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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

con permiso, EL ESCUDO.

con permiso, EL  ESCUDO.

Mis queridos conterblogeros. Dejadme que hoy, de nuevo, repita la publicación de nuestro "escudo". Con contenido orgullo y desbordante satisfacción debo deciros que hoy es otro de esos días grandes: os hago partícipes del escudo heráldico que hoy ve la luz, tras sesudos estudios de los más prestigiosos investigadores de la Sobarriba, después de pasar por los gabinetes correspondientes de mi Comunidad de vecinos, con la bendición de mi Párroco, con el apoyo de la totalidad de Órdenes Militares, Eclesiásticas y Civiles, tras sesudos debates en la Comisión de Urbanismo del pleno del Ayuntamiento de León, con el placet del la C.A.N. (Comisión de asuntos nobiliarios) de la Junta de Castilla y León, haber superado el consejo de la Subsecretaría de Interior del Gobierno Central, tras el visto bueno del Tribunal de la Haya o del Castaño, con el beneplácito de la ONU, consultados los anales (para los de Ciencias una forma concisa de escrito histórico que registra los hechos cronológicamente, año por año) de la Orden de Predicadores, superadas las trabas del Abogado del Diablo en la Santa Sede, desgranado el árbol de costado genealógico de la totalidad de los miembros concernidos y con la definitiva aprobación de mi hijo Alberto, ¡JIAR IS NAU!, en castellano ¡¡helo aquí!!. EL ESCUDO HERÁLDICO DE LA MUY NOBLE Y REAL YEGUADA 1961-1967.

Solo tres precisiones:

1ª.- El autor de esta crónica, ante las recientes manifestaciones de violencia surgidos en El Principado entre individuos de yeguadas rivales, hace desde estas líneas una Llamada a la cordura y la paz entre todas éllas, al tiempo que reconoce que al día de hoy y tras haber concursado en los mas diversos campos sociales, y haber pasado los mas rigurosos tests, NO se ha detectado ni una sola mala yeguada de todas cuantas pasaron por La Virgen del Camino.

2ª.- Os garantizo que hemos utilizado los métodos, universalmente admitidos -como todos debéis saber-, perpendicular, geométrico y circular ascendente, que nos ofrecían más seguridad, descartando el método refractario por su complejidad. Así queda despejada cualquier duda sobre la validez y el señorío del escudo perimetral. En consecuencia, a todos y cada uno de los componentes de la virtuosa yeguada nos otorga el reconocimiento de hidalguía como nobleza no titulada , ¿entendido?, quedando autorizados a combatir en justas y torneos, usar yelmo y, por su bondad, a realizar curaciones milagrosas. Como consecuencia de lo cual, deberán atender con el tratamiento de HOMBRE-BUENO, titulo que deberán llevar con la máxima dignidad.

2ª.- Ante el temor, si soy sincero seguridad absoluta, de que los de Ciencias (excepto Fernando Box) no puedan descifrar el magnífico lema de la Yeguada en cuestión, he aquí su traducción, cual panegírico:

Putatis et laboris pluribus homines virtutis fecit. "A BASE DE PUTADAS Y TRABAJOS VARIOS NOS HICIMOS HOMBRES VIRTUOSOS".

Si alguna otra yeguada está interesada en obtener su improbable Escudo, aunque me temo que sea perder el tiempo, ponemos a vuestra disposicion nuestro equipo de investigación al módico precio de 19 € por adherido.

El Furriel.

De nuestro corresponsal en León, Justino Blanco Villacé, Tribulete, Reportero TOTAL

’En la Casa de la Cultura (un bar de tapas del Barrio Húmedo de León) y ante una nutrida asistencia de todos los medios de comunicación, tuvo lugar la presentación del Escudo Heráldico de la Muy Noble y Real Yeguada 61/67, evento que fué acogido con placet generalizado por los numerosos asistentes al mismo, incluido el del tabernero.
El Furriel Mayor del GL, con palabras emocionadas e invadido por la emoción que le embargaba, desembolvió con cierto nerviosismo el cuadro que segundos antes le entregara el heraldista Beatus de León y un OOOOOOHHHHHH!!!! unánime de admiración surgió de todos los allí presentes al contemplarlo.

Interrogado por los medios, los laterales, los centrales, los delanteros y hasta por el portero, el Furriel explicó los diversos motivos que componían el escudo:

’Se basa en una orla idea de Julius Belts. En campo de angulas y helecho de lechuga borriquera se puede apreciar un león rampante, se llama rampante porque hemos deducido que debe de estar subiendo una rampa muy empinada, por lo de la lengua afuera, y además como el Colegio estaba en León, pués eso.
Ademas hemos querido introducir algunos símbolos que para la yeguada han supuesto mucho. El Libro de latín representa el estudio ,el saber, el rosa-rosae de la vida que tanto nos ha marcado. El balón no podía faltar.Mens sana in... Es decir la competitividad. Y los champiñones representan el esfuerzo físico,el trabajo callado, soterrado, lejos de la luz, del mundanal ruido. El resto del escudo son meros adornos sin importancia
Ah! Se me olvidaba. Como podrán apreciar el escudo está fuertemente custodiado en todas sus partes con fotografías un tanto antigüas de muchos de los componentes de esta explendida yeguada. ¿Habrá guardia de corps mejor que ésta? Yo creo que no.’

Tras esta breve intervención, el GL ofreció a los presentes un vino español de la famosa bodega leonesa que con tanto acierto dirige el bueno de Froi Cortés.

43 comentarios

Andrés Martínez Trapiello -

Querido Luis:
Creo que dicen los gallegos: "Voy a cama".
Pero antes daré alguna bocanada que me haga soñar después de leer a Quique.

Luís, por favor; además de invitarte a Prieto Picudo, ¿también a tabaco?.
Verás como se entere Pedro que fumas.

Luis T Barbería -

Pero tú fumas, Andrés? Es que no hay por dónde agarrarte. Bebes, fumas...¿ y de lo otro, qué, amigo, o no sabes que el cigarro esconde la líbido hasta los subterráneos más profundos?

Por cierto, llevas uno? Me he dejado el tabaco en el coche.

No tenemos remedio, Andrés, a que Cícero se cuida como tine que ser y no fuma, sino pipas de tábaco exótico y delicioso. No notas el aroma cuando viene en sus globos, de incógnito, casi a escondidas? Lo delata siempre el aroma de su tabaco, por eso yo le descubro tan pronto.

Un abrazo, amigos.

Andrés Martínez Trapiello -

Sí, sigue contando Cícero.
Aunque Pedro, con su prudencia por lo expuesto, pretenda estrangularme; aunque vuelva a decirme que no fume, como castigo.
Sigue contando, Cícero.

Y, gracias por recordar y vivir hoy.

Luis T Barbería -

Sigue contando, Cícero, sigue contando, que contigo las cosas importantes se toman su tiempo, como tiene que ser.

Lo digo porque, otro en tu lugar, yo por ejemplo, me hubiera despachado con un par de líneas. Y esto no es una crítica, sino todo lo contrario. Tanto o mas importante que el meollo de la cuestión es la atmósfera que vas creando, la voz profunda de Pedro, lo que se adivina en sus silencios.

Es de admirar y yo los admiro los hombres íntegros, como Pedro, que viven honestamente sus creencias religiosas.

Yo admiro estos hombres, aunque a veces a algún despistado les parezca que no.

Ya veo, Cícero, que no hacer caso a los consejos que te dieron y que sigues prefiriendo los terrenos discreto para colocar tus globos.

De todas formas, ´Cícero, el que quiera buscarte te encuentra, seguro.

Un abrazo.

Isidro Cicero -

LA VENDEDORA DE GLOBOS 26. DE VER A PEDRO (3)

Noté que Pedro estaba empeñado en que yo me trajera de Vallecas a Santander un libro, pero no lo tenía. Era un empeño fuerte. Como si el libro lo hubiera escrito él mismo, yo sabía que no. O como si se sobre el propio Pedro, yo intuí que un poco seguramente sí. Pero no había manera. Me imaginé la secuencia. Es de esos libros que, aunque tengas varios ejemplares, los vas dando a unos y a otros y, cuando más falta te hace, ya te has quedado sin ninguno. (Eso me pasa a mi con frecuencia, y cuando quiero satisfacer a algunos amigos, no tengo más remedio, y bien que lo siento, que remitirlos a las principales librerías de Cantabria o a ediciones Tantín. Los envían por correo, no sé si pilláis la indirecta).

Pero Pedro no se dio por vencido. Quería que, al volver a Santander, me trajera el libro de “memorias” de José Gafo, escrito por Etelvino González. Le preguntó a Segundo Pizarro si tenía él algún ejemplar por allí y Pizarro contestó con la cabeza.. No, no se lo podía prestar Pizarro a Pedro para que Pedro me lo regalara a mi. No le quedaban. Seguimos hablándonos y escuchándonos a ritmo lento – ya os he asegurado que ese ritmo existe todavía, yo lo he vivido en Vallecas - y entonces llegó José Luis Alcalde con la paella. Después de los saludos, de las primeras noticias, de la explicación del retraso, Pedro fue directo al grano y le preguntó si le quedaba algún ejemplar de “Yo, José D. Gafo, fraile y diputado”. Me quda el mío, dijo Alcalde. Pedro le pidió que se lo trajera, para dárselo a Cícero, que ellos ya lo repondrían luego.

