto -copiadas en la sala de pura admiración (tengo un boligrafo con luz para estos raptos que me dan hasta en la ópera)-.

Siempre he preferido vivir en las nubes, crearme otro siglo para vivir en éste. No me gusta.

En los momentos emocionales cumbre -y hay bastantes- de Baraka el lenguaje -las emociones- es de un dolor seco, frío, argóticamente cruel.

En Tirso de Molina exclama el amador en su tormento:

"¡Cómo podrá contra el sol
la oscura noche
resplandores alegar!"

Y siento tal catársis de belleza en el ritmo, acentos, y conceptos, que -aún sufriendo con el personaje- hay un consuelo, una esperanza para después del teatro.

Os hablo de estas obras de Madrid porque suelen viajar a provincias. También podéis venir. Vale la pena.

Abrazos para todos.

Javier del Vigo -

Uy! Será tarde ya, que no te ví antes, Josemari! Pero, por si me lees, dale besos y abrazos a ese silencioso hombre de "la mejor yeguada", la del 61 / 67. A Dacio, al que noto moviéndose mucho entre bambalinas, pero sin acabar de salir a saludar al respetable.

Esto, claro, -lo de "la mejor yeguada"- contra el sentir de otros faroleros de otras muchas yeguadas!

José Mª Cortés Aranaz -

Javi, ¡cómo madrugas!, bandido.
Te diré que, dentro de un momento, voy a ver a nuestro compañero de yeguada Avelino Dacio.
Feliz domingo, si puedes.

Javier del Vigo -

Juan Antonio:

Gracias!

Por el "piropo" que me lanzaste, en mi nombre, al menos, eskerrik asko! Aunque creo que exageras bastante, es bueno que a uno le doren la píldora de vez en cuando... ¿O no?

Si nadie dice lo contrario, en nombre de los demás también. No sólo de los que citas; también de los que callas.

Claro que has dicho que en este blog hay personas que “no son normales”. Y me mirabas a mi en el momento de escribirlo, seguro! Hummm...

Por los latinajos, aún no tengo claro qué deba decirte. Mandé a traducir a Toledo, en una Escuela de Traductores antigua, que me dijeron era adecuada para casos de impotencia en la culta latiniparla. Cuando me devuelvan la petición debidamente traducida, ya te diré. Vaya por delante, por ahora, que quiero unirme a ti en "eso" de llevar mal "abstinuere venere et vino".

Mayormente, porque la cuchipanda alegra mucho a uno! Y bastantes “cornás” da la vida...

Qué cosas! Me viene “en mientes” ahora Oscar, nuestro Oscarín, Juan Antonio. Era él quien te escribió –hace una enormidad de tiempo, que abril o mayo quedan ya a una distancia cuasi infinita de nuestro presente- aquello de que le hubieran gustado para él tus apellidos : “Fernandiaga Hidalgerra”. ¿Eran así?

Espero que Oscar nos lea. Y salga al ruedo con alguna de sus “perlas”, joyas finas del decir y del sentir.

Juan A. Iturriaga -

Sr. Furriel

En este Blog, hay que andar con pies de plomo.
Algo dije mal, y recibí una demanda de 19 €uros.

Lo digo en tono de broma, pero si hay que participar en los gastos del Blog, deseo colaborar con el óbolo que me corresponda.

Se puede opinar mejor o peor, pero plumas como las de Vibot, J. Del Vigo, Cicero, Mariano Estrada, Trapiello, y no voy a seguir porque es inútil, los tenéis a la vista, no son normales. Son excepcionales.

París bien vale una misa, y este Parnaso, 19 €uros o más.

El estar en condiciones especiales de “puer”, a veces da estos resultados, como decía Horacio:

Qui studet optatam cursu contingere metam,
multa tulit fecitque puer, sudavit et alsit;
abstinuit venere et vino.

Yo siempre llevé mal lo de “abstinuit venere et vino”.

Saludos.

Isidro Cicero -

La vendedora de globos 16. YA PENSÉ QUE NO HALLARA CONSONANTE.

