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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

LOS PECOS

LOS  PECOS

Esta fotografía que hoy véis, de lujo, me la envió, hace ya algunos estadios, mi querido Julito Barrio. La he estado guardando para algún día especial, para darle el realce necesario y la trascendencia merecida pues me parece que encierra muchos sentimientos, recuerdos, alegrías, tristezas, ternura, añoranzas...

Ante la vulgaridad de mi verbo, que asumo aunque no os permito que me lo reprochéis, he pensado que esta fotografía se merecía la suave e iluminada pluma de algún prócer literario de la más famosa yeguada que conocieron los siglos, esto es, la mía. Y sin dudarlo, se la he enviado a Javidelvigopalencia para que, en alguna de sus numerosas jornadas de inmerecida y veraniega molicie,  y sin que me hiciera sombra, la prologara con su verbo fluido, su fácil prosodia (para los de Ciencias excepto Fernando Box: parte de la fonología dedicada al estudio de los rasgos fónicos que afectan a unidades inferiores al fonema, como las moras, o superiores a él, como las sílabas u otras secuencias de la palabra u oración, gracias), su pluma picante, su desliz insinuante, su florida insensatez, sus signos de puntuación y su mirada enhiesta, y la realzase como se merece. A mí solo se me ha ocurrido el título: LOS PECOS y es que, desconozco la razón, pero les recuerdo a ambos con pecas.

Queridos Julito y Helio, forasteros, nunca debísteis cruzar el Missisipi. Parece que os váis a arrancar con ..dos gardenias para tí...o con bacalao, que Julito llevaba como nadie a los ensayos de los dioses de la Escolanía, ¿te enrecuerdas?.

Un abrazo amigos, hermanos.

He aquí el relato (pie de foto) de ese impresentable que es Javivi; aún no entiendo cómo se me ocurrió encargarle nada, el muy cabrón va y me hace sombra (gracias amigo, hermano, eres un fenómeno, monamur):


 

 

 

Fijaos en sus pies!

 

Hay sincronía de gestos. Bailaban la pierna derecha, -que no la yenka-, cuando los inmortalizó la cámara. Aquel baile de la "izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante atrás!"aún no lo habían aprendido, no. Estos -por aquellos días- cantaban en dueto el Aleluya del Mesías de Häendel con los ojos cerrados y a voces. Y oían con un rictus de desaprobación las primeras canciones de un cuarteto de desgreñados con flequillo, salidos de los suburbios obreros de Liverpool...

 

-"¿Beatles? ¿Bi qué?", preguntaba Julio, el de Cistierna.

-"Yo, de música actual conozco la misa de Tomás Aragüés", respondía Helio, con deje entre suizo y asturiano.

 

Esto sí; dicen que el roce genera cariños.

 

Julio Barrio y Helio Pedregal, -magníficos ejemplares de la yeguada de José Mari Cortés, Gran Hacedor de este "lugar" imaginario de unas memorias cada día más grandes, cada día más reales-, se rozaron desde el año 61 -pasillo va, pasillo viene, año tras año, así un día y otro; y otro más-, hasta el año 1967; así que llegaron a mover acompasadamente sus pies, sus referentes culturales, sus sueños de porvenir rebelde y brillante...

 

Par de chiquillos, todavía "angelitos apostólicos" en la instantánea. Casi nenúfares de alguna laguna celestial. Pura materia virginal en aquel ayer, prestigiosos profesionales en sus respectivos mundos hoy.

 

Tocaban la guitarra y las maracas, de igual forma que hubieran hecho con el bombo de Manolo, el de la Selección Española de Fútbol: para la foto; con similar salero al que emplea un orangután cuando enhebra una aguja, a la noche.  Era para quedar inmortalizados en una imagen. ¡Vaya que si quedaron!

 

Pero eran tan jóvenes...! Y están tan lindos, con ese instrumental en sus manos!

 

En la foto, ante sus pies de ritmo acompasado, un camino de guijarros rodados; Santos Vibot podría habernos seducido con esa literatura tan suya, -toda sonidos, colores y olores- describiendo aquel crujido blando y polifónico que producían los zapatos deslizándose por sobre  aquella alfombra de diminutos cantos redondos...

 

Que rueden vuestros ojos!. Pasen piadosamente por sobre sus zapatos, tan sedientos de betún como la paramera sobre la que se levantó la Fundación Virgen del Camino. Sed indulgentes! Aquel país y aquellos adolescentes no estaban para despilfarrar; mucho menos para lucir coquetos, que las mujeres andaban lejos, misteriosas, tihamertothianas (Joder! Qué palabro me ha salido y cuánto recuerdo me excitan aquellos libros en las capillas, para la meditación, cuando llegaba la noche con sus misterios, con sus anhelos, con nuestras carencias...)

 

Basta de nostalgias!.Echarle otra mirada a la imagen. Llegaos hasta sus pantalones.

 

¡No, tan arriba no; no me seáis verdes ni salidas, coñe! Si miráis con ojos "limpios", reconoceréis que estos chicos exhiben calzas bien planchadas. Raya –¡es un decir, claro!- que marcaba el colchón; dudosa "linealidad",  antecedente del pantalón de mil rayas de los vascos, para días de fiesta mayor; o para lucir cuando tocaba visita familiar, a los no pertenecientes al Olimpo del GL.

 

Aquellos pantalones largos, de gala, con su peculiar raya, olían, además, a guardado; olor peculiar, entre humedad, chorizo, queso y buñuelos caseros, que ocupaban lugar contiguo, bajo el camastro. Fusión peculiar de olores, plancha sin consumo de energía eléctrica y nostalgias. Suerte reservada a los dioses poder guardar "paquete" casero, en lucha limpia y desigual con ratones, ratoncillos y amigos rateros, que compartían con uno aquellos privilegios, frente a las rutinas del Refectorio.

 

O, mores! O tempora!.