O sea que, como notaba yo este interés en Pedro, me puse manos a la obra y lo terminé el sábado pasado, con subrayados y todo. No quería yo soplar más el globo de Pedro sin respirar a Etelvino, transmutado en Gafo. A ver si me entendéis, que la cosa no tiene ningún misterio, sólo que Etelvino, después de estudiar a Gafo como para una tesis doctoral, se ha metido en la piel de Gafo y se ha escrito sus memorias. No tiene más misterio, aunque tiene mucho mérito. Felicito a Etelvino en concreto por este excelente trabajo y, luego ya en general, por el lema estético (y ético) que en alguna parte he visto ha hecho suyo y que yo también tengo como divisa. Es aquel famoso hexámetro en el que Horacio nos recomienda a los que escribimos que nos tentemos la ropa antes de acometer la escritura y que escojamos temas proporcionales a nuestras fuerzas:. “Sumite materiam vestris, qui scribitis, aequam/, viribus

Y claro: Lees este libro – os lo recomiendo- y entendéis muchas cosas de Pedro, de la historia de la Iglesia y de la historia de España. Sobre todo de la historia de Pedro.
De esta biografía, lo que me parece más revelador es la apuesta de Gafo por la reforma y la regeneración de la Iglesia católica española en los años de la Restauración y de la República. No me llamó la atención demasiado su apuesta social, su lucha por los sindicatos libres, su apuesta política, todo ello superado ampliamente por la historia. Sí vi en él un adelantado que sigue teniendo vigencia respecto a su apuesta cristiana que es la apuesta de Pedro. Una apuesta por conversión de la Iglesia.

Lo que proponía Gafo, lo que propone Pedro si no lo he entendido mal, es una apuesta por la autenticidad. En el fondo, yo lo adiviné, antes de leer a Etelvino. Recordadlo: “La voz de Pedro ya no tiene que impostarse. Ya no tiene que forzar desde un altar los registros bajos para ser solemne. Para resultar impresionante. La voz de Pedro es más y mejor que todo eso. Es cercana, habla bajito, le cuesta un poco salir y se la nota ya libre. Y alegre”. Ya no tiene que hacer teatro, en definitiva.

Una cosa es el teatro y otra la religión, vino a decir Gafo, viene, creo yo a decir Pedro. Gafo, hombre de blanco de los años veinte, nos dice Etelvino consideraba a España un país de misión. Si se miraba a las apariencias, no había nada que pedir, pero la realidad era muy distinta. Las iglesias eran como teatros, como salones de fiesta, como salas de conciertos, que halagaban el oído, la vista, el olfato con luces y flores. Pero los pobres y los obreros no encontraban en aquellas ceremonias aparatosas y espectaculares nada que les sirviera. Los no pobres, los católicos de toda la vida, se sentían satisfechos porque la religión para ellos era un modo tranquilo, pastueño, tranquilizante y nada comprometido, de aparentar.

Y decía Gafo con toda la razón que aquello no era. “Ni aunque el mundo entero estuviera cuajado de hermosas iglesias, magníficas catedrales, repicasen al unísono todas las campanas, sonasen a la vez todos los órganos y millones de fonógrafos sonases las palabras más sublimes de las escrituras, si los perfumes de multitud de incensarios lanzasen al cielos sus espirales azulinas de místico aroma”

Creo que Pedro, que desde niño estuvo dentro de la ceremonia, del rito, de la liturgia, del espectáculo religioso, se convirtió, de pronto, a otro tipo de compromiso que tuviera en cuenta a todos, especialmente a los más pobres. Creo que Pedro, que tantas exquisiteces nos proporcionó, sobre todo ceremoniales y musicales, ha dado la espalda a los exquisitos y ha dicho: Con vuestro pan os lo comáis. Hasta aquí hemos llegado.

Porque Gafo, mirando a España, vio que en lo exterior no había nada que pedir desde el punto de vista religioso. Había procesiones para dar y tomar. Funciones, ceremonias, peregrinaciones, entronizaciones, coronaciones, estatuas, consagraciones, expiaciones, protestas de fe, letreros, era lo que sobraba en los años 20.

Pero aquello era una falsa piedad, basada en lo sensible y en lo bonito. ¿Qué producía? Un absentismo abrumador, un hastío total, una nausea ante tanta blandenguería.

Eran escandalosos aquellos “Juan de Robles que con caridad singular fundó este santo hospital después de fundar los pobres”. Aquellos que se reunían para rezar por la conversión del Papa de turno por haber publicado la Quadragesimo anno, de contenido social, aquellos derechistas catalanes que decían “Menos Rerum Novarum y más Martínez Anidarum”, siendo así que el general Martínez Anido alentó y propició el pistolerismo patronal contra los sindicatos en Barcelona. Aquellos diputados de la derecha que eran de la derecha derecha y además latifundistas salmantinos y que decían: Si el señor ministro continúa justificando estas leyes agrarias en las encíclicas, nosotros nos hacemos cismáticos griegos.

Recordad a Pedro en los años sesenta, amigos míos. Recordadle encargándose del rito, pendiente de la evolución del gesto, atento a la solemnidad de la parsimonia. Vedlo allí en el recuerdo, porque si lo veis aquí, en la vida, no es lo mismo. Dejó el rito, el mito, supongo que también el pito y lleva ya más de treinta años dedicado a lo que Max Weber decía que era la política: Hacer agujeros a través de gruesas planchas de hierro.

Os seguiré contando la conversación.

Andrés Martínez Trapiello -

¡¡¡ SOOOOOOOOOOOOO !!!

¿Y Pablo Huarte de arriero?

Antonio Argüeso -

Javier, lo de “O Rei do Rollo” lo has dicho tú, que conste. Yo sólo digo que leer –bien– no puedo asegurar que lo hagas pues sabedor (en este caso, yo) de que Santander fue la puerta al mar de Castilla (al igual que Reinosa era, como decía un imperial letrero, “adelantada del mar en Castilla” ¡ahí queda eso!) durante los años aquellos, nunca me atreviera a decir que Arija no es Campoó por no formar parte de Cantabria; ¡pero si hasta los teléfonos son 94! Incluso dejé escrito por aquí que los de allí (léase los de Arija) sois más pijos que los del Campoó de abajo, do se halla mi pueblo, Llano.

Espero ir este verano por allí (llevo demasiado tiempo sin poder hacerlo). Si lo consigo, pasaré por Estudio para hacerme con “El Cariñoso”. Leí, al final de los 70, “Los que se echaron al monte” y me encantó (yo soy de los que, de niño, jugaban a ser juanines). También me procuraré, claro “Juanín y Bedoya. Los últimos guerrilleros”.

Javier del Vigo -

Laus deo, compañeros!

Se van aclarando cosas. Por ejemplo, mi participación activa en este “sitio”. Además de haberme convertido en Gran Cabrón, me estoy perfilando -¿o lo he hecho ya?- como “O Rei do Rollo” de entre cuantos por acá pululamos. A este paso, si el blog no existiera, yo debiera haberlo inventado: la de "cosas" que me está reportando, la mayor parte –por no decir todas, que pareciera lisonja excesiva- buenas...

Gracias, Josémari, furrielín! Beso tus pies, tus pechos, tu mostacho..,

Más: Andaba yo meditando si Arija -la noble villa devenida a “puebluco”- era castellana o campurriana... Estaba en ello cuando Antonio Argüeso -de la noble (pero Noble, Noble, oiga: de la antigua nobleza estamental!) y antigua progenie de los Argüeso de la zona donde nací, alguna de cuyas ramas genealógicas migradas producen en Andalucía actualmente uno de los vinos de manzanilla más apreciados del sur- me ha decantado: Arija no es Campó, es Castilla; yo no fui campurriano, fui castellano en origen.

Porque entre Arija y Llano, -lugar de nacimiento de Antonio- está Bimón, veinte casas mal contadas de un pueblo crecido en el bosque, entre árboles centenarios, como las fresas salvajes y los boletos de otoño, que allá crecen hermosos; y Bimón es frontera actual entre Castilla y Cantabria, yendo por aquel recoveco de curvas y contracurvas del que hablas, Antonio, (“catedrático” que oficias en Bruselas), que lleva a Reinosa (la fría ciudad que ve nacer El Ebro -“que nace en Fontibre (Reinosa), pasa por...y desemboca en Tarragona (ahora se dice Fontebre)...”.

¿Recordáis, compañeros de memorias y de notas, de cuando en León tuvimos que aprender Geografía en los libros al uso? ¿Fue, quizá, Arsenio Arenas, el profesor que nos abrió la memoria con la Geografía?

Reinosa en Cantabria, cuna de la cultura “font-ibérica”, la villa del orfeón de Zamanillo, nuestro compañero solista de ayer... Casi prefiero La Virgen del Camino, por el calor, a Reinosa, la ciudad gélida que vio nacer a Eduardo Ruiz, OP, nuestro “procurador” de aquel tiempo. Menudo, sonriente, hijo del gestor del “fielato” en Reinosa... ¡Qué buen fraile!