“O sea, que era eso. Ahora lo comprendo todo”. Estas fueron las palabras con las que Mari Martín, esposa de mi amigo Daniel Orden Santamarta, me saludó nada más bajarme del ambón. “Fuisteis educados para tener razón, y claro...”. Irónica, inteligente, bienhumorada, se dirigía a mi, sí, pero mientras tanto le pasaba a Daniel a limpio las cosas que tuviera que pasarle, porque en más de treinta años de convivencia, mira tú si tendrá Daniel, el hombre, cosas que se le puedan pasar a limpio.

Mari, aprovechaba frases que yo acababa de decir en el homenaje a Ángel Torrellas sobre esa pugnacidad y esa cierta cabezonería preponderante en los análisis de adn intelectual de cuantos fuimos educados en la Virgen del Camino (ver la Vendedora de globos número 14) para aplicarlas a guisa de risa y en tono de broma al ámbito familiar y de pareja. Ved que digo educados y no formados, en atención a un amigo que suele decirme: “Cícero, si nos descuidamos, fórmannos”.

A Mari Martín, cuando yo era infinitamente más informal que ahora, la dejé un día con los pimientos rellenos en la mesa. Nos los había preparado con primor salmantino, pero a mi se me olvidó la invitación, qué le vamos a hacer. Tardó su tiempo, pero yo creo que ya me ha perdonado.

Mi intervención del doce de octubre en León, a lo que veo, se recuerda por dos cosas. Por la garra invertida sobre la sílaba cru del Ave Verum de Mozart y por lo que dije del adn de nuestra formación. Fuimos educados para tener razón y para defender nuestras veritates, afirme.

En octubre, noviembre, diciembre y enero he tenido yo cierta cosa sobre eso que dije. Sabía que Mari sí me había entendido y lo que me planteó era sólo por hacer unas risas. Con Daniel. Pero ¿y los demás y las demás? Pensarían los demás, las demás, que Cícero se sentía orgulloso de haber heredado la cabezonería dogmática, la soberbia intelectual y la prepotencia inquisitorial atribuida históricamente a los hombres de blanco?

O por el contrario, ¿habría quedado claro que mi “educados para tener siempre razón” se refería sólo a la imposibilidad íntima de comulgar con ruedas de molino, contentarse con cualquier argumento para salir del paso, cejar en los debates y admitir eslóganes sin estar profunda y serenamente convencido incluso a riesgo de quedarte desplumado, en mitad de la calle, tiritando de soledad y lluvia? ¿Se habría confundido el afán, genético decía yo, de argumentar hasta dar con la verdad, con el afán de argumentar para imponer una verdad? Inquieto me ha tenido eso a mi, que no sé qué es la verdad y que además, sobre esto, me lavo las manos. Sólo sé que la verdad, de existir en algún lugar, hay que buscarla de donde está Quintín en adelante. De donde está Quintín para atrás, sólo hay tierra ya explorada, percal conocido, verdad poca, aprovechados muchos, añorantes del reino visigodo, unos cuantos.

Pues bien, en esas estaba yo cuando, ya avanzado febrero, me pongo a leer los discursos de Azaña y me tropiezo con estas frases en el que pronunció en el Ayuntamiento de Barcelona el 18 de julio de 1938, pronto hará setenta años: “Lo que importa es tener razón y, después de tener razón, importa casi tanto saber defenderla, porque sería triste cosa que teniendo razón pareciese como si la hubiésemos perdido a fuerza de palabras locas y de hechos reprobables”.

Y yo: Eso mismo, eso mismo es lo que quería decir, pero no acertaba. Lo que importa es tener razón, ¿cómo se puede vivir si no? Y saber defenderla.

El padre Felipe Lanz no quería nada a Azaña. Se reía de él, lo mismo que José María Cossío, el autor de la “monumental enciclopedia Los Toros”, siempre hay que decirlo así seguido sin olvidarse lo de “monumental”. También se reía de él.