 

Seguid subiendo vuestra mirada, colegas! Llegareis pronto a unos rostros felices, con tupé en la cúspide. Dos dioses del Olimpo tañendo músicas que buscaban destinatarias infructuosamente; a resaltar en Helio su pose, de corte clásico, con filigrana en "ese" netamente praxiteliana; a resaltar en Julio ese aire lindo de seductor, no sólo con la palabra, con el gesto también. Posa Julio con aire de chico de barrio alto; chulito, ma non tropo. Le da réplica Helio con esa chaqueta a cuadros que no desmerecía en nada a la que usaba por la época el mismísimo Príncipe de Gales, antes de matrimoniar con Lady Di.

 

Ya digo: dos magníficos ejemplares de compañeros apostólicos, fundadores del conjunto conocido posteriormente como LOS PEKOS, según afirma Josemeri, quien guarda documentación que lo avala en sus archivos particulares.

 

Por ir acabando.

 

-"Escribe!", me conminó furriel Josemari. "Estás en tiempo de vagancias temporales, como yo; pero mi vagancia es de por vida, privilegio de los dioses. No la tuya, que acabará de aquí a dos meses".

 

Heme aquí, pues, tecleando, a instancia superior, como esclavo de antaño. Y no he de acabar, digo, sin hacer una petición al respetable:

 

-Que levante la mano aquel de vosotros que no tuvo o guarde una foto -solo o con el amigo más querido- tomada en aquel patio interior, el de la piscina, a la que el tiempo tapó literalmente. ¿Hay alguien? Seguro que no!

 

Era un lugar entrañable, íntimo. Casi femenino: sólo para privilegiados, para momentos especiales, para exhibir familia a los compañeros, que podrían divisarla a través de los cristales de los pasillos, sin el trato directo. Un oasis, en suma.

 

Las fotos de grupo de los primeros años se realizaron allí. Por este blog de la memoria recuperada han pasado cientos -¿exagero?- de imágenes tomadas en aquellos jardines. Los jardines del Edén.

 

Por las fotos de los álbumes, diría que, en tiempos más recientes, la tendencia fue dejar olvidados estos jardines, para buscar como marco los jardines exteriores, junto al estanque, el sauce, los nenúfares y los peces rojos. ¿Sería señal del cambio de los tiempos? ¡Leches, PCs y rojos!

 

Qui lo sa! Lo evidente, lo obvio es que Julio y Helio han dejado peZqueñinas al resto de fotos sacadas en aquel escenario, oasis de la memoria recuperada, dos dioses olímpicos en su momento de éxtasis. Salve, caesares apoteósicos, amigos queridos!

 

29 comentarios

Julio Correas -

Excma Sra Alcaldesa... ¿de mamporrero?
¿Cómo se hace de mamporrero con un miura de cinco años?

Me recuerda el chiste:
Va una niña pequeñina, casi diminuta, de unos cinco años, tirando de un ramal de un pedazo de toro de los de verdad, parecido al que nos han mandado a Asturias los amigos de Cantabria. La ve un viandante vecino del pueblo y le pregunta:
"A dónde vas, niña, con ese pedazo de toro?"
A lo que la niña contestó : "A echar el toro a la vaca, para que la cubra".
El vecino preplejo pregunta : "¿Y eso no lo puede hacer tu padre?"
A lo que la niña contestó : "No señor, eso sólo el toro".

Pues eso, señora Alcaldesa. Eso sólo el toro!!

Un abrazo a todos, el último desde tierras Canadienses, en especial a los que se os acaban las Fiestas de San Fermín. El año que viene será otra!!

Julio Correas
Luis T. no te quites el pañuelico, hazle caso a JavidelVigo. Gracias.

La alcaldesa -

Muy bien hecho por el Sr. Ujier. No hizo más que cumplir con su deber y por eso va a ser recompensado debidamente.

Una amiga de una amiga de otra amiga de la chica del balcón ya me contó toda la historia. Historia que, por otra parte, es totalmente conocida de todo el vecindario y que no han tenido ustedes los c. de contar como es debido.

Oido al parche, tomo nota. De dónde salen ustedes con maracas y guitarras a los encierros, hasta ahí podíamos llegar.

Y ese de Canadá que no se jalee demasiado que para los próximos sanfermines lo coloco de mamporrero.

El ujier de los c… de las maracas -

Sí, sí señor, ese soy yo: “el ujier despelotado que llevó las maracas de Julito a casa del marido cornudo de la muchacha del balcón, para que se las coloque en el arco de triunfo” y si no he salido antes es por que me joden los adivinos. Sólo vengo a deciros que no quiero saber nada de toros, que el Le Tour de la France está en su apogeo; empezamos a subir el Le Tourmalec y nos queda después el Le Houtacam, casi nada.
Saludos, no tengo tiempo para más, no me quiero descolgar del pelotón. ¡Uy pelotón!, si yo era despelotado. Me descuelgo ya

Javier del Vigo -

Entonces, ¿antes de entonar el "pobre de mi" no aparecerá en la farsa de este portillo el ujier despelotado que llevó las maracas de Julito a casa del marido cornudo de la muchacha del balcón, para que se las coloque en el arco de triunfo?

Qué frastración! Pobre de mí!

Mucha rapidez en quitaros los "pañolicos", compañeros! ¿Vais a dejar con la gana a la turista inglesa y a Julio Correas?

A San Fermín yo pido...

Luis T Barberia -

Entonces sólo queda un actor por reconocer. Es el marido de la chica del balcón, que actuó muy oportunamente,
echando leña al fuego.

Sospecho de Andrés, José María o... vete tú a saber.

Es con lo de las maracas, cuando me engañaste, Manolo. Las dabas como tuyas y entonces ya dí por sentado que se trataba de Julio.

Espero que Julio y Helio nos perdonarán esta broma que hemos gastado con esa fotografía tan entrañable. Quizás merecieron unos actores mejores, pero salió lo que salió e hicimos lo que pudimos. Menos mal que Javier, con su elegancia, nos salvaba siempre.