Puestos a recordar, esa es la carretera que pasa por sobre las compuertas del Pantano Regulador del Ebro, en Arroyo; el que Franco inauguró en 1952, coincidiendo aquel día, en el mismo escenario, Pablo Huarte estudiante veinteañero, pletórico de juventud y fuerzas -de vacaciones filosofales- y Antonio Argüeso -aún chiquitín, chiquitín-... Yo no estuve, no. Por lo que intuyo, si Antonio tenía 4 años, yo debía estar ya “hecho”, Pablo, pero aún “no derecho”. Con chupete y junto a la teta materna. Que no es mala forma de estar en la vida! Eskerrik asko, (m)ama! Un beso de hijo chupetón, allá en el Norte donde te encuentres!

El monolito que recuerda aquella efeméride y Montesclaros están a tiro de piedra, siguiendo el cauce del Ebro, ya “regulado”, cuando serpentea por las hoces, camino de la actual “guerra del agua del Ebro”. ¿Es el Ebro “maño”, “catalán”, “valenciano”, “murciano”...? ¿Yo soy de donde nací o de donde pací, Antonio? ¿Tu eres belga o cantabrón?

Digo más: ¿Alguien preguntó a los campurrianos, burgaleses, alaveses o riojanos si quieren que su río acabe en Tortosa o en la huerta murciana? Si una opción u otra cuesta 19 euros o 20 machacantes?

Estos días ha vuelto a mi memoria la carretera Reinosa - Arija. Leí en el Alerta que Antonio Brevers, acompañado por Manuel Gutiérrez Aragón, el cineasta, ha publicitado nueva edición de su libro “Juanín y Bedoya. Los últimos guerrilleros” (CLOUX editores), historia de supervivencias y el «misterio de la muerte de los dos guerrilleros maquis». Juanín y Bedoya, entre otros “guerrilleros” insumisos al régimen de Franco, el “alzado” en armas contra la República, pasearon su utopía y su desesperación por los montes que bordean la carretera en cuestión; siempre cuando la recorro, me recorre la espina dorsal a modo de tic nostálgico un recuerdo para aquellos hombres que fueron muriendo en soledad y con el dolor de no ver cumplidos sus sueños de libertad. ¿Traicionados?. Doblemente actual el tema, compañeros, ya que Isidro Cicero es nuestro gran experto en el maquis y estos días Luis Barbería ha leído –y aplaudido- la narración que hizo Isidro de “El Cariñoso”; ¡veréis qué pronto busca Luis –y lee- “Los que se echaron al monte”, primera incursión de Isidro en el tema maquis, de allá, cuando Isidro dejó de soñar en salvar almas y comenzó a plantearse también ayudar a los cuerpos en esta travesía de la vida.

Isidro, querido: permítete emplear un poco el “yo” –tu “yo”, mal que no sepas, al cabo del tiempo, si tu eres tu- y hacer un globo con el tema los maquis. Tu, aquellos días de luz y juventud, tus experiencias... Ha de ser un globo que nos dará una luz muy especial, tu luz cenital, alguno de tus “yos” más diáfanos... Atrévete, por favor!

Por hoy, acabo contigo, Isidro: no me digas más; que Antonio no me quiere como vecino campurriano. Aunque al día de hoy duerma en el Castro Urdiales de dos caras –la vasca y la cántabra- , seguiré pidiendo a Bilbao cobijo para mi largo exilio vital. Ya digo: exilio muy largo ya; de más de medio siglo; el Bilbao de sus exilios, y de sus amantes, aquel Bilbao liberal cuando las guerras carlistas, este Bilbao multicultural de cuando las bombas y los asesinatos de cuatro pueblerinos que se creen ombligo de nadie...

Bilbao sigue siendo la geografía donde pazo, en mi particular exilio. Bilbao, villa mágica de verdes y titanio en la aldea global... Exilio que me dio ser y circunstancias, ya desde los tiempos mismos en que coincidimos en La Virgen del Camino todos nosotros.

En cualquier caso, Isidro, anoté el reto: cuando el escenario municipal donde duermo cambie de signo, vendrás. Y nos abrazaremos. Y comeremos, por aquel pequeño triunfo, en un océano de fracasos. Te espero, aunque luego nos peguemos por ver quién paga la comida...!

-“¡Camarero!”
-“¡Señor!”
-“Un buen menú...!”

Antonio Argüeso -

Obedeciendo órdenes, que como bien dice Pablo Huarte, es lo más cómodo, me adscribo a la yeguada del 61, a la del 60 y, si fuere necesario, a la del 59, que parece ser que es la mía. Espero tener el honor de ser un huero hueco más de tan ilustre, como algunos pretenden, rebaño.

Gracias, Pablo Huarte, por las aclaraciones generalescas, que me han traído también dulces recuerdos. Yo soy de allende Somaloma, ahora anegado por las aguas, donde suelo volver con relativa frecuencia para “recargar las baterías existenciales”, cada vez más usadas.

Valdés (y me refiero a Valdés, no al últimamente silencioso García Valdés), pero si lo de enchufadillo yo lo veía como un epíteto cariñoso que te había lanzado el Padre Huarte, ¡y que hasta incluso ahora miro con envidia –no sé si de las sanas o de las otras–!, pues bueno, fuera el sambenito, y que quede en acta.

Mariano, arriba queda aclarado, espero. Y claro, al proceder de las tierras do moro, hasta los epítetos vienen con lluvia (¡madre mía qué año de agua llevamos aquí!).

Isidro, en el delicioso globo del Padre Pedro me dejaste cuando menos asombrado con tu disquisición sobre la voz “que marcó puntual como un reloj muchas horas de nuestra adolescencia”, al igual que ahora como ahora con tu análisis de lo que pudo haber sido y sí fue, pero diferentemente de como lo imaginábamos cuando formábamos esa unida comunidad de destino (por la que ha caído después, me imagino que no en lo universal). Espero que tengamos la ocasión de comprobar si podemos abarcarnos en un profundo abrazo; y digo “si podemos” pues si yo siempre fui fornido, tú, por las fotos que he visto, ya no eres el esbelto joven de mis recuerdos y, aunque guardas la gallardía, te has ido acercando hacia mi cristobalonía, con lo que igual nos faltan brazos.

Y paro ya, que si no me voy a parecer a mi semipaisano del Vigo (semi porque aunque siendo de al ladito, él es burgalés y yo, dada mi envergadura, no cántabro, sino cantabrón).

Luis T Barbería -

LAS AMISTADES PELIGROSAS.
UNAMUNO Y LOS FRAILES DE SAN ESTEBAN

Recuerdo que, siendo nosotros unos críos, Marino Zugasti nos reunía en ocasiones en el estudio central de Villava y nos hablaba de las confrontaciones dialéctico filosóficas entre el P, Rodríguez –eminente teólogo dominico- y un discípulo de Ortega, que ya no recuerdo su nombre. Quizás pudiera ser Julián Marías, la verdad es que no recuerdo.

El P. Marino tenía un verbo muy entretenido y a pesar de no tener nosotros edades para comprender el alcance de aquellas discusiones, sabía encandilarnos de tal manera que se nos pasaba el tiempo sin darnos cuenta. Naturalmente Marino Zugasti apoyaba siempre las tesis de su compañero dominico y las afianzaba con consideraciones de motu propio que nosotros afirmábamos con entusiasmo de niños, metidos de lleno en aquella especie de torneo o de campeonato intelectual.

Ya no recuerdo si llegábamos o no a aplaudir las irrefutables razones de nuestros ídolos dominicos, pero poco le faltaría, dado el entusiasmo con que Marino narraba sus exposiciones y del que nosotros también participábamos con alegre predisposición. Al final, en aquellos torneos teológicos siempre ganaban los dominicos y nosotros lo celebrábamos como cosa nuestra.

Teníamos nosotros entonces una fe ciega de niños, sin costuras, y el P. Marino constituía para nosotros un ídolo al que admirábamos desde nuestra insignificancia. En aquella época, todo lo que afirmaba Marino Zugasti, nuestro director, iba a misa y constituía para nosotros un dogma irrefutable.

Pero a mi me está pasando lo que suele pasarle a nuestro Javier, que ya voy por la mitad y todavía no me he metido en el asunto. Unamuno y los frailes de San Esteban. Unamuno tenía una hermana monja y en su casa todos los días se rezaba el rosario por su mujer, su madre y su hermana. La fe de D. Miguel entra, no obstante, en una crisis alarmante. El 22 de marzo de 1897 tiene un ataque de angina de pecho, taquicardia. Asustado, sin poder dormir, se escapa al convento de San Esteban y se encierra en una celda durante 4 días, rezando cara a la pared, como cuando era un niño. Comienza entonces una amistad con los dominicos de San Esteban, a los que frecuenta con asiduidad.

Era prior fray Daniel de Avellanosa. Y D. Miguel trató y discutió su obra “Del sentimiento trágico” con el P. Guillermo Fraile, con el P. Getino y sobre todo con el P. Matías García, profesor de Dogma. El P. Arintero, autor de libros sobre mística, lo soportó mientras pensó sacar algún fruto. Luego ya cansado y enfadado le despidió con palabras muy severas diciendo que estaba pecando contra el Espíritu Santo.