Cuando yo era alumno de la Virgen del Camino, una vez fui a casa de José María Cossío y le hice una entrevista periodística, la primera que hice en mi vida. El sábado pasado, cenaba yo en Santander con Chema Sarmiento, Javi el ministro y su mujer –tuve ese honor – y les contaba que al otro lado de la montaña en la que empezaba el valle donde empezó mi vida, estaba Garabandal y que, cuando el año 1961 y 1962 regresaba yo a León después de las vacaciones, se me rifaban los compañeros, los profesores, muchos de ellos teólogos, “para que les contaría”, como dicen en Cantabria, el milagro. Porque, no sé si os lo he dicho, yo asistí a una de las apariciones de Garabandal. Hay una foto, sacada por Mamen, la mujer de Javier, en la que Chema Sarmiento tiene cara de alucinado, escuchando el viejo relato. El viejo relato tuve que repetirselo el otro día en la Capilla Sixtina, porque estaban también allí nada menos que mi admirado Pedro G. Trapiello y su hermano pequeño, el pintor, que se acordaban de la narración susodicha y también del narrador. Por cierto, de seguir así, tendré que empezar una nueva serie aquí en el blog bajo el título “Crónicas de la Sixtina”. Amenazo.

No me dio tiempo a decirles a Chema, a Javier y a Mamen, que a casi la misma distancia del lugar de mi nacimiento que Garabandal, estaba la casa de José María de Cossío, tanto o más milagrosa, yo creo que más. Y que aquel mismo verano me acercó hasta ella mi padre, aunque yo me aventuré al interior solo y por mi cuenta. Las cosas como son.

Cossío fue extremadamente amable. Yo manoseé con él el manuscrito de Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, el de La Familia de Pascual Duarte, el Sobre los Ángeles de Alberti, y algunos manuscritos de Miguel Hernández. Cossío me contó que había intentado salvar la vida del poeta de Orihuela, ante el general Vigón, esto se lo conté hace poco a Mariano Estrada que tiene un amigo biógrafo de Hernández y para que vuelva a llamarme precoz.

Y a lo que iba. También manoseé allí un manuscrito de don Manuel Azaña. Cossío me hablaba de él, entre grandes risotadas que me llamaban mucho la atención. ¿Querréis creer, mis-queridos-apostólicos-, que yo no había oído hablar nunca de Manuel Azaña, a pesar de tener motivos más que sobrados para que hubiera sido un personaje familiar? Creedlo.

Cossío se reía mientras me hablaba de Azaña. Y yo no acertaba a averiguar por qué. ¿Por qué se reirá tanto este señor? me preguntaba yo. Y como estaba haciendo una entrevista periodística, - la primera de mi vida, ya os lo he dicho - cuando la escribí, a bolígrafo, en aquellos papeles cuadriculados con agujeros arriba, arrancados de una libreta con alambre en espiral, al llegar el momento oportuno, puse las risotadas del académico de la Lengua en donde tenía que ponerlas. Y puse también mi asombro, mi perplejidad. Y se la entregue al profesor de lengua y literatura,.

El padre Felipe Lanz Yoldi leyó el trabajo con gran interés. Y cuando llegó a las risotadas sobre Azaña, él mismo empezó a reírse y a mirarme, a mirarme y a reírse. ¿De verdad dijo eso Cossío sobre Azaña? Ja, ja, ja, ja

Todavía es hoy el día en que no sé de qué cojones se reían. He visitado Montauban, estoy leyendo los discursos, y entiendo cada vez menos aquellas risotadas. Tengo la pena de no conservar tampoco aquella entrevista. Me tiene dicho Monolo, mi querido amigo asturiano, que le parece que la conserva él y yo le contesté: Ojalá.

Después de tanto tiempo, estaba yo en deuda con vosotros, mis queridos amigos. Como se me habían acumulado tantos afectos, - si tengo que volver atrás para hacer memoria de todos no termino de inflar el globo y he quedado dentro de un rato a cenar con los gallegos- ya pensaba que no hallara consonante para entaragilar una nueva entrega de mi serial. Pero, como Dios es misericordioso, aquí la tenéis. Y gracias por lo majos que sois, por el ánimo que siempre extraigo de vuestros comentarios.

