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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

LA VIRGEN DEL CAMINO Y MI PADRE ANDRÉS

LA VIRGEN DEL CAMINO Y MI PADRE ANDRÉS

Me parece tan bello, entrañable y emotivo el recuerdo que descubre y escribe mi querido hermano Andrés (para los de casa, Ito) sobre el trabajo de mi padre Andrés, que, permitídmelo, lo he borrado de los comentarios y lo coloco como portada de este frio sábado.

Amigo Tuñón: me ha gustado tu comentario aunque no tenga yo la misma opinión sobre la desaparición del Santuario. Creo que se salvó lo esencial, es decir, el retablo reconstruyendo en una sola pieza central lo que eran tres. La puerta de piedra, monumental y que está ahora en la explanada, y desde luego la imagen de la Virgen, no su baldaquino de plata y ahora te esplicaré.

Por aquellos años, aparecieron en León los dominicos y no sé porqué ni cómo, mi padre hizo amistad con ellos.

Me acuerdo que con quien más relación tenía era con el Padre Blázquez, impulsor del derribo con nocturnidad y alevosía. Digo esto porque así fue. Si no hubieran metido de sorpresa la piqueta, arriesgando lo que sólo el P. Blázquez sabía, se hubiera ejecutado de inmediato la protección del edificio como monumento nacional o algo parecido.

Mi padre, aragonés de Zaragoza, orfebre de vocación y profesión, estuvo al cargo durante un tiempo del Joyero de la Virgen del Pilar, y su gran decepción fue ver el estado en que se encontraba todo lo referente a la Virgen del Camino - patrona de León, sobre joyas, coronas, mantos, etc.
Mi padre no decía que fuera pobreza, era abandono y marranería, y eso no podía seguir así.

El supo en todo momento los planes del P. Blázquez y en consecuencia también de Fray Curro sobre la nueva contrucción, en la que él entraría en su momento cuando se trataba de "lavar" la Virgen y su baldaquino.

El trabajo que desarrolló mi padre durante todo un verano con tres oficiales de su taller de joyería, fué hacer el trono totalmente nuevo, en plata y exactamente igual al que tenía pero que se caçia a pedazos, y eso yo lo ví porque estuve todo el verano junto a él.

Ese baldaquino interiormente es de maderA y vá todo forrado de plata repujada, con los mismos dibujos, en los mismos sitios que el original. Al dehacer todo lo viejo, la madera interior estaba totalmente podrida, y apareció una fotografía entre la madera y el metal de la última persona que había reparado o acondicionado un poco ese hermoso sitial de la Virgen.

Cuando mi padre cerró y puso la última pieza de plata, introdujo la foto encontrada y con una ceremonia que sólo pude verla yo, metió una tarjeta con su nombre, el de mi madre y el de sus siete hijos, con la fecha en que quedó lista su aportación a la patrona. Esto que digo que introdujo, creo que está en el friso trasero del baldaquino.

Al mismo tiempo preparó la medalla de oro y brillantes que luce la imagen en fiestas impotrtantes, una de ellas fue durante el encuentro del pasado año.

Tuñón: conocí poco el santuario antiguo y en consecuencia no tengo ese sentimiento que tú nos describes. Sólo decirte que a veces es bueno romper (con cabeza) ataduras anteriores para resurgir como ave fénix que creo honradamente que es lo que pasó.

Un abrazo a todos. Andrés Cortés.

1 comentario

Luis Heredia -

Josemari, fría mañana pero cálida en el corazón viendo la foto de vuestro padre y releyendo de nuevo el relato de Ito.

La estampa derrocha ternura y sensibilidad. La cara de vuestro padre y sus manos son el reflejo de la más pura delicadeza. Parece no querer ni molestar al coronarla, pidiendo perdón humildemente.

No me extraña que cada vez que la miréis se os ponga un nudo en la garganta sin saber qué decir.