La oración, le habían dicho el P. Lecanda y el P. Arintero, es un buen método para recobrar la paz espiritual e incluso la fe. Con continuas idas y vueltas, en continua duda y lucha por querer creer, ocurre la famosa anécdota. De bruces sobre el brocal del convento, Unamuno grita: “Dios, Dios, Dios¡” y el eco le responde “Yo, yo, yo”

D. Miguel no soportaba que con la muerte todo pudiera acabar. Quería creer en Dios. Se portaba bien, iba a misa, pero no podía, la fe se le resistía, no soportaba el dogmatismo de la iglesia. Y así anduvo toda su vida, queriendo creer y no pudiendo.

En 1935, siendo rector de la Universidad, recibió una orden de las jerarquías republicanas prohibiendo la misa que tradicionalmente decían los PP dominicos de San Esteban en la capilla de la Universidad, negándose en redondo y diciendo: “Si es preciso diré yo la misa”.

El día 12 de octubre de 1936, en el paraninfo de la Universidad, tiene el famoso altercado con el general Millán Astral. y a su discípulo Francisco Yndurain le confiesa al respecto: “Absurdo gritar viva la muerte es lo mismo que gritar muera la vida”

El 31 de diciembre de 1936 muere Unamuno, sólo y abandonado, en su casa de Salamanca

Y por qué cuento yo estas cosas a estas horas de la madrugada.? Y por qué lo titulo amistades peligrosas? Para quién lo son, para D. Miguel o para los frailes de San Esteban? Es quizás, el subconsciente que me está gastando una mala pasada? Somos algunos de nosotros, a estas alturas de la vida, algo desencantados y bastantes incrédulos unas amistades peligrosas para nuestros viejos amigos, los frailes? O lo son ellos para nosotros? Vaya lío.

Sabéis lo que os digo. Como Mariano, yo grito: ¡que viva la madre superiora¡
Felices sueños, amigos, vaya rollo que os metido.

valdés -

Querido Padre Huarte:

Yo también le recuerdo mucho más de Villava que de la Virgen del Camino, pero mi cariño y afecto a Ud., a pesar de los codazos, creo que han sido siempre manifiestos.

Me ha sorprendido un poco eso de que yo era un poco enchufadillo. No lo sabía.

Sí es posible que alguno de los frailes por los que sentía una admiración y respeto especial,y ellos lo sabían, pudieran tratarme con cierta correspondencia, pero creo que no puede catalogarse como enchufe, ya que nunca tuve privilegios distintos a los del resto de compañeros.

No parece que todos lo entiendan así pues ANTONIO ARGÜESO, por ejemplo, ya comenta con cierto aplomo no exento de ligereza, hablando de VALDES,( "José Manuel, no el enchufado"), supongo yo que cuando escribía enchufado se refería a mí. Por cierto que JOSE MANUEL creo que se apellida GARCIA VALDÉS.¿ O es otro ?

En fin, a estas alturas de la carrera, estos comentarios son historia; lo verdaderamente importante es conservar buenos recuerdos y mantener dentro de uno todo lo que aprendimos que creo que nos hace un poco distintos a la mayoría del resto de personas de nuestra edad.

Padre Huarte, cuando menciona Ud. a Franco, el caudillo, lo hace con un cierto reparo.Yo creo que hay que hacerlo con naturalidad. Es historia.
Para unos mala y para otros menos mala.

Un fuerte abrazo P. Huarte.
Un abrazo ARGÜESO.

Valdés ( Al que querían cargar el sanbenito de enchufadillo.)

Luis T. Barberia -

No iba contigo la cosa, amigo Cícero. No supe explicarme bien, pero casi prefiero que se haya entendido así. Y mejor dejarlo para no embarullarlo más.

Que yo creo saber por dónde andas tú. Uno escribe, tú escribes globos o relatos novelados como ese magnífico de El Cariñoso y por muy objetivo que quieras ser, muy puesto en el papel de cronista imparcial, uno tiene su corazoncito y hay tanta misesia y tanto dolor contado, que sería inhumano mantenerse mirando el paisaje.

Mira, Cícero, a mi lo que a veces me preocupa de este blog es si habrá otras personas que, aún observándonos, no se atrevan a participar en él por considerar que seguimos manteniendo una postura anclada en los tiempos antiquísimos de nuestro querido colegio.

Que las ideas que ahora cada cual mantenga no sean obstáculo alguno para participar. Que este milagro de blog que habéis puesto en marcha esté abierto, bien abierto, a todas las ideologías y sensibilidades. Que nadie se asuste por advertir que ya cada cual tiene sus propias ideas, a lo mejor opuestas y distintas a las nuestras. Por ahí iban un poco mis reflexiones. Respeto tu posición de aquilatar tiempos y espacios, pero me temo que a otros nos es imposible mantener esa disciplina tan férrea y se nos escapan las fobias y las filias al primer descuido.

Encantado de saludarte si vienes por Zaragoza. Ápúntate el movil, que se me olvidó dárselo al Sr. furriel el otro día: 679724780. Cuando quieras, con mucho gusto, hablaremos o lo que haga falta.

Un fuerte abrazo, amigo.

Isidro Cicero -

A ESTE BARBERIA
Este mediodía, me dejas de una pieza, querido amigo Barbería. Hasta te has molestado en buscar uno de mis libros y, por si eso fuera poco, has tenido la delicadeza de leerlo. Y encima, me escribes para decirme que lo has disfrutado. Todo ello, amigo mío, es muy gratificante para mí, créeme.

Pero ya donde me has dejado de una pieza es en la pieza propiamente dicha, cuando me dices que estoy en las antípodas de tus ideas. Y no te creo. En primer lugar, porque, vamos a ver, ¿de qué ideas me hablas? ¿De las estéticas? ¿de las políticas? ¿de las sociales? ¿de las religiosas? O de todas en general. No te creo. Acabo de empaparme con un paisano mío, Menéndez Pelayo, que escribió la Historia de las Ideas Estéticas. Y me pido la mayoría. Fíjate, tú, me pido hasta las del romanticismo alemán, me pido las ideas de Lessing, sobre todo las de Lessing. Luis, de Lessing, que quiero dedicarte este poema que te escribo de memoria, lo mismo que hizo más arriba con Manrique nuestro inolvidable Argüeso campurriano. Aquel San Cristobalón de mi curso que acaba de aparecerse aquí y al que ya tengo ganas de propinar el abrazo que le corresponde, si es que lo alcanzo, que lo dudo:

Luego seguiremos por las antípodas, querido Luis, pero toma antes esta copa conmigo y con Lessing:

“Si me dieras a elegir, oh Dios, la verdad completa en tu mano derecha
Y en tu izquierda este afán por seguir buscándola por mi mismo,
Elegiría la mano izquierda.
Y te diría: Gracias, Padre, pero la verdad completa sólo a ti te corresponde”.

Sobre poco más o menos, es el texto, no me hagas levantarme a comprobar su alpiedelaletrez, pero quédate, amigo mío, con la idea. Pero por eso te digo que, en las antípodas imposible. ver para arriba lo que yo veo para abajo, blanco lo que yo veo negro, omega lo que para mi es alfa, mar lo que yo veo cielo, noche la mañana, querido Luis, no te lo creo.


Las ideas políticas y sociales, que las tengo, me cuido mucho de no exponerlas aquí. A Mariano Estrada se lo he dicho muchas veces. Yo para escribir en el blog acoto el tiempo sólo en la primera parte de la década de los sesenta y el espacio, León, el Camino. Aquellos cuerpos y aquellas almas que tuvimos y ya no tenemos, coincidieron en ese tiempo y en ese espacio. Fuera de ellos ya no existimos, esa es mi manera de ver las cosas. Porque vino el futuro con la tijera y cortó los bramantes del manojo de globos que el destino llevaba en la mano y cada uno de nosotros salió pitando por donde pudo, el manojo se disolvió y ya no hubo más. Y claro. Hablando sólo hablo de cosas de la infancia y de la adolescencia, la perdida patria común de todos nosotros, que coños ideas, qué pensamientos. Un chupete, un jersey amarillo, un soneto, un haiku, chiquilladas así, no tienen ideas. Yo sí, pero soy como el conde Olinos que no digo mi canción sino a quien conmigo va.

Tengo previsto ir por Zaragoza, antes de que acabe este mes, y, si tenemos ocasión vamos a tener tú y yo un hablativo para dilucidar eso de las antípodas, que no me creo, porque, por mucho que te empeñaras, es imposible. Si no, a ver, dame una explicación, amigo maño.

José Mª Cortés Aranaz -

Amigo Marianito,

Bienvenido a la yeguada común de HOMBRES BUENOS.

Ya se te esperaba.

Espero la adscripción inmediata de Antonio Argüeso.

El Furriel farolero, presumido, vano, pedante, ostentoso, huero y del Madrid.

Pablo Huarte -

A ANTONIO ARGÜESO

¡Vaya cómo me ha sorprendido cuanto acabas de escribir! Y ha sido una sorpresa de las que te dejan con la boca abierta y el corazón un poco más caldeado.

Tienes toda la razón del mundo. Me habías dicho que dijera algo sobre ese acontecimiento que tú viviste a los 4 años y yo con mis veinte primaveras. Era, en ese momento, estudiante de filosofía, en Las Caldas de Besaya. En verano -no teníamos vacaciones con la familia- íbamos a Montesclaros. Lo pasábamos muy bien. Imagínate a unos jóvenes llenos de vida. Siempre, es curioso, de hábito. No había televisión, ni móviles, ni ordenadores, ni nada de nada. Pero lo pasábamos en grande. Hasta nos bañábamos -en ese momento en traje de baño, por supuesto- en unas pozas que se formaban en un riachuelo, cuyas aguas bajaban de Somaloma. El agua, gélida. Pero a los 20 años, ni lo notábamos.

Cuando el Maestro lo consideraba oportuno, nos permitía ir al pantano del Ebro y entonces todo era de cinco estrellas.

Como bien recuerdas, el 6 de Agosto de 1952, el Caudillo de España, llamado Francisco Franco, venía a inaugurar dicho pantano, tal vez, en ese momento, el mayor de España. Como no podía ser de otra manera, había que asistir a la inauguración vestidos de nuestros blancos hábitos. Teníamos que aplaudir a Franco con todo nuestro ímpetu juvenil. (Os aseguro que yo, siempre de acuerdo con todo y sin apenas opción de poder escoger otra cosa que no fuera la dictadura, me encontré muy cómodo en semejante acontecimiento).

Por allí había muchos chavalillos de 4 y 5 años que se nos acercaban, pues les llamaba mucho la atención de cómo íbamos vestidos. A lo mejor, hasta recibiste, Antonio, una caricia mía.

Y me parece que ya me he extendido demasiado. Nunca me imaginé que iba a hablar del que fuera Caudillo de España, Francisco Franco Bahamonde. Pero como habéis visto, no me he metido en "profundidades". Eso no me va.

Un fuerte abrazo, Argüeso.

Pablo Huarte

Mariano Estrada -

Querido Antonio Argüeso:

Los epítetos que humildemente diriges a “esa yeguada” son aceptables o no, dependiendo de las correspondientes aclaraciones:

1.- ¿Te refieres exclusivamente a la yeguada del 61-67, que es la de Javier del Vigo, Josemari, Enrique Muñiz, Justino Blanco, Julio Correas, Chemasarmiento, Pablo Huarte… o invulucras también a la del 60-66, a la cual tú y yo pertenecemos?
2.- Los referidos epítetos, ¿están dichos en serio o es lluvia que cae en el patio de los calificados?

Antonio, compañero: ¿me querrás creer que no recuerdo tu cara? No sé si tú recuerdas la mía. En todo caso, sabemos que estudiamos juntos y que tuvimos los mismos profesores. Ellos nos enseñaron por igual –cierto que con alguna concesión a los privilegiados-, pero en términos generales nos enseñaron las mismas cosas ¿Qué ha ocurrido, entonces? Pues que unos las asimilamos de una manera y otros de otra, pero eso no dependía de los profesores, sino de nosotros, los alumnos. En todas partes pasa lo mismo: unos son serios y sesudos, otros rebeldes e inconformistas e incluso vanos y hueros ¡Qué le vamos a hacer! ¿Pertenece a estos últimos la yeguada del 61-67? En tal caso has dicho grandes verdades, y aún te has quedado corto en las apreciaciones. Sin embargo, mira, yo soy un tanto contradictorio y pido que ME SE incluya en esa yeguada, porque los “locos” no podemos ser muy sesudos. Al contrario, tiramos mucho a niños, a los que no nos acaba de convencer que nos gobiernen siempre los cuerdos, los mayorones, los que quieren administrar nuestro presente y nuestro futuro sin tener en cuanta la utopía y la risa. Y es que hay cuerdos y cuerdos. Algunos son rancios y tienen el alma muy vieja. Sólo hay que ver adónde nos han llevado en ocasiones…

No hagas mucho caso de lo que he dicho, sólo es una reflexión que, entre brómulas y vérulas y al hilo de tus palabras, me he hecho a mí mismo. Lo que pasa es que la he hecho en alta voz y estaba abierto el micrófono ¡Manda huevos!

Te dejo un pequeño poema, muy muy sencillo, casi elemental, casi naif y, desde luego, absolutamente prescindible. Insiste en el asunto de los niños. Y es que uno no acabará nunca de madurar…

Un abrazo desde el calor.

¿CÓMO ES EL ALMA?

Le dije un día a un muchacho:
muchacho, ¿cómo es el alma?
No sé, me dijo, con ojos
del alma misma que hablaba.

Seguí con risa de niño
diciendo, ¿cómo es el alma?
Y dijo un hombre: no existe,
no tiene forma, no es nada.

Y preguntando a otros hombres
perdí la forma del alma
que vi salir de los ojos
de un niño, cuando me hablaba.

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
(De libro Vientos de soledad)

Antonio Argüeso -

Ya quisiera yo aparecer con mayor frecuencia, ya. A ver si lo consigo. De todas formas, al no ser ni enchufado, ni de la yeguada avasalladora, no sé si tenemos mucho predicamento. ¿Cómo explicar, si no, el largo silencio de Joaquín Bandera o las también esporádicas apariciones de Valdés –José Manuel, no el enchufado–? ¿o el pertinaz mutismo de tantos y tantos que sabemos entran con regularidad y apenas se manifiestan?

Ahora bien, de lo que preguntaba sobre Arija e inauguración del pantano del Ebro; nada de na (mutis por el foro que se decía).

¿Qué hacías, insisto, querido Padre Huarte, aquel 6 de agosto de 1952 por esos inhóspitos y bellos parajes?

Yo tenía apenas 4 años, pero recuerdo perfectamente el día, que era caluroso. Unas semanas antes habían no sé si empedrado o desempedrado la carretera; pasó un cortejo con vistosos jinetes, seguido de vehículos, para nosotros raros, llenos de soldados de la guardia mora (uno de ellos, el pobre, venía mareado) y claro, el generalísimo igual a sí mismo.

Aquella carretera ha seguido prácticamente como entonces (la de Arija tiempo ha que la asfaltaron, pero Arija siempre fue más pija que el Campoó de abajo) y solamente ahora se ocupan de ella.

Un abrazo muy especial al Padre Huarte al que recuerdo, como a casi todos los formadores de la Virgen del Camino, con mucho cariño.

Miss Wikinson -

Hello, hello, my friends.

Mr. Cícero pensar, may be, que Mr. Pablo and Mr. Pedro, con amigos como Teódulo, no necesitar enemigos?

Yo no conocer todavía a Mr. Pablo, my dears friends. Ser Mr. Pablo joven mozo de futuros, de la yeguada del 61? Tener Mr. Pablo finca de toros bravos, apartamento y yate en la costa o cuenta de banco en Suiza? Ser simple curiosidad.

Bye, bye.

Pablo Huarte -

Vamos a ver: voy a dedicar algunas pinceladas, impregnadas de un gran afecto, a varios chavales a quienes tuve el gusto de conocer, convivir y quererles mucho, allá, por la década de los años sesenta. Luis Angel Valdés era uno de esos muchachos a quien se le apreciaba, entre otras cosas, por ser un gran deportista -como yo, también acudía a alguna que otra marrullería-, con cualidades hacia la música, tipo elegante y un poco enchufadillo para algunos de sus profesores. Se le quería.
Lo recuerdo mucho más como de Villava que de La Virgen del Camino. (Y mira que yo digo cosas buenas de él, y él -dale que te pego- siempre me flagela por causa de unos leves empujones jugando al fútbol. Pero es que se los merecía. No nos tenía el menor respeto, y a los profesores nos mareaba con sus regates en corto).

A Isidro Cicero ya le dije alguna que otra cosa -sigo recordándolo con sus bonitos jerseys-, y ahora quiero felicitarle por el globo que ha dedicado al P. Pedro. Lo has bordado, Isidro. El P. Pedro es, lo que exactamente has reflejado en tu descripción sobre él: su siempre escueta conversación, que apenas usa adjetivos, que sabe escuchar, que uno se encuentra muy cómodo junto a él, que manifiesta cariño y muchas ganas de complacer...
Y no sigo, pues el que desee conocer más cosas sobre el P. Pedro, que lea el globo que le ha dedicado.
Sí quiero recordarte, Isidro, aquel paseo que hicimos andando desde la estación de La Robla hasta el colegio, después de haber pasado el día en Cistierna o La Vecilla. También, entre otros, venía en el grupo el P. Jaime. Lo recuerdo muy bien: conversando muy tranquilamente y muy agusto, mientras los otros chavales subían en autocares hasta La Virgen. ¿No lo recuerdas? Pues yo, sí.

Ha entrado, también, Antonio Argüeso. Estupendo. Buen rapaz, pero necesita que aparezca mucho más por aquí. Nos tocará decirle unas cuantas cosas.

Y a todos los otros que se han enzarzado en sabrosos diálogos, que sigan, que sigan.

Un abrazo.

Pablo Huarte


Antonio Argüeso -

Ayer, al 1° de mayo se unió la Fiesta de la Ascensión (ya sé que esto en España, como los calostros y las ubres de Javier, ¡olvidado que está!), por lo que hoy tenemos fiesta –impresionante puente– y he podido solazarme en el blog. Pero, la verdad, anonadado me quedo:
Los de la yeguada esa ¿tuvisteis los mismos docentes que yo? Diríase que no, pues faroleros, presumidos, vanos, pedantes, ostentosos y hasta hueros os veo. ¿Habéis olvidado lo que no sé si el Padre Felipe o si el Padre Huarte sabiamente nos transmitieron del poeta?:

“Las justas y los torneos
Paramentos, vestimentas, bordaduras
¿Fueron sino, devaneos?
¿Qué fueron, sino verdura de las eras?” (cito de memoria, luego…)

¡Meditadlo y acaso se bajen vuestros humos!