Javier del Vigo -

Esta mañana me había levantado con "mala conciencia".

Me andaba diciendo: "¿Cuánto hace que no saludas a tus re-encontrados amigos de aquellos tiempos, viejo loro?. No será llegado el sábado en el que "gastes" un ratillo de tu tiempo para dejar constancia de que sigues vivo? ¿de que sigues bien? Lo que es aún mejor: ¿...Que sigues encantado sabiendo que tienes muchos amigos esparcidos por el ancho mundo?"

Así que -con mi propósito de enmienda a la espalda y con esa luz que ilumina el Cantábrico en esta mañana deliciosa de sábado cuaresmal en la piel- he abierto el blog con intención de saludar y dar ánimos...

Me pareció suficiente para alegrar estos tiempos adustos recordaros el texto del alcalde de Madrid: “Pero el carnaval es catarsis. Y ahora, hecha la limpieza, ventiladas las estancias del alma, satisfechas las expansiones emocionales, toca entrar en un tiempo de entereza y contemplación. Sí, amigos: ha triunfado Doña Cuaresma, la del gesto agrio y estricta conducta, y no queda más remedio que plegarse al triste designio que a los alegres y buen humorados nos depara. Pero no os deis a la melancolía: sabemos que su victoria es pasajera, porque, en el peor de los casos, representa sólo la mitad de la vida, y dentro de un año estaremos celebrando de nuevo, junto a la rediviva sardina, nuevos días de fantasía y esplendor”

Pues ya veis! En ello andaba, cuando, de pronto, se me ha quedado la cara de bobo y el rictus rígido. Sobre el amarillo del fondo amigo, una foto nueva...

-¿Aquel de la derecha, no se parece a mí? ... Mejor, aquel ¿soy yo?. (Y aquí, me ha devuelto su respuesta el mismísimo Isidro Cicero, maestro no sólo de escritores, sino también de pensadores sagaces y profundos: “Yo no sé si yo soy yo”. )

-¿Habré sido –inconsciente de mí- gran deportista en mis años colegiales y ésta es la justa recompensa a tanto esfuerzo de viejos tiempos? Porque muchas veces leí que Martín era deportista rápido, certero, metedor –sí, sí; he leído, Martín que eras buenísimo “metiendo”, incluso parando...- pero nunca leí que Javi del Vigo hubiera sobresalido por meter. Ni por parar, siquiera!.

“La vida es sueño” y en carnaval, uno puede ser hasta Ronaldhino paseando por la veneciana Plaza de San Marcos!

Pues chavales, ahí nos tenéis! Martín, -todo él “pichi”-, con la mano en el bolsillo, contemplando cómo yo le paso mi mano “diestra” por sobre su busto de odalisca a Josemari, conocido como Furriel de la Furrielería. Y dice Justino Tribulete que el busto de Josemari no es de “odalisca”; que es “apolíneo” (¿?). ¿Le has mirado bien, querido Tribulete?.

Yo le miro y le remiro. Y lo vuelvo a mirar. Como escocido, con el culo de medio lado. No le veo Cristo camino de los Olivos porque tiene sonrisa de felicidad. Al estilo de Josep Lluis Carod-Rovira, cuando pide ser llamado Josep Lluis. Que para José Luis, ya está Zamanillo, el mejor solista de la escolanía. Al menos, hasta 1963!

Chavalería, que el tiempo de las carnestollendas se finí. Que por un tiempo, besuguito y anguilas! Tanta carne no os puede sentar bien, a vuestra edad!. Mejor hacerme caso: besuguito y angulillas! Si no os “tapa” la hambruna, os tomáis unos huevitos de esturión armenio. A mi salud!

Yo seguiré siendo ayuda de cámara del Josemari. Eso sí, con 19 € al mes, no lo vas a hacer, compañero! Pero de esto, ya hablaré con Andrés el Trapi y con su abogado de “Itxasederra”!