Un abrazo

ManuelCenteno -

Luis Teódulo, te intuía, pero tampoco supe que era tu fan hasta después de conseguir colgar la despedida. Mi lenta conexión en pueblo olvidado no me permite mayores agilidades.
También creí ver otras sombras y me siento halagado por tus comparaciones.
También Gracias, otro abrazo y hasta cuando quieras.

Luis T Barberia -

Siento, Centeno, no haberte reconocido. Llegué a sospechar de Mariano y luego ya dí por hecho que se trataba de J. Barrio.
Gracias, un abrazo y hasta la próxima.

Ex-Fan de Eros -

Amigos, los Miuras han pasado, hemos vuelto a sobrevivir y hemos vuelto a salvar las maracas; el “pobre de mí” es inminente y los clarines ya anuncian cambio de tercio. Esta mascarada vase acabando. Es hora de irse destapando y recibir del respetable lo merecido por cada uno; como casi siempre palmas y pitos. Los laureles para los que han toreado a pecho descubierto.
La fiesta más famosa del mundo la hemos celebrado lo mejor que hemos sabido y podido. Es nuestra fiesta nacional, a pesar de que la audiencia se la lleve el fútbol, y aunque todos sepamos que donde esté una buena corrida que se quite el fútbol.
Javier, yo, que siempre fui de pocas ciencias y menos letras, me había quedado estupefacto, cual hippie de los 60-70 a la salida del arte y ensayo ante aquel tu palabro: Tihamertothianas. No te esfuerces, aunque llegue a conocer su significado, prometo, cual ministro en toma de posesión no usarla jamás, no vaya a ser que, además, me cobren el cánon.
Estábamos de plumas caídas (ya tenemos el culo pelado) y nos habéis hecho gastar un poco de tinta.
Ni nada es cierto ni todo es mentira. Lo has resumido muy bien y siempre nos quedará la lengua.
El gran teatro de nuestro mundo sigue y otras interpretaciones nos esperan. Ya ves, ya veis todos, el otro Julito nos emplaza a formar parte de Estaff de Yastin White para ocupar la White House.
Julio, felicidades, guardanos un puro de la boda para mandárselo a Lalo junto con la botella etiquetada que aún le debemos y a este sí que se la daré que para eso es de mi pueblo, o casi.
Un beso, Javier. A Jose Mari ya le mandé tres. A los demás un abrazo.
Y para la próxima también a las farolas.
M.Centeno

Luis T Barberia -

Nosotros comiendo churros de la Mañueta en Pamplona, hechos con harina sin conservantes, al fuego de madera de haya cortada con hacha y Julito Correos, desde Canadá, abriéndonos el horizonte.

Que nos mandan a la White House, amigos¡ Y qué hacemos nosotros en la White House? Damos clases de latín a los pequeños, preparamos los discursos presidenciales para la zona hispana? Javiví y Julio Barrios preparían unos discursos presidenciales interesantes, un poco extensos, es verdad, pero muy instructivos.

Escribir es un vicio, Javier; un vicio barato. Gracias por esa larga cambiada que me hiciste al primer comentario, donde yo solito me embarré sin advertirlo. Y gracias, Julito Barrios, Helio, por vuestro aguante y comprensión. Y gracias, Julito Correas, por leernos desde Canadá y reirte con nuestras chorradas.

Pronto entonamos el "pobre de mi" y la rutina diaria nos espera amenazante. Pamplona se quedará desolada y nosotros, como los mozos, tendremos que aguardar un nuevo año para inventarnos nuevas hazañas juveniles, ahora que ya vamos para vejetes.
Un inmenso abrazo

Julio Correas -

Vaya memoria la mía!!!!

Se me olvidaba contaros en el otro portillo que YASTIN WHITE VILLASI ha hecho público que se quiere llevar a la White House a Eros Saturado, al Fan de Eros Saturado y a JavidelVigo como CONSEJEROS, para arreglar el problema de la Primera Dama y... agarraros a la silla : enterada del asunto, la Lewinsky ha mandado su curriculum vitae otra vez para trabajar de enfermera Y CURAR LOS MALES DE LOS CONSEJEROS aunque sea con un salario de 19€.

Vaya equipo que se va a montar el Yastin, no me extraña que arrase en las primarias.

Y yo me pregunto, ¿a quién eligirá Yastin para el puesto de "enfermera-cuidadora" de los consejeros. A la Mónica Lewinsky o a la Turista Inglesa, que me consta que ya está mandando las solicitudes de empleo por triplicado desde la abadía?

Yo que Yastin me quedaría con la turista inglesa, sin duda. Que me consta que está más estudiada!!

Un abrazo... que llegue hasta la Abbey Inglesa pero con cuidado, que a mi no me gusta "ensanchar" el círculo de mis amistades!!!

Julio Correas

la turista inglesa -

Olé, olé y olé¡ Yo nunca perderme una buena corrida.
¿Si toro travieso resucitar de los cielos, por qué yo no salir de abadía?

A ver, muchachitos, ¿quién ser torero aquí? ¿Helio, Julito, Eros, Eros tizado, Javiví...? Yo estar en abadía rezando, pero dejar hábitos para casar con torero.

¿Y Mr. Mariano, no estar por aquí Mr. Mariano? Yo, como toro, oler muy bien y no oler todavía por aquí gónadas de Mr. Mariano. Alguien llamar pronto a Villajoyosa, que abadesa darse pronto cuenta de mi ausencia.

Fijarse bien por la TV en la primera fila del tendido 5 de la plaza de Pamplona. Esta tarde yo ver corrida con Helio, Javiví, Luis T, Julito o Eros tizado, Andrés, Valdés, Vibot y Mr. Mariano si llegar a tiempo a la fiesta. Yo adorar a estos muchachos y no saber con quién quedarme. Bye, Bye y besos hasta Canadá.