Vamos por partes (y acabo de verdad, no como el arijano que, cuando dice que acaba, casi ni ha empezado):
1. Isidro, sigue con tus globos. Son continuas bocanadas de aire fresco y de dulces recuerdos. Y el del Padre (lo de fray, que no me sale) es realmente extraordinario. Lo bordas con extrema delicadeza.
2. Padre Pablo, ¿Arija e inauguración del pantano? ¿Y sin decir nada hasta ahora? Seguro que Javier (y desde luego yo) queremos una explicación; no puede dejarnos así, como se dice, en la inopia; pero si cuando aquello, por aquellas inhóspitas (y bellísimas) tierras, ni caminos había.

Luis T Barbería -

Vengo de leer un hermoso libro tuyo, Cícero, “El Cariñoso”, un relato novelado, creo. Y he disfrutado mucho. Lo he leído de un tirón, sin casi respirar. Una historia de supervivencia en tiempos muy duros, contados por alguien muy conocedor y amante de la tierra que describe. Y de los personajes, tratados con una delicada humanidad. He sentido, se dice así?, orgullo ajeno.

Me ha quedado alguna duda, que si quieres me la resuelves o la dejas mejor en el misterio. El diario de Launa, es inventado, verdad? inventado por ti, naturalmente, que eres el padre de la criatura.

Creo, ya lo he dicho, que es un relato novelado. Y hay en este relato, si me permites una pequeña objeción, sobre todo al final, en la muerte del maqui José Lavín, alias El Cariñoso: un excesivo afán por atenerte a la realidad de los hechos y explicar otras posibles interpretaciones. Da la sensación que contabas con tanta información sobre el asunto, había tantas cosas que decir que, en definitiva, cuando te pones a explicarlo y contarlo te supera tal cantidad de información acumulada y te resta un poco de libertad para expresarte a gusto, como tú sabes hacerlo.

Un libro muy bien escrito y muy bien documentado. Un trabajo realizado con conocimiento de causa, pero también con corazón y exquisita sensibilidad. No soy catedrático ni experto, pero te aseguro que soy buen catador de palabras. Y las tuyas me gustaron como un vino muy equilibrado, poderoso, redondo y de aromas florales exquisitos.


A otra cosa, amigo. Y en esto, perdona, no coincidimos. Ya sé que últimamente algunas palabras me salen amargas. Pero siempre he pensado que las buenas amistades se deben afianzar sobre la sinceridad y el respeto mutuo. Es decir, soy amigo y te aprecio a pesar de que sé que piensas de diferente manera. En definitiva, eres tan cojonudo como amigo, cacho cabrón, que, a pesar de que estás en las antípodas de mi pensamiento, te sigo queriendo y apreciando como amigo. Y me partiría la cara por ti, aunque crea que estés equivocado y no piense como tú.

Ya sé que es difícil que tú te equivoques alguna vez, pero en esta ocasión siento disentir de tus meditaciones chinas.

Tántas veces he desilusionado a mis amigos frailes que creo que una vez más sabrán perdonármelo. Vamos, eso pienso yo. Por lo demás, yo, como Mariano ¡viva la madre superiora¡

Un abrazo, amigos.

Javier del Vigo -

n señor, Mariano! Sí señor!

Fumo contigo tu misma pipa; bebo contigo tu misma luz; me cuezo contigo, en tu misma salsa...

Manolo, Juan Manuel, ¿es así como hay que escribir? ¿Conciso, breve, pacífico?

Entonces, una vez más, me ganó Mariano, aunque hoy no estuvo metiéndola. Rumiaba fantasías!

Felices sueños, chavalería!

Mariano Estrada -

Vengo en son de paz, queridos amigos, porque vengo completamente desarmado y sin ganas de continuar esta disputa. Por cierto, ¿quién la originó, quién que se diga Cortés?

Javier del Vigo, que sigue en edad de merecer y a mí me tiene prendado de sus enormes atributos, me ha hecho recapacitar y yo he recurrido a la madre naturaleza para que me inspire, me ilumine, me bendiga, me fortalezca y, en la medida de lo posible, me aparte de los horrores de esa España profunda que se acuesta un día tranquila y sosegada y amanece al día siguiente con el hacha de guerra para clavársela al portero dos veces. Ya sabéis que el portero siempre llama dos veces.

Y pregunto yo, ¿qué sentido tienen estas sangrientas batallas entre hermanos, sean de una yeguada de reconocidos equinos o morlacos, como la del 61-67 (incluido Pablo Huarte de Tarso, converso de naturaleza empujona), o sean de una generación de prohombres como la nuestra, respetados y respetables, amantes del bien y de la verdad, enamorados de la utopía, fieles a la belleza, completamente adustos y serios y sin ninguna concesión al diletantismo ni a la tentación del poder ni la burbuja inmobiliaria…?

¡Ah, hermanos!: vengo del mar, la mar, vengo de la brisa mediterránea, he estado en los aposentos de la luz y la he mirado de frente. Y ahora, más humilde que nunca, me pregunto: ¿qué sentido tiene una competencia desaforada entre nosotros, por el hecho de que unos seáis los mejores en lo que puede deducirse claramente de lo anterior y otros lo seamos en lo que ya está demostrado por la jurisprudencia y los hechos?

Resumiendo, queridísimos compañeros de la antañona, ahora amigos indispensables y disolutos: si vosotros no nos dais más patadas en las ingles ni mordiscos en las pantorrillas, nosotros no os tendremos que poner el bozal ni las cadenas.

Coda:

Es cierto que esta tarde he estado paseando por la orilla del mar, que una luz blanca caía sobre un agua azulona, y en algunas partes verdosa, y que vine tan reventado como mi hija y mi perra. La verdad es que he disfrutado mucho de la naturaleza, del paisaje y de la familia. Querido Javier del Vigo: como comprenderás, no era momento para pensar en las reivindicaciones sindicales y mucho menos en las barbas de Méndez o en las alturas corporales de Fidalgo.

Una vez repuesto –con actimel y con nísperos de Callosa de Ensarriá, donde trabaja Laura Blanco, la hija de Maica y Justino- he entrado en el ordenador ¿Y sabéis a quién me he encontrado? A Valdés, que dice que me llevaba esperando seis horas ¿Para decirme que te quería? No, para incitarme a la guerra. Pero yo, como habéis visto, no le he hecho ni caso. Me he ido al sofá tranquilamente, he descabezado un ronquido y, al despertar, he propuesto que fumemos la pipa. Nada más que añadir, no creo que nadie ose rechazar este contrato que, como veréis, es de condiciones absolutamente igualinas o paritarias.

Un abrazo

Isidro Cicero -

Sí, padre Huarte. Casi siempre me consideré lo bastante bien “colocado” allí en León. Ya dije en una de las narraciones primeras que era yo un cero a la izquierda hasta que el profesor de lengua y literatura –era usted, se lo he agradecido- dedicó una tarde parte de su clase a comentar un trabajo mío que calificó como excelente. Y además realizó algunas profecías sobre mi persona, que en su esencia se han ido cumpliendo. Léase la Vendedora de Globos, tres, cuatro o cinco, me parece. Ahí se explica.

Yo no asistí a aquella clase trascendental para mi, pero aquellos comentarios positivos que me llegaron por la vía del compañerismo asturiano, sobremanera de mi querido y añorado amigo Pablo González Díaz-Faes. fueron fulminantes, lo he explicado. Cambiaron la percepción de los demás hacia mi persona y, como reflejo, la percepción que yo mismo tenía sobre mi mismo. Pasa mucho esto de que la valoración de los otros repercuta en tu propia valoración. Gracias otra vez por desencadenar la espiral.

Ahora bien, en lo de los jerseys Pablo Huarte se hace un lío. Me confunde quizá con otros adolescentes del pasado con más posibilidades para presumir, las mías eran nulas. Yo no tuve jerseys variopintos, porque ni los tuve pintos, ni los tuve varios. Yo tenía sólo un vestuario de subsistencia. De esto, no podía presumir, quizá sí de otras cosas. El jersey amarillo, de pico, no pude exhibirlo, cuánto me hubiera gustado a mi y a ella. Un espabilado se me adelantó, efectivamente y el religioso encargado de la paquetería no puso la suficiente atención para evitarlo. Los dos debieran ir a Zara y , a escote, enviarme uno igual. De algunas tallas más que aquel, si es posible.

Pero bueno, el padre Huarte ha leído el globo dedicado a Pedro, (¿qué le ha parecido?), y sabe mi opinión sobre las quejas: o la haces a tiempo, o te callas, o las conviertes, como hago yo, en viento. Para que los globos suban al cielo azul y la gente se divierta pensando que estamos de romería.

Valdés -

Mariano, ¿Dónde estás?
Llevo seis horas delante del ordenador, esperando tu contestación a semejantes provocaciones.

¡Duro con ellos!

Tira a dar a las espinillas, que es donde más jode, y además te deja cojo un rato.

A Huarte, además de darle en las espinillas, regálale un par de zancadillas traperas, porque después de tanto tiempo, sigue empujando y dando codazos el muy ladino.

¿Qué le habrán dado u ofrecido estos yeguos ?

Sigo esperando.

Pablo Huarte -

¿Pero de Arija puede salir algo bueno...?

Pues salió. Y ¡vaya si salió!
Sé que más de uno lo intentará poner en duda. Pues dificilmente lo va a conseguir.

Conozco Arija bastante bien, y no tengo más remedio que quitarme el sombrero y reconocer que me quedaba mucho por descubrir de ese bello y pintoresco pueblo que descansa junto al pantano del Ebro. No sé si lo he dicho alguna vez, pero, por si acaso, lo recuerdo: Asistí a su inauguración en la década de los cincuenta, cuando todavía Del Vigo y Palencia estaría casi en la esfera de lo futurible. No hace falta decir que lo inauguró Francisco Franco Bahamonde. ¿Lo conocéis?

Lamento mucho no saber deciros la cosas, con la fuerza y facilidad con que tantos de vosotros -Mariano, Cicero, Del Vigo y un etc.larguísimo- lo hacéis con la mayor naturalidad del mundo. No me extraña que este blog, en donde me atrevo a introducir mis comentarios, sea el blog de mayor altura literaria de cuantos navegan por INTERNET.

Concluyo: la yeguada 61-67 es parte fundamental, para que las cosas funcionen como están funcionando.

Un saludo, amigos.

Pablo Huarte

Javier del Vigo -

¿Allá él? ¿Allá Pablo, dices, Isidro?

Allá fue Pablo, -a un colegio nuevo levantado entre grijos rodados-, en 1961; como aquellos otros ciento y pico pipiolillos, entre acojonados y sorprendidos. Y de allá salimos, al cabo del tiempo, limados, aprendidos, crecidos... Entre seis y un año nos habían envuelto, mientras tanto. Con toda la experiencia que se nos dio acumular!

Aquel colegio fue un oasis lustroso entre las casas de adobe del páramo, en una España que iniciaba el camino al desarrollismo; para unos niños hambrientos de cultura, de saber, de libertades... Con ganas; con muchas ganas de crecer y comerse el mundo!

“...chicos yeguados de poca monta...”-El Ruso dixit. ¿De poca monta los de la yeguada 61? Este Mariano, cuando no se percata, la caga: ¿proyectas tus habilidades “montantes” en nosotros...? Mariano, ¿qué metes tu cuando quieres meter?. ¿Qué es para ti un gol? Te he leído: “Hoy te la voy a meter un par de veces...” Entonces, no hablábamos de lo mismo? No es bueno golpear pelotas en los campos de fútbol sólo...

Somos todo orejas, los de la mejor yeguada. Y la más “montaraz”, también... Que Venus y los montes no son sólo un planeta lejano y un medio ambiente a proteger más cuanto menos monte quede. Hay más montes de Venus, sí...

-Dejo aquí ya las orejas para leer la ocurrencia que, sin duda, tendrá Mariano al responderme.

Pongo un ejemplo montaraz: Pablo la metía bajo el hábito. Y luego daba codazos hasta llegar a puerta. Así que eres, Pablo, muy buen fichaje para nuestra yegüada, porque -contigo en el equipo- ganaremos siempre, como en aquellos tiempos ganaba el equipo donde “codiobrabas”. Los de la yegüada 61 tenemos nuevo entorchado: vencedores del torneo de fútbol de invierno, con Pablo Huarte de capitán. ¿Alguien lo duda?

Mira, Mariano, que me lo pones difícil... Calostros! ¿Dónde quedan calostros, a estas alturas de la vida? ¿Quién se comió un calostro, de igual forma que se jamó un rosco? Ni buenas ni malas leches nos quedan. Cuanto menos calostros. Digo más: entre nuestros lectores de edad provecta y cultura inmensa habrá, incluso, quienes no sepan qué es un mal calostro. Hay aquí mucho urbanita, que nunca anduvo por Muelas, ni por Arija, ni por Villacil, esos “pueblines” castellanos –Arija ¿castellano o campurriano, Isidro?- con ventipocos habitantes y un silencio de eternidades. Ya no hay ni leches. Las ubres de las vacas –finolis que es uno!- las han visto en pantallas táctiles; no más. Andrés, es tu turno, mulo; ¿en Villacil quedan calostros?

Día llegará –quiera el cielo no lo veamos- que nuestros nietos, al oír hablar de ubres y calostros, imaginarán estar hablando de un periférico de ordenador con una capacidad de almacenamiento superior a un millón de terabites...

Pregunta añadida: ¿Castrón es quien vive en Castro o un niño de aquellos “Pueri Cantores” vaticanos?. Tu, por si acaso, Mariano, urde con tus manos y la delicadeza que te caracteriza una malla, -malla bien “mallada” por nuestro hermano José Ignacio Serrano-, alrededor de tus atributos, antes de que cualquier cuchilla wikinsoniana te cepille criadillas. Quien avisa es buen amigo! No todos quienes vivimos en Castro somos “castrati”; no, amigos. Los hay con pingajos decorativos –por ser jubilados, mayormente- y estamos quienes aún debemos ganar el pan con el sudor de nuestro esfuerzo, compañeros.

-Que viva el 1 de mayo, fiesta de los trabajadores! Propongo institucionalizar, además, la Fiesta del Placer, que no sólo de pan vive el hombre, coño!

Acabo: Menos mal que aquellas “técnicas cantoras” no se estilaban en León. ¿Imagináis cuántos de nuestros amigos -abuelos hoy de venerables mostachos- no habrían podido ni ser padres, porque un retortijón adecuado –ay! allí- los hubiera convertido en tiples eternos, de voces angelicales? No me atrevo ni a hacer listado. Pero los hay que hubieran tenido premio al 15! Ese premio castrón que me duele las gónadas sólo de pensarlo...

-Qué suerte que hubisteis, amigos, por nacer en estos tiempos... Dad gracias al cielo! Y si aún tenéis fe en los movimientos sociales, daros un paseo por el centro de vuestra ciudad, acompañando al “cortejo” de los sindicatos, que piden “igualdad y justicia”.

Igualdad y justicia en un mundo inmisericorde con los débiles. Crecientemente, inmisericorde; carente de almas y sentimientos. Tremenda paradoja, no? En la aldea global, -en la que hay cada vez menos ricos, pero ricos mucho mayores, en relación opuesta al crecimiento de la pobreza y las injusticias del liberalismo salvaje-, ver a sindicalistas incombustibles desplegar pancartas y consignas por el asfalto de nuestras ciudades reclamando igualdad me suena a desideratum vacío de perfiles, de volúmenes, de verdad. Como una imagen congelada en el tiempo, mientras Batahola en Nicaragua o Dim Ditey en Kiev siguen luchando por aspectos esenciales de la vida: un plato con alimentos, unos estudios elementales, un entorno que produzca lo suficiente para que aquellas gentes tengan dignidad de personas... ¿Seremos privilegiados del Primer Mundo, realmente?

Confieso que he leído. Leí los últimos globos de Sidrín. Perfecta conjunción de dos astros univitelinos, Pedro Sánchez e Isidro Cicero; tras ellos, se rompió el molde. El hombre paciente, fraile que mira hondo, y el escritor perfecto, santero que despliega el tiempo con su palabra ante tu vista como los vendedores de frutas y zapatos en la plaza del pueblo, buscando tu encantamiento.

Y piqué. Me vi envuelto en vuestro tiempo, queridos, y a la vez, fuera de él. Síntesis misteriosa de firmamentos inmensos, que me confluyen muy de tarde en tarde, como los eclipses totales de sol. Me he sentido en paz, sabiendo que aquel ayer y este hoy forman –cada día con mayor nitidez- un todo continuo que va engordando; y ensanchándose, con recuerdos y vivencias re-encontradas. Gracias a ambos, queridos!

Sobre todo, todo continuo de cariños y comprensiones, en la esquina del tiempo, cuando va cayendo la tarde...

Rufino diría : “Sois unos monstruos!”. Y yo lo suscribo.


Postdata: Toma un prieto picudo a mi salud, Andrés; y rechina de envidia, si no puedes ir a oir a Zamanillo en Palencia o Valladolid.

Yo no puedo prometer ni prometo en este caso. Pero otros momentos habrá y documento quedará.

De todas formas, milagros más gordos habeis visto...

Andrés Martínez Trapiello -

¿Ves para qué sirven los mensajes de teléfono? No solo para invitar a un Prieto Picudo.

Me envía Jose Luis, Zamanillo, para invitarme –invitarnos- el da 2 a un concierto a las 20:00 horas en la Catedral de Burgos; y el domingo día 4, a las 13:00 horas en San Pablo de Palencia, y a las 20:00 en San Andrés de Valladolid.
Gracias, Jose Luis.

Tengo que buscar rato… y coche.
En yegua de la yeguada no se puede ir ¿verdad Mariano?

Y quizás Javivi nos cuelgue otro video del concierto.

Mariano Estrada -

Querido Isidro: ¿de qué yeguada es Pedro? Pablo no te entiende, pero él se decantó, “motu propio”, por la del 61, y luego lo ha querido disimular hablando del jersey amarillo… No obstante, me consta que te tiene en muy altas estimas, además de que, allá en las lejanas adolescencias y primeras juventudes, te echó de comer aparte…Yo creo que su posicionamiento de ahora huele a compasión y a misericordia. Como que le dan pena estos chicos y les quiere echar una mano.

