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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

EL OBISPADO CERTIFICA

EL OBISPADO CERTIFICA

Os dejo un nuevo documento que me he encontrado relacionado con nuestro colegio apostólico de la Virgen del Camino. Fechado el 8 de Junio de 1968.

En él, ...el Obispado de León CERTIFICA que el Colegio de los PP.Dominicos viene funcionando desde el año 1957, "con el beneplácito del Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo."

Lo dejo en el álbum DOCUMENTOS DE Ver Fotos/Documentos.

5 comentarios

Jesús María Herrero Marcos -

No llegué a obispo pero, aprovechando el portillo, certifico que estaré en las Feria del Libro de Madrid el domingo día 3 de junio y el sábado 9 de junio de 12:30 a 14:30 en la caseta 290 (Cálamo ediciones). Allí estaré para todo el que lo desee e incluso para los no lo deseen. Para todos besos.

Luis Heredia -

Al hilo de estos informes y certificados, he revisado Fotos Documentos y he quedado “pasmao”. No recordaba que la asignatura de Música fuera tan obligatoria y equiparable a la Gimnasia o a la Formación del Espíritu Nacional. Aparece en todas las calificaciones internas. Músicos, o aficionados, salimos muchos. Tanto es así que incluso aquellos cuya mejor cualidad musical era el desafine, reconocen hoy día que serían capaces de reproducir, a su manera, cualquier pentagrama de El Mesías de Haendel, superando con creces al tan manido “Cerca de Ti Señor”, el cual les sale de carrerilla como me ha quedado demostrado en los encuentros que a lo largo de estos años hemos tenido; y qué decir del “Adiós Madre de Mi Vida”, himno oficial de cierre de los encuentros que ha sustituido afortunadamente a otros que “ no tienen ni ton no son”, por alusiones a la música. Gimnastas o deportistas, ya se dijo aquí, no salieron tantos, tantos, porque cada uno iba por su lado; y eso que patadas, saltos, carreras y kilómetros dimos e hicimos más que todas las notas musicales de todas las partituras juntas que pasaron por nuestros ojos. Y qué decir de políticos para formar espíritus; no sé si contados con la mitad de los dedos de una mano. Debe ser que con el Espíritu Santo ya teníamos cubierto el cupo y creíamos más en lo divino que en lo humano, claro está, tratándose del lugar.
¿Había alguna razón entonces para retirar de las notas oficiales que debíamos presentar en las convalidaciones la asignatura de Música? Haberla incluido aunque hubiera sido para hacer bulto y no sirviera ni para la media.

Vaya manera más infame de despreciar una materia que se hace imprescindible para el desarrollo personal y para las relaciones humanas, en vez de tanta formación del espíritu único a ciudadanía fuenteovejunera.

Ramón Hernández Martín -

Gracias, Carlos, solo pude leer la transcripción "...el Obispado de León CERTIFICA que el Colegio de los PP.Dominicos viene funcionando desde el año 1967, "con el beneplácito del Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo". Mi pericia no llega a poder leer directamente el documento, aclarándolo o agrandándolo.¡Cuánto envidio a los expertos en estas lides!

Carlos Vergara -

Ramóooon: el documento dice y se lee -1957-precedido de la preposición propia 'desde'.

Ramón Hernández Martín -

Como no puedo leer el documento mismo, imagino que habrá un pequeño error en la transcripción de la fecha, pues, de ser cierta la de 1967, tendríamos que deducir que no lo habría hecho con ese beneplácito desde 1957, cuando se inauguró, hasta ese momento. Para nosotros, los cursarios, fue un gran revuelo que, nada más terminar nuestros estudios en Corias en julio de 1957, se cerrara la Escuela apostólica allí, y que de alguna manera tuviéramos algo de envidia a los del curso siguiente al nuestro por ir a estrenar un nuevo colegio en la Virgen del Camino. Sabido lo sabido después por quienes lo inauguraron, parece que ese primer curso (57-58), mientras nosotros vivíamos auténticas delicias místicas con el P. Merino en Palencia (a los de Caleruega, noviciado también estrenado en esa bifurcación de caminos que fue 1957, parece que les tocó más bien hacer prácticas ascéticas con el P. Andrés), fue un curso de tracateos constantes y de grandes incomodidades. Imagino que el beneplácito episcopal, conocido ahora, resultaría entonces muy reconfortante y cálido, ¡jajajá!