Fan de Eros -

Amigo Travieso, la faena que te hicieron aquella tarde fue eso: una faena. Te cortaron apéndices que hoy lucen, disecados en vitrinas, muchachos de esta y otras yeguadas, entonces imberbes y apostólicos, pero que, ya te han dicho, “progresaron adecuadamente” y a su debido tiempo. Por lo que cuentas, vemos que a ti no te dieron tiempo; de haber sabido que eras tú, nº 56, hubiéramos pedido tu indulto, ya que tu trapío también prometía buena sementera. Has irrumpido cual toro en la Estafeta y no nos has dejado guitarra con traste. Al menos podías habernos dicho que tu dehesa, de verde alfombra, también tenía alambradas como nuestros campos de guijarros, que tus mayorales usaban rejones al igual que los nuestros aplicaban capones, que a ti también te llevaban en filas, que… hasta tú tenías un número igual que nosotros, con la diferencia de que a nosotros nos cubrieron con camisa blanca, pantalón a raya colchonera y chaqueta de Gales. Pero no, no sólo no has intentado mitigar nuestros complejos sinó que encima nos dices: “nosotros olemos” y ¡hala!, ya está. Podías habernos dicho, en último caso, que aplicáramos el consuelo de los tontos, que con ese mismo nos hemos consolado todos.
Güelu cuéntame otra batalla, he querido entender. Ni yo ni ninguno de mi yeguada -la mejor, la del Furriel y los que sabes- ni otras aledañas e igual de buenas, hicimos la civil del 36 pero sí otras guerras, así que permítenos recordar alguna batalla. Tempranamente destetado, y separado de la misma, corrí por otros campos sin alambradas, sin capones ni ‘champignones’ pero con las mismas o parecidas olimpiadas. Tampoco en campo libre nos entrenaron en el arte olfativo. Aunque nuestras cuencas fluviales discurrieran sin tan altas presas, había poco que pescar, todo él estaba vendido, con lo que... “Pábulum” para todos ¿verdad Luis T.? Para unos de seda -más bien de esparto- y para otros de avellano.
Un abrazo amigo Toro y ¡BRAVO!
Javier, otro abrazo. Lo has vuelto a bordar. Mañana te hablo, que hoy es tarde y hay que madrugar; que si tú eres, en este “portillo”, el amanuense de nuestro José Mari querido, yo tengo lejos a quien pasa a limpio mis cartas.

Javier del Vigo -

Veamos, mis gentes queridas del País de Liliputh:

Anónim@s escribientes –queda bien este -@ en los tiempos de los “miembros y las miembras”, verdad?- le andan tocando a uno sus partes blandas de la entrepierna, atareado esta semana corrigiendo selectividad de septiembre. ¡Hasta ahí podíais llegar, queridos y queridas fan y muchacha del balcón; toro corrido y Eros misterioso!

(-“Ya empieza el Javi-vi a abusar de los signos de puntuación y de las frases rebuscadas...!”-estás pensando, verdad?)

Pues sí, pero por ahí no paso; que a uno le quedan -vestigios arqueológicos del pasado- un par de “bolucas”, lejano recuerdo del esplendor en la hierba...(Qué película, chavalerías! Me enamoró...)

-Eros Saturado inició este guirigay, hablando de las inundaciones habidas en su pueblo en el año 67, cuando su arroyo se convirtió en río; y el río andaba “sobrao”. O salido. ¿Cuál es tu pueblo, Eros?.Hay tanto guerrero con antifaz que es imposible veros las caras. Ni recuerdo la palabra exacta ni sé si hay diferencia entre salido y sobrao, para este caso. Porque hay un tiempo en la vida de los humanos -y de las humanas, qué coño!- que los ríos se salen de madre, andan sobraos de gana, inundan las riberas por donde pasan... Vamos, que Eros Saturado pudo preocupar a su madre, porque aún no se había producido el “cambio climático”, las aguas bajaban revueltas y el muchacho quería ayudar a fertilizar el mundo. El éxito acabó aliándose contigo, Eros. Felicidades!

-Le repliqué a Eros, enseñando –con nombre y apellidos en este caso- mis vergüenzas; al principio de mi vuelta “al mundo y sus pompas” me costó más ligar mujer –y uno tenía un torbellino de ganas dentro- que conseguir el primer premio en la Lotería Nacional de Navidad. Más. Mucho más! Luego ya fue distinto: ¿relación inversa, que decís los matemáticos, Box, San José, el recio...? Las compuertas de mi fertilidad fueron amainando; y noté que debía preservar mis humedales, -lo mismo que los ecólogos de hoy en día piden no malgastar el agua, bien escaso-, para dar placer a quien me pida guerra. Olalá! C`est la vie!

-Ángel Luis terció: que si las maracas de Julito, que no las de Machín. Que si los bombones se mean de la risa... Vaya, que de Cistierna, Ángel Luis, nada. Que, como Colón, el jovenzuelo de las maracas pasó un “tiempín”en la Tierra de los Grajos. Así que de oído fino para cantar en Escolanía, nada de nada. Graznidos puros y duros, como corresponde a glorioso hijo de su pueblo. Eso sí, al rítmico son de las maracas de Machín! Que menos da una piedra. Digo, menos duro que un graznido es el sonido de una piedra cuando toca tierra. Como mi Julito, que asume ser un buen grajo, pero que fue un mal escolano. Creo, Julio, que ahí nos damos la mano: nunca fardé acá de tener un oído de pitiminí ni una voz de las que se hunden por los nervios de la columna vertebral abajo, hasta producir ese regusto que semeja erótica

-UnA “fan” de Eros escribió más tarde que me “quiere regalar un rabo” (Sic). Rabo bordado. ¿Obra de Las Hilanderas velazqueñas? Ni siquiera afirmas, Fan, que sea de toro genuino. Enigmática Fan de Eros: ¿desde cuándo sabes que carezco de ese “adminículo”?. ¿Quién te lo pudo contar? ¿Tienes “fuentes informativas” tan sensibles y de tanto valor? Que yo recuerde, sólo Mariano Estrada ha dormido últimamente en las proximidades de mi alcoba, pero Mariano no tiene estos días la pluma erguida en el blog. ¿Dónde se te pone dura, amigo? Devine, pues, Fan, espíritu puro, sin entrepierna sensible; llegaré a los cielos por los caminos de la castración anímica. Un lujo en este mundo de violencias y frustraciones!

Pero dejarme que os diga: alguna vez, incluso, con lo que queda del rabo que un día usé, hasta bordé la faena. ¿Que no me creéis? Allá vosotras! Es verdad, las otras 25.532 veces –si mi abuela levantara la cabeza, quizá pusiera en solfa la cifra, pero la pobre ya no puede corregirme- artesanía barata y del montón. Baratija pura, de la que venden en el top-manta, en cualquier esquina, algunos de esos 4 millones de inmigrantes que pueblan nuestras calles. Ninguna mujer me llorará cuando la parca me reclame! Confío –esto sí- que me recuerden los hijos que ayudé a nacer; y un manojo de amigos y amigas a los que me encadené voluntariamente, con similar gusto al que sentís cuando habláis de erótica.

-La Fan de Eros parecía callar, cuando la Muchacha del Balcón en Pamplona-Iruñea hizo un relato tremendo: Sanfermines, año 1966.Aquel año, mi ideólogo, mi entrenador, Tihamer Toth dejó darnos un garbeo a Helio, a Julio y a un servidor –se nos unió este Eros Saturado-Tizado-, con una única condición: nada de erótica. Si tal hiciéramos, era previsible que se nos gangrenase la columna vertebral y el colgajillo; que muriésemos entre atroces dolores del aparato locomotor (el otro, ya estaba gangrenoso, “probiño”). Eso, si no nos enganchaban los cuernos de un toro por los testículos, hasta castrarnos. Para siempre! Uf!

No recuerdo, Chiquilla del Misterio fundido, lo que narras. Repito que, en aquel tiempo, yo de sexo con chicas, nada. Relatas estar con Eros y conmigo en la calle Estafeta oyendo a Los Pecos (Julio y Helio) cuando par de guripas municipales de Pamplona nos mandaron -por huevos!- a por huevos... Dices, Muchacha sin Nombre en balcón alquilado de Estafeta de a 300 € por día, que me viste con “sangre fría” –yo, que me ahogo en un vaso de nervios- bramar totalitario: “Aquí no se mueve ni dios!” mientras te pedía guerra con la mirada... Sin duda, eres sagaz; muy sagaz. Fuiste capaz de meter tu mirada hasta mi cogote y ver mi gana; de meter tu sagacidad hasta mis bajos y sentirlos sedientos... Pero ahí acabó todo. Yo seguí virgen de mujer hasta que La Virgen –del Camino- se hizo recuerdo lejano en mi memoria. Llovió bastante, mientras tanto. Siento tener que escribirlo así!

-He leído luego al marido de la muchacha del balcón, resabiado porque le crecían protuberancias en las sienes –algunos lo llaman cuernos- , lo mismo que a la Dafne del mito clásico le salieron ramas hasta ser árbol, antes de dejarse penetrar por un sátiro cabrón...; he leído al toro de Estafeta con sus cuernos afeitados por el tiempo, corrido de gusto por el recuerdo de sus pezuñas destrozando la guitarra que lucía Helio en aquella pose praxiteliana tan delicada... Os he ido leyendo y ahí me ando, entre la sonrisa y la picardía marujona.

Falta sólo que salga a escena en este portillo el ujier despelotado que llevó las maracas de Julito a casa del marido cornudo de la muchacha del balcón, para que se las coloque en el arco de triunfo. Estoy seguro de que saldrá a escena señor tan trascendental para rematar la historieta de la guitarra de Helio y las maracas de Julio. Saldrá! “Cosas más fantásticas veredes, querido Sancho!”

Queridas, queridos: voy acabando. No creáis nada de lo que se cuece por estos pagos. Todo es un desideratum, una alucinación, locura y farsa. Todo, menos la nostalgia. Pasaron los años y quedaron los cuernos en algún toro de Osborne –ya, toro de España-. Aquellos tiempos cuando la frente estuvo poblada de semen quedan lejos; hoy algunos sois abuelos; otros vamos siguiendo vuestra estela y nos comienzan a remojar barbas... Nos queda la frente, eso sí, limpia de semen y de pelos, para lo que fue creada: para discernir con claridades... Pero eso ¿a quién le importa en esta cultura que prima juventudes pene-trantes y éxito al primer “pelotazo”?

Corregía exámenes de quienes llegaron tarde a la selectividad, de quienes llegarán a la universidad “de resultas”; pero hice un alto en aquel aburrimiento y me encontré con vosotros, que me antecedeis en el uso de la broma y el antifaz; así que me sedujo contar mentiras, ahora que estamos solos... Burla burlando, estoy seguro de que por ahí anda D. Julio bajo disfraz. Besos, compañero del alma, compañero!.Como estoy seguro de que Aragón tiene mucha jota y mucho picante bajo la apariencia de los áridos Monegros. Y Luis no anda lejos de este carnaval. Otro abrazo, chaval!

Fíjate que comienzo a echar en falta a Mariano, el de los goles certeros, perdido entre moros y cristianos; a Andrés, nacido recio a las puertas de San Isidoro, con sus puyas que tocan pero no hacen sangre; a Quique, que seguirá buscando eternidades por el Norte, mientras cuida y es mimado, todo a la vez; a Oscar, que estará desbocado con los Iturgaiz por las calles de Pamplona, pompa de juerga y alcohol a punto del “pobre de mí”; a los Santos, que cuando escriben parece que es palabra de dios, de lo bien que lo hacen, los muy capullines... Sí señor, Jose Mari: aquí hay buenas plumas. Y hay también unos corazones nobles y personas que sois capaces de leer un texto como este mío, de principio a fin. Soy vuestro esclavo, credme! !

No sé si por el mar nadan las liebres o por el monte corren las sardinas. Pero es seguro que érase una vez un lobito bueno, un príncipe malo, una bruja hermosa y un pirata honrado.

Laus deo, mes amies!




el toro -

Yo soy un toro de Fuente Hymbro, el número 56 concretamente, me llamaban “Travieso”, no sé por qué cojones me llamaban así, pero supongo que sería por alguna trastada que hiciera de eral.

Recuerdo perfectamente la mañana de aquel encierro sanferminero. Yo estoy ya muerto, naturalmente, en el cielo de los toros, cuando he oído lo de la guitarra y enseguida he resucitado. Yo soy el toro que pisoteó la guitarra. Hizo un ruido extraño bajo mi pezuña, como un grito de pánico y luego un sonido de cuerda rota, como ahogándose.

Podía haber evitado pisar la guitarra, pero en carrera se calculan mal los pasos y quizás hubiera sido peor si impacto en la cabeza del muchacho que la agarraba con su mano. Al de la maracas también lo ví, cagadito de miedo en el suelo. Bueno, a decir verdad, los muchachos de aquel corro, todos, olían a terror y a pasmo. El miedo se huele, os lo digo yo.

Había también en aquel grupo un aura especial, que enseguida advertimos todos los toros de aquel encierro: no habían conocido todavía mujer. Y eso los salvó, si no nos los salva ni dios.

Como se huelen otras cosas. Yo quiero montarme una vaca y primero la huelo, enseguida sé si está dispuesta. No le recito poesías o le canto con guitarras y todas esas mariconadas. Está a punto o no está y basta.

Y recuerdo también los gritos de pánico de las muchachas de aquel balcón. Esos gritos histéricos nos confunden a los toros. Dan ganas de pararse y preguntar: A ver, chicas, ¿por qué gritáis, porque queréis que cojamos a los mozos o porque queréis que los dejemos marchar? Hay en esos gritos histéricos de las muchachas un punto de locura que nos confunde.

Os dejo, muchachos. Sois un poco especiales con vuestras metafísicas y dándole vueltas al asunto. Me voy a seguir corneando nubes. Si por la carretera veis un día un toro de osborne que echa a andar por el campo, no os asustéis, ése soy yo, el Travieso

chica del balcón -

Ese nombre de Javiví se me hace agua en los labios. ¡Por Dios, qué nombre, irresistible¡

Cuando yo lo conocí respondía por Javier, simplemente. Ya compruebo que ha seguido subiendo estrados.

¿Se quedó sin tinta, Javier? Déjame que yo también te llame Javiví, ¿puedo? Pues eso, ¿se volvió tímido Javiví, que no se arranca a contar el final de la faena?
No lo recuerdo yo precisamente tímido, no.

Cuéntalo, cariño, pero no entres en detalles, que aún hay niños levantados.
Un beso.

Jose maría cortés aranaz -

geniales comentarios,
sois unos genios.
Uy, que envidia...

Fan de Eros -

A la chica del balcón: No sé cómo habría yo de tener lo que hay que tener, cuando tú presupones que mis maracas presiden tu salón. ¡Que esas que tú dices serán de otro! Yo me refería a las otras, a las que prestaron a Julito para cantar las mañanitas.
Al marido: Seguramente esas mismas maracas sí son las tuyas. No se las regalaste, te las quitó aquel mismo día. Prueba a colgarlas bajo el “arco del triunfo” y verás que se te ajustan perfectamente. Las mías ya las cuelgo tras la puerta cuando entro en casa, pero al salir las cojo. Sólo me queda por apiadarme de ti en el sentido que te cuento, ya que por lo que respecta a las marcas en la frente estaría tranquilo. A ellas también les gusta fantasear y crear celos injustificados. (Copyright del consultorio de la Sta. Francis)
Ya lo decía Javier, “la artesanía ha de reemplazar a la fuerza”, y yo digo: a la fuerza ha de reemplazarla, no queda otro remedio.
Si aquellos chorros trajeron estos lodos, no sé quien me mandó meterme en estos berenjenales, cuando ni soy ni tengo nada que ver con Grajal y, esta mi tierra, no es tierra de tan exquisita calabaza; y este artesano, ahora devenido en hortelano, obtiene las más de sus satisfacciones de su huerta, fecunda en frutos tuberculosos -léase patatas, cebollas y otras nabizas- complementadas, solo por aquello de que la paja sirva de abono, con algún que otro cereal y aunque hoy la tenga un poco desatendida a causa de estos Sanfermines, que como veis me hacen acostarme de madrugada (en casa digo que la estuve regando -la huerta, claro-)

Saludos, Sanfermineros todos.

marido de la chica del balcón -

¡Joder!

¡Y a mi que no me suenan de nada estas putas maracas !

Esto me huele a cuerno quemado.
Me está entrando un calor en la frente.....!

la chica del balcón -

Que te crees tú eso, cariño¡ Las maracas cuelgan victoriosas en mi salón.

De vez en cuando inquiere mi marido inquieto: Oye, esas maracas, ¿te las regalé yo?

Claro, hombre - le engañó, los hombres sois tan facilones de engañar- ¿no te acuerdas? Fue en unos San Fermines algo lejanos y movidos.

Pues ya lo sabes, si tienes lo que hay que tener, ya sabes dónde tienes tus maracas. ¿Te espero?

Fan de Eros -

Ves, Javier, aquellas escorreduras de Eros han traido cola y no sé si porque ya está el campo seco o porque aún esperan alcanzar alguna, ya se ha acercado alguien más. En este caso, como es aquella muchacha que tú y yo sabemos, me abstengo. Pero no nos dice ni que hicimos más tarde ni quien fue el último en levantarse. ¿Recuerdas tu algo más?
¡Que dramatismo, madre! No recordaba yo así aquel de la ganadería de Fuente Ymbro y mira que me gusta recordar Sanfermines. Hasta ahora creía que había sido glorioso, pero no; más bien fue penoso. Bueno, hagamos que jugamos al parchís: comamos una -¡quien pudiera!- y contemos 20.
Muchacha del balcón, dale un recuerdo ardiente a tu amiga -no recuerdo ahora su nombre- y dile que me perdone, que en el escote que tuvimos que hacer para comprar una guitarra nueva se fueron mis ahorros y no pude volver. Menos mal que salvamos las maracas.

La muchacha del balcón -

Iban a dar las 8 de la mañana. La plaza del Ayuntamiento estaba abarrotada de jóvenes nerviosos, a punto de comenzar el encierro. En grupos, sus camisas blancas y el pañuelo rojo al cuello, esperaban impacientes el cohete.

Un poco más abajo, en la cuesta de Santo Domingo, Javivi, Eros y Fan, hacían corro alrededor de dos muchachos con guitarra. Helios y Julito Barrios tocaban las mañanitas. Los municipales, con cara de pocos amigos, se acercaron: Aquí guitarricas no; aquí lo que hace falta son huevos; retiren las guitarra.

Dejaron de cantar inmediatamente. Allí se acabó la noche de farra. Había en el aire una tensión que impregnaba el ambiente. Unos metros más abajo, un grupo numeroso de pamplonica entonaban ya el “a San Fermin venimos por ser nuestro patrón…” Javivi aún tuvo la sangre fría de dirigir una última mirada a un balcón desde el que reían unas muchachas despreocupadamente.

Fue una mirada precisa, como un rayo, directa al objetivo. “Fíjate en mí, pequeña; me juego el pellejo; va por ti” Desde el balcón se acabaron las risitas y las muchachas se dispusieron, apoyadas en la barandilla, a disfrutar con el espectáculo. Ellos sintieron en sus nucas las miradas curiosas de aquellas muchachas.

Cuando sonó el cohete un tropel de gente se abalanzó sobre ellos arrollándolos.
- Todos al suelo, bramó Javiví.
Y allí quedaron tumbados sobre la piedra de la calle. Miles de pies patearon sus cuerpos. Fueron unos segundos que se les hicieron eternos. Ya se disponían a levantarse cuando un rumor sordo, atronador, llegaba desde el fondo de la calle.
- Ahora llegan los toros. ¿Nos levantamos, Javiví?, dijo Helios con un hilo de voz.
- Todos quietos, aquí no se mueve ni dios.

La manada de toros de Fuente Ymbro llegó sobre ellos como un huracán. Las pezuñas de los animales golpeaban el suelo con ira. Sobre aquellas cabezas se cernía el apocalipsis, el fin del mundo. Desde el suelo alguien bromeó con voz trémula
- Quiero un hijo tuyo, Eros.
- Que te folle un toro

Cerraron los ojos y cada uno rezó lo que supo . Creían que llegaba el fin de sus días. La muerte enfurecida pisaba sobre ellos con salvaje insistencia. Un vendaval de polvo y gritos envolvía sus cabezas. Hasta que, por fin, se hizo el silencio. Javiví fue el primero en levantarse.
- Cabrón el último, gritó.
Uno a uno se fueron levantando, aturdidos. Sacudieron sus ropas y se miraron asombrados. Desde el balcón, las muchachas seguían chillando asustadas. Se abrazaron en medio de la calle. La guitarra, completamente destrozada, yacía en medio de la calle.

Javiví alzó la mirada hacia el balcón y gritó con gesto decidido:
- Luego nos vemos, pequeña. Y trae a tus amigas para estos muchachos

Javier del Vigo -

Vale, Fan de Eros (tizado):

Sea Grajal de Campos el nido de este grajo mío querido, señor de la justicia, maraquero de prosapia y hermano de nostalgias...

Es normal que aquellas gentes que adquieren renombre, fama, prestigio... acaban tenieno tantos nidos de nacimiento como lugares donde transcurre algún retazo de su vida: Grajal, Cistierna, Madrid, Ávila...

Y lo que te rondaré, Morena! Fíjate, por ejemplo, Eros tizado, que un tal Colón (loco de remate; quiso ir a derecho hasta las tierras de Cipango) -cualquier comparación es siempre odiosa- hoy se lo rifan: que si judío, que si portugués, que si mallorquín, que si genovés, que si...

Ya te digo, Eros-tizado: las gentes con pedigree pueden haber nacido donde les pete. Hasta en Grajal. Se encargará la historia de desdibujar la realidad hasta convertirla en cuento.

Por cierto, Eros-tizado: ¿no te queda ya simiente, que quieres un hijo de Eros-saturado? Venga, hombre, haz un esfuerzo! Recuerda a Picaso, que fue artista hasta en la erótica!

Feliz tarde, miradoras-mirones!

Fan de Eros(Tizado) -

Tizado y tan tiznados de blanca fecundidad nos ha dejado Eros, que hasta la boca nos ha llenado, dejándonos mudos e incapaces de articular palabra. Ni palabra ni artículo. A base de gárgaras me voy sobreponiendo del atraganto que me hace rememorar, con ligera diferencia de sabor, aquellas aguadillas en la piscina.
¿Quién y/o qué “ha puesto” a Eros en hora tan taurina? Por mi que le den las dos orejas y la vuelta al ruedo. ¿y el rabo? El rabo para Javier que lo ha ‘bordao’, y la salida a hombros por la puerta grande para JoseMari. Más, todos sabemos que aquí al único que han vestido de torero es a Helio.
Para otra vez PONTELO; pónselo, Javier, que hasta aquí abajo ha escurrido tal abundante fertilidad y no sé si ir directamente a la lavadora o pasarme antes por la ducha, por supuesto de agua fría.
A propósito de bordar, Javier, venía yo a reivindicar la nascencia de Julito para otro lugar que no era Cistierna; pero visto que Valdés la ha remachado no seré yo quien, a falta de pruebas documentales, -he perdido los papeles- os quiera enmendar la plana, pues si mal pudiera con uno no voy a enfadar a dos y dejaré que este otro pueblo siga reivindicando, como parece ser su sino, y siga siendo, de momento, única y últimamente conocido, además de por su castillo, por el levantamiento de campamento o convento de las monjas que allá donde fueron arrastraron cuanto de valor pudieron, dejando iconográficamente huérfanos a sus habitantes. Así pues permíteme que lance un Grajeo en honor a ese pájaro, plebeyo donde los haya, merodeador de catedrales, que este pueblo de Campos ha ennoblecido.
Eros, yo también quiero un hijo tuyo!!

angeluisvaldes@hotmail.com -

No me imaginaba yo a Julito Barrio en esos trances seudo-musicales.

La foto no tiene desperdicio
y es reflejo auténtico de la realidad.

Helio, como bien se vé, estaba buscando la pose, mirando fíjamente a la cámara, aflorando en su forma de ser , ya de aquel entonces, su verdadera y futura vocación de encarar las cámaras y sentirse protagonista.

Julito , como casi siempre, está de cachondeo, creo que descojonándose ante la situación,sosteniendo las maracas como si fueran dos helados-bombones y diciendo para sus adentros : Acabad ya de una vez que me meo de la risa.!En fin, un tío auténticamente cachondo.

Un abrazo para Helio.
Para Julito dos, que para eso es de mi pueblo.

Javier del Vigo -

Perdonado, Santines!

No faltaría más! Cubro,de paso, de pudibunda humildad mi empavonada falocracia literaria, esa que me regaló Josemari en este portillo, al comprender que tuviste que releer par de veces para desentrañar a los protagonistas...

¿Ves, Josemari, cómo tus halagos me distorsionan? Me embelesan! Distorsionan mi realidad...

Hay mejores cantores, cantores menos barrocos, mucho más lisos y llanos, a cuya puerta has de llamar, también.

Dile a Santos que haga un retrato nostálgico de aquel grijo entre jardines... Que convierta en Opus de tono mayor este berrido mío de cuando me afeito...

Vibot -

Perdón, Julito Barrio, no había leído la chispeante presentación de la foto que nos regala Javivi, generosamente como siempre.

Vibot -

¡Viva San Fermín, Javivi, genio y figura!

Creo reconocer a Pedregal en el de la guitarra, pero ¿quién es el otro?







Javier del Vigo -

Villaveses, pamplonicas, navarros de cualquier lugar del mundo, eros saturado:

Gora San Fermín!

La fiesta y la juerga más famosa del mundo; esa que obliga a los pamploneses cansados del ruido y el bullicio a abandonar Pamplona ha comenzado hoy!

Recuerdo días de vino y rosas, cuando nos levantábamos a las 5,30 en Bilbao, agarrábamos unos coches y llegábamos a ver el encierro y las vaquillas en la Plaza de Toros... Luego, hasta que el cuerpo aguantase.

Fueron días lejanos a los tiempos apostólicos. La tiza me estaba produciendo ya "rendimientos" económicos -los primeros para fundir en juergas- , igual que a mis compañías sanfermineras. Y así, hasta llegar al "Pobre de mi!".

Riada tras la contención anterior, Eros enigmático? Quizá! Pero no pidas en casa del herrero cuchillo de palo. Para cortar carne, cuchillo malo si no tiene filo de acero bien templado.

Así que te cuento, desde mi experiencia, querido Eros, que mis tiempos de pubertad fueron duros, muy duros; o poluciones como las que narras o "soliloquios" en el más profundo de los remordimientos...

Quizá fueron aquellos tiempos en los que había que darle salida al eros saturado que narras, quizá!

Hubo luego que recuperar el tiempo perdido. Y quiero pensar que "progresásteis adecuadamente".

Uno hizo lo que pudo. Y no guardo trauma! Progresé,también. Tampoco sé si Josemari quiso escribir allá arriba el adjetivo "enhiesta" para referirse a mi mirada... Enhiesta aún? ¿Qué he de deciros que no sepáis, queridas y queridos... A estas alturas de la naturaleza ha de ser la artesanía quien reemplace a la fuerza ciega. ¿O no? Así que me cuadran mejor -a mi entende, claro!- aquellos otros: "picante insensatez".

Sabes que también te quiero, Josemari, corazón; ya por siempre tienes un rincón a medio camino entre mi cuerpo y mi alma. Enhiesto, no; acolchado tipo peluche!

Veré qué dicen LOS PECOS cuando nos lean. Yo afilo cuchillos...

Queridos artesanos, queridas compañeras de mis hermanos de ayer...

Celebrad la fiesta más sonada del mundo como se merece!

¡Viva San Fermín!

eros saturado -

En el 67, amigos pequeñines, yo ya llevaba dos años salido. Y tan salido. Recuerdo que mi pobre madre, ahora lo sé, preocupada quizás por mi exuberancia nocturna y juvenil, me obligó un día a visitar al médico del pueblo.

El pobre doctor, adoctrinado por las inquietudes maternas, sudaba tinta tratando de sonsacarme intimidades. Mire, don Miguel, termimé por explicarle, apiadándome de su azoramiento, no insista más; aún no me hecho ni una paja en mi vida.

Recuerdo que el hombre abrió los ojos muy asombrados y entonces exlamó: Y entonces?

Entonces, no sé lo que está pasando. Yo veo la televisión y luego me voy a la cama. Ya sabe, los sueños eróticos que me producen las escenas televisivas, la contención tanto tiempo reprimida, qué sé yo... no creo que sea para preocuparse.

Pues no, hijo, se tranquilizó riéndose, no hay nada de que preocuparse. Y ya mi madre dejó de atosigarme.

Cada uno cuenta la feria como le va y es así como yo recuerdo mi recién estrenada libertad. Después de tanta contención vino la ríada. Y es que la naturaleza humana tiene sus cauces que no se pueden obstruir. Y el celibato siempre debería ser una cuestión voluntaria, nunca obligada.

Estoy pensando en el escándalo monumental de los sacerdotes pedófilos de EE UU. Eso es una pequeña muestra de lo que realmente ocurre cuando no se respetan las normas de la naturaleza humana. Y es que educarnos en la cuestión sexual, hay que reconocerlo, no nos educaron estos fraliles. En otras cosas, si, pero en esa asignatura creo que hubiéramos suspendido casi todos. Sólo faltó un poco de sentido común y cierta tolerancia, coño.

Un abrazo, pequeñines.