-Oye, chavalín, y entre los híbridos que dices de esta cuadra, ¿hay también zebrasnos?
-También
¿Y grandes Cabrones?
-De esos sólo hay uno, que es Javivi del Vigui
-¿Y burros de alta consideración?
-No, de eso nunca hubo en la Virgen del Camino, pero sí algún cacofondio.
-¿Y qué es un cacofondo, si se puede saber?
-Pues un cacofondio es un lobo como de rebajas
-¿Un lobo?
-Sí, pero esquilado y sin orejas, ya sabes, poco montaraz, muy nada feroz, más bien tirando a caperucito.

¿Vas hilando, Trapiello, por dónde va la yeguada del 61, llamada también la de la Aldaba de Josemari. Por cierto, ¿dónde está Andrés Cortés, mi amigo y el tuyo? ¿Dónde está Izquieta? ¿Dónde está Rey, dónde está De Pablos, dónde está Manolo, dónde está Olóriz, dónde José Luis Zamanillo?

Queridos concaballos: os voy a decir un despropósito: “Soy pastor de ovejas viejas / No me quieren saltar los caños / si no me dan de la rosca / no se las guardo más años”

Un abrazo

La última vez que estuve en las cuevas de Valporquero tenían puesto un disco de Aldaba. Contad los años…
Por cierto, Josemari, ¿por qué de Valporquero? ¿Se refugiaba allí el cerdo montés, la jabalina olímpica, el porc senglar catalán? En mi pueblo hay un paraje que se llama Matalavaca, pero es porque allí jugamos al fútbol.

Pablo Huarte -

¿Predilecciones, Isidro? ¿Hacia quién?
Si no lo sabías, te lo digo: Tú siempre estuviste muy bien colocado. Hasta te recuerdo perfectamente cuando
"presumías" -es que podías- con tus variopintos jerseys.
¡Lástima que no pudieras exhibirte con el jersey amarillo de pico y que algún espabilado te lo sustrajo! Tampoco viene mal, de vez en cuando, que se aprenda a superar situaciones nunca deseadas.

Voy a leer el globo que dedicas al P. Pedro.

Un abrazo.

Pablo Huarte

Isidro Cicero -

Qué va, querido Mariano. Ya sabes que soy incapaz de sentirme ofedido por nada. Y menos por las predilecciones de Pablo Huarte, que sus motivos tendrá. Allá él...

Mariano Estrada -

Repito el poemino, ya que se ha colado un artículo de rondón y rompe el ritmo. Y aunque estemos de cachondeo, en esto soy muy serio, ya veis.

I beg your pardon

NO ES AMOR, PABLO, ES INTERÉS

Ni es bueno ni es honrado,
Pablo Huarte querido,
que con tanto descaro te pronuncies
y que tomes partido.

Esos chicos yeguados
de poca monta,
-todos baba y ombligo-,
saben que no son nada
sin ti, y que, por contra,
lo son todo contigo.

¿No escuchas de su boca
un seboso bufido?

¿No percibes su belfo pelotero?

Y en sus trotes alados
¿no escuchas los cascos amansados?

Mariano Estrada
De la yeguada del Trapi

Mariano Estrada -

A la burra de tu tío Fidel y al burro de Ti Antolín, en Muelas de los Caballeros, que se hizo famoso por los calostros.

Pero no son burros, no.
Yo veo más bien que en la tan cacareada yeguada del 61 (Que si es cacareada, ¿no será gallina?) hay más de un híbrido ¿Sabes tú lo que es un híbrido, Andrés, en esto del ganado caballar?
-Pues un mulo.
-¿Y de mulo no viene muladar?
-Como la lluvia del cielo
-Pues eso, que hay aquí mucho mulo escondido.

Justicia
Soy de la yeguada del Trapi

Andrés Martínez Trapiello -

¡¡¡ SOOOOOOOOOOOOO !!!

¿Por qué esta yeguada me recuerda la burra de mi tío Fidel?

Mariano Estrada -

Joder, Isidro, esto no es publicidad encubierta ni subliminal. Esto es un mandato directo para ir a ver a San Pedro.
Iremos, no lo dudes. Pero tú, ¿no te sientes ofendido por Pablo y la yeguada de Jodermari, Judio Corredas, Justiblanco Villausted y el Gran Cabrón Javivi de Castro Urdiales? (Por cierto, Javivi, ¿sabes que de Castro viene Castrón. Y de Urdiales,urdir? Urdir Castrón. O sea, encabronar)
Contra el abuso caballar, pido que nos levantemos las armas, si podemos. Yo puedo más por las mañanas, cuando aún estoy calentito: “Todas las mañanas cuando me levanto / tengo la pilila más dura que un canto”.

Por la paridad de las yeguadas.(Gozamos del favor de Zapatero)
Yo soy de la yeguada del Trapi

Isidro Cicero Gómez -

Acabo de colgar en Ciceron y Bruto la segunda entrega del globo de Pedro. Para los interesados.

Mariano Estrada -

¿Soooooooooooooooo? ¿Qui mi quieri dicir, Andresito? ¿Tú eres yeguo o caballa? Pues has de saber que hubo una vez un caballo que se enamoró de una caballa ¿Que qué desenlace tuvo? Se ahogó, naturalmente.

Muchas gracias, Pablo: ya se te echaba de menos (¿ves qué fácil es hacer la pelota?) Deberías haberte atrevido con el 109. Eso para ti es pan comido (Joder, Mariano, esto ya no es pelota, ya es un pestilente jabón) Un abrazo

Andrés Martínez Trapiello -

¡¡¡ SOOOOOOOOOOOOO !!!

Pablo Huarte -

Querido Mariano: He descubierto esta tarde, con asombro indescriptible, la inmensa catarata de comentarios -creo que nunca hubo tantos- tras tu simpática foto de aguerrido futbolista. Pensaba haber colocado el comentario 109, pero no me he sentido capacitado para ello. ¡Esto sí que ha sido relevante y no revelante!

Mariano, que puedes con todos.

Un abrazo.

Pablo Huarte

Mariano Estrada -

NO ES AMOR, PABLO, ES INTERÉS

Ni es bueno ni es honrado,
Pablo Huarte querido,
que con tanto descaro te pronuncies
y que tomes partido.

Esos chicos yeguados
de poca monta,
-todos baba y ombligo-,
saben que no son nada
sin ti, y que, por el contra,
lo son todo contigo.

¿No escuchas de su boca
un seboso bufido?

¿No percibes su belfo pelotero?

Y en sus trotes alados
¿no escuchas los cascos amansados?

Mariano Estrada
De la yeguada del Trapi

Pablo Huarte -

Me parece estupendo que nuestro querido Furriel vuelva a colocar en este último día del mes de Abril el ESCUDO que recuerda la yeguada de los años 61-67. Efectivamente, se trataba de una yeguada -como diríamos ahora- muy compensada y equilibrada. Como yo también llegué a La Virgen del Camino en el año 1961, de ahí que me "interese y mucho" el pertenecer a dicha yeguada.

Y este recordatorio se actualiza el 30 de Abril, festividad de San Pío V. No hace falta deciros que este papa, Pío V, fue dominico. Y como buen dominico que ra, no quiso desprenderse de su hábito blanco. Desde ese momento, todos sus sucesores han vestido de blanco.

Y ayer, 29 de Abril, se celebraba en toda la iglesia la festividad de Santa Catalina de Siena, también dominica. El papa Pablo VI la no´mbró Doctora de la Iglesia y Juan Pablo II, patrona de Europa. Es asimismo, patrona principal de Italia junto a San Francisco de Asís. Los dominicos consideramos a Santa Catalina, junto a Santo Domingo y Santo Tomás de aquino, como la tríada más influyente de la orden de predicadores. No olvidéis que la iglesia ha canonizado a cerca de 80 santos dominicos.

¿Qué tiene que ver ésto que os he recordado con la yeguada de los años 61-67? Sencillamente que no olviden algunas de las cosas bonitas que aprendieron durante aquellos años. A lo mejor les pueden ayudar en algo, aunque se trate de cosas que hoy día apenas tienen revelancia alguna.

Porque, "no sólo de pan vive el hombre..."

Josemari, amigo Furriel, gracias por fomentar entre todos un auténtico clima de sana amistad. No te canses. No os canséis. Hasta ahora todo ha merecido la pena.

Un fuerte abrazo.

Pablo Huarte

José Mª Cortés Aranaz -

Querido Pablo,

desde luego que te consideramos componente de la mejor yeguada. Es otro honor para la misma.

Ostentas desde siempre el título de la misma, HOMBRE-BUENO.

Un abrazo.
El furriel de la mejor yeguada.

Pablo Huarte -

En gran medida, me considero de la yeguada del 61-67. Creo que fue un 20 de Septiembre de 1961, cuando llegué al colegio Virgen del Camino. Recuerdo de forma muy especial, a los que llegaron por primera vez, como yo, al colegio. ¡Un curso realmente bueno! Ciertamente, quienes habían llegado en cursos anteriores, nada desmerecían de los del año 1961.

Ahora, que aparezcan muchos de aquella yeguada, contándonos sus morriñas y sus primeras impresiones.

Un abrazo.

Pablo